MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL DISTRITO DE MIRAFLORES, LIMA, PERÚ, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Sean valientes, Mis queridos hijos, en estos tiempos de Armagedón.

Mi Corazón es su emblema de batalla, es el escudo impenetrable que nadie puede derribar.

Por eso, con coraje y valentía, sean Mis ejércitos orantes victoriosos que responden al llamado de la Madre Celestial, sean portadores de la Gracia que todo alcanza y redime.

Queridos hijos, sean valientes todo el tiempo y no bajen los brazos, Yo estoy aquí para interceder por Mis hijos y para llevarlos al Divino Corazón del Redentor.

Queridos hijos, sigan Mis caminos, porque en ellos está escrita la historia de su liberación y perdón; en Mis caminos está escrita la historia de toda su conversión.

Triunfantes en la oración y misericordiosos en el amor sigan adelante, Mis queridos hijos, porque aún hay mucho que hacer por toda esta humanidad.

Hijos Míos, Yo soy su Comandante y Guía, soy la Madre triunfadora de Corazón y de Alma, de Espíritu y de Divinidad a través de todos Mis hijos soldados orantes.

Queridos hijos, es la hora de hacer triunfar el Plan de Dios, y la Obra se realizará con la colaboración de todos.

Sean Mis testigos, sean finalmente Mis amados hijos.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los ama y los protege siempre,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 36.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN LA CIUDAD DE FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Y a pesar de que no lo parezca, Mi Luz vence el mal y así triunfa Mi Plan en la Tierra, en cada corazón abierto a escucharme y a recibir en esta hora el poderoso caudal de Mi Amor, el que lo transformará completamente y le traerá la vida, la vida espiritual que existe en los Universos y que forma parte de cada ser, cuando él despierta a su verdad. 

Esa verdad y ese despertar  intenta ser infiltrado por  Mi enemigo. Pero el poder de Mi Amor todo lo vence y él le teme a Mi Luz y a Mi Verdad. Cuando se enfrenta a ella queda confuso y no sabe qué hacer, porque no conoce el Amor; en verdad se alejó del Amor, del Amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Es ese Amor Trino que les trae la Vida Eterna, la renovación y la paz para estos tiempos.

En esa Santísima Trinidad deben guardar sus corazones y  vidas, dentro de ese triángulo de luz que representa la Santísima Trinidad; allí estarán protegidos de todo mal, ayudarán a proteger a sus hermanos y también ayudarán, queridos compañeros, a retirar de la ilusión a cuantos duermen en este momento.

Esa ilusión mundial es creada por Mi adversario todo el tiempo.

Las almas están hipnotizadas y muchas creen en otra vida espiritual que no es la que Yo ofrezco en este tiempo.

Mi adversario confunde a las almas y se muestra con resplandor a través de una falsa luz que hace cegar a los corazones y los hace ingresar en caminos confusos, que los llevan a separarse de Mi Ley.

Porque es la Ley de Mi Amor que les muestra la Verdad.

Si Yo di la Vida por ustedes y ahora doy la Vida por ustedes, en este tiempo, ¿por qué seguirán otros caminos compañeros? Mi adversario solo quiere tentarlos, quiere separarlos de Mi verdadero Corazón de Luz.

Por eso, hoy les traigo un ejemplo fidedigno de esa fidelidad máxima, a través de dos consciencias que dieron la vida por Mí, obedecieron Mis instrucciones y siguieron Mis Pasos con profunda fidelidad y humildad.

Ellas son Santa Teresita de Lisieux y Santa Teresa de Jesús, dos ejemplos para sus vidas que hoy presento ante Mi Altar Celestial. Dos Maestras de la oración, de la consagración y del camino espiritual, que podrán guiar sus pasos cuando tan solo se consagren a sus corazones.

En todos los Santos del Universo que dieron la vida en la Tierra por Mí, también está el ejemplo sagrado, la reverencia, la verdadera devoción ardiente.

En Santa Teresita de Lisieux podrán encontrar el ejemplo de la humildad, del verdadero amor al Niño Jesús y a Su verdadera Maestría Celestial.

En Santa Teresa de Jesús encontrarán vuestra reforma interior, la vida consagrada; cada cual en su diferente grado de amor y en su grado de compromiso Conmigo.

Santa Teresa de Jesús se ofrece como su Instructora en este tiempo, para guiar las almas de los autoconvocados, de aquellos que están despertando en este tiempo a la verdadera Consciencia Espiritual del Universo.

Hoy les encomiendo estas dos grandes consciencias porque han dado un fiel testimonio de la presencia de Mi Palabra en el mundo y, sobre todo, de Mi Sagrado Corazón.

En ambas encontrarán el camino de la perfección.

Todos los caminos que están llenos de amor llevan a Mis Caminos. Es eso que deben intentar recorrer en este tiempo y dejar de ser engañados por sí mismos, como es engañado el mundo.

Hoy les traigo este mensaje, compañeros, porque es importante que crezcan en la Verdad.

Yo los invito a ser humildes, dentro del apostolado espiritual que Yo ofrezco para todas las almas.

Solo necesito que oren Conmigo, que adoren al Hijo de Dios, porque estarán adorando al Padre Celestial. Que contemplen este legado que Yo les entrego para que pueda abrir sus consciencia hacia ese camino de redención.

Todas las almas son llamadas a vivir en Mi camino. El único camino que Yo ofrezco en este tiempo es el camino del amor, que los podrá unir con sus hermanos, con todos los que los rodean, con todos los que buscan la verdad, la verdad del corazón.

Es esa verdad que los hará fuertes para retirar de la consciencia toda mentira, toda ilusión o todo engaño que Mi enemigo articula ocultamente por detrás de cada ser; pero quien vive en Mi Corazón y lo vive verdaderamente, no será engañado por él.

Su hora está cerca y Mis ejércitos se preparan para eso.

Ustedes son llamados a ingresar en ese comando espiritual del fin de los tiempos y del Armagedón, para que se preparen para vivir la batalla, una batalla que no es conocida por el mundo, que fue escrita por Juan, en el Apocalipsis.

Esa hora se está acercando; por eso, los invito a la adoración y a la oración para que estén listos, firmes y seguros, en cada decisión que tomen en sus vidas. Eso determinará sus destinos y a la meta que llegarán después de que todo suceda.

Hoy especialmente, hijos amados, vengo a retirar los velos de la ceguera para que puedan ver más allá de este lugar y de sus consciencias, para que puedan ver el Reino Celestial que se aproxima, con todo el esplendor de su Divina Misericordia, para las almas que más lo necesitan.

Mi Corazón sufre por los ingratos, aún más por aquellos que lastiman y que hieren el Corazón de Dios. Solo el Amor lo puede reparar y el ofrecimiento de cada alma ante el Hijo Celestial.

Si son como son, no deben temer por ser imperfectos. Yo los quiero ver verdaderos, transparentes y limpios de corazón. Porque por más imperfección que exista en la consciencia, y aunque toda prueba aún no se haya superado, Mi consuelo es infinito para aquel que lo clama de verdad.

Repito: verdad, porque es la verdad lo que deben vivir. Es la verdad que pierde el mundo, la verdad que pierden las almas de su verdadero propósito.

En la verdad existe la paz, la calma, el sosiego, la fortaleza interior, la victoria para cada corazón. Es esa verdad que Yo enseñé a Mis apóstoles, que hoy vuelvo a recordar para cada uno de ustedes.

No importa cuánto Me fallen, lo que importa es cuánto Me dejan de vivir. En la vivencia que podemos tener juntos se construye la hermandad entre el Cielo y la Tierra, entre Dios y Sus criaturas y entre sus semejantes.

Así estarán libres de sí y el pecado desaparecerá del mundo, desde el principio del Génesis hasta el presente, desde que Adán y Eva cometieron el pecado original. Eso puede ser borrado de la historia de este planeta cuando los Nuevos Cristos despierten.

Hoy, uno Mis Manos en oración para pedirle al Padre Celestial fortaleza para los débiles, amor para los duros de corazón, fe para los que perdieron la esperanza, cura para los enfermos, misericordia para los ingratos.

Hoy, vengo aquí para pedirle al Padre por ustedes y el mundo, porque los necesito en esta hora aguda de la Tierra, en donde todo está por suceder, más allá de la capacidad de cada ser.

Cuando todo suceda no habrá retorno porque todo estará cumpliéndose, como fue escrito.

Cristo pide una Biblia.

En estos caminos que Yo los invito a recorrer se encuentra siempre Mi Palabra, la Enseñanza, la Instrucción, que mueve a todos los espíritus para que realicen la Obra del Plan. Si alguno de ellos deja de cumplirla, no será por falta de Palabra, de Enseñanza o de Instrucción, será por inercia, por desobediencia o por indiferencia.

Así están muchas almas del mundo y aún Yo envío a Mi Madre a la Tierra para que Su Espíritu Consolador sea la fuerza motriz que mueve al Universo, generando todas las Gracias posibles para aquellos que no la merecen.

Ustedes, compañeros, sean merecedores de esa Gracia Celestial para que los dones que Yo les entregué en el pasado puedan estar al servicio de Mi Corazón, de Mi Obra Redentora.

En cada paso que dan Yo los acompaño.

En cada respiración que viven se encuentra Mi Espíritu presente cuando el alma está unida en verdad a Mí, y no quiere nada para sí, solo el bien para el mundo, para todo el planeta y la Creación.

Los invito a vivir en confraternidad. Ese será vuestro próximo paso para los próximos meses. Trascender los juicios, las indiferencias, las maldades, los comentarios, las blasfemias y todos los ultrajes que pueden realizar las almas del mundo.

Si buscan el espíritu de la confraternidad, solo lo encontrarán en Mi Corazón Misericordioso, porque Mi Corazón es esa gran usina universal de la cual muchas consciencias se sirven en los Universos.

Si Mi Corazón no se hubiera ofrecido en la Cruz por ustedes, en el presente nada de esto sería posible.

Padecí el dolor más fuerte de la humanidad a través de la indiferencia humana, de la negación y de la soberbia. 

Vengo a desterrar en los que Me quieran vivir, todos los patrones del mal que llevan a la decadencia de la humanidad, a la guerra, a la división a través de los tiempos.

Vengo a constituir, en los corazones solitarios, una nueva hermandad para que ya no se sientan más solos y cuenten con cada hermano de camino.

Así Yo podré estar entre ustedes cuando Yo ya no vuelva más, porque se acerca la hora en la que el mundo se purificará y verá la realidad que nunca quiso ver de sí mismo.

Rezo de rodillas delante Mi Padre para que para todos sea liviano ese momento crucial. Por eso les doy todas estas Gracias.

No pierdan este momento Conmigo.

Aprovechen Mi Presencia y no piensen cuándo terminará todo esto. Así no habrán comprendido lo que Yo les digo.

Aunque Yo no Me muestre a todos, Me hago presente en los corazones pacíficos. Así lo han podido ver en esta vida material.

Muchos creen que en este Libro no se encuentra nada y los que escribieron eran retrasados.

Los apóstoles que Me siguieron no tenían ninguna formación espiritual ni mental, pero Yo les enseñé, así como les enseño ahora a ustedes, a escribir las Palabras de Dios a través del corazón.

Por más que existan faltas o poco entendimiento para aquellos que se creen sabios, la verdadera Presencia de Dios, compañeros, está en los corazones simples, que escriben a través de sus ejemplos, que testimonian Mi Presencia en estos tiempos,en donde se necesita de la luz y de la paz.

Aquí se encuentran códigos inexplicables. Esto pertenece a Mi legado espiritual y no a los hombres que Me siguen.

Los hombres deben seguir Mis Mandamientos y no apoderarse de Mis Palabras.

Este Libro, que fue escrito con tanto amor, desde el principio del Génesis, les muestra una parte de la Verdad que aún no fue descubierta por ningún teólogo.

Primero, deben sentir en su corazón el mensaje para que después él sea verdadero y se cumpla en cada uno de ustedes.

Les dejé una Instrucción básica para los tiempos, las parábolas, que aún muchos no pueden vivir, más aún aquellos que las hablan en Mi Nombre.

Yo los invito a ser simples, así como es simple la escritura del corazón.

Porque Dios se manifiesta en tres planos de consciencia: en el espíritu, en la mente y en el humano.

Les vuelvo a dejar este presente de Dios. Aunque la Sagrada Biblia ha sido modificada, no se pierdan en los detalles, sino en la esencia en la Instrucción que da la Jerarquía espiritual para todas las almas del mundo.

En cada parábola existe una llave superior, un portal que se puede abrir ante vuestras consciencias. Serán invitados, de esa forma, a vivir los diferentes grados de amor, así como Yo lo enseñé en el Nuevo Testamento.

Yo coloco Mis Manos sobre la Sagrada Palabra de Dios para que, cuando todo termine, nadie haya perdido ni un solo enunciado de ella.

Que la Instrucción sea reverenciada y valorada por los corazones simples, porque allí estará la paz, en el conocimiento del corazón que ama más allá de lo que piense, porque la Palabra de Dios, la Palabra de la Jerarquía, es testimonio vivo para el mundo, de alcanzar la promesa de la Nueva Humanidad.

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Jesús va a orar por nosotros en este momento y nos pide que lo acompañemos en silencio y en unión con Él.

Cristo Jesús:

Deposita, Señor, Tu Enseñanza misericordiosa para los que han caído.

Escribe Tu nueva historia en los corazones impuros,
para que toda alma se pueda purificar y encuentre Tu Paz y el consuelo máximo de Tu Corazón.

Señor, no mires las faltas del mundo. Vislumbra el Poder de Tu Palabra, de Tu Sagrada Instrucción
en todos aquellos que la escuchan, mientras sus corazones se transforman en potentes caudales de luz.

A través de Tu Verbo, Señor, todo creaste.

Nací de la Fuente de Tu Corazón y así surgió Tu Divino Espíritu.

Creaste los Universos en siete días e hiciste las cosas a Tu semejanza,
en el gran resplandor de Tu Amor y de Tu Infinita Vida.

Constituye, Adonai ,Tus nuevas Enseñanzas en el mundo,
y que las almas despierten a Tu Amor, que se pronuncia como Palabra Viva en todo lo que has creado.

Transfigura, Señor, todo lo que ha salido de Tu Camino.

Hazte vivo y presente en aquellos que aún no Te escuchan y que niegan el Poder de Tu Verbo.

Padre Amado, Santo Señor de las Alturas, Fuente Única Universal,
nos enseñaste a orar de corazón y a implorar Tu Sagrado Nombre,
para que pudiéramos vivir como Tus dignos hijos, Tus amadas criaturas de esta existencia.

Borra de cada corazón herido las blasfemias cometidas
y todas las palabras que han herido Tu Corazón en la gran indiferencia del mundo. 

Reaviva Tus Fuentes de Instrucción como una inspiración divina para las consciencias.

Que cada alma encuentre el camino que lo llevará hacia Ti,
para poder vivificarte por los siglos de los siglos.

Hazte, Señor, presente en todos aquellos que Te claman.
No mires sus faltas sino la bondad con la que Te miran para encontrar Tu Misericordia.

Une Tu Poderoso Corazón con cada ser y destierra el mal espiritual de cada consciencia de la Tierra.

Reagrupa a Tu rebaño, Señor.

Soy Tu Pastor incansable que lleva a las almas a Tu Corazón
para que no se pierdan ni te dejen de encontrar.

Señor, acepta Mi Bondad y el ofrecimiento de todos Tus hijos
que oran a Tu Corazón compasivo, para pedirte una oportunidad.

Prometo llevar a Tu Reino a aquellos que se han transformado,
a través de Tu Santa Palabra, en el sacrificio y el amor, por el bien de toda la Creación.

Que así sea.

Mis oraciones no son escuchadas por el mundo. ¿Quién abrirá su corazón para escuchar lo que digo y no pensarán lo que cada uno quiere para sí?

Pregunten todos los días a vuestro Maestro qué es lo que necesita. El Plan está próximo a ustedes. Recuérdenlo para no perderlo de vista.

Ahora nuevamente los consagraré por tercera vez, para que en los próximos tiempos todo lo que haya sucedido aquí pueda dar sus frutos.

No quiero ver Mis perlas en los establos de los cerdos.

Cada luz que Yo entrego es preciosa para el alma que la sabe venerar.

Yo les traigo el alimento del espíritu y la esperanza para todo el planeta.

Confíen en Mí y nunca cierren sus corazones.

Volveré al mundo para terminar con este horror que todo el Universo está viendo.

Nuestro Silencio trae fortaleza, nuestra Oración trae constancia y nuestra Palabra, Misericordia.

En estos elementos, compañeros, Yo les entrego Mi Vida, Mi Perdón y Mi Amor, hasta que Yo retorne en la Gloria de Mi Padre.

Y con todos Mis ángeles vendré a llamar a Mis rebaños y a todos los que Me siguieron les daré la Vida Eterna y la Gracia de estar Conmigo para siempre.

Mi Corazón les entrego, como una llama de vida que nunca se apagará.

Hoy, elevo hacia Mi Corazón todas las intenciones que Me han ofrecido durante estos dos días.

Sepan que amo sus almas más que sus errores.

Mírenme a los ojos siempre que lo necesiten y quédense en Mí, en Mis Brazos, como Juan se quedó hasta la última hora de Mi entrega. Así también estarán consolándome y la soberbia se alejará para no confundir más a los corazones.

Así les entregaré Mi Paz y Mi Gracia eterna después de esta vida. 

Hoy Me quedo más tiempo entre ustedes para que se grabe en sus células este momento Conmigo, porque aunque el mundo Me rechaza con todas las faltas cometidas, Mi Amor nunca fallará, porque Yo soy vuestro Rey, y Soy el Camino.

Vayan en paz. Y por Mí, sean la paz a donde fueren.

Bajo la Gracia de Dios, sean bienaventurados.

En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

¡Gracias Padre por cuanto nos das!

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 36.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN LA CIUDAD DE FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Oración del Ángel de la Paz
Mi Dios, yo creo en Ti... (x3)

Comulguen de Mí en este momento y adoren al Todopoderoso, porque Él está atento a la voz de todas las súplicas.

He venido nuevamente en Mi Gloria para bendecirlos, pues la hora de este gran encuentro ha llegado para cada uno de sus espíritus y de los espíritus de sus hermanos, que también apelan por este momento de estar unidos a Mi Corazón en esta propuesta evolutiva de concretar el Plan de Dios, en estos tiempos de Armagedón.

Hoy vengo con la Gloria del Padre y del Espíritu Santo, como la manifestación del Hijo Primogénito, para que así recuperen su filiación con Dios; y el mundo también recupere su espiritualidad, que la ha perdido por las guerras.

Hoy vengo a establecer aquí el segundo protocolo de Mi Paz, en unión a la Creación Universal, que rige todas estas cosas, de la cual Yo me sirvo para realizar las Obras de Mi Padre; que también son sus obras, de ustedes, Mis apóstoles.

Hoy vengo en el silencio percibiendo a la humanidad y su gran necesidad de amor, para estos tiempos críticos. Por eso, su esfuerzo debe ser permanente para que Mi Obra se realice en el mundo y en esta humanidad. 

Cada uno tiene su papel en este tiempo. Cada uno cumple una parte de este Plan. Todas las piezas de este Plan son importantes para que la Obra se pueda concretar. 

En lo profundo de Mi Corazón, sé que aún faltan muchas piezas para que formen parte de ese Plan Universal, que invita a elevar la consciencia y a salir de la superficialidad en la cual la humanidad se ha colocado, olvidándose del Amor de Dios. 

Este Plan está regido por el Amor de Dios. Así como el Amor rige a todos los Universos, así el Amor que rige a sus consciencias, rige toda la Creación, todo lo que es vida y manifestación en este Universo material.

Ustedes son parte de esto, compañeros, de un comando mayor al que son invitados a participar; que no es un comando como el la Tierra, que es regido por hombres débiles que buscan su propiedad, la guerra y la separación entre las almas.

El comando del que Yo les hablo, amigos Míos, es el comando de Mi Corazón, de donde brotan todos los Rayos de la Misericordia,  donde nacen todas las almas que se congregan espiritualmente Conmigo para servir en el fin de los tiempos.

Ustedes son parte de esa realidad y cada uno de ustedes se posiciona dentro de esta Obra. Cada acción que cometan dentro de esta Obra es importante, así como lo es el discernimiento en la misma.

Todo forma parte de una ciencia espiritual que Yo los estoy invitando a vivir de una forma desconocida, porque aún no está en sus consciencias; pero sí puede estar en sus corazones, cuando ellos vibren junto al Mío, en esta Obra de Redención y de Paz de toda la humanidad.

El Plan se articula en estos tiempos según la necesidad de este Universo, de todas las humanidades que forman parte de esta creación material. Desde allí parten todas las Leyes, en donde todas las criaturas son regidas según un principio mayor, según la Ley del Amor y de la Unidad de Dios.

Quien está fuera de ese Principio no puede estar formando parte de este Universo material ni en espíritu, ni en alma, ni en cuerpo, porque estará fuera de la Ley.

En este punto se encuentra la humanidad, fuera de su verdadera realidad para la cual fue creada en el Principio del Génesis para realizar la Obra de Dios; para concretar este proyecto humano basado en el Amor, en la Verdad y en la Unidad, que muy pocos viven a través de los tiempos. 

Esto llevó, compañeros Míos, a la determinación del Padre Celestial y de Sus santos arcángeles para que Yo, el Cristo, el Hijo Primogénito, nacido del Corazón del Padre Celestial, de la Fuente Mayor, encarnara entre ustedes para poder salvarlos y guiarlos, para hacerles recordar las Leyes del Universo a través de las parábolas simples que todos los corazones pueden comprender.

Revivan Mi Mensaje, Mi Evangelio, el Nuevo Testamento, y también únanlo a este Nuevo Testamento, a este Nuevo Mensaje que hoy entrego para el mundo, y a todos los mensajes que ya les entregué, para que sus vidas se pudieran redimir bajo el Principio de Mi Amor Misericordioso.

Vine al mundo y muy pocos comprendieron qué fue lo que hice. Solo a través de los tiempos, muchas consciencias santas y almas inspiradas en Mi Cristiandad consiguieron acceder a Mi Principio de Amor y de Unidad.

Ellos fueron retransmisores de Mi Amor Universal para el mundo; así como ustedes, compañeros, que en esta hora definitiva, dentro de este Plan que los convoca, son llamados a irradiar el Amor de Dios para el mundo, sin olvidar primero que entre ustedes deben estar bien unidos para que eso pueda suceder; de lo contrario, todo sería un fracaso.

Por eso Yo les vengo a decir en esta Maratón, que deben buscar su verdad por encima de los errores y de los aciertos, de los aprendizajes y de las pruebas, de los desafíos, de las calamidades o de las tristezas.

Por encima de todo Yo vengo a entregarles el Principio de Mi Verdad, que está basado en el Amor de Dios, en donde ustedes pueden ingresar en consciencia para descubrir su verdadero propósito, que deben cumplir en esta hora, en honra a Mi Sagrado Corazón.

Por eso vine en el pasado y vine a través de los tiempos realizando milagros y prodigios, testimonios y curaciones, para que todos pudieran creer que Yo Soy el Cristo, el Hijo de Dios, que prepara Su Retorno en esta hora aguda del planeta, en donde las almas deben encontrar el sentido espiritual de sus vidas, el camino a la reconciliación y al perdón, que han perdido entre sus semejantes.

Yo vengo a unir los tiempos: el tiempo en que ustedes viven y el verdadero tiempo del Universo.

Yo vengo a aproximarlos hacia la verdadera dimensión de las cosas, a través de todas las Jerarquías Espirituales y de todos los ángeles que cooperan en esta Obra de Redención y de Paz. 

Yo vengo a abrir las puertas a una oportunidad única y definitiva que las almas tendrán en esta última hora; una oportunidad de cruzar el umbral, de cruzar el portal hacia Mi Corazón, de reconocer su propia verdad, su verdadera constitución espiritual para la cual fueron creados a imagen y semejanza del Creador.

La humanidad no podrá autodestruirse, y aunque lo ocasiona todos los días, los Mensajeros Divinos están al servicio del Plan, así como ustedes deben estar al servicio de Dios; deben desterrar del mundo esa idea destructora de apartar la fe de los corazones, de apagar el amor de los corazones, de hacer sufrir al mundo.

Por eso Yo vine aquí para mostrarles el origen, su verdadera filiación con Dios, con el Altísimo, que está tan lastimado por los pecados del mundo, por la guerra y la persecución de hermanos entre hermanos.

Como lo ha dicho Mi Madre en Fátima, vengo a traerles en esta hora un corto tiempo de paz, para que la mayoría de la almas ingresen al Reino de Dios y no pierdan la Gracia de redimirse.

Yo les traigo la consciencia del Plan, porque debe ser bien comprendida; pero primero amada para poder después ser entendida en cada corazón humano que se abre para este Misterio infinito de Amor.

Yo uno a las consciencias cuando las consciencias se unen a Mí de verdad y no quieren nada para sí, sino todo el bien mayor para el mundo, para los que más necesitan encontrar la salvación, así como ustedes la encontraron.

Por eso este Encuentro Conmigo, compañeros, es único y en poco tiempo no se repetirá más, porque el mundo deberá purificarse completamente, dentro y fuera de los seres.

Esa purificación será intensa, pero el corazón que confía en Mí no perecerá.

Yo le daré la renovación, la fuerza para poder soportar su purificación. Porque quien Me ama es protegido por Mí cuando es sincero en su pensamiento, en su sentimiento y acción.

Ésa es la verdad que quiero que vivan por los que no la viven, por los que la ocultan por estar ciegos de sí mismos y estar lejos de Dios, aunque crean no estarlo.

Por eso Yo les muestro, compañeros, Mi verdadera Iglesia Espiritual, que no vive en este mundo, sino en el corazón de quien la busca en la íntima unión con Dios, con el Padre, con el Hijo y el Espíritu Santo.

En esa Santísima Trinidad está Mi Iglesia Espiritual expandida por el mundo, en los templos internos de las almas; porque será su pequeña iglesia interior  la que se fundirá con la Mía para formar los nuevos pilares de la Nueva Raza.

Bendeciré y sacramentaré los elementos. Así como en este día los bendeciré nuevamente a pedido de Mi Padre Celestial, por medio de Mi Gracia sublime.

Derramaré las Gracias de Mi Glorificado Corazón para aquellos que sepan contemplarlas en humildad y amor.

Alabemos al Padre que está en los Cielos. Es el Creador que Me ha enviado para salvar al mundo de su total ignorancia e incapacidad de amar.

Apóstoles Míos, siervos de Mi Divina Misericordia, salgan de este santuario interior amándose los unos a los otros. Recuerden esa Ley, porque quien ama de verdad no estará en las garras de Mi adversario.

La bestia le teme al Amor y en consecuencia, a todos los que le siguen.

Mi Corazón es el Poder de Dios manifestado en cada parte de la Tierra. Veneren Mi Gloria, difundan Mi Misericordia y todo estará cumplido.

He venido con Mis ángeles del Universo. Regentes Solares del Universo Celestial que conocen sus almas y el origen de sus espíritus, y les traen la consciencia en este momento, la sagrada oportunidad de poder despertar a la Ciencia del Universo basada en el Amor de Dios, en Su infinita Unidad.

Como los ángeles cantan a Adonai, proclamando Su Sabiduría en este Universo material, así quiero que sus voces canten, proclamando al Padre, al Regente de esta Creación, a Aquel que los ama desde el principio.

Kodoish...

Oración:
Santísimo Corazón de Cristo...


Todos de pie.

Cuando los Sacramentos son bendecidos, las almas son premiadas; no como el premio que el mundo conoce, sino como la Gracia Suprema de Dios, que desciende sobre las consciencias para que puedan dar un nuevo paso.

Este es el verdadero sentido de los que son sacramentados, ser renovados por el Amor y la Unidad de Dios y encontrar el camino, el verdadero camino de su propósito para esta vida, la realización de la Obra de Dios en cada corazón humano, en cada alma que se congrega para poder servirme.

Mi Sagrado Corazón se ennoblece por estar aquí y Él se expande en Amor para todos.

Mi Madre concede estas oportunidades para todos, porque Ella intercede por cada ser que le clama de corazón por la Gracia de Su Amado Hijo.

Ustedes son agraciados en este día especial y les agradezco por acompañarme en esta Comunión eterna Conmigo por el triunfo del Plan.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

¡Gracias Señor por cuanto nos das!

MENSAJE PARA LA APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL,  A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS​​​

Queridos hijos,

Después de más de un año de mensajes diarios, quisiera guardar en sus pequeños corazones las dádivas que recibieron a través de Mis palabras.

Aquel que, entre ustedes, sepa encontrar en las entrelíneas lo que les dije, toda la enseñanza celestial, será dichoso y bienaventurado, tanto en la Tierra como en el Cielo y será precursor de Mi Reino de Paz en este mundo.

Hijos, a lo largo de este último año, preparé sus corazones para los tiempos de Armagedón, intentando traerles una consciencia más amplia de los momentos de pruebas que viven como humanidad y como civilización.

Mi Inmaculado Corazón intercedió por sus almas ante Dios innumerables veces, para que pudieran estar un poco más despiertos, en medio de la realidad somnolienta y rendida de la mayor parte de los seres humanos.

Entre Mis palabras, les revelé muchos acontecimientos que vivirán como raza, en el momento en que la Justicia Divina se precipite sobre el mundo con toda Su Autoridad Celestial, y lo hice así para que sus espíritus y sus corazones estén fortalecidos para soportar con valentía las correcciones divinas que descenderán sobre la Tierra.

Como su Madre Celestial y Rosa de la Paz, los amparé en Mis brazos, para que, bajo la protección de Mi manto y el resguardo de Mi Paz, pudieran crecer y madurar como corresponde a seres despiertos, espíritus que tantas Gracias recibieron y que fueron sumamente auxiliados por Dios.

También les revelé misterios celestiales en la simplicidad de Mis palabras. Les di a conocer el origen de todo, la grandeza del Universo, la magnitud de los Espejos del Cosmos, que se multiplican en el corazón de todos los seres orantes, puros de intención y abiertos de espíritu.

Delante de sus mundos internos, les abrí Mi manto y les demostré como todo se crea y recrea bajo el resguardo y el amor de la Madre Universal.

Junto a los Mensajeros Divinos, los Sagrados Corazones de Jesús y de San José, les di a conocer más ampliamente la Consciencia de la Madre del Mundo, de dónde surgió, cómo llegó a la Tierra y para dónde retornó después de haber cumplido Su misión en este mundo.

Mis amados, en este día, coloco en sus corazones Mi esperanza maternal. Que, después de tantas bendiciones, puedan recurrir a este legado de paz para consolidar la propia adhesión a los Planes del Creador y, así, por el ejemplo sincero y cristalino, puedan impulsar a otros para que den pasos semejantes en dirección a Dios.

Que el espíritu del permanente servicio abnegado sea una realidad en la vida de todos los que escucharon la dulce voz de la Madre Celestial. Que los mensajes que les entregué a lo largo de las últimas misiones sirvan de impulso, para que el espíritu misionero nazca en el interior de todos Mis hijos y aprendan, Mis amados, a encontrar la necesidad en cada lugar y a suplirla como puedan.

Que Mi Corazón Materno permanezca impreso en sus pequeños corazones, para que aprendan a amar y servir al prójimo, así como Yo amo y sirvo a todos ustedes. Imiten Mis pasos maternales y cuídense siempre los unos a los otros, bajo el espíritu de la unidad y de la fraternidad. Así, demostrarán al mundo y al Creador que no fue en vano que Yo haya retornado al mundo todos los días por un año más.

Los bendigo y les doy Mi Paz,

Vuestra Madre, María Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ Y MADRE DE LOS REFUGIADOS, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Queridos hijos:

Por medio de las luchas espirituales se alcanzará la paz, es por eso que en esta hora decisiva se define el próximo camino para seguir en esta situación planetaria.

Queridos hijos, hoy necesito que mantengan encendida su fe, la fe del corazón y del alma para que así el amor de sus corazones derrote a Mi adversario. Él no conoce el amor y le teme al amor divino y superior.

Por eso, hijos Míos, con lanzas de amor en sus manos, batallen por la paz irradiando amor y compasión ante tanta crueldad humana.

Hijos Míos, la misión humanitaria en Turquía ha movido los planos espirituales. Todo lo que produce el caos, así como el terrorismo y la aniquilación de personas inocentes, genera una forma de batalla espiritual permanente en la que las legiones de la luz y las fuerzas del caos producidas por las acciones de la humanidad batallan para definir el reinado.

El Todopoderoso sabe que todo esto está sucediendo y que día a día eso compromete a la humanidad.

La oración de todos está siendo una poderosa arma que hace desaparecer el terror y el miedo de los corazones, porque el arma de la oración está llena del amor verdadero que sus corazones pueden sentir.

Hijos Míos, sigamos trabajando por la paz, que los soldados orantes se formen en las primeras filas del Armagedón, pues el planeta debe ser rescatado.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

En comando y oración,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ Y MADRE DE LOS REFUGIADOS, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

​​Como el humo del incienso sagrado que exorciza las tinieblas, las nubes del Cielo en las que posan Mis pies exorcizan las creaciones del mal y así, establezco el Reino de la Luz en donde antes no existía.

En esta guerra del fin del tiempo, queridos hijos, no hay nada que se pueda oponer a la Luz de la Madre del Sol, porque de lo contrario se quemaría por la intensidad del impulso solar que tiene el Fuego Divino.

Hijos Míos, las herramientas angelicales siempre estarán a disposición de los misioneros y de los soldados de la paz para que, en la aparente nada, surjan y se puedan defender de todo mal.

El Armagedón ya circunda al planeta, y muy pocos quieren aceptar que los tiempos cambiaron.

Las resistencias al cambio, aunque sean en una parte, repercuten en el mundo actual, y retrasan los pasos que la mayoría debe dar.

Nuevamente, les digo que en esta batalla final por la conquista espiritual del próximo reino no podrán existir interferencias de ningún tipo; porque si así fuera, las consciencias aún no estarían preparadas para sobrellevar la esperada purificación del planeta.

Que a través del servicio humanitario y de la donación de amor, sigan siendo desactivados los falsos reinos creados en las grandes regiones, reinos que existen para aterrorizar a las consciencias y apartarlas de Dios.

La verdadera victoria estará en los que perseveren de corazón. Mi Hijo nunca los dejará solos, cuando entre los corazones exista la certeza y la fe absoluta de que Jesús mora y vive en cada corazón humano, lo que no podrá ser quitado por nadie ni por ningún arma de exterminio físico ni espiritual.

El Amor de Cristo que vive en los corazones es el Amor del Padre que los abraza y los guía hasta la meta final.

Hoy les estoy hablando de los refugiados, de sus hermanos que perseveran hasta el final, en la sagrada esperanza de que algún día encontrarán la Tierra Prometida, después de este largo exilio.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los une al Corazón del Padre Celestial,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados

MENSAJE PARA LA APARICIÓN DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS​​​​

Queridos hijos:

Para preparar sus espíritus para el Armagedón que se precipita en la consciencia planetaria, deben comenzar a asumir más seriamente su propio compromiso con el Plan de Dios, demostrando esa adhesión en las pequeñas cosas del día a día.

Mi adversario ya no los buscará más en las grandes dificultades, pues reconoce que el poder de la oración les permite estar en un estado interior de vigilancia, en el cual los grandes ataques se pueden percibir. Sin embargo, las brechas más insignificantes serán para todos las que romperán las estructuras que parecían que estaban tan consolidadas en la consciencia.

Hijo, muchos tienen la absoluta certeza de que se mantendrán firmes y fieles hasta el final de esta batalla y creen que están preparados para soportar los embates que vendrán. Lo que ellos desconocen, en su inmadurez espiritual, es que lidiarán con situaciones y confrontaciones inusitadas incluso para la vida universal.

El Armagedón planetario ahora involucra a toda la Creación de Dios, incluso más allá de este universo, porque todos esperan asistir al triunfo del amor y de la unidad en este planeta, que se transformó en un punto oscuro de la Creación Divina.

Quiero decirles con esto que, para que Dios triunfe en sus consciencias, Él debe triunfar de a poco en cada pequeño espacio de sus seres. El triunfo de Dios en el corazón humano es algo que cada criatura debe ofrecer al Creador por mérito propio, pues no podrá el Señor triunfar en un corazón que no se abre para vivir la transformación absoluta y la unidad con Él.

Mi adversario conoce bien las deficiencias de la humanidad y, por haber creado el mismo las fuerzas capitales que circundan a la Tierra, sabe bien cómo se infiltran en la consciencia humana y la dificultad que todos tienen de poder vencerlas, ya que por tantos eones de existencia, fueron ganando espacio hasta que hoy dominan una gran parte de la humanidad

Este mismo adversario un día estuvo al lado de Dios y, por más que ya no sienta dentro de sí la potencia del Amor Creador, él sabe bien que no hay nada más poderoso, en toda la Creación, que este Amor Divino. Es por eso que su reinado se estremece ante un corazón que se entrega a Dios y que se lanza sin temor al descubrimiento de la oración que lo une, sin intermediarios, con el potentísimo Amor del Altísimo.

Sin embargo, hijos, son pocos los que se dejan tomar por el Amor de Dios y que realmente se arriesgan a quemarse en el Fuego de Su Santo Espírtu, porque el Amor de Dios remueve del interior de los seres toda la oscuridad, derriba las estructuras del mal construidas en la consciencia y, muchas veces, deja al ser ante un vacío absoluto y de no reconocimiento de sí mismo, dado que están todos tan acostumbrados a vivir bajo el yugo de las energías capitales.

El Amor de Dios está disponible para todas las criaturas. Su Fuego Divino aspira a incendiar los corazones, pero para recibir esta Gracia, no basta pedirla con palabras; deben clamar por ella con el corazón y generar méritos para recibirla con sus acciones y con su esfuerzo diario.

En la viviencia de la fraternidad, de la caridad, de la obediencia, de la humildad, de la mansedumbre y de la paz se encuentran las claves para unirse a Dios. En el esfuerzo permanente por trascender las tendencias oscuras del propio interior es que el Fuego Divino desciende en auxilio y destituye el reinado de las fuerzas mundanas en la consciencia de los seres.

No pierdan más tiempo, hijos, porque Mi adversario no solo se estremece sino que también actúa sin cansancio, en la desesperación de su derrota inminente. Por eso, también sean incansables en la vivencia del amor y de la unidad. Sean incansables en la comprensión con el prójimo, en la donación de sí mismos, en el servicio a los Reinos de la Naturaleza, en la trascendencia del propio orgullo, de la arrogancia y de la vanidad. Pronto triunfará el Dios Supremo en su interior.

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ Y MADRE DE LOS REFUGIADOS, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Queridos hijos en misión:

Turquía se ha mostrado ante ustedes como una nación organizada, desde el punto de vista humanitario, para poder socorrer a la gran crisis migratoria que aún no ha terminado.

Mientras los desacuerdos y las migraciones continúen, el mundo no tendrá paz. Por eso, su Madre Celeste implora al Padre Eterno para que establezca Su Justicia ante tanta crueldad y aniquilación de almas buenas.

Hijos Míos, el tiempo indica que debemos seguir orando sin dejar de abrir en los Cielos el potentísimo afluente de la Misericordia Divina que podrá conducir hacia el Cielo a las almas que fueron presas y decapitadas por el adversario.

El tablero del Armagedón aún está en juego para definir quién ganará, en el próximo tiempo, la última batalla.

Mientras el caos se manifiesta en el mundo y sobre todo en las vidas de los refugiados, queridos hijos misioneros, que su principal propósito sea mantener la paz interior adonde vayan y la cálida sonrisa de amor y de fraternidad que Mis hijos de Medio Oriente necesitan. Es de esa forma, hijos Míos, que vuestra Madre Celeste consigue abrazarlos a todos y colocarlos bajo Su Manto protector.

Queridos hijos, la nación turca ha sido una escuela de madurez y de definición interior para cada uno de ustedes, así como lo fue para su Madre Celeste cuando estuvo en esa región para finalizar la síntesis de Su existencia.

Que la síntesis de ustedes sea definirse como un grupo misionero para el fin de los tiempos, disponible para cumplir el llamado de la Jerarquía Celestial, así como lo han hecho hasta ahora.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice y los guía, junto con ustedes en misión,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados

MENSAJE PARA LA APARICIÓN DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS​​

Hijos Míos:

Mientras las guerras se expanden por el mundo y en muchas mentes reina el deseo de un gran conflicto mundial, Mi Inmaculado Corazón los llama a difundir el Espíritu de la Paz, a hacer del gran caos, que se expande a diario, la razón para que maduren inmediatamente y asuman rápidamente el lugar que les corresponde en el Ejército de la Paz y del Amor, guiado por Mi Corazón.

Los llamo a hacer de la sangre derramada por los cristianos del mundo, el motivo para fortalecer su propia fe y proclamar aún más alto que Cristo reina en su interior.

La batalla ya está en curso: no hay reglas, no hay límites.

Así como no hay límites para las maldades que suceden en el mundo, ustedes tampoco deben colocar límites en su capacidad de amar. Amen sin límites, sin condiciones. Lleven esperanza hacia los corazones que perdieron la fe.

No es que serán ingenuos delante de lo que ocurre en el mundo o indiferentes a las guerras y a los sufrimientos del prójimo, pero sí serán conscientes de la batalla y participarán en ella, proclamando la paz, venciendo la astucia del enemigo con actos de amor.

Frente a las guerras religiosas, vivan la paz entre las diferentes religiones. Difundan el respeto por el camino escogido por cada uno, para llegar al Único Dios.

Cuando el enemigo los derrumbe y los lleve a la perdición, no se desanimen: confíen en la Misericordia que los congregó en este mundo y perseveren una y otra vez en la vivencia de la perfección, hasta que sus consciencias comprendan que es tiempo de crecer y dejar de lado las infantilidades, para que sean verdaderos apóstoles de Cristo en este mundo en tinieblas.

Hijos Míos, para que la humanidad reconozca los tiempos que vive, deben difundir la Misericordia y la Paz. Abran los ojos de los que están dormidos, den a conocer los tiempos de tribulación, el Armagedón espiritual y físico que ya comenzó en el mundo y que poco a poco purifica la Tierra, para que ustedes aprendan a buscar a Dios.

Para que la humanidad despierte, necesitan actuar y no callar más, aunque sí anunciar al mundo la posibilidad de actuar por la oración y por los actos de perdón y de reconciliación pedidos por San José, así como también por los actos de servicio.

El mundo necesita equilibrio y paz, pero esto les será concedido por los méritos alcanzados por el corazón humano.

Hoy, les pediré que sus corazones sean uno con los corazones de los misioneros, tanto los de Medio Oriente como los de Argentina. Deseo establecer la paz, pero para eso es necesario que generen méritos por la oración y por la acción consciente en sus vidas.

Mis amados, si supieran del mal que se precipita en el planeta, no perderían tiempo consigo mismos y con sus propias aspiraciones, sino que se encaminarían hacia el cumplimiento del Plan Superior, para suplir las mayores necesidades de este mundo.

Lo que Dios más necesita de todos en este momento es de su madurez, de su verdadera consciencia de los tiempos que viven, que sean consecuentes con todo lo que saben y que no solo estén en Mis Apariciones, creyendo que es suficiente escuchar Mis Palabras.

Cuando dicen ser apóstoles de la paz y dicen querer establecer la paz en el mundo, pero no consiguen comprender al prójimo y vencer su propio orgullo para disolver los conflictos con aquellos que tienen a su lado, su despertar jamás será verdadero y no podrán decirse soldados de Mi Ejército de la Paz, pues aquel que es un soldado en este Ejército, vive la paz en las pequeñas cosas de la vida, ama al prójimo en los pequeños detalles, comienza el servicio con aquellos que tiene a su lado, y así, poco a poco, irradia la paz hacia el mundo.

Que Mi Paz sea una realidad en las vidas de los que dicen proclamarla.

Sean verdaderos consigo mismos y con Dios, porque el enemigo se servirá de sus máscaras para vencer sus corazones con los orgullos y las vanidades que aún viven.

Hijos, busquen tener corazones humildes para vencer el orgullo que causa las guerras en el mundo entero.

Los amo y siempre los bendigo.

Su Madre María, Rosa de la Paz

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Queridos hijos:

Hoy, Mi Corazón llega a este Reino de Cura para la humanidad con un propósito de liberar la mayor cantidad posible de almas de los abismos de este mundo.

Hoy, Me coloco sobre este altar, no solamente como un símbolo de Mi irradiación sobre el Medio Oriente, sino como una Verdad, porque así estoy todo el tiempo clamando por esta tierra sagrada en la cual un día coloqué Mis Pies, la cual deseé santificar con la Presencia de Mi Hijo.

Cuando estuve en el mundo, sentí en Mi Corazón la esperanza de que este planeta pudiera ser sagrado, porque portaba en Mi Vientre al Hijo de Dios. Caminé por todo el Oriente y también por Europa, buscando extender el Reinado de Mi Hijo, anunciar Su Retorno, Su Resurrección, Su Vida Eterna.

Tuve la esperanza de que pudiera surgir una Nueva Jerusalén, aquella tierra sagrada tan esperada, pero no fueron muchos los que escucharon a Mi Hijo, los que lo escucharon de verdad, que siguieron Sus Palabras, tornándolas vida. 

Escuchar a Cristo no es solo comprender Sus Palabras, es vivirlas. Es por eso que les digo que fueron muy pocos los que lo escucharon. 

A pesar de que Él caminó entre las multitudes, muchos vieron Sus milagros y se asombraron con ellos, pocos fueron los que hicieron de sí mismos el mayor milagro de Cristo. Y, a lo largo de estos dos mil años, fueron muy pocos los que se animaron a vivir este milagro, este milagro que Mi Hijo perpetuó a través de la Eucaristía, en la que Él se entrega todos los días al corazón humano, renovando Su Pasión y Su oferta de renunciar a Sí mismo por la salvación de este mundo.

Cada vez que comulgan de Cristo, que reciben el Pan y el Vino, en ese momento Mi Hijo revive Su Pasión y reconfirma, ante Dios, Su entrega perpetua por este mundo y por muchos otros. 

Por eso, hijos, deben saber estar ante la Eucaristía, deben recordar, cada vez que comulgan, el sacrificio sagrado de Mi Hijo Jesús, Su Perdón y Su Misericordia; porque así, no solo renovarán Su sufrimiento, renovarán también Su Misericordia, Su Paz ante todos los acontecimientos, Su Fe absoluta en el Creador, aun crucificado delante de la muerte, Su certeza sobre la vida eterna, de que, unido a Dios, resucitaría.

Vengo a resucitar a este mundo, a ver resucitar a las almas, así como vi resucitar a Mi Hijo. 

Vengo a resucitar el Propósito de Dios en el corazón humano, para que no se pierda ni se desvanezca.

Mi Corazón los acompaña y los sustenta, así como impulsó a Cristo a seguir con Su sacrificio hasta el final. Pero, si quieren seguir el ejemplo de Mi Hijo y contar con la ayuda de Mi Inmaculado Corazón, deben ser persistentes, perseverantes en el Propósito Divino, independientemente de los resultados, independientemente de lo que llaman fracasos; porque las leyes de este mundo no se asemejan a las Leyes del Cielo. Lo que puede parecer un fracaso ante los ojos humanos es la gran victoria del Creador.

Aquellos hijos Míos que renuevan su fe en el Medio Oriente, a pesar de toda la persecución, del miedo y del dolor, están renovando la fe del mundo entero, están renovando el sacrificio de Cristo, están haciendo del fracaso de una nación la victoria de Dios en el corazón de ella. 

Es por esos hijos Míos que nunca pierden la fe que Mi Corazón aún puede interceder por Siria. Con su convicción de permanecer unidos a Cristo, ellos Me abren las puertas todos los días. 

Pero, para que Mi Inmaculado Corazón triunfe y que allí reine la paz, como en todos los países del Medio Oriente, necesito que más seres vivan la oración verdadera, confirmen su unión con Cristo y descubran que el verdadero tesoro es la vida espiritual, que trasciende la materia y todo lo que ella ofrece.

Necesito también, hijos Míos, algo más que sus oraciones; necesito que se conviertan en verdaderos apóstoles de Cristo, que no teman vivir según Sus Palabras, según Su Voluntad y que anuncien al mundo, con ejemplos, la posibilidad de vivir la paz.

Quisiera despertarlos del sueño en el que viven y demostrarles que aún es muy poco lo que le entregan a Dios, ante la gran necesidad del mundo. Aún insisten, hijos Míos, en ser niños en la vida espiritual, cuando el Armagedón planetario los invita a actuar como adultos espiritualmente .

Por más que creen que viven la vida del espíritu, sus ejemplos demuestran que aún hay mucha resistencia en su interior. Y les digo estas cosas porque hicieron un compromiso con Dios de ser los que impulsan la transformación del planeta; es por eso que Yo los ayudaré, por ese compromiso que hicieron en el principio y que no se puede perder en las pequeñeces de sus vidas.

Mientras el tiempo se acelera y los días van perdiendo sus horas, necesito que cumplan con su misión. Hoy, les muestro a los ojos de sus corazones la realidad planetaria para que así, hijos Míos, despierten a la verdad, maduren sus espíritus y ya no piensen tanto en sí mismos, en su propia comodidad y en su propio bienestar, cuando es tiempo de servir, de entregar hasta la última gota de sudor, en nombre de Aquel que un día sudó sangre por Amor a la humanidad. 

Aquel, que es el ejemplo de sus vidas, dio hasta la última gota de Su Sangre y perdonó cada una de Sus Llagas, convirtiendo Sus heridas en Fuente de Misericordia para el mundo entero, como también para el cosmos. Es por eso que se tornó Rey y hoy los invita a imitar Sus pasos, porque Su sacrificio no fue suficiente para convertir este mundo como Dios espera.

Hijos Míos, los envié a Medio Oriente para que vieran con sus propios ojos lo que el enemigo causa en el interior de los seres: el dolor y el sufrimiento, el miedo y el rencor, que con mucha dificultad serán arrancados de esos corazones humanos solo con el esfuerzo de todos, con la oración, con el servicio, con el sacrificio tan temido por esta humanidad y que, en verdad, no es nada más que su posibilidad de unirse a Cristo y a lo que Él representa para toda la Creación.

Hoy, sobre este altar, les muestro las realidades del espíritu, que superan lo que ocurre en la materia, y hago eso para que, como humanidad, oren Conmigo e intercedan por este mundo, porque no basta que Mi Divino Corazón le clame a Dios; Él necesita escuchar la voz de los hombres, invocando Su Misericordia, orando tal como Su Hijo les enseñó, para abrir las puertas del Cielo y volver a unir el corazón humano con Su Corazón Sacratísimo.

Oren Conmigo, acompáñenme con el corazón, con el alma y con la consciencia.

En ese momento, la Madre Divina pidió que uno de los sacerdotes presentes orara el Padre Nuestro y el Ave María en árabe.

Si oraran de corazón todos los días, muchas cosas ocurrirían de forma diferente en este mundo. Si no oraran solo con la boca o con la mente, sino con el corazón, si clamaran a Dios, si suplicaran por Su Divina Misericordia, ofreciendo el sacrificio de Su Hijo y la renovación de ese sacrificio en la Eucaristía, muchos males de este mundo podrían convertirse. 

Pero la humanidad aún se interesa más en permanecer en la propia comodidad, en vivir las propias aspiraciones que en convertir la existencia de este mundo, en convertir el sufrimiento, la angustia, las tinieblas en luz, en amor y en paz, en el establecimiento del Reino de Dios.

Reflexionen, hijos Míos: 

¿Qué es lo que les impide entregar todo y tornarse verdaderos servidores? 

¿Será que no creen en Mis Palabras o no comprenden verdaderamente la urgencia de los tiempos? 

¿Será que no los toca el sufrimiento de sus hermanos? 

¿Será que no ven la necesidad del mundo, de los que mueren a su lado, tanto en la materia como en el espíritu? 

¿Qué es lo que hacen cuando pasan delante de un pobre en la calle? ¿Piensan que es un espíritu creado por Dios, que vino a este mundo para cumplir una misión, para vivir la redención y aprender a amar, o detienen el pensamiento para no pensar y no sentir nada y solo ser indiferentes a lo que viven?

Hijos, un día el Armagedón tocará a las puertas de sus casas y los esperará prontos. En esa hora, querrán que existan seres, entregados por amor, que los ayuden cuando lo pierdan todo. Querrán que existan almas que entregarán sus vidas a Dios para orar por ustedes y que sus almas tengan la oportunidad en el Reino de los Cielos. 

Medio Oriente, como muchos lugares de este mundo, ya necesita de sus oraciones. El Armagedón ya llegó en el plano físico para ellos, no es solo espiritual o mental.

¿Harán brotar la Misericordia de su interior y dejarán que la necesidad de sus hermanos sea mayor que la propia? ¿Percibirán la necesidad de los que ya padecen en este mundo o permanecerán orando por las enfermedades propias y solo orando de corazón cuando sea por sus familias?

¡Necesito de consciencias que vivan por la salvación de este mundo, no de uno o dos, de todos! Y, para que su oferta pueda llegar al planeta, debe ser una oferta verdadera, completa y absoluta.

Dejaré que Mis Palabras resuenen en sus corazones y espero que realmente Me hayan escuchado.

Ahora, llamaré a estas almas pequeñas que decidieron profundizar en su oferta a Mi Inmaculado Corazón y, en esta noche, les pediré que reflexionen verdaderamente si están dispuestas a vivir cualquier cosa para establecer Mi Paz, si vencerán los conflictos en sus vidas, en sus familias y en su día a día para ser verdaderos pacificadores, si establecerán la paz a través del ejemplo propio, si no temerán usar esta camiseta, símbolo de Mi Manto sobre sus cuerpos, cuando llegue la hora de confirmar la propia fe. 

Un soldado, hijos Míos, no se quita su uniforme en la hora de la batalla, él da la vida por el propósito que debe cumplir.

Mi Inmaculado Corazón está creando un ejército de paz, con almas que no temerán sufrir o perderse a sí mismas para establecer esa paz en el mundo. Quiero que sepan eso y que, al levantar las manos para consagrarse como Hijos de María, sepan lo que están haciendo. Yo siempre los fortaleceré, siempre los guiaré, acompañaré sus pasos, pero también les pediré que se confirmen y que sean verdaderos en el compromiso que realizaron Conmigo.

Es por eso que hoy los bendigo y reconsagro sus almas porque, verdaderamente, todos los Hijos de María ya están consagrados a Mi Corazón desde el principio. Cuando se arrodillan en Mi altar, solo están confirmando que aceptan vivir la redención. Que, un día, puedan difundir este propósito y que muchas almas se inspiren por su consagración. Den el ejemplo al mundo de entrega, de transparencia, de simplicidad, de paz. Muestren el camino hacia Mi Reino, con oraciones y también con acciones.

Yo los bendigo y les pido que no se olviden de lo que les dije. Eleven sus ofertas a Mi altar, escucho sus peticiones. No teman pedir, porque Yo les concederé siempre y cuando sean consecuentes con su fe; pero no pidan solo por sí mismos, pidan también por el planeta, porque Dios está escuchando. Hablenle al Corazón del Padre como no le hablaron el día en que Él los esperó. 

Dios aún se silencia, porque Él es el propio Silencio. A pesar de la indiferencia de la humanidad, Su Corazón jamás dejó de derramar Amor sobre el mundo, y Él sigue esperando la respuesta de las almas de esta Tierra. 

Mientras Me elevo, oren una vez más al Padre Celestial, para que Yo pueda llegar a los pies de Su Altar con la oferta de la humanidad.

Hoy, les pediré una consagración diferente, que se consagren por este planeta y no solo por ustedes mismos. Por eso, mientras Me elevo, les pediré que canten el Padre Nuestro en árabe y que, así, le envíen al Señor la confirmación de que aspiran a estar a Su lado y cumplir con Su Plan.

Los espero y los escucho.

En ese momento, los presentes escucharon a los miembros del monasterio entonar el Padre Nuestro en árabe.

Los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Hermana Lucía de Jesús:

Hermanos, solo queríamos compartir con todos, como María nos pidió, que, desde el principio de la oración, Nuestra Señora ya estaba trabajando en Medio Oriente. Fue por eso que los ángeles nos pidieron que cantáramos el Ave María en árabe.

Y, durante toda la oración, veíamos que Ella estaba allá, no solo en Siria, sino también en otros países, en el medio de los conflictos, irradiando Su Paz, como si anduviera disfrazada entre las personas que vivían allí.

Cuando llegó, Ella tenía una ropa diferente, era como si usara un traje musulmán, con pañuelos que le envolvían la cabeza, pero que permitían ver el rostro que no estaba cubierto. Era una ropa de color azul un poco más oscura y tenía algunos detalles blancos.

Yo veía, atrás de Nuestra Señora, algunos lugares de Medio Oriente, situaciones bien difíciles porque Ella nos mostraba, no solo lo que ocurría en el plano físico, sino también al mismo tiempo nos mostraba lo que ocurría en los planos espirituales. Ella nos decía que estaba haciendo eso para madurar un poco nuestra consciencia, como Ella siempre hace, para que pudiéramos tener la necesidad del mundo como algo un poco mayor que nuestra propia necesidad.

Y, cuando orábamos el Padre Nuestro en árabe y las Ave Marías, Nuestra Señora oraba con nosotros, y también los ángeles oraban con Ella y arrancaban de algunos lugares del Medio Oriente muchas criaturas espirituales negativas. Eran imágenes bien fuertes que compartimos con todos porque Nuestra Señora nos lo pidió. Ella retiraba esas criaturas, a veces de desiertos, a veces de adentro de las casas de las familias o de reuniones de grupos políticos y religiosos, y continuó haciendo ese trabajo hasta el final de la Aparición.

Ella seguía trabajando en Medio Oriente mientras hablaba con cada uno de nosotros, mientras intentaba despertar nuestra consciencia. Y ahora, al final, cuando pidió que los hermanos cantaran el Padre Nuestro en árabe, vi el planeta desde arriba; es difícil de explicar porque, al mismo tiempo que Nuestra Señora aún estaba presente, yo veía esa imagen del planeta y cómo del universo comenzaba a descender una Luz blanca intensa, y era como si nuestra consciencia fuera entrando hacia adentro el planeta y viendo cada vez con más detalles la superficie de la Tierra.

Esa Luz venía como un sol blanco, con la energía de la Consciencia de Dios, hasta llegar sobre Medio Oriente. Y yo  percibía Medio Oriente muy oscuro, destruido, y esa Luz comenzaba a recorrer los espacios; se dividía, se multiplicaba en pequeñas Luces que comenzaban a ingresar en los hogares, en las escuelas llenas de refugiados, en los hospitales, e iban colmando el interior de las almas.

Y era algo que sentíamos que realmente era muy sublime, que trascendía esa imagen, porque Nuestra Señora también nos hacía sentir la Presencia de Dios allí. Y, cuando ese momento se fue cerrando, Nuestra Señora nos decía que esperaba que oráramos siempre así, ante Su Presencia, con Ella, para que la Consciencia de Dios siempre pudiera descender sobre el planeta.

Y, en el momento en que Ella nos pidió que habláramos con Dios, nos mostró por detrás de Ella los diferentes portales que llevaban hasta el cosmos. Y también es difícil de explicar, pero era como si la Consciencia de Dios estuviera allí, observándonos; no era una persona, no tenía una forma material como nos imaginamos. Era solo una Vida, una Luz, que sentíamos que nos observaba y que nos escuchaba. Él no tenía una forma, pero estaba en todo al mismo tiempo y, en ese momento, escuchó lo que cada uno de nosotros le dijo.

Los dejamos a todos con las Palabras de María en el corazón y con este relato que esperamos que amplíe lo que Ella nos dijo.

Que todos podamos permanecer con Nuestra Señora en el corazón.

¡Gracias, Madre, por cuánto nos das!

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Queridos hijos, quisiera verdaderamente que toda la humanidad conociera los desiertos por los que caminé, por los que sigo caminando para auxiliar a Mis amados y pequeños hijos que intentan huir del terror que se apoderó de sus casas y, muchas veces, de sus corazones.

Quisiera que todos los que confían en Mí pudieran ir al Medio Oriente para ver con sus propios ojos la realidad del planeta y ayudar con sus propias manos a los que ya perdieron la esperanza de seguir viviendo en este mundo.

Quisiera tener en el campo de refugiados un gran ejército celestial que, vestido con Mi Manto, irradiara silenciosamente Mi Paz. Pero eso lo harán con sus corazones, con sus oraciones más sinceras.

Digo que quisiera verlos allí, físicamente, porque para muchos esa es la única forma de despertar la consciencia. Existen aspectos ocultos de sus seres a los que no les basta la oración para que vivan la transformación. Necesitan ver y sentir, en carne propia, que el fin de los tiempos ya se aproxima; que el Armagedón ya se inició, no solo en el espíritu y en la mente de los seres humanos, sino también en la vida material de muchos.

Si descubrieran, hijos Míos, el verdadero poder del verbo orante, no necesitarían ir hasta Medio Oriente para que Mi Misericordia se derramara, pero aún son inmaduros en la vida del espíritu. Y, para que Me abran las puertas de sus corazones y de sus consciencias, necesito que vivan una experiencia que los transforme por completo.

No será como en África, donde encontraron un dolor secular, un dolor que nació de la indiferencia de la humanidad, del abandono, de la falta de amor. En Medio Oriente, hijos Míos, encontrarán los frutos del caos y del mal, que intentan triunfar más allá de Mi Inmaculado Corazón, pero que no lo conseguirán, porque enviaré a Mis soldados adentro de este reino de tinieblas para aliviar el dolor de aquellos hijos Míos que fueron tocados por el frío del miedo, del terror, del desamparo.

Quiero que todos los seres orantes acompañen esta misión con la consciencia absoluta de que sus hermanos estarán ingresando, en Mi nombre, en tierras que un día pertenecieron a Dios, pero que poco a poco están siendo tomadas por la oscuridad.

Yo iré, con Mis hijos, a rescatar a los corazones perdidos y necesito que ustedes Me acompañen. Quiero, con los simples actos de servicio y caridad, arrancar del trono del mal a aquel que cree que tiene más poder que Dios.

Aun silenciando Su Sagrado Corazón, el Poder del Creador se irradia profundamente a todas las cosas. Quisiera contar con hijos más maduros, dispuestos a trascender las leyes y tendencias de este mundo, para vencer todos los días la indiferencia que la humanidad común ya vive de una forma tan normal.

Hijos, quisiera despertar en esta noche sus consciencias a la realidad planetaria, pero también a la vida superior para que fortalezcan, en la llama del Espíritu de Dios, las pequeñas llamas de sus esencias, para que así sean suficientemente fuertes para permanecer en este mundo como si no pertenecieran a él; para vivir, en un tiempo de caos, irradiando la paz de sus corazones sin nunca perder la certeza del triunfo de Dios, independientemente de lo que suceda a su alrededor.

Pero, para que puedan vencer las leyes de la Tierra y vivir bajo las Leyes Divinas, que retiran sus mentes de las irradiaciones e influencias de este mundo, necesitan ser perseverantes y esforzarse un poco más para no ser tan comunes como los que no Me conocen.

Cada uno sabe lo que necesita transformar en su vida y aquellos permisos que aún le dan a la propia consciencia de no vivir el amor, la fraternidad y la unidad con Dios para afirmar la propia voluntad.

Hoy, les pediré que vuelvan a leer las Palabras que Yo pronuncié en la mañana de hoy, porque Yo les mostré la realidad del planeta, lo que más le preocupa a Mi Inmaculado Corazón en este tiempo y, como Madre de los refugiados, los llamé a auxiliarme, humildemente, para que esta misión se cumpla, y también les mostré la realidad del universo, el Silencio de Dios como respuesta a lo que ocurre en el mundo, el Silencio que estremece el corazón de todas las criaturas en el Cielo.

El Silencio del Creador parece eterno y deben aprender a sentirlo, porque tiene la intención de hablarles a los corazones humanos. Ya no hay criatura en el universo que conozca el desenlace del Plan de Dios y, en Su Silencio, el Señor quiere revelarle Su Verdad directamente al corazón humano como última alternativa para que despierten al cumplimiento de Su Plan.

Sé que muchos vienen, a Mi encuentro, buscando una solución para sus vidas, para sus problemas y sufrimientos. Sé que muchos quieren escuchar Mi Voz para encontrar aquí un aliento, un amparo para las situaciones que ya no saben cómo superar y, sin embargo, hijos Míos, Yo les muestro la realidad del mundo, Yo coloco una necesidad mayor por encima de sus pequeñas necesidades; porque aprenderán a superar los obstáculos de sus vidas, descubriendo que existen obstáculos mayores en la vida de sus hermanos. Y es auxiliando al prójimo que los problemas propios se disuelven y desaparecen.

Si quieren una respuesta o un alivio para sus dolores, alivien el dolor de los que viven a su lado y también muy distantes.

Busquen servir y pronto verán cómo desaparecerán todos los males de sus vidas.

Busquen encontrar a Dios, sentir Su Divina Consciencia y descubrir la capacidad de unidad con Él, que es única en sus corazones.

Cuando comiencen a sentir Su Presencia dentro de sus esencias, nada más les importará. Disolverán su pequeñez en la grandeza del Creador y solamente aspirarán a retornar a Su Reino.

Quiero llamar aquí a los que se consagrarán como Hijos de María y quiero decirles que se están sumando a un ejército de paz que estará amparado por Mi Corazón, al que le daré todo, pero también le pediré todo.

De los Hijos de María, buscaré el esfuerzo, les pediré la total transformación, les pediré que venzan el parecer propio para cumplir con la Voluntad de Dios; les pediré que venzan el propio cansancio cuando llegue la hora de orar sin cesar; les pediré que clamen por el mundo, aun cuando aquellos que más aman estén necesitando sus oraciones; les pediré que se unan a Dios, aunque a su derecha y a su izquierda este mundo parezca desaparecer. Les pediré que se mantengan en paz y que irradien paz al mundo cuando la desesperación se apodere del corazón de muchos.

Por eso, los consagro, los bendigo y los acojo en Mi Manto todos los días, cada vez que vengo a este mundo. Necesito que muchos Hijos de María impregnen la Tierra, que Mi ejército se expanda por los cuatro puntos del planeta, porque todo el planeta necesitará de aquellos que den testimonio de Mi Presencia, de aquellos que anuncien una esperanza, de aquellos que no permitan que se apague la llama en el corazón de sus hermanos, de aquellos que sostendrán a otros de pie, con la cabeza erguida y los ojos abiertos, para ver el Retorno de Mi Hijo cuando Su Luz brille en la oscuridad y traiga nuevamente el Sol a este mundo.

Esos deben ser los Hijos de María, aquellos con los que puedo contar a cualquier hora, en cualquier lugar. Sé que muchos no comprendían lo que estaban haciendo cuando levantaron sus manos y se ofrecieron para consagrar sus almas a Mi ejército de amor.

También sé que, ante estas Palabras, muchos no se sienten preparados para vestir Mi Manto sobre sus cuerpos. Pero Yo les digo, Hijos Míos, que la preparación vendrá cada día, poco a poco, cuando Mi Corazón los fuera formando, construyendo en su interior la fortaleza que amparará a otros, que acogerá a muchos.

Por eso, no se preocupen, no se sientan indignos de estar ante Mí, no tengan miedo de decirme sí, porque Yo los ayudaré siempre cuando estén dispuestos a responder a Mi llamado.

Ahora canten, para que la alegría nunca se pierda. A pesar del dolor del mundo, la alegría debe permanecer en sus corazones, transmutando y trascendiendo el sufrimiento, haciendo sonreír a los que solo conocen el dolor.

Nunca pierdan, hijos Míos, la capacidad de sonreirles a los que se entristecen. Nunca pierdan la alegría y la voluntad de acoger en sus brazos a los que necesitan un poco de esperanza. Dios se encuentra en la sonrisa de los puros y establece Su Reinado en los mansos de corazón.

No es que serán indiferentes y sonreirán ante el sufrimiento del mundo. Lo que estarán haciendo, hijos, es abriéndole una puerta a Dios, porque el enemigo espera verlos tristes, sin esperanza, sin amor, pero ustedes permanecerán alegres porque, a pesar de todo, la certeza del triunfo de Dios nunca desaparecerá de su interior.

Sabrán que, en el momento de mayor tribulación en el mundo, cuando todo parezca perdido, el Cielo se abrirá y aquel que un día les sonrió buscará una sonrisa, una sonrisa pura y verdadera, un respiro, el aliento de finalmente encontrar al Rey del Universo.

Les agradezco y les pido que despierten a la verdad de sus corazones.

Que escuchen a Dios que, en silencio, quiere encontrarlos en sus esencias.

Prosigan en paz y en profunda alegría por haberse encontrado Conmigo.

Les agradezco.

MENSAJE DIARIO EXTRAORDINARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Cuando estábamos orando la última decena del Misterio del Rosario, vimos a Nuestra Señora ayudando y trabajando en una región de Medio Oriente. Momentos más tarde, cuando Ella apareció, nos dijo que estábamos viendo un lugar en Turquía. Señaló con Su mano izquierda a un número infinito de ángeles alados reunidos trabajando y sobrevolando el área.

La Madre Divina nos dijo que había encomendado a un cierto número de ejércitos angélicos que se unieran a un determinado grupo de almas presentes en el planeta, para colaborar con ellas y ayudarlas a que se pudiera establecer uno de los más importantes Propósitos de Dios: la Paz. Ella nos dijo que esas almas, encarnadas en la Tierra para estos tiempos, eran almas servidoras del Plan de Dios que ayudarían en los tiempos de mayor emergencia mundial.

Nuestra Madre del Cielo mostró que los ángeles y las almas servidoras estaban trabajando intensamente en la contraparte física del camino que hoy recorren los refugiados, dentro de Turquía en el exilio hacia Europa. Ella nos dijo que los ángeles y las almas servidoras intentaban contener esa situación de forma armoniosa y pacífica, trabajando para generar alivio espiritual e interno en cada uno de los hermanos exiliados de Medio Oriente.

 

Queridos hijos:

La convocatoria de colaboración y cooperación para la misión de Medio Oriente, ya fue realizada por la Federación Humanitaria Internacional y todos están espiritualmente en los últimos preparativos para embarcar hacia esa importante tarea. Y así como fue en África Vuestra Madre Celeste, junto a las instrucciones de San José, guiará desde cerca esta arriesgada misión humanitaria.

Mis misioneros de la paz ya se encuentran trabajando junto a algunos ángeles en todo el territorio turco. Esta nación hermana se encuentra en medio de dos realidades que son opuestas, del lado de la guerra árabe y del lado de la puerta de entrada hacia los países de Europa Oriental.

Turquía es la principal ruta para todos los refugiados. Pero no solo Mis misioneros de la paz encontrarán necesidades en esa nación, sino también ellos verán la realidad de los pueblos de Siria en busca de una nueva forma de vida.

El principal efecto de la guerra recae en los niños, en los más pequeños, los que deben trascender las consecuencias del hambre y de la falta de agua. Es por eso que los tres Sagrados Corazones ya se encuentran en la región espiritual del conflicto, preparando el camino para que la ayuda humanitaria y orante llegue al mayor número de personas posible.

Mis misioneros de la paz se encontrarán con otros misioneros y, en el nombre de la paz y del servicio voluntario, unirán fuerzas internas de amor y de trabajo por todos los refugiados.

Las principales carencias que están presentes en los rostros de Mis hijos de Medio Oriente son el miedo, el exilio, el hambre y la falta de amor humano. Es por eso, queridos hijos, que esta próxima misión humanitaria colocará no solo a los misioneros sino a todo el trabajo en la realidad del verdadero Armagedón, al que espiritualmente se intenta detener para que no se expanda por todo el mundo.

La guerra no es solo la causa de la precariedad de la humanidad, el planeta como totalidad está inmerso en varios conflictos, que primero se gestan en las familias y después en toda la humanidad, llegando a grandes naciones.

La Justicia Divina está actuando, pero también el tiempo de la Misericordia está vigente. Es por eso que esta próxima misión humanitaria a Turquía es considerada, por el Plan de Dios, como una misión de Misericordia. Será a través del servicio, y de cualquier necesidad que se deberá cubrir, que la energía de la Divina Misericordia será la fuente principal para la transmutación de las corrientes negativas contrarias, las que se alimentan de las guerras.

Mis catorce misioneros, en nombre de Dios, conscientemente estarán ingresando con el amparo del Arcángel Miguel en un área mundial de gran conflicto mental y espiritual. Será como ingresar en una gran tempestad, que está ocurriendo de forma precipitada y desmedida.

El lema para los misioneros de esta nueva misión será: “La Gracia de Dios es nuestra fortaleza”. La Misericordia secreta que deberá ser difundida a través de cada acto y servicio revertirá la desesperación humana y podrá traer un poco de paz a los corazones.

La misión humanitaria a Medio Oriente abrirá otras puertas, para que el Proyecto de la Jerarquía sea solicitado en otras regiones del planeta, en donde existen necesidades de ayuda también muy complejas.

La unión de cada misionero y de cada orante con los tres Sagrados Corazones, de forma verdadera, fiel y amorosa permitirá que no se corran ciertos peligros.

Que en tiempos de Armagedón, la fe y la confianza en Cristo sean el escudo y la fuerza mayor que genere la entrega absoluta al Plan del Padre para que Su preciosa Voluntad se cumpla.

Mi Hijo los reunió a todos en estos tiempos, por eso cada alma es llamada para formar parte de esta obra de redención, sin apegos ni formas.

Nuestra Luz esté presente en cada misionero. Nuestro Amor los colme para que reine la Paz.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

En preparación y vigilia,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Queridos hijos:

Si la piedad no existiera, el mundo ya estaría perdido, no solo por la acumulación de sus pecados, sino también por las artimañas realizadas por Mi adversario. Pero él sabe que Yo puedo pisar su cabeza con Mis pies y teme que eso pueda suceder.

La Compasión de Dios supera toda falta o maldad. Es en la escuela de la compasión que los necesito presentes para que aprendan a amar a sus semejantes más allá de sus errores. Eso ayudará a que ellos curen las heridas espirituales del pasado.

Hoy, vengo a mostrarles que nuevamente la Divina Piedad los salva, los rescata y los redime. En estos tiempos, Mi adversario activa sus planes contra sus enemigos, contra todos los promovedores de la paz. Por eso, deberán estar preparados en oración y en vigilia. Esto es parte del Armagedón, de su primera fase que es desconocida por la humanidad, ya que nunca lo ha enfrentado.

Todo saldrá a la luz, las cosas más profundas y escondidas se purificarán; para lo que deberán prepararse, sin ansiedad ni miedo, con paciencia y armonía, a pesar de las propias adversidades o de los abismos.

Una verdadera madre nunca abandona a Sus hijos, los acompaña de cerca con ojos de sabiduría y discernimiento.

Hijos Míos, dentro de ustedes, aspiren a que toda purificación pase pronto, para que finalmente pueda nacer el ser espiritual.

Mientras, continúen en oración, no teman por nada. En verdad, conocerán lo que nunca conocieron de ustedes mismos y verán lo que nunca vieron de sí mismos.

Dios permite todo esto para que, de una vez y para siempre, ingresen en Su Reino Celestial, en pureza y amor.

Nunca les faltará ayuda, aquí estamos.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los vigila, en amor y compasión,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

No dejes que tus días se tornen mecánicos ni tu vida, común, “normal” para tu corazón. No dejes que el ritmo te haga automático ni que la repetición de las acciones retire la espontaneidad
de tu ser. 

Obsérvate para que no te acostumbres al caos y al desorden interno y externo; para que el Armagedón del planeta no se torne algo normal para ti y pierdas el sentido de tu papel en el Plan de Dios, así como muchos ya lo perdieron.

Sabes que es parte de la naturaleza humana tratar de adaptarse y acomodarse a todas las situaciones que se presentan en la vida, pero ese acomodamiento es fruto de la influencia de las fuerzas de la inercia, que no permiten la evolución de la consciencia.

La mayoría de los seres humanos, en este momento, está intentando acostumbrarse a la violencia, al terror y al caos actual del planeta. Aquellos que están mínimamente despiertos deberían estar ávidos por sacar del sueño a sus hermanos, porque la somnolencia está envolviendo a la humanidad.

Te digo esto, hijo, para que no busques para ti un espacio cómodo, fácil o “normal”, para que tu consciencia no viva la tensión propia de estos tiempos. Al contrario, afírmale a tus células dormidas que es hora de despertar y vivir en Cristo cada segundo, como si fuese el último.

Es hora de que escuches cada mensaje como si fuese el último y de que trates de vivirlo como si fuese el último momento para hacerlo porque, en verdad, lo es.

No intentes adaptar tus cuerpos a la tensión del día a día, como forma de no incomodarte con el asedio de la oscuridad, porque en el momento en que te acomodes en el actual escenario planetario, la victoria del caos prevalecerá en ti.

Por eso, hijo, solo trata de encontrar la paz interior. Encuentra tu fortaleza en el Propósito Divino de la existencia de este ciclo planetario y sé firme para soportar las corrientes que descienden al mundo. 

No temas titubear ni siquiera caer; solo levántate cada vez, porque también Tu Señor cayó más de tres veces.

Por el despertar del corazón humano,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hermana Lucía de Jesús: Tanto en el mensaje de ayer como en el de hoy, San José hace una analogía entre la Pasión de Cristo y el Armagedón, que Él llamó Pasión planetaria. En el día de hoy, Él nos mostró la semejanza entre la actitud del Cireneo en la Pasión de Cristo y de los Reinos de la Naturaleza en la Pasión planetaria, explicándonos que los diferentes fenómenos de la naturaleza que ocurrirán en el mundo no serán un castigo o una forma de prolongar el sufrimiento humano; serán el vehículo que nos dará la posibilidad de entregar todo por amor a Dios.

San José nos decía que, al mismo tiempo que la Naturaleza sustentará espiritualmente a la consciencia humana, también creará las condiciones para que lleguemos a donde debemos llegar en nuestro aprendizaje, gracias a los diferentes movimientos climáticos que viviremos.

Nos decía esto para que podamos acompañar la transición del planeta con la visión correcta. Él está intentando llevar a la humanidad a que esté delante de la Pasión planetaria con la misma intención y comprensión de Cristo durante Su Pasión, o sea, no sintiéndose castigado ni martirizado, pero sí ofreciendo cada paso con la cruz para el triunfo de Dios en el mundo, venciendo el dolor gracias al amor.

Él nos dijo:

Los Reinos de la Naturaleza también vivirán la Pasión planetaria, el llamado Armagedón. Compartirán la cruz del mundo con los seres humanos, así como el Cireneo sustentó la Cruz de Cristo y caminó con Él hasta el Gólgota.

Los Reinos de la Naturaleza aprenderán con la experiencia humana, y ese aprendizaje quedará marcado en la consciencia grupal e individual de cada especie. Esto significa que, cuando llegue el momento de la individualización de la consciencia para los Reinos Menores que compartieron la evolución de la Tierra en el fin de los tiempos, esa consciencia individual contendrá en sí los códigos de entrega, donación, sacrificio y perdón vividos en estos tiempos.

Los Reinos de la Naturaleza, así como el Cireneo, no podrán evitar el ápice de la crucifixión: sustentarán la consciencia humana y crearán las condiciones para que viva su aprendizaje. Además de esto, conducirán al hombre por el calvario del Armagedón y, por más que para muchos parezca que la Naturaleza es la responsable del sufrimiento humano, aquellos que conocen la Verdad sabrán que la Naturaleza es el vehículo para la concretización del aprendizaje humano, es el Cireneo que permite que la humanidad viva su aprendizaje y llegue al ápice de la cruz, en la entrega total y absoluta por amor a Dios y por la realización de Su Plan.

En la época de Cristo, muchos pensaron que el Cireneo prolongó el sufrimiento de Jesús cuando no permitió que Él muriera en el camino, sino que lo llevó a un momento de mayor dolor y angustia, como fue la Crucifixión.

Otros saben que Cireneo fue quien, como los ángeles, permitió que Jesús llegara al Gólgota con la Cruz y allí derramara hasta la última gota de Su Sangre, por amor a la humanidad y a toda la Creación, dando el ejemplo a todo lo que fue creado de cómo actúa el Amor de Dios.

En el tiempo del Armagedón, de la Pasión planetaria, los Reinos de la Naturaleza los llevarán a entregar todo por amor. Aquellos que abracen con gratitud la cruz del mundo y se abran para vivir la magnánima expresión del Amor y del Perdón comprenderán la acción de la Naturaleza y agradecerán a la Madre Tierra por conducirlos a la Victoria del Dios Altísimo. San José Castísimo, que los prepara y los instruye paralos tiempos que vendrán.

Que la Enseñanza fortalezca sus corazones y disipe sus temores.

Yo los bendigo.

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Contempla el mundo en el cual vives y, por un instante, silencia los pensamientos de tu mente y las emociones de tu ser.

Observa cómo tu mundo interior reconoce que la vida expresada en la Tierra en nada se asemeja al Pensamiento de Dios.

Ve cómo dentro de ti habita el arquetipo para la humanidad y para la expresión de todo el planeta.

Siente cómo tu corazón tiene ansias de vivir la fraternidad y de conocer el verdadero amor, aquel que te lleva a dar la vida por tus amigos y a perdonar a los enemigos, amándolos tal como si fueran parte de ti.

¿Qué harás con eso que habita en tu interior? ¿Callarás tu corazón, como lo hace la mayoría de los seres humanos, o renunciarás a los pareceres mundanos para instituir en el planeta una nueva vida, aunque parezcas loco a los ojos del mundo?

La era del Armagedón, hijo, ya llegó al planeta, pero la mayoría de tus hermanos está buscando conceptos científicos, filosóficos y espiritualistas que coloquen en un patrón de normalidad lo que hoy sucede en el mundo. Son las mentes humanas intentando acallar el corazón.

Aquellos que escuchan la Voz de Dios en su interior saben que un tiempo final se inició en el mundo y que, sin el establecimiento de la paz en el corazón humano, el caos establecerá su reinado y gobernará las mentes y los espíritus de los que no se abrieron a la Verdad.

Los que se unen a Dios y silencian la mente para dejar que la sabiduría de la esencia surja no temen conocer la Verdad y no quieren acallar la Voluntad de Dios. Ellos saben que, al final de toda esta batalla, triunfará el Bien. Por eso, reconocen la urgencia de la necesidad de transformación, reconocen la imperiosa voluntad interior de renunciar al viejo hombre y a sus tendencias y de abrirse para que lo Nuevo destituya el reinado de los antiguos vicios humanos, por más que para la mente humana esas energías retrógradas y degradadas, cuando se manifiestan en la materia, a veces, sean denominadas “tecnologías”.

El camino del retroceso, hijo, es conocido por la mente humana como avance. Aquellos que siguen las tendencias de esos llamados “avances” no percibieron que el camino de la evolución quedó atrás cuando la consciencia humana rechazó la simplicidad, la fraternidad y el amor y cuando, en la era industrial, que marcó el retroceso espiritual del hombre, ella se abrió a la competencia, a la esclavitud, al usufructo      obsesivo y a la negación casi absoluta de la vida espiritual.

En otras eras de decadencia, como al final de la Atlántida y de la Lemuria, el ansia de manipulación del poder espiritual hique el hombre perdiera el camino de la pureza y de la unidad. Ahora, nuevamente, el falso poder se apropia de la mente y de la aspiración de los hombres que creen que pueden colocarse por encima del Creador con el libre albedrío.

El hombre degradado cree que tiene poder sobre la vida y sobre los Reinos de la Naturaleza. Al enviar a Su Hijo, que venció la muerte y perpetuó Su Resurrección, el Creador quiso demostrarle a la humanidad que solo Suyo es el Poder y que todo lo que existe, debajo de Su Poder, pertenece a la fuerza que se pierde y se desvanece como polvo ante el fuego de la Gloria de Dios.

Pero te digo, hijo amado, que muchos de tus hermanos no aprendieron con el ejemplo de Cristo y eligieron un sufrimiento aun mayor: un aprendizaje que trascendiera la experiencia de un único hombre y que incluyera en sí a toda la humanidad y a todos los Reinos de la Naturaleza. El Armagedón es la Pasión de la consciencia planetaria. 

Podrás estar en esa Pasión de tres formas, como Cristo o como los ladrones crucificados a Su lado: ambos ladrones pensaban solo en sí mismos, aunque, al final de todo, uno de ellos aceptó la Voluntad de Dios y se convirtió a tiempo; el otro decidió permanecer en su orgullo y ni siquiera con todo el sufrimiento se rindió al Perdón de Dios. O, entonces, podrás estar como Cristo, siendo tú quien vivirá los mismos pasos de la Pasión de todos los seres de la Tierra, pero no con espíritu de castigo, de culpa, de furia, de frustración ni de dolor, solo ofreciendo al Padre cada paso con la cruz del mundo, para que una Nueva Raza redimida pueda surgir de tu ofrenda de amor y de perdón.

Hijo, deberás elegir desde ahora el camino que seguirás: si tus pisadas estarán sobre las pisadas de Cristo, confirmando la victoria de Dios; si escogerás sufrir en la ignorancia y permanecer en tu propio parecer para rendirte en la última hora; o si permanecerás en tu orgullo sin límites y, aun en Presencia de Dios, elegirás el camino del abismo.

La cruz te será entregada de todas formas. Sujétala firme y da tus pasos.

Los primeros pasos en la Pasión planetaria dictarán el destino de la humanidad. Por eso, desde ahora, en tu Getsemaní interior, renuncia a las tentaciones y acepta la redención; así, Dios estará contigo, los ángeles te ampararán y cargarás tu cruz, solo contemplando la victoria de tu Padre Altísimo.

Después de todo, reinará la paz.

San José Castísimo, que viene a abrir los ojos de la humanidad.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS, DURANTE LA 30.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

¿A qué le temen? Cuando Yo estoy presente la Luz reina y la oscuridad se disipa de los espacios más profundos de todos los seres. 

¿Por qué temen? ¿Acaso el Poder que Dios Me ha dado no es más fuerte que mil ejércitos?

El Poder que viene de Dios es invencible pero no puede ser tentado por nadie.

El ángel caído aún no ha salido de su abismo porque todavía falta que Yo retorne para entregarles Mi Victoria y Mi Paz. 

Yo los llevo a todos por un largo desierto y algunos temen morir en el camino por tanta sed.

Yo Soy ese gran Espejo de Agua, Soy ese Oasis que está en la mitad de sus caminos para salvarlos y darles de beber de la última Agua de Vida que todo salva, que todo redime y que todo sana.

Aún están a las puertas de ese gran desierto que Yo los invito a cruzar a través de las experiencias y de las pruebas. ¿Acaso no confían que Yo pueda estar allí para ayudarlos?

Hoy estén postrados como Yo una vez lo hice en el Getsemaní.

La soledad forma parte de la prueba de todos los iniciados. Si Yo, que Soy vuestra Vida, lo padecí, ustedes también, pero no en el mismo grado como Yo lo sufrí por ustedes y por todo el mundo, hasta los tiempos de hoy. 

No hay hacia donde puedan escapar, compañeros. El Armagedón es la puerta de entrada al Apocalipsis, que muchos creen que aún no ha llegado pero que se desenvuelve de una forma arrasadora en esta humanidad. 

Yo Soy ese Sagrado Corazón que los consuela, que los conmueve, que los une con el Padre Celestial.

Las espinas de Mi Corazón son la muestra de la gravedad del mundo y de todos sus moradores.

El yugo es fuerte en estos tiempos pero no hay qué temer, trabajen por Mi Padre y junto a Mí, para servirme en el nombre del Amor, del Amor Infinito. 

Hoy se desata en el mundo la gran y primera batalla espiritual, que no está en la visión,  ni al alcance de todos.

Por eso he venido en esta noche para confortarlos, para darles a beber de Mi Agua, que no los hará morir sino renacer en espíritu, en unión Conmigo. 

Son tiempos difíciles y se volverán cada vez más difíciles, pero necesito que se aferren a Mi Corazón para que puedan estar en el Corazón de Mi Padre.

También sufro por tantas crueldades, por tantos desánimos, por tantos pecados; pero Yo morí por ustedes en la Cruz y Me fue concedida la Misericordia de Dios.

El mismo Dios se hizo clavar en la Cruz por ustedes para que no se perdieran. Pero esta experiencia parece no ser suficiente para esta humanidad de hoy, que en la consciencia profunda cree que el Maestro fracasó.

La victoria está en la fuerza del Amor verdadero e invencible que proviene de la Fuente de Mi Padre y que regenera todas las cosas, las cosas más perdidas. 

Si sus caminos alguna vez se desvían de los Míos, sepan que pueden retornar.

¡Cuánto amor tengo para dar a las almas y pocos lo aprovechan!

¡Cuánto tiempo tengo Mis Brazos abiertos y extendidos hacia ustedes para acogerlos y pocos Me abrazan!

¡Cuánta paz puedo entregarles y pocos la buscan!

Les di los Sacramentos, las señales de la salvación para que pudieran vivirlos una y otra vez; porque el cuerpo puede morir pero el alma vive en la eternidad.

Es a sus almas que no deben fallar, es a sus espíritus que no deben lastimar por sus acciones, por sus dudas, por su poca fe.

Yo sé que muchos no se animan a cruzar este desierto tan extenso y duro.

Quien confía en Mi Misericordia se salvará y no estará perdido. 

Hoy vengo como el Jesús de la Divina Justicia para el mundo.

Mis Manos siguen llagadas por las faltas del mundo, por la soberbia, por la arrogancia, por la falta de penitencia. Pero Yo les doy la fuerza para reconstruirlos, para sanarlos, para renovarlos una y otra vez. 

Estoy a las puertas de ese desierto para acompañarlos, pues muchas almas no sabrán cómo caminarlo porque no tienen la guía interior. Pero Yo Soy ese sendero que los llevará al Padre, a la casa del Padre Celestial en donde no existe el miedo, no existe la oscuridad, solo reina el Amor. 

Me ofrecí al mundo para que llegaran a Mi Padre, para que ascendieran hacia lo más alto. Muchas veces sus cuerpos no lo quieren, pero no se amedrenten, todavía el universo es dual y la experiencia es viva para todos.

Pero si existe el amor entre los Míos, nada pasará, porque donde está el amor verdadero y no orgulloso Yo estoy presente. Tal vez no Me podrán ver ni sentir en los momentos más cruciales, pero cuando la batalla esté en pleno auge, Yo estaré presente para apoyarlos. 

Viví por ustedes la primera guerra de la Redención a través de la Pasión y de la Cruz. Yo les enseñé cómo hacerlo en el silencio, en la entrega y en la confianza en Dios, pero muchos no quieren hacerlo porque temen fracasar.

La no resistencia será su cordial hermana, la que los fortalecerá para vivir las pruebas, así como están escritas. Si no se purifican no pueden llegar al Reino de Dios. 

Adán y Eva salieron de este proyecto durante el Génesis y desde ese momento, el pecado original se cultivó en el corazón de los hombres y de las mujeres de la Tierra.

Llegaron los Patriarcas para enderezar los caminos de la humanidad.

Llegaron los Profetas para anunciar la salvación del mundo a través de Cristo.

Llegó María, vuestra Madre, para acompañarlos en el amor y en la fe; si esa mujer tan simple decidió vivir los poderes del Cielo, abrazándolos con fervor y devoción, aceptando la Voluntad del Padre, ¿por qué ustedes no lo hacen? 

Todo lo que se muestra en sus caminos es parte de una experiencia.

La santidad es la meta de los nuevos cristos, de los nuevos corderos que irán a diferentes mataderos; pero nadie irá al matadero así como Yo fui, por cada una de las esencias a las  que les faltaba la paz y la reconciliación.

Mi Sangre fue vertida sobre el mundo y pocos la adoraron; es la Sangre de Dios hecha carne que se entregó por la Redención.

La luz de los misterios es para todos sin excepción; los misterios de la Sangre vertida, los misterios de la Cruz, de la Pasión, de la Agonía y de la Resurrección, fueron y son para que el mundo pudiera dar sus pasos hacia el Señor. 

Mientras les hablo contemplo el mundo que agoniza y otros festejan su propia realización. ¿Qué es más valioso: Que una humanidad se salve, o que una nación se desarrolle por sus pobres poderes? Las armas fueron creadas para instigar a los corazones, para crear el miedo y la persecución.

Si están unidos a Mí podrán morir, pero sus espíritus siempre resucitarán. La victoria se encuentra en el Amor, en la Unidad que es encomendada por Mi Padre a todo el Universo. 

Mientras les hablo camino en el desierto junto a ustedes, así como lo hice con los doce para mostrarles dónde se encontraba la verdad.

Que sus corazones se pacifiquen, se calmen, que sean mansos y amorosos. Sus semejantes podrán fallar, pero su amor no podrá desaparecer.

¿Cómo estaré Yo presente en ustedes si no está la Fuerza del Amor que todo lo mueve y que todo lo recrea para que las almas crezcan en el Amor de Dios? 

Hoy consuelo a los que han caído, los que no consiguen levantarse del suelo por sus propias experiencias. 

Hoy los bautizo así como Juan Me bautizó en el Jordán y les confío la alegría de vivir esta experiencia que muchos no comprenden porque es desconocida.

No pierdan la esperanza, que su fe no sucumba, pues hoy el Rey de Dios, el Hijo del Hombre, el Siervo del Altísimo pisa con Sus Pies lo que causa el dolor y la amargura en los corazones, liberándolos de los pecados, de las tentaciones, de los desvíos.

Les entrego Mi Fe que es lo que puedo legarles. No dejen de buscarme, pues muchos corazones Me necesitan a través de Mis verdaderos discípulos. 

Hoy traigo la serenidad y la calma, pues las batallas no terminarán, y cada vez muchas más almas deberán sumarse para que ese Ejército de Luz nunca decaiga.

Vuestra Madre corre al desierto para refugiarse, así como lo dijo Juan; ustedes también deberán hacerlo antes de que llegue el mal tiempo. Muchos se sorprenderán por no haberse preparado. 

Los Sacramentos serán las llaves para entrar en ese refugio, así como la oración y la vigilia.

No deben perseguirse, no deben amedrentarse, sino estar al servicio de lo que Dios necesita para la humanidad. Pues en este Libro que hoy llevo entre Mis Manos, son pocos lo que se han comprometido, aunque podrían ser muchos más, si todos caminaran en la fe. 

Yo los amo, los bendigo y los bautizo en la indulgencia concedida por Mi Divina Misericordia. 

Adoren al Señor, adoren a Adonai. 

Padre, que confiaste a Tu Hijo el misterio del sacrificio por el mundo, ayúdalos Señor para que se vuelvan a erguir en Tu Nombre Santo.

Así como enviaste al Huerto Getsemaní a  centenas de ángeles para que Me auxiliaran, así Señor levántalos del suelo cuando caigan.

La carne es débil pero el alma es fuerte, creada a Tu semejanza, creada en el nombre de Tu Amor.

Adonai, nutre los espíritus, eleva a las almas a Tu Reino, a Tu Vida, a Tu Corazón. Disuelve el dolor del mundo, reconstruye Tu Proyecto por aquellos que te escuchan a través de Tu Hijo. Amén. 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. 

Cristo Jesús Glorificado

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

De Mi vientre purísimo deben nacer los nuevos sacerdotes para que, iluminados por los rayos de Cristo, alcancen a vivir en la Tierra la expansión de Su sagrada tarea.

De Mi vientre debe nacer el nuevo hombre, rociado por la Gracia de Cristo, como lo hace la lluvia, para que de él parta el sentido de cumplir el Propósito.

Hoy todos Mis sacerdotes, Mis hijos predilectos, son contemplados por el Amor de la Madre Celeste, para que en todos ellos brote la fuerza interior necesaria que los llevará a realizar las Obras de Cristo Jesús.

De los sacerdotes debe partir el ejemplo de una santa disciplina, de una constante e imborrable unión con Cristo, para que brote de ellos el ejemplo del simple servir. De los sacerdotes se espera la presencia viva del espíritu de la cristiandad, para que se establezca el puente entre el Cielo y la Tierra.

Las esferas mayores son las verdaderas moradas de todos los sacerdotes. Mientras estén en la Tierra, el pensamiento y el sentimiento humano deben estar dirigidos hacia el Universo Celestial, eso los ayudará a percibir las necesidades de servicio que deben ser suplidas física o espiritualmente en la humanidad.

Los sacerdotes deben ser asumidos por los grupos de oración, para que nunca les falte la protección divina para el correcto desempeño de su tarea espiritual. Los jóvenes sacerdotes son la primera expresión de la vida de Cristo; en ellos debe reflejarse el ejemplo del amor sacerdotal que Jesús expresó en el principio de Su joven vida pública.

El conocimiento es la escuela de los sacerdotes, no como algo erudito sino el conocimiento sabio que proporciona el corazón, el que hace colocar la mirada en la necesidad espiritual de las almas.

Así como tienen un ángel de la guarda, los sacerdotes también deben tener padrinos que los asuman espiritualmente y los apoyen siempre que sea necesario.

El sacerdote en este tiempo debe aprender a guiar a los rebaños por medio de la fuerza de la fe y de la autoridad viva que es concedida por el propio Cristo.

La vida sacerdotal en esta era es la más difícil; esto fue visto por el propio Maestro Jesús, ya que en el ciclo del Armagedón, los sacerdotes deberán trabajar mucho para constituirse como verdaderos herederos de las santas virtudes de Cristo. Esto lo lograrán a través del sacrificio que proporciona la presencia de la pureza, a través de la entrega permanente que atrae constante sabiduría, a través de la renuncia que hace reflejar la humildad y, principalmente, a través del amor que permite reflejar en los actos la presencia de Cristo.

La vida sacerdotal es un ejercicio constante de elevación y es una misión de todos los orantes apoyar esa obra. Sin sacerdotes verdaderos y esforzados no existirá Cristo en la vida espiritual; esto es lo que Mi adversario genera en los sacerdotes de la Iglesia de Cristo, cuando en soledad no tienen fuerza de inspiración.

El Santo Cenáculo del Señor es el refugio para cada uno de ellos. Pidamos por los sacerdotes, porque por medio de ellos se podrán dar los pasos hacia Cristo.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Entra en el recinto de tu corazón para comprender que, en estos tiempos, la ley primera es el amor; amar sobre todas las imperfecciones, defectos, desavenencias, orgullos y vanidades.

La única herramienta que te protegerá del mal, hijo Mío, es el amor: amor al prójimo, amor a los Reinos de la Naturaleza, amor al Plan de Dios.

Si no abres tu corazón para aprender a amar las cosas como son, y así llevarlas a que se transformen en lo que verdaderamente deben ser, te sumergirás en la incomprensión, en la arrogancia y en la permanente competencia.

Tienes delante de ti dos manos que se tienden para que escojas un camino para seguir. No hay otras opciones: una es la Mano de Dios y la otra, la mano del caos.

Muchos ya escogieron la mano del caos y hoy se encuentran en medio de una batalla tenebrosa sin reglas; pero tú, hijo, tienes delante de ti la opción consciente de trascender las tinieblas en tu interior por medio del triunfo del amor en tu corazón. Es por eso que te llamo a que pidas perdón, a que venzas tu orgullo y a que descubras la Gracia que es ser humilde y cumplir con los designios del Creador.

Yo te pido que te reconcilies con el prójimo en ofrenda a Medio Oriente, y también con tu propio corazón, que en su inmadurez e ignorancia no aprendió a amar.

Yo te pido estas cosas, hijo Mío, porque ya no tendrás tanto tiempo para plantar semillas en el cantero de tu existencia y de la vida humana. Pronto llegará el tiempo en que solo recogerás aquello que plantaste y comerás de los frutos de los árboles que crecieron en tu jardín.

Cuando te digo que pidas perdón y registres lo que haces, es para que profundices tu ejercicio de humildad y les reveles a todos tus imperfecciones, para que así des un ejemplo a la humanidad de cuán simple es dar un paso en dirección al amor.

Hoy te digo, hijo, que eso no será lo único que te pediré. Te pediré también que no solamente realices un acto de perdón, cuando todos los días vives lejos de la fraternidad. Ese acto tuyo de perdonar debe ser permanente, constante y eterno, porque cuanto más se aproxima al planeta el Armagedón, más tendrás que perdonar lo que suceda dentro y fuera de ti. 

Por eso, necesito que sigas perdonando, que sigas dando ejemplos de amor y de perdón para la humanidad, para que esos ejemplos lleguen a todos tus hermanos que necesitan de inspiración para dar sus pasos. Pero no seas solo un ejemplo registrado en un video en las redes sociales; sé tú, hijo Mío, un ejemplo diario, permanente, dejándote humillar y pedir perdón cada vez que tu corazón se separe del Dios que habita en tus hermanos.

No temas hacer lo que te pido, porque cuando pase un tiempo y ya no puedas hacerlo, no bastará arrepentirte por no haberlo hecho. Dejo en tu corazón Mi bendición y Mi impulso para que sigas adelante.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Al fin la guerra y la persecución de la humanidad terminará cuando la mayoría de los hombres y mujeres del mundo se arrepientan de corazón y confiesen a Dios todos sus pecados. Hasta que eso no suceda, Mi Inmaculado Corazón no triunfará.

Por eso pido amorosamente que todos Mis hijos que Me escuchan y que responden a Mis designios, sigan orando para que la paz no solo se alcance sino para que la paz no desaparezca del corazón humano.

Toda guerra material es consecuencia de un conflicto espiritual e involutivo, toda guerra entre los hombres y entre las naciones está fomentada por la soberbia y por el poder que una y otra vez intentan derrotar a la civilización humana.

Por eso, hijos Míos, elevando Mis manos al Cielo en señal de oración y de piedad, les imploro a cada uno de ustedes, criaturas de la Tierra, que transformen su soberbia en amor, que cambien su ira por la paz. Así, en poco tiempo, el Padre tendrá a Su vista los ejemplos y los testimonios suficientes para que el mundo reciba una gran amnistía y no se autodestruya.

Sean uno con sus ángeles de la guarda. Sean una sola consciencia, una sola mente y un solo corazón en los tiempos que llegan. Los Sagrados Corazones, de forma extraordinaria, en el Universo Celestial están reunidos en oración por todos ustedes y por todo el proyecto de la Tierra.

Necesito, queridos hijos, que ustedes tomen consciencia de lo que eso significa para este tiempo de Armagedón espiritual. Que sus corazones estén muy unidos al Mío para que ninguna fuerza contraria a la Luz de Dios prosiga dominando la consciencia planetaria.

Pido a todos los seres orantes del mundo una respuesta por toda la humanidad, lo suficientemente inmediata ante el Universo Celestial de Vuestro Padre.

El gran abismo que una vez fue visto por Juan el Apóstol, ya se está abriendo. En verdad, queridos hijos, nunca nadie pudo interpretar bien el libro del Apocalipsis. Aún no ha habido ningún erudito o religioso que lo haya conseguido, y esto es así porque los símbolos se revelan como mensaje a través del corazón.

Ante la falta de comprender verdaderamente que ya no son tiempos normales sino momentos Apocalípticos, queridos hijos, bajo la autoridad divina que Me fue concedida a través del estado pleno de Mi Gracia, es que Yo los estaré ayudando a interpretar cada una de las señales del Apocalipsis.

Ante esto muchos se opondrán, pero cuando Vuestra Madre Celeste, que viene del Universo Mayor, comience a hablar, todo sucederá así como fue visto por Juan.

Ya no crean que todo esto que está siendo profetizado sucederá en otro momento de la humanidad, la raza está gravemente condenada a un Juicio Final severo y los ángeles se preparan desde hace tiempo para ese momento.

Pero finalmente el Corazón Inmaculado triunfará en la vida de todos aquellos que se hayan transformado y redimido, dando así espacio a la poderosa intervención divina que es entregada en este momento.

Queridos hijos, mientras las agujas del reloj indican el paso del tiempo, todo se precipita rápidamente, esta es la causa de tantas pautas y pedidos de oración. Sus ofrecimientos serán amorosamente bien recibidos.

América deberá enfrentar el mayor yugo para después concretar el proyecto de la Tierra prometida, para eso sus espíritus son convocados por Mí.

¡Les agradezco por abrazar con fe Mi llamado!

Ante los tiempos de batalla espiritual, los ampara,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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