Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA EN REDWOOD, CALIFORNIA, ESTADOS UNIDOS, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL ENCUENTRO DE ORACIÓN DEL DÍA 21

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Sientan la caricia de los elementos de la Naturaleza de Dios; cómo en este momento, a través de Mi Divina Presencia y a través de Mi Amor Maternal, la Tierra entera es colmada por el Amor y la Ternura de Dios. Sientan, en este lugar, cómo esto sucede, cómo los elementos de la naturaleza responden a la Madre del Mundo.

¿Ustedes saben que son parte de esto, que la Naturaleza de Dios está en ustedes, hijos Míos, así como el Padre está manifestado en todo lo creado? Son el poder y la fuerza de los elementos de la naturaleza, en su armonía, belleza y simplicidad, que transmutan las situaciones más oscuras del planeta.

Los elementos de la Naturaleza de Dios siempre han acompañado a la Jerarquía Divina y a las Jerarquías porque, a través de la presencia de los elementos de la Naturaleza de Dios, las almas son elevadas de la vida terrestre a la vida espiritual y las potentes corrientes de cura se presentan para que, a través de la Palabra Divina y de la oración perpetua de la Madre de Dios, los corazones sean curados y transformados de su pasado y dolor.

Pero esto, aún es más fuerte y espiritual, es más profundo y desconocido, hijos Míos, porque por donde peregrina la Jerarquía Divina, a través de las naciones y de los pueblos, en los lugares que la Jerarquía visita, bendice y consagra, existen espacios sagrados como este en donde no solo la Naturaleza Sagrada de Dios se manifiesta y se refleja, sino que también los espacios internos concebidos por la Jerarquía Espiritual reflejan, como un espejo, los atributos y los principios que la humanidad necesita en este tiempo para poder alcanzar la paz.

Cuando Yo Me presento aquí, así como Me presenté en varios lugares del mundo y a lo largo de los tiempos, los elementos sagrados de la Naturaleza de Dios también se presentan ante la Madre Naturaleza, la Madre de las almas y de los corazones, para transmutar las condiciones más adversas de las vidas de las personas, pero también para elevar el espíritu de cada ser hacia Dios, en donde el espíritu de cada ser, el alma de cada corazón de esta Tierra, podrá encontrar cura, liberación y redención.

Estos sagrados elementos de la Naturaleza de Dios se presentan como ángeles y devas, que son las grandes potencias celestiales y del universo que abren las puertas y las dimensiones para que la Jerarquía Espiritual descienda al planeta y pueda entregar Su Mensaje a la humanidad.

Esto siempre ha sido así, hijos Míos, en las Apariciones de la Virgen Santísima, del Sagrado Corazón de Jesús o del Corazón de San José, sagrados elementos de la Naturaleza de Dios generan una coyuntura espiritual y única para las almas, y especialmente para las naciones que reciben a la Jerarquía Espiritual.

¡Cuántas matrices espirituales la Jerarquía puede trabajar en la consciencia y el alma de una nación! Y, a través de esto, hijos Míos, ¡cuántas almas se ven beneficiadas con este movimiento oculto y espiritual de la Jerarquía!

Pero esto no se ve con los ojos físicos, sino con los ojos del alma. Este movimiento oculto y divino de la Jerarquía no se lo puede comprender con la mente, solo sentir con el corazón, con el corazón-espejo abierto de cada alma, para que perciba y así también reciba los impulsos espirituales de la Jerarquía.

Con esto, quiero decirles, Mis amados, que toda la Jerarquía Espiritual unida y reunida en este momento no solo por Estados Unidos y Canadá, sino también por el mundo entero, está construyendo una condición interna, anónima y silenciosa, sembrando la semilla en los corazones que se abren a recibirla. Porque intentamos, queridos hijos, como Consciencias Divinas y Cósmicas, que al menos una pequeña parte de esta humanidad de superficie alcance la realización de la Tierra Prometida de la Nueva Humanidad, así como el Padre Celestial lo desea ardientemente en Su Corazón.

A pesar de los conflictos, a pesar de las guerras, a pesar de los desastres naturales, a pesar de la situación grave de esta humanidad, a pesar de la pena de muerte o de la prisión; a través de los sagrados elementos de la Naturaleza de Dios, el Padre Celestial enviará una vez más a Su Hijo al mundo para reconstruir esta superficie herida y martirizada; y para eso los estamos preparando, queridos hijos.

No se olviden de este importante momento que antecede al Retorno de Cristo.

No tomen este Mensaje solamente como palabras. Tomen este Mensaje como un impulso interior y espiritual de preparación en el final de los tiempos para ustedes mismos. Aun mientras se purifiquen y se consagren, no pierdan de vista los impulsos de la Divina Jerarquía, a fin de que se pueda construir y manifestar la Nueva Humanidad.

Quiero que tengan presente a los ángeles y devas que acompañan a su Madre Celeste en este momento, y a las Leyes de Cura, de Amor y de Misericordia que colman a esta nación de los Estados Unidos, pero también a muchos lugares del mundo entero que, en este tiempo y en este momento, necesitan de intervención espiritual.

Si su esfuerzo para con Nosotros fuera siempre verdadero y honesto, y su fidelidad y lealtad fueran también así para con Nosotros, les aseguro, queridos hijos, que, a pesar de todo o incluso bajo cualquier situación o experiencia, estarán comprendiendo el llamado de la Jerarquía Celestial.

Por eso, en este día, los vuelvo a animar a seguir Nuestros Pasos, para que la historia que Dios escribe, a través de Nuestra Presencia en sus vidas, pueda resonar en lo más profundo de sus corazones y siempre pueda renovarlos e impulsarlos a seguir adelante.

Por eso, hijos amados, para que los sagrados elementos de la Naturaleza de Dios sigan obrando y transmutando al mundo para que vuelva a alcanzar la paz y el amor que ha perdido, Yo les pido, queridos hijos, que Nuestras Palabras resuenen en sus corazones como las últimas Palabras preparatorias e importantes para su redención.

Como Madre, Yo acompaño los pasos de todos Mis hijos, acompaño los momentos buenos, pero también los momentos dolorosos, sepan que estoy atenta a todas las necesidades y pedidos.

Sigan orando por lo que necesitan para saber si realmente lo necesitan, porque hay algo más allá de toda vida material que los está esperando a través de este portal celestial que les abre, una y otra vez, la Conciencia Divina al planeta y a las almas para que reciban Mis Gracias, las Gracias más profundas de Mi Corazón.

Que el Espejo de Mi Corazón Inmaculado se vuelva a reflejar sobre el mundo y sobre este lugar; y que, principalmente, el Espejo de Mi Corazón, a través de la ternura de Mi Espíritu y de Mi Alma, se pueda reflejar en sus corazones para que sientan, hijos Míos, que Yo estoy cerca y no lejos, para que sepan que le ha llegado el tiempo a cada uno de aprender a madurar y a crecer, aun en este desconocido Armagedón.

Siempre que Me llamen, allí Yo estaré; siempre que Me invoquen, allí Yo estaré; siempre que oren Conmigo, allí Yo estaré; siempre que lloren a Mis Pies, allí Yo estaré; siempre que logren algún paso, allí Yo estaré; o aunque siempre caigan muchas veces, allí Yo estaré. Porque Yo Soy su Madre, la Madre que los ama, los consuela y los ampara.

Esta es Mi Misión y este es Mi deber ante el Sagrado Corazón de Mi Hijo, este fue Mi compromiso a los pies de la dolorosa Cruz. Por eso, estoy aquí para ayudar a Mis hijos del mundo, para que puedan llegar a Dios.

Yo les agradezco por responder a Mi llamado.

Es un júbilo espiritual que Estados Unidos, a pesar de su deuda espiritual, reciba esta Gracia de todo el Cielo.

Los bendigo en el nombre de Mi Hijo y de la unión con la Santísima Trinidad, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN RESERVADA DE LA VIRGEN MARÍA, EN EL MONASTERIO DE LA CONFRATERNIDAD DEL SEÑOR, GUATAVITA, CUNDINAMARCA, COLOMBIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Por medio de Sus Mensajeros Divinos y universales, Dios contempla la humanidad en silencio, así como contempla todo lo que ha creado para Sus hijos.

Si los árboles hablaran, escucharían su dolor. Si los animales se expresaran, comprenderían su sufrimiento y angustia. Si todo lo creado se pronunciara, así como si las piedras hablaran, la humanidad quedaría horrorizada por todo lo que ha hecho en contra de la evolución.

Aunque eso siga sucediendo y que una parte de la humanidad siga cometiendo los mismos errores, existe una solución y una salida.

Por eso, Dios los contempla en silencio, para poder escuchar de alguna forma la respuesta de la humanidad. 

Los Reinos de la Naturaleza son parte de la evolución de los seres, nunca podrían estar separados del ser humano ni tampoco el ser humano estar separado de ellos.

Todo cumple un ciclo, todo cumple una evolución. Y si ese ciclo y esa evolución es transgredida, la evolución del ser humano y de los Reinos quedaría incompleta, y el sufrimiento que es generado hacia los Reinos menores deberá ser transmutado y liberado de alguna forma.

Por eso, no es solo el momento de tener más consciencia sino también de tener una buena y sana actitud con cada uno de los Reinos menores. Si los Reinos menores no estuvieran en este planeta, el planeta no se expresaría ni tampoco se expresaría la humanidad.

El ser humano debe encontrar el sentido y el significado de la presencia de los Reinos de la Naturaleza. Son parte de la comunión con su espíritu y con su alma.

Los Reinos Menores no son para ser explotados ni transgredidos. Eso no permite que el ser humano evolucione y despierte al gran Conocimiento Universal. Eso no permite que siga subiendo la escalera hacia el Infinito, para poder encontrar, algún día, la Verdad y la Sabiduría.

Por eso, el propio ser humano estanca su evolución y no la finaliza. Por eso, son muy pocos los que se ofrecen para poder desatrancar esa evolución de la raza humana.

Los pasos son hacia la ascensión, hacia el camino del espíritu, hacia la realización de la misión personal de cada ser.

Pero mientras la humanidad no vea estas cosas más profundas e internas, nunca podrá comprender el Plan de Dios ni tampoco su existencia, porque estará fuera de la Ley, estará fuera del equilibrio y de la armonía. Para poder alcanzar las nuevas esferas y poder acceder a los nuevos conocimientos que existen en el Universo, las Leyes ya no se pueden transgredir.

Sabemos que existe una ambición desmedida de parte del ser humano, que ya es incontrolable e insostenible. Por eso, todos los esfuerzos que se hagan, todas las oraciones que se realicen, todos los servicios que se presten, no solo a sus semejantes sino también a los Reinos menores, ayudará a que, algún día, esa parte de la humanidad despierte y tome consciencia de todo lo que hace y lo pueda corregir.

Mientras se maten animales, existirán enfermedades incurables para el ser humano. Mientras grandes extensiones de bosques se corten o se talen, existirán conflictos entre las naciones.

Todo tiene una consecuencia, todo tiene un origen. Nada está separado. Es una cadena que el ser humano no consigue romper por sí mismo. Solo con la ayuda espiritual de la Jerarquía, esas cadenas y esas opresiones se liberarán; pero es necesario el arrepentimiento, es necesario sentir en el corazón todo lo que está sucediendo y ayudar a revertirlo.

Mientras nada suceda, mientras una parte de la humanidad no escuche y no acoja el llamado que viene de la Jerarquía, el cambio no llegará y la humanidad seguirá sufriendo sus propias consecuencias.

No podrá ser solamente la minoría de la humanidad la que viva el cambio de la consciencia o el despertar. Todos son llamados a cuidar y a proteger lo que recibieron, porque es único y no existe en otro lugar del Universo ni en otro planeta.

Por eso, todas las Jerarquías, todos los Mensajeros y todas las consciencias del Universo contemplan con amor al planeta y a la humanidad, porque Dios les entregó todo lo mejor que tenía para que Sus hijos pudieran crecer, madurar, aprender y evolucionar.

Pero ese ciclo se rompió desde los errores que fueron cometidos por Adán y Eva. Y nuevas razas, civilizaciones y culturas surgieron para intentar corregir lo que había sido hecho por el desvío vivido y por los errores cometidos.

Pero no todas las culturas, consciencias o civilizaciones alcanzaron la evolución que Dios necesitaba. Por eso, surgieron nuevas razas, surgieron nuevas generaciones para que el Plan pudiera continuar adelante. Y lo más importante: que este Proyecto genético pudiera alcanzar un estado vibratorio elevado.

Como no fue suficiente la experiencia, como no fue suficiente alcanzar las aspiraciones y concretarlas por parte de los propios seres humanos, por las propias culturas o pueblos, aun habiendo vivido los grandes procesos de contacto y de unión con la Jerarquía universal, el Padre se entregó a sí mismo por medio de Su amado Hijo, para que ese Proyecto, para que esa genética humana que fue amorosamente pensada y meditada pudiera ser corregida a través del Amor Crístico proveniente de la Fuente del Amor-Sabiduría universal.

A lo largo de los tiempos, después del paso de Jesús por la Tierra, hubieron ejemplos, testimonios y experiencias de consciencias que alcanzaron los grados de Amor Crístico. Pero pocos lograron vivir los mismos estados que alcanzó Mi Hijo hasta lo alto de la Cruz, hasta el último momento de Su expiración.

Por eso, Él derramó Su Sangre y Su Agua por cada uno de Sus compañeros, y para que la Tierra y sus más profundos recintos fueran permeados por la Sangre de Jesús, para que ese testimonio de Amor y de redención quedara guardado en la memoria espiritual de esta raza y de este planeta.

Todos esos Códigos alcanzados, todos esos planos vividos y experimentados por Mi propio Hijo, son experiencias muy profundas y espirituales que Él dejó para el mundo, para que las almas y principalmente las esencias, se pudieran servir de esa preciosa y pura energía, de la Energía Crística.

Ahora, que el tiempo y la humanidad está en un momento culminante, es hora de que las consciencias que se entregan y que se donan a Cristo, accedan a esos Códigos de Luz de una forma  espiritual e interna, reflejados en los atributos del servicio, de la donación, de la fraternidad, de la entrega, de la oración, de la Misericordia y de la paz, para que la cura se establezca no solamente en sus consciencias sino también en sus semejantes, en sus hermanos, conocidos y desconocidos, en todos los seres de esta superficie.

Que ese amor no solo pueda llegar a lo más profundo e íntimo de ustedes en este tiempo crucial para que su fe y su confianza estén fortalecidas, sino también que esos Códigos de Amor Crístico puedan llegar a las consciencias y a los Reinos menores que más los necesitan, penetrando las capas más duras y resistentes de la consciencia, del sufrimiento, de la opresión, de la esclavitud, de los conflictos.

Y esa armonía y esa paz universal se alcanzarán en la superficie de las naciones, en los pueblos y en los continentes cuando ese Amor Crístico sea vivido verdaderamente y lo acepten como parte de sí, en una comunión profunda con la Divinidad de Mi Hijo.

Eso permitirá que el Proyecto genético, el que Dios pensó desde el principio, continúe adelante, aun en los tiempos de Armagedón y de Apocalipsis. Las puertas hacia la sabiduría y hacia el Amor cósmico no se cerrarán, aunque los acontecimientos se precipiten en algunas regiones de la Tierra y en algunas partes de la humanidad, para que el ser humano pueda aprender, tome consciencia y se arrepienta verdaderamente.

Ya no es necesario que el ser humano siga sufriendo y padeciendo todo lo que hace y todo lo que vive. Estar en la Ley significa un esfuerzo mayor, no solo de mantener la consciencia y la mente abierta sino también de participar de esas Leyes viviéndolas dentro de sí y practicándolas exteriormente, para que el pueblo sagrado de Dios se vuelva a reunir, se vuelva a unir, se vuelva a congregar en el nombre del Amor Crístico de Mi Hijo, el que siempre los llevará a la paz y a la visión perfecta de la realidad de estos tiempos; para que todo sea reconciliado, redimido y curado en las consciencias humanas.

El planeta, pero principalmente la humanidad, está ante dos caminos y uno de ellos deberá escoger, no de una forma impulsiva o egoica sino de una forma intuitiva y amorosa. Son dos destinos diferentes, son dos realidades diferentes, son dos situaciones diferentes y dos resultados diferentes.

Por eso, ante esa encrucijada o esa decisión hay que orar, orar y orar, para que la humanidad entera como una sola consciencia y una sola civilización escoja el camino que la liberará, o la condenará para siempre.

Por eso, las Leyes de la Misericordia actúan, gobiernan y proceden en la humanidad de estos tiempos, para que las almas recuperen el sentimiento de amar a Dios, de buscarlo y de encontrarlo, sabiendo que el Padre en Su eterno silencio, los espera con Sus Brazos abiertos para recibirlos y ayudarlos.

Pero ahora son Sus hijos los que deben escoger y decidir. Toda la ayuda del Universo llegará conforme a la respuesta de la consciencia humana y a la disponibilidad de las almas.

Esa decisión está en el corazón de cada ser de este planeta, pero no se olviden de poner atención y de revertir los males causados a los Reinos de la Naturaleza que son inofensivos a la vista del hombre y que están aquí para equilibrar sus emociones y sus pensamientos.

Los Reinos menores se ofrecen a transmutar situaciones inconcebibles. Y, a pesar del maltrato y de la agresión que reciben todo el tiempo, ellos no se dejan de donar y de entregar para que el hombre pueda evolucionar y alcanzar la madurez que necesita en este ciclo.

Abran sus ojos, no físicos sino internos. Abran sus oídos, no físicos sino internos. Perciban, sientan y contemplen la realidad planetaria y comprenderán todo lo que les decimos, porque lo más importante en este tiempo es hacer el bien y proclamar la paz. Así ya no se levantará nación contra nación ni pueblo contra pueblo. Ya no se agredirán hermanos contra hermanos y, así, la Luz nunca faltará y el Amor siempre llegará porque será emanado de la Fuente del Universo.

Estamos aquí como Consciencias universales para ayudarlos a vivir el cambio y para que ese cambio dé testimonio, en cada ser, del amor por lo divino.

Les agradezco por acompañarme y por escucharme en estos tiempos.

Que la bendición del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo esté en ustedes y los impulse a vivir lo que Dios tanto espera.

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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