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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Yo Soy el Cáliz Virginal que guarda en sí mismo la sangre de los inocentes y de los mártires, que son contemplados por Dios en este tiempo. Sé que este misterio es muy amplio para ustedes, tal vez abstracto y complejo, pero para el corazón que está unido al Corazón de la Madre no lo es.
Ustedes, hijos Míos, saben más que Yo cuánta sangre inocente corre hoy sobre este mundo, porque la impunidad ha tomado la mente de muchos gobernantes y esa tenebrosa bestia debe ser extirpada del planeta.
Por eso, hoy les presento las siete espadas en Mi Corazón, los siete grandes pecados capitales de estos tiempos, que gravemente se han ampliado en la consciencia de la humanidad al haberse alejado del amor, de la unidad y de la verdad.
Llevo estas siete espadas, que atraviesan el Corazón de su Madre Celeste, en el más profundo silencio de Mi Espíritu, porque no hay nadie más grande que Mi Hijo que haya vivido algo tan verdadero por cada uno de ustedes como Él lo hizo en la Cruz, sin medir sus esfuerzos o fatigas, sin medir hasta dónde Él podría dar la vida por ustedes.
Por eso, este es el Cáliz Virginal que hoy les presento, el relicario del Corazón de la Madre Celestial que no solo guarda los códigos de los santos inocentes y de todos los mártires que profesan su fe en Cristo y que, por diferentes circunstancias, hoy ya no están en este mundo; sino que, este Sagrado Cáliz Virginal, es adorado por los ángeles del Cielo como una de las reliquias del Arca de la Santa Alianza.
Vean a través de este ejemplo, hijos Míos, cómo el dolor y el mal de este mundo se transforman en Amor y en Misericordia, cómo el Poder Creador tiene la autoridad de poder transformar todo.
Porque ese Poder, que viene de la Creación, no es autoritario; es el Gran Poder del Amor que pulsa en el corazón del centro de esta Galaxia, llamado Sol Central, que irradia a este plano material los códigos de la vida y de la transfiguración de todas las consciencias físicas.
Este sagrado terafín, el Cáliz Virginal, se guarda como copia espiritual en el corazón de ese Sol Central, para que algún día el mundo y la humanidad también sean transformados.
Así, cuando Mi Hijo retorne, Él volverá a otorgarle al mundo la redención, la reconciliación con las Leyes del Universo, para que todos los pecados del mundo sean enmendados por las almas que serán consecuentes hasta el final de los tiempos, hasta el momento en el que Mi Hijo pose Sus Pies sobre este planeta con todas las Huestes y las Jerarquías.
¿Imaginan cómo será ese gran momento del Retorno de Cristo, Nuestro Señor?
¿Cuánto el universo se moverá cósmicamente para ese acontecimiento?
¿Cuántas corrientes espirituales e inmateriales colmarán a este planeta y a este Sistema Solar que ustedes habitan, para redimirlo y convertirlo a través del poder de los méritos que Cristo alcanzó en la humanidad y también a través de los méritos que todos Sus compañeros y compañeras alcanzaron y alcanzarán a través de los tiempos?
Ahora, pueden tener una visión más clara y un sentimiento más profundo sobre lo que significa y representa el Poder Creador del Amor. Él vendrá a su encuentro algún día. Ese Poder del Amor será palpable en todos los sentidos y en todas las dimensiones.
Él les revelará los dones y las virtudes a los consecuentes. Él les revelará el Poder de Su Amor y de Su Misericordia a los que fueron condenados. Y en todo este vasto e infinito universo no habrá ninguna consciencia que no sea tocada por el Poder del Amor Creador.
Así como la célula en el ser humano alimenta la vida, la regenera y la reconstruye por dentro y por fuera; así la Comunión con el Santísimo Sacramento de Cristo, ofrecido por el poder de la Eucaristía, y también el poder de las Sagradas Reliquias del Arca de la Santa Alianza, cuando estén presentes en la superficie de los Sagrados Retiros, transfigurarán a todo el planeta y a la humanidad, de la noche a la mañana.
Entonces, los ángeles del Señor estarán con sus Libros abiertos para registrar y testimoniar ese acontecimiento, que no será invisible, sino visible.
Por esa razón, Nuestro esmero y dedicación a todos los corazones del mundo y, especialmente, a las almas que despiertan al camino espiritual de un único Dios y de un único Padre Celestial, Nos hace trabajar como Jerarquías de forma incansable, para que cada universo interior y cada corazón humano descubra la riqueza espiritual que Dios les entregó desde el principio en la Fuente.
Es así que, a través de las Palabras de la Madre de Dios, que son Palabras de Dios imantadas por los principios de la Fuente Creadora, Yo les traigo a sus corazones altas vibraciones de los Cielos, para que la materia que, aparentemente, está corrompida y enferma, se pueda redimir y transfigurar lentamente.
Porque si Mi Hijo tuvo ese permiso en lo alto del Monte Tabor y algunos de sus apóstoles fueron testigos de ese acontecimiento; Mi Hijo, el Cristo, a través de la Ley de la Transfiguración que sea invocada por medio de la oración del corazón, tarde o temprano tocará sus vidas y consciencias; y lo que parecía corrompido o perdido se redimirá y se iluminará, a través de las Leyes que Cristo ha instaurado con Su Presencia en el planeta.
Todo lo que hoy les estoy diciendo y compartiendo, Mis hijos, forma parte del Libro de Amor de Dios, porque es Él Quien lo envía y es Él Quien lo decreta.
Por eso, Yo les pido que no solo se identifiquen con la materia, porque este es un tiempo de purificación desconocido, vean su identidad en lo más profundo de sus seres, en aquella parte de su consciencia que sabe quién es y qué vino hacer aquí a este mundo.
Muchos de ustedes deben aprender todos los días a retomar el camino hacia el origen, hacia el centro de sus esencias, lugar donde brilla y donde mora la Luz de Dios. No se olviden de que ustedes son Sus Hijos de la Tierra y que Él les Ha dado este planeta en abundancia para que ustedes den frutos. Pero el mundo y esta civilización no han comprendido el Mensaje del Dios de Israel; destruyen el planeta y lo enferman, y los Reinos de la Naturaleza y los océanos son testigos de esta tragedia.
Los que creen dirigir al mundo y gobernarlo intentan ocultar esta realidad que ya no se puede ocultar; pero vean este acontecimiento trágico de la naturaleza con sabiduría y compasión.
A pesar del dolor que viven los Reinos Menores, a pesar del dolor que viven las almas inocentes, nunca levanten la voz de la rebelión. Que sus voces se alcen al Corazón de Dios por medio del canto y de las plegarias que, obedientemente, han ofrecido a Nuestros Corazones en estos dieciséis años.
Es así que se vencerá el mal, él podrá atormentarlos o perseguirlos, pero si sus corazones están entregados al Corazón de Dios, ¿cómo el mal podría hacerlos perecer?
Recuerden, recuerden todos los días, que ustedes son Sus dignos Hijos y protejan preciosamente de ustedes mismos esa dignidad espiritual, porque millones de almas en el mundo ya la perdieron en esta última década y para muchos hijos Míos vale lo mismo tener o no dignidad humana.
¿Cómo los valores tan sagrados de este pueblo de la Tierra se pudieron perder?
Las almas no supieron abrazar el Llamado de Dios por diferentes circunstancias y, en muchos casos, los propios miedos superaron la confianza en Dios. Pero el miedo no existe, hijos Míos, lo que existe es la Luz y el Amor que habita en el centro de sus corazones y almas. Crean en el Poder Creador de Dios que, en el Proyecto Genético, en el Origen y en el Génesis de esta humanidad, fue implantado.
Sé que, para muchos de Mis hijos, este es el tiempo de la gran batalla, en el que deberán enfrentarse con ustedes mismos, en el que deberán reconocer sus propios abismos ocultos e invisibles; pero les pido, por amor, que no le den fuerza al victimismo humano.
Sus almas son almas cocreadoras que, a través del verbo y del sonido pueden emitir nuevas cosas y pueden liberar nuevos principios que, a través de una ofrenda verdadera y honesta, permiten hacer descender los Valores de Dios al mundo, a través de las almas que se ofrecen para ser tabernáculos de Dios y víctimas del Amor de Cristo.
Esto es lo que le falta a la humanidad, y aunque parezca imposible que esto cambie de la noche a la mañana, no pierdan la fe ni la esperanza.
Muchos ya tomaron la decisión de seguir el camino hacia Cristo. Por eso, la bestia de siete cabezas está furiosa.
Este es el momento en el que la Mujer Vestida de Sol corre al desierto, porque es la hora, la gran hora, de que los siete sellos se terminen de abrir completamente. Eso hace temer a Mi enemigo, el adversario, porque cuantas más consciencias tomen conocimiento de la verdad a través de su despertar, la batalla, la gran batalla final, será vencida.
Y San Miguel Arcángel, elevando al Padre su poderosa espada, hará tronar sobre este mundo los Poderes de la Creación para reconstruir al mundo y a la humanidad espiritualmente, para que todo vuelva a comenzar de cero.
Oremos para que estas revelaciones no se pierdan, para que estos impulsos se guarden en la consciencia y fortalezcan a todos Mis hijos.
Oremos con convicción y fe, por la Presencia de Cristo en todos los Sagrarios de la Tierra y en todos los corazones que se ofrecen y que se postulan a ser Tabernáculos de Dios.
Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente y
os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo,
Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los Sagrarios de la Tierra,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que Él es ofendido;
y, por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén.
Les agradezco por tener la valentía y la apertura de escucharme. Esto representa para Dios una respuesta honesta, representa que será posible la redención.
A pesar de los tiempos de la tribulación, siempre recuerden que será posible el tiempo de la redención. A pesar de lo que vivan o de lo que atraviesen, a pesar de lo que este mundo haga, es posible el tiempo de la redención.
Y para que sus almas sean quienes guíen sus vidas; para que el alma, sea la barca que navega en el océano de la Misericordia de Dios, se nutra y se fortalezca del Amor Crístico, vengo a pedirles, para terminar este encuentro, una canción que muchas veces cantaron y que representa para Dios y para los Sagrados Corazones la historia de esta Obra concretada en la superficie: "Sopro do Espírito".
Escucharemos esta canción desde el Centro Mariano de Figueira.
Que esta melodía los ayude a navegar en el océano del Amor de Dios, sin miedo al naufragio o la tempestad de la vida, confiando en que el espíritu de cada uno de ustedes y de sus hermanos siempre tendrá abierta la puerta del Corazón de Dios para que la pueda atravesar.
Yo los bendigo y les agradezco por habernos acompañado en este mes de agosto. Aspiramos y esperamos que sea por muchos agostos más, si así Dios lo determina.
Mi bendición maternal sobre ustedes y Mi Paz sobre el mundo herido.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cantemos.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Allí, donde hay un corazón que clama sinceramente por la paz, está también el Corazón de Dios.
Allí, donde hay un ser que ora con la verdad de su corazón, allí se manifiestan los Espejos de Dios, para comunicarles Verdades Superiores a los seres, para revelarles misterios desconocidos y aquellos que son misterios solo porque sus ojos aún están mirando hacia afuera, y no hacia adentro.
Ha llegado el tiempo de que miren a estas montañas y no vean solo montañas. Ha llegado el tiempo de que miren al Cielo y no vean solo estrellas. Ha llegado el tiempo de que se miren a ustedes mismos y no vean solo seres humanos, no vean solo lo que encuentran en el espejo. Vayan más allá de él, hacia el espejo de sus corazones y, a través de él, podrán ver lo que se oculta en las montañas, lo que se oculta en los cielos, lo que se oculta en su propio interior.
Cuando Mi Hijo estuvo sobre la Tierra, Él les habló a través de parábolas, y aún así no lo comprendieron. Él les dijo que las Verdades del Cielo aún no podrían ser reveladas a los corazones de los hombres; pero ahora ha llegado el tiempo, la humanidad ya maduró a través de sus errores, a través de los desvíos.
Ahora, hijos, necesitan decidirse a no errar más, a no cometer los mismos errores de hace dos mil años. La humanidad es otra, este planeta es diferente. A través de ustedes, un Plan se debe manifestar, una Verdad se debe revelar, y no será solo a través de palabras, sino a través de sus vidas. Este es el verdadero milagro que vinimos a traerle al mundo: la transformación de la condición humana.
Cuando Mi Hijo estuvo en la Tierra, en Cuerpo, Alma y Divinidad, para que los seres creyeran en Su Presencia, necesitó hacer prodigios y milagros a los ojos de los hombres. Hoy, hijos, la Verdad se revela a través de ustedes, los nuevos prodigios son la transformación de sus vidas, la manifestación de los Centros de Amor, la revelación de los misterios que estuvieron ocultos desde el principio de la existencia humana.
Hace dos mil años, el velo del Templo se rasgó; hoy, el velo de sus consciencias necesita ser rasgado. Pero, para que esto acontezca, necesitan estar dispuestos a transformar las propias vidas y ya no ser los mismos.
Sé que muchos de ustedes miran hacia atrás y ya no encuentran lo que eran, ya dieron muchos pasos en este camino de transformación. Pero donde habita el Pensamiento de Dios, la Voluntad Perfecta del Creador, ese espacio interno dentro de cada uno de ustedes, aún está oculto, escondido detrás de la condición humana, de todas aquellas situaciones que aún necesitan entregar y transformar, para que eso pueda emerger.
Y así, los Linajes se manifestarán.
Así, los Guerreros se colocarán en sus lugares para proteger este Propósito.
Así, los Espejos atraerán del Corazón de Dios lo que se debe manifestar como Propósito para la Tierra.
Así, los Reinistas curarán el corazón herido de la Tierra y restaurarán la consciencia de los Reinos de la Naturaleza, a través de la comunión perfecta con toda la Creación.
Así, los Contemplativos, en su súplica y en su silencio, restaurarán el Corazón de Dios y generarán méritos para que las almas más perdidas alcancen Misericordia.
Así, los Curadores tocarán las heridas profundas y las curarán, para que los hombres ya no miren el dolor, sino que puedan mirar la renovación, puedan estar restaurados y redimidos para manifestar en esta Tierra el verdadero Pensamiento de Divino.
Así, los Gobernantes gobernarán con el Poder de Dios, y no con el poder propio, y conducirán a esta humanidad al cumplimiento de la Voluntad Mayor.
De esta forma, cada uno en su lugar construirá la Nueva Humanidad. Aún hay tiempo de vivir este Propósito, aún hay tiempo de abrirse a este misterio.
Así como Les revelé la verdad oculta en el Corazón de Aurora; hoy, hijos, permitan que sus almas contemplen, en este lugar sagrado, un misterio profundo. En el interior de estas montañas se guarda un misterio que nació en el Corazón de Dios, con el Propósito humano.
Cuando el Creador pensó esta raza y la manifestó con Sus Ángeles y Arcángeles en todas las dimensiones, desde los Universos Espirituales hasta la menor de las partículas físicas, manifestó también un espacio que sería el guardián de esta raza, donde este Pensamiento habitaría, para conducir siempre a la humanidad al retorno al Origen, el Origen del Pensamiento Divino.
A pesar de ser un proyecto perfecto, cuando el Creador manifestó aquellos seres que unirían las dimensiones, que unirían el Corazón de Dios con toda la vida manifestada, le ofertó este Pensamiento a consciencias imperfectas para que, a través de esta oportunidad, pudieran renovar la Creación, no solo sus vidas, sino toda la vida.
Desde el principio, el Creador sabía que la humanidad se perdería en el camino, y así como Aurora manifiesta la Cura, aquí, hijos, pueden encontrar el Pensamiento de Dios, el Pensamiento Perfecto del Origen para que vivan la redención en todos los niveles de su consciencia, desde los Universos Espirituales hasta la menor de las partículas de sus seres.
No busquen comprender lo que les digo, solo escuchen Mis Palabras y permitan que ellas los conduzcan a un estado de consciencia que es misterioso e incomprensible para la mente humana, pero al que necesitan llegar para reencontrar al Pensamiento Divino, para reencontrar a la Voluntad de Dios, y eso deben hacerlo en nombre de toda la humanidad.
Por eso, solo escuchen, no cuestionen. Solo sientan cómo sus células vibran ante Mis Palabras, que manifiestan un misterio que es desconocido para la mente, pero que es revelado a la consciencia celular que habita en su interior. Por eso, déjense transformar.
Les vengo a traer una ciencia espiritual, no solo mística. Esta no es una Aparición como otras, porque este tiempo no es como otros. No busquen referencias en lo que pasó, porque lo que debe acontecer ahora es nuevo, y para eso necesitan que los misterios sean revelados para que sepan dónde estar, cómo actuar.
El Señor les envía el Espíritu Consolador, no solo para que sepan hablar en lenguas, recibir profecías y vivir Sus Dones, sino también les envía ese Espíritu para que puedan comprender Sus Misterios y, más que eso, puedan vivirlos.
Vine del Cielo con un propósito; pero, como todo en la vida humana, este propósito necesita del permiso de los hombres para manifestarse.
A través de Mis Palabras, vengo a transformar todo lo corrupto en el corazón humano. Hagan el ejercicio, hijos, de vaciar la consciencia de todo lo que conocieron hasta hoy y de todas las ansias por saber y por vivir en caminos místicos que más que llevar a sus seres a una verdad, los confunden.
Les vengo a enseñar que, para vivir la Verdad, necesitan estar vacíos de sí mismos, de todas sus voluntades y aspiraciones. Esa fue la forma como alcancé el Pensamiento Divino para Mi Vida, en nombre de todos los seres. Esa fue la forma como pude estar delante del Creador para que Él Me revelara Sus Misterios, para que Él Me mostrara los mundos desconocidos y la perfección celestial. Por eso, los invito a este camino de vacío, de entrega, de sacrificio por los demás, para que encuentren esa Verdad.
En el interior de estas montañas se escucha el suspiro de aquellos que aguardan poder servir a los hombres, de aquellos que aguardan que exista un momento de silencio, de vacío, de entrega. ¿Están dispuestos a vivirlo?
Sientan el Corazón de Dios que pulsa no solo en el centro de la Creación, sino también en este lugar y, al mismo tiempo, dentro de ustedes. Sientan como este pulsar comienza a transformarlos, poco a poco; dejen que la oscuridad de la condición humana de lugar a la Luz que habita en sus células; dejen que sus heridas más profundas sean cicatrizadas; dejen que, en el silencio de su corazón, la Voz de Dios se haga escuchar.
Aprendan a contemplar, aprendan a transmutar y a transformar a través de la unión profunda con el Corazón de Dios. Es así, hijos, cómo se retorna al Origen, al Origen Celestial y Divino.
En el interior de sus seres, emitan un clamor por los que más necesitan, por los que sufren, por los que agonizan. Dentro de ustedes, allí donde pueden encontrar el Corazón de Dios, hagan una oración por la humanidad, por los Reinos de la Naturaleza. Yo los escucho, Dios los escucha.
Hoy, hago esta oración con ustedes, en el silencio de sus corazones, para que vuelvan a sentir la paz y para que aprendan, en el símbolo de Mis Palabras, que ustedes fueron creados para servir, para transformar, para interceder, para unir dimensiones, para renovar la Creación, y todo lo que hacen en sus vidas debería tener este propósito. Todos los que encuentran en sus caminos pueden ser tocados por la paz que hoy les entrego, pero para eso necesitan mantenerla en su interior.
Hoy, el Creador les entrega un Legado, les coloca en sus corazones un código perfecto que, en el momento de mayor agonía, podrá emerger y mostrarles el camino, la palabra a ser pronunciada o el silencio a ser vivido, el momento de seguir o de parar.
Cuando estén en duda, silénciense, vuelvan a encontrar ese estado de paz, recuerden este código perfecto que habita en ustedes y busquen allí la respuesta, allí donde el Creador los escucha, en la morada de su propio corazón.
En el silencio, entre una palabra y otra, Yo los observo, los escucho y los siento.
Hagan Conmigo una oración por este lugar, por esta nación, por la manifestación de lo Sagrado que aquí habita, para que la Justicia Divina purifique sin herir, transforme a través del despertar, y no del sufrimiento.
Señor y Dios de Misericordia,
que desde el principio de la Creación amaste a los hombres,
contempla hoy la sinceridad de Tus Hijos
y, por el Infinito Amor que depositaste en sus corazones,
que la Esperanza Divina se vuelva a encender.
Concédeles, Señor, una oportunidad a los seres
que, en su imperfección, buscan Tu Verdad.
Concédeles, Señor, en el silencio del corazón,
un clamor verdadero por la transformación de los seres
para que, a través de este clamor,
Tu Verdad emerja,
Tu Misericordia descienda,
Tu Amor se renueve,
Tu Gracia se establezca,
Tu Pensamiento sea una realidad.
Amén.
A través de las cosas simples, el Corazón del Padre se renueva. ¿Cómo es posible, hijos, que en este lugar, aparentemente perdido en estas montañas, el Corazón de Dios se pueda renovar?
Porque Él les quiere mostrar que es a través de la simplicidad, sin embargo verdadera, que Él se une al corazón de los hombres, que Él les revela Su Gracia, vierte Su Misericordia y transforma Su Justicia.
Deben seguir orando, deben mantener las Puertas del Cielo abiertas en este lugar para que el Pensamiento de Dios, que aquí se guarda, este Código Divino y Original que fue depositado aquí, en el interior de estas montañas, para que fuese resguardado, pueda encontrar un espacio para llegar al corazón de todos los seres, para despertar a las almas y transformar su condición humana, para que no se lamenten en el final de los tiempos de no haber despertado, sino que, despiertos, vean emerger una Nueva Vida, conozcan la Voluntad de Dios, Su Grandeza y Su Perfección y sean testimonios del poder de la transformación divina.
Esta es la mayor aspiración de su Padre Celestial: transformar la condición humana, transformar lo que hay detrás de esta condición humana, errores e imperfecciones que no provienen de este mundo, para que, a través de su transformación, puedan transformar toda la vida, todo lo que fue creado.
Esta es la maravilla del Pensamiento Divino que son llamados a conocer. ¿Escogerán la condición humana o encenderán sus corazones en un clamor perfecto de unión con Dios para conocer a Sus Misterios?
Aún hay tiempo, hijos, de despertar. Y eso sucede cuando dan el primer paso.
No quieran estar en un lugar que no les corresponde espiritualmente, no quieran ser perfectos si no se disponen a dar el primer paso. La transformación sucede en un proceso: cuando dan un paso, el próximo se manifiesta, y así es como reencontrarán la Voluntad Divina para sus vidas. Ella no se revelará si no están prontos; no encontrarán la transformación si no se disponen a eso, no se sumergirán en lo desconocido si no lo aman, no conocerán la Ciencia Divina que habita en sus células si no aprenden a amarla, a amar el Pensamiento de Dios.
Y así, hijos, como la transformación se revela, como los Linajes se manifiestan, como los Centros de Amor se revelan, es como podrán ser partícipes del llamado Tercer Orden de la Hermandad. No pregunten lo que es, dispónganse a vivirlo. No quieran saber, aspiren a ser, y todo les será revelado. Eso es lo que les quería decir hoy.
Dios buscó muchos caminos para traerlos hasta aquí. Sean capaces de valorar Sus Gracias, honrar Sus Dones, ser consecuentes con todo lo que Él les entrega. Yo les doy Mi bendición para esto.
Ahora, comulguen de la oferta perfecta de Cristo que, una y otra vez, los renueva para que puedan vivir todo lo que les dije.
Yo los bendigo y con el Espíritu Consolador los colmo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hermana Lucía de Jesús:
Antes de cerrar la transmisión, a pedido de la Jerarquía, vamos a hacer un breve relato para todos ustedes, porque ustedes saben que los Mensajeros Divinos nos quieren hacer cada vez más conscientes, no solo de Sus Palabras, sino de todo lo que sucede cuando Ellos llegan al mundo.
Voy a intentar acordarme de todo, porque realmente fueron muchas cosas las que sucedieron y la Jerarquía Divina le ha dejado a Madre María Shimani, que debe estar acompañando esta transmisión, la tarea de profundizar con nosotros, estudiar estas últimas Apariciones, aquí en Argentina; para que todos nosotros, todos los que están acompañando estas Apariciones, podamos comprender más ampliamente lo que la Jerarquía estaba haciendo.
Cuando estábamos orando, se sentía a través de la oración un movimiento espiritual muy fuerte que se manifestaba no solo en el Cielo, sino también en el interior de las montañas; movimientos espirituales que, yo digo, son como manifestaciones de Luz, manifestaciones de Ángeles, de Arcángeles y de Consciencias Espirituales que empezaron a trabajar en las dimensiones y en las realidades superiores, no solo con cada uno de nosotros, sino con los Reinos de la Naturaleza, con este espacio donde estamos de esta región de Argentina y con aquellos que acompañaban ese momento de oración. Y nosotros, que muchas cosas no comprendemos, no pensamos en eso, nos concentramos en la oración aguardando la llegada de la Jerarquía.
Cuando San José llegó, Él nos mostraba un espacio sagrado dentro de las montañas, como un espacio espiritual, que después la Madre les va a poder explicar un poco mejor. Allí se vivía una realidad muy elevada, en donde se veían como Templos de Luz que guardaban un estado de consciencia divino.
Era un estado de consciencia que el Padre manifestó en el origen y que guardó en ese espacio perdido del planeta, para que nosotros como humanidad, más allá de los errores que fuéramos cometiendo a lo largo de nuestra evolución, pudiéramos reencontrar ese Pensamiento de Dios.
Eso era lo que San José empezó a traer hacia nosotros. Cuando Él empezó a hablar, esas dos realidades se unieron, era como un espejo de agua que manifiesta el cielo y lo que hay en la tierra.
Por detrás de San José veíamos esa realidad espiritual en el cielo, pero eso se manifestaba en la Tierra, dentro de las montañas, era como un espejo de esas dos realidades espirituales. Y en un momento, les confieso que pensé que no iba a aguantar, realmente era una vibración muy fuerte.
Y, a través del silencio de San José, Él nos observaba para ver hasta dónde podía ir con nosotros, porque esa energía nos movía mucho internamente, nos movía a nivel de nuestras células, no solo a nuestro mundo interno, a nuestro mundo espiritual; porque Él nos explicó que esa Voluntad de Dios no solo era espiritual, era también para nuestra consciencia física, para lo que somos como expresión humana, material.
Por eso, es que nos movía también a nivel de nuestras células y a medida que Él iba hablando, esa Energía Divina expulsaba de adentro de nosotros aquellas situaciones internas que nos separan de ese Pensamiento Perfecto de Dios.
Y yo percibía que nuestras células giraban a una increíble velocidad y esa energía iba manifestando una Luz que venía, al mismo tiempo, de adentro hacia afuera y de la Jerarquía hacia nosotros.
Ese mismo movimiento interno se manifestaba a nivel de la naturaleza y de la consciencia de la nación, sobre todo en lo que corresponde a este lugar; y San José mostraba que, a través de las Gracias que la Jerarquía trajo desde el inicio de la Peregrinación en Argentina, eso empezaba a transmutar una energía de Justicia. Esas Gracias, esas dádivas celestiales que los Mensajeros traían y la respuesta de cada uno de nosotros, a través de nuestras oraciones, empezaban a transformar esa energía de Justicia en una energía de Misericordia.
Y Argentina iba recibiendo una Gracia que no la merecía, a través de esa Misericordia, que transmutaba esa Justicia. Era como un acontecimiento que ya existía espiritualmente, que se iba a manifestar en el plano físico y que fue siendo transformado por esa energía de Misericordia.
Para que nosotros podamos comprender mejor, después la Madre va a estudiarlo con nosotros para que, a través de la instrucción, podamos ser aún más conscientes; porque la Jerarquía nos explicaba, San José nos explicaba, que esa Gracia no la podemos perder.
Por eso, Él nos invitaba a mantener encendido este lugar, a seguir orando aquí, a seguir fortaleciendo el canal de la oración que la Jerarquía Divina manifestó, sabiendo que aquí habita un Lugar Sagrado de Dios, un espejo de un estado de consciencia celestial.
Que nosotros podamos conscientemente, a través de nuestras oraciones, mantener esa Gracia disponible para la humanidad para que, como dijo San José, la humanidad pueda aprender a través del despertar y no del sufrimiento. Y que, en los momentos más difíciles, más definitivos, nosotros sepamos dónde estar, qué hacer, qué hablar, qué no hablar, cuándo debemos ir, cuándo nos debemos quedar, todo eso va a nacer de nuestro corazón, de este vínculo interno que cada uno de nosotros está construyendo con Dios, y que no lo podemos perder.
Entonces, somos invitados a seguir orando aquí, para seguir protegiendo esa Gracia que recibimos, que Argentina recibió, que el planeta recibió.
¡Gracias, Señor, por cuánto nos das!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Si estás desesperado o angustiado, ven hacia Mí y sígueme.
Si no tienes claridad sobre lo que tienes que decidir y estás confundido, ven hacia Mí y sígueme.
Ahora, no importa cómo te encuentres o cómo estés, ven hacia Mí y sígueme.
Conozco lo más profundo de tu ser y sé la Voluntad de Mi Padre para ti. Por eso, ven hacia Mí y sígueme.
Tu cruz no es igual a la cruz de tus hermanos. Por eso, ven hacia Mí y sígueme.
Yo tengo para ofrecerte Mi Corona de espinas, ven hacia Mí y sígueme.
Yo tengo para darte todo Mi Ser. ¿Qué esperas? Ven hacia Mí y sígueme.
Si tus pies tropezaron con muchas piedras en estos últimos tiempos, no te preocupes, levántate, ven hacia Mí y sígueme.
Porque lo que está escrito para tu vida no es lo mismo que lo que está escrito para tu prójimo. Si en verdad quieres conocerlo y saberlo, ven hacia Mí y sígueme.
Si decides venir hacia Mí, podrás entrar en Mi Corazón y tener una nueva vida. Sabrás atravesar tus desiertos, tus pruebas y tus incertidumbres; pero ten presente que Mi Amor está por encima de todo. Por eso, ven hacia Mí y sígueme, porque necesito soldados decididos, templados por la humildad y bañados por Mi Gracia para que sirvan al Plan de Mi Padre y lo cumplan.
Mis promesas celestiales se cumplirán en la próxima vida. Por eso, ven hacia Mí y sígueme.
Contemplo un mundo herido y lastimado, sumergido en el sufrimiento y en el caos. Ven hacia Mí y sígueme, para que los nuevos Cristos puedan despertar. Mientras eso no suceda, Yo seguiré viniendo al mundo porque Mi Corazón puede estar en ustedes y ustedes pueden estar en Mi Corazón. Vengan hacia Mí y síganme, que aún hay mucho por hacer y por obrar.
Las llagas más profundas del planeta deben ser curadas y tu vida debe ser el bálsamo para esas heridas. Ven hacia Mí y transfórmate en lo que Yo tanto espero. En el silencio de Mi Corazón, los dejaré prontos para vivir estos tiempos y estos desafíos.
Me ofrezco en comunión eterna por los que sufren y padecen; por los que, día a día, pierden la luz interior y dejan apagar la llama de su fe.
Yo Soy esa Fuerza Superior que les permite cargar la cruz de estos tiempos y no decirle “no” a Mis Voluntades, porque lo que está escrito es muy importante.
Yo les traigo la nueva vida. Por eso, vengan hacia Mí y síganme. Mientras eso no suceda, esperaré para poder dar los próximos pasos en la redención de esta humanidad y de este planeta.
Abran sus sentidos internos y dejen que Mi Luz les traiga la Verdad; porque la purificación es eterna, es un impulso de ascensión y de trascendencia hasta que lo más íntimo de sus espíritus alcance, algún día, la unión con el Padre, así como el Hijo alcanzó la unión con el Padre hasta la Cruz.
¿Realmente era necesario que el propio Dios viviera toda esa agonía, toda esa Pasión y Muerte, a través de Su Hijo en esta humanidad? Es un misterio aún no develado, pero ustedes tienen la Gracia de ya no estar tan lejos de la develación de ese misterio.
La llave maestra de todo esto es la entrega del Amor de Dios por Sus criaturas, por su salvación. Eso es lo que debe mover su universo interior para que vengan hacia Mí y Me sigan; porque Yo necesito, en estos tiempos, fundar los pilares de la Nueva Humanidad y de la Nueva Tierra, a través de la conversión de sus corazones y consciencias.
Mis pilares no son energías, Mis pilares son ustedes.
Así como el barro debe ser transformado en algo bello; sus vidas, como un cristal precioso, deben ser pulidas, de tiempo en tiempo. Cuando sus vidas son pulidas, son transformadas y sienten la fricción positiva de Mi energía crística.
Pero no teman si sus células temen a la transformación o a la incertidumbre de no poder dar los pasos. En verdad, les digo: “Quien venga hacia Mí y Me siga estará en Mi Corazón, y Yo estaré en él hasta el fin de los tiempos; porque el Espíritu de la Sabiduría, el Espíritu Santo, los guiará, así como guio a Mis apóstoles y a muchos más a través de los tiempos”.
Su fuerza interior debe estar en la convicción de cumplir Mi Plan, Mi Plan de rescate y de salvación.
Ustedes ya saben cómo el mundo se encuentra y cómo la célula principal de la familia está destruida, no solo por la pandemia, sino también por la falta de amor.
Hoy Mi Corazón sostiene y contempla a los que han muerto solos, por esta actual enfermedad.
Las súplicas de los buenos y de los consecuentes con Mi oración misericordiosa, cueste lo que cueste, ha permitido esta Gracia de salvación y de alivio.
Por eso, les digo que su visión no solo puede estar en lo material, su visión debe estar más allá de lo espiritual, de lo que es verdaderamente profundo y eterno; donde triunfa el amor por encima del mal y de la adversidad.
Hay muchas almas en el mundo que en este tiempo claman por ayuda. Son muchas almas pecadoras, almas ignorantes y hasta frías porque el corazón se les ha endurecido.
Por eso, Mis pilares, los pilares de Cristo, los apóstoles del fin de los tiempos deben tener claro este momento y esta coyuntura que no es igual a la de otros tiempos.
Yo necesito que comprendan que ser Mi compañero no es solo estar a Mi lado o solo seguirme. Ser Mi compañero es arriesgarse, día a día, a ser más parte de Mí, de Mi Cuerpo Místico, de Mi Gobierno espiritual y divino.
Así como hace más de dos mil años, la humanidad se encuentra en una coyuntura semejante, pero más delicada, más grave. Esta es la hora más importante, en la que la oración del corazón obrará misteriosamente en los mundos internos. Es así que sus seres, sus familias y sus hogares deben ser cuartos y espacios de oración en el actual campo de batalla planetaria.
De esa forma, encenderán la luz en este mar de oscuridad mundial y la oración sincera será una pequeña chispa de luz del Amor de Dios que, en confianza y fe, se depositará donde es más necesario, donde nadie lo puede ver.
Necesito que sus vidas sean el propio testimonio de una oración realizada y concretada para que aspiren, algún día, a ser un propio sacramento vivo, redimido y convertido por Mis Códigos de Luz y de Misericordia. Así, el mundo no sufrirá más, porque con muy pocos se luchará ante estos infiernos del mundo, de persecución, de guerra y de hambre.
La hora de Mi Retorno ya está marcada. Es una hora que se aproxima al transcurrir el tiempo. Cuando Yo retorne, ustedes, ¿dónde estarán? Ustedes, ¿cómo estarán?
Las señales de Mi llegada son internas, porque es allí en donde Yo estoy presente, al igual que aquel que vive con fe la Eucaristía o la Adoración; así, estará pronto para recibirme, a pesar de cómo se encuentre o dónde esté.
Yo quiero, hoy, ungir al mundo con la Señal luminosa de la Cruz para que, ante este actual calvario planetario, ustedes vean iluminada la Cruz de la Redención de su Señor Jesucristo, la Cruz de Emmanuel, que los viene a liberar de las cadenas del mal para siempre.
Que sus corazones no se enfríen. Que su caridad no se desvanezca. Que su fe de estar en Mí se fortalezca, para que algún día los santos de los últimos tiempos, los santos de los últimos días, estén presentes en esta humanidad, y en la víspera de Mi llegada que esta unción espiritual se plasme en la frente de cada uno de Mis Hijos, de Mis compañeros, de Mis orantes, de Mis servidores.
Permitan que todo aquello que ya no debe estar más dentro de ustedes, no lo esté, y Yo tenga espacio para poder vivir en mayor profundidad dentro de cada uno.
No tengan miedo de perder el poder que creen tener o el control que creen vivir. Yo vengo a hacer de sus vidas algo nuevo, para que la raza humana se pueda salvar y así se cumplan los mil años de paz.
Que esta Maratón tenga la tónica y la absoluta confianza de que pueden seguirme y estar en Mí, a fin de que se justifiquen todos los errores y todos los pecados, y las almas fervorosas enmienden los ultrajes vividos por Mi Sagrado Corazón; porque Yo he traído, a este tiempo, a algunos de Mis apóstoles. Ellos no podrían estar en otro lugar, sino aquí, para volver a esperarme como Me esperaron en el Cenáculo durante los días de Mi Resurrección.
El reaparecimiento de Cristo se está cumpliendo.
Dichosos los que creen sin haber visto. Dichosos los que creen y son humildes. Dichosos los que son parte de Mi Palabra y beben de Mi Agua de Vida; porque Yo le entrego, a cada uno de ustedes, una parte del madero de Mi Cruz espiritual para que podamos compartir este momento y ofrecernos como víctimas del Amor de Dios.
Yo los vuelvo a ungir, a perdonar y a sanar bajo la unión poderosa de la Santísima Trinidad y de lo que está más allá de Dios, lo que aún el mundo no conoce y es parte de la Revelación del fin de los tiempos.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración: Padre Nuestro
Mi silencio le habla al mundo y espero que Me puedan escuchar y comprender a través de Mi silencio.
Que el silencio sea el bálsamo para vuestra sabiduría, pues hoy están delante del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Pero sé que no entenderán lo que eso significa. Solo vengo a hablarle a vuestras almas y, en consecuencia, a vuestros corazones.
Mis Palabras se sembrarán en los corazones abiertos y serán Mis Palabras las que darán frutos en vuestras vidas, porque cada una de ellas contiene una energía espiritual. Así, Yo les he entregado muchas Palabras y Designios para que pudieran comprender el momento que viven.
La consciencia no está despierta y he venido a buscar el despertar de vuestra consciencia.
A muchos Yo les entregué tesoros incalculables, pero otros recibieron las migajas de Mi pan, y en ellos Yo he visto el valor que le han dado. No estoy desmereciendo a ninguna consciencia. Esto es solo una parábola para que Me puedan entender, porque será de esa forma que Me podrán escuchar, delante del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
A otros, les entregué Mis perlas más preciosas ¿Dónde han quedado esos tesoros? ¿Cómo los han guardado dentro de ustedes? Los tesoros son los talentos y no las destrezas de vuestras mentes.
La mente de la humanidad está muerta. No es necesario que ustedes crean en Mí, solo vean a vuestro alrededor para comprender cómo está el mundo, lo que ha hecho la mente de la humanidad en desunión con Dios, el Padre Celestial.
La Mente Divina es la sabiduría infinita que va más allá de las formas y de todas las estructuras. La mente se sustenta en el amor, porque si la mente no vive en el amor, rápidamente empobrece.
Yo vengo a enseñarles, en el fin de los tiempos, el camino del corazón. Muchos de ustedes ya lo recorrieron. ¡Ay de aquellos que no lo hicieron por querer estar en la comodidad!
Mi Escuela es única ante el universo. Yo vengo a quebrar las barreras de las superestructuras. Necesito que sean polvo para que después sean vida, porque del polvo han venido a esta vida material. Así, Mi Padre los creó a Su imagen y semejanza y sembró, en el corazón de todos, la esencia del amor para que, a través de los aprendizajes y de las experiencias, todos tuvieran la oportunidad de conocer el Amor de Dios.
Pero algunos están saliendo de Mi Gran Escuela, de la Escuela de la Cristificación que no tiene formas ni estructuras, que solamente está llena del puro sentimiento del Amor, del Amor de Dios, del Amor de Abba.
Yo no los puedo detener. Ustedes son libres desde vuestro nacimiento. Vuestros caminos son tan libres como el de las aves. Yo Soy aquel viento que viene a vuestro encuentro, esa fuerte corriente poderosa que viene a conducirlos por un solo camino de verdad.
He venido a buscar esto de la humanidad, desde el principio, desde el momento en el que Yo estuve entre ustedes como Jesús de Nazaret.
De los doce apóstoles, solo once consiguieron seguirme. ¿Alguna vez se preguntaron por qué sucedió esto, más allá de la Divina Voluntad de Mi Padre? ¿Qué fue lo que aconteció en Judas para entregar a Dios en las manos de la muerte? ¿Se preguntaron esto? ¿Sintieron Mi Evangelio, más allá de leerlo?
Las llaves ya fueron reveladas al mundo. El tiempo está terminando y el reloj de Mi Padre marca un nuevo encuentro dentro del gran tiempo universal. Están siendo llamados a cruzar el portal, el portal del corazón, el portal de la humildad.
Hay algunos de ustedes que se están quedando atrás. Recuerden que son más libres que las aves. No vengo a traerles temor, sino crecimiento interior para que vuestras mentes y vidas abandonen las estructuras, para que pueda morar el único modelo de Dios. Pero eso no será forzado en aquellos que no lo quieran vivir. Así como en Kibeho, no podrán decir que no escucharon al Señor.
Delante del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, en esta Santísima Trinidad, en la cual hoy fueron colocados por Misericordia, les revelo esta que es Mi Petición.
Yo los llamo a vivir algo nuevo, algo desconocido, distante de vuestra vida material. Yo los llamo a vivir la vida del espíritu que no está moldeada por estructuras, sino por la gran consciencia del corazón. Muchos son llamados a buscar esta meta, pero ustedes son regidos por las Leyes y, cada vez que deciden delante de Mí, solo debo esperar.
Delante del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, es Mi Amor misericordioso y piadoso que los congrega, que entiende todas vuestras deudas porque es el Amor que se expande en el universo para abrir las puertas de la redención.
Mi Misericordia es para el mundo, para los valientes y los decididos. Mi Misericordia también es Justicia, pues hoy llevo sobre Mi Mano, la balanza de la Ley, para que puedan ver delante del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo que un ciclo termina después de ocho años de estar con Mi Santa Madre, la Madre del Universo.
¿Se han dado cuenta, compañeros, que ya hicieron el camino del infinito? Ese infinito este año se completa en la humanidad y en esta parte de este planeta sagrado. Ustedes están dentro del principal infinito de la Ley. Fueron convocados por Mi Madre para vivir esto, para atraer a los rebaños hacia Mi Corazón. Rebaños dispersos, solitarios y perdidos. Detrás de ustedes hay una responsabilidad espiritual, más allá de la cruz que Mi Dios les entregó.
Yo vengo a hacerlos madurar, así como Yo maduré en el Getsemaní, soportando los martirios internos de toda la humanidad. Vuestra responsabilidad es semejante a la Mía. Así lo es para muchas almas en el mundo que fueron llamadas por Mí para vivir en este camino, en nombre de aquellos que no lo viven y que nunca lo vivirán, por tener su propia libertad.
Yo vengo a entregarles el Amor, más allá de vuestras estructuras. Han visto Mi Amor, conocieron Mi Amor y sintieron Mi Amor a través de estos tiempos. Pero ustedes le deben mucho a Mi Dios. Mi Misericordia es infinita, por eso Él todo lo permite.
Hoy le hablo incluso a vuestras células, pues ellas también son llamadas a vivir el cambio, cuando busquen solamente Mi unidad.
Sean dignos en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo para vivir la nueva fase de la Tierra.
Ustedes deben estar prontos para no estar más juntos, pues Mi Padre es el que presenta el Propósito y así se cumple Su Voluntad universal en los tiempos que vendrán.
Yo los preparé, hasta ahora, para que recorran los caminos y aprendan a vivir del amor y de la verdad.
Yo les derramo la bendición del Padre Abba, del Hijo Jesucristo y de la Santísima Madre del Espíritu Santo para que se cumpla la mejor voluntad en los tiempos que llegarán. Quien Me sigue, Me sabrá entender.
En medio de la tribulación y del caos, Mi Luz siempre brillará.
Les agradezco.
Les dejo Mi energía de Amor para que la adoren por algunos minutos.
Vayan en paz.
Oración: Orandio de la Pasión y de la Transfiguración de Jesús.
Al comenzar, se comparte el video en donde Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús recibe el Mensaje extraordinario del 4 de junio de 2015 para la Maratón.
Hoy Mis Pies caminarán por vuestros senderos para corregir vuestros caminos.
Reverencien a Mi Corazón, que es el Corazón de Dios vivo.
Y así, postrados como los ángeles los quiero ver todo el tiempo para que acompañen Mi tarea redentora en estos tiempos de caos.
Los sacrificios son los mejores pétalos de luz que las almas Me entregan y depositan a los pies de Mi Reino, como una oferta de amor y de reparación para las almas del mundo.
Estos tiempos que vendrán serán más exigentes y por eso no deberán temer. Yo los necesito unidos a Mí, todos los días, para que no pierdan las huellas que Yo les dejo en el camino.
Así, sabrán hacia donde ir y no se perderán por las cosas banales, mas estarán despiertos para percibir todas las cosas, todas las necesidades a las que ustedes deberán responder en nombre del sacrificio y por el sacrificio que Yo hice por ustedes en el principio.
Cuando estoy aquí con ustedes, estoy con el mundo, contemplándolos, observándolos, sintiendo vuestros corazones y vidas, esperando ardientemente el momento de vuestra entrega a Mí, pues la hora está marcada para cada uno de ustedes. Así lo ha determinado Mi Padre, a través de la Voluntad de Su Corazón.
Fácilmente, a pesar de las tribulaciones, reconocerán el camino que Yo les dejaré y estarán abiertos a encontrar las emergencias del fin de los tiempos que se revelarán en los corazones, en todos los internos de los seres, para que después se manifieste esa gran necesidad planetaria en toda la humanidad. ¿Quién estará preparado para eso?
Por eso, vengo en estos tiempos a confortarlos, para que reconozcan Mi antigua Palabra en el Evangelio y Mi nuevo Evangelio en estas Palabras, las cuales escribo con Mis Labios de Luz para toda la humanidad y el universo, pronunciando el Verbo de Dios, aquél que ustedes deben saber distinguir entre los falsos verbos de esta humanidad.
Mi Corazón es consecuente con ustedes, pero al mismo tiempo es muy paciente.
Mi Amor siempre los puede ayudar. Mi Amor entiende todas las cosas, porque es el Amor de Dios, aquél que debe estar en ustedes, así como estuvo en Mi Corazón en las horas crueles de la Pasión.
Ustedes vivirán nuevas pasiones a través del sacrificio que Dios les enviará.
En esa hora tan esperada, ustedes deberán dar el gran paso hacia el Creador, sin perder un minuto en todo lo que Él les entregará durante estos tiempos difíciles, porque aquel que haya confiado en Mí, recibirá del universo todas las Gracias que necesite para volver a reencontrarse Conmigo en el Paraíso de Dios, el Paraíso del Señor.
Lleven estampada, en sus corazones, Mi Luz eterna. Ella será útil para ustedes. Será muy necesaria y urgente para enfrentar la trascendencia de los tiempos. El universo marcará esa hora universal y la humanidad no escapará de ver esas cosas, pues el universo se mostrará así tal cual es y todos lo podrán conocer como fue en el principio y como es ahora, en este tiempo eterno y presente, en el que todas las Jerarquías de la Luz se congregan para poder concretar el esperado Proyecto de la humanidad.
Ustedes son parte de ese Proyecto, aunque muchas veces no lo crean. Cada parte de vuestros seres forma parte de esta Creación mayor. Cada célula de vuestros cuerpos forma parte de esa chispa divina, la que permitió que surgieran en los orígenes, en el principio, en donde todo fue creado y manifestado por Dios.
Ese mismo principio tendrá un fin y así ustedes deberán retornar con una verdadera experiencia de amor hacia las moradas de Adonai, en donde todas las experiencias de redención se fundirán como una sola para concretar el gran deseo del Padre de que se rediman a través del amor y del perdón.
Eleven vuestros corazones hacia Mi Reino. Yo les espero.
Mientras Yo estoy aquí, Mi adversario está con muchos. ¿Quién Me ayudará a retirar el mal de la humanidad con la oración fervorosa que todo lo transforma y lo transfigura, así como Dios lo prevé?
En esta tarde vengo a hablarles de la importancia de volver a Dios, porque cuando salgan de aquí, habiendo recibido Mis Gracias y Misericordias, sé que Mi adversario los tentará.
Allí deberán estar fuertes e invencibles, demostrando al mundo lo que he enseñado, lo que aprendieron a través de Mi energía espiritual.
Así, estarán salvos y tendrán la dignidad de pertenecer a Dios, porque Dios quiere pertenecer a ustedes. Él quiere ser el gran espacio en vuestras vidas, esa ciencia divina que transforma vuestras vidas en estos caminos tan confusos que vive la humanidad.
Mientras estoy aquí, confiésense ante Mi Corazón. Yo los escucho en el silencio del espíritu, en la profundidad del alma, donde en verdad se viven todas las cosas. Son cristalinos ante Mis Ojos; conozco a vuestros internos antes de que ustedes Me conocieran.
Y así como estoy con ustedes, estuve con los apóstoles y con todos aquellos que siguieron Mi Palabra en confianza, en fe y en amor.
Elevemos la oferta al Creador en esta tarde de Gracia, mientras el mundo sucumbe por la acción de sus propios males.
¿Quién se arriesgará a conocer la grandeza de Mi Amor y a ser conquistado por Mí, sin miedo a perder las propias estructuras que crea esta humanidad superficial?
Porque si están en Mi Amor, ayudarán al planeta y podré decirles que este Proyecto valió la pena en este mundo.
Si ustedes no cambian ¿quién cambiará?
Vengo a anunciarles este Mensaje a ustedes porque sé que Me escuchan y que alguna vez Me han escuchado, a pesar de las circunstancias de vuestras vidas.
Vengo a despertar a los nuevos discípulos. Los ejércitos ya deben estar preparados para la batalla. Comandados por el arcángel Miguel, se forman las filas de la evolución para que los Resplandecientes desciendan al mundo y puedan guiar a las nuevas almas redimidas en el Señor, en el Corazón de Cristo, el Maestro Redentor.
Hagamos la oferta con simplicidad. Dios los escucha y los escuchará aún más cuando abran vuestro corazón para vivir en Su Suprema Voluntad.
Y así, como la Misericordia infinita lo permite, descenderé para darles una parte de Mi Amor a vuestros espíritus y a todos aquellos que, en estos momentos, en el lugar donde se encuentren en cada parte de este mundo, estén verdaderamente abiertos a escuchar Mi Mensaje y comprender Mi energía crística, la misma energía que redimió al mundo durante la Pasión.
Vengo a entregarles estos dones para que vuestras vidas ya no sean las mismas, sino que estén totalmente abiertos para corresponder al Plan de Dios.
En estos lugares santos, en donde Yo he aparecido y vengo a visitarlos, deben existir verdaderos núcleos de luz. Dios les confió esta obra de las Comunidades.
Está escrita vuestra firma en los Libros de Luz, en este sagrado compromiso con esta parte del Plan que Yo vengo a recordarles en este tiempo difícil. Porque cuando las cosas se atropellen, deberán tener bien presente lo que han recibido. Así podrán corresponder a Dios.
Apoyen y ayuden a esta Obra.
Aquí existe vuestra verdadera morada interior. Es lo que Dios necesita que ustedes vivan. No existe otra cosa. Es lo que Dios destinó para vuestros espíritus desde el principio.
¡Ay de aquellos que salieron de aquí sin haberlo percibido!
Dios Me pidió descender hasta aquí para recordarles este sagrado compromiso, que no es una obligación con Adonai, sino que es una fusión interna con el verdadero propósito de esta sagrada tarea de los núcleos de luz, donde los Mensajeros Divinos se sirven para ayudar a la humanidad y principalmente a ustedes, modelos perfectos para la redención.
Yo Me aparezco en este sagrado Cenáculo para recordarles los votos, los mismos votos que hicieron los apóstoles en el pasado y que, en esta vida bendecida por Dios, ustedes también deberán hacer, dando el testimonio de vuestra confianza absoluta en Mi Sacratísimo Corazón.
Eleven vuestras vidas hacia Mi Espíritu. Eso es lo único que les resta hacer. Así, Yo podré trabajar a través de vuestras vidas, en medio de una intensa purificación.
Yo no los soltaré, los cubriré con Mi Manto en los momentos más urgentes del mundo. Así, sabrán, compañeros, que Yo siempre estuve con ustedes, así como con Mis apóstoles, en espíritu.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Vamos, a pedido de nuestro Maestro, a consagrar los elementos. Él dará la bendición en esta tarde, entre todos. Algunos hermanos sustentarán estos elementos sagrados para la consagración.
Oración: Padre Nuestro (en arameo).
Y así, Yo estoy sobre ustedes y el mundo para consagrarlos y Mi sacerdocio es para todos, para aquellos que quieran vivir Mi ministerio crístico, renovar sus espíritus a través de Mi Corazón y de Mis Palabras sagradas.
En este momento de Misericordia, en el que Mis Rayos irradian al mundo y bajo ese ministerio sacerdotal de vuestro supremo Rey, bendeciremos los elementos y vuestras vidas, renovando los votos por el Plan Divino de Dios.
Canción: "Pater Noster".
Y así, como en la Última Cena, Yo los renuevo, entregándoles Mi glorioso Cuerpo y Mi preciosa Sangre, dones sagrados que esperan vivir eternamente en el tabernáculo de vuestras almas.
Los bendigo y los absuelvo nuevamente, bajo el poder que Dios Me ha concedido por Amor y Misericordia por esta humanidad.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén (dos veces en portugués y una en latín).
Vayan en paz y mañana los espero, porque vuestros espíritus se renovarán a través de los sacramentos que Yo con tanto amor he entregado al mundo para que siempre pudiese retornar al Reino de Dios.
Canción: “Oración para la Reparación del Corazón de Cristo” del Orandio de la Pasión y de la Transfiguración de Jesús.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Hermanos, a través de esta consagración de la Comunión que Cristo hizo hoy para nosotros, Él nos llevó a una parte de la Última Cena y trajo códigos nuevos para cada uno de nosotros.
¡Gracias, Señor, por cuánto nos das!
En esta tarde de Misericordia vengo con el deseo ardiente de volver a encontrarnos, porque aún hay muchas almas en el mundo que no Me quieren ver.
Por eso hoy y en esta semana, los invito a recordar Mi Sacrificio, para que también lo vivan por aquellas almas que niegan a Dios.
Aún existen muchas consciencias sumergidas en el materialismo. Pero aún Mi Misericordia llega al mundo para poder salvarlos.Y en Mi total confianza, seguiré adelante a través de ustedes, para que Mis planes de redención se puedan cumplir.
Desearía que sus corazones estén bien cerca del Mío, pues necesito escuchar el palpitar de sus esencias, porque esta semana no será igual a la anterior, a la que Yo viví con ustedes en el año anterior.
Los tiempos cambiaron mucho, Mis compañeros, y pocos perciben los cambios que han surgido en la humanidad. Por eso hoy les muestro Mi Corazón, el que derrama Sangre y Agua perpetuamente.
Mi Corazón está lleno de Misericordia para todos, pero muy pocos han venido a beber de esta Fuente de Gracias por temor al pecado, al error o a la equivocación. Queridos compañeros, Mi Misericordia no ve esas cosas sino el espíritu de su perseverancia.
En el principio de este encuentro, Yo les envié un mensaje de paz desde las esferas superiores de la consciencia, para que ustedes se pudieran unir a esos principios creadores.
Pero hoy también quiero decirles, Mis compañeros, que vuestro Padre, el arcángel Miguel, acompañándome en presencia y omnipresencia, espera descender sobre este suelo sagrado de Aurora, a través de la manifestación de la sagrada ermita. Ya pasó mucho tiempo del pedido que Yo les hice, Mis amigos. Muchas almas esperan en los mundos invisibles poder pasar por este portal. Y eso será posible a través de su colaboración.
Ustedes sabrán, Mis amigos, que el Cielo tiene muchas necesidades sobre esta humanidad. Y así como los Mensajeros Divinos pedimos muchas cosas, también la humanidad nos pide muchas cosas.
La Gracia es recíproca. Por eso, compañeros Míos, pongamos manos a la obra, pues el arcángel Miguel espera descender y traer Su Gloria a este lugar. Gloria que será irradiada para el mundo, principalmente para aquellos corazones que deben ser exorcizados.
Sigan orando por esta causa santa. El Padre Creador se los agradecerá. Sigan invocando Su Santo Nombre en sus corazones, porque así también estarán llamando por Mi Gracia Universal.
El arcángel Miguel y Yo somos uno solo. Él fue el gran Mensajero de Dios para aquellos tiempos pasados, en donde Él Me ayudó a cargar con la Cruz de esta humanidad.
Pero Él viene ahora en su auxilio, luminoso y alado, para traer Su liberación a la humanidad, lo que las almas esperan hace mucho tiempo.
En esta Sagrada Semana, compañeros, deseo que puedan revivir Mi Pasión, así como lo hicieron en el año anterior. Pero en este tiempo, en esta Sagrada Semana, sus corazones ya deberán estar maduros pues necesito, en este ciclo, recoger todos los talentos que Yo deposité en ustedes, pues la emergencia planetaria es muy grande y las almas piden por auxilio y por liberación y será a través de sus corazones, de sus instrumentos internos, que son las almas alabando a Dios, donde Yo podré realizar Mis obras y llegar a los lugares inhóspitos, en donde ni siquiera existe la luz ni el amor.
Repitan para Mi Corazón glorificado sus súplicas e intenciones internas, pues Mi Corazón está abierto para acoger sus pedidos. Porque durante esta Semana Sagrada, Yo iré trabajando con cada uno de ustedes. Intentaré mostrarles las señales que Yo necesito que vean, para que sus espíritus y consciencias puedan madurar.
Me alegra profundamente volver a encontrarlos, porque esta Semana Sagrada es especial para el mundo, principalmente para aquellos que no reciben nada. Por eso, Yo estoy convocando a todos los servidores, para que se arriesguen a venir hasta aquí y compartir Conmigo la emanación del Amor de Mi Corazón que es necesaria para el mundo y para grandes partes de esta humanidad que ya no aguantan más, que necesitan de Mi Misericordia a través de sus espíritus mediadores.
Yo les traigo la convocatoria final para que sean, ahora y siempre, Mis apóstoles. Vivan Mi mensaje en la práctica y en la vida, vivan Mis enseñanzas por encima de todo, pues ya están preparados, Mis compañeros, así como Yo preparo a muchos espíritus a lo largo y ancho del mundo, que siempre Me sienten en sus corazones y responden a Mis comandos celestiales, sirviendo a las almas más necesitadas y carentes, escuchando a los corazones más pobres y moribundos. Y principalmente llevando la Luz y Mi Amor.
Quédense quietos, pues Mi energía está trabajando en ustedes.
Esta es una de las últimas Gracias que Yo derramo sobre el mundo, antes de Mi Retorno a la Tierra. Por eso, guarden cada código de Luz que Yo deposito en ustedes.
Recuerden las palabras que Yo les dicté al principio de este encuentro.
Vivan Mi Mensaje, vivan Mi Mensaje y sean Mi Mensaje para todos.
Sientan Mi Corazón, que se aproxima a sus espíritus.
Sientan el regocijo de Mi Amor.
Entren en Mi Regazo de Luz, porque allí siempre todo estará bien.
Olviden lo que sucedió. Vivan el eterno presente Conmigo, así recibirán lo que el Cielo quiere derramar a través de Mi Corazón.
Solo los necesito cerca de Mí, para que puedan sentir Mi Esperanza y Mi Aliento.
Yo vengo aquí por todos, principalmente por aquellos que ya no están aquí, los cuales espero, en la paciencia infinita, que algún día retornen a Mis Brazos, a pesar de los caminos que escogieron para sus vidas.
Yo convoco a todas las ovejas a formar parte de este gran rebaño de luz universal, de estos núcleos de luz profundos que vive su consciencia interna, pues es hora de despertar. Su consciencia profunda los está llamando para que realmente vivan lo que han venido a vivir en nombre del Señor. El mundo lo necesita y muchas almas también lo esperan.
El Plan se cumplirá también a través de todos los servidores. Todo está unido a un mismo hilo de luz, desde la Tierra hacia el Universo, más allá de este Universo material.
Convoquen siempre a vuestro Padre Eterno. Él será la fuerza que los moverá, que los transformará y los purificará.
Mi Corazón será su refugio. Por eso, llegó la hora de estar preparados y de no perder el tiempo en las cosas superficiales.
Reafirmen su voto de compromiso Conmigo, pues Yo espero todos los días, dentro del gran silencio universal en el cual Yo vivo, que cada alma de esta Tierra pueda escuchar Mi último llamado, pues estoy cumpliendo la promesa de retornar, primero desde el espíritu, para después manifestarme en Gloria para toda la humanidad.
Pero Yo necesito de testigos fieles, que puedan dar el ejemplo de lo que han vivido y que también Me puedan esperar cuando se aproxime la gran hora hacia la humanidad. Ese será el momento, compañeros, de que todo estará cumplido, así como fue escrito en el principio.
Ustedes son parte de una historia universal que está siendo escrita en los libros del Creador. Ustedes deben ser las plumas en la manos de Dios, para que Él pueda escribir Su Voluntad a través de sus vidas.
Los invito, compañeros, a la consagración de los elementos sagrados, que serán para ustedes el Cuerpo y la Sangre de su amado Redentor.
De la tierra surge el trigo, producto del trabajo de los hombres. De este trigo nace la harina para que surja el pan de vida para la humanidad. A través de este ejemplo, compañeros, los invito a recordar sus orígenes, pues deberán volver al principio de todo. Así como surgieron del Todo pronto volverán al Todo, porque allí se fundirán con la Esencia de Dios.
En aquel tiempo, cuando Yo estuve con ustedes, presente, celebrando Mi última cena, este mismo pan que está frente a Mí, estuvo sobre la mesa, siendo ofrecido al Creador como el Cuerpo glorificado de Cristo, aquél que sería mutilado, martirizado, flagelado y herido para la liberación de los pecados de las almas.
Que este Cuerpo santificado represente para sus memorias y principalmente para sus células, la búsqueda constante de la unión con Mi Espíritu, con Mi Divinidad y con Mi Glorificación.
Reciban en esta hora los Rayos de Mi Luz.
La uva también es producto de la tierra y del trabajo de los hombres. Pero a través de este ejemplo, Yo les doy a beber de la renovación, de la transfiguración, de la transustanciación de las partículas impuras que forman parte de esta consciencia planetaria.
En aquel tiempo, cuando Yo Me encontraba sentado a la mesa con los Míos y con muchos de ustedes, como almas en gloria y en alabanza, Yo les dí de beber a todos del código perfecto de Mi Sangre, donde no existe ninguna impureza, sino la máxima expresión del Amor que fue derramada por Mí durante la flagelación, el calvario y la cruz.
Reciban en esta tarde, los Rayos de Mi infinita Misericordia y recuerden beber de esta Sangre, con reverencia y amor, pues ella siempre los renovará, los transmutará y los liberará, siempre y cuando recuerden que Yo estoy presente en todo los creado.
Recemos como en el Monte de la Bienaventuranzas.
Oración: Padrenuestro en arameo.
Y a través del agua que lavará sus pies, se encuentra el símbolo de la purificación, en donde las heridas, los pecados y los errores son lavados por la castidad que representa el agua misma.
Cuando reciban esa bendición, recuerden que estarán siendo liberados de las amarras. Porque el agua guarda el código de la pureza original, de lo que existió en el principio en el Génesis, lo que santifica a las almas, las purifica y también las renueva, bajo el Espíritu Santo de Dios.
Tráiganme aquí el agua.
Oración:
¡Oh! Sangre de Cristo derramada sobre el mundo
purifica nuestra alma, alivia nuestro corazón
Ten piedad de nosotros, Señor
(se repite tres veces)
Amén
Las mujeres de Betania, prepararon los pozos de luz para que los códigos de Dios fueran derramados y los enfermos pudieran ser curados por el bautismo que Yo impartí después de Juan, Mi amado hermano.
Recuerden los pozos de Betania y de Samaria. Allí, cuando Yo pasé, dejé un principio fundamental para el mundo: la renovación del Sacramento del Bautismo y de la Fe para todas las almas que tenían fe en el Hijo de Dios, a pesar de no conocerlo, ni saber en verdad quién era o de dónde venía. La fe cura a las almas y les trae la esperanza para poder proseguir adelante.
Por eso, en esta tarde de Misericordia, bendigo este sacramento, esta agua casta y pura, para que sirva de cura para las almas y de liberación de los pecados del mundo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
A pedido de Nuestro Señor escucharemos el Padrenuestro en latín.
Para aquellos que puedan, arrodillarse, para recibir la bendición de Nuestro Señor en este primer día.
Canción: Paternoster
Bajo la bendición de las esferas celestiales, recuerden que en este día y por los días que vendrán, los estaré congregando en el Espíritu de Mi Amor, para que sean motivados a seguir adelante. Y a pesar de las consecuencias, vean la Luz de Mi Presencia en el horizonte, la cual siempre estará presente en sus internos.
Envío Mi abrazo de luz a Madre María Shimani y a la Hermana Lucía, pues en esta Sagrada Semana estarán presentes en Mi Corazón.
¡Les agradezco por estar hoy Conmigo!
Creen puentes de luz durante estos días, así Yo podré ayudarlos y entregarles la esencia de Mi Amor.
Vayan en paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Entra en Mi Paz, para descubrir las verdades del Cielo y conocer los misterios más antiguos del corazón.
Entra en Mi Paz, para que tu corazón se aquiete y encuentre un camino seguro por el cual seguir en dirección a Mi Hijo.
Entra en Mi Paz, para que tu consciencia comprenda Mi Presencia y tu corazón reconozca a Mi Espíritu.
Entra en Mi Paz, para que tu alma se aproxime y tu espíritu viva unido a tu corazón, ayudándolo así a consolidar los pasos de la consciencia.
Entra en Mi Paz, porque solo en ella conocerás a Dios y a Su Reino Celestial.
Entra en Mi Paz, porque dentro de ella estarán libres de las tribulaciones del mundo y tu corazón no se envolverá con lo que vive fuera de Mi Corazón.
Entra en Mi Paz, para estar bajo Mi Manto y, a partir de ahí, ser intercesor de las almas que más lo necesitan.
Entra en Mi Paz, para conocer el silencio. Entra en el silencio, para conocer Mi Paz.
Entra en Mi Paz, esa que Mi Presencia deposita en los corazones e irradia al mundo.
Para estar en Mi Paz, hay que estar en Mi Presencia, y para atraer Mi Presencia, hay que estar en oración perpetuamente.
Estén en Mi Paz, viviendo en oración. Irradien Mi Paz, viviendo la oración. Sean Mi Paz, siendo la oración.
Estar en Paz, hijos Míos, es una gran necesidad del mundo, porque la paz muere en los corazones de los hombres, y cuento con los dedos de Mis manos a aquellos de Mis hijos que hoy pueden vivir en eterna paz, porque viven en eterna oración.
Por eso, oren, oren mucho. Disuelvan en la oración las aflicciones de sus corazones y las aflicciones del mundo. Aparten de sus corazones el dolor, a través de la alegría de vivir en Dios y de cumplir con Su Voluntad Divina.
Coloquen, día a día, a Mis pies aquello que les impide vivir en paz y, a través de la oración, fortalezcan esta paz en el mundo e irradien la paz a las consciencias.
Ya no alimenten los conflictos, las críticas, los juzgamientos; no se unan con el prójimo para alimentar el mal, para juzgar, para destruir, para atraer la discordia entre los corazones.
Corten los impulsos de la maldad que viven en las células humanas. No alimenten a las fuerzas mundanas que viven en los corazones; pero sí, como soldados marianos, vivan la primer batalla, en ustedes mismos, para retirar el mal e implantar la paz.
Oren, Mis queridos, oren mucho, porque el mundo así lo necesita.
No se permitan emitir un verbo que no construye la Luz, y si la voluntad de hacerlo fuera mayor que el poder de la paz en sus corazones, silénciense, silénciense y entren en oración.
Es tiempo de crear con consciencia, es tiempo de vivir el amor entre las criaturas. Los invito a disolver, en Mi Corazón, todo lo que fueron hasta este instante, para vivir en Mi Propósito universal de la Paz.
Como en Fátima, despierto los corazones del mundo para que renazcan en Mi eterna Paz.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
María, Madre y Reina de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más