MENSAJE PARA LA APARICIÓN DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Desde el principio de la vida, cuando la Creación aún era un sentir en lo  profundo del Corazón de Dios, su Padre Celestial ya manifestaba los principios de la Cura y de la Redención, Dones que provienen de Su Amor por todo lo que en Su interior estaba siendo gestado.

El Creador sabía, hijos Míos, que enviando a Sus hijos para aprender, experimentar y crecer entre las dimensiones, precisaría crear también las formas con las que ellos pudieran retornar a Su Corazón.

Por eso, al manifestar la vida, las dimensiones y todas las formas para que los seres pudieran evolucionar, su Señor también diseñó en su camino el retorno hacia su Sagrado e Infinito Corazón. Por eso, colmó a los corazones de los hombres de dones ocultos, y colmó al planeta, en el cual habitan, de espacios sagrados, también ocultos, espacios que guardan en sí los Dones de Dios, los frutos de Su Amor que permiten a las criaturas retornar al Corazón del Padre Celestial.

Aurora, hijos amados, no es solo un lugar de paz. Aurora es una Consciencia de Cura y de Redención en la cual sus corazones pueden vivir para retornar a Dios. Aurora surgió del Corazón de su Creador, antes aun de que sus vidas fueran manifestadas.

Contemplando los desafíos del planeta y los velos que estarían cubriendo los ojos de Sus hijos, impidiendo que pudieran ver y saber quiénes verdaderamente son, el Creador manifestó la Consciencia de Aurora; Consciencia que los ampara en Sí, como el vientre de una madre ampara a sus hijos. Todo cuanto necesitan Aurora les da; dentro de Su Corazón los velos se rasgan para que puedan contemplar la verdad sobre sí mismos.

Aurora, hijos Míos, les revela su condición humana más impura, para que primero conozcan las heridas que deben curar, sepan dónde está lo que debe ser transformado. Pero entonces, del Corazón de Aurora surge el bálsamo que los auxilia, que cicatriza lo que estaba abierto, que cura hasta lo más profundo de sus seres, libera lo que estaba impuro y los prepara para que, a través de su entrega y servicio, la Consciencia de Aurora se expanda y llegue a los cuatro puntos de este mundo.

Contemplen, hijos amados, la Consciencia de Aurora en su interior, pero también siéntanse insertos en ella. En su corazón, toda la vida encuentra Cura y Redención, para descubrir la verdad sobre sí y, así, retornar a Dios.

Abran sus corazones, para que no solo este lugar exprese Aurora, sino que también sus vidas y este planeta sean frutos de los Dones que su Creador depositó en el interior de Aurora.

Así como este lugar es sagrado, todo el planeta es sagrado, queridos hijos, pero para reconocer los misterios de Dios en el planeta que los acoge, primero los deben vivir en sí mismos. Para que se rasguen los velos que cubren lo sagrado que hay en el mundo, primero deben rasgarse los velos que cubren sus propios ojos.

Dejen que las manos de Aurora se extiendan delante de sus rostros y retiren los velos que los tornaban ciegos, para que puedan ver, sentir, experimentar y vivir quiénes son y, más que eso, cuál es el propósito de esta vida.

Todo lo que les digo está impregnado de una verdad profunda e interior, verdad que pueden conocer a través de la entrega y de la rendición de sus vidas.

Para vivir Aurora, se deben rendir ante Dios y clamar por Sus Dones, por los Dones que Él les entregó por medio de los lugares sagrados que se ocultan en este mundo y en toda la Creación.

Ha llegado el Tiempo de Dios, hijos amados. Tiempo en el que no solo el caos se cumplirá como estaba previsto, sino que la redención también se cumplirá.

Con Mis palabras los llevo a vivir las Escrituras, los llevo a ser profecías vivas, porque es a través de ustedes que todo se cumplirá.

Yo los llevo en Mis brazos hacia el desierto, porque aún no saben quiénes son. Llegará el momento en que, habiendo cruzado ese desierto, les mostraré en el horizonte la Verdad de Dios, y descubrirán, hijos Míos, que pueden no solo estar en Mis brazos, sino que pueden caminar Conmigo, rumbo a la Tierra Prometida.

Después del desierto, les mostraré la Nueva y Eterna Jerusalén que está en el Cielo como en la Tierra y, como dos realidades que se unen en una sola, la Tierra Prometida emergerá y todo se cumplirá. Todos sabrán quiénes son, todo se tornará más claro y lo que antes pesaba en sus corazones, como dudas y temores, se disipará.

De Aurora surgirán luces, luces de una nueva vida, y del Cielo también descenderán a la Tierra los principios de la Nueva Humanidad. Este será el Reino de Dios, hijos amados; un Reino siempre presente, sin embargo solo revelado a los hijos del Supremo, los que se saben Sus compañeros y frutos de Su Amor.

Que Mis palabras resuenen en su interior, no solo como una promesa, sino como una verdad que los lleva a clamarle a Aurora para que la cura acontezca y la redención se realice, para que sus ojos sean dignos de ver y sus corazones sean dignos de sentir todo lo que hoy Yo les dijo.

Yo los bendigo con el poder de Aurora y la Gracia del Espíritu de Dios.

Yo los amo y les agradezco por venir a Mi encuentro con el corazón.

Su Madre María, Rosa de la Paz

Mensaje extraordinario
MENSAJE PARA LA APARICIÓN ANUAL, TRANSMITIDO POR MARÍA, ROSA DE LA PAZ Y MADRE DE LA DIVINA CONCEPCIÓN DE LA TRINIDAD, EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES, ARGENTINA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS, CON MOTIVO DEL 12.º ANIVERSARIO DE LAS APARICIONES DE LA MADRE DIVINA

Como un sol, que nació del más puro Amor de Dios, se manifestó la aspiración del Creador de estar entre Sus hijos.

Fue para revelarle a la humanidad la Verdad Celestial para que, a través de la oración, los corazones encontraran un camino seguro hacia Dios.

Fue para que las maravillas del Universo no permanecieran ocultas a los ojos de los hombres y para que los espejos de sus corazones estuvieran encendidos, para que sus espíritus estuvieran despiertos, para que su pasado fuera redimido y para que el nuevo futuro fuera construido sobre las bases del amor.

Fue para revelar el Tiempo de Dios y la realidad universal, de la cual los seres humanos se distanciaron hace tanto tiempo; para que comprendieran y experimentaran la Divina Concepción que no fue vivida solo por Mí, sino por todo lo que emanó del Corazón del Padre: todos ustedes, Sus hijos.

Fue para que la ignorancia fuera disipada, para que la indiferencia fuera vencida por el poder del amor, para que el perdón triunfara sobre todos los errores humanos y universales, para que el camino de retorno fuera trazado y revelado a todos los hijos de Dios.

Fue para unir a todos los pueblos, para unir a los corazones en el espíritu del amor y de la unidad, para que las criaturas descubrieran que en esencia son iguales, hijos de un mismo Padre y de una misma Madre, emanaciones de un mismo Creador.

Fue para disipar el engaño y lo que separa a los corazones entre sí y a todos de Dios, para que pudieran comprender y vivir el poder de la unidad y fueran dignos de recibir Misericordia, Piedad y Compasión para enfrentar las pruebas del planeta.

Fue para detener la Justicia Divina y para permitir que los seres aprendieran a través del amor y de la Gracia del perdón.

Fue para que Mis hijos no se sintieran perdidos y solitarios, sino para que supieran que una Madre Celestial los ampara y los conduce a los Brazos de Dios y de Su Divino y Supremo Hijo.

Fue para que los corazones encontraran la paz, la paz de estar en Dios, la paz de saber la Verdad, la paz de cumplir con su propia parte, la paz de servir a este mundo y de hacer todo lo que es posible por el rescate del amor en la esencia humana; la paz de saber que están retornando a Dios, la paz de saber que también están preparando Su Retorno al mundo.

Fue para despertarlos y para recordarles el compromiso que hicieron con el Creador desde el principio, desde el Origen de sus vidas.

Fue para renovar su "sí" y Mi "sí" que Yo vine al mundo, hijos Míos.

Fue para estar a su lado, para abrir las puertas y para mostrarles el camino que, hace doce años, Yo estoy aquí y aquí seguiré mientras Me lo permitan.

Mientras oren de corazón y mientras tengan sed de la Verdad, mientras sigan sirviendo, entregando sus vidas, transformándose y generando méritos para la transformación del mundo, Me permitirán, hijos amados, que Yo esté aquí y los guíe.

Fue por todos estos motivos y muchos más que el Creador Me envió como Su Sierva y Mensajera para guiar a sus corazones y establecer la paz.

Estoy construyendo con sus vidas un Plan perfecto que proviene del más puro Pensamiento Divino.

Sientan Mi Presencia, renuévense ante Mi amor y permitan, hijos Míos, que muchos más reciban la Gracia de estar delante de Dios y de Sus Mensajeros.

Aún hay mucho por venir, mucho por revelarse al mundo, hay mucho por servir, mucho por rendir, mucho por amar y mucho por hacer en este mundo hasta que retornen al Corazón de Dios. Yo los acompañaré.

Hoy les agradezco y, con un Corazón pleno de Amor, los bendigo por estar a Mi lado, por ser este ejército que lucha a través de la oración para establecer la paz.

Yo los amo.

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de la Divina Concepción de la Trinidad

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Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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