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Soy la Señora de la Adoración.
Soy la Guardiana del Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo.
Contemplo en Mi Corazón los hechos y los méritos alcanzados por Jesús para toda la humanidad.
Ante la Adoración del Sagrado Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo, su Madre Celeste está presente en vigilia y oración llevando a las almas adoradoras hacia el Tabernáculo espiritual de Mi Hijo, para que las almas reciban los frutos de la conversión y de la Misericordia, a fin de que ellas se dignifiquen en Cristo y a través de Cristo recuperen su filiación con el Padre Celestial.
Soy la Guardiana del Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo y, a través de la perpetua oración, la Adoración de las almas al Cuerpo de Cristo se vuelve invencible; es como cientos de ángeles que son atraídos por la luz de la Adoración para ayudar a disolver las raíces del mal y de la perdición de las almas.
La Guardiana del Cuerpo Eucarístico de Cristo acompaña silenciosamente la derrota de los infiernos y el rescate espiritual de las almas pecadoras.
A través de la Adoración al Sagrado Cuerpo de Cristo cada adorador reafirma su unión con la Voluntad Suprema, para que más allá de sí mismo, ella pueda ser realizada.
Soy la Guardiana del Cuerpo Eucarístico de Cristo y, en cada nueva Adoración, los misterios de la Resurrección de Cristo cristifican a los que adoran.
¡Les agradezco por adorar a Jesús Eucaristía!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Es con alegría materna que hoy nuevamente estoy con ustedes para que, desde el Cielo y desde la Tierra, entremos en comunión espiritual con el Padre Eterno.
Que hoy esta comunión con el Propósito Divino se viva y se realice en cada uno de Mis hijos a fin de que se pueda establecer en el mundo la gran corriente de la Paz.
Para eso, hijos Míos, el ofrecimiento que hoy realizarán sus vidas y sus consciencias atenderá a la necesidad planetaria y ayudará a disolver de los éteres de la Tierra las corrientes opuestas al Amor y a la Luz de Dios.
Es de esa forma, queridos hijos, que los cantores e instrumentistas de la paz se vuelven a unir para poder curar y elevar la consciencia sometida de la humanidad.
Pero el encuentro de hoy también repercutirá en la consciencia de la música, que fue pervertida por el hombre y que contaminó a millones de almas de la Tierra con tendencias y estilos musicales que no se unen a Dios.
Este Encuentro de Música trabajará en esos estados de consciencia, pero al mismo tiempo colocará cura, amor y paz en los corazones que perdieron su filiación con el Altísimo.
Queridos hijos, en los últimos tiempos los Encuentros de Música representaron la posibilidad de que la Jerarquía espiritual pudiera trabajar más ampliamente en la consciencia de la humanidad.
Cuando los Encuentros de Música para la Cura son realizados en vivo, se establece un contacto espiritual entre la humanidad y la Jerarquía, entre la Tierra y el Cosmos. Es un portal celestial que se abre cada vez que Mis hijos cantores se reúnen, se esfuerzan y llevan adelante cada encuentro.
Todos los esfuerzos, sacrificios y empeños que son colocados para la realización de los Encuentros de Música, en todos los sentidos, generan la gran oportunidad que tiene la Jerarquía espiritual de ayudar a la humanidad entera. Pero al mismo tiempo, todos esos esfuerzos conceden al mundo periodos de paz y de disolución de conflictos armados, nucleares y tecnológicos.
Los Encuentros de Música ya cambiaron de ciclo y ustedes, hijos Míos, son llamados a cambiar de ciclo junto a la Jerarquía, para que pueda prevalecer la asistencia que en este tiempo deberá tener la humanidad y el planeta.
Que el encuentro de hoy pueda espejar más atributos hacia la humanidad a fin de que el odio, la ira y el desamor sean sustituidos por los Principios Divinos.
Deseando y aspirando a un luminoso trabajo de música para todos Mis hijos cantores, los bendice y les agradece por responder al llamado de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hijos, dejen que el Espíritu y el Amor de Dios los envuelva, así como hoy los colma este amanecer en este día en el que la luz interior se fortalece en cada consciencia y se vivifica bajo los rayos de la Gracia de Dios y de la presencia de Su Divino Espíritu.
Es en el nombre de Su Gracia que hoy vengo a su encuentro, que hoy vengo para estar con ustedes, con Mis queridos hijos y en este Centro Sagrado de Figueira, como en otros Centros.
Enciendo la luz de Mis Espejos para que ellos reciban los impulsos de luz de los Espejos del Cosmos y de toda la Creación a fin de que los Atributos de la Vida sigan estando presentes en la consciencia del ser humano y del planeta, y las esferas sublimes de la Creación y de toda su existencia estén más próximas de la humanidad y del mundo que sufren día a día.
Es por medio de la Luz de los Espejos del Cosmos que hoy reenciendo el espejo interior en cada corazón humano para que vuelva a recuperar su filiación con Dios y la comunión con lo alto, para que sea partícipe de la vida universal y de todo lo que vive y vibra en el Universo.
Hoy les traigo el regalo del Amor de Dios que es un presente inextinguible para sus consciencias y para este tiempo planetario; en el que el equilibrio, la armonía y la paz deben ser su camino diario, su meta y su propósito.
Hoy enciendo los Espejos del Centro Sagrado de Figueira a fin de que los nuevos árboles, que ya crecieron, den sus primeros frutos en la manifestación de los Atributos de Dios y, especialmente, de Su Voluntad a fin de que estos frutos, algún día, sean cosechados por Mis hijos del mundo entero y puedan alimentarse de la espiritualidad que Dios ha concedido y concebido en este lugar desde los primeros años de la manifestación de esta Comunidad-Luz.
Hoy los frutos de la Instrucción Sagrada son compartidos con el mundo entero y el Centro de Luz de Figueira abre sus puertas para que, con caridad y amor, acoja a las almas sufridas de la humanidad y lleve el Amor del Padre, el Amor que Él depositó desde el principio en este lugar a los que más lo necesitan, para que la esperanza no muera en el corazón humano, para que la fe no se precipite, para que la luz nunca se apague.
Yo traigo para ustedes la Luz de Mis Espejos, la Luz que existió en el principio y antes de esta creación material. Es esta Luz Divina, misteriosa y desconocida que proviene de la Fuente del Padre y de Su Universo de Amor, la que una vez tocó este suelo sagrado del Centro de Luz de Figueira y trajo para todos la Gracia del despertar de la consciencia, del reconocimiento y de la vivencia de la divinidad interior en cada ser, de la unión con el Altísimo y con Su Voluntad para el cumplimiento de Su Plan sobre la superficie de la Tierra.
He aquí la Luz de los Centros Sagrados, de los Centros Marianos, de los Centros de Amor, que emanan sus Atributos Divinos e inmateriales para el equilibrio de la humanidad y del planeta, para la experiencia y la escuela del Amor y del Perdón, para la unión infinita con Dios por encima de todas las cosas.
Hoy están ante uno de los Misterios de Dios que la Madre del Mundo devela por medio de la Fuente Divina, en unión con los Espejos del Cosmos que preparan a las consciencias para el próximo ciclo.
Sudamérica es la cuna de muchos Recintos Sagrados, en donde la experiencia del Amor de Dios está presente y aún es desconocida.
Por eso, hoy el Centro de Luz de Figueira se manifiesta en su superficie para que las puertas hacia la Misericordia Divina se mantengan abiertas y más columnas de luz se manifiesten sobre esta humanidad en la superficie de la Tierra y por medio de los corazones que proclaman su fe en el Señor.
Entren entonces, hijos Míos, al Universo de Mis Espejos y siéntanse en el vacío interior, en la entrega total, en el espíritu incondicional y en la unión perfecta con el Padre Eterno a fin de que sus vidas, hijos Míos, sean instrumentos de lo Alto, de la Voluntad, del Amor vivo que es eterno e inextinguible, que es un Amor infinito e incalculable. Es el Amor que los creó, es el Amor que los hizo partícipes de la vida, del sentimiento de la verdad, del conocimiento de lo sagrado y de la unión con el infinito.
El Centro de Luz de Figueira hoy se expresa a la humanidad y al planeta y les recuerda a sus discípulos que él siempre estará aquí para recibirlos y acogerlos, para colmarlos con sus atributos que son parte de una Verdad Divina, de una Voluntad Suprema, de un destino celestial.
Yo necesito, hijos Míos, que propaguen esa luz por el mundo, esa luz que proviene del Centro de Luz de Figueira, al igual que de otros Centros de Luz en el mundo, que son parte de la Voluntad de Dios y que desde antes de la existencia del hombre en la superficie, están presentes en el planeta para traer a las almas el Conocimiento de Dios y la búsqueda incesante de la Verdad, de una verdad que algún día alcanzarán, de una verdad que los hará libres de sí mismos, de las cadenas del error y de la culpa. Porque la esencia de esa verdad es el Amor, el Amor que proviene de la Fuente, el Amor de Mi Hijo, el Cristo, que los hace participar de la Comunión con Su Luz Celestial y con Su Vida.
Hoy la Jerarquía Celeste reenciende el Centro de Luz de Figueira para que las almas recuerden los principios que aquí fueron fundados y que se vivirán en la Nueva Tierra para el surgimiento de la Nueva Humanidad.
Una vida que estará basada en el Amor, en la Verdad y en la Unidad Divina; en la posibilidad de compartir, de amar y de entregar lo que cada uno es verdaderamente, más allá de los defectos o de las imperfecciones.
Es esa luz interior que el Centro de Luz de Figueira hoy viene a despertar en sus discípulos, en todos los que fueron tocados por la instrucción del Maestro Interior, de su compañero y amigo José Trigueirinho.
Vean como ese instrumento se entregó a Dios para manifestar la luz de los Centros Sagrados, luz que auxiliaría a la humanidad en el fin de los tiempos y que permitiría a toda la Jerarquía Celeste cumplir el Plan de intervención y de rescate de las almas del mundo por medio del despertar de la consciencia, del amor y de la oración.
Hoy están ante el paso para ser instrumentos en las manos de Dios, así como lo fue su instructor y amigo José Trigueirinho, en la simplicidad de la vida, en la acción del amor, en el sostén de las purificaciones y de las pruebas, en la fortaleza de la fe, en la ampliación de la consciencia por medio de la devoción y de la reverencia a la Divina Jerarquía.
Comulguen con este momento, comulguen con la luz del Centro de Luz de Figueira y así, en la renovación del espíritu, reciban la Paz por medio de Mis Espejos que hoy contactan los Centros Sagrados del planeta, los que en una sola Red de Luz y de Amor auxiliarán a las almas y fortalecerán a los servidores que confían plenamente en la Jerarquía.
Que Dios siempre, hijos Míos, los haga partícipes de Sus Dones, de Su Verdad y principalmente de Su Misericordia.
Que el Centro de Luz de Figueira hoy brille en cada corazón humano, más allá de conocerlo o de desconocerlo, más allá de penetrarlo o de comprenderlo.
Que la Luz del Centro de Figueira y de la Jerarquía los acompañe para que se cumpla el Plan.
Que así sea.
Los bendigo en la luz de la espiritualidad divina y de la consciencia mayor de los Espejos de la Gracia y de la Misericordia, bajo la Luz del espíritu de la Paz y de la Reconciliación.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Eleva tus ojos al Cielo y contempla, en ese silencio, la Presencia omnipotente de Dios.
Eleva tus ojos al Cielo y contempla la magnífica Creación a través del Sol.
Eleva tus ojos al Cielo y contempla el infinito Universo de la Creación.
Renuévate a través de todo esto y forma parte, en comunión interna, de las Leyes Superiores.
Reenciende en ti la filiación con Dios y encuentra el sentido interno de cada aprendizaje.
Eleva tus ojos al Cielo y aprende a sentir la Presencia del Creador en todo lo que existe, vibra y se manifiesta como Luz cósmica.
Eleva tus ojos al Cielo y encuentra el camino por donde tu espíritu retornará a la gran Morada.
Eleva tus ojos al Cielo y aprecia con devoción a Aquél que nos creó, que nos ama y que nos bendice.
Eleva tus ojos al Cielo solo para decir “sí”.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
El plano espiritual de Dios siempre envía al mundo material innumerables impulsos de Luz provenientes directamente de Su Fuente Primordial.
Estos impulsos que son enviados por el Padre Eterno, por intermedio de Sus ejércitos angélicos, ayudan en el despertar de la consciencia humana, como también evitan acontecimientos que comprometerían aún más la vida espiritual del planeta.
Es abriéndose a la vida del espíritu que se podrá comprender esos misterios que brotan como impulsos de Luz desde la Fuente Suprema a fin de alinear y de corregir a la actual humanidad.
En este sentido, el Plan espiritual de Dios se aproxima a la Tierra, de tiempo en tiempo y de ciclo en ciclo, para que las almas tomen consciencia de su filiación con Dios y para que, habiendo tomado consciencia de la realidad interior, las almas se definan por el camino de la Luz.
En este tiempo el plano espiritual desdobla todos sus poderes superiores para auxiliar a la humanidad de superficie que camina rumbo a una gran definición.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Vengo al encuentro de un planeta que sufre su propia purificación.
Vengo de lo alto del monte Tepeyac para unir lo que está separado en la consciencia humana y dentro del corazón de todos Mis hijos.
Vengo en esta noche, queridos hijos, a fortalecer su esperanza, a colmarlos con Mi Luz y a entregarles Mi Paz, que es la Paz del Reino de Dios.
Vengo aquí para calmar al planeta y a esta región de la humanidad que aún no ha despertado conscientemente a Mi llamado.
De todas formas, como su Madre de Guadalupe, vengo a México para que, a través de Mis hijos que están aquí presentes, toda perturbación se pueda detener, todo caos pueda desaparecer de aquellos que lo están viviendo en este momento.
Rezo, por encima de todos los acontecimientos del planeta, en donde se encuentra Dios, su Padre Celestial, esperándolos con los brazos abiertos para que reciban Su Corazón y toda la Fuente de Su Amor.
Hoy vengo en esta noche de Vigilia, queridos hijos, a adorar a Mi Hijo y a rezar con ustedes por todo lo que sufre Centroamérica. Dios no desea eso, pero la humanidad aún no lo escucha, se ciega cada día más por las cosas superficiales, por las cosas de la vida material.
Quisiera que muchos más, como ustedes, vivieran en Mi Corazón maternal, pudieran ser acogidos entre Mis brazos para que Yo pudiera fortalecer su fe y la unión con el Padre Celestial.
Sé que muchos aún no Me aceptan ni tampoco Me buscan.
Como Madre Universal y Madre de la Nueva Humanidad vengo a preparar sus esencias, queridos hijos, para los acontecimientos futuros, para todo lo que se aproxima, para que de sus corazones brote la fuente de la neutralidad y el impulso de orar cada vez más por el equilibrio del planeta y de todos los continentes, así como también por todas las razas.
Estamos, queridos hijos, en los tiempos finales. Ese tiempo está a las puertas de sus vidas. Los invito a aceptarlo para que puedan crecer en espíritu y en amor, y no pierdan cada aprendizaje que Dios les envía con el fin de que puedan ser una humanidad fraterna y dejen de ser una humanidad indiferente.
A través de sus corazones y de sus voces, hoy las puertas del Cielo se abrieron aquí, especialmente para que Su Madre de Guadalupe pudiera llegar hasta aquí, no solamente para bendecirlos, sino para orar con ustedes en los planos internos por todos los que sufren en este momento.
Ofrezcan a Dios sus sacrificios para que la paz permanezca en la humanidad, principalmente en aquellos lugares que viven los acontecimientos del fin de los tiempos.
Hoy les entrego la estrella de Mi Corazón para que iluminen sus caminos y los caminos de todos sus hermanos del mundo, de todas las razas y de todos los pueblos que deben despertar a una única fraternidad, a una única humanidad que se preparará, junto con los Sagrados Corazones para volver a renacer, en una Tierra Prometida que no está lejos.
Es así, queridos hijos, que hoy vengo especialmente a agradecerles, porque sus corazones se volvieron como rosas de luz sobre Mis santas y humildes manos. Yo podré llevar estas ofertas de sus espíritus a los Tronos del Padre Celestial para que, Él en Su Gloria y en Su Gracia, abra aún más las puertas de la Misericordia; y las almas que aún no han recibido esa potente energía divina, que todavía no son merecedoras de ella, puedan recibir lo que Dios espera hace tanto tiempo derramar sobre la humanidad enferma.
Yo vengo a sacarlos a ustedes, como representantes de la nación mexicana, de este cautiverio de sufrimiento que comenzó desde el momento de la colonización.
Hoy sus corazones han aceptado su reconciliación en Cristo y esa comunión íntima con el Espíritu Santo se establece para que pueda reinar la paz no solo en sus corazones, sino también en el mundo que tanto lo necesita.
Queridos hijos, hoy les extiendo Mis brazos para que se tomen de Mis manos y sientan Mi fe y Mi fortaleza. Una Madre que los quiere y que los ama, solo desea que el mundo sea feliz, que sea una victoria de Jesucristo, que no sufra, que no padezca, que no se perturbe, que no sufra el final de esta transición planetaria.
Queridos hijos, también hoy les entrego Mi Rosario de Luz, el Rosario que fue orado por todos ustedes a través de los tiempos, en todas las Apariciones en las que Yo he anunciado Mi Mensaje al mundo para que nunca duerma, sino para que siempre despierte, despierte a la Luz de Dios, despierte al Amor del Padre que es olvidado por la mayoría de los hombres. Es esta falta de Amor en los corazones del mundo lo que lleva al planeta a agitarse, a moverse, a intentar hacerle comprender a la humanidad que algo hay que cambiar pronto, antes de que venga Mi amado Hijo al mundo.
Quiero encontrarlos, a ustedes y a todos sus hermanos del camino, despiertos y vigilantes en ese gran momento.
El planeta está en su gran parto para que pueda nacer una Nueva Humanidad que ya no será materialista, no será indiferente, no dañará a los Reinos de la Naturaleza, sino que vivirá unida al Espíritu de Dios y a todo lo que Él creó para que ustedes lo glorificaran eternamente.
Reciban con amor y con una profunda gratitud, Mis Palabras de Luz que siembran códigos en las nuevas almas que son curadas por Cristo.
Sufro con Centroamérica todo lo que ella hoy enfrenta. Por eso, he pasado antes por allí para poder sustentar a las almas en su vida espiritual y superior; para que no perdieran, por las obras de Mi enemigo, las semillas del bien y del amor que Yo sembré en cada una de ellas.
Invoquen Mi Manto protector sobre toda Centroamérica y México, pues Yo amo a estas almas milenarias que muchas veces se encontraron Conmigo para recibir Mi Amor y Mi Paz, para hacer rebrotar esos atributos en esta humanidad que solo debe redimirse para que sea feliz por toda la eternidad.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Hace algunos siglos, aparecí en esta nación a un pequeño hombre, un amado hijo Mío, porque en aquel momento, hijos, la humanidad corría el riesgo de perder su filiación con Dios por falta de amor en el corazón humano.
Vine para evitar la separación de los hombres entre sí y con Dios. Vine para hacerles comprender la unidad que existe entre todas las criaturas, entre todos los pueblos y entre todas las razas; para que esa unidad despertara, en el corazón humano, la reconciliación verdadera con el Creador.
Aquel hijo Mío, a quien Me aparecí, confió en Mi Mensaje y lo difundió al mundo, haciendo que hoy ustedes Me glorifiquen, glorifiquen a Mi Hijo, y vivan en Su fe y en Su devoción.
Hoy, hijos Míos, aparezco nuevamente en esta nación porque una vez más la humanidad corre el riesgo de perder la filiación con Dios. El hombre todavía aspira a separar a las razas, a los pueblos y a las naciones; el hombre todavía aspira a construir muros, no solo en el mundo, sino también en el corazón y en la consciencia.
Por eso, hoy, Yo vengo hasta aquí, porque confío en la devoción y en la fe de sus espíritus. Vengo a estampar en sus rostros, en sus pechos, en sus consciencias, Mi Presencia Divina para que, sin miedo y sin temor, anuncien Mi Presencia en este mundo y permitan que más almas en el tiempo venidero recuperen su fe, su devoción, glorifiquen a Mi Corazón y a Mi Hijo, para que se reconcilien verdaderamente con Dios y no permitan, hijos Míos, que el corazón humano se separe del Creador.
Es hora de unir a los corazones, de unir a la consciencia con Dios. Y hoy, encuentro en ustedes, así como lo encontré en Mi hijo Juan Diego, la devoción que necesito para que Mi llamado se expanda por el mundo, más allá de las naciones.
Que muchos más Me escuchen y se adhieran a Mi llamado, porque es necesario, hijos Míos, que la paz se establezca dentro y fuera de los hombres.
Vengo a fortalecerlos para que proclamen, en el tiempo que vendrá, el amor al Corazón de Dios, mucho más allá de cualquier acontecimiento, mucho más allá de cualquier adversidad, porque la humanidad se purificará y ya no lo podré detener. Sin embargo, sí puedo, hijos, fortalecer sus espíritus para que se mantengan de pie, para que reconstruyan este mundo y a las almas, para que se establezca el Reino de Dios sobre un suelo en el que se sembró la paz, la unidad y el amor entre las consciencias y los Reinos de la Naturaleza.
Vengo para que comprendan, hijos, que la Justicia de Dios ya está descendiendo al mundo, aunque los portales de Su Divina Misericordia también pueden permanecer abiertos si tan solo claman con el corazón.
Los necesito despiertos, conscientes de que pueden cambiar los acontecimientos de este mundo si oran Conmigo, si oran con fervor. Por eso, hoy les extiendo Mi rosario hacia sus manos para que pasen Conmigo las cuentas de la redención de este mundo.
Ya no oren, hijos Míos, de cualquier forma, solo pronunciando algunas palabras con la boca; ya aprendieron a orar, ya conocen el poder de la oración. Por eso, cada día tomen sus rosarios y únanlos al Mío; sientan que Yo oro con ustedes y pronuncien Conmigo el decreto de la liberación de este mundo.
Oren junto con Mi Hijo y con el Casto Corazón de San José para que la unidad se establezca en el corazón humano, entre ustedes y con Dios. Oren para que la humanidad comprenda el papel de cada Reino de la Naturaleza y no necesite sufrir por la acción de estos Reinos, por no haber comprendido que debe vivir en comunión con la Tierra.
Esta Sagrada Consciencia espera, hijos Míos, que se puedan unir a ella a través de cada uno de sus Reinos para que, de esta forma, comulguen de la Creación y establezcan el amor y la redención en sus espíritus.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Queridos hijos, en el Manto guadalupano está toda la Creación de Dios.
Cuando no sepan cómo encontrar el camino, veneren y observen Mi santa Faz y a través de Mi Corazón, el Corazón de Guadalupe, ingresarán a Dios y a Su Reino infinito.
Les pido, queridos hijos, que ya no sufran, que ya no sufran más.
Estoy aquí, soy su Madre de Guadalupe y siempre estoy con ustedes cuando oran Conmigo, cuando invocan Mi Presencia celestial, cuando solo buscan Mi Corazón Inmaculado que es un refugio para todas las almas en el fin de estos tiempos.
Así como aman Mi Luz, amarán la Luz de Dios. No amen Mi Luz, queridos hijos, amen a través de Mi Corazón la Luz de Dios, porque la Luz de Dios está presente y desciende sobre sus consciencias.
Quisiera que hicieran nuevamente este ofrecimiento que hoy Me entregaron con amor. Pero ahora piensen, mientras cantan, que amarán la Luz de Dios a través de Mi Corazón, que es puro e inmaculado; y en ustedes, eso es posible.
Quiero decirle a Mi pequeño hijo Iván de México, antes de despedirme esta noche de ustedes, que estoy estampada en su pequeño corazón y que crea que eso es posible, porque así siempre estaré presente, nada está separado entre Yo y Mis hijos. Entre Mis hijos y Dios, nada está separado.
Yo les agradezco por escucharme, por contemplarme, por adorar a Dios y por pedir por sus hermanos de Centroamérica. Sigamos en oración, la humanidad lo necesita.
Yo les agradezco por responder a Mi llamado, y los escucho.
Queridos hijos:
En vísperas de un importante encuentro, Mi Corazón materno se prepara para recibirlos en el sagrado oratorio de la Aurora interior, lugar en donde siempre nos encontraremos cuando Yo ya no esté entre ustedes.
Ese sagrado oratorio siempre los ayudará a poder recordar el Propósito de Dios y a no perder de vista el sentido de la propuesta redentora que Mi Hijo les ofrece en estos tiempos.
Con sus corazones llenos de amor por Dios, esperen la llegada de su Madre Celeste en agosto y sientan el gozo de recordar su filiación con Padre Eterno.
Así, ustedes podrán sentir todos los días de sus vidas que la Aurora de Mi Corazón está con sus principales puertas abiertas para que puedan retornar al recinto bendito de la paz.
Hijos Míos, es una alegría profunda volver a encontrar a los servidores de Mi Hijo, a todos aquellos que son llamados en este tiempo para sustentar la bandera de la paz y de la redención planetaria.
Día a día camino a su lado, así como camino con ustedes en cada nuevo momento de oración ofrecida al Corazón del Padre Celestial y a Sus Mensajeros Celestes.
Así, hijos, estén bien despiertos durante estos días de agosto, ante todo lo que será revelado a su mundo interior.
¡Hoy Yo les agradezco a todos por responder a Mi llamado!
Los bendice, bajo la Luz de la Aurora interior,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más