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Como un sol que nace en el horizonte, hoy les traigo el resplandor de Mi Consciencia Universal para iluminar sus caminos y sus corazones.
Vengo bajo la autoridad maternal y divina que el Padre Celestial Me concedió desde el primer momento en el que Su Sierva le dijo “sí” al cumplimiento de Su Plan sobre la superficie de la Tierra.
Bajo toda la luz del Universo, hoy vengo a su amoroso encuentro para disipar y transmutar aquellas fuerzas del mal que aprisionan y condenan a las naciones y a sus pueblos.
Vengo para rendir honor y poder al Nombre de Dios en cada uno de Sus siervos y discípulos de Cristo. Bajo esa poderosa autoridad divina vengo a encontrarlos y hacerlos partícipes de la Verdad que brota del Corazón del Padre Eterno para cada uno de Mis hijos que dijeron “sí” a Su Voluntad.
Es así, queridos hijos, que los vengo a sostener y a consolar.
Vengo para animarlos a renovarse en Cristo, para que ustedes puedan presenciar en el semejante la existencia de Cristo, más allá de lo humano y de lo que es mortal.
Vengo para que le den valor a su mundo interior y a todo lo que ese mundo interno recibió de parte del Universo y de las experiencias de la vida.
Hijos, estos tiempos colocarán a cada hijo Mío frente a la verdad, a su propia y clara verdad interna y personal para que, antes del momento más culminante del Armagedón planetario, ustedes ya hayan resuelto, dentro de sí, todo aquello que los separa de Dios.
Por eso, los invitamos no solo a orar por las naciones sufridas del mundo, los llamamos para sostener un tiempo que nunca vivieron ni atravesaron.
Los estamos conduciendo hacia el camino del Amor y de la sólida Hermandad.
Por eso, todas sus noches oscuras pueden ser momentos de luz, en los que la llama de la fe y de la confianza, por más pequeña que parezca dentro de ustedes, los ayudará a cambiar y a trascender los difíciles momentos que enfrenta el ser humano.
Pero no se olviden, hijos, que Yo estoy aquí en silencio, esperándolos, aguardando que cada uno de ustedes Me llame y Me pida lo que necesite.
Pero sepan que ya dejaron de ser Mis niños, ahora son los nuevos apóstoles de Cristo, los que con esfuerzo y sinceridad asumen responsabilidades y situaciones mayores.
Anímense todos los días a morir para sí mismos, por más que duela, por más que parezca difícil. Mueran para sí mismos todos los días, así Mi Hijo estará en ustedes y ustedes estarán en Él, ayudando a cumplir Sus más profundas aspiraciones, ayudando a redimir a esta humanidad enferma a través de su redención personal y colectiva.
Sé que no es fácil mirarse a sí mismo, pero vean la Luz Divina que Dios concibió en ustedes y en esa Luz poderosa e inextinguible busquen la unión y la Paz de Dios.
Yo estoy a su lado, soy la Madre que los ampara y que los comprende.
¡Les agradezco por escuchar de corazón Mis palabras!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijos:
Hoy, traigo al mundo la Gracia de Dios, que es derramada como lluvia que toca y nutre la tierra. Por medio de esta gracia divina disuelvo el mal y los corazones se libran de sus dolores, de sus angustias y de sus penas.
Hoy desciende la Gracia de Dios, aquella poderosa ciencia divina que no es merecida por la humanidad, pero que es clamada por la voz de los que oran de corazón.
La Gracia de Dios es como un sol que brilla en el firmamento; es como el sol que nace en el amanecer de la vida de cada ser; es como el sol que se recoge durante la noche e ilumina los mundos internos.
Hoy es la Gracia de Dios la que, como una lluvia de luz, toca al planeta y penetra las capas más profundas de la tierra y de la consciencia para poder restaurarlas.
Hoy es la Gracia de Dios la que realiza el milagro en la vida de los que creen en ella; es la gracia que fortalece la fe de los creyentes en Cristo; es la gracia que transforma toda la vida planetaria.
Por más que haya caos, persecuciones y crisis humanitarias, la Gracia de Dios de alguna forma siempre llega a los que más sufren; la gracia fluye como un gran río y se derrama sobre las almas como pequeñas chispas de luz.
Por medio de la oración constante de los que invocan la Misericordia Universal es que la Gracia desciende a través de los simples instrumentos que, día a día, se ofrecen a ella.
Hoy es la Gracia la que toca a la puerta del corazón y así una puerta se abre hacia nuevas oportunidades de amar y de perdonar todas las experiencias vividas.
En la Gracia de Dios encontrarán la esperanza anhelada y la luz infinita tan buscada, ella es la fuente que alimenta el espíritu y transforma el alma que se abre para recibir su divino fuego.
Hoy, la Gracia repara a toda la consciencia humana, y Dios, en silencio, contempla lo que Su Amor realiza en las esencias creadas por Él.
La Gracia cicatriza las heridas más profundas y les revela a los corazones un júbilo y una exaltación únicos. Porque en la Gracia de Dios está la conversión del corazón endurecido, está la cura del alma enferma; en la gracia está la redención y la fe de aquel que nunca creyó en Dios.
Es la Gracia la que hoy nace como la Aurora y devela los misterios del amor expresados en los dones de la Creación.
La Gracia hoy toca la Tierra, así como la voz orante de Mis hijos toca y llega a los Cielos estableciendo la comunión con el Padre Creador.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La cura y el perdón del pasado – Parte I
En el principio, cuando Dios creó a Sus criaturas, Él pensó en dejar en ellas algo que, siendo valioso para el Universo Espiritual, deberían aprender a encontrarlo dentro de sí.
Ese don y, al mismo tiempo, ese potencial que Dios depositó en Sus hijos, impulsaría el gran cambio a través de los tiempos y generaría la renovación de la Creación, a nivel espiritual, mental y material.
Así, Sus criaturas fueron evolucionando y viviendo experiencias universales e internas, pero, después de la gran caída del adversario, comenzaron a manifestarse los errores y las fallas.
Todos esos acontecimientos, sucedidos una vez en el Universo Material, fueron el resultado de la falta de obediencia a la Voluntad Divina; esto hizo manifestar la escuela de la dualidad.
A partir de allí, muchas humanidades atravesaron diferentes aprendizajes y pruebas que, en la mayoría de los casos, las llevaron a la decadencia interior y espiritual.
Pero todo eso acontecía porque las criaturas, creadas a imagen y semejanza del Altísimo, se estaban olvidando de ir hacia dentro de sí para encontrar el amor que es la matriz que todo lo cura y lo perdona.
Cada ser de este planeta carga con una historia espiritual aún desconocida para él, pero que su espíritu guarda con total consciencia, más allá de que el mundo consciente del ser no sepa nada.
En el Universo está registrada esa historia cósmica que deberá ser curada por medio de la escuela del amor y del perdón que ofrece este planeta.
Este es el tiempo de los grandes y de los verdaderos milagros que permitirán que las almas se liberen de la cadena de los errores y que, viviendo el camino de la redención, todas las consciencias sean rehabilitadas.
Será de esa forma, tan simple, que la historia del pasado será curada por la Fuente del Amor de Dios.
Llegó el tiempo y el momento de que el Universo pueda respirar y liberarse de cientos de historias y hechos que llevaron a las criaturas de Dios hacia el camino del sufrimiento.
Es así que la Jerarquía Espiritual viene para tender su mano y para sostener a aquellas consciencias que acepten, con total confianza y amor, perdonar y curar el pasado espiritual que una vez vivieron y experimentaron en otras estrellas.
Los Espejos se preparan para poner en evidencia la historia guardada en muchas humanidades, a fin de atraer la reconciliación interior y el alivio tan necesario luego de eras de acontecimientos que llevaron a las consciencias a separarse del Amor y de la Verdad.
Por esa razón, hijos, llegará el tiempo del fin de un fin, el comienzo de una nueva etapa en la vida superior y espiritual de las almas.
El Universo Espiritual se abrirá como una fuente reparadora y curadora para poder llegar hacia aquellas regiones del Universo Material y disolver de la memoria universal todos los errores, para que todas las consciencias ya no sientan el peso de cargar con un pasado imborrable.
Que, al contrario, las consciencias puedan volver a creer en los prodigios del amor, para que las vidas de las almas sean otras.
El Amor de Dios será ese bálsamo vital para la reconstrucción espiritual del Universo y para el surgimiento de una Nueva Humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Los Planes de Dios y todos Sus designios se pueden cumplir en la humanidad cuando emerge de los corazones la verdadera adhesión.
Esa incondicional adhesión es la que permite manifestar los Planes del Altísimo y es la que le concede a la humanidad la oportunidad de recibir Gracias y Misericordia.
Pero cuando esa adhesión por parte de las almas es trabajada honestamente, lo que antes era un designio, o incluso un Propósito Divino, se convierte en realidad porque en el mundo interno de las consciencias existe apertura y disposición a cumplir todo lo que el Universo Divino programa.
Eso también permite la redención y la conversión de los corazones. De esa forma, desde el Universo se derraman gracias que están llenas de oportunidades y que le concederán la cura a la humanidad.
Luego de que las almas den el paso y ayuden a concretar el Plan, después de que se cumpla el Designio como estaba previsto y pensado, allí será cuando los corazones tomarán consciencia sobre la importancia de siempre llevar adelante la Voluntad de Dios, que es una Voluntad que abarca muchas dimensiones y a muchas consciencias.
¡Les agradezco por responder al Propósito Divino!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más