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Queridos hijos:
Inesperadamente, Me encuentro con ustedes en Alemania después de que, en estos días, Me visitaron en Medjugorje. La Madre de Dios les devuelve la visita en un momento crucial de la humanidad, en el que la desinformación, el caos y el miedo agobian a millones de hijos Míos.
Por eso, Yo vengo del Cielo, no solo por una Alemania que amo con todo Mi Corazón y por la que rezo para que recupere el Propósito de Dios, sino también vengo por toda Europa y por toda Asia, por las almas sometidas y perseguidas en la guerra y por los conflictos inventados por el hombre de superficie.
Quiero decirles a todos Mis hijos que Yo Soy la Reina de la Paz, que busquen Mi Corazón, porque Mi Corazón es para ustedes.
Alemania, a través de los últimos años, fue un país de acogimiento de los más desamparados, pero esto no es suficiente, hijos Míos; es necesario que las demás naciones de Europa y del mundo sean países de acogimiento, para que todos puedan vivir como una humanidad más inclusiva, fraterna y caritativa.
Rezo, todos los días, para que los corazones más endurecidos se puedan abrir, para que sientan a los más desamparados y pobres, así como su Madre Celeste los siente.
Si este paso de fraternidad es dado por las grandes naciones del mundo, la humanidad no vivirá más pandemias, no conocerá el dolor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Siempre retornaré al mundo por una causa de bien y de perdón, porque deseo ardientemente que todos Mis hijos se reconcilien con el Padre Celestial. Él, desde Su Fuente suprema, tiene Sus Brazos abiertos y Sus Manos extendidas hacia el mundo. Su Corazón impulsa a todos por medio del Amor, Su Corazón se enciende en Compasión y en Misericordia.
No crean, hijos Míos, que todo lo que sucede en el mundo es por causa de un castigo divino, lo que hoy sucede en la humanidad es por causa de la indiferencia y de la omisión de la Ley que muchos hijos Míos han realizado en estos tiempos.
Por eso, Yo los invito a retornar al Corazón de Dios, porque en el Corazón de Dios comprenderán todas las cosas. Yo los invito, una y otra vez, de forma incansable, a volver su mirada hacia Dios.
Dios aguarda a cada uno de ustedes, Sus hijos, los aguarda para poder abrazarlos y consolarlos, los aguarda para poder impulsarlos a través del Espíritu Santo. Hijos amados, Su universo está tan lleno de Gracias y de Misericordias, que ya no caben en el Corazón de los Mensajeros Divinos.
Precisamos derramar sobre el mundo el Perdón y la Misericordia de Dios, pero aún son muy pocos corazones que se abren para poder amar ese misterio, para poder recibir en su vida todas las Gracias de Nuestro Creador.
Él está esperando en este momento, así como esperó que el pueblo en el desierto pudiera alcanzar la Tierra Prometida. La Nueva Tierra que llegará es la Tierra de la Nueva Humanidad. Yo los invito, hijos Míos, a que conscientemente se postulen para eso, permitan que sus almas caminen hacia esa aspiración y hacia ese propósito. Así, muchas situaciones serán aliviadas, muchas catástrofes serán evitadas, el sufrimiento será disuelto en los corazones si tan solo las almas se vuelven hacia Dios.
Vengo a repetir un Mensaje semejante al que una vez entregué en Fátima. Hoy, Mi Corazón viene a implorarles, hijos Míos, que ya no sufran más, que ya no vivan más en el caos, en la adversidad o en la batalla.
Hijos Míos, ríndanse, vuélvanse hacia Dios. Él espera sentir sus corazones y almas muy cerca, tan cerca que cada uno de ustedes pueda ser invadido y colmado por el Amor de Dios. El Padre Eterno creó su humanidad para que siempre vivieran dentro de Su Ley del Amor y de la Unidad.
Hijos amados, miren hacia su alrededor, vean cómo está el mundo, miren cómo están los Reinos de la Naturaleza, miren cómo están los pueblos y las naciones en este momento. ¿Cómo es que llegará la cura de esta pandemia si los corazones no se vuelven hacia Dios y abandonan al dios de las modernidades, de las tendencias o hasta aun, el dios creado del aborto?
Hijos amados, Yo les ofrezco Mi Vientre de Luz universal para que pueda gestar los nuevos Atributos del Padre Eterno en ustedes, les digo de los nuevos Atributos porque muchos ya los perdieron.
Deseo que, a través de Mi Corazón materno, por medio de los rayos de Mi Corazón, pueda entregarle al mundo los mismos atributos y virtudes que recibió el antiguo pueblo de Israel.
Hijos Míos, no se olviden de que ustedes son parte de las tribus de Israel, porque algún día todo retornará a su origen y muchos de Mis hijos, que hoy se postulan para la Nueva Tierra, tendrán la Gracia de ser partícipes de la experiencia próxima del Reino de Dios, de una experiencia viva y no mental.
Yo les pido, hijos amados, que se sirvan de Mi Inmaculado Corazón, Mi Corazón es el puente que siempre los llevará a Dios.
¡Cuánto sufrimiento veo en este mundo!
¡Cuánto dolor padezco cerca de cada uno de Mis hijos del mundo entero!
¿Quién Me acompañará en esta batalla?
¿Quién elevará hacia lo alto la antorcha de Cristo?, para que las tinieblas de este mundo sean disipadas y las almas ya no sean más abducidas por los infiernos de la Tierra.
Hijos amados, no tengan miedo, pero este es el tiempo del Armagedón. Abran sus ojos y erradiquen de ustedes toda indiferencia. Que sus corazones sean inundados por el Amor de Dios, porque así los ángeles del Padre descenderán más hacia la Tierra y auxiliarán en las causas y situaciones imposibles.
Yo les dije una vez que soy su Abogada Celestial. ¿Ustedes creen en eso, hijos Míos?
Después de más de treinta y seis años en Medjugorje, sigo aquí en Sudamérica y, desde aquí, le entrego a todo el mundo Mi Mensaje de Amor y de súplica para todos los corazones que aún necesitan ser transformados por la oración.
Superen las barreras que se han impuesto, trasciendan los límites que se colocaron y cierren las puertas al mal. En su donación está la clave del fortalecimiento de la llama de su fe. En su caridad está la clave que los librará de ustedes mismos para siempre.
Cuantos más hijos Míos sirvan en el mundo, mayores serán las Gracias que descenderán a la Tierra, a los que están sumergidos en el sufrimiento, en las guerras y hasta en la maldición.
Pero Yo vengo del Cielo, en este momento, trayéndoles a todos el Reino de Dios, reconsagrando sus corazones en cada nuevo encuentro.
Yo les dije, en el mes anterior, que agosto es un mes de renuncias y de pequeños sacrificios. Aún son insuficientes las ofertas que Me están llegando. No necesito de grandes sacrificios, necesito de pequeños sacrificios hechos por amor, que retiren sus corazones y vidas de la comodidad o hasta de la misma rutina.
Hijos amados, si no nos unimos, no seremos fuertes en Cristo; pero si nos unimos de verdad, juntos venceremos en esta transición planetaria. La verdadera transformación se dará en sus corazones, en sus vidas.
Delante de Mi Corazón maternal, aún contemplo todas las necesidades del mundo, especialmente las necesidades de las almas, porque muchas de ellas tienen sed de Dios, sed de Amor y sed de Paz.
Ahora, es el tiempo de que Mis ejércitos orantes estén enteros y disponibles para esta batalla. Recuerden que muchos de ustedes están debajo de Mi Manto, Yo los vuelvo invisibles e imperceptibles por medio del poder de la oración del corazón.
Que sus plegarias se expandan, que sus plegarias aumenten hasta que consigan sentir que están tocando el Cielo de Dios, hasta que tengan la absoluta certeza de ya aprendieron a sentir el Corazón de Dios. Hijos amados, es tan simple que muchos no lo hacen.
Yo los invito, por medio de este Mensaje, a renovarse en el compromiso de la oración; en esta escuela orante, que Yo les ofrezco a través de los tiempos, tienen la Gracia de subir los escalones hasta poder alcanzar el Cielo, por medio de las experiencias de los grados de amor.
Hoy, vengo como una Madre que suplica. Hoy, vengo como una Madre que implora. Vengo como la Madre que los ama en la perfección que Dios ha colocado en cada corazón.
En su donación, superarán los límites de la consciencia y, superando esos límites materiales y mentales, sabrán ayudar, hijos Míos, a los que más lo necesitan, a los que se bloquearán a sí mismos en este tiempo de transición.
Pero tengan presente algo, la cura y la redención están disponibles para todos, confíen en ese misterio que Cristo ha entregado en la Cruz, derramando Agua y Sangre de Su Corazón para poder purificar a todo el planeta, a todas las consciencias y, más aún, a todo el universo.
Siempre que lo necesiten, retornen al misterio del Amor de Mi Hijo. Su Corazón también está abierto y expuesto para todos por medio del sagrado misterio del Sacramento de la Eucaristía; cuanto más amen la Eucaristía, más se librarán de todas las dificultades y problemas, porque la Luz de Cristo siempre será invencible. Y aun los que comulgan de forma espiritual en este momento, y que no pueden recibir la Sagrada Eucaristía, que no se aflijan.
Por medio de este portal de la Misericordia de Nuestros Sagrados Corazones, Dios ha concedido la Gracia y también la indulgencia para que los corazones que participen de la comunión espiritual por medio de esta Obra, siempre estén protegidos y amparados por Nuestros Corazones, a pesar de lo que vivan o de lo que transiten. Solo les pido que la sagrada Comunión Espiritual, que es ofrecida con esfuerzo y esmero, no sea un momento más, no sea un pasaje más, sino el momento más importante del día, en el que sus corazones estarán delante de Cristo para recibir Su Amor, el Amor que siempre los fortalecerá y los salvará.
Hoy, a Mis pies, también recibo todas las intenciones que escriben para esta Obra, como también las intenciones de los corazones que a través de los últimos años se adhirieron a la Obra de los Mensajeros Divinos y que, en sus familias y naciones, viven problemas difíciles. Hijos amados, ofrezcan esas experiencias como una gran renuncia de sus corazones, pero también como un gran sacrificio de amor por Mi Hijo. Sepan que yo estoy al lado de cada uno de los que Me necesitan. Estoy caminando a su lado, Yo soy su Madre y siempre los ayudaré, porque Mi Amor aún deberá ser descubierto por ustedes.
Solo cuando amen el misterio que hoy les traigo; solo cuando amen los Mensajes que Yo les he revelado a través de los tiempos, no solo aquí, sino también en otras Apariciones del mundo; les aseguro, Mis amados hijos, que conocerán el Amor de María, un Amor incansable, un Amor paciente y renovador, un Amor de Madre que acepta, que no juzga, que acoge, que cura, que sana, que comprende y que acompaña. Ese es el Amor que espero de cada uno de Mis hijos, especialmente de las madres de la Tierra que sufren en estos tiempos el calvario de sus hijos, la incomprensión de los corazones, la pérdida de las almas en todo lo que hoy les ofrece este mundo.
Pero Yo invito a todas las madres de la Tierra a unirse a Mi Espíritu maternal, porque en este momento y en este tiempo, Mis queridas madres, hay muchos hijos que acoger, hay muchos hijos que adoptar espiritualmente. A través del corazón de cada madre de la Tierra, Yo siempre lo transformaré todo y fortaleceré a los discípulos de Cristo, soy la Madre de la cruz de esta humanidad.
En este trece de agosto, Mi Corazón cierra un ciclo en este lugar, para comenzar un ciclo más amplio y profundo, espiritualmente en Europa; y aspiro a que esto también sea posible en Asia y Oceanía, que después de las Apariciones de Akita todos esos pueblos esperan Mi llegada y Mi retorno.
Me encaminaré en una tarea desafiante, sostenida por cada uno de Mis hijos por medio de la fidelidad en la oración del corazón y, aún más, en la fidelidad en la Sagrada Comunión con Mi Hijo.
Para que este ciclo sea bendecido, vengo a celebrar extraordinariamente la Eucaristía, en compañía de los ángeles de la transubstanciación de la Iglesia Celestial de Cristo.
Y, antes de pasar a ese momento, quiero agradecer a todos los que se mantienen firmes y fieles a la Obra de los Sagrados Corazones y a los que se animan, día a día, a ofrecer sus experiencias o hasta su propia purificación por el triunfo del Plan de Mi Hijo. Y también, quiero agradecer que el Reino de Aurora haya abierto las puertas a Mi llegada, para que la Madre de Dios, en esta nueva etapa, llegue con Su Mensaje a más lugares del mundo, a lugares más lejanos de la Tierra a donde con muy pocos llegaré, pero seré acompañada fielmente por cada uno de ustedes a distancia.
Después de este ocho de agosto, han ingresado en la escuela de la unidad interna, en donde no existe separación, límites ni fronteras; en donde solo existe la unidad y la omnipresencia entre los corazones.
Para terminar, después del ejercicio de la Comunión Espiritual que ahora celebraremos, quiero que el coral ofrezca a Mi Corazón maternal el Ave María de Gómez, como una súplica que deberá resonar en este universo y, principalmente, en todos los corazones.
Que este Mensaje resuene por mucho tiempo, hasta que cada una de las almas comprenda y entienda lo que Yo necesito para este Plan de Salvación.
Ofrezcamos a Mi Hijo este momento, que Él los unja con Su Luz espiritual y que el espíritu del apostolado y de la misión se fortalezca en todos los que se ofrecen para vivirlo fielmente. Y que este espíritu de apostolado y de misión se multiplique en los que deben autoconvocarse para esta sagrada tarea.
Celebremos.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Señor Jesús, en Presencia de Tu Madre Celestial, Te pedimos que recibas este Sacramento, que aceptes esta oferta de cada corazón que cree en Ti y que vive por Ti.
Te pedimos, Jesús, que santifiques este Altar, pero que también santifiques nuestra vida, para que podamos ser el ejemplo que Tú esperas, en la humildad de la vida, en la simplicidad del corazón; junto a todos Tus ángeles de la transubstanciación, elevamos este sacrifico del Altar, no solo para recordar la Pasión que tu viviste por nosotros, sino también para dar honor y gloria a Tu legado, a Tu legado de Amor y Redención.
Nos despojamos, nos vaciamos y nos entregamos, Señor, a los pies de Tu Iglesia Celestial, para que Tú, Rey del Universo, Señor de los Señores, Maestro entre los Maestros, seas quien celebre este momento junto con nosotros, por medio de la fuerza y el poder de Tu Corazón misericordioso. Amén.
A pedido de Nuestra Señora, reconocemos nuestras faltas en el silencio del corazón y las reparamos por medio del don del perdón que brota del Corazón de Dios.
Y así, ofrecemos este momento por la sagrada tarea, por el Sagrado Propósito de Nuestra Señora para toda Europa y Asia, como también para África.
En la noche que Jesús iba a ser entregado, reunió a Sus apóstoles para ofrecerles el mayor testimonio de Su Amor, por medio del pan y del vino transubstanciados. Fue así, que Cristo tomó entre Sus Manos el pan y, elevándolo a Dios, lo ofreció en sacrificio y en entrega, pidiéndole al Padre Eterno que fuera transubstanciado en Su Cuerpo.
Enseguida, Jesús lo partió, y ofreciéndolo a Sus compañeros, Él les dijo: “Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo, que será entregado por ustedes para el perdón de los pecados”.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Amén.
Adoramos y reconocemos el Sagrado Cuerpo de Cristo.
Antes de terminar la Cena, antes de partir hacia el Huerto Getsemaní, en donde confirmaría Su entrega delante del Padre Eterno, con la dulzura de Su Corazón y la compasión de Su mirada, Jesús tomó entre Sus Manos el Cáliz, lo elevó y lo ofreció al Padre para que fuera transubstanciado en Su Sangre.
Enseguida, Él lo pasó a Sus compañeros diciéndoles: “Tomen y beban todos de Él, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la nueva y eterna Alianza, que será derramada por Su Redentor para la remisión de todas las faltas. Hagan esto en memoria Mía hasta que Yo retorne al mundo”.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y te bendecimos.
Amén.
Adoramos y reconocemos la preciosa Sangre de Cristo, junto a los ángeles de la transubstanciación.
He aquí el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Felices los que se autoconvocan para servirse de este Sacramento, porque Cristo nos ha prometido la vida eterna.
Oración: Padre Nuestro.
Que la Paz de Cristo descienda a la Tierra e ingrese en cada corazón.
Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme.
Amén.
En este momento, hermanos, unidos a cada hermano del planeta que participa este sagrado encuentro con Nuestra Señora, ofrecemos y anunciamos la Comunión Espiritual.
Oremos:
Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente
y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo,
Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los sagrarios de la Tierra,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que Él es ofendido.
Y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén.
Hijos, todo ya ha sido consumado.
Ahora y siempre, les agradezco por responder a Mi llamado.
Los bendigo, bajo la Luz de Cristo, que los fortalece y los anima a seguir adelante, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Y cerramos este encuentro, respondiendo al pedido de Nuestra Madre, escuchando el “Ave María”.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Las Sagradas Escrituras anuncian la venida de su Redentor al mundo por segunda vez, y todos son llamados a participar de ese acontecimiento. Por eso, hoy estoy aquí con ustedes y en este lugar bendecido por Dios, el que fue tocado por Su Mano Santa para llamar a las almas para la conversión de sus faltas y para la reparación de Su Corazón ofendido.
Estas Escrituras, las que hoy traigo entre Mis Manos, revelan que el momento está llegando. No solo ustedes sino también el mundo es llamado para vivir esto. El momento se aproxima cada día más y las señales se mostrarán ante el mundo creyente o no creyente. Por eso, sean humildes y mansos, obedientes y receptivos, y podrán estar en Mi Camino y dentro de Mi Corazón.
Pero para que ese momento tan importante llegue a la humanidad, muchas más cosas sucederán dentro y fuera de ustedes. Batallas internas e inexplicables se presentarán. Pruebas y desafíos se mostrarán. Pero no deben perder la mansedumbre y la paz, si Yo los escogí es porque hay un proyecto por cumplirse y realizarse que aún ustedes desconocen.
Por eso, líbrense de la soberbia, de la arrogancia y del orgullo, de la división, de la falta de unidad, de la ausencia de amor, de la ausencia de caridad y de fraternidad.
Yo los acompaño, silenciosamente, como en este momento acompaño al mundo y a cada uno de Mis servidores, independientemente de su religión o de su credo, independientemente de su forma de filiación con Dios, el Padre Celestial.
Este es el tiempo de que las esencias se unan en un mismo propósito. Por eso, los haré encontrarse con personas semejantes a ustedes que, a pesar de vivir sus escuelas, buscan el Camino de Cristo. Por eso, deben estar atentos para no dejar pasar Mis señales y Mis anuncios internos.
En este tiempo y en estos días, no todos los Sagrados Corazones pudieron estar presentes aquí, en Medjugorje, pero su Rey sí está aquí, en nombre de todos ellos, de los Mensajeros de Dios, de los que impulsan a la humanidad al cambio y a la transformación de la consciencia.
Les vuelvo a decir todas estas cosas porque deben recordarlas y practicarlas. Si ustedes viven los Atributos que Yo les entrego, en el día a día, no sufrirán; pero si no los viven, se resistirán y la transformación será dolorosa y nadie causará todo esto porque dependerá solamente de ustedes.
En Mi paciencia, aguardo sus pasos. En Mi contemplación, vislumbro su transformación. Pero Yo no solo les hablo a ustedes, sino también al mundo, a los que Me escuchan y a los que no Me escuchan.
A veces, no puedo decirles todas las cosas que siento y veo porque todo tiene un tiempo y un momento, pero alegren sus corazones por saber que están en el camino de la redención y de la paz. Yo los necesito Conmigo, totalmente, para poder obrar y realizar los Prodigios de Dios en la Tierra, en las naciones y en los pueblos, en los que viven en una profunda soledad espiritual, en los que no tienen amor como ustedes lo tienen todos los días.
Ya es tiempo de poder expresar Mis Atributos. Es tiempo de ir por encima de ustedes mismos, si Yo se los pido es porque lo podrán hacer aunque no lo parezca.
La obediencia los protegerá hasta el fin de los tiempos, no solo a ustedes como consagrados, sino también a Mis servidores, a los colaboradores de la Obra que Mi Madre fue a fundar en el Corazón de Aurora.
Ahora, el tiempo cambió y la responsabilidad también cambió. Ya no son solo palabras escritas en mensajes para motivar a sus corazones para hacer algún cambio, es una realidad, es una verdad, es una necesidad.
Aún hay mucho por hacer y el camino de la entrega se podrá profundizar cada día más, al punto de que se parezcan a Mí en la entrega que Yo hice en la Cruz por cada uno de ustedes y de sus hermanos, en una gran desolación y vacío. Dios estuvo allí porque Mi Corazón confió en Él como el Padre confiaba en Su Hijo hasta el último momento.
Lo que Yo les pido, en este tiempo, moverá sus estructuras, pero así lo necesito. Yo se los pediré una y otra vez, y esperaré como he esperado a muchos otros en otros tiempos.
El paso que ha dado esta Obra ha sido muy importante para Mi Madre Celestial y para el Creador, apoyando una vez más esta Misión por Europa, la que necesita de muchísima Misericordia, más que Sudamérica. Pero de ustedes siempre deberá nacer el don de la compasión para que pueda nacer en sus hermanos que están aquí y que vivieron guerras terribles por los errores cometidos en el pasado.
Todo es una consecuencia, todo es una causa y es un efecto. Los hombres se alejan del Amor de Dios, muchas veces por miedo o por desconfianza. Pero una vez más, Yo vengo a ofrecerle al mundo Mi Corazón como un fuego de amor transformador que pueda transfigurar sus células y átomos, sus mundos internos y almas, para que se pueda realizar el Plan de la Redención en la humanidad y en todo el planeta.
Públicamente no pudimos estar aquí, porque el silencio y la no exposición hacen al camino del apóstol para que se pueda reencender el impulso espiritual que fue dejado aquí, en Medjugorje, a través de su Madre Celeste hace tantos años y para que ese impulso se pueda renovar espiritualmente, de tiempo en tiempo, a fin de que Europa Oriental también reciba Misericordia, así como la reciben ustedes todos los días cuando rezan e invocan a la Misericordia de Mi Corazón.
Hoy se reunieron en Mi Nombre, a pesar de sus purificaciones y pruebas, a pesar del tiempo decisivo y definitivo en el que un gran portal de luz se abre en el Corazón del Universo para que puedan asumir más responsabilidades en el nombre de su Maestro y Señor, a fin de que el mundo reciba más ayuda y más Misericordia para que la Obra se expanda en la Tierra y se una a otras Obras que provienen del Señor, el Todopoderoso.
De esa forma, el mundo reconocerá que todos somos Uno en Dios.
Traigo este mensaje no solo para ustedes, sino también para todos sus hermanos que apoyan este momento y que forman parte de la Confraternidad de Mi Corazón, llevando en su pecho estampada la alianza perfecta con el Padre a través de la Estrella de la Hermandad Divina, la Estrella que una vez el rey David visualizó.
Es así que hoy se cumple, nuevamente, un principio. El Universo espiritual se une al Universo material para que se cumpla la Voluntad de Dios.
Este paso por Medjugorje ha sido importante para su Maestro y Señor porque es el tiempo de estar también aquí, en Europa Oriental, para dar a conocer la Misericordia de Mi Corazón y el poder de la oración transformadora que abre las puertas de los Cielos para los que creen en ella.
Los animo a seguir caminando Conmigo y por Mí. No hay nada que les falte. Mi Madre los protege y los cuida como también protege este santo lugar, en donde Su reinado de Paz se dio a conocer al mundo al igual que Su Corazón Inmaculado en Fátima.
Celebren este momento y esta oportunidad de reflexión, de ampliación de la consciencia, esta Gracia de darse más a Dios en la entrega y en la confianza.
Me voy de aquí con un alivio en Mi Corazón, sabiendo que en alguna parte del mundo Me escuchan y cumplen, con esperanza, Mis Proyectos que aún son desconocidos y que vienen del Cielo.
Los bendigo en el nombre de la Paz Celestial y en el nombre del Amor, a todos.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos:
Finalmente, llegaron a uno de Mis santuarios espirituales de Luz, lugar en el que Yo le revelé al mundo la faz de la Reina de la Paz, hace más de treinta años.
Pero todavía, sigo llamando a Mis hijos al camino de la conversión, porque la conversión no es solo convertirse a Dios y a Mi Hijo. La conversión, hijos míos, es vivir y llevar adelante una nueva vida, realizando cambios notorios y transformaciones profundas en la consciencia.
Por eso, aún vengo a Medjugorje para pedirle al mundo que cambie verdaderamente. Dios espera que ese cambio también se refleje en la vida cotidiana y espiritual.
Muchos de Mis hijos ya dieron el paso, a través de Medjugorje, pero pocos alcanzaron la realización de la meta espiritual a través del impulso interior que recibieron.
Yo traje para Mis hijos la posibilidad de abrir la consciencia a la verdad y les entregué el camino de la Paz para que encontraran la puerta hacia la Verdad Suprema.
Es una alegría reunir, en los planos internos, a los diferentes videntes bajo la guarda de la Madre de Dios, porque es importante que los instrumentos reflejen y espejen lo que Dios le está pidiendo a la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Recen Conmigo.
Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente
y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo,
Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los sagrarios de la Tierra
y en reparación por todos los ultrajes,
sacrilegios e indiferencias
con que Él es ofendido,
y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón,
y del Inmaculado Corazón de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén.
En esta noche de San Juan, vengo a buscar la paz para el mundo y, principalmente, la paz en los corazones que la pierden en el correr del tiempo.
Vengo a buscar la esencia de la paz en Mis hijos, porque sé que Dios la colocó desde el principio, donde fueron gestados como esencias.
Es esa paz que ayudará al mundo, a todas las naciones, como también a todos los pueblos.
Como hace treinta y cinco años atrás, hoy vuelvo a repetir: queridos hijos, sean la paz para estos tiempos. Sean el amor para los tiempos que vendrán, así Mi Hijo podrá estar presente entre ustedes, porque Él encontrará un regazo, una morada y un corazón, en donde podrá entrar y vivir.
Si ustedes no gestan esto, no solo a través de la oración del corazón, sino también a través de los buenos actos que puedan atraer la paz al mundo, ¿quién podrá sobrevivir, en estos tiempos de caos, a los grandes cambios que se avecinan en la consciencia planetaria, y sobre todo en la humanidad?
Necesito, queridos hijos, que sean conscientes de lo que les digo, que ya no dejen pasar Mis palabras como el viento, porque cuando vean que las cosas sucedan recordarán lo que hoy les digo, porque solo como buena Madre busco su bien; el bien para el mundo y el bien para las almas.
Si al menos uno de ustedes, que representan hoy a tantas naciones del mundo, realizara este gesto de amor y de caridad, de buscar por encima de todo la esencia de la paz y del bien, nuevamente Yo podré decir, queridos hijos, que no solamente contaré con sus almas, sino que también contaré con soldados de la oración, que a pesar de lo que suceda a su alrededor podrán corresponder al llamado divino.
Después de treinta y cinco años en Medjugorje, traigo estas palabras simples para todos Mis hijos del mundo. Hoy no les revelaré grandes misterios del Universo. Necesito que comiencen a vivir las cosas simples; que gesten entre ustedes una verdadera y nueva humanidad, que pueda estar a la altura de los acontecimientos.
Queridos hijos, hoy como Madre y Reina de la Paz, no vengo a pedirles cosas imposibles, ni tampoco cosas inalcanzables. Comiencen a practicar los buenos actos en el día a día. Obsérvense a sí mismos y también cómo actúan con sus semejantes. Si en esas cosas ya están fallando, ¿cómo podrá aproximarse el Reino de Dios al planeta?
En verdad les digo, queridos hijos, imponiendo Mis manos de Luz sobre ustedes, suplicando a Mi Hijo amado, les pido que comiencen a hacer cosas buenas, porque eso repercutirá en la humanidad de estos tiempos.
Quiero que Me acompañen en Mi dolor, que acepten Mi dolor y que lo vivan por el mundo, porque este dolor proviene de la humanidad. Es un dolor profundo y desconocido, que sus almas tal vez no soportarían, pero Mi Gracia todo lo permite. Si ustedes viven ese dolor junto a Mí, Yo tendré justificaciones para poder seguir intercediendo por la humanidad y también por los Reinos de la Naturaleza.
Necesito que encuentren en sus caminos, una llave, una salida, una pronta solución a todo lo que viven en estos tiempos. El Universo no solo gira en torno a ustedes. El Universo, como es infinito y amplio, también tiene muchas necesidades que deben ser respondidas en estos tiempos finales. Su planeta y toda su humanidad están enfrentando esta última transición, algo que sorprenderá mucho a todas las almas, de la noche a la mañana. Pero si adoran al Corazón de Mi Hijo, presente en el Santísimo de la Eucaristía, y si oran el Rosario conmigo todos los días, Yo podré ayudarlos, queridos hijos, a tomar verdadera consciencia y discernimiento de lo que está bien y de lo que no está bien.
Les vuelvo a repetir: después de treinta y cinco años en Medjugorje, las almas no Me han comprendido completamente. No solo llegué a Medjugorje por la ex Yugoeslavia o por las repúblicas separadas, o por los corazones desunidos. También vine por el mundo, para traer la paz, para traer la calma y la serenidad que hoy no habita en muchos corazones.
Ustedes queridos hijos, que a través de los años y de las peregrinaciones han aprendido a ser consecuentes con Mi llamado, les pido un esfuerzo extremo, una dedicación mayor, por muchas almas en el mundo, que están sumergidas en el sufrimiento y en el caos, en las malas relaciones que acontecen entre las naciones del mundo. Porque al final, los más inocentes son los que pagan las consecuencias.
Los invito a colocar su mano sobre el corazón y a sentir una a una Mis palabras. El Señor necesita que despierten a nuevos conocimientos, para poder comprender en estos tiempos difíciles la grave situación planetaria.
Llego hoy a esta parte de Europa, tan cercana a Europa oriental, para unir Occidente y Oriente; para unir creencias, culturas, lenguas y naciones, por el bien de todos; por un propósito infinito, que muchos desconocen en este tiempo.
Quisiera seguir, queridos hijos, donándoles Mi Paz, porque sé que les hará mucha falta para vivir su transformación en este tiempo; para enfrentar los cambios de la humanidad y del mundo, y para percibir, por encima de todo, dónde se encuentra la verdad, para que así se aparten del engaño y de la ilusión.
Quisiera que sus ojos internos se abrieran más. Y eso será posible, amados hijos, en la constancia de la oración, en la propagación de la fe y en las buenas obras de amor y de caridad, hasta en los más pequeños detalles; hasta con sus semejantes, en donde también se encuentra el servicio y el espíritu incondicional del amor.
Si ustedes, como esta parte de la humanidad consciente hace ya casi diez años, no tienen buenos ejemplos, buenas relaciones de amor, de hermandad y, principalmente, de fraternidad, ¿cómo creerán, queridos hijos, que el mundo se podrá curar de tan agonizante enfermedad que emerge todo el tiempo de esta superficie, de la consciencia de todas las almas que pierden el sentido de su camino espiritual, de su propósito de haber encarnado en este tiempo y en este ciclo?
La vida no es solo material, no termina aquí. La verdadera vida, la verdadera existencia se encuentra en lo desconocido, en las estrellas, en el Universo, en su interior.
Les pido a Mis hijos que ya no cieguen más sus caminos, porque en poco tiempo no podrán ver la realidad que estará ante ustedes, desarrollándose de una forma precipitada.
Al fin espero que puedan sentir como siente Mi Corazón Inmaculado, que acoge el sufrimiento del mundo, el calvario de las almas y toda la maldad que viven los Reinos de la Naturaleza. Si la Creación, que forma parte de este planeta, sigue siendo alterada, ¿cuál será el fin de este mundo?
Por eso vengo a anunciar Mi buena nueva: Que es posible vivir un cambio en la consciencia; cambio que se puede reflejar en todos sus seres, como en todos sus actos, cuando estos son verdaderos y transparentes. Sean cristalinos de corazón y podrán ser receptáculos de Mi Divina Paz, para que esta se expanda en el mundo y así transforme sus seres completamente.
Medio Oriente sufre las consecuencias de la guerra y muchos no quieren mirar hacia esa realidad. Venezuela sufre las consecuencias de las malas acciones y Mi Corazón se acongoja al ver que las demás naciones no hacen nada. Sé, como Madre, que ciertas naciones son gobernadas por un falso poder, por la falta de amor, de generosidad y de consideración para con los otros.
No me olvido de los que Me piden diariamente por intercesión, así como lo hacen Mis hijos de Venezuela. Dios está dejando que la nación aprenda de sus propios errores. Pero crean que eso pronto terminará, porque todos los días Me coloco ante el altar del Creador, de rodillas, para implorar por Mis hijos de Venezuela, así como por los demás hijos del mundo, que silenciosamente sufren la falta de paz.
Pero recuerden que el mal no vencerá. Él será derrotado por San Miguel Arcángel. Le he encomendado a este Santo Padre Creador, su definitiva intervención por Venezuela. ¡Ay de aquellos que no se rindan a Él y no pidan perdón, ni tampoco hagan penitencia! Dios quitará el poder a los soberbios y dará sus tesoros a los más humildes. No habrá bandera ni nación que se pueda oponer al Estado universal del Creador.
La Ley está siendo intervenida. Que los corazones se preparen para el cambio total. Que todos sigan orando el Rosario para que se alcance la paz y el fin de los conflictos en el mundo. La hora más aguda del planeta indica la aproximación de Cristo, Mi amado Hijo. Él trae en Su Mano el Cetro de la Redención, el cual golpeará fuerte sobre la Tierra, para que las raíces de la adversidad sean disipadas. No habrá criatura o consciencia opuesta a Dios, material o espiritual, que se pueda oponer a Cristo.
Dichosos y alegres serán los que, a pesar de las consecuencias, crean en la gloriosa venida de Cristo; primero en sus corazones y vidas, y después en Su descenso glorioso al mundo. Que los tenebrosos se preparen para perder su reinado. La espada de la Luz de Dios cortará, de Oriente a Occidente, todas las influencias del mal. No habrá quien se resista a ello.
El amor es más fuerte y poderoso y él será vivido por todos los corazones que crean en Él, hasta el fin de sus días. Porque en el horizonte nacerá la nueva aurora y verán brillar en el cielo a la Mujer vestida de Sol, lanzando hacia la Tierra Su Corona de Estrellas, para iluminar los caminos de las doce tribus de Israel. Todo en la Tierra pasará, pero las palabras de Cristo, siempre y eternamente reinarán.
La Vigilia de Oración evita acontecimientos agudos y disminuye la gravedad de los acontecimientos, de las guerras y de los conflictos que hoy suceden en el mundo. Cuando no viven la Vigilia de Oración mensualmente, y por alguna causa la sustituyen por otras cosas, recuerden la responsabilidad de ese peso, de no estar respondiendo con todo su corazón y alma a esta oportunidad de conceder al mundo Mi divina intercesión.
Que todos los pueblos canten la Gloria de Dios. Que suenen los campanarios del Universo; que los ángeles desciendan a la Tierra y llenen de gozo y de júbilo a las almas, porque el Todopoderoso ha escuchado la voz de Su Sierva y las almas más caídas hoy fueron sacadas de su propio infierno.
La Señora de Coromoto, vigilante, silenciosa e invisible en lo alto del Ávila, acompaña a Sus hijos de Venezuela y les indica el camino con Su Estrella Guía, para que finalmente terminen ese cautiverio. Que así sea.
Hoy he traído a Mi lado a San Juan, el Bautista, aquel que anunció la venida del Mesías hace más de dos mil años atrás; aquel que intentó corregir a la humanidad, por medio de la Ley de Dios, de los Mandamientos, de los buenos ejemplos, de la transparencia.
Este profeta y sacerdote, hoy a Mi pedido bendecirá esta agua, para así efectuar el sacramento del Bautismo, que será vivido especialmente a través de esta pequeña alma, que será bendecida en nombre de todas las almas del mundo y, especialmente, de los que han recibido la gracia de haber sido bautizados algún día. De esa forma renovaremos la alianza con la Santísima Trinidad.
El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo estarán presentes en esta agua, para despertar la alianza interior, entre las almas y Dios.
Esta noche de San Juan Bautista, renovamos espiritualmente el sacramento del Bautismo en todos los que se unen a él internamente.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les agradezco por responder a Mi llamado y por siempre buscar la esencia de Mi Paz.
He venido del Cielo para traerles Mi Paz y Mi Esperanza.
Esto es motivo de Mi Alegría al ver tantos hijos que hoy se consagran ante Mi Corazón, para hacer triunfar Mi plan en el mundo, que son los Planes de Dios, en esta humanidad y en este planeta.
Hoy abro las puertas de los Cielos para cada uno de ustedes, hijos Míos, para que puedan ingresar, en consciencia y en devoción, al Gran Reino de Fátima que espera despertar en ustedes la pureza original.
Ustedes saben, hijos Míos, que Europa necesita de esa pureza. Esa pureza debe estar en todos los corazones que aquí viven, para que la Obra de Mi Hijo pueda seguir adelante.
No se cansen, queridos hijos, de escuchar Mis palabras, pues hoy Yo les traigo el signo de Mi estrella de Luz, aquella estrella que indica el nuevo tiempo en la humanidad y que Yo, una vez, hice aparecer en Fátima, a los pies de Mi Manto.
Esa estrella indica que el tiempo de la purificación de los corazones está llegando, para que limpios de toda mancha, puedan ingresar en el Reino de Dios y nunca más estar separados de la verdad que habita en los mundos superiores.
Queridos hijos, hoy finalizo Mi peregrinación por Europa. Y a partir de este momento, estaré sembrando un nuevo ciclo cuando retorne una vez más aquí, para abrazarlos y consolarlos, para que sus corazones se curen definitivamente y ellos se postulen para esta Obra Redentora que ofrece Mi Hijo para cada corazón humano.
De la misma forma, queridos hijos, que hoy estoy unida a cada uno de ustedes y a través de Mis palabras, preparando vuestra verdadera consagración, estoy unida a cada uno de Mis hijos en el mundo, a cada luz que surge de cada Centro Mariano y que se une a Mi Corazón en este momento, para que Mi Obra se pueda expandir en el mundo espiritualmente y así, en todas las almas que más lo necesitan.
Es de esa forma, queridos hijos, que a través de sus almas y corazones Yo estoy tejiendo esa Red de Luz que se expande por todos los continentes de este planeta, para reforzar la alianza de los corazones con Dios y así con su Propósito Divino, que hoy vengo a ofrecer amorosamente para cada uno de ustedes.
Extendiendo Mis Manos hacia ustedes, nuevamente derramo Mis Gracias, así como las derramé en la Argentina, una Gracia para cada uno de ustedes; lo que más necesitan en esta vida y para este camino espiritual, que Yo los invito a vivir Conmigo, por medio de la oración y de la fe que hoy deben profesar sus corazones, como el mayor testimonio de amor del triunfo de Mi Corazón Inmaculado aquí, en Portugal y en Europa.
Vine a esta ciudad, una vez más, para decirles a Mis corazones, a Mis pequeños hijos, que ya se iniciaron en esta tarea espiritual hace tantos años, que deben renovarse, que deben dar el paso, para que muchas más almas se puedan aproximar aquí y no solamente Portugal reciba la Gracia de Mi Corazón, sino todas las almas que están en Europa, esperando por ese despertar, por ese paso definitivo, que en esta encarnación vinieron a vivir.
Es de esa forma, queridos hijos Míos, que Mi estrella de Luz se posa a los pies de Mi Manto y revela ese signo para todos.
Los nuevos cristos deben despertar, ser los nuevos legionarios del Señor, que vivan Su Palabra, Su Testimonio de Amor, Su Propósito en cada uno de ustedes. Es así que transmitirán a todo el planeta ese impulso espiritual que hoy les traigo a través del Sagrado Corazón de Jesús.
Queridos hijos, llegó esa hora de que firmen ese documento espiritual en el libro sagrado de Mi Corazón, donde sus nombres están escritos desde hace mucho tiempo, para que junto a Mí, unidos a Cristo vuestro Señor, cumplamos esta Obra Redentora del fin de los tiempos.
Necesito que salgan de sus casas a buscar a los corazones que más necesitan de Luz, necesito que sean Mis brazos y Mis manos en esta hora, para llevar adelante esta Obra de la Redención de las almas.
Sus corazones están llenos de instrucciones, pues las han recibido a lo largo de los años, a través de Mi Hijo fiel, que Yo traje para ustedes, para que pudieran crecer interiormente y aprender a vivir en la hermandad.
Queridos hijos, hagan lo que les pido, y no se arrepentirán. Las almas deben aproximarse aún mas a Mi Corazón, ser la luz en estos tiempos de tinieblas. Por eso Yo les traigo y les presento este propósito, propósito divino a los Ojos de Dios, que debe ser cumplido por cada uno de ustedes.
Es así, queridos hijos, que Mi Obra no solo estará en América, sino también más allá de Europa, porque deseo llegar a los corazones de Asia, del Lejano Oriente, que necesitan de Mi Voz, del Abrazo, de Mi Consuelo, de Mi Corazón, de Mi Luz, para poder seguir caminando en esta hora crucial del planeta.
Ustedes tienen ese compromiso, queridos hijos, como consciencias europeas, de abrir las puertas para esos corazones que están tan lejos.
Será el idioma de sus corazones, el amor de sus espíritus y almas que abrirá las puertas para todos esos corazones, pues aún, queridos hijos, hay muchas almas que deben conocerme profundamente.
Yo no solo soy la Virgen María, soy la Madre del mundo, soy la Gobernante Mayor, soy la que rige sus vidas y almas, soy la pastora que conduce a los rebaños de Mi Hijo hacia el Templo del Corazón.
Por eso hoy estoy aquí, renovando sus votos antes de partir para América, para encontrarme con todos Mis hijos y unir a todos los corazones de Sudamérica y del mundo en el Centro Mariano de Aurora, donde el noveno año será vivido con todos, el aniversario en que Mi Consciencia llegó definitivamente a sus vidas.
Nueve ciclos se cumplirán y nuevas puertas se abrirán para que los corazones sean conducidos hacia su propósito.
Deseo, queridos hijos, que Me acompañen en esa gran convocatoria que hoy les hago de estar Conmigo en el Centro Mariano de Aurora, recibiendo un poco más de cura interior para sus espíritus, para todos sus semejantes, para toda la consciencia del planeta, que tanto necesita de servidores de la paz, de guerreros de Mi Corazón, que en su templanza, alcancen la redención.
Abriendo las puertas del Reino de Fátima, congrego a los corazones en el Amor de Dios y a todos aquellos que se unan a este momento, para que en esta amada Europa se pueda vivir y profesar la paz, como el propósito para estos tiempos.
Hoy vengo como la Señora de la Gran Estrella, para mostrarles Mi Signo de Luz que aún debe revelarse en los corazones simples que amorosamente siguen Mis pasos, con la vivencia de la oración, de la Paz, del Servicio y del Amor. Amor absoluto que los colma, que los renueva, que los redime, que los eleva al Corazón del Padre Celestial.
Yo soy esa Señora de la Gran Estrella, que trae para todos la revelación del Universo, de la verdadera Consciencia, la Consciencia Única de vuestro Padre que aún no es conocida por el mundo.
Fátima es una preparación para ese momento. Es así como doy continuidad a Mi Obra en este tiempo.
Después de haber abierto las puertas en Medjugorge, aquí, queridos hijos, doy continuidad a Mi Obra espiritual para que las almas sean consecuentes con Dios y así como lo he pedido a lo largo de los tiempos, por medio de diversos videntes, la humanidad pueda cumplir lo que en verdad vino a realizar, para que pueda nacer la Nueva Humanidad.
Es a través de los hijos que se consagran hoy, como los que ya se han consagrado a través de las apariciones, mes a mes, de tiempo en tiempo y de ciclo en ciclo; es así que Yo instituyo, queridos hijos, las semillas de la Nueva Humanidad que brotará en el próximo tiempo. Esta es la señal que trae Mi gran estrella, la promesa que al fin se cumplirá en cada uno de Mis hijos, siempre y cuando sean consecuentes con todo lo que Yo les pido.
Ustedes, queridos hijos, son partes de Mi Obra celestial y mundial. Son piezas de este gran puzle que Yo vengo a reconstruir en el mundo, después de que Mi adversario lo destruyó.
Yo vengo a concretar en sus vidas el verdadero propósito para sus almas, la tarea que deben realizar Conmigo en esta convocatoria universal que hoy hago para todos.
Y este momento que comparten con Mi Corazón Inmaculado, también servirá para aquellos que se consagrarán en el futuro, asumiendo su compromiso fiel Conmigo de hacer todos los esfuerzos, de cumplir Mis designios, de cumplir la Voluntad de nuestro Dios, del Altísimo Padre.
Sobre este árbol, dejo la presencia de Mi Amor por todos los Reinos de la Naturaleza. Aquí dejo la señal, en este pequeño árbol, de que los Reinos deben ser reverenciados y que también ellos necesitan de sus oraciones.
Ustedes, queridos hijos, como una única raza, están aquí y han estado aquí hasta este tiempo, dentro de este planeta tan amado por nosotros, porque los Reinos Menores han generado esa Gracia para todos.
Ustedes saben que ellos sufren mucho la consecuencia de la acción humana, la destrucción, la blasfemia, todo lo que el hombre realiza en contra de su evolución. Y aún así, queridos hijos, ellos siguen donándose por ustedes y para ustedes hasta el fin de los tiempos, hasta que retorne Mi Hijo.
Díganle a los hombres injustos que no destruyan la Naturaleza, que cuiden de los Reinos, que no asesinen a las ballenas.
Están destruyendo, queridos hijos, la evolución de la Creación de Dios y ese es uno de Mis profundos dolores por la falta de consciencia, sobre todo por la falta de amor.
Díganle a toda Europa, y mas allá de ella, que cuiden de los Reinos Menores, que siembren códigos de luz, a través del servicio a cada uno de ellos. Así, en el día del Juicio final no serán juzgados porque habrá actuado la Misericordia de Mi Corazón.
Alguna vez se han preguntado, queridos hijos, ¿por qué Yo anhelo tanto estar sobre los árboles? Les dejo este símbolo para que lo mediten.
El árbol representa la Sabiduría de Dios y ustedes, como seres humanos, inconscientes, destruyen esa sabiduría espiritual que el Reino Vegetal revela al mundo.
Muchos de los que no están hoy aquí, que fueron precursores de esa destrucción a través de los tiempos, tomaron consciencia de todo esto, después de haber partido de la Tierra.
Rezo por ellos, por las almas del purgatorio, para que puedan alcanzar la Luz del Reino Celestial.
Que ustedes, queridos hijos, no sigan los mismos caminos. Adviertan a todos los corazones, principalmente a los más injustos, que están a tiempo de cambiar su actitud.
Las ballenas lloran por las consecuencias de los hombres. Recuerden que Soy la Madre del mundo, la Madre Naturaleza.
Y cuando la Naturaleza es destruida por el hombre, están destruyendo Mi Consciencia. Pero Mi Amor, que es más infinito, poderoso que todos los errores del mundo, trae la Gracia de despertar sus consciencias y las consciencias de sus hermanos, para esta magnífica Obra de la Redención de los corazones de todos los seres de la tierra.
Recemos:
Madre del Cielo, Madre Tierra
intercede por nosotros y por los Reinos.
Una más:
Madre del Cielo, Madre Tierra
intercede por nosotros y por los Reinos.
Amén
Recuerden que las ballenas son la consciencia madre para el planeta. Ellas acogen, en su pureza original y en su inocencia, a todos los seres de la Tierra; porque ellas equilibran los océanos, y también a todas las consciencias mentales. Recuerden esta instrucción.
Y ahora, queridos hijos, junto a Mis ángeles, celebraremos este momento de consagración de asumir este compromiso Conmigo, de ser portadores de Mi Paz y de Mi Gracia para toda la humanidad que tanto lo necesita.
Y así, bendeciré los objetos sagrados que han traído a Mi Altar para que sean entregados a los que más lo necesitan. Así trabajarán su desapego, porque Mi Gracia los colmará más allá que los objetos.
Sean misericordiosos como el Padre es Misericordioso con ustedes.
Lleven la paz a todos los que la necesitan y no se olviden que el prójimo debe estar primero en sus vidas.
Que vengan aquí los que hoy se consagrarán como "Hijos de María".
Mientras las puertas aún se abren, que canten el himno de su consagración.
Flores de luz son derramadas...
Ave María... (x3)
Mis muy queridos hijos, hoy dejo la Gracia de Mi Corazón para que ella se plasme en sus vidas como el mayor testimonio de su conversión y como respuesta de sus corazones al llamado de Mi Hijo, Jesucristo.
Ante la autoridad que el Padre me concedió y desde todos los coros de Lys con todos los ángeles del cielo, bendigo a cada uno de sus corazones y familias, instaurando la paz y el bien en cada uno de Mis hijos, la renovación y la esperanza de todos los corazones de Europa para que cumplan el propósito de seguir el camino hacia su liberación y redención en el momento en que retorne Mi Hijo, glorioso y victorioso entre las nubes.
Coloco Mi mano sobre sus cabezas, rezando a Mi Hijo.
Yo les agradezco por responder a Mi convocatoria y por ser portadores de la paz celestial que es posible vivir en estos tiempos.
Los amo, los bendigo y los abrazo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Y ahora estando consagrados, proclamen este himno en unión a todos los "Hijos de María" en los cuatro puntos de este mundo.
Vayan en paz.
Les agradezco por haberme ayudado a cumplir con esta peregrinación y recuerden que prometo retornar, cuando así Dios lo decida.
¡Les agradezco!
Hoy, estoy aquí con todos los ángeles del Cielo para bendecirlos y amarlos.
Y aunque las almas estén perdidas espiritualmente, Mi Corazón Inmaculado nunca desiste, porque Mi promesa delante de Dios es continua y victoriosa.
Mi Plan se cumple en todos los que Me escuchan y no dejo de abrir las puertas de Mi Corazón para aquellos que se pierden.
Y aunque ya no esté la confianza de Dios en los perdidos, Yo la recupero a través de Mi Amor, de Mi Gracia y de Mi Luz; por eso, hijos, nunca deben bajar los brazos.
Lo que Yo les ofrezco en este tiempo es único, nunca más se ofrecerá hasta el próximo mundo.
Mi Gracia todo lo permite y la Gracia de los ángeles también.
Por eso Yo Soy esa Aurora que brilla en el corazón de los autoconvocados para seguirme en esta Obra coredentora con Mi Hijo amado.
Yo Soy esa Estrella que nunca deja de brillar en los espíritus que creen en ella y la admiran, porque Yo, queridos hijos, no hago las cosas por Mí, sino que es Dios quien las hace, a través de Su Sierva fiel y de sus peregrinos.
Yo vengo desde las esferas celestiales a encontrarlos y amarlos cada día más.
Yo vengo a construir en ustedes algo nuevo que aún desconocen. Por esa causa Yo estoy aquí, queridos hijos, por ustedes y por Mis hijos del mundo.
Vengo con toda Mi bondad, para acogerlos, para escucharlos y responderles, en la presencia de la Luz de Dios y de Su Reino.
No quisiera, queridos hijos, que nadie perdiera esta sagrada oportunidad. No puedo mostrarme más a ustedes, porque no tengo el permiso.
Mis Gracias ya fueron depositadas físicamente a través de los tiempos y ustedes lo han podido comprobar.
Ahora Mi Espíritu Divino viene a ustedes para llamar a sus espíritus, que tienen una misión especial Conmigo.
No estoy aquí, queridos hijos, para hacerles perder el tiempo. Por eso aún vengo a Aurora, porque Dios Me envía como Su Mensajera, una y otra vez, hasta que consigan escuchar en lo profundo de sus corazones.
Espero que cumplan Mis designios sin demora, porque los tiempos son urgentes para todos y especialmente para los que sufren y no reciben ninguna Gracia.
Será a través de los apóstoles de Mi Hijo, que Yo podré preparar al mundo para la segunda venida del Maestro. Si ustedes no preparan los campos hacia donde Yo los envío a trabajar queridos hijos, ¿cómo brotarán nuevas semillas en los corazones que están cerrados?
Cada uno de ustedes tiene una llave para con Mi Obra y Yo se las entregué. Ella es la oración.
Es la oración que los formará, es la oración que los unirá a Nuestro Padre que está en los cielos y que siempre los espera con Sus brazos abiertos, para recibirlos y hacerlos sentar en Su amado Trono de Luz
¡Cuántas almas no quieren ver esa oportunidad y demoran, demoran mucho, queridos hijos!
¡Cuántos corazones aún no quieren cambiar su forma de vida y no aceptan encontrar el verdadero Amor de Mi Corazón, que viene para auxiliarlos en este tiempo final!
Por eso en este siglo necesito de soldados comprometidos, decididos y fuertes, para responder a Mi llamado.
Vengo para hacerlos crecer en el amor y en la hermandad, en la unidad y en el espíritu de esta sagrada tarea que Yo les encomiendo.
Cada Centro de Luz que Yo he fundado tiene un propósito, aún cumple una misión ante el Plan del Señor.
Así como es en Fátima, lo es aquí en Aurora, como lo es en Medjugorje, o en Guadalupe. Cada nación tiene una llave que Yo le he entregado, a través de Mis diferentes faces, para que los pueblos aprendieran a aceptarme y a recibirme en el amor.
Pero Yo Soy la misma, queridos hijos. Soy la Madre de Jesús, de su Redentor.
Soy Aquella que ascendió a los cielos para implorar a Dios por este mundo y que regresará después de Su Hijo, abriendo las puertas del Reino de Dios para los que han persistido a través de los tiempos.
Soy la que con Mi Hijo ayudaré a resucitar a los muertos, a elevar a los espíritus y a convocar a los que se han perdido para vivir en el Amor de Dios.
Soy la Gobernanta de la nueva raza.
Soy la que enciende la llama en los corazones que invocan Mi Presencia, porque es la Presencia de Dios en Mi aspecto virginal.
¡Necesito que entiendan y comprendan, queridos hijos, a quién están recibiendo!
Yo Soy una portavoz del Universo, que viene a advertir al mundo, para que él no se pierda en la oscuridad.
Ustedes deben ayudarme a que el mal no triunfe en ningún corazón humano.
Cada vez que oran Conmigo una puerta incierta se cierra a la oscuridad y un alma se eleva al Reino de Mi Amor y de Mi Paz.
Así, queridos hijos, Yo peregrino por el mundo para llamar a los que están dormidos; para los que no Me han podido ver, ni sentir en sus corazones.
Aurora tiene una tarea fundamental Conmigo, que es intransferible. Y ella debe cumplirse cueste lo que cueste, porque a pesar de los tiempos de batalla, Yo les daré la fortaleza y la sustentación, por medio de la oración del corazón.
Les entregué, queridos hijos, la gran herramienta de la humildad para las almas y el escudo contra toda adversidad.
Aunque las bestias estén por caminar sobre la humanidad y entre los pueblos, no tengan miedo. Quien se une a Mí, se vuelve un gran Espejo de oración para el mundo e irradia la paz, cuando la acepta vivir de corazón y de verdad.
Yo necesito, queridos hijos, que abran sus corazones para el olvido de sí, porque el mundo está lleno de sí mismo y no quiere aceptar que eso lo hace hundir, día a día.
Necesito que se abran al Amor de Dios, para que puedan conocer la majestad de Su Plan y de Su Obra redentora en estos tiempos.
Cuenten con sus ángeles y llámenlos todo el tiempo. Ellos aún anhelan poder servirlos en este tiempo final. Es hora, queridos hijos, de que perciban que no están solos en este mundo y que cuentan con el Universo Celestial.
Cada vez que vengo aquí, como en cada Aparición, de San José o de Mi amado Hijo o de Mi Corazón, abrimos las puertas del Cosmos para que cada día se puedan elevar y abandonar esta vieja materia, que corroe el espíritu y a los corazones.
Por eso la Aurora los liberará, aunque su presencia sea silenciosa en estos tiempos.
Somos una Hermandad Celestial que los llama a servir al Plan de Dios y a manifestar sus designios en este tiempo, para que más corazones puedan participar conscientemente de su redención y rehabilitación.
Quisiera que pudieran ver el Universo, así como Yo lo veo, todo el tiempo.
Dios no los castigará por no poder responder. Pero sepan hoy, queridos hijos, que saben Mi Verdad, que es la Verdad que Yo deseo para cada hijo Mío, que es el amor que Yo necesito que vivan y que practiquen, para que la humanidad no fracase por su desamor y por su indiferencia.
Mis Ojos los observan en contemplación y en unidad al Padre. Mis manos derraman su Luz a las tinieblas de la Tierra, para poder disiparlas.
Mi Corazón brilla como un escudo protector para los corazones que lo aceptan.
Y el triunfo de Mi obra corredentora junto a Mi Hijo, se establece en los corazones que se redimen y dicen "sí".
Este es el mensaje, queridos hijos, que hoy deseo que escuchen con atención y que lo vuelvan a escuchar en estos próximos días, para poder sentir cada una de Mis Palabras, y más aún, Mi Energía, que es la Energía de Dios, su Padre que está en los cielos y los espera.
Sientan en esta hora el abrazo de los ángeles y de su Gracia y den gracias a Dios todos los días por haber despertado a Mi llamado en este tiempo final, tan crítico.
Hay almas que desesperan y que son torturadas.
Hay almas que sufren en la soledad y en silencio, sin que nadie las contemple.
Hay almas que mueren sin sentir el amor y Reinos de la Naturaleza que sufren las consecuencias de los hombres.
¿Quién aliviará el dolor de su Madre Celeste?
¿Quién aceptará vivir esta aflicción Conmigo y transformarla en amor y en luz para que triunfe el Padre Celestial?
Les pido, hijos del mundo que no cierren las puertas a Dios, porque Él Me envía para que lo escuchen y lo acepten.
No teman a la tribulación, al fracaso. Vivan la penitencia, la oración y el arrepentimiento y alcanzarán, queridos hijos, con Mi ayuda, la santa humildad, en el último día de sus vidas.
Y así, cuando todo termine aquí, en esta amada Aurora, elevaré hacia los cielos los Pergaminos de Luz, donde estará escrita su experiencia Conmigo y la oferta de este sacrificio de amor por la humanidad.
Hay almas que creen que no es necesario esforzarse por este mundo sufriente y perdido. ¿Acaso, hijos Míos, cuando Dios Me envía, Yo no les he demostrado la constancia de Mi Amor, de Mi Misericordia y de Mi bondad para con todos?
Si Yo Soy para ustedes su Gracia plena ¿por qué no hacen lo mismo que Yo hago por cada hijo del planeta?
Solo les pido, como les pidió Mi Hijo, que cada día más aprendan a amarse los unos a los otros, porque quien no pasa por esa Ley, no soportará su purificación.
Los invito a sentirse unidos todo el tiempo, a través de Mi Corazón Inmaculado, que es la casa que se abre para que ustedes puedan entrar y sentir la paz. Así ,queridos hijos, Me agradarán y como en otras Apariciones pasadas a través de los tiempos, podré elevar al Cielo el Cetro del triunfo de los corazones redimidos.
Y nuevamente les digo, que por este esfuerzo sincero, Mi Inmaculado Corazón triunfará.
Les agradezco y bendigo a su Madre, aquí en la Tierra, con el soplo de Mi Amor y de Mi Espíritu.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
A pedido de Nuestra Señora vamos a escuchar "Encuentro con María en el corazón".
El Apostolado de María
Mi Espíritu Inmaculado proviene de la Luz del Corazón de Dios; desde allí surgí en esencia divina y casta y llegué a la Tierra para cumplir una gran misión, la de ser Madre del Hijo de Dios y después ser Madre de la Humanidad.
Aprendí en pureza a través del santo amor; de ese amor divino nacieron los dones del espíritu, aquellos que ayudaron a concretar la misión del Plan del Creador. A los ojos del universo espiritual y angelical Yo fui concebida y Dios gestó en Su Divino Pensamiento la proyección del amor materno, aquel amor intransferible que sería capaz de vencer el temor y la Cruz.
A los doce años, Yo ya Me encontraba obrando a través del ejemplo vivo de la Familia Sagrada de Ana y Joaquín. El antiguo pueblo de Israel fue concebido como esencia principal de vida, el pueblo era el que recibiría la venida del Mesías.
Los ángeles del Señor guiaron todo el Propósito; en sus oraciones se expandía el misterio de la Fe de Dios y en sus silenciosos trabajos se expresaba el servicio inmediato al mundo entero.
En aquel tiempo, el Padre Eterno acompañó el advenimiento de Cristo, por eso Mi santo vientre fue el receptáculo purísimo para recibir al Espíritu de Dios.
Cuando el Arcángel Gabriel descendió del universo a Mi encuentro, fue la primera vez que la luz más profunda de Adonai se volvió a expandir por toda la Tierra. Gabriel Arcángel fue quien anunció la palabra de salvación y de redención para el mundo. El Ángel del Señor trajo consigo los mundos superiores y, en Su presencia ante María, cambió las leyes de la humanidad volviéndola una raza redimible.
Cuando Gabriel Arcángel proclamó Mi Eterna Gracia, Mi Consciencia fue en ese momento la columna de luz que depositó la nueva consagración para todas las mujeres. María fue quien renovó en virginidad la esencia maternal en todo ser femenino y Ella fecundó en Su vientre la Misericordia Infinita de Dios.
Por eso, Mi Gracia no tiene fin; dichosa de aquella alma y de aquel corazón que proclame Mi nombre bendito.
Después de la Resurrección de Jesús, comenzó la expansión espiritual de la tarea de María. Les cuenta Mi Inmaculado Corazón, que cuando Cristo ascendió, la Madre de Dios en Su Gracia asumió la Obra como Corredentora junto a Su Hijo; y desde allí nacieron las vertientes de Misericordia Universal a través de los Sagrados Corazones de Jesús, de María y de San José.
En aquel tiempo Cristo Me confió a la humanidad entera, para que a través de la Gracia Maternal y del Amor Divino todas las generaciones, después de Israel, pudieran reconocerme como la Virgen, como la Madre de Dios, como la Intercesora de la humanidad.
Cumpliéndose la Anunciación del Arcángel Gabriel, Jesús desde los Cielos superiores Me encomendó guiar a la humanidad. Por eso, cuarenta años después de la Ascensión de Cristo, Mi Espíritu y Mi cuerpo se glorificaron durante la Asunción y más tarde se fundieron al Altísimo durante la Coronación universal.
El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo derramaron el poder de los dones de la Santísima Trinidad, para que ahora la Madre de Dios venciera a la serpiente del mal; aquella serpiente que desde los Adanes y las Evas desvió el proyecto del Padre.
Por eso Dios honró a Su humilde Sierva y la coronó con doce estrellas, para que desde los doce universos y desde los doce coros celestiales, Ella guiara el propósito redentor de Cristo para toda la humanidad.
También el Creador le entregó a la Madre del Mundo el poder de Sus Siete Espadas, para que a través del amor, de la cura, de la fe, de la reconciliación, del perdón, de la transmutación y de la liberación salve, por medio de Su Santa Gracia, a la humanidad hasta que llegue el retorno de Su Hijo.
Así, Dios le pidió a la Madre Santísima que fuese al mundo nuevamente, que revelara los secretos que permitirían la Redención y la Misericordia y que apareciera en todos los lugares y tiempos del mundo para anunciar a la humanidad la advertencia de cambiar.
En nombre de la Voluntad Suprema todo fue cumplido y, a lo largo de los siglos y de los años, la Madre de Dios ha venido al mundo para llamar a todos Sus hijos. Ahora la Mujer vestida de Sol viene con Sus Siete Espadas, las que son invencibles, para guiar a los rebaños de Cristo hacia el portal salvador.
Y ahora Mi Espíritu se encuentra aquí, entre ustedes, Mis queridos hijos.
¿Han comprendido después de siete años continuos por qué Yo todavía estoy aquí?
¿Han reconocido Mi principal mensaje y llamado?
En cada lugar del mundo que Yo he aparecido he dejado una advertencia y un pedido principal. Aquí, en el sur de América, después de Medjugorje, Yo vengo a completar Mi tarea de final de tiempo y advertir, al Uruguay y a las naciones hermanas, que deben seguir los pasos de Dios y no los de los hombres.
Por eso vengo en este último tiempo para consagrar corazones y soldados, a aquellos que se animen a ir Conmigo hasta los infiernos y salvar a todos los que se pierden segundo a segundo. Vengo para revelarles el poder de Mi Concepción y para demostrar a toda la humanidad, desde aquí, cuál era en verdad el deseo profundo y la Voluntad Infinita de Dios para esta raza.
Para que esos misterios sean conocidos por todos, Yo vengo como la Nueva Aurora, la que trae en Su regazo el nacimiento de la Nueva Humanidad.
Yo Soy la Madre de la Divina Concepción, la que les revela el Poder, la Misericordia y la Liberación que concibió el Santo Padre, el Hijo Primogénito y el Espíritu Santo. Dichosos de los que escucharon en esta noche Mi mensaje con atención y guardaron Mis últimas palabras de salvación para este fin de año.
Por eso, los que aún no se animaron a seguirme, ¡que Me sigan! Yo solo los llevaré a Jesucristo y Jesucristo los entregará en los brazos de Emmanuel.
¡Que se abran los Universos celestiales!
¡Que descienda en Gloria el Santo Espíritu de Dios!
Celebremos con gozo y plenitud, el día de la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad, para que la Iglesia de Cristo no pierda el llamado de Mi voz. Los tiempos llaman a la unificación de los credos, de los pueblos y de todos los corazones de la Tierra, eso los liberará pronto de todo mal.
Los bendice bajo la Luz suprema,
Vuestra Santa Madre María, Señora de las Siete Espadas y del Cono Sur
Queridos hijos Míos:
Con Gracia y Misericordia elevo sus corazones al Cielo, para ofertarle al Padre Celestial la hermosura y la belleza de sus vidas.
Hoy, por última vez, envío Mis Mensajes de Paz al mundo. Hoy se cierra un ciclo en el que la humanidad debió haber atendido a Mi llamado y escuchado Mi Mensaje de advertencia.
En esta noche de Gracias y de redenciones, he rezado por todos ustedes y he recibido en Mi regazo a sus esencias, que son de verdadera importancia evolutiva para su Padre Celestial.
Mientras el mundo coloca su atención en las cosas de la vida material, Yo vengo aquí con el objetivo y con la divina misión de que me lleven a sus casas como corredentora y Madre de todos los corazones. De esa forma ustedes, Mis queridos hijos, permitirán que Yo pueda interceder por sus semejantes para que también alcancen la redención del corazón.
Les pido, en nombre del bendito Amor de Dios, que lleven Mi Palabra sagrada a todos los lugares a donde vayan, así Yo también podré realizar Mis planes en las almas que día y noche se pierden en este mundo de ilusión.
Como Madre del Verbo Divino, Me anuncio a todos ustedes como una vez Me anuncié en Fátima, en Lourdes y recientemente en Medjugorje, porque Dios Me ha permitido aparecerme en todos los lugares que corren un verdadero riesgo espiritual.
Con este fin, en esta noche abro Mis brazos, los elevo al Cielo e imploro por la humanidad y por todos los Reinos de la Naturaleza que son ultrajados por esta raza. Vengo para retirarles la ceguera de sus ojos y para que a través de Mi cura universal y de Mi maternidad, ustedes puedan despertar al Retorno de Cristo, Nuestro Señor.
Mis ojos iluminarán sus caminos cuando tan solo oren Conmigo por los sacerdotes y consagrados, para que ellos consigan ser el espejo luminoso de la Faz de Mi Hijo Jesús; porque, hijos amados, esta humanidad se cierra a escuchar lo que viene del Cielo, para corregirlos y colocarlos en el camino de la paz.
Como Reina del Santo Rosario, les pido que recen Conmigo por Mis planes, antes de que el enemigo consiga convencerlos de vivir una vida de ilusión material.
Mis hijos, deseo que, desde aquí como desde todo el mundo, nazcan los apóstoles del amor y de la redención que podrán dar el fiel testimonio del regreso de Cristo.
Por eso, les pido que se consagren a Mi Inmaculado Corazón para que estén protegidos y resguardados de todo mal, porque cuando todos ustedes consigan abrir las puertas del corazón, Dios podrá entregarles Su Amor reparador y misericordioso.
Están a tiempo de tomar el rosario y de ponerse a orar por la paz, paz que no existe en el hombre ni en ninguna alma. Ustedes tienen la verdad entre sus manos. Recen con devoción, pidan perdón, reconcíliense a tiempo y serán dignos de vivir la cena redentora con Mi Hijo, el Sacerdote Mayor.
A través de Mi Inmaculado Corazón, les abro las puertas del Reino de Dios para que pronto se eleven en espíritu y disipen los códigos del mal de sus vidas.
Por su sí, Mi Inmaculado Corazón triunfará.
Agradezco la compañía grandiosa de todos Mis hijos durante estos tres últimos años de Gracias y de conversiones.
Los ama y los bendice,
Vuestra Madre María, Reina de la Paz y de toda la humanidad
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Yo vengo de los Cielos a anunciarles que la paz es posible en el fin de los tiempos.
Yo los reúno, en torno a esta Fuente de amor y de redención, para que sus almas y espíritus se puedan bautizar y, siendo liberados de todo pecado y falta, retomen el camino de la rehabilitación que han perdido.
Como Reina del Espíritu Santo de Dios, hoy derramo los siete Dones sobre este lugar, porque la Argentina tiene como misión espiritual manifestar los Dones de Dios en la Nueva Humanidad; y eso, primero comenzará en sus corazones, Mis amados.
Por eso, hoy Dios ha permitido que Mi Voz reverbere en sus esencias, para que ella haga eco en el interior de todos los que no Me escuchan; porque Mi verdadera misión entre ustedes, Mis pequeños, es que alcancen la cura espiritual en estos tiempos.
Muchos de ustedes ya dieron el gran paso hacia Mi Corazón. Por eso, en este día tan especial, tan sagrado y bendecido por Dios Padre, los Ángeles de Cielo y sus ejércitos de Luz congregan a todos sus Ángeles de la Guarda para que los ayuden a retomar el camino que han perdido en este ciclo.
Estoy construyendo un sendero de Luz entre las tinieblas y la oscuridad. Yo Soy el gran Sol para este mundo, la gran Estrella de la Mañana que se anuncia todos los días, emitiendo un Mensaje de Paz y un llamado a la profunda redención del corazón.
Yo los necesito, queridos hijos, lavados y purificados por el Agua de Cristo. Eso los ayudará a retomar lo que nunca han hecho, que es cumplir su verdadera misión ante el Padre Altísimo, que siempre los aguarda y los espera para acogerlos en Su Reino de Amor y de Paz.
Dios Me ha dado la última oportunidad en estos tiempos, de anunciarme aquí, en América, a ustedes, como también en Medjugorje hace treinta y tres años consecutivos. ¿Acaso, queridos hijos Míos, han comprendido lo que Yo estoy haciendo entre ustedes? Tengo seguridad de que sus corazones entienden y de que sus almas pueden sentir Mi llamado.
Dios les ruega a todos sus ángeles que puedan cumplir la misión entre ustedes, la verdadera misión espiritual, de encaminarlos por los senderos de la paz y del bien.
En esta noche de Gracias y de bendiciones para Mis hijos del mundo, Mi Corazón Inmaculado se une a todos los orantes, a todos los que están coligados con Mi Espíritu mariano. A todos ellos, quiero también decirles que esperen con alegría la llegada de los Dones de Dios; porque después de que den el paso en su purificación, encontrarán los Dones de Dios en sus vidas y serán columnas de luz para Mi Corazón, portadores de la paz, mensajeros de Mi Palabra mariana para todas las almas que se apagan en el mundo.
A través de los tiempos y de las Apariciones, Mi verdadera promesa para la humanidad es consagrarla como una única familia, tan igual y tan semejante a la Familia de Nazaret.
Ustedes guardan en sus corazones el potencial para poder amar y perdonar. No pierdan tiempo, Mis queridos hijos, perdónense, ámense, reconcíliense con sus hermanos. Disipen los castigos y las iras de sus corazones, así podrán ser merecedores de Mi Gracia maternal y, a través de este punto de Luz en el cual Yo los congrego a todos, los elevo hacia el Reino de Dios, llevando en Mi Corazón sus súplicas e intenciones que siempre son consideradas por Mi Corazón Inmaculado.
Este es el Centro del Espíritu Santo para América, aquí las almas deben reencontrar el camino hacia Dios. Como Yo le he dicho a la Hermana Lucía de Jesús, aquí se pueden abrir los Séptimos Cielos, y estos no serán un misterio para ustedes, sino un verdadero sentimiento de amor y de unidad con los Mensajeros Divinos.
Mientras Mis Palabras son proclamadas a todos, reciban, en sus corazones y esencias, los códigos de Mi Divinidad, de Mi Presencia femenina, de Mi Energía maternal curadora. Guarden esos códigos en lo profundo de sus seres. El enemigo no descansará y trabajará con su astucia para retirar los códigos de su interior.
Por eso, queridos hijos, con coraje y alegría abracen la cruz y el sacrificio que Mi Hijo les entregó. Recuerden que no estarán caminando solos. Mis pasos silenciosos de Madre los acompañan. Mi Corazón se enciende en sus corazones cuando abren el portal de la oración en sus vidas. Recuerden que cuando carguen la cruz, tan pesada, lo estarán haciendo por muchos más.
Ustedes pertenecen a una única humanidad, a un principio creador infinito que debe ser invencible en sus corazones, que no puede ser derrotado por nadie porque el proyecto de Cristo se debe cumplir en sus vidas.
Entonces, Mis queridos hijos, ¿cuál es el camino que escogerán en este ciclo? Yo necesito que escojan el camino de la oración del corazón. La verdadera espiritualidad se encuentra en el servicio y en la caridad. Así, ustedes se purificarán con mucha levedad y no perderán tiempo en poder transformarse en esta era.
Caminen confiados hacia Mi Corazón y reciban esta Gracia como una última oportunidad para esta humanidad doliente y enferma.
Queridos hijos, ustedes tienen en sus manos la llave maestra del universo, el verdadero símbolo de la paz, que quiere flamear en sus corazones para que la victoria de Cristo se cumpla antes de Su Retorno.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Hoy, vengo a liberar sus vidas para que ya no carguen con los equipajes del pasado.
Quiero que hoy sea el motivo de la apertura de un nuevo ciclo para cada uno de sus seres. Hoy, abro las puertas para la redención de sus almas, aquellas que hace tanto tiempo aguardan esta oportunidad y por eso vinieron a Mi encuentro en este día.
Hijos Míos, para que esta liberación se dé en sus vidas y no sea un acto pasajero, es necesario que se reconcilien no solo con Dios, sino con todos los seres que están a su alrededor. Que ya no haya más egoísmo en sus vidas, separatividad e indiferencia; porque necesito que sus corazones sean un solo corazón que pulsa en este planeta.
Independientemente de la historia de cada uno de sus seres, hoy, quiero unir a sus esencias para que en este lugar se forme un ejército de paz, un ejército de oración que irradie fraternidad a todos aquellos que no la pueden vivir.
Para eso, hijos Míos, necesito que estudien Mis palabras, que contemplen cada una de ellas, atrayendo a sus vidas los códigos que allí deposité.
Cada vez que llego al mundo, traigo en Mis brazos Gracias Celestiales que son derramadas sobre las almas. Esas Gracias, Mis queridos, jamás perecerán, pero podrán estar latentes en las esencias de aquellos que no se abrieron a responder a Mi llamado.
Hace un año, dejé un impulso en este lugar, que dio frutos en el corazón de algunos seres; pero, que en otros, este impulso quedó latente, aguardando un nuevo ciclo para manifestarse.
Hijos Míos, en esta noche les pido que ya no esperen que pase otro año, sino que dejen que los impulsos, las Gracias y los Dones que hoy deposito en sus vidas y que son únicos en este universo, puedan tornarse vida en cada una de sus esencias, puedan purificar sus células, sus átomos, sus consciencias para que en este tiempo que llegará puedan tornarse instrumentos de Dios en este mundo.
No importa el pasado de sus vidas, lo que vivieron en este mundo o en otros. Les traigo de los Cielos la oportunidad de un recomienzo cuando solo le dicen sí a Mi Corazón.
Hijos Míos, puedo tornar el libro de sus vidas en un libro en blanco, pronto para escribir nuevas palabras, la historia de esta humanidad, la historia de redención de cada uno de sus seres. Y para eso, necesito que no solo confíen en Mi Presencia, sino que aspiren a vivir Mis Palabras y que se decidan, a través del Rayo de la Voluntad que deposito en sus almas, a que estos códigos crezcan cada día y se tornen acciones, pensamientos y sentimientos puros y cristalinos, que sean motivo de conversión para otras almas que se aproximen a ustedes.
Hijos Míos, les pido en este día que ya no confundan la vida del espíritu con todas las falsas enseñanzas que existen en este mundo, sino que descubran, a través de sus corazones, la verdadera enseñanza celestial que los Mensajeros Divinos traen al mundo; y podrán descubrir esta verdad a través de la experiencia de sus corazones.
Vivan las Palabras Divinas que descienden al mundo en este tiempo. Descubran la simplicidad de estas Palabras, los tesoros celestiales que Dios le envía al mundo, porque en esta simplicidad, hijos Míos, están guardados misterios infinitos que la humanidad jamás descubrió, pero que ya llegó el tiempo de que los velos de la ignorancia sean retirados de sus ojos.
No se confundan con todo lo que la humanidad cree saber. Busquen la Verdad que deposité en sus esencias en este día.
Clamen al Espíritu de Dios para que estos Dones, que hoy llegaron a sus vidas, se puedan manifestar; y para eso trabajen, caminen, oren con el corazón y encuentren en la vida de oración las puertas para la redención y la rehabilitación de sus espíritus.
No permitan que este Centro Mariano sea una fuente de la cual no vienen a beber. Quiero que sus almas sacien su sed en este lugar, que no lo dejen vacío, porque las Gracias Divinas aquí encuentran morada y necesitan de la presencia de sus corazones para ser vertidas al mundo.
Vengan y encuentren aquí el Agua de Vida y, a través de sus corazones que son testimonios vivos de sus esencias, lleven el Agua de Vida a todos los lugares de este mundo en los cuales las almas padecen la sed del espíritu y del corazón.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Mis aromas sublimes envuelven sus almas en el espíritu del perdón y de la paz.
Reciban de Mis manos las Gracias de Dios y aguarden con esperanza la Llegada de Cristo a este mundo tan necesitado de perdón.
Hoy, Mi Alma se regocijará por su canto, que es un canto eterno, un don e instrumento de Dios que abre las puertas de los corazones que están cerrados y que encuentran, a través del canto de Dios, la paz.
Hoy, estoy con ustedes para consagrarlos, porque todos son consagrados por Mi Corazón. Imiten el ejemplo de aquellos que dan los pasos con confianza. Así, conseguirán dar el gran paso que Dios aguarda hacia el camino espiritual, hacia la vida crística, hacia la vida eterna.
Con este fin, consagraré a Mis hijos con los Dones del Santo Espíritu de Dios y aguardaré que cada uno represente una chispa de Dios, una luz que encandila al mundo y que atrae a otras almas hacia el camino de la conversión y de la redención.
La armonía también existe en este mundo. Por esta finalidad, queridos hijos, a todos los que serán consagrados, en esta noche bendita en la que el universo se une con la Tierra y sus Jerarquías Celestiales congregan a sus seres para cumplir la gran misión, los bendeciré con esta Agua de Cristo, con esta simple y casta Agua, a través de la Señal de la Cruz, glorioso símbolo de Cristo, exorcista y liberador para los tiempos finales.
Se acercarán a este lugar para recibir la Señal de la Cruz, en una sola fila, como un único ejército que escucha en el corazón la Voz de Dios.
Mientras serán bendecidos, Yo estaré aquí; porque no solo consagraré a sus seres, sino también imantaré con Mi Luz a todos los Reinos de la Naturaleza que también aguardan de ustedes un gesto de amor y de servicio tan simple como poner la atención en ellos para percibir su necesidad y, así, todos podrán entrar en un perfecto equilibrio con toda la Creación, como Dios lo espera de parte de todos ustedes.
¡Alégrense, cúrense, alaben a Dios por siempre!
Yo les agradezco por responder a Mi llamado y acompañaré este encuentro con todos Mis hijos en el silencio del Corazón; así, Dios Me lo ha permitido y todos aquellos que quieran renovar sus votos con los Planes de Dios que lo hagan en este momento; pues Mi oferta amorosa y maternal será elevada a los Altares de Dios después de que Yo ya no esté aquí, en esta noche sagrada.
¡Los amo y les agradezco!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Estoy aquí. No Me he ido. Confíen.
Oración: Ave María y Gloria.
Mientras son bendecidos, queridos hijos, Yo desde aquí, sobre este árbol sagrado oraré por ustedes, por el mundo.
Canción: “Mirarte a Ti”.
Queridos hijos Míos, el Cielo siempre los aguardará para que caminen en búsqueda del infinito. Cuando algún día alcancen ese paso, podré decirle al mundo que Mi Inmaculado Corazón ha triunfado sobre las tinieblas.
Les agradezco por responder a Mi llamado. Bendigo a todos los presentes bajo la Señal luminosa de la Cruz, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos Míos:
Como sé que ustedes querrán saber, Dios me dará a conocer al mundo después que se cumplan diez años de Apariciones continuas. Luego de eso, muchos darán testimonio vivo de Mi presencia entre ustedes y, principalmente, el Santo Padre me reconocerá como la Señora del Gran Misterio, diferente de lo que hace ya treinta y tres años sucede en Medjugorje.
Para ese momento muchos de ustedes ya no estarán y Mi tarea, que ahora es grupal, será asumida por cada vidente en continentes distintos, pues Mi último llamado será que ellos den a conocer al mundo Mi mensaje final. Ese mensaje final es este, el que les estoy entregando mes a mes, así muchos corazones se prepararán para el retorno esperado de Cristo y todo lo que hasta ahora parece un misterio, pasará a ser una viva revelación para la humanidad actual.
Por eso Yo, en el último tiempo vendré a pedir a la humanidad la consagración de todos los hogares al Inmaculado Corazón; así cuando Yo ya no esté entre ustedes Mi Luz, que proviene del Cielo, se derramará sobre vuestras familias y de esa forma estarán protegidos de los tres días de oscuridad.
Llegado ese momento, Yo Me mostraré por última vez a millones de personas y aquellos que no creyeron en la Mujer Vestida de Sol, por el giro luminoso de Sus doce estrellas sobre la Tierra se convertirán y recibirán como última oportunidad la absolución y el perdón de los pecados.
Esta obra como tantas otras que Yo he realizado por el bien y la paz de la humanidad, quedará grabada en la memoria de todos los que por sus esfuerzos admiraron el poder de Mi Inmaculado Corazón; así, antes del gran ciclo de tribulación, el mundo entero tendrá un tiempo más de paz.
Pero ahora llegó el tiempo de la preparación. Yo los llamo para concretar en vuestras vidas el espíritu de la oración permanente y de la caridad; esto demostrará, después de mucho tiempo, los visibles resultados en vuestros corazones.
Deseo ahora decirles que el don de vuestro grupo es el amor verdadero a Dios, amor que los ha traído para que estén entre Mis brazos de Madre.
Queridos hijos, es ese amor que algunos sintieron en sus corazones el que me ha permitido hoy estar aquí y revelarles este secreto de final de tiempo. De vuestros frutos, nacerán nuevas semillas en el futuro; abran las puertas de vuestros universos internos para que nuevas almas se puedan servir del manantial de Gracias que ha sido derramado sobre ustedes en estos últimos años.
El Padre siempre infundirá Su Fe en vuestros corazones. En cuanto el mundo entero cruza el ciclo de su última transición, Yo vengo a pedirles que sean testimonios vivos para los que no creen, y especialmente recen todos los días de corazón por los que se pierden en manos del enemigo. De esa forma, por vuestras plegarias, ¡Mi Inmaculado Corazón triunfará!
En esta noche les agradezco por acompañarme. Estos días compartidos con todos Mis hijos orantes, fueron dádivas celestiales generadas para los no rescatados, de esta forma el Plan de Dios se cumple.
Los bendigo y los guío.
Vuestra Madre María, Reina de la Paz
Hace treinta y tres años Yo llegué al mundo a través de Medjugorje como la Reina de la Paz, para difundir el llamado por la paz y el amor universal de Dios entre las naciones.
Hoy, en el sagrado aniversario de Mis Apariciones en Medjugorje, Bosnia-Hercegovina, Yo les anuncio que Mi Corazón Inmaculado agradece a todos los hijos que despertaron a Mi llamado maternal y agradezco a todos los que trabajan para difundir Mi llamado en Medjugorje como en América del Sur. Así, Yo deseo demostrar al mundo que Mi Consciencia Mariana es omnipresente y misericordiosa, ella le trae la posibilidad de liberarse del mal que ahoga a los corazones y que apaga la luz en las almas.
Queridos hijos, que hoy sea un día de celebración y de gracias al Padre Eterno y a Jesucristo por haber permitido que, una vez más, Yo los salvara e intercediera por vuestras almas, que son tesoros divinos para el Señor y pureza inmaterial para el Universo Celestial.
En este día, en el que se cumplen treinta y tres años de Apariciones en Medjugorje, Mi mensaje principal es llamarlos nuevamente a la oración.
Por todas las plegarias, oraciones, ayunos y ofrendas de amor por parte de Mis queridos hijos, vuestro planeta sagrado aún puede permanecer en el Gran Proyecto de Dios; la humanidad, principalmente, está siendo considerada ante el universo como un proyecto rescatable, lo que antes era imposible debido a los graves ultrajes cometidos.
Que en comunión con Mi Hijo, Mis amados, la Luz del Espíritu Santo pueda abrir y expandir vuestras consciencias, así serán dignos de recibir el Reino de Dios en vuestras moradas.
Hijos Míos, continúen caminando en la ley del esfuerzo y del sacrificio por aquellos que no lo hacen y por los que no quieren ver a Dios en sus corazones.
En un próximo día, el Señor demostrará al mundo Su Misericordia y Su Piedad; cuando la humanidad, la despierta como la que está dormida, vea llegar entre las nubes, los soles y las estrellas la gloriosa presencia de Cristo Redentor.
Ahora, que después de tantas Gracias e Instrucciones están más maduros, Yo les pido que abran más vuestros corazones para poder reconocer la Voluntad del Señor, así darán testimonio vivo para los que no viven en Cristo, el Salvador.
Hoy es un día de Gloria, de Adoración y de Comunión, es un día de alegría y regocijo.
Oración de la Virgen María con motivo de los 33 años de
Sus Apariciones en Medjugorje
Una Estrella de Luz brilló sobre la colina,
era la presencia de la Reina de la Paz.
Un legado eterno fue entregado a Sus hijos,
era la instrucción de buscar la paz del corazón.
Redenciones y conversiones se derramaron como Gracias,
era el rayo de la Reconciliación con el Reino de Dios.
Un puente de luz se elevó desde la Tierra,
eran las oraciones de Sus Hijos,
los que clamaban por una Nueva Humanidad.
La respuesta de unos pocos,
se volvió la Gracia para muchos,
era el Amor y la intercesión de la Señora de la Paz.
Una comunión profunda,
proclamó la Gran Alteza Universal,
la Soberana Reina de la Paz,
unió nuevamente a los corazones con el Rey del Amor.
Y por mucho tiempo el Cielo tocó la Tierra,
era la unidad de todos Sus hijos con el Padre Celestial.
¡Salve, Madre del Amor!,
¡Salve, Reina de la Paz!
Las estrellas de Tu Corona
ahora y siempre
iluminan nuestro caminar.
Amén
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Bendiciones y Paz para todos Mis hijos de Sorocaba.
Vuestra Madre María, Reina de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos:
Mientras el mundo celebra una noche de Luz, la oscuridad celebra una noche de tinieblas, pero Mi Inmaculado Corazón triunfará para que pueda reverberar la Palabra de Dios sobre la Tierra.
En este encuentro de hoy, queridos hijos, los invito a la conversión verdadera. Que sus corazones se abran definitivamente a Mi llamado para que Yo, a través de Mis manos, pueda desatar los nudos en sus vidas.
Conviértanse a Mi Hijo, queridos hijos, porque así ayudarán a que se convierta la humanidad. Mientras la Luz del Reino de Dios desciende en esta noche sobre el mundo, Mi Corazón proclama la grandeza del Reino Celestial.
Ángeles y Arcángeles se congregan para una misión importante, las Huestes de Emmanuel descienden a la Tierra para poder liberar al purgatorio terrenal y a todos aquellos que se han condenado, a lo largo de los tiempos, al sufrimiento y a la perdición, a la ausencia del alma y del amor, a la falta de fe en Dios.
Por eso, la Santísima y Poderosa Madre, Quien se anuncia en esta noche a ustedes, les trae la gran Estrella de la Fraternidad, aquella que iluminó perpetuamente el universo y la Tierra durante tres días seguidos en las esferas celestiales de Belén.
Por eso, reciban este símbolo de confraternidad para que pueda sembrarse en sus corazones y definitivamente se conviertan en grandes soles sobre la Tierra. Necesito, en esta noche, de guerreros para estos tiempos definitivos. No pierdan tiempo en conflictos, en desarmonías, en discusiones; abran sus corazones a la redención.
La Llama Perpetua de Dios desea ingresar profundamente en sus vidas; por eso, Mi Corazón se aproxima a sus corazones para que puedan sentir el mismo palpitar de Mi Luz Maternal, aquella que viene a socorrerlos, auxiliarlos y ampararlos en este tiempo final.
Caminen juntos, queridos hijos, y realicen la proclamación del Amor.
Anuncien al mundo que Yo he llegado aquí, como también he llegado a Medjugorje.
En estas fechas tan especiales, queridos hijos, hay una gran confrontación entre la Luz y el mal. El juego se está jugando en el tablero: ¿quién se definirá?, ¿quién seguirá Mis pasos?, ¿quién verá la Luz del más allá para poder recibir a Dios en el corazón?
Mi Hijo espera ardientemente a los nuevos apóstoles para poder sellar en sus esencias la energía de la cristificación, aquella que los transformará profundamente de un día para otro, de la noche a la mañana; para que puedan despertar a lo nuevo y a lo verdadero, a aquel diseño tan perfecto que existe en los Reinos de Dios, que muchos desconocen porque se han desconectado de la verdadera realidad.
Por eso, en esta noche, Yo vengo a su encuentro, recibiendo en Mi Corazón Maternal sus súplicas y sus intenciones.
Queridos hijos, verdaderamente es hora de despertar. El Señor quiere reunir a todos Sus rebaños, porque el enemigo se ha encargado de separarlos a través de las diferencias y de las ideas que cada uno de Mis hijos tiene sobre la Verdad.
Por eso, Yo los invito, queridos hijos, especialmente a todas las benditas familias que hoy están coligadas Conmigo en lo profundo del corazón y del espíritu, a que realicemos una verdadera consagración, para que Dios pueda recibir en Su Reino ese gran ofertorio que todos pueden realizar en este tiempo tan definitivo.
Hoy, Mi Corazón Inmaculado resplandece. La gran Estrella de Belén reverbera en el sutil universo, enviando sus códigos de Luz a todos aquellos que los quieran recibir.
Queridos hijos, el universo y la Tierra en esta noche comulgan a través del Nacimiento de Mi Hijo y de la venida de Mi Inmaculado Corazón a sus vidas.
Mi Hijo espera que verdaderamente puedan dar los pasos. Pero cada uno de ustedes sabrá ante Dios lo que Me puede dar; con Gracia y alegría, recibo todas sus ofertas.
Hoy, les traigo un fiel ejemplo de Mi tarea mariana espiritual, aquella que Yo he hecho a lo largo de estos años, caminando al lado de Mis hijos, de los peregrinos que buscan la Luz del Padre en este tiempo de tinieblas. Pero no teman, hijos amados, la Luz prevalecerá siempre y cuando crean en ella; ella tiene un poder invencible porque es una emanación de la Fuente de Dios.
Colíguense todos los días con lo Alto a través de la oración, del servicio y de la caridad. Dios espera de ustedes los mejores resultados en este camino de peregrinos que, definitivamente, después de esta vida los llevará al Paraíso.
Ustedes tienen que trabajar, en este tiempo, hijos amados, por el próximo mundo que los espera. No hay nada más que hacer sobre esta Tierra, solo rezar y rezar con el corazón.
Abran las puertas para recibir a Mi Hijo, Él espera nacer verdaderamente en ustedes, para que puedan salir de sí mismos y ahora, en este tiempo, pueda reinar la redención, camino infinito hacia la paz.
Por eso, en esta noche, hijos amados, reúno a un grupo de Mis hijos que han respondido a Mi llamado a través del sacrificio y de la donación, pero espero que muchos más lleguen a este encuentro con Mi Inmaculado Corazón.
No estoy definiendo méritos en la Tierra, sino profundas Gracias para sus corazones; un estado especial y espiritual que Dios les está concediendo a través de este día de consagración.
Por eso, los invito a que se animen a consagrarse, cada uno sabrá cómo se podrá consagrar, vivan esta comunión perfecta con Dios porque Él siempre los esperará.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
La Madre está pidiéndonos que cantemos el cántico de consagración, aquel cántico que nació en la Comunidad de Figueira, y pide la aproximación de todos los Hijos de María para bendecirlos y consagrarlos.
Queridísimos hijos Míos, ante la Estrella grandiosa de Belén enviada por Dios al mundo para iluminar a toda la raza, al futuro de todas las generaciones, y ante el compromiso que Mi Corazón Inmaculado realizó en Dios y por Dios, vengo en esta noche a bendecirlos y a consagrarlos al Reino de Mi Paz.
Por eso, Yo les pedí desde el principio que se vistieran de color celeste para que llevaran sobre sus cuerpos la protección de Mi Manto, aquel que Me cubrió durante el Vía Crucis, que peregrinó junto con Mi Hijo, proclamando en aquellos tiempos la Palabra de Dios.
A través de este simple símbolo, derramo los Códigos que Yo he alcanzado a través de Mi vida en esta amada Tierra. Como Madre de todos, a través de este ejercicio de consagración, consagro a toda la humanidad; especialmente a aquellos que no escuchan a Dios y que viven lejos de Dios, apartados de la Luz de Mi Hijo y del Amor verdadero de Mi Corazón.
Espero haber podido construir, en estos años, sus sagradas moradas.
Mi pureza está con ustedes, Mi simplicidad los acompaña y Mi sacrificio de estar en este mundo también los acompaña en esta eterna peregrinación para despertar a los corazones heridos y curar a las almas que están agonizando en todo este mundo.
Queridos hijos, colocando Mis manos sobre ustedes, Yo los bendigo y los perdono. Les entrego Mi Divina Misericordia, aquella que Mi Hijo derramó cuando brotó Sangre y Agua de Su Costado; y que este precioso Presente espiritual, esta Fuente inagotable de redención y de paz pueda permanecer en sus corazones y en sus esencias.
Recuerden, queridos hijos, que después de tantas pruebas que han vivido, de las renuncias y de los esfuerzos, vendrán tiempos mejores para todos. Dios nunca abandona a los que confían plenamente en Su Plan de Amor. Él quiere transformar sus vidas y despertar nuevamente el compromiso que han hecho Conmigo una vez en Nazaret.
Como Madre, los reúno nuevamente y les agradezco a todos ustedes por su dedicación a Mi Plan. Porque por detrás de todo este misterio inmaterial e invisible, existe Mi caminar; los pasos de Luz que Yo doy por ustedes en el silencio de Mi Corazón, acompañándolos a su lado para que no caigan en esos abismos que el mundo creó, sino que puedan construir nuevos puentes sobre esos abismos para que muchas almas, que se han perdido por falta de la fe y de amor, puedan resucitar espiritualmente.
Abran sus corazones y sientan la Luz de Mi Corazón, la caricia de Mis manos sobre sus rostros y la bendición que Yo les entrego a través de Mi abrazo de Madre. Que Mi Inmaculado Corazón sea la Estrella Guía para sus vidas y la de sus hermanos.
Les agradezco, pequeñísimos y queridos Míos, por haber respondido siempre a Mi llamado. Recuerden: verán los frutos en el Paraíso.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
La Madre está solicitando que nuevamente suenen las campanas y cantemos “Regina de la Pace” para unirnos a Medjugorje y recibir a Cristo en nuestro corazón.
Hasta mañana, queridos hijos.
Vivan una noche de paz, eso es lo más importante para sus vidas.
Gracias, queridas familias que Me escuchan y que se unen a Mí, por haber manifestado el Pesebre, respondiendo al Llamado de Mi hijo. Este es el símbolo fiel de la Nueva Humanidad.
¡Les agradezco!
Queridos hijos:
Nuevamente desciendo del Cielo, después de la sagrada venida de Mi Hijo, para anunciarles Mi Amor materno por todos los presentes y para pedirles que, en el próximo año 2014, Mi Corazón Inmaculado peregrine con su ayuda hacia las regiones andinas y centroamericanas. Por eso, si ustedes ayudan con amor a cumplir Mis pedidos, la Madre del Mundo aspira a descender en gloria durante el mes de enero de 2014 en Quito, Ecuador, y en Lima, Perú, para llevar la paz.
En este camino de Peregrina junto a Mis hijos del mundo entero, Mi corazón de Madre curadora querrá descender en Espíritu Divino durante el mes de febrero de 2014, en Bogotá, Colombia, y en Caracas, Venezuela, para traer la paz interior y el amor por la paz que Mis hijos allí necesitan aprender a cultivar en el corazón.
De esta forma, durante el mes de marzo de 2014, Mi Corazón Inmaculado aspira, con su ayuda, a poder llevar el Amor de Mi Hijo y el de Dios a Managua, Nicaragua y a Santo Domingo, República Dominicana, en Centroamérica, con el fin de unir todos estos corazones al llamado universal de paz y de Misericordia.
Al igual que en Medjugorje, por primera vez en la historia de esta amada y necesitada humanidad, Mi Faz de la Reina de la Santísima Paz del Corazón peregrina entre los espacios y las naciones con el Propósito divino del Padre de poder cumplir con el Plan de rescate.
Ustedes, mis queridos hijos, son los primeros autoconvocados para cumplir con Mi Misión mariana en esta parte del mundo, de poder consagrar al menos América a Mi Inmaculado Corazón.
Acepten desde ahora el ofrecimiento que les comunico con una fraterna colaboración en la oración y en la caridad, para que estos hijos de los Andes y de Centroamérica también reciban Mi Gracia y Mi Misericordia.
Como su Sagrada Madre Peregrina les digo que Mis pies benditos caminan sobre este mundo a través del caminar orante de los peregrinos. De esta forma, ustedes permitirán que el mundo se alivie del dolor perpetuo en el cual vive.
Queridos hijos, esta es Mi anticipada invitación y llamado a todos los que con amor escuchan Mis Palabras celestiales: que en esta próxima semana cultiven un gesto de caridad por amor al cumplimiento del Plan de Dios sobre la Tierra.
Para eso les pido que oren Conmigo, para que esta peregrinación se realice según los designios de Mi Inmaculado Corazón.
¡Les agradezco ahora y siempre por cumplir con Mi llamado de paz en todos los rincones de esta humanidad!
Los bendice y los ama,
Vuestra Sagrada Madre María, la Reina de la Paz
Queridos hijos Míos:
¡Alabado sea Jesús Cristo en sus preciosas vidas!
En esta noche de San Juan, Yo los invito a imitar el ejemplo amoroso del fiel discípulo de Jesús. Como Madre de la Divina Misericordia, hoy les pido que consagren sus seres a la Luz perpetua y eterna de Mi Inmaculado Corazón. Como Madre, los llamo para que, en esta noche consagrada a San Juan, sus vidas sean consagradas a la Madre del Divino Universo Celestial.
Queridos hijos amados, con alegría Mi Corazón materno llega a esta parte de Uruguay para confirmar Mi compañía y Mi Presencia en el especial despertar que el Centro Mariano de Aurora tendrá durante el mes de agosto de 2013.
Como Reina de la Paz, Yo los invito mañana a ingresar una vez más a Mi Corazón Inmaculado, día 25 de junio, para que así me acompañen especialmente en este nuevo aniversario de los 32 años de las Apariciones en Medjugorje.
Hijos Míos, durante este ciclo de junio, podrán entender que María, Reina de la Paz, vuelve al mundo con la esperanza de la pronta conversión y del despertar de la humanidad. Por eso, en este día de Vigilia, solicito a los Centros Marianos y a todos los peregrinos que Me acompañan, a que se unan en profunda oración por las especiales intenciones de la Virgen María.
Sus corazones al cabo de los próximos seis meses orarán constantemente:
• Para que la Paz se establezca entre las naciones y en el mundo.
• Para que las futuras madres amen la preciosa venida de los hijos de Dios mediante el nacimiento.
• Para que el conflicto nuclear termine y los únicos planes de los hombres sean la paz y el bien para el mundo entero.
• Para que la cura planetaria que emana del Sagrado Corazón de Jesús pueda derramarse sobre los pecadores más empedernidos.
• Para que los niños, jóvenes y adultos del mundo entero puedan despertar al llamado de la conversión y al cambio verdadero de las actitudes de la vida. Esto será posible cuando los padres responsables por el caminar espiritual de todos sus hijos vivan y propaguen la vida de oración entre las familias y entre todos los seres.
También hoy les pido que oren:
• Por las almas que sufren y padecen el martirio del hambre y de la falta de agua.
• Para que la infinita y piadosa Misericordia pueda tocar a los corazones endurecidos y que bajo el Amor de Dios, puedan ayudar a los más necesitados.
Y por último, les pido que durante estos próximos seis meses oren:
• Para que puedan despertar un mayor número de almas a las vocaciones del camino cristiano.
• Para que los pastores sean guiados por los pasos de Mi Hijo.
• Para que la verdadera Iglesia de Cristo transmita, mediante ejemplos, la vida del espíritu, de la reconciliación y de la unidad a todas las almas.
Por eso, hijos Míos, Mi Corazón materno, por Voluntad de Dios, apareció y aparece hace ya 32 años en Medjugorje y desde hace 6 años en Aurora, en América del Sur, con el fin espiritual de que todos los corazones que se han separado de Mi Hijo, y en consecuencia de Dios, puedan retornar a Mis brazos, para que Mi Luz los encamine hacia la paz del corazón y hacia la conversión.
Amados niños, así podrán aprender a contemplar cómo es necesario orar por las especiales intenciones de Mi Hijo Jesús y del Inmaculado Corazón de María, para que la Gracia esté presente en el mundo en estos tiempos de grandes cambios.
¡Les agradezco por responder a Mis pedidos por la paz y la redención del mundo!
Los ama y los bendice,
María, Madre y Reina de la Paz
Queridos hijos:
¡Alabado sea Jesús en el mundo y en todo el universo, principalmente en los corazones que más lo necesitan!
Con alegría y gozo, retorno al Centro Mariano originario de Mis primeras Apariciones en América, la Madre del Cielo retorna al corazón de los hijos que le abrieron la puerta, al igual que en Medjugorje, para que se escuchara la cálida voz maternal de la Virgen María.
Por eso, Mi Corazón escogió estos dos próximos meses para que aquellos hijos, que hace ya algunos años escuchan Mi llamado, puedan recibir la restauración para la continuidad de Mi Obra materna en América y en el mundo.
Hijos Míos, en esta semana, les pido que concentren sus oraciones en las cinco Llagas que llevó marcadas Mi Hijo Jesús, mediante su oración diaria.
Como Madre les pido que adoren estos cinco signos preciosos, porque sí así lo hicieran ayudarán a que todas las llagas del sufrimiento, del dolor, de la desesperación y de la falta de fe y de amor puedan ser cicatrizadas por la cura infinita que puede irradiar Mi Inmaculado Corazón.
Que, en este ejercicio, sus corazones se encuentren con el precioso signo de amor y redención que Mi Hijo manifestó y mostró en la Cruz para todos ustedes.
Queridísimos hijos, ustedes saben que el mundo está sin paz y que estas llagas que genera el enemigo con sus planes, separan a las familias, debilitan el amor entre los seres más queridos y llevan a un gran número de almas hacia la perdición y el pecado.
Les pido que, a través de su Adoración a las cinco Llagas de Mi Hijo, la oración reverbere y llegue hasta el Reino de Dios, para que Su Misericordia y Perdón se derramen como cura en el corazón de todos los seres de la Tierra.
Queridos hijos, como Madre, los llamo a reafirmar su unión interna con Mi Hijo y a profundizar, desde el corazón, la vivencia de su camino espiritual; porque mientras innumerables almas apagan su fe y devoción por Dios, Yo, como Estrella de la Mañana, intento llevarlas lo más cerca posible del Corazón de Mi Hijo para que todas estén fuera de peligro y bajo el amparo de Su misericordioso Amor redentor.
Hijos Míos, hoy también vengo hacia ustedes para que, en esta pausa de sesenta días, ustedes estudien y lean las Palabras que Mi Hijo está anunciando, así sus corazones se fortalecerán y se liberarán del miedo. Tengan como instrumento de oración las palabras de la Sagrada Biblia, reúnan sus fuerzas como una única familia y permitan que la santa protección de Mi Hijo Jesús esté entre ustedes.
Queridos hijos, los tiempos mudan rápidamente y es necesario recuperar los íconos que Mi Hijo les entregó para su conversión, como lo son el ayuno, la confesión, la lectura del Evangelio y la oración en familia, porque así permitirán que el mundo no pierda la verdadera cultura cristiana que Mi Hijo fundó por amor a todos.
Hijos Míos, estoy con ustedes y entre ustedes.
Una vez más les agradezco por responder a Mi llamado.
¡Gracias!, la Paz sea con ustedes.
María, Madre y Reina de la Paz
Queridos hijos Míos:
Hoy les hablo a vuestros corazones para que, reunidos en este día en el Amor de Cristo, recemos por la paz en el corazón.
Hijos Míos, ayer les hablé de la importancia de apoyar con el corazón a los obreros de Dios en la Tierra, obreros que ayudan a los rebaños de Mi Hijo para que sean conducidos por el camino de la eternidad.
Queridos hijos, hoy les pido que, en este día de decisiones espirituales que sucederán en la Iglesia de Mi Hijo, ustedes como verdaderos hermanos de camino se renueven en la oración y en la fraternidad, apoyando los importantes planes de Mi Hijo Jesús.
El Señor que está en el Cielo aguarda su honesta y humilde colaboración con los designios de la Iglesia de Mi Hijo, mediante la oferta de su oración.
Hijos Míos, sepan que millones de hermanos en el mundo dependerán del nuevo obrero de Dios, obrero que deberá sentirse acompañado por los corazones fraternos que irradien paz y que vivan la verdadera faz del Propósito Divino.
Ustedes, a través de la oración, no solo estarán reconstruyendo el mundo, al igual que con el ayuno; sino que también podrán ser fieles servidores y guardianes que vigilan el caminar de muchas almas. Este es uno de los motivos de tantas Apariciones Marianas en Medjugorje, como ahora en su casa, mes a mes.
Queridos hijos, por eso, Mi llamado en Medjugorje es para reavivar la vida de los Sacramentos como la Confesión y la Comunión; y también la vivencia del ayuno, del evangelio y de la oración que Yo les he revelado como las cinco piedritas de la salvación.
Ahora presente ya casi siete años consecutivos con ustedes, Mi Corazón Inmaculado llama a los cristianos y a los creyentes en Dios para que, en fraterna unidad, apoyen a los acontecimientos en el mundo. Esta tarea requiere de ustedes todo el amor, la fe y la fidelidad para que el mundo no se vea tan perjudicado espiritualmente, como lo está ahora.
Por eso, hijos Míos, Mi Corazón Materno en este mes de marzo especialmente bendecido, acompañará, al igual que en Medjugorje y en Salta, a los grandes momentos espirituales y cristianos que la Iglesia de Cristo vivirá.
Aquí, queridos, estaremos reuniendo en el amor a los rebaños, como está escrito en la Sagrada Escritura: “la paja comenzará a separarse del trigo” y para esa instancia sus corazones deberán estar prontos en la oración.
Si la humanidad escuchara Mi llamado, rezara y viviera Mi mensaje, el Espíritu Santo de Dios convertiría y salvaría al mundo.
Como ha dicho Mi Amado Hijo, contaré con muchos devotos, pero Me enfrentaré al mal para vencerlo con pocos soldados, así será la Ley para este tiempo.
¿Quién querrá arriesgar la vida por amor al Plan de Dios?
¿Qué hijo Mío lo aceptará vivir, en confianza y fe, como lo vivió la Virgen María?
Queridos hijos, sobre todas las cosas estoy con sus corazones y lo estaré por más tiempo mediante las Apariciones, hasta que Dios me lo pida. Yo los amo, por eso Mi Amor quiere estar presente todo el tiempo en ustedes.
¡Agradezco a Mis hijos de Figueira por haberme esperado todos estos meses, pues Mi Inmaculado Corazón retorna a casa!
Les agradezco, queridos hijos.
¡Alabado sea Jesús!
María, Madre y Reina de la Paz
Hijos, hoy los guardo a todos en Mi Corazón, y eso significa una victoria de Mi Corazón Inmaculado en sus corazones. Mis brazos se abren para reunir en Mi corazón a los servidores orantes de Mi Hijo Jesús, pues está llegando el momento de compartir la vida de oración y de fraternidad entre todas las almas del mundo.
Queridos hijos, con alegría, los invito de nuevo a la oración del corazón. La oración debe ser su constante trabajo de amor; una oración que resuene en sus corazones, que construya el bien y la paz entre los grupos, las familias y las naciones; una oración que ayude a las almas que día a día desesperan por no encontrar el camino correcto hacia la luz y la paz.
Hijos, como Reina de la Paz, los llamo a estar permanentemente en el Reino de Mi Paz. Este Reino, de victoria y de gloria en los Cielos, está próximo a sus vidas y hogares. Este Reino que Mi corazón ansía tanto que ustedes puedan gestar mediante los ejemplos de bondad y de caridad, de amor y de hermandad.
Hijos, ustedes saben que Mi Corazón de Madre vigila a todos los hijos del mundo y que el mundo está en crisis espiritual por la falta de amor en el corazón de los hombres por los Reinos creados por Mi Padre. Ellos piden auxilio y socorro a la humanidad; las almas, día a día, sufren y se desaniman. Ese es el mal del enemigo que consigue retirar la atención de Mis hijos de la oración.
Por eso, queridos hijos, todavía aparezco aquí, como en Medjugorje y en Salta, para sostener con Mi espíritu materno el caos interno de la humanidad.
Como Madre que consuela a los afligidos y desamparados, Yo les pido que, semana a semana, como lo han hecho ustedes los días martes, Mis pequeños, abracen con amor la vida de oración y en grupos, oren por la concreción de los Planes de Dios en la Tierra, oren por la paz y por la conversión de todos los que necesitan el Amor de Dios.
Constantemente recojo las oraciones de Mis hijos en el mundo entero, día a día. Cuando oran Conmigo Mi espíritu de amor está entre ustedes, dentro de sus hogares, sintiendo el corazón y la necesidad de cada hijo.
¡Ábranme las puertas!, porque quiero reinar en sus corazones, en sus familias, matrimonios y amistades. Yo soy el Sol que desciende desde el universo para curarlos y llevarlos, finalmente, hasta los Brazos de Mi Hijo.
Comparto, en este tiempo de emergencia, la necesidad de todos Mis hijos; pero deberán seguir orando para que el mundo alcance un tiempo más de paz, se eviten las guerras y las persecuciones.
Hijos, el libro profético del ayer ya está abierto y todo puede cambiar a través de su amoroso interés por la vida de la oración del corazón.
Yo los conduzco, los apoyo, los animo a la transformación de sus vidas. Quiero que alcancen, mientras estén en la Tierra, el Reino verdadero del Paraíso. Para que eso suceda, deberán dar el sí a Mi Inmaculado Corazón y al Sacratísimo Corazón de Jesús.
Dios contempla las buenas obras de los que con amor donan sus vidas por la salvación del mundo, por medio de la oración y de la caridad.
Estoy con ustedes y agradezco a todos los grupos por confiar, una vez más, en Mi llamado urgente por la salvación total del mundo.
Los ama, misericordiosamente,
María, Reina de la Paz
No teman, queridos hijos, porque las puertas del universo están abiertas.
Hoy, Dios Me envía a decirles que el ciclo tan esperado en esta humanidad se está aproximando. Eso significa, queridos hijos, que Yo estaré más cerca de ustedes durante todas estas horas.
Después de 2012 años, Mi Consciencia actuará fuertemente en este mundo y eso se prolongará hasta el próximo año 2013, en el que una tarea en Medjugorje estará siendo concluida a partir del desenvolvimiento de los secretos. Todo estará siendo revelado al mundo en poco tiempo. Las verdaderas revelaciones que escribieron los profetas del ayer.
Y hoy, cumplo una profecía, entre tantas, la venida de la Reina de la Paz, de la Reina del Universo, que anuncia la llegada de Mi Hijo a través del nacimiento solar; eso significa, queridos hijos, que los signos estarán siendo mostrados.
Es importante lo que les estoy revelando; por eso, ahora les pediré un permiso. Los corazones que están muy cerca de Mí, así Me comprenderán mejor.
Queridos hijos, quiero decirles que, a partir de esta fecha, comienza el ciclo que fue escrito por Dios. Los Libros se abren para escribir nuevamente en la humanidad, en la Nueva Humanidad tan esperada por Nuestro Señor.
Por eso, no teman por los eventos que acontecerán. Fueron llamados en este tiempo porque ya han sido preparados. Sus corazones fueron preparados a través de Mi venida a lo largo de todo este último tiempo. Esa es la mejor señal que hoy les muestro: que, a través de Mi Presencia, ejerciten la oración del corazón.
Será importante ofertar a Dios, durante todos estos días, los pequeños sacrificios que pueden hacer sus corazones, para que este nuevo tiempo sea de pacificación y muchos corazones, que necesitan ser refugiados dentro de Mí, puedan aproximarse por la colaboración de los Ángeles Custodios. Será importante su unión diaria con el Ángel Guardián, Él les indicará los pasos que deben dar durante este último ciclo.
Como la Misericordia de Dios es tan infinita, queridos hijos, Mi Corazón Maternal llegará a Aurora para poder apoyarlos. Y después de tantos eventos, que irán sucediendo poco a poco, volveré aquí, a Argentina el próximo año, a partir del mes de marzo, para que ustedes, ahora como adultos, puedan estar unidos a Mí y Me ayuden en esta tarea planetaria que comenzará a partir de este fin de año.
Por eso, queridos hijos, dirijan sus ojos hacia el cielo para que puedan ver resplandecer los portales de la Paz y no se dejen engañar por lo que pueda suceder en este mundo. Será el momento, queridos hijos, de activar los poderes de la oración y de que se guarden dentro de Mi Corazón Inmaculado, para que así no teman por nada.
Hoy, no vengo a revelarle miserias a este mundo, sino a traerles la Gracia de Dios, la Misericordia del Altísimo, para que aquellos hijos que en verdad Me quieren escuchar, puedan caminar Conmigo, a Mi lado.
Es momento, queridos hijos, de que se tomen de Mis Manos, para que Mi Corona de Estrellas pueda rodear a cada uno de ustedes, como a cada uno de Mis hijos que necesita de la inmensidad de la Luz. Por eso, ustedes podrán ser partícipes de este encuentro Conmigo en Aurora.
Y hoy también quiero revelarles, queridos hijos, que en el interior de Mi Corazón Inmaculado también se guardan las demás Comunidades del Padre. Con esto quiero decirles que Yo también estaré en cada una de ellas y podré estar más cerca de cada uno de Mis hijos cuando practiquen el ejercicio de la oración; porque así, queridos hijos, Me estarán llamando durante este tiempo definitivo.
Quiero dejar a todos Mis hijos debajo de Mi Manto. Por eso, abran sus corazones en esta hora definitiva, dejen atrás las indiferencias, las culpas y las amarguras; porque si siguen en ese estado, le estarán dando alimento al enemigo. Por eso, venzan sus atavismos a través de la oración, así podrán trascenderse y, muy próximos a Mi Reino, Mis Ojos de Misericordia los podrán guiar.
Estoy llamando, en este tiempo definitivo de 2012, a todos Mis soldados de la oración, a ustedes y a los demás soldados que están en el mundo, a todos los grupos marianos consagrados a Mi Corazón, a todos aquellos que le atribuyen la fe a la Madre Universal. Porque como Madre del Mundo, queridos hijos, estoy llamando a los 144 000 rebaños de Cristo, para que reciban al Resplandeciente Redentor, porque Él está muy próximo a sus vidas, a esta realidad material.
Pero primero, Él deberá ingresar en sus corazones como algo vivo. Para que eso suceda, hijos Míos, tienen a la Llama del Espíritu Santo como guía y protección.
En estas horas que sucederán, queridos hijos, oren, oren mucho sin cesar, oren para estar muy unidos a Mi Corazón Inmaculado. Oren para que San José, el Corazón Castísimo, pueda intervenir por todos. Oren para que las legiones de los Ángeles del Padre puedan ayudar al planeta y los portales del universo se puedan proyectar hacia este mundo para que todas las huestes de los Padres Creadores puedan llegar. Ese es Mi motivo especial de la oración planetaria para el 21 de diciembre.
Queridos hijos, hoy les debo hablar con madurez y consciencia. No solo son Mis pequeños hijos, Mis bondadosos corazones de amor; ahora, ya adultos, deben saber la verdad y asumir la parte que a cada hijo le cabe en este tiempo.
Estoy orando constantemente por ustedes y por todos Mis hijos; cuidando a las esencias que pueden ser engañadas, el enemigo no descansará hasta desviar a alguno de Mis hijos. Sepan, queridos hijos, que en este tiempo está todo permitido; pero con su oración, unida a Mi Inmaculado Corazón, podrán estar unidos al Corazón Divino de Mi Hijo.
Únanse como un solo grupo de oración. Que este fin de año, que esta Navidad que se aproxima, no solo sea motivo de recibir al Redentor, sino también de unirse entre ustedes como un solo grupo orante en cada nación.
Queridos hijos, corran, corran hacia sus hogares y pónganse a orar, unan a sus familias con el espíritu de la oración. Ya no es tan importante que cada alma no sepa orar, sino que se coloque a ejercitar el verbo de la oración.
Prometo ayudar a todos aquellos que se inician en el camino de la oración. Y ustedes, Mis queridos hijos, también pueden ayudar a aquellos que quieren aprender a vivir de la oración.
No piensen, queridos hijos, que hoy vengo a traerles miedo, sino a prepararlos para encontrar la verdad en el corazón, para que sus consciencias se unan de verdad al Corazón de Dios.
El tiempo de la normalidad ya terminó. Es hora de colocarse en oración, de clamar y de pedir la Presencia del Espíritu Santo. Mi Corazón Inmaculado les agradecerá que cada uno de ustedes pueda participar de esta oración planetaria.
Mi cesta de oro recogerá las flores de su oración. Necesito, queridos hijos, ofertar una gran cantidad de oraciones a Dios y sus oraciones se volverán más poderosas cuando estén unidos en grupos de oración y salgan de esta normalidad que el mundo vive.
Sepan, queridos hijos, que muchos hijos Míos no sabrán lo que sucederá; por eso, Yo les pido oración por todos ellos.
Sus oraciones se multiplicarán cuando oren conscientemente junto a los Ángeles de su Guarda, porque ellos elevarán la oración hacia Mi Reino Celestial y Mis Rayos Misericordiosos podrán actuar en diferentes partes del mundo. Por eso, no se sorprendan, queridos hijos, si Me ven en muchos lugares al mismo tiempo; si ven a los Santos del Padre actuando en esta humanidad, multiplicados a lo largo y ancho de este mundo para auxiliar a la humanidad.
Mi Corazón intercederá por todos ustedes.
Es importante, queridos hijos, que la Red-Luz se active como una Red del Plan Divino de Dios, y eso sucederá a través de su intervención en todos los ejercicios de oración que puedan unir a todas las consciencias de las naciones como una sola.
Mi Corazón estará en vigilia por todos los hijos que están a Mi cargo y por todos aquellos que se han distanciado de Dios. Haré incansablemente lo mejor hasta el fin.
Oración: “Ave María” (6 veces).
Inspiramos.
Queridos hijos, quiero decirles algo en este momento, en especial a toda esta nación amada de Argentina, que nunca se olviden de que Mi Corazón los ama profundamente y de que, si alguna vez sus corazones están perturbados o si sus pensamientos se separan del Amor de Dios, no teman por nada, entren en Mi Corazón Maternal, vacíen sus cargas a Mis Pies, porque Mi Corazón de Luz los consolará.
Recuerden que Soy la Señora de las Gracias, la Reina de la Paz, que viene con la promesa de mucha más paz para este mundo. Y eso se cumplirá a través del amor de todos Mis hijos, de la fe y de la esperanza.
Siempre sepan también, queridos hijos, que Me encontrarán en el Corazón Sacratísimo de Mi Hijo, en Salta; donde también Mi Voz difunde un Mensaje por la Paz. Y estarán las puertas abiertas de Mi Centro Mariano consagrado a Mi Corazón que está en Uruguay, como también el que está en Brasil y el que está en Córdoba. Por eso, alcen sus manos hacia Mi Corazón para que Mi Luz se pueda derramar sobre sus manos y puedan sentir, por sobre todas las cosas, Mi Amor Maternal.
Antes de Mi subida a los Cielos, quiero consagrarlos con el agua que hoy consagraré, como bautizó Juan a Mi Hijo Jesús. Ese ejercicio tan amoroso quiero hacerlo con ustedes.
Bendeciré las rosas que simbolizan Mi Amor por todos ustedes, que mojarán con el agua sus cabezas, para que estén protegidos y renovados en Mi Amor.
Que el agua, que simboliza la Vida para la vida de las almas, que es la esencia del Espíritu de Dios Manifestado, pueda invadir profundamente a sus corazones. El agua que cura la vida, el agua que sana las heridas, el agua que renueva sus consciencias y los libera de todo pecado y de toda mancha, sea bendecida por el poder de Mi Amor Inmaculado y bajo la unión perfecta de la Santísima Trinidad, para que sus corazones resplandezcan en Mi Paz y caminen en este tiempo bajo el espíritu de la fe y del amor.
Mi Amor Inmaculado bendice este símbolo creado por Dios, este elemento de la naturaleza del universo que les da la vida eterna, porque los renueva y los cura profundamente. Que esta agua sacie la sed de sus corazones y los nutra con el amor de Mi Hijo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
Les agradezco, queridos hijos, por contestar a Mi llamado.
Mediten Mis Palabras.
Canción “Ave luminosa”.
Madre María Shimani de Montserrat:
Bueno, hoy ha sido un día intenso y especial para todos. Nuestra Madre hizo revelaciones importantes para este fin de ciclo, revelaciones a las que les tenemos que prestar mucha atención.
Nunca como antes, la Madre afirmó y confirmó este nuevo ciclo que se acerca para nuestro planeta. Ella nos habla claramente que, unidos a Su Corazón Inmaculado, vamos a estar cien por ciento protegidos; y que no es para tener ningún temor, todo lo contrario, solo tenemos que hacer lo que Ella nos propone y estaremos bajo su Manto de Protección.
Este fin de año, hemos programado, a través de las Comunidades-Luz y de la Red-Luz, una vigilia perpetua de oración. Estamos sorprendidos por la respuesta de todos los grupos de oración del mundo, de cómo las personas se organizan de una forma increíble para pasar diez días orando perpetuamente; de cómo las diferentes regiones y las diferentes naciones se reparten las horas del día para poder orar perpetuamente.
Eso habla de que nuestra Madre ha encontrado un espacio en el corazón de mucha gente y la Red-Luz está comenzando a encenderse en toda América del Sur, América Central y toda Europa.
Así que la respuesta de nuestros corazones está siendo amorosa hacia el pedido de nuestra Madre. Es lo que nosotros le podemos ofrecer después de tantas Gracias, solo reunirnos a orar. Todos vamos a ir aprendiendo, a través de esos grupos orantes, el verdadero valor y el poder de esa oración.
A todos los que se quieran acercar en estos días de fin de año a Aurora, están invitados a participar igual que en la Comunidad-Luz Figueira. Y si lo tenemos que pasar en nuestras casas con nuestras familias, como la Madre también nos invitó a hacer, invitemos a nuestras familias a orar y vamos a descubrir una forma diferente de vivir.
A todos, les agradecemos mucho que nos hayan acompañado. Y, como dijo Nuestra Señora, nos vemos en marzo.
Y ahora, nos vamos a despedir cantando.
Canción: “Danos Tu Amor”.
Hoy, como Nuestra Señora de Garabandal los invito a la oración, a la conversión, a la penitencia y al ayuno, para que sus corazones estén transformados ante Dios.
Queridos hijos, el motivo de Mi visita este día tiene un fin principal para Dios y para este mundo; por eso, quiero que sus corazones estén abiertos para escucharme porque mañana recibirán una Gracia especial en nombre de la humanidad.
Es necesario que sus corazones escuchen profundamente; por eso, díganles a sus conciencias que entren dentro de su corazón para que ellas puedan escuchar Mis Palabras Celestiales.
Hoy, vengo como su Señora de Garabandal porque Soy Corredentora, después de Cristo, Madre que quiere convertir los corazones hacia la Luz del Señor.
En esta visita especial, queridos hijos, quiero anunciarles que Mi Corazón Maternal estará entre ustedes y entre sus hermanos mañana, 11 de noviembre.
Por eso, por amor a Dios Yo les pido que Me acompañen en una tarea universal que estaré realizando mañana, en la cual sus corazones podrán sintonizar desde la oración, si mañana ustedes solo Me esperan, Yo estaré entre ustedes cada tres horas.
Por eso, eleven sus corazones a través del Santo Rosario para que cada tres horas las puertas del Cielo se puedan abrir.
Mi primer llamado a este mundo será a las 6h, y estaré en este lugar con ustedes.
Mi segundo llamado será a las 9h, en el que Mi Corazón Maternal irradiará conversión.
Mi tercer llamado será a las 12h, en el que la Luz de Mis Gracias será derramada.
El cuarto llamado será a las 15h, en el que la Misericordia de Mi Hijo estará aquí presente.
El quinto llamado será a las 18h, en el que la Luz de Mi Corazón también será derramada.
El sexto llamado será a las 21h, en el que las almas serán retiradas del purgatorio y del infierno.
Si todos Mis hijos se unen a Mí en la oración, el séptimo y último llamado será a las 24h, en el que sus corazones se recogerán bajo Mi Manto y, como rosas, Yo los colocaré en Mis Brazos para ofertarlos como un don a Dios.
Entonces, queridos hijos, ¿ustedes comprenden qué sucederá mañana?
Este llamado que Mi Corazón pronuncia tiene un mérito especial, especialmente para aquellos que han leído Mis Palabras durante todo este último año y han seguido Mis pasos diariamente a través de los Mensajes.
Mañana, como Madre Universal, Yo confirmaré con qué corazones puedo disponer.
Este es un permiso que Dios Me ha dado, es una última Gracia que estoy derramando, al igual que lo estoy haciendo en Medjugorge desde hace mucho tiempo. Por eso, cada hijo ante Mi Presencia, en Mi Aparición mensual, debe convertir su corazón día a día, como se convierten las aves cuando vuelan para Dios, se entregan al Señor en confianza, plenamente.
Por eso, queridos hijos, Yo quiero que ustedes vuelen alto en el fin de este tiempo y su poderoso instrumento es la oración.
¡Les agradezco por contestar a Mi llamado!
En el nombre del Padre, del Hijo y de Espíritu Santo. Amén.
Madre María Shimani de Montserrat:
Como hacemos en todas las Apariciones, vamos a hacer un breve relato de lo sucedido y a tratar de repetir los pedidos que nuestra Madre nos hizo para mañana.
Una reflexión antes de continuar: necesitamos abrir nuestra conciencia para comprender la urgencia de esta situación planetaria, por la que nuestra Madre tenga que venir durante todo un día cada tres horas. Eso significa que va a necesitar de toda nuestra devoción para que como representantes de la humanidad podamos acompañarla en esa tarea.
Ella está intentando saber, al igual que Dios, con quién verdaderamente puede contar. Así que vamos a escuchar el relato de Fray Elías y después vamos a precisar algunas cosas.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Hoy, la Madre nos enseñó sobre el poder de la oración, que existe desde la Tierra en dirección al Cielo, y sobre esa comunicación perfecta entre Dios y Sus Hijos.
Hoy, la Madre verdaderamente nos sorprendió cuando apareció como Nuestra Señora de Garabandal, porque Ella manifestaba una imagen muy poderosa, muy contundente. Cuando Ella apareció, llevaba la imagen de un escapulario, colgado de un Brazo.
Con el otro Brazo, Ella sostenía a un niño. Tuvimos la oportunidad de tener la Presencia de Nuestra Señora de Garabandal por una segunda vez, y le preguntamos por qué hoy Ella se manifestaba así.
Porque es la Presencia que Ella tiene para poder convertir definitivamente a las almas y Ella transmite esa conversión a través del escapulario.
El otro símbolo que Ella utiliza también, nos dijo, era Su Manto Celeste y sabemos que cuando Ella apareció, como Nuestra Señora de Garabandal, estaba con su Cabello al descubierto, que Ella decía era el símbolo de Su Virginidad.
Hoy, vino acompañada por la presencia del Arcángel Miguel y, esa presencia, era más poderosa que Ella. Él se colocó al lado de Ella como un guardián como un gran ángel custodio. Y, mientras Nuestra Señora nos hablaba, Él resplandecía en Luz y observaba con una mirada muy serena a cada uno de nosotros. Cuando Él nos observaba, parecía que nosotros éramos transparentes ante Él. Parecía que todo, lo que estaba fuera y dentro nuestro, estaba en evidencia ante ese arcángel y comprendíamos, en ese momento, que Él hacia una lectura de lo que estaba viendo y, así, Nuestra Señora nos pidió que nos encontráramos mañana cada tres horas.
Ella dijo que estaría haciendo un importante trabajo planetario y que por eso va a transcurrir de tres en tres horas. Ella dijo que, en las horas intermedias, o sea entre esos horarios, nosotros tenemos que tener un tiempo de descanso. Porque Ella dijo que va a ser una tarea muy intensa, y Ella estará realizando esa tarea que para nosotros se trata de algo imprevisto y Ella, al recibir ese permiso, lo va a realizar junto con nosotros.
Y le preguntamos si aparte de esa tarea que va a acontecer mañana, tendremos Aparición el 12 y el 13 y Ella contestó que sí, porque mañana será una tarea y una coyuntura especial para el planeta.
En nuestra tarea de oración, Ella nos pidió que, sobre todo, oráramos por Medio Oriente, específicamente Ella se dirigió a la nación del Líbano que debíamos colocarla en nuestra oración.
Y le preguntamos cómo acontecería esa tarea cada tres horas. Ustedes, decía Nuestra Señora, deben colocarse a orar el Rosario, que en un momento Yo apareceré y daré pequeños Mensajes. Ella nos pedía que tengamos mucha atención para poder acompañar el recorrido de esa tarea que Ella va a realizar.
Y para ayudarnos nos dijo durante la Aparición lo que acontecería cada tres horas y en verdad Nosotros nos vimos ante un gran misterio y ahí, como Ella percibió ese sentimiento, dijo lo siguiente:
“No importa si no comprenden, ustedes oren, que sus corazones comprenderán. Ella decía que todo iba a estar muy guiado”.
Le preguntamos también si esa tarea tenía que ser transmitida como está siendo transmitida esta tarea en este momento y Ella dijo que sugería lo siguiente:
“Que Mis hijos de Divina Madre dejen todo como está para que la tarea pueda acontecer”.
Madre María Shimani de Montserrat:
Aunque mañana no podamos comprender el alcance de lo que Nuestra Madre nos pide, la vamos a acompañar y vamos a intentar hacer lo mejor. Por eso, están todos invitados; si no pueden o no sienten participar de todas las Apariciones que por lo menos nos acompañen en algunas.
Toda Casa Redención y todo el Monasterio van a estar aquí desde las 6h, como Ella pidió, hasta la medianoche, y los que estamos acá y los que nos escuchan y nos ven están todos invitados a acompañarnos.
Muchas gracias a todos, nos vemos durante todo el día de mañana.
Vamos a cantar “Ave Luminosa” para cerrar.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más