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Se comenzó con la oración “Ave Luminosa”.
Madre María Shimani de Montserrat:
Inhalamos lenta y profundamente, vamos a reunir nuestras energías cada vez más, sintiendo con más intensidad nuestro interior y colocando la Presencia de la Madre que cada uno de nosotros más conoce, con la que tiene más afinidad.
Vamos a percibirla ante nosotros como si oráramos con Ella y vamos a colocar nuestra mente y corazón en Ella, en Su Amor. Vamos a unirnos conscientemente a Ella para orar por todas esas almas que Ella nos ha pedido que la acompañemos a rescatar, como si colocáramos en el plato de una balanza cada una de las cuentas y eso comenzara a equilibrar este proceso planetario.
Vamos a orar con amor, porque hoy que somos más y que sabemos de la fuerza de la oración, del poder de la oración, vamos a unirnos para que este momento sea un momento especial, único, en el que muchas almas puedan ser rescatadas de lugares oscuros, almas que están perdidas.
Y así, no solo vamos a recitar, vamos a orar verdaderamente y a colaborar, a trabajar con la Madre Universal. Vamos a hacer énfasis en prestar atención a los atributos que la Madre Universal nos trae y cuando repetimos cada atributo, lo hacemos con la intención de que se pueda plasmar en nuestras consciencias y en todas las consciencias de nuestra civilización.
Después de un tiempo, se cantó el “Ave María” mientras se continuaba orando la “Madre Universal”. Luego, comenzó a llover y todos los presentes se quedaron orando sin moverse de su lugar.
Después, Fray Elías oró tres veces el “Ave María”.
Queridos hijos, hoy los purifico con Mi Agua, para que sus corazones queden libres de manchas. Quiero que reciban esta Gracia superior para que sus corazones sean mansos y humildes.
Imiten la Luz de Mi Corazón y alcanzarán Mi Reino.
Hoy, estoy bendiciendo al mundo con una Gracia especial: la reconversión de las faltas y de las deudas; por eso, permitan que sus rostros se mojen con Mi Agua para que la Luz superior descienda y cure todo mal.
Quiero que encuentren descanso en Mis Palabras y que no se inquieten, pues están frente al Señor antes que frente a Mí.
Para que la Tercera Guerra se impida deberán orar más, deben brotar sinceras oraciones de sus corazones para que lleguen a Mí y Yo pueda interceder no solo por ustedes, sino por todos Mis hijos.
Guarden en sus corazones Mi llamado, para que puedan despertar en el fin de este tiempo. Estoy marcando la última hora de paz para todos los que la quieran recibir; por eso, hoy derramo Mis Gracias en sus corazones para que confíen en Mí y en Cristo.
Hoy, estoy orando por esta parte del mundo para que todos puedan saber Quién Soy y Quién los guía. Recuerden Mi pasaje como la Madre del Mesías, pues ahora Soy su Madre, la Madre de todos. Lleven en sus corazones la Luz de Mi Corazón para que se puedan afirmar en Él y no padezcan ante las pruebas que vendrán.
Hoy, cada uno de ustedes está respondiendo a una parte de Mi llamado, pero quiero anunciarles a los corazones cerrados que vengo en nombre del Señor a establecer Mi Paz inmaculada y el triunfo total de Mi Corazón.
Los invito a entrar debajo de Mi Manto, para que los pueda proteger y así, unidos en oración, puedan Conmigo, ayudar al mundo con fe y paz.
Hoy, vengo a anunciarles el misterio de Fátima, que ya anuncié en Medjugorje. Ahora, estoy pasando por última vez por este mundo para los que Me quieran recibir y coronar como su Madre. Calmen sus corazones, porque así no encontrarán Mi Paz, una Paz sublime que deben descubrir en este último tiempo.
Les abro Mis Brazos a todos los que Me quieran recibir en sus corazones como la Reina de la Paz. Muchas son las plegarias que recibo día a día, pero pocas son las que responderé, pues es hora de orar con firmeza para socorrer al mundo y a sus hermanos.
Aguarden Mi próxima llegada con alegría, para que sus corazones la sientan y encuentren el alivio que buscan. Hoy, puedo estar aquí entre ustedes, con esta Presencia universal, para los que quieran creer en Mi Mensaje de Paz, en un llamado redentor, en el anuncio de la apertura de una nueva puerta para los que la quieran cruzar en confianza Conmigo.
Escuchen hijos Míos, el Señor nos está invitando a perdonarnos porque estamos a tiempo; Yo seré la consejera de todos cuando nos unamos en oración por el mundo y por todos aquellos que aún no ven la Luz.
Hoy, están recibiendo Mi Gracia, pero Mi Gracia debe ir a todos por igual, también para los que no están aquí escuchando Mi llamado. Ustedes deben ser portavoces de Mi eco, para que resuene en los corazones a través del rayo de Mi Misericordia.
Reconozcan que están siendo salvos antes de que el mundo llegue a su abismo, antes de que la Ley actúe sobre la vida del mundo y sobre todo lo creado; pues el Señor quiere rescatarlos a través de Mí, por eso, Yo estoy aquí anunciando Mi Corazón Inmaculado.
Oremos por la sed que el Señor tiene por todas las almas que buscan la paz y el restauro de sus corazones caídos. Por eso, Yo vengo aquí, a esta nación, para que Mi Corazón triunfe por segunda vez y genere, con Su eco, la difusión en el mundo de Mi Mensaje de Paz para las almas que buscan alivio desde hace siglos.
Encuentren descanso en Mis Palabras y restauro en la fe que Yo les traigo de los Cielos para que puedan continuar en sus caminos hacia un despertar mayor a Mi Corazón Sagrado y al de Mi Hijo.
Están siendo llamados a beber del último resto de Misericordia, antes de que la Justicia llegue a saldar las deudas que los corazones tienen con el Creador y a establecer la armonía en el mundo.
Por eso, todos deberán orar mucho antes de la gran purificación, para que sus corazones se restauren en Mí y encuentren la paz ante las pruebas. Esta será la lección para el mundo: perdonarse por última vez.
Hoy, les entrego Mi Corazón Inmaculado para que lo lleven en sus corazones y abran el camino a los que vienen detrás de ustedes, buscando la misma cura interior que hoy Yo les estoy entregando a aquellos que la merecen por Justicia.
Por eso, intercedo ante el Señor como Madre de todos, para que Él escuche Mis plegarias, las plegarias de este mundo, de los corazones que no se encienden y que aún no encuentran a la Madre del Amor. Por eso hoy, los reúno para que escuchen la voz de Mi Corazón y encuentren el alivio que buscan, que les traigo desde lo Alto.
Eleven sus corazones hacia Mi Manto, para que Yo los pueda amparar y guiar en este último camino que todos ustedes están recorriendo.
Por eso, no deben perder tiempo en extensos pensamientos, en elogiadas ideas, en construcciones evolutivas, porque debemos orar para saciar la sed del mundo, la carencia de amor y de paz que otros no viven. Esta es Mi tarea universal: elevar los corazones hacia el Señor para que todos puedan entrar en el Reino que Yo les prometo después de este mundo.
Escuchen el eco de Mi Voz, para que resuene en lo profundo y siembre la semilla del amor que hoy les traigo. Así, podrán reconocer Mi llamado, el anuncio de paz antes de que todo llegue delante de sus ojos.
Por eso, deben aceptar las rosas de Mi Corazón, para que todo el mal se disuelva en sus seres y en sus consciencias. Es necesario abrir los corazones para comprender el gran llamado que hoy les anuncio; así, el Señor podrá disolver las faltas que todos esconden, pero que Yo veo como Madre de la redención.
Muchos permanecerán, otros caminarán por otros senderos, pero deben saber que la Voluntad es única en esta y en la otra parte del mundo que vive su propia prueba de confirmación a la Luz.
Deben tener como emblema a Mi Corazón Misericordioso para que alumbre sus caminos, caminos que deberán seguir en misión Conmigo.
Los aguardo en oración para establecer Mi Paz y escucho a aquellos que niegan Mi Voz redentora. Abro Mis Brazos para acogerlos a todos; Mi Reino está abierto a todos, a los que están aquí y a los que no están.
Si el mundo ora perpetuamente, la guerra no acontecerá. El Señor probará al mundo por última vez, para que toda la humanidad se confirme a Su Presencia, única desde los orígenes, desde el Génesis, desde el alfa, desde el corazón de la Creación. Este es el lugar de donde provengo como la Madre de la Paz, como la Señora que responde a los afligidos y a los que buscan respuestas en sus corazones.
Deberán elevarse hacia Mí, para que Yo los eleve hacia Mi Reino de Paz. Y, aunque permanezcan en este mundo que está viviendo su último ciclo, Yo estaré allí resguardando a cada corazón que se una a Mí en oración y a Mi llamado con confianza.
Oremos, porque es urgente.
Oremos, para que la Luz abunde.
Oremos por las religiones, para que se unan, como dicen las profecías de Juan, que están por cumplirse en esta última época.
Así, descubrirán que todos somos Uno en el Señor y que cada uno ha construido su camino a su entender y comprender, aunque todos vamos hacia el mismo fin: el Infinito, que es Piadoso y Misericordioso ante los hombres que viven en este mundo desde hace siglos.
Por eso, Yo los acompaño para traer Mi Luz, Mi Luz Divina, que el Señor Me ha concedido como Intercesora de las almas para que todos curen sus miserias que son profundas, las que conozco y veo. Pero no deben temer por lo que sientan; deberán temer por no orar, porque esta es la Gracia que el Señor nos ha concedido a ustedes y a Mí, como María la Madre del Redentor.
Despertemos las llamas de la oración para que todos puedan elevarse y puedan ver, brillando en sus corazones, Mi Paz profunda.
Responderé a las plegarias porque lo he prometido, pero sepan que si oramos podremos encontrar respuestas sublimes que no vienen de este mundo, sino del que Yo provengo, de la Divinidad, del Corazón de la Fuente, del Reino de Mi Paz para esta humanidad.
Recuerden que la Nueva Jerusalén vendrá descendiendo desde lo Alto para aquellos que la quieran recibir y reconocer en el misterio de Mi Faz.
Se leen las preguntas personales y la Madre Divina las responde.
Lleven la llama de Mi Ser en sus vidas para que encuentren un verdadero refugio de amor y de paz. Solo basta que oremos, este es el llamado.
No teman por lo que perderán. ¿Serán capaces de dar la vida por los otros en oración?
¿Qué más debemos esperar?
Preguntemos a nuestros corazones por su disposición ante la Obra del Señor; así, en confianza nos encontraremos.
¡Gracias por responder a Mi llamado!
Madre María Shimani de Montserrat:
La Madre Divina nos pidió que el coral cante un cántico para Ella. Por eso, vamos a permanecer en silencio mientras el coral se prepara, sintiendo todo lo que la Madre nos dijo.
Vamos a estar quietos para mantener la energía, Su energía, y vamos a escuchar con atención lo que Ella nos quiere decir a través de este cántico.
Algunas horas después, el grupo se reunió nuevamente en la Colina de las Apariciones para esperar en oración a la Reina del Cielo. Como en los días anteriores, se rezó la oración “Madre Universal”.
Después de una hora de oración, el coral entonó “Oferta a la Madre” y durante el cántico Ella apareció sobre el árbol.
Fray Elías se aproximó y, cuando se instaló el silencio, comenzó a transmitir Sus Palabras.
El mundo encontrará la paz cuando los corazones quieran vivir la paz.
Hoy, vine a proclamar Mi Fe.
Queridos Míos, les traigo, desde los Cielos, la Bendita Misericordia para que sus corazones se nutran de ella.
Yo Soy la Reina de la Piedad en el fin de este tiempo.
Ahora, cuenta lo que has visto y lo que te he dicho.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Mientras orábamos, aparecieron en el cielo tres aros de estrellas, aros concéntricos que parecían un portal. Desde el centro de esos aros, emergieron algunos seres angélicos. Uno de ellos llevaba una gran caja de Luz y anunció que era el Arca de la Santa Alianza.
Ese ángel se acercó, descendió hasta nosotros y nos dijo lo que el Arca significaba, después se elevó.
En otro momento, más tarde, apareció a la izquierda del árbol el Padre Pío, que en sus manos llevaba guantes, como los que en vida cubrían sus estigmas. Él nos bendijo. A la derecha del árbol apareció San José, el esposo de María. Padre Pío y San José se reunieron frente al árbol y observaron lo que sucedía en las alturas, en lo alto del cielo.
Entonces, la Madre apareció vestida con una túnica rosada y un manto blanco, Su Rostro era luminoso y claro, como también lo eran Sus Pies, que llevaban una rosa celeste sobre cada uno.
Tenía en Su Cintura una cinta color plata, y Su Aura blanca irradiaba mucha Luz. Sobre Su Cabeza vi la corona de estrellas y un canal de Luz que venía desde lo Alto, un canal de energía celeste.
A los pies del árbol había siete ángeles y cada uno llevaba una antorcha encendida en sus manos.
Estos son los siete Aspectos de Dios, los siete Principios para la Nueva Tierra.
Queridos Míos, hoy les traigo la Paz de Mi Corazón Maternal para que renazcan en sus vidas, para que no pierdan la alianza Conmigo y para que se unan a Mi Inmaculada Faz de oración.
Gracias por haber respondido al llamado durante este día.
Hoy, les traigo Mi Luz Mayor a sus corazones, a aquellos que quieran escuchar nuevamente estas simples Palabras.
Gracias por haber plantado este jardín. La Luz de Mi Corazón desciende sobre estas flores porque Yo Soy Pura e Inmaculada. Quiero que ustedes imiten esta pureza, que llevan en sus corazones dormidos.
Para alcanzar la pureza se debe vivir en humildad; es un gran paso para la vida terrestre. Pero lo importante, hijos Míos, es que están a tiempo de poder ir a ese encuentro, hacia ese camino donde Yo estoy.
Hoy, Me colocaré como Ave Protectora sobre un grupo de consciencias como lo he hecho durante todos estos días, hasta el día 25 de este mes. Esto preparará a los grupos que vendrán después, en noviembre, para encontrarme otra vez.
Si han visto pasar sobre ustedes el Arca de la Alianza, es señal de que el Señor está cerca y los está llamando.
Pero para descubrir los misterios, estos deben ser amados y así ellos se abren al conocimiento. Lo importante es crear fuentes permanentes de oración en este mundo dolorido, para que Mi Corazón triunfe en todas las naciones de América, Europa y Oriente.
Oceanía será la última región donde triunfará Mi Corazón, continente que se unirá en oración al fin de los tiempos, en fidelidad; pero América debe renovar el compromiso Conmigo, como lo hizo en Guadalupe.
Ahora, Yo estoy aquí para los que crean en Mí, pues este es Mi último llamado para renovar la vida de los corazones y para que Yo pueda cicatrizar las heridas con Mi Misericordia, Misericordia que brota de la Fuente y que se une al Corazón de Cristo, Mi Hijo. Antes de que Él llegue, Yo ya estoy aquí anunciándolo.
Quiero despertar las células de sus corazones para que promuevan Mi oración, que es necesaria para salvar a las almas que no encuentran descanso ni refugio y que sufren más que ustedes. Como ya lo he dicho, Yo estoy aquí nuevamente mientras haya almas que aguardan Mi rescate.
Hoy, abro Mis Brazos para bendecirlos y extiendo Mis Manos para que las tomen y se unan a Mi Inmaculada Concepción, que es la Fuente principal del bautismo espiritual de los que deben volver a nacer en unión con Dios, en reconciliación con el Señor, con el universo, con la vida, con sus hermanos.
Como estamos en un tiempo de cierre, Yo vendré aquí hasta el día 25, a anunciarles que confío en ustedes, para que puedan responderle a Mi Voz, que es mayor que sus corazones. Aquel corazón que se nutra con Mi oración, estará en Mí y Yo en él para que pueda vivir la paz y llevar Mi Paz a los que necesitan ser irradiados por este principio universal.
Si hoy les hablo de la Paz, es porque es necesaria, es la fortaleza que se une a la Luz que le da brillo especial a la vida.
El alma encuentra al Señor cuando se dispone a unirse a Él sin juicios.
Saben que el Juicio Divino está llegando a toda la humanidad y aquellos, que se animen y se lancen a Mi Corazón, podrán encontrar equilibrio en el fin de este tiempo. Sepan, hijos Míos, que esta es Mi tarea como Madre Inmaculada, como Corazón Resplandeciente que una vez estuvo aquí en la Tierra aprendiendo a llevar la experiencia de la vida hacia otros universos, donde el Señor Me aguardaba, Quien Me preparó para retornar Glorificada.
Todos saben que Mi Asunción a los Cielos fue verdad, en Cuerpo y en Alma. Ninguna parte de Mí quedó sobre esta Tierra, porque Mi Esencia debía ir unida para responder al Gran Llamado de socorrer a los corazones en estos últimos siglos que han pasado.
Por eso, hoy estoy aquí y en Medjugorje, llevando el mismo Mensaje de Paz a diferentes consciencias, llevando Mi Luz a los diferentes corazones y abriéndoles las puertas, las últimas puertas, a aquellos que quieran entrar a Mi Reino de Paz.
Después del día 25 pase, vivirán un ciclo de meditación y reflexión, porque no solo Me estarán respondiendo, sino también al Señor, que los observa desde antes de su existencia como carne y como alma.
¿Qué harán con todo lo que están recibiendo?
Por más que no Me hayan visto, saben que Yo estoy en sus corazones, observando cada intención; pues una Sabia Madre socorre a los niños que pueden caer a los barrancos y a los abismos. Allí, Yo les extiendo Mi Manto para que se sostengan fuertemente y puedan traspasar las barreras de esta materia.
Mi Esencia ama a toda la Creación y manifestación del Señor.
Sabemos, hijos Míos, que estamos en tiempos de redención y estoy abriendo la puerta de los Cielos para que todos puedan entrar, aquellos que creen y aquellos que no creen, aquellos que sienten y aquellos que no sienten, aquellos que comprenden y aquellos que no comprenden Mi Mensaje de Paz.
Ahora, Me elevaré a las alturas para bendecir a más corazones. Y tengan presente, queridos Míos, que sus oraciones resuenan en los Cielos del universo. Ese mismo universo responderá en sus vidas para aquellos que busquen la Verdad que brota desde el corazón, que nace de cada esencia en donde no existe el mal.
Las batallas prosiguen, y deben afianzarse en la oración porque están en un ciclo de oración Conmigo, como ustedes ya han vivido en otros ciclos.
¿Y ahora, qué harán con lo que les estoy diciendo? ¿Qué harán con todo lo que les he entregado durante estos días y los días que restan hasta el 25?
Solo les puedo decir que Mi Voz ha descendido a sus corazones, abiertos o no a Mi Luz Maternal. Sepan, hijos Míos, que Mi Voz está pasando como la Voz del Señor, para los que la quieran escuchar y nutrirse con una nueva Luz curadora.
Encuentren en Mi Corazón todo el descanso que necesitan y acepten los sacrificios por el mundo, por sus hermanos, por la paz y la redención.
Ustedes están siendo rehabilitados en sus corazones, y ahora deben darle una oportunidad a sus hermanos que viven sumergidos en la ilusión y en la oscuridad del alma. Ha llegado la hora de expandir la luz de la oración, para que Yo pueda alzar a los que están caídos, como alguna vez lo han estado ustedes.
Sepan que el alma que toca con sus rodillas el suelo y coloca su cabeza sobre Mi Manto, estará protegida por su humildad y compasión. Es hora de que brote desde sus corazones todo lo que han aprendido a lo largo de estos 30 años.
La preparación ya ha pasado; es hora de la acción, de la verdadera misión crística en el fin de este tiempo.
Los rebaños se están volviendo a agrupar en oración y por sintonía, pero deben dejar entrar a los rebaños que están perdidos, porque Yo los conduciré hacia ustedes. Sepan que Yo los estoy enviando, en este último ciclo, para que los acojan, los resguarden y los amparen.
Hoy en especial, llevo Mi Paz a todos los niños que representan a Mi Pureza Original, una vez concebida como María, la Madre del Mesías. Deben proteger y enseñar a orar a los niños, porque ellos tienen una tarea Conmigo, la de difundir Mi Luz en este mundo.
En la simplicidad se encuentra el gran camino hacia los Cielos, imiten al que Yo he recorrido desde hace siglos.
Ahora, Yo estoy aquí entre ustedes, acompañándolos con Mi Paz y dándoles Mi Paz para que puedan caminar en estos cambios que Yo, desde los Cielos, les traigo en este Centro de Amor.
Sepan, queridos Míos, que el universo es único y que Yo Soy Única entre todas las criaturas.
Yo Soy la Inmaculada Madre de las consciencias, la Guardiana de los corazones, el Ave del Sol. Por eso, los invito a que oren siempre Conmigo, en cada momento, y cuando parezca que la oración decae por la pereza o el aburrimiento, recuerden todo lo que han recibido y coloquen la visión interna, del corazón, en aquellos que no tienen nada, en lo que está aconteciendo en este último tiempo.
Fue anunciado por Mí en Fátima una tercera guerra. ¿Será que recuerdan lo que Yo les he dicho?
Meditemos, el Señor nos pide que reflexionemos.
Abracemos la Luz que está llegando.
Oremos:
Bendita Tú eres, entre todas las criaturas,
porque fuiste concebida por una Gracia Mayor.
(tres veces)
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a repetir con Ella esta oración:
Salve, Madre del Mundo,
Guardiana del Amor.
(siete veces)
También la siguiente oración:
Salve, Madre del Mundo,
Guardiana del Amor,
Tu Luz en cada corazón.
Amén.
(cuatro veces)
Y la que sigue:
Salve, salve, salve, Señor.
(tres veces)
Y continúa:
Salve, salve, Salve, Señor,
Tu Mente Divina en cada corazón.
Amén.
(cinco veces)
Ella dice sonriendo:
¿Ustedes ven que simple es encender los corazones?
Es así como debemos orar: con amor y devoción, busquen esa llama.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Ella va a bendecir a todos los presentes, pero en especial a un grupo de hermanos.
Mientras Fray Elías, Madre Shimani y Trigueirinho se desplazan hacia el lugar indicado por la Madre Divina, en donde dará la bendición, se ora la invocación a la Madre Universal. Luego se entona el “Ave María”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a sentir a Nuestra Señora sobre este grupo.
Ella se encendió como un Ser de Fuego y después se volvió hacia Su interior y nos mostró un gran orandio. Sobre Su Cabeza apareció una estrella y una media luna, y después con un pequeño lienzo, un pañuelo blanco, iba limpiando, iba borrando algunas cosas que había en las cabezas de los miembros de este grupo, como cuando una madre limpia a un niño pequeño.
Gracias por responder a Mi Voz.
Estoy contigo, con cada corazón, con cada ser.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nuestra Señora dice que ahora responderá siete preguntas.
Se realizan las siente preguntas y transcribimos aquí lo que Ella respondió en la última.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
La Madre Divina responde que debemos sentirla en nuestras vidas y en nuestros corazones, más que en nuestros pensamientos. Esa es la meta que cada alma debe alcanzar. La propia alma que ora encuentra la respuesta cuando el Señor así lo quiere.
Para cerrar y en agradecimiento, se ora la oración a la Madre Universal por tres veces y se entona “Ave Luminosa”.
El grupo se reunió en la Colina de las Apariciones a las 11:00 h para comenzar la oración de sintonía. Se comenzó orando la “Oración a la Madre Universal”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a prepararnos, la Señora está llegando.
En ese momento, el coral entona el cántico “Encuentro con María”. Luego, suenan 33 campanadas, anunciando la Aparición de la Madre Celestial.
Salve a todos, Yo Soy la Divina Concepción de la Trinidad.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Ella está tocando con Sus Pies este suelo. A Su derecha está la presencia del Arcángel Gabriel y a Su izquierda la presencia del Arcángel Miguel.
Ella pidió que los que puedan, se arrodillen.
Vengo a anunciarles el Tercer Secreto de Fátima, que es más profético aún.
En ese momento, Fray Elías les relata, de forma privada, a Madre Shimani y a José Trigueirinho lo que la Madre Divina está revelando como secreto. Mientras esto sucede, todo el grupo ora la “Oración a la Madre Universal”.
Un tiempo después se vuelve a escuchar la voz de Fray Elías.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Los que sientan, ya pueden ponerse de pie.
Nuestra Señora, María, hoy ha aparecido como la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad y se ve más nítida que en los otros días.
He venido aquí a anunciarles la Luz de los arcángeles, para que sepan que pueden contar con ellos cuando Yo no esté presente en este plano, y solo esté en sus corazones.
El Arcángel Gabriel trae la redención, el Arcángel Miguel trae la liberación. Estos son los dos Padres Creadores que asistirán al mundo antes del Retorno de Cristo. Esta es Mi Buena Nueva.
Oremos por la Paz y por la Luz. Encendamos los corazones que están quebrados desde hace siglos, corazones que nuevamente están aquí, en este mundo, buscando la Luz dentro de las tinieblas. Ha llegado la hora de la revelación; por eso, estoy aquí entre ustedes, sobre sus consciencias y las del mundo.
En Medjugorje, he anunciado una parte importante de Mis Mensajes; en Uruguay, he revelado otra parte; y aquí, en Brasil, Mi predilecto corazón de almas, revelaré otra parte más.
Yo Soy la Mensajera de la Paz para las vidas, para aquellos que se animen a vivir cada calvario dentro de Mí. Es hora de descender del monte y encontrar el nuevo camino que los lleva hacia Mí, en esta última hora, la hora del fin de ciclo.
Yo Soy la Inmaculada Concepción, la Mensajera de la redención para los que Me quieran escuchar por última vez. Lleven la Paz en sus corazones y no se detengan por nada que acontezca; saben que Yo estoy ahí, protegiéndolos en oración y en amor.
Estoy aquí para anunciarles que deben realizar una cadena de oración; y esta, Mi Casa, al igual que la de Fátima, deben progresar en el verbo orante. Para aquellos que quieran escuchar la Voz de los Cielos, este es el momento de la protección a través de las Palabras.
Yo Soy una emanación de esos Cielos, y les traigo Mi Espíritu de la Paz para que lo sientan y se abran a Él.
Les digo las mismas Palabras que he repetido en las diferentes Apariciones a lo largo y ancho del mundo: solo la oración es Paz. La Eterna Paz es la viva y ardiente oración que trasciende las fronteras y abre las barreras para que todos, a tiempo, puedan llegar a Mí.
Yo estoy aquí, en Mi Reino, aguardándolos.
Oremos por la paz en Medio Oriente y por el amor y el rescate de Mi amada comunidad africana.
Yo Soy la Reina de todos los lugares, que lleva el mismo Mensaje en Su Voz para que, al fin de este tiempo, todos lleguen a Mí. Yo llego a todos cuando se abren sin restricciones; pues el Amor, que no es de este mundo, todo lo puede, un Amor que nutre el corazón y que da vida.
Quien quiera peregrinar por Mi camino será salvo y victorioso.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a repetir junto con Ella la oración “Ave Luminosa”.
Todos oran algunas cuentas.
Por el Poder de Mi Inmaculado Corazón, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
La Madre Divina está anunciando que dará una bendición a los que están enfermos. Es importante que todos los enfermos se acerquen al árbol y si no es posible, que permanezcan en sus lugares.
Mientras esperamos, oremos la “Oración a la Madre Universal” junto con Ella.
En ese momento, muchas personas que estaban con alguna enfermedad se aproximaron al árbol.
Yo Soy la Señora de las Gracias y de las reconversiones del espíritu, el alivio de todo dolor y el amparo de todo mal. Yo Soy la Virgen Original, el respaldo de los corazones, la llama que arde en el dolor, que abre la purificación de las faltas.
Hoy, acepten a Mi Corazón Misericordioso y sientan descanso en Mí. No teman, Yo estoy con ustedes. Soy la Madre de la Sagrada Providencia, estuve aquí en la Tierra y sé cómo es.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Ahora, Ella abre Sus Brazos y los extiende hacia abajo, está irradiando una energía celeste.
Desde el centro de Su Corazón salen dos rayos blancos que se proyectan hacia abajo, y también se están iluminando Sus Estrellas.
El árbol está quedando cada vez más invisible y, a cada lado de Ella, aparecen tres ángeles que están abriendo un Cielo profundo y celeste.
Ahora, Ella abraza una cruz cristiana y transmite las siguientes Palabras.
Soy la Patrona que lleva la cruz de la redención. Toquen Mis Pies y sientan Mi Fuego.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Está iluminando Sus Pies y las rosas.
Sé que creen en Mí. Estén Conmigo, nada les faltará en este Reino en el cual Me encontrarán después de esta oferta que han hecho.
El Amor sana y si tienen Amor estarán curados.
Mi hora de partir ha llegado. Los volveré a encontrar pronto.
Ahora, otros hijos Me necesitan en otra parte de este mundo. Mi Ave de la Paz debe viajar hacia allá para que otros también encuentren reposo en este mundo en purificación.
Recuérdenme como María si quieren sentirme más cerca de sus corazones. Soy María, la Madre Universal, Yo Soy el Ave que desciende ahora desde los Cielos hacia sus corazones.
Recuerden, recuerden, recuerden, recuerden, solo Paz, plena Paz.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Ella ya se fue y nos saludó con Su Paz.
Todo el grupo entona primero el “Ave María” y luego el cántico “La Mujer que nos guía”.
En el octavo día de Apariciones de la Madre Celestial en Aurora, el grupo que estaba presente continuó aumentando.
En silencio, llegaron todos cerca del árbol de las Apariciones para comenzar con la oración. En determinado momento, mientras todos oraban, las hermanas del Monasterio de la Eterna Fe, monasterio femenino, entonaron el cántico “Madre Celestial”.
Fray Elías y Madre Shimani se pusieron de pie, contemplando la copa del naranjo y poco después, Fray Elías, Madre Shimani y otra hermana más se aproximaron al árbol para después regresar junto al grupo.
Luego, Fray Elías relató lo que había percibido.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Cuando las hermanas entonaron el cántico, se abrieron varias puertas celestiales sobre toda el área donde se encontraba el grupo.
La Madre Divina apareció trayendo en Su Mano derecha una cruz crística dorada. De cada extremo del brazo horizontal (se llama PATIBULUM) colgaba un plato dorado, formando una balanza.
En ese momento se veían en los Cielos muchos coros de ángeles que cantaban y alababan a la Madre Divina.
Entonces, desde los Cielos, Ella hizo una expansión e irradiación de energía sobre todos nosotros. Nuestras almas se elevaron rápidamente hasta donde la Madre Celestial se encontraba y Ella las colocó cerca de Su Corazón. Después las hizo descender de regreso a nuestros seres.
Momentos más tarde, manifestó dos grandes medallas de color plata, una en cada Mano. Cada una de esas medallas tenía la imagen del Cristo Redentor; Él estaba con los Brazos abiertos irradiando mucha Luz. En ese momento, la Madre Divina repitió varias veces:
“Redención, Redención, Redención”.
Después, detrás de Ella se abrió otro Cielo, más profundo, donde había más seres angélicos que estaban muy distantes. En un punto más alto en el Cielo, encima de la Madre Divina, apareció Cristo con Su aspecto de Cristo Redentor y sobre Él, en un punto más elevado aún, se manifestó una paloma blanca, que movía sus alas como si estuviera volando, pero se mantenía siempre en el mismo lugar. Esa imagen emanaba mucha Luz a partir de esas Tres Presencias.
Luego de unos momentos la imagen cambió. Ella descendió hasta el naranjo sobre el que apareció una corona de rosas y otras flores que tenía la forma de una arcada, era muy bella y con muchas flores.
En ese momento, la Madre Divina manifestó frente a Su Pecho una gran rosa roja que sostenía con ambas Manos. Y nos dijo:
Yo Soy la Rosa Mística, vengan a Mí, toquen Mi Manto.
Yo Soy la Rosa Mística, vengan a Mí, toquen Mi Manto.
Luego, la Madre Divina nos pidió, a los tres hermanos que estuvimos presentes en Sus Apariciones durante el año 2007, que nos acercáramos al árbol. Al aproximarnos, Ella descendió un poco más y extendió Su Pie izquierdo, apoyándolo sobre una naranja. Nos pidió que tocáramos Su Pie y que sintiéramos Su energía. Nos transmitió algunas Palabras y al final nos dijo que no tuviéramos miedo, porque Ella nos protegerá.
Después de este relato, Fray Elías nos transmitió que la Madre nos pidió que todos oren la oración a la Madre Universal.
Pasadas algunas cuentas, Fray Elías comenzó la transmisión de las Palabras de la Madre Divina.
Hoy, vengo a pedirles que lleven en sus corazones Mi Rosa Mística, una Rosa Espiritual que nació en Nazaret.
Entre la oración y la carpintería de José brotó la devoción cuando aceptamos, como padres e hijos el cáliz; algo que estaba lejos de Nuestra comprensión. Pero la Luz de los ángeles Nos guio en el Propósito del cumplimiento de lo desconocido.
El Arcángel Gabriel se Me presentó treinta y tres veces después de la elevación de Mi Hijo, y allí comenzó Mi tarea como profeta de los nuevos tiempos, como la Madre que debía comenzar a acoger a todos Sus hijos para llevarlos hacia el Padre.
Cuando me elevé, Mi tarea se amplió en todos los niveles y en todos los sentidos, niveles que hoy no comprenderán, pero que son luces divinas que todos pueden acoger dentro de sus corazones.
Hoy, Mi Rosa Mística se manifiesta delante de ustedes para que reciban Mi Paz y Mi Redención.
Yo Soy la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad, el Espíritu Superior que está descendiendo a los corazones en este último tiempo.
Lleven con ustedes Mi Mensaje de Paz, para que en sus corazones brote Mi Corazón Inmaculado. Encuentren refugio dentro de Mí, sobre Mis rosas y debajo de Mi Manto, para que puedan caminar lejos de los senderos de las tinieblas que se están asentando primero en las mentes y después en los corazones.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Ahora, la Madre Divina, está levantando un cetro, que en la parte superior tiene una cruz dorada.
Esta es la redención para la humanidad, la llegada del Cristo Nuevo, de un Cristo aún más misericordioso de lo que podemos comprender con el intelecto.
Yo estoy aquí desde hace siglos y en varias partes del mundo, custodiando a los corazones hasta la llegada del Maestro. Ustedes ya saben, Él está reapareciendo, primero en la consciencia, después en los corazones, y así Él descenderá a Su antigua Tierra. Él retornará renovado como un Corazón Sublime de Paz y de Amor para las almas.
Pero primero, pasará la Justicia Divina y la profecía inicial que Él ha dado: “La paja se está separando del trigo”, tiene que florecer a través de Mí y luego nacerá el fruto.
No busquen y no esperen encuentros sublimes, sino oraciones más profundas en las que se unan a Mí y a Mi Inmaculado Corazón, el que debe resplandecer sobre sus seres y sobre todos Mis hijos que claman por Mi Voz.
Yo Soy la Reina del Amor, la misma Reina de la Paz, la que les trae el Mensaje victorioso a los que han caído, a todos los que no pueden levantarse y a todos aquellos que deben curar el dolor profundo que solo Yo conozco.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
La Madre está elevando Sus manos hacia el Cielo y ha comenzado a descender una luz celeste.
Elevo hoy Mis Manos al Cielo, para que encuentren refugio en cada parte de Mi Ser. Así podré protegerlos como a pequeños niños que deben caminar en este tiempo final.
Guarden Mis Mensajes en sus corazones y prometan orar por Mi Paz, porque así Yo confiaré en cada uno de ustedes y en cada uno de Mis hijos. Enseñen a todos cómo orar de un forma simple y sincera, venciendo los límites de esta realidad y abriendo el corazón para encontrarme.
Yo Soy la Llama Resplandeciente de la Trinidad, el Nuevo Espíritu Santo que desciende, un Espíritu que todos conocerán y que no estará distante de sus realidades.
Una Gracia desciende, aun cuando este mundo se purifica. Todos pasarán por la puerta de la purificación, pero quien se recoja en Mí encontrará la fuerza para seguir adelante unido a Mi Corazón que brillará en su camino, para poder andar sin descanso.
Estos son Mis Mensajes en estos tiempos, en que se unen las realidades superiores, los Cielos con la Tierra, y ahí deberán estar preparados para encontrarme como la Guardiana de la Oración y para que contemplemos juntos los misterios que ocurrieron en Jerusalén.
Estamos reapareciendo no solo en el centro de este mundo, sino en todas las partes de él, para que Mi Mensaje de Paz se difunda hacia más corazones que sufren.
Hoy, están recibiendo una Gracia especial: la Rosa Mística de Mi Corazón, que se debe difundir en la oración.
Si piensan en Mi Rosa, pensarán en Mí y Yo estaré unida a ustedes repartiéndoles Gracias a los corazones que se abran y comprendan los misterios desconocidos para sus realidades.
El Cielo está descendiendo sobre este lugar y esto está más allá de las consciencias, esto es parte de Mi Ministerio de Redención y de Rescate en este último ciclo.
Este lugar será un Centro de Oración, al igual que lo es Medjugorje desde hace algunas décadas; porque ahora Dios Me ha pedido, frente a ustedes, que coloque Mis Ojos, Mis Manos y Mi Corazón, junto con Mi Luz, sobre este lugar.
Esta es la Nueva Aurora que está naciendo y en la cual deben confiar, una Aurora Celestial que brilla en la oscuridad. Llamen por esta Aurora, que es Mi Aurora, que es la que amanece frente a ustedes para encender los corazones que están oscuros por la incomprensión.
Si oran Conmigo, tendré predilección por ustedes, guías internas que se unirán a Mí a través de la oración, en un diálogo continuo de voz a voz.
Se unirán tres principios para esta Tierra, que están naciendo por segunda vez, por la obra de Mi Propósito Celestial, por la Luz que desde Mis Manos brota y que nace desde Mi Corazón Inmaculado para todos, enfermos, sanos, despiertos, dormidos, conocidos y aún por conocer, a todos los busco, una y otra vez, a través de Mi oración predilecta.
Está llegando el Cielo sobre ustedes, un Cielo que no comprenderán. Escuchen Mi Voz que está surgiendo en esta parte del mundo para los que la necesitan. Abracen y acepten Mi Llama Interior, Mi Fuego predilecto, para que tengan fuerzas para caminar por donde parece oscuro y desconocido.
Lleven Mi antorcha de la Paz como una llama interior para que haga brotar más fuentes dentro de sus corazones, corazones que deben redimirse y perdonar el pasado.
¡Sientan Mi Voz, escúchenla!
Soy la Reina de la Paz, el Sendero del Amor, el Ave Misericordiosa que derrama Sus Gracias sobre los que no las merecen.
Enciendan sus corazones y sigan confiando en Mí para encontrar el camino correcto hacia el universo celestial. Todos ustedes deben retornar a estos Cielos a través de Mi Corazón que está abierto.
Estaré aquí hasta el próximo viernes, para seguir derramándoles Mi Luz a los que no la ven y no la sienten. Si están unidos a Mí, sus vidas se transformarán para que el calvario se alivie y alcancen la Luz que está frente a sus ojos. Yo Soy la Luz que viene de Dios, Yo Soy una de las Fuentes que ha nacido en este mundo para ampararlo y rescatarlo.
Escuchen Mi Voz, para que tenga eco en sus corazones y oren Conmigo por la Paz en este mundo.
Todos juntos oramos la Madre Universal por tres veces.
El viernes próximo, a las 20:00 h, llegarán aquí y cada uno encenderá una vela que representará la llegada del Cristo Redentor en este tiempo. Cuando Yo aparezca, las apagarán porque Mi Luz los iluminará.
Algo les revelaré a los que permanezcan en oración Conmigo.
Siembren la Paz en todos los corazones y caminen en la confianza de Cristo, Nuestro Señor.
Yo Soy la Concepción que una vez más está naciendo en los corazones.
Por el Fuego Ardiente que nace desde el Corazón de Cristo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
¡Gracias por responder a Mi llamado!
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Ahora se está elevando lentamente hacia una parte del Cielo donde hay un coro de ángeles formado en dos filas, dejando un corredor entre ellas por donde Ella está caminando.
Se ha dado vuelta y abriendo el orandio extiende Sus Manos hacia abajo y forma un pequeño corazón rosado que brilla.
La Madre desaparece y se desvanecen todas las imágenes.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más