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Hoy traigo, para ustedes y en esta hora, Mis Espejos Solares de la Misericordia que, como potentísimas usinas de transmutación, transforman las profundas y desconocidas condiciones humanas.
Estos Espejos Solares son los que, en este ciclo, están aproximándose al planeta para socorrer espiritualmente a la humanidad y auxiliar en el equilibrio de la consciencia del planeta.
Estos Espejos Solares de la Misericordia están unidos a las diferentes Fuentes de la Creación y, desde el Universo Espiritual, ellos emanan códigos e impulsos que llevan al despertar de la consciencia dormida y a la búsqueda del camino de la Verdad.
Estos Espejos Solares también trabajan los aspectos del ser humano, ayudándolo en la sublimación de la consciencia a fin de que el camino de la redención sea vivido conforme a la Voluntad del Padre.
Para contactar y unirse a los Espejos Solares de la Misericordia bastará orar de corazón a las tres de la tarde. Eso permitirá que, sobre la superficie de la Tierra, exista por lo menos una consciencia que reconozca esta extraordinaria asistencia espiritual y así descienda el auxilio necesario para este tiempo crucial de la humanidad.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Cruzando las puertas del Universo Local, su Maestro hoy está aquí para irradiarles el gran principio de la Hermandad.
Que a través del despertar de sus consciencias surja el impulso para aspirar a alcanzar nuevos pasos.
Desde el Universo Local he venido, trayendo para todos las revelaciones internas sobre la vida universal, a fin de que cada corazón humano tenga la gracia de poder aproximarse a la vida del Universo.
Cruzando las puertas del Universo Local, traigo para ustedes el impulso para que reencuentren sus orígenes, porque en ese reencuentro su consciencia se expandirá y todo será transmutado.
Cruzando las puertas del Universo Local, el Señor de la Paz les concede un tiempo más de paz, para que sus consciencias tengan la gracia de descubrir dentro de sí el camino que las llevará a la meta.
Cruzando las puertas del Universo Local, desde ahora preparo el gran momento de la revelación de la única Faz del Señor.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
El Fuego Divino que en estos tiempos desciende a través de la acción del Espíritu Santo, es un fuego más fuerte e inmutable.
Este Fuego corrige y transmuta las corrientes contrarias, y es capaz de impulsar las siguientes etapas del Plan de manifestación.
Ese Fuego remueve todo lo que es corrupto, para que, por medio de su ascensión, las consciencias alcancen el sentido de lo sagrado.
Este Fuego es capaz de consumir toda una forma y toda una estructura rígida.
Por eso, el Fuego Divino deberá ser contactado por etapas, a fin de que las consciencias soporten su voltaje ascendente.
Este Fuego también purifica y remueve todo lo que impide la evolución del ser.
Ese Fuego es capaz de concretar la luz de la manifestación dentro del campo de actuación.
Este Fuego elimina lo impuro y revela lo que es puro.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Jesús se sumergía todo el tiempo en la gratitud del corazón.
Para Jesús la gratitud era la regla primera que le permitía reflejar los destellos de un Amor vivo y verdadero.
Sin la gratitud que Jesús sintió todo el tiempo por Su Padre, Él no hubiera podido llevar adelante Su Divina Voluntad.
Porque la gratitud, en Jesús, le permitía, como hombre y como Mesías, confiar plenamente en los Misterios del Padre, aunque el mismo Jesús supiera parte de esos Misterios.
La Gratitud de Jesús traía para la humanidad la revelación declarada de Su ardiente Fe, una Fe que imprimía determinación y soberana autoridad al momento de proclamar el Evangelio.
El sentimiento permanente e inmutable de la Gratitud de Jesús, lo llevaba a conocer ampliamente los sentimientos más profundos y ocultos de Sus hermanos, si estos eran puros o impuros.
Este don del conocimiento profundo del ser humano que vivió Jesús, no era con el fin de juzgar, sino con el propósito de corregir las costumbres humanas, las que en tiempos pasados llevaron a la condenación espiritual de toda la humanidad.
La vivencia de la gratitud en Jesús lo llevaba, todo el tiempo, al camino del servicio por los demás y a la donación constante de Su Divino Ser, incluso por aquellos que lo repudiaban y lo negaban.
Jesús quiso demostrar que una de las principales bases del amor es la gratitud, hermanada con la unidad. Y que estos dos atributos, en la práctica sincera de la vida de los seres humanos, llevarán, sí o sí, a encontrar un sentido más elevado y superior sobre la misión personal del individuo y de los grupos de almas.
Jesús dejó la enseñanza de la gratitud como un mensaje constante para la transformación de la condición humana.
Tener gratitud significa comprender, más allá de uno mismo, que el propósito que Dios deposita en nuestras manos tiene un sentido mayor que aquello que podemos comprender y experimentar.
La gratitud nos lleva por el camino de la donación abnegada y espontánea; nos ayuda, como seres humanos, a vivir y a entender la vida desde otra óptica y desde otra escala.
La gratitud nos revela la bondad y la misericordia en todo, nos hace menos mezquinos y nos vuelve más considerados, atentos y disponibles con el semejante.
La gratitud le cierra la puerta a la soberbia, al reconocimiento de los espacios o de las tareas que creemos tener bajo nuestro poder.
La gratitud desmiente nuestras apariencias y nos conduce, dulcemente, por la senda de la Verdad.
Por esa razón, la gratitud que vivía y emanaba de Jesús era muy grande, al punto de que eran pocas las consciencias que podían alcanzar la verdadera y divina Persona de Jesús.
La gratitud lleva al rompimiento de las cadenas y de los atavismos; ella es el portal hacia nuestra verdadera libertad.
La gratitud nos recuerda la humildad.
¡Les agradezco por imitar la Gratitud de Jesús!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
No creas que todo está perdido. Afirma y confirma el triunfo de la Luz en cada nueva etapa.
Vive, así, bajo ese principio, sin dejar de aspirar todos los días a vivir la Verdad porque la Verdad te hará libre.
Por eso, anímate a seguir esa corriente de la Verdad, así el mundo también se liberará de sus prisiones.
Cuantas más almas sean verdaderas y honestas, mayores alivios recibirá la consciencia del planeta en estos tiempos.
Cree, por encima de todo, en el poder del Amor; porque el Amor vence, pero al mismo tiempo cura sin que queden heridas.
Sumérgete en esa Fuente del Amor misericordioso del Señor y deja que Él te invada por completo con Sus Rayos de Misericordia y de Perdón.
Pero siempre acepta tu condición y con esfuerzo sublima cada aspecto de la vida, porque, así, todo se aliviará desde el principio hasta el fin.
Y en el mañana verás que todo pasó rápidamente, que eres otra persona y que vives según la Consciencia Divina.
Todo tiene su tiempo para ser curado, todo tiene su hora. Ya está previsto. Ten fe.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Que tu alma nunca renuncie a encontrar el universo de la Humildad de Dios, porque así adquirirás discernimiento y sabiduría.
Busca unirte a la humildad en cada momento y ante cualquier persona.
Sé parte de esa Sagrada Humildad de Dios, la que hace lo más grande en algo bien pequeño, la que se esconde en lo más simple para tornarse, algún día, poderosa.
En la Humildad de Dios está toda la existencia.
Es así que tú, buscando esa humildad, aprenderás a caminar a través de ella hacia el destino de la entrega total y de la resignación ante las formas.
Busca de la humildad, la sana alegría de servir y de ser algo maravilloso para Dios por medio de ella; y así conquistarás, con libertad, los grados de amor que algún día volverán a esta raza libre de sí y de grandes obstáculos, ya que se habrá alcanzado la paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
No temas enfrentarte a tu realidad interior. Agradece todos los días ser consciente de tus imperfecciones, pero no las retengas en ti con culpa, sino entrégaselas al Dios del Amor, para que por medio de las Manos de Su Amado Hijo, Él la transforme.
La realidad interior podría ser dolorosa, pero la determinación de transmutarla será el camino del alivio de la consciencia.
No temas enfrentarte a esa realidad interior. Decreta en ti el triunfo del Amor Redentor de Cristo, porque así no lucharás contra tus miserias cuando ellas emerjan y sabrás a cada instante entregárselas al Señor. Así tu cruz pesará menos y tus pies caminarán más decididos hacia el Propósito.
No te quedes en el pasado, en lo cometido o en la causa. Anímate, con humildad, a transformarlo todo con alegría, esperanza, motivación y valentía, sabiendo que en cada nueva prueba o en cada nuevo desafío se encuentra el motivo para tornar cada vez más libre a esta humanidad.
Así vencerás, porque reinará el Amor de Cristo por encima de toda imperfección.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Si quieren ser probados, transformados en aquello que Dios espera de ustedes; Él los probará, pero les entregará todo para que cada prueba tenga Su Gracia, Sus méritos y Su razón de existir.
Yo no fui solo probado por Dios; recibí de Él el mayor tesoro de Su Creación, que fue Su Hijo y Su Sierva que Me enseñaron a ser incansable, así como hoy le enseño a cada uno de ustedes. Ella también Me enseñó el amor, así como les enseña a ustedes; abrió Mi Corazón a una verdad que Yo desconocía, a pesar de que sabía que Dios Me preparaba para alguna cosa desde el inicio de Mi vida en este mundo.
Dios los probará, purificará sus consciencias y hará emerger en ustedes ese tan esperado y nuevo hombre, por el cual claman todos los días en sus oraciones. Yo también clamé por un hombre nuevo, porque no Me sentía digno de ser parte de esa Familia tan Sagrada, Divina, en esta Tierra.
Pero Yo aprendí, hijos, que la dignidad humana no proviene de su condición, no proviene de lo que el hombre construyó en esta Tierra. Eso no es ser un ser humano.
El ser humano es aquel profetizado en las Escrituras, barro que parte de Dios, profundamente semejante a Su Corazón, a Su Fuente Divina. Y eso es lo que, poco a poco, Yo vengo a darles a conocer.
Hoy humildemente les revelo Mi Faz para que también Me puedan ver, así como Yo quiero expresarme al mundo en estos tiempos. Yo no vengo para ser adorado. Esta imagen existe para que unan sus corazones al Mío, para que reconozcan ese momento en el que Mi imperfección quedó a un lado para dar lugar a la perfección de Dios. Esta imagen existe para que comprendan la esencia de la existencia humana y el camino que deben seguir en este final de los tiempos.
Yo no soy el Camino, la Verdad y la Vida. Yo estoy en el Camino, en la Verdad y en la Vida. Me siento parte del Corazón de Mi Hijo porque Su Misericordia Me abrió las puertas para que Yo ingresara en Su Corazón. Esa misma Misericordia se presenta en sus vidas, ese mismo Camino, esa misma Verdad, esa misma Vida que trasciende la vida en este mundo está también aquí, disponible para sus corazones, para sus espíritus, para su condición humana.
Esta imagen representa lo que es imposible; el momento en el que este báculo, seco y muerto, floreció. Así también es la humanidad; parece estar muerta, seca, pero en verdad, hijos, semillas únicas de flores, que aún se desconocen en el universo, se guardan dentro de ustedes para que florezcan en una verdad que ya no les debe ser desconocida. Que esta imagen sea el agua derramada sobre las semillas de sus corazones, para que delante de ella florezca la verdad y cada uno de ustedes conozca su verdadero ser.
Que este Relicario, así, pequeño y simple delante de la grandeza de la Creación, sea el símbolo, hijos, del tesoro que se guarda dentro de cada uno de ustedes.
Hoy les traigo los patrones de una nueva vida que, en verdad, es aquella que Dios pensó desde el principio. Hoy el Creador los observa con regocijo, con profunda alegría, porque podrá despertar Sus Dones en el interior de aquellos que le dicen sí.
Su Corazón se extiende al mundo a través del Relicario humilde de Mi Casto Corazón. Esta madera que se dejó transformar, a pesar de sus imperfecciones, dio la vida para algo perfecto, para una vida nueva que resucitará a aquellos que murieron aunque caminen sobre la Tierra, porque sus espíritus están vacíos y sus vidas no tienen sentido.
Del mundo entero vendrán a contemplar este Relicario, porque sus Gracias hablarán a través del testimonio de la transformación de los seres y aquello que parecía imposible se manifestará.
El Creador Me concedió la Gracia de colocar parte de Mi Corazón en este pequeño Relicario, porque todo lo que Yo recibí le pertenece a Dios y hoy Él quiere entregarlo a los hombres, a Sus hijos, para crear un puente con Su Divino Corazón.
El Creador Me entregó parte del Corazón de María y parte del Corazón de Jesús para que Yo trascendiera Mi condición humana, creciera en espíritu, manifestara Su Voluntad, multiplicara Sus Gracias y hoy pudiera estar aquí, uniendo estas tres partes en un Corazón único que, en verdad, es Su Corazón que hoy se guarda como un tesoro en este pequeño Relicario.
Crean en esto. Crean que este Corazón es un puente hacia el Corazón de Dios y oren delante de Él por el mundo, por la paz, por el fin de las guerras, por la unión de las religiones, por la comprensión entre las culturas, por el respeto entre los seres, por el amor. Oren para que los niños de todo este planeta cumplan su misión en este tiempo y no pierdan su pureza. Recojan de este sagrado Relicario la pureza de Mi Corazón para que ella llegue hasta aquellos que la perdieron por algún motivo.
Dejen que el servicio se multiplique a través de la oración sincera, el Padre se los agradecerá.
Yo les pediré ahora que, por un instante, vuelvan a cantar esta pequeña canción que, con mucha alegría, Me prepararon para honrar el Relicario de Mi Corazón. Si cantan con amor, demostrarán al mundo y a Dios que comprendieron la grandeza de la Gracia que Él les concede a través de la intercesión de Mi Casto Corazón.
Así como las pruebas de este mundo serán desconocidas, las Gracias también lo serán. Así como no creerán en las atrocidades que verán en esta Tierra, también será ilimitada la grandeza de Dios que se expresa entre los hombres.
Por eso, no piensen que es mucho si el Padre desea colocar Su Corazón en un pequeño Relicario, en esta Tierra, a través de la intercesión de Mi Casto Corazón. Dejen que Dios exprese Su grandeza, porque Él puede todas las cosas, así como pudo entregar a Su Hijo en una Cruz, en el calvario de este mundo.
Canten y dejen que los portales se abran hacia el Corazón de Dios, de María y de Cristo, porque Yo soy una pequeña parte de cada uno de Ellos, y es con esos rayos que provienen de los Sagrados Corazones que completo esta Gracia, que hoy le entrego al mundo.
Escucho muchas mentes que a veces piensan en cómo es posible que la grandeza de Dios se coloque en cosas materiales como imágenes, como este Relicario. ¿Acaso dudan de que Dios están en todas las cosas?
Yo, a veces los ayudo en cosas tan simples, diarias, no por esas cosas en sí, sino porque aprendí con el Niño Jesús a transformar esta vida material y a despertar la fe con pequeños servicios, con pequeñas cosas. Él abría Mi Corazón cuando me ayudaba en la carpintería. Él, que era un niño, Me enseñaba a ser carpintero, mientras parecía que Yo era el que estaba enseñándole a Él.
De esa misma forma, Yo vengo al mundo a traerles esas Gracias y, enseñándoles cosas materiales, estando en su día a día, voy transformando sus vidas como Cristo y María Santísima transformaron la Mía.
Quien sabe si un día, hijos, en la Nueva Humanidad, ustedes estarán ayudando a otros, estarán aprendiendo sobre la vida, sobre la renovación de la Consciencia Divina y recordarán este momento, cuando eran pequeños niños en la evolución humana y Yo tenía que venir al mundo para enseñarles estas cosas.
En la simplicidad de Mi Corazón se guarda una grandeza que es la misma grandeza que se esconde dentro de ustedes.
Déjense guiar por Mis Palabras simples. Déjense guiar por Mi silencio, así como Yo lo hacía con María Santísima.
Hoy les traigo la memoria de Mi vida como San José Castísimo para colocarla tanto en este Relicario como en esta imagen y en la multiplicación de ella en todos los hogares de este mundo. La misma Gracia que les concedo, la multiplicaré cada vez que multipliquen esta imagen. Crean en esto.
Hoy les hice comprender, con el sol y con la lluvia, que necesito que amplíen Mi casa. Espero que hayan entendido Mi Mensaje. Quiero que en Ella entren muchos más de los que están hoy, porque ellos llegarán hasta aquí como peregrinos y necesitarán ser acogidos. Ellos transformarán sus vidas, tanto como que Yo las transformé. Algún día, entre ellos, Yo también llegaré. Espero que Me acojan como Yo los acogí.
Den gracias a Dios por enviar al mundo a Sus Mensajeros. No sean como la humanidad de Mi tiempo, cuya mayoría no comprendía la Gracia que estaba recibiendo. La indiferencia humana fue tan grande que hoy el mundo está como está, adormecido.
Déjense tornar nuevos apóstoles, renovados en su fe; en una fe que se construyó en el silencio, en lo invisible; una fe profundamente espiritual cuyo único milagro es la transformación de la consciencia.
Les agradezco por expresar la devoción a Mi Corazón. Que esa devoción se transforme en una fuente de redención y de salvación para las almas que hoy son retiradas de los abismos de este mundo, aunque nadie lo vea.
Guarden en sus corazones un pequeño Relicario de Mi Casto Corazón, una Gracia que nace de la gratitud que Yo siento por ustedes, por estar aquí y por escucharme en los cuatro puntos de este mundo. Reciban esta Gracia con fe, porque la gratitud de Mi Espíritu Me une a Dios, y esta Gracia que les entrego, Yo la recibí de Su Corazón.
Guarden en su interior Mis Palabras, como también todos los impulsos que hoy Yo les traje. Y como si no fuera suficiente, les concedo algo mayor: la Comunión y la unión con Cristo por la intercesión sacerdotal de mi Espíritu.
Vamos a orar juntos el Padre Nuestro en arameo, ofreciendo al Padre no solo estos elementos, sino también cada una de las Gracias que Él hoy les entregó por la intercesión sacerdotal de Mi Casto Corazón. Que los Ángeles de la Presencia vengan hasta aquí para convertir estos elementos, frutos de la Tierra y del trabajo del hombre, la verdadera perfección del corazón humano en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo.
Padre Nuestro en arameo
(transliterado al español)
Abbun debashmaia
Netkadesh eshmoj
Teite malkutaj
Nejuei sevianaj aikana
Debashmaia af ba-arja
Jav-lan lajma teesunkanan iagmana
Washpocklan jaubein wajtagein
Aikana daf jenan shoaken oljaiaben
Wela tajlan letnesiuna
Ela patsan men bisha
Metul delaje malkuta
Wajela wateshpurjta
Laj-lam almin
Aamein.
Que a través de sus espíritus, la paz llegue a este mundo. Con esto les agradezco por estar aquí, por escuchar Mi Voz, por volver viva Mi Presencia.
Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Multipliquen estas Gracias en el mundo y canten para que Yo Me eleve a los Cielos.
Que el Relicario de Mi Corazón se expanda tanto que no quepa en la Tierra y llegue a los cuatro puntos de este universo.
Les agradezco.
En la Cruz, fui clavado por ustedes, y bajé de la Cruz para darles la vida.
Bienaventurados aquellos que creen en Mi Corazón y no le temen a la tribulación, porque vivirán en Mi Amor y reencontrarán el camino que perdieron.
El silencio le habla al mundo sobre la necesidad de un cambio en toda la humanidad. Pero ¿quién corresponderá a este llamado ante del Hijo de Dios?, Aquel que vivió entre ustedes, predicó para ustedes y murió por ustedes para darles la salvación. Sé que muchos recuerdan estos pasajes, pero no los viven.
Yo les enseñé un camino, el camino de regreso al Corazón del Padre Celestial. Muy pocos consiguieron hacerlo, pero ahora Yo vengo por la mayoría de ustedes , porque entre tantas ovejas, alguien podrá alcanzarlo.
Santifiquen sus vidas. Prediquen y vivan la Palabra de Dios. Recuerden los Mandamientos de Moisés y corrijan sus caminos, pues este es Mi último llamado antes del tiempo de la Justicia Divina; y nadie podrá decir que no sabía que el Cielo les habló y los invitó a cambiar profundamente para alcanzar la paz, paz que ya no existe en el mundo, pero que sí puede existir en sus corazones cuando Yo pueda servir en sus vidas, cuando Yo pueda ser ese gran Camino en sus caminos, cuando Yo pueda cargar con ustedes la cruz; la cruz que Dios les envía para madurar y aprender, para corregir los caminos y alcanzar la santidad.
Mientras sufren, ofrezcan el sufrimiento a Dios; pues Dios no es sufrimiento, es Vida. El sufrimiento fue creado por la humanidad y más allá de esta.
Por eso, Yo vine a su encuentro para despertar sus corazones al Camino de la Verdad, el único que deben buscar en estos tiempos, por encima de las mentiras del mundo, mentiras que ocasionan la perversión de la humanidad y que crean la perdición de las almas.
Pero Yo vengo en Espíritu, en Divinidad, para que sientan el Poder de Mi Palabra; pues Me verán, lo prometo, cuando todo se haya purificado. Si no se purifican, no Me verán.
¿Cómo Mi vino nuevo puede entrar en un jarro viejo?, eso no es la Ley, no es el equilibrio del universo; pero Yo vengo aquí para ayudarlos en la transformación. Si se animan, conocerán lo que no han conocido.
Yo les traigo la Paz, la verdadera Paz que reside en el Corazón de Dios y de los inocentes.
Yo no vengo aquí para que Me crean. Vengo a dejar una semilla para el futuro, pues en el fin de los tiempos recordarán este momento; y al final de su vida recordarán este pasaje, Mi Presencia y Mi Energía sacerdotal y espiritual que los congrega en la Fe y en el Amor de Dios.
Sean Mis apóstoles, pues cuento con muy pocos servidores que siguen con fidelidad Mi camino, en obediencia a la Voluntad de Dios.
Yo no vengo a quitarles nada de sus vidas, sino a entregarles aquello que no tienen. ¿Creen que eso es posible?
Yo Soy el Espíritu de la Glorificación de Dios. Soy la Consciencia omnipotente que ascendió a los Cielos y que está junto a Su Padre Eterno para traerles la Verdad, el camino de la renovación y principalmente el de la Fe.
Por eso, vengo en Gloria ante tantas impurezas y caminos corruptos. Mi Misericordia todo lo transforma y penetra en sus corazones para que renazcan a la vida espiritual y se encuentren con Dios, en estos tiempos definitivos.
Hoy, les vengo a entregar una llave invisible. Hoy, vengo a depositar en sus vidas una semilla espiritual, pues el Agricultor esparce en terrenos infértiles las últimas semillas de la evolución. Riéguenlas con el agua de su fe y de todas sus oraciones, así crecerán firmes y sus caminos no se torcerán, porque nacerán a la verdadera vida y encontrarán el verdadero espíritu, aquel que mora en el Corazón de Dios y que no es conocido por el mundo.
Ese Espíritu de la Verdad encarnó en esta humanidad, como el Hijo primogénito de Dios, para traerle la salvación, la redención y la Misericordia al mundo; abriendo las puertas a la liberación del mal. Pero después de tanto tiempo, después de que Yo estuve entre ustedes, vengo a buscar lo que he dejado en cada corazón: la madurez, la fidelidad, la verdad, la esperanza, la fe, el amor, la fraternidad y principalmente la hermandad que es algo que el mundo no vive.
Sean fraternos y para ser fraternos, sean sinceros. No escondan el mal en sus corazones. Disipen toda oscuridad de sus caminos y que el verdadero resplandor sea la oración del corazón. Así, sus familias no se perderán como tantas familias que se pierden en el mundo, en el mundo de la ilusión y de la crueldad que invade los corazones simples.
Yo vengo a traerles el rescate. Yo vengo a revelarles el Plan de Rescate. ¿Quién se sumará a esta Obra de fin de tiempo? Por eso, necesito soldados verdaderos.
No vengo a ver sus imperfecciones, sino a corregir sus vidas para que sigan un camino correcto, un camino seguro hacia el Corazón de Dios.
Por eso, deben realizar un voto en sus vidas, un voto que cada uno pueda vivir Conmigo, con Mi Madre y con Dios. Y si viven ese voto, a pesar de las pruebas y de las experiencias de vida, será la verdadera confirmación de su parte ante el Universo Celestial de que habrá valido la pena que, después de veintiséis encuentros Conmigo, algo haya sucedido en sus vidas. Porque cuando Yo ya no esté aquí, haciéndoles sentir Mi Corazón noble, ustedes ya deberán estar prontos para asumir la tarea planetaria de ayudar a muchos rebaños perdidos.
Es hora de despertar. Salgan de ese sueño. No entren en el sueño de este mundo. Vivan la realidad que existe en el universo. Busquen la Fuente de la Verdad que vive en Mi Corazón misericordioso, y así serán testigos de Mi segunda Venida a la humanidad.
Por eso, Yo preparo a los rebaños, siembro la Tierra para que los corazones puedan despertar a los Dones del Espíritu Santo, que todavía no conocen profundamente; pero esos Dones pueden vivir entre ustedes siempre y cuando purifiquen sus vidas de todas las condiciones que ustedes colocaron, para poder evolucionar en la vida del espíritu y de la verdad.
Yo vengo a traerles cosas simples. Vengo a enseñarles las Leyes de la Creación. Pero sé que la mayoría de la humanidad no quiere mirar hacia eso, y Dios ya no puede esperar a una humanidad ingrata e inmadura. Cada uno de ustedes, compañeros, independientemente del grado de su despertar, deberá cumplir una parte en este tiempo final. Eso está escrito en el Libro de Mi Señor, está escrito por los ángeles del Cielo y así lo verán en el fin de los tiempos.
Crezcan de verdad y sin prejuicios. Crezcan en fe y en amor; y no dejen de rezar a Mi Corazón que hoy es consolado por todos, por aquellos que se esfuerzan en buscar Mi Reino, para vivir así en Mi Corazón.
Hoy les traigo, por primera vez, la súplica de Dios a todo el mundo, antes de que todo se desate, porque nadie lo podrá detener.
Quien construye su templo interno, es sabio. Las paredes temblarán, los suelos se moverán, pero el centro de su corazón no perecerá si hacen lo que les pido en nombre de los ignorantes y de los que deben despertar a la redención de Mi Corazón.
Ahora, compañeros, celebremos, en este sagrado Cenáculo, la institución de Mi Cuerpo y de Mi Sangre para los corazones que deben redimirse y vivir en la Fuente de Mi Misericordia.
Que este acto de consagración sea una renovación para todos. Uno Mi Espíritu sacerdotal a todos los presentes y a todos Mis compañeros que Me acompañan en este momento en cada parte del mundo, buscando sinceramente cumplir el Propósito de Dios.
Cuando todo haya pasado, cuando los Mensajeros Divinos se recojan, verán escritos en los libros la esencia de Nuestro Mensaje y finalmente comprenderán.
Incienso.
Oración: Padre Nuestro (en portugués, tres veces).
Ahora llamen a Mi Padre, compañeros, para que el Espíritu de Su Sabiduría, que es omnipresente, omnipotente y eterno, descienda sobre este mundo y en el corazón de todas las almas que buscan la unión perfecta con el Universo Celestial.
Canción: Adonai, Espíritu Santo.
Bendigo a aquellos que buscan el espíritu de la consagración a Mi Corazón. Así, los bendigo, los perdono y los absuelvo de todo pecado y que, saliendo de este lugar, sus vidas sean otras ante Mis Ojos.
Recordarán este día por siempre, porque está en Mi memoria universal.
Yo les agradezco.
Sonríanle a la vida, sonríanle a Dios. Es el bálsamo perfecto para el alivio del mundo. Es la expresión noble de un corazón puro y de un alma que se regocija en el Señor.
Yo los amo y los quiero eternamente. Que así sea.
Vayan en paz y en Mi Camino.
Ahora, mientras Me elevo al Cielo en Divinidad y Gloria, confiésense silenciosamente ante Mi Corazón, Yo los escucho.
Que, en el nombre del Arcángel Miguel, las puertas de la perversión sean cerradas. Que la Luz reine por siempre en el corazón de los simples y de los humildes, de los que buscan la unión Conmigo en los tiempos que vendrán.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
¡Gracias, Señor, por cuánto nos das!
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más