Mis queridos hijos:
Que Dios sea siempre adorado y reconocida Su Insondable Presencia.
Queridos hijos, ante el Santísimo Sacramento, en el Monte Tabor, su Madre Celeste los llama a ingresar en el preámbulo de la próxima Semana Santa, en la que Mi Hijo se entregará por ustedes para que se rediman y tengan vida en abundancia.
Queridos hijos, antes de que Jesús ingrese triunfante en Jerusalén; ustedes, Sus apóstoles de los últimos tiempos, entreguen su oferta al Creador, ya que Su Iglesia Celestial estará abierta y las ofrendas de sus corazones podrán ser depositadas a los Pies del Señor.
Les hablo de una sincera oferta porque, en esta próxima Semana Santa, las almas deberán hacer su ofrecimiento a fin de aliviar el sufrimiento del mundo, a fin de erradicar la indiferencia ante tantas situaciones inesperadas que vive la humanidad.
Queridos hijos, como su Madre Celeste, los acompañaré en esta senda de comenzar a aceptar el camino crístico de la redención.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz