Se acerca el tiempo en el que las puertas de los infiernos terrestres se cerrarán y en el que las almas pasarán de un nivel de sufrimiento hacia un nivel de Luz y de Misericordia.
Eso sucederá a través de la columna de oración establecida en la superficie de la Tierra, un ejercicio interior que sostendrá a cualquier consciencia y bajo cualquier situación.
La Oración por las Naciones seguirá creciendo como tarea y como propósito y, cada día que pasa, más almas serán tocadas y llamadas a participar de esa red luminosa de oración, preciosamente formada por todos los seres de oración y de buena voluntad de este planeta.
Esta base espiritual y al mismo tiempo humana es la que su Redentor utilizará para preparar a las naciones, a los pueblos y a las culturas para poder acoger la segunda venida de su Redentor.
Este es el tiempo de tener conocimiento de este propósito interno que se realiza día a día en la vida de quien participa de esta propuesta y, así, cada orante se vuelve un posible instrumento que, en humildad y despojamiento de sí, es capaz de llevar a cualquier parte del mundo y bajo cualquier circunstancia el Amor de Dios y de Sus Mensajeros.
Magnífica es la red interna de oración que une naciones y pueblos, red creada y amparada por la Madre Celeste.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús