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Queridos hijos:
Que hoy sonrían sus corazones para que en ellos broten y nazcan las flores de Dios.
Pequeños niños, guarden con predilección la Presencia del Corazón de Mi Hijo; así Él los hará caminar hacia el Reino del Señor en el que siempre deben anhelar vivir y permanecer eternamente.
Hoy los invito a que brote la paz desde lo profundo de sus almas. Muchos corazones aguardan almas bondadosas que puedan irradiar paz y amor para reparar el dolor. Por eso, Yo los preparo diariamente para que vivan Mi escuela de oración. Un buen discípulo vive con fe los preceptos del Maestro del Amor y así comienza a recorrer los caminos del amor y de la esperanza que son necesarios para muchas almas que están solas.
Queridos hijos, cada oración es un nuevo misterio de fe que se revela a la vida de las almas. Por ello Yo los invito a estar delante del Espíritu Divino del Padre para que todos puedan comenzar a vivir Sus Leyes de Amor.
Queridos hijos, todos son llamados a la conversión del corazón y eso empieza a través del amor profundo que sus corazones puedan irradiar a sus semejantes y al mundo. Si la humanidad pudiera amar más allá de la vida y del corazón, el mundo cambiaría y las oportunidades de salvación llegarían a muchos hijos.
Yo los llamo a formar parte de los grupos de oración consagrados a Mi Inmaculado Corazón para que Dios Padre, en Su Infinita Misericordia, contemple al mundo con compasión y amor. Cada oración que es pronunciada con firmeza y devoción permite que más almas alejadas de la Luz puedan ser elevadas por la fuerza interior de Mi Inmaculado Corazón.
Queridos hijos, estamos a tiempo de que muchas almas puedan aproximarse, en un acto de reconciliación, a Mi Hijo. Con Verdadero Amor Él los aguarda para darles a conocer la inmensidad de Su Bien y de Su Humildad.
La escuela de la oración es para todas las almas que aspiran a ingresar en ella y para aquellos que no hayan encontrado la Luz del Reino Celestial que Mi Corazón les está ofreciendo día a día. Amemos con honestidad y aliviemos al mundo de su propio dolor. Todos están llamados a la hora de la reparación total de aquello que sus almas no realizaron bien. Están llamados a la hora de la Redención.
Gracias por responder a Mi eterno llamado.
Luz en los corazones del mundo,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Despierten la paz en sus corazones. Comulguen a diario de la presencia redentora de Mi Hijo. Aguarden en paz Su retorno desde las nubes. Ofrezcan a Dios toda donación que irradie el corazón. Encuentren fortaleza en la oración para que ella les ilumine el camino.
Queridos hijos:
En la alianza con Cristo, emblema de amor que brota de sus corazones, existe el amor que ustedes deberán buscar para que el espíritu sea permeado por la Misericordia de Mi Hijo. Eleven sus plegarias hasta el trono de Dios, queridos hijos, para que los oídos celestiales del Padre escuchen el llamado de todos sus hijos. Así cada uno de sus corazones estará obrando por amor a la conversión verdadera de la vida, y en esos momentos estarán liberando la culpa que tal vez pueda sentir algún corazón. La falta hacia Dios no es lo grave; lo importante para el alma que ha errado es el retorno hacia Su Corazón.
Toda la vida del mundo es un aprendizaje; ya ha llegado el tiempo de redimir el pasado.
Queridos Míos, amen a Dios. Él los espera todos los días como Sus dignos hijos. El Amor Universal de nuestro Padre abre las puertas para la Luz que vendrá. Para que Mi Inmaculado Corazón triunfe en el mundo y en las almas, la adoración a Mi Hijo Glorificado les permitirá disolver el sufrimiento en muchos corazones perdidos. Todo rescate comienza en la apertura interior del corazón; de esta manera, queridos hijos, el Señor contemplará a cada uno de ustedes como almas.
Sus corazones y el corazón de todos Mis hijos deberán reconciliarse con Dios; Sus Prodigios de Paz y de Conversión aguardan ser derramados desde Mis manos de Amor. Yo los ayudaré a encontrar el camino.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
En Su Gracia, el Señor los convoca para obrar por todos los hermanos en el mundo bajo el espíritu de la paz.
En estos tiempos en los que el mundo no descansa por sus sufrimientos, Yo los llamo a la perpetua oración por la paz en todos los corazones. Por este camino, ustedes podrán construir sólidas columnas de Mi Paz de modo que ellas irradien al mundo entero. Sepan, pequeños Míos, que el Señor aguarda la redención y la conversión del mundo; por eso, Yo vengo desde los Cielos hacia ustedes para enseñarles cómo perdonar y amar a pesar de las diferencias humanas entre los corazones.
Queridos hijos: la verdadera Paz es un estado de Gracia; la Paz es divina e inmaculada. Yo vengo al mundo a recordarles que la humanidad tiene una puerta por donde encontrar Mi Luz Maternal. Cada día que pasa, el mundo se apaga; por ello, Mis queridos hijos, el acto de la oración debe ser constante hasta el punto de sentirla como parte de cada una de sus células.
De esta forma, pequeños Míos, muchas Gracias podrán ser derramadas para abrir los corazones que aún permanecen cerrados. Ustedes, pequeños niños, solo recuerden y vivan cada momento de oración; así sus corazoncitos brillarán en medio de la noche que llegará a todos. Vean la Luz de Mi Inmaculado Corazón para que sus almas tengan fortaleza y sientan la Paz que desde los Cielos Yo les estoy irradiando mes a mes, aparición tras aparición.
Alegren sus corazones por el camino presente que están recorriendo. Será importante sembrar la unidad para que el estado de Mi Divina Paz sea un fuego ardiente en cada uno de ustedes.
Vivan en paz y sientan Mi Inmaculada Paz. Ámense los unos a los otros, como lo ha dicho Mi Hijo; es hora de vivir estos misterios.
Gracias por responder a Mi llamado.
Los contempla con el Corazón,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
En las grandes batallas la oración vence a través del amor que cada alma vierte desde su interior por las otras almas.
Pequeños Míos, hoy los invito a orar con sinceridad por la restauración de todas las almas que, por los impulsos de la vida terrena, se sumergieron en el camino de las festividades. Yo los llamo hoy a la oración reparadora por todos los corazones que sin saberlo perdieron el brillo de la llama que los unía a Dios Creador.
Por eso, Mis pequeños, para aliviar el dolor de las almas que se distanciaron de su verdadero Padre del Amor, Yo los llamo a colaborar en humildad con todas ellas a través de la unión de ustedes con los Cielos en el ejercicio diario de la oración.
Muchos corazones en este día se sentirán distanciados de todo y no podrán comprender el porqué. Por eso, Mis pequeños niños, a ustedes, que por Gracia han conocido el poder de la oración, los llamo a ejercitar el amor en el corazón por todos los hermanos que en estas festividades mundiales son engañados por el falso amor.
Para conocer el Amor Divino debemos orar y, así, las almas tibias podrán fortalecerse en esta última hora en el mundo. Mi Bendita Misericordia está siendo derramada sobre todos los corazones pero, ahora, Mi Inmaculado Corazón necesita de verdaderos misioneros de la oración.
Con los orantes en el mundo, el planeta se consagrará a Mi Inmaculado Corazón después que todo acontezca entre los hombres y los pueblos. Pero si no hay verdaderos corazones donados a la oración, al mundo le costará mucho rendirse a los pies del Supremo Dios. La humanidad, en cada pequeño corazón, está siendo llamada por Mi Inmaculado Corazón a consagrarse a Dios en la oración redentora.
Aún queda mucho por aprender en este mundo, pero Mi Corazón prepara a los corazones para el tiempo final. Estoy en cada uno de ustedes contemplándolos y amándolos como la Madre de la Paz. Es necesario, Mis pequeños, que todos conozcan el Reino de la Paz para así reconocer que la Luz de Dios está cerca de cada alma que la busque.
Dios los ama. Dios los quiere redimir. Dios espera que cada corazón se rinda delante de Su Amor Misericordioso. Aún es tiempo de que todos los corazones se conviertan . El Cielo está abriendo las puertas para los que, incluso sin comprenderlo, aspiran a su propia rehabilitación. El Divino Señor los aguarda para la cena de comunión con Su Santísimo Corazón.
Los contempla desde el Corazón,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Mi Corazón espera sus oraciones puras, aquellas que nacen desde los corazones consagrados a Mí. Que el bendito fruto que nació del Espíritu Santo, Cristo, sea la eterna aspiración de obrar junto a Él por la Redención mundial de las almas.
Hoy les pido, Mis pequeños, que vivan la presencia del Sagrado Maestro del Amor para que sus corazones inspiren el aroma de Su Amor Misericordioso. En esta obra de Paz y de Redención, Mis queridos, estamos juntos, compartiendo la esperanza del corazón y la paz del alma, por la salvación de los corazones.
Un ciclo está terminando en todo este camino de peregrinación.
Desde el oriente hacia el occidente, sus corazones están trayendo, en Mi Nombre, las Buenas Nuevas de la obra del Reino de Dios.
Por eso, pequeños, llegó la hora de alzar a todos los corazones hacia el Reino de Mi Inmaculado Corazón para que todos Mis hijos sean tocados por la Luz de Mi Eterno Manto de la Paz.
Cuando las obras del Señor se realizan en las almas que están en la Tierra, el Reino de los Cielos celebra y alaba al Altísimo por Sus Prodigios y Su Amor hacia todas las criaturas.
Los adoro.
Sean bien recibidos en el cuarto Reino de Mi Corazón Inmaculado: Aurora, después de Fátima-Lourdes, Medjugorje y Guadalupe. Los acojo a todos en Mi Ser.
Los guía en la Luz,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más