Lunes, 3 de diciembre de 2012

Mensajes semanales
MENSAJE PARA LA APARICIÓN EXTRAORDINARIA EN LA CIUDAD DE CAMBORIÚ, SANTA CATARINA, BRASIL,TRANSMITIDO POR LA VIRGEN MARÍA A FRAY ELÍAS

Queridísimos hijos:

Cuando ayer los llamé a reafirmar la acción del ayuno y de la oración todos los días, era para que vuestras consciencias recordaran el tiempo especial que están viviendo en esta humanidad.

Como Madre, contemplo y acepto todas vuestras sinceras ofertas de ayuno. A los que están enfermos les pido ayuno de palabras y mucha oración; a los que tienen cuerpos firmes y jóvenes, les pido ayuno desde la consciencia y desde el corazón, ofertando todo al Creador; a los más dispuestos al sacrificio, les pido ayuno de pan y agua, como les pedí a Mis hijos una vez en Medjugorje.

En este tiempo no solo los invito a la oración, sino que también los invito a los pequeños sacrificios de parte de vuestras almas, sacrificios que puedan agradar al Corazón del Padre, pero sacrificios que no martiricen vuestras almas.

Ahora, la humanidad se encuentra en otro momento y este tiempo debe ser acompañado por todos mediante el ayuno que cada hijo pueda ofertar, mediante la oración que cada hijo pueda ofertar cada día más y a través de pequeños sacrificios que cada alma pueda ofertar y entregar a Dios. Todo esto será bien recibido en la Puerta de los Cielos, por eso cada acto que se hace con amor, tiene más valor que aquellos actos que se cumplen por obediencia a un pedido.

Como Reina de la Paz, los invito a considerar en vuestras vidas estos simples ejercicios espirituales, que fueron grandes llaves para la salvación de muchas almas cuando Cristo estuvo entre ustedes sobre la Tierra.

Los cuarenta días de ayuno de Mi Hijo Jesús, significaron la unión definitiva de Su Corazón Humano con el Corazón Espiritual de Dios, fue la alianza que le permitió a Jesús vivir la Pasión, la Muerte y la Resurrección, y la esencia de todo este misterio fue la oferta de amor que emanó del Corazón de Mi Hijo hacia la Voluntad de Dios.

Por eso, queridos hijos, en los pequeños y verdaderos actos de oferta se encuentra la humildad y la reparación que cada corazón necesita para este tiempo. El mundo deberá ser sustentado por las obras de la humanidad, obras de oración, obras de paz, obras de sacrificio y obras de fraternidad, que permitan reparar los grandes ultrajes que muchas almas están cometiendo hacia el Universo.

Por eso, hijos Míos, como María, Madre Auxiliadora de todos los cristianos, vengo hacia vuestras vidas para orientarlos y acompañarlos como ya lo hice a lo largo de los siglos:

• En Guadalupe, vine a salvar la dignidad de todas las razas ante Dios.

• En Lourdes, vine a evitar la condenación de las almas.

• En Fátima, vine a evitar la destrucción del mundo.

• En Medjugorje, vine para hacer confesar y orar mucho más a todos Mis hijos

• Y ahora aquí, en el Sur de América, vengo para preparar a todos los corazones hacia el nuevo ciclo de la humanidad, que es el Retorno de Mi Hijo

Dios teje a través de Mis oraciones Sus benditos y misericordiosos propósitos para cada una de las almas.

Hoy los invito a un ejercicio más, que es la adoración al Corazón de Cristo. Este ejercicio puede realizarse a través de la adoración al Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo en todos los sagrarios de la Tierra, como a través de la presencia poderosa de la imagen de Cristo Misericordioso y del Sagrado Corazón de Jesús.

Queridos hijos, lo importante es que vuestras esencias se unan cada vez más al Corazón de Mi Hijo, porque en el silencio Él los espera.

¡Les agradezco por responder a este importante llamado por la Paz!

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad