Viernes, 23 de junio de 2023

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Consagrarse a Mi Casto Corazón, hijos, es aspirar con el corazón a seguir los ejemplos que les dejé, no solo a lo largo de Mi vida sobre la Tierra, sino también después, cuando seguí el camino de servicio y de unión con Dios hasta retornar a Su Corazón.

Consagrarse a Mi Casto Corazón es darle la señal al universo y al Creador de todas las cosas de que, a pesar de las imperfecciones, limitaciones y resistencias, sus almas aspiran a ir más allá de todo eso y a encontrar el principio perfecto que se oculta en su interior.

Consagrarse a Mi Casto Corazón es ingresar a la escuela de la transformación de la condición humana de una forma consciente, atentos cada día a lo que ya no debe formar parte de sus vidas.

Consagrarse a Mi Casto Corazón es cansarse de lo que el mundo les ofrece, cansarse de vivir bajo las influencias de estos tiempos y de vivir lo mismo, vida tras vida: los mismos conflictos, encontrarse con las mismas barreras, caer en los mismos abismos, dejarse llevar por las mismas aguas.

Finalmente, cuando se cansen de todo eso, serán capaces de mirar al Cielo, como también al propio mundo interior, y percibir que existe una opción diferente, que existe una posibilidad de vivir de forma sagrada, de hablarle al mundo con el silencio de su boca y con el grito de sus acciones.

Existe una forma de transformar la condición humana de adentro hacia afuera, transformándose a sí mismos, sin señalar los errores de los demás.

Existe una posibilidad de ir más allá de lo que ya fueron hasta hoy como humanidad, y eso es lo que Yo vengo a mostrarles con la consagración a Mi Casto Corazón. Eso es lo que ustedes percibirán estudiando los Mensajes que les entregué. Eso es lo que descubrirán viviendo el servicio que les pedí. Eso es lo que vivirán plenamente cuando vean los milagros manifestados en sus familias por el poder de la oración y de la transformación de la vida.

Consagrarse a Mi Casto Corazón les mostrará que, a pesar del caos del mundo, del caos interno de los seres, del caos en la mente y en las emociones de los hombres y mujeres del mundo, aún habita en su interior un potencial de perfección, una esencia inmaculada y silenciosa que no se expresa, sino delante de los que la miran y le dicen: "Vive plenamente a través de mí, sé tú la expresión de mi ser".

Y es eso, hijos, lo que el Creador Me pide hoy que les enseñe: a mirar hacia adentro y encontrar la propia esencia; mirar a la vida y saber vivirla de una forma diferente.

En la escuela del fin de los tiempos, sabrán tornar el sufrimiento en sagrado; sabrán hacer del sacrificio una vida de plenitud y de servicio; sabrán hacer de lo que para algunos es humillarse la liberación de sus almas; porque no necesitarán ser lo que el mundo espera, sino lo que Dios esperó tanto tiempo para vivir dentro de ustedes, dentro de cada una de Sus Criaturas.

Por eso, hoy vengo a consagrar a las familias, porque son el arquetipo perfecto de la unidad y de la manifestación de la Voluntad de Dios, pero que se está perdiendo en el mundo. En las familias es donde se construye la consciencia humana; una familia plena de amor construye seres humanos que saben amar.

Por eso, les pido que siempre busquen en sus corazones la forma de encontrar y de comunicarse con Dios en el corazón de sus familias.

Tienen Mi bendición para esto.

Su padre y amigo,

San José Castísimo

 

Al final del Mensaje, San José realizó la consagración de algunas familias como Hijos y Amigos de San José y transmitió las siguientes Palabras:


A Mi Corazón le alegra recibirlos en Mi altar.

Me alegra la simplicidad de los niños, la pureza de su presencia.

Y por el don que Dios Me concedió de dar la vida a Su Hijo, de construir esa vida a través de la Sagrada Familia, de traer a la Tierra principios sagrados; por esta Gracia, hijos, Yo los bendigo y los consagro como Hijos y Amigos de San José, como compañeros de Mi Casto Corazón, los que darán a conocer al mundo cansado un arquetipo de vida diferente; los que se esforzarán todos los días, con paciencia, con humildad, para vivir lo que el mundo no ofrece, para ir contra las tendencias de estos tiempos y, en un tiempo de caos, manifestar la paz, el respeto, el servicio, el amor y la comprensión.

Yo los bendigo y les agradezco por estar hoy aquí.

Que sus vidas le den al mundo el ejemplo de una humanidad diferente. Tienen Mi bendición para esto.

En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.