Jueves, 17 de septiembre de 2015

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Queridos compañeros y siervos de Cristo:

Hoy quiero hablarles de la esencia del perdón y de la importanciade aprender a perdonar en estos tiempos y en los que vendrán.

El perdón es la puerta para la redención de las almas. Una consciencia que verdaderamente es perdonada se libera de las corrientes que le impiden seguir su trayectoria evolutiva.

Cuando ustedes no son capaces de perdonar algo en sí mismos o en los demás, están obstaculizando no solo su propia evolución, sino también la de toda la humanidad.

En el actual ciclo planetario las almas tomarán iniciativas movidas por fuerzas descontroladas que surgirán del propio interior y, muchas veces, no comprenderán la razón de las propias acciones. Principalmente los seres que no se conocen a sí mismos, y que ignoran todo lo que generaron en esta y en otras vidas, sufrirán por el propio descontrol mental, emocional y físico durante la etapa de purificación más aguda del planeta.

Muchos de los que acompañan Nuestros pasos podrán sufrir las consecuencias de esas acciones descontroladas y, para impulsar el crecimiento del amor en su interior, deben aprender a perdonar.

El perdón del que les hablo no es un perdón mental, que la boca proclama, pero que el corazón no admite. Les hablo del verdadero perdón; el perdón que, cuando toca a los seres, los transforma y los hace percibir la ilusión en la que estaba sumergida la consciencia al equivocarse. Les hablo del perdón que eleva a los seres y los impulsa a descubrir el verdadero amor.

Deben aprender a perdonar de verdad, ejercitando, desde ahora, el perdón en cada instante de sus vidas. Perdonen aquello que nunca fueron capaces de perdonar, sobre todo a sí mismos, reconociendo la ignorancia y abriéndose para descubrir la verdad de esta Creación Divina, que es la consciencia humana.

Todos los seres humanos que asumen un camino de transformación, a diario, dejan de ser lo que fueron el día anterior. Al comprender un error o una equivocación, deben perdonarse; pero perdonarse sin descuidar el aprendizaje, comprendiendo la razón de su error y consolidando en la consciencia el necesario aprendizaje.

Aquellos que aprendan a perdonar, Mis queridos, estarán más próximos de la liberación de sí mismos y de los atavismos de esta vida material.

Ingresen en la esencia del perdón con el reconocimiento de un propósito superior

Yo los guío y los conduzco a la redención de todas las almas.

San José Castísimo, en la esencia del Perdón de Dios