Sábado, 7 de septiembre de 2013

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL TRANSMITIDO POR MARÍA, REINA DE LA PAZ A MADRE SHIMANI

Yo soy María, soy la esencia de la Paz, aquella Paz que emana del Corazón de Dios.

Yo soy María, Madre y Guardiana de esa Paz en el corazón de los hombres y mujeres de este mundo.

Yo soy María, Sierva Fiel y constructora de la Piedad en los mundos internos de la humanidad.

Soy María, Madre amorosa y pura que teje en el universo el manto de luz para luego cubrir a Mis hijos de protección y amor.

Soy María, la Eterna Madre Fiel, que recoge flores en el cielo para colocarlas en los corazones de los hijos que sufren: por la falta de paz en el mundo, por la falta de reconciliación con Dios y por la falta de fraternidad entre los hermanos.

En esta jornada, en donde el mundo ora y ayuna por la paz entre los hombres, Mi presencia maternal está con todos Mis hijos.

Hoy se ha hablado de paz a las naciones por intermedio de Mi vocero, Mi hijo amado, el Papa Francisco y el universo espera que esas palabras y las súplicas de miles de corazones, que acompañaron esas plegarias que han llegado al Cielo, también lleguen al corazón de los responsables de las naciones; los que deberán comprender que la Paz en el mundo es vital para poder seguir adelante.

Quiero en este día, de vigilia y oración amorosa y poderosa, agradecer a cada hijo que ofertó su oración y su ayuno por la paz en el mundo.  También quiero decirles que, de ahora en adelante, habrá muchas jornadas con vigilias y ayunos por esta humanidad que clama por la Luz y el Perdón de Dios.

Cada día más, hijos amados, debemos unirnos, ustedes y Yo, vuestra Madre Celestial, y rogar a Dios por los pueblos, por las naciones, por las religiones; para que la luz del Espíritu Santo descienda y traiga sabiduría para enfrentar los acontecimientos que vendrán.

Hoy, hemos visto desde los Cielos, a los hermanos unidos en un propósito único, la paz, y en el universo una luz de gran esperanza se ha encendido. Avancemos en ese sendero de la paz y de la fraternidad para que, cuando el Redentor que está retornando, manifieste Su Presencia entre ustedes, pueda encontrar encendidos los corazones con la llama de la reconciliación y el amor.

Sean bienaventurados, oren unidos por un Propósito Mayor, aquel que espera ver a los seres humanos en fraternidad.

Paz para los corazones.

Luz para las consciencias.

Amor para todos en la Tierra.

Gracias por estar hoy Conmigo,

María, Madre y Reina de la Paz