Miércoles, 27 de marzo de 2013

Mensajes semanales
MENSAJE DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA TRANSMITIDO A MADRE SHIMANI

Mis amados hijos:

¡Alabado sea Cristo Jesús en vuestras vidas!

Para este tiempo de gran tribulación interior cada alma estará bajo la mirada del Redentor, porque Él tiene sed de todas aquellas que alguna vez levantaron sus voces y sus manos en contra de Su Mensaje, de Sus Mensajeros y de Sus Ovejas.

En este tiempo de Misericordia y de Justicia Divina cada uno recibirá desde la Fuente Eterna del Amor de Dios lo que necesita para aprender, aquello que equilibrará su cuenta espiritual con el universo y aquello que alivie el dolor del mundo.

Muchos acontecimientos inexplicables sucederán y aquellas almas que se vean tocadas por ellos no comprenderán, ya que no han aprendido a ver a Dios en todas las cosas y no están dispuestas a vivir dolores y sufrimientos para ayudar al equilibrio planetario.

Esas consciencias solo ven castigo y solo sienten incomprensión.  Por eso Yo les pido, hijos Míos, que oren mucho por aquellos que no comprenderán los designios de Dios, para que sus consciencias no se perturben y puedan encontrar en el Corazón de Mi Hijo un refugio de amor,  perdón y salvación que los ayude a cumplir con su destino.

Nada sucederá que no esté escrito por la mano de Dios en el libro del universo, hasta que esta humanidad pueda liberarse de las cadenas que la atan a la decadencia espiritual y moral, hasta que el amor de Cristo Jesús haya limpiado cada corazón, cada alma, cada cuerpo de esta humanidad.

Oren, oren sin cesar por los que no oran, no creen en la salvación de las almas y no están dispuestos a equilibrar el destino de la humanidad.

Oren para que todos esos hijos Míos puedan confiar en Mi Corazón Inmaculado, y permitan que Yo los lleve envueltos en Mi Amor Maternal hacia el Corazón Redentor del Salvador.

Oremos, hijos Míos, para que los planes de Dios se cumplan sobre este mundo.

Sean fuertes, porque vuestra fortaleza será ejemplo para otros que caminan ciegos.

Los bendigo, los amo y los guardo en Mi Corazón de Madre.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad