Vengo a ofrecer al mundo la cura de su corazón, la liberación de sus prisiones, la redención de la consciencia.
Como su Madre, vengo a ofrecerle al mundo la verdadera libertad de la vida y el despertar a Leyes más profundas, que harán de cada ser un discípulo de Cristo.
Vengo a ofrecer al mundo el camino de la verdadera luz, la alianza perfecta con el Amor del Padre y la unión predilecta con Mi Amado Hijo.
Vengo a ofrecer a la humanidad la salida de su cautiverio, el sentido de vivir en este planeta, la oportunidad de crecer interiormente siguiendo los ejemplos y las enseñanzas de Cristo.
Vengo a ofrecer a las almas todo lo que aún no pudieron alcanzar en su caminata espiritual, la posibilidad de estar en comunión perpetua con la Divina y Suprema Fuente.
Vengo para ofrecer a la humanidad los patrones que nunca encarnó, los valores de una vida crística, el sendero para poder encontrarse con el Redentor.
Todo esto es lo que ofrezco a las almas una y otra vez; pocos consiguen nadar en esos misterios y penetrar en el océano de la Misericordia de Dios.
Vengo para hacer de sus consciencias nuevos y renovados seres al servicio del Plan de Dios.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los unifica,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz