A través de las oraciones, Yo limpio los infiernos de este mundo y retiro de esos lugares a cuantos claman por Mi auxilio.
A través de las oraciones, Yo ayudo a los Reinos menores y alivio todo el sufrimiento que ellos padecen.
A través de las oraciones, guío a las almas para que encuentren el Propósito y para que por encima de todo vivan la Divina Voluntad.
A través de las oraciones, abro las puertas a la Gracia, y consciencias que no merecerían dicha intercesión reciben la oportunidad de corregir y de enderezar sus caminos.
A través de las oraciones, el planeta se ve aliviado y, al menos en un pequeño porcentaje, su consciencia es protegida.
A través de las oraciones, puedo establecer en los corazones el Reino de Dios para que siempre lo recuerden y así lo amen profundamente.
A través de las oraciones, Mi Inmaculado Corazón se fortalece y esa fortaleza interna es irradiada hacia todos los que oran de corazón.
Así todo se mantiene bajo un mínimo equilibrio, y el planeta como consciencia puede respirar y soportar.
Todo esto lo preparará para su próxima transición y todos aquellos, que hayan negado la vida del espíritu y de la oración transformadora, se darán cuenta muy tarde de que perdieron la oportunidad de reconciliarse con el Padre y ya no habrá retorno.
Les agradezco a todos por hoy haberle orado a Mi Amado Hijo.
Los unifica,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz