Mis queridos hijos:
Con alegría y regocijo, llego una vez más del Cielo. Esta vez para este esperado encuentro entre Mi Corazón y sus corazones.
Su Madre Celeste ya está aquí, con toda Angola y con toda África.
Hoy, vengo como la Madre de África. Vengo por un continente estigmatizado a través de los tiempos. Vengo por una raza discriminada y explotada.
Yo estoy aquí y Soy su Madre. Vengan a Mis Brazos para que, una vez más, Yo los pueda consolar y acoger en Mis Brazos de Madre.
Hoy, vengo llena de Gracia, de Amor y de Misericordia.
Esas Gracias, prometidas a Mis hijos de la Casa Santa Isabel y a toda África, hoy las derramo en sus corazones, para que las pesadas cadenas de la indiferencia, de la impunidad y del maltrato se puedan romper por el golpe eficaz de la poderosa espada de San Miguel Arcángel.
Mis hijos, tengan fe y crean. El fin de este cautiverio está cerca porque Mi Hijo retornará, y Él, en Su Gloria, retornará primero por ustedes, por toda Mi querida y amada África.
En estos próximos días, seguiré viniendo, así como una vez vine a Kibeho, a decirle al mundo que África está en Mi Materno Corazón.
¡Les agradezco por haber respondido a Mi llamado!
Los bendice y los ama,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Madre de toda África