Sábado, 29 de junio de 2013

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE MARÍA, MADRE Y REINA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE LA PALOMA, DEPARTAMENTO DE ROCHA, URUGUAY, A MADRE SHIMANI

Mis amados hijos:

Nuevas llaves están disponibles para todos Mis hijos, para que alcancen la conversión y la protección de sus almas en este tiempo de caos que el mundo vive.

Estas llaves, que ya han sido entregadas, son la oración, el ayuno, la confesión y la comunión con Mi Hijo, el Redentor.

¿Por qué repito una y otra vez, a través de todos Mis canales en el mundo, estas mismas cosas?

Porque la humanidad no me escucha y no se da cuenta de que tiene, delante de sí, aquellas opciones simples que le permiten estar a salvo, unida a Dios, a Mi Hijo y a Mí, protegida de los movimientos de este mundo en este tiempo.

¿Qué más puede hacer una Madre, sino repetir y repetir de todas las formas, en todos los idiomas, para que todos Mis hijos en el mundo puedan estar bajo Mi Manto?

Lo que más hace sufrir a Mi Inmaculado Corazón es ver cómo la solución, para el sufrimiento de Mis hijos, está al alcance de todos; y también cómo la mayoría de ellos no extiende la mano para recoger las Gracias que descienden desde el Cielo. Muchos prefieren permanecer en el sufrimiento y no hacer ningún esfuerzo por ingresar en Mi Inmaculado Corazón y en el Sagrado Corazón de Mi Hijo.

¿Qué pasará cuando se den cuenta de que han perdido tanto tiempo? 

¿Será que en ese momento sus almas podrán tener fuerzas para reconvertirse?

Y si no fuera así, ¿cómo seguirán adelante, sabiendo que han rechazado todas las oportunidades que el Cielo les brindó?

No hay mayor dolor para una Madre que ver a Sus hijos darle la espalda al bien, a la paz, a la cura espiritual, al Amor de Dios y verlos perderse en el caos de esta vida moderna.

Están a tiempo todavía, como ya se los he dicho, de retornar al Amor de Dios, al Sagrado Corazón de Cristo y a Mí, a su Madre del Cielo que los busca, que los espera para cobijarlos bajo Su Manto de luz y protección.

Mis amados, solo me queda orar incansablemente por cada uno de ustedes, para que Mi Amor toque sus corazones y acepten vivir bajo Mi protección.

A todos Mis soldados marianos, fieles trabajadores de la Luz, los convoco una vez más a redoblar los esfuerzos y a orar más conscientemente por aquellos que no oran, que no Me escuchan y que están en serio peligro de perder esta Gracia y esta Misericordia que está llegando, antes de que la Justicia Divina se derrame sobre la Tierra y su humanidad.

Reflexionen, hijos queridos, y den un paso hacia Dios. 

Los amo y los bendigo, hoy y siempre.

Gracias por estar hoy Conmigo.

María, Madre y Reina de la Paz