Nunca cierres tu corazón a Dios, porque Él, que es sabio y poderoso, misericordioso y justo, comprende las limitaciones de tu alma y de tu consciencia.
Cada vez que te sientas al borde del abismo, entrégale todo lo que eres y todo lo que has vivido, sabiendo que Su Poder Creador todo lo transformará. No existe miedo que no se pueda disolver o incomprensión que quede sin aclarar.
Cada etapa y momento de la vida es único e irrepetible. Cada hora que pasa se renueva y lo que sucedió hasta hace poco tiempo queda en el pasado.
Por eso, vive en el presente y la culpa interior desaparecerá. Dios te ama por encima de todo y Su Amor es intransferible.
Da paso a la nueva vida, a la vida renovada en Cristo, así conseguirás ver cada prueba en otro grado de comprensión y de sabiduría.
Nunca pierdas la paz, la paz que te llevará al Todo.
Confía que todo se transformará. Estoy aquí para eso. Soy tu Madre.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz