Mensajes de Cristo Jesús

Míos son, para Mí nacieron y Yo de ustedes quiero todo, el alma y el corazón, así podré obrar y cumplir Mis Mandamientos.

Dichosos sean los que buscan Mi Fuente porque nunca tendrán sed.

El Agua que brota de Mi Corazón es como una lluvia de gracias y bendiciones para los que en Mi Nombre esperan en paciencia y gratitud.

Yo les hago recordar la unión con Mi Corazón todas las veces que puedo, para que no pierdan de vista el sentido del llamado y de la oportunidad que Yo les presento para este tiempo.

Aquel que de corazón abre la puerta de su casa, estará cenando Conmigo, estará viviendo los principios de la fraternidad y de la gracia.

Aquel que le abre la puerta del corazón al Gran Maestro, estará uniéndose a la fuerza universal del Amor y de la Misericordia; es a través de esa unión que Yo formo a los nuevos apóstoles.

Gracias infinitas por abrirme las puertas de vuestros corazones. Mi Piedad les hará conocer la grandeza del Amor y de la Unidad, atributos que vuestras consciencias deben encarnar internamente.

Dichosos aquellos de los que Yo Me puedo servir para estos tiempos críticos en donde está faltando la paz y el amor, la cura y la esperanza; porque será a través de los más simples de corazón, que Yo podré obrar antes de Mi Regreso.

Por tal finalidad les pido que, en honor a Mi Piadosísimo Corazón ultrajado, el cual hoy les presento, recen Conmigo el Rosario a las Siete Agonías. Así, por medio de los méritos que Yo he alcanzado en la Tierra como en el Cielo, estos puedan ser derramados sobre toda África; esto aliviará la gran crisis espiritual y de enfermedad que muchas almas inocentes están viviendo.

Deseo combatir por medio de la fuerza de vuestras oraciones, súplicas y sacrificios, los horribles martirios y secuelas que muchos corazones africanos están enfrentando a causa de la epidemia del ébola.

Mi Misericordia está queriendo llegar a todos ellos; para que eso suceda he venido a pedirles a todos los que Me escuchan, que tomen consciencia y sientan amor, piedad y compasión, por todos los que mueren injustamente.

Si me rezaran de verdad, implorando al Sagrado Corazón de Jesús, prometo elevar al Cielo a cuantos padecen el infierno en este momento. De esa forma ayudarán a que el Inmaculado Corazón de María vuelva a triunfar en la humanidad.

Bajo la Gloria de Dios, que los protege y los abraza, sean bienaventurados.

Gracias por escuchar Mi Corazón

Cristo Jesús Misericordioso