Mis Pies tocan todos los días las nubes que circulan sobre su amado planeta y desde allí, en la gran bóveda celeste del Universo, Mi Corazón derrama Sus Rayos de Divina Misericordia.
A las tres de la tarde, el mundo entero tiene la preciosa posibilidad de renovarse a través de Mi Espíritu Crístico y, así, liberar a las almas del pecado eterno. Mi Misericordia es una gran usina de energía que, de tiempo en tiempo, renueva todas las cosas y a todos los seres.
Aquellos discípulos que tienen la misión de orar a Mi Divina Misericordia, a las tres de la tarde, ingresan como el agua bendita en Mi usina reparadora y transformadora de sus consciencias; rápidamente sus esencias son impregnadas por sabios Códigos de Luz que una vez Yo alcancé en la Cruz, cuando Me entregué por entero a ustedes.
Desde ese momento, la Fuente de Mi Misericordia se ha vuelto prodigiosa y constante, trayendo alivio, liberación y reparación para los que más necesitan. Recuerden que siempre llevarán una parte de Mi Manantial en sus corazones, y quien vive a través de Mi Corazón se liberará.
Bajo el Amor de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por recibir Mis Palabras en el corazón.
Cristo Jesús, el Salvador