Viernes, 4 de octubre de 2024

Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SEGUNDO DÍA DE LA 130.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Contempla a tu Señor, amarrado de Pies y Manos, en la temible y dolorosa plaza de la flagelación, donde la crueldad de los verdugos los apartaba de toda unión con su propia esencia divina; porque así, de forma semejante, es como algunas situaciones internas de las almas Me dejan sometido en este momento.

A veces, las almas se olvidan de que Yo Soy todo Misericordia y de que sería capaz, en el Nombre Sagrado y Soberano de Mi Padre, de volver a hacer cualquier ofrecimiento por los Míos, así como lo estoy haciendo en este momento.

Mira cómo hoy se encuentra el Cordero de Dios que fue condenado y sacrificado por los pecados del mundo.

He aquí, ante tus ojos, el universo del Amor del Dios Vivo, que retorna en este momento de crisis personal y planetaria para dar vida, luz y esperanza a lo que ya parecería medio muerto.

¡Oh, si las almas se animaran a conocer y sumergirse en el abismo de Luz de Mi insondable e infinita Misericordia, rindiéndose a la humildad de Mi Corazón, muchas, pero muchas situaciones cambiarían de la noche a la mañana!

El Señor viene presentando la plaza de la flagelación para que recuerden que Yo sigo derramando Sangre y Agua por todas las almas del mundo; para que todos los corazones posibles, antes del último tiempo, puedan conocer internamente el océano de Mi Amor consolador, antes de que la puerta predilecta de Mi Misericordia se cierre ante el mundo y se abra de par en par la sabia y sagrada puerta de la Justicia Divina, que representa en este tiempo el principio espiritual fundamental para poder corregir a la humanidad a través de su reingreso y de su sintonía con la Ley Mayor del Amor.

Mira, así como Yo miro, el escenario doloroso del mundo. Los acontecimientos anuncian la llegada y el Retorno de Cristo, cuando la sagrada intervención divina actuará para preparar ese esperado y desconocido momento para todos.

Quiero y deseo, desde lo más profundo de Mis entrañas de Misericordia, que el planeta y la humanidad puedan recuperar la paz, desaparecida de muchas naciones y pueblos.

Este momento de oración, ofrecido por los corazones, otorga la intervención de los ángeles ante el escenario más oscuro e incierto del planeta. Pero la fuerza de la fe de los corazones devotos y de los que ejerciten en este tiempo lo que les enseñé en el primer Mensaje de este actual momento de Maratón de oración, será lo que favorecerá que grandes poblaciones y familias ya no sean abrazadas por los conflictos, por los efectos inesperados de la naturaleza y por lo que nadie en la faz de la Tierra podría imaginar.

Por eso, Yo vengo como un Vigía, como un Guardián y como un Celador de la Voluntad Mayor, que necesita cumplirse y concretarse en las almas, en todos los que, todos los días, confirman sus votos ante el Plan de Dios.

Este es el momento esperado por el Padre Eterno para que cada criatura sobre la superficie de la Tierra sea y represente una extensión de la Misericordia y de la Piedad, tan necesarias para la humanidad.

Recuerden lo que Yo les pedí en el primer Mensaje. Y ahora, más que nunca, sumérjanse en Mis últimas Instrucciones.

Yo les agradezco por guardar cada una de Mis Palabras en el corazón.

Los bendice,

Vuestro Maestro, Cristo Jesús

Jueves, 3 de octubre de 2024

Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL PRIMER DÍA DE LA 130.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Mira ahora, con atención, cómo está Mi Cuerpo Divino y Glorificado, revelando los novecientos setenta y siete golpes y flagelaciones que Yo recibí por cada uno de los pecados que asumí por Amor en el Huerto Getsemaní.

Mira cada una de las marcas y de los estigmas que hoy Me dejan todas las situaciones adversas del mundo; pero Mi Corazón, que es infinito en Amor y en Misericordia, arde y al mismo tiempo rebasa en Gracias eternas e inextinguibles.

Mira con devoción y reverencia cómo el propio Cuerpo, Alma y Divinidad de Cristo se humillaron para otorgar a los más pecadores todas las Gracias que las almas necesitan.

Contempla ahora, ante el ardor que siente Mi Corazón, cómo las situaciones del mundo, y principalmente de las almas, Me dejan una vez más semidesnudo; así como fue en lo alto del Monte Calvario cuando los soldados, en su ceguera y negación, echaron a suerte cada parte del Manto que cubría el llagado Cuerpo del Señor.

Imagina que Me vuelvan a hacer esto; ya no lo podría soportar, no por los dolores causados, sino por la negación aún provocada por muchos ante el ofrecimiento de Mi Amor Redentor.

Deseo tener odres nuevos en Mis Manos para que los códigos de Mi Sangre y de Mi Agua vuelvan a ser depositados en los corazones que se ofrecen a vivir su tiempo de purificación, así como el pequeño Niño Jesús lo vivió por ustedes en el sagrado ofrecimiento del Templo.

Porque recuerden que, ante todo, incluso ante las tinieblas desconocidas de estos tiempos oscuros, la Ley y la Luz siempre prevalecerán, porque para la Ley de Mi Padre no existe lo imposible o lo inalcanzable, siempre y cuando Su sagrado pueblo y cada una de Sus criaturas sobre la faz de la Tierra cumplan y vivan en la Ley, que vuelve sagrado el espíritu y ennoblece la consciencia que sigue a la Ley como una guía imprescindible para el camino espiritual.

Vigilen pues, en este tiempo crucial, porque el Señor se reaproxima para poder volver a reunir y a unir a Sus ovejas dispersas y a algunas ovejas perdidas en cosas muy superficiales.

Comulguen de este momento Conmigo y recíbanlo como una Gracia y una amnistía extraordinaria por todos los que, en la guerra, en la persecución, en el exilio y en la enfermedad, viven la injusticia.

Yo Soy la Luz y esta Luz, que es Cristo, viene a ustedes en nombre de Mi Padre, para que esta Luz interior y eterna, que es imperecedera, aparte la sombría corteza de las confusiones, de los disgustos y de las diferencias; porque Yo los llamo a ser uno en Mí, para que su Maestro sea Uno en cada discípulo y servidor; como una vez les dije en el Evangelio: “En este mundo no se puede servir a dos señores, porque el Señor único y omnipotente es tu Dios, que está en los Cielos”.

Ahora, ¿comprenden por qué Yo mismo tracé una línea en el suelo? ¿Comprendieron el significado de este símbolo espiritual?

Yo he venido para que tuvieran vida en abundancia y esta vida interna, que Yo les ofrezco, está libre de pretensiones, de libertades propias y de decisiones unilaterales; porque la verdadera libertad les es otorgada en el espíritu, que es quien rendirá su síntesis cuando un día esté delante del Padre Celestial.

Esta Maratón de oración es realmente diferente. Espero que la presencia de los Míos sea profunda y no pasajera, porque Yo retorno aquí no solo porque ustedes lo necesitan, sino también porque la humanidad entera lo necesita, y respondo en gratitud y en obediencia al Gran Eterno.

Que el reencuentro con la vida interior en cada uno sea una realidad que vuelva a emerger, para que la vida del espíritu les dé fuerza y renovación en el final de estos tiempos; momento tan necesario para que cada uno tome sus decisiones con discernimiento y sin precipitarse demasiado, porque en el precipicio está el mundo por haber abandonado la comunión con la Ley y, sobre todo, con el sentimiento elevado de la gratitud, de la reverencia y de la austeridad.

Los animo a ir hacia adentro del mundo interior y a estar en silencio ante Mi Verdad, Verdad que ya les revelé en diciembre pasado.

Les deseo el bien y la paz duradera a todos.

La puerta de la Verdad de Dios está abierta, ¿quién la reconocerá?

Les agradezco por guardar cada una de Mis Palabras en el corazón.

Los bendice,

Vuestro Maestro, Cristo Jesús

Miércoles, 2 de octubre de 2024

Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 130.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Ahora, mira Mi Corazón, una vez más expuesto con Su Llaga marcada y traspasada por los errores del mundo; pero, mira también el gran abismo de Luz de Mi Corazón, ardiendo infinitamente en Compasión y Piedad por las almas.

Deseo con ardor que la devoción al Sagrado Corazón de Jesús sea recordada y renovada por los que Me aman y Me siguen.

Hoy, vengo aquí a pedirles que intensifiquen sus oraciones y, sobre todo, sus ofrecimientos al Padre Celestial para que, a través de los méritos alcanzados por el Sagrado Corazón, los graves ultrajes que se siguen cometiendo en la humanidad, a través de los conflictos y de las guerras, no queden impunes.

Yo vengo, en este día, a pedirles que, por medio de esta próxima Maratón de la Divina Misericordia, cada uno de ustedes, con la mano sobre el corazón y sosteniendo su rosario, se una a Mí en oración suplicante, fervorosa y renovadora, para que las causas urgentes puedan ser atendidas por su Maestro y Señor, conforme la Ley lo dicta.

Yo los llamo en este momento, para que puedan alcanzar piedad y misericordia, a ejercitar espiritualmente los siguientes actos internos y externos, a fin de que el triunfo del Sagrado Corazón alcance a los más desfavorecidos y a todos los que están en peligro, ante la amenaza de una guerra peor que las que ya pasaron.

Estos actos, de parte de cada uno de ustedes, justificarán los errores y las violencias que se siguen cometiendo en el mundo; porque, de no haber actos sinceros y honestos, actos hechos de corazón en nombre de Mi Misericordia, muchos más estarán a la deriva y a la suerte de lo que suceda.

Durante el transcurso de esta próxima Maratón de la Divina Misericordia y por los tiempos que vendrán, en nombre de Mi Obra Misericordiosa, Yo les pido:

1) Ejercitar actos fraternos de misericordia y de donación de ustedes mismos, comenzando por los que tienen más cerca y luego con los más necesitados, porque quien sirva al más pequeño de los Míos es a Mí que Me estará sirviendo.

2) Tener un acto de reverencia y de gratitud, ante todas las Gracias que recibieron a lo largo de los tiempos y por intermedio de Mis Mensajes.

3) Cuidar la forma de tratar y de hablar del semejante, especialmente dentro de la Obra confiada a ustedes por Mi Sagrado Corazón, para que sea un espacio de unidad y de amor que supere las diferencias.

4) Vivir en este ciclo con mayor responsabilidad, empeño y entusiasmo, los momentos de oración y de Sacramentos, con un celo de amparo y de protección espiritual ante el Legado confiado a la humanidad.

5) Ejercitar un examen de consciencia, por los que no lo ejercitan en este momento, para que se pueda contemplar con exactitud el aura de la Jerarquía, de la que muchos forman parte por Gracia.

Estos son los ejercicios fundamentales para Mis discípulos y servidores de estos tiempos, porque Yo aspiro y anhelo a que muchos más sean afluentes de Mi Gracia en la Tierra y ya no sean una decepción para Mi herido y ofendido Corazón.

Que esta próxima Maratón sea la oración del compromiso con los Planes de Cristo y, principalmente, el compromiso con este Llamado.

Una vez más, Yo les agradezco por guardar cada una de Mis Palabras en el corazón.

Los bendice,

Vuestro Maestro, Cristo Jesús

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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