APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN LA CASA SANTA ISABEL, LUANDA, ANGOLA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SAGRADO LLAMADO

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cuando Yo vuelva al mundo, regresaré por aquellos que fueron olvidados.

Cuando Yo retorne al mundo, volveré por aquellos que están perdidos.

Cuando Yo retorne al mundo, volveré por aquellos que han sufrido.

Cuando Yo vuelva al mundo, regresaré por aquellos que han perdido la esperanza, que están sometidos y no consiguen salir adelante.

Será Mi Gracia poderosa e invencible, cuando Yo retorne al mundo, la que liberará a todos del mal. 

A Mi derecha estará San Miguel Arcángel. Él elevará Su espada hacia lo alto e invocará en Mi Nombre todos los poderes Universales y Celestiales. Así, Su espada de Luz se encenderá en Dios y será dirigida hacia la Tierra para liberar a las almas y a las consciencias de los infiernos y de los abismos.

En esa hora, la Poderosa Madre de Dios, Madre de toda África y del mundo entero, le pedirá a Sus Huestes de Luz, los Santos Ángeles del Cielo y de todo el Universo, que desciendan a la Tierra para llevarle a las almas los Tesoros de Dios; un abrazo espiritual inexplicable, un abrazo amoroso desconocido, que confortará a los corazones que han sido esclavos del mal y de la adversidad.

Mientras tanto, en esa hora tan definitiva del Juicio Universal, los Cielos se seguirán abriendo, las nubes darán paso al Hijo de Dios para que Él, finalmente, pueda tocar con Sus Pies el suelo herido de África y del mundo entero. Y llamará, de las cuatro direcciones de la Tierra, a todos los que han sido sometidos, que fueron descartados y rechazados por sus propios hermanos de la Tierra. 

Y, a pesar de que los infiernos se abrirán para que sean liberados definitivamente, aquellos que están perdidos y olvidados no temerán; porque si, hasta el fin de los tiempos, fueran fieles a la oración del corazón y a la súplica, les diré que el Espíritu Santo los guiará hacia Mí y así los encontraré nuevamente, para que juntos celebremos la Cena de la Redención y de la Paz, junto con todos los bienaventurados y todos los ángeles que estarán presentes en ese importante momento planetario.

Porque cuando su Maestro y Señor, el Rey del Universo, vuelva a elevar el pan y el vino para recordar el Sacrificio del Cordero de Dios, los infiernos temblarán, los espíritus se disolverán, las almas se liberarán y la Luz del Cielo descenderá con el poder de todo el arco iris del Cielo.

Así, los siete Rayos de Mi Corazón se expandirán en todas las direcciones del planeta, las almas serán conducidas hacia Mí por los Ángeles de la Madre del Cielo.

Mientras tanto, la Sierva y Esclava del Señor orará por ustedes; y aquellos, que han sido poderosos, que hicieron uso del poder para instigar a sus hermanos del planeta, serán retirados de este mundo. Porque llegará el Nuevo Edén, la Nueva Tierra; florecerá en los corazones una alegría inexplicable, sus rostros finalmente reflejarán la esperanza y no el sufrimiento, y serán colmados por el Espíritu Santo de Dios e ingresarán como Moisés en la Nueva Tierra.

Y estos, Mis hijos de los últimos tiempos, volverán a encontrar el Paraíso que perdieron, el Paraíso de la Creación, el origen que Dios les entregó desde el principio para que, como raza y como humanidad, fueran felices en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo.

Por eso, ¡alégrense en este momento, hijos Míos! Hoy, vengo aquí como su Maestro y Redentor.

Las cruces dejan de pesar en sus espaldas, porque recibirán de los ángeles del Cielo los dones que necesitan para poder elevarse en consciencia y de corazón.

A través de la Presencia del Corazón de Cristo y del poder de Sus Cinco Sagradas Llagas, que hoy iluminan especialmente a todo el continente africano, los grilletes se rompen, las cadenas se disuelven, la deuda espiritual desaparece completamente de los corazones afligidos.

Por eso, crean, a través de Mi Corazón, en la llegada de la Nueva Tierra. Los frutos serán abundantes en el Paraíso que los espera.

Sigan convirtiéndose en estrellas de la Corona de la Madre de Dios. 

Sean chispas del Soplo de Mi Espíritu, y que sus voces y corazones nunca se cansen de clamar. Porque a través de su ofrenda sincera a través de estos últimos cinco años, de la ofrenda sincera de todos los hijos de la Casa Santa Isabel, el Rey del Universo finalmente pudo llegar aquí, a África. Y, a través de este lugar, estoy pudiendo llegar a todos los pueblos de este herido continente.

Ahora, solo les pido que no miren más hacia su alrededor, que no se identifiquen con el sufrimiento ni tampoco con el caos. Ingresen a su mundo interior. Descubran la riqueza del universo espiritual que Dios les ha dado; esa riqueza que se guarda en el corazón de cada uno de ustedes, que es la riqueza de la Gracia, del Amor y de la Verdad.

Por eso, Yo siempre seré para ustedes el Camino, la Verdad y la Vida. Y hoy, sus caminos se renuevan. Hoy, la Verdad llega a sus corazones y consciencias. Y hoy, la vida de cada uno de ustedes es reconsagrada a través de la Presencia de Mi Sagrado Corazón.

Deseo que en esta casa exista una estatua del Sagrado Corazón de Jesús, en este mismo lugar donde hoy estoy apareciendo, porque quiero recibir a todos los que sufren y padecen.

Y, a través de Mi Presencia en este lugar, quiero derramar las Gracias para aquellos que contemplen esa sagrada estatua, para que siempre tengan fe, fuerza de corazón y perseverancia de espíritu.

Crean que el fin del cautiverio llegará. 

Hoy, el peso de la cruz de cada uno se alivia completamente para que puedan recibir de todo el Universo y, a través de Mi Corazón, las Gracias que necesitan para volver a encontrarse con Dios.

Crean en lo que les estoy diciendo.

Los nuevos tiempos llegarán. Las puertas del Cielo se abrirán como ahora, y el dolor por todo el sufrimiento vivido y experimentado por aquellos que lo guardan en sus corazones, hoy es transformado y curado por Mi Presencia, por la Presencia del Pastor de las ovejas de Dios, del Señor Curador de las esencias.

Hoy, quiero celebrar con ustedes este esperado encuentro. Conté los días y las horas para poder estar aquí con ustedes y, a través de ustedes, poder estar con toda África para que el estigma de su sufrimiento y miseria pueda ser revertido. 

Así como les dije, verán venir del Cielo al Hijo de Dios porque han sido fieles a la oración y a la Palabra, y ustedes ya merecen el Reino de los Cielos aunque no lo crean.

Por esa razón estoy aquí, para decirles que el Paraíso de Dios le pertenece a cada uno de ustedes, y que en el Paraíso vivirán la felicidad que tanto esperan y buscan. Esa felicidad de Dios los renovará y los transformará, y esto renovará y transformará a sus hermanos de África.  

Ahora, deseo que lleven sus manos hacia el corazón, para vivir Conmigo este momento de reconsagración a Mi Sagrado Corazón. Por ese motivo, rezaré al Padre por ustedes y por sus hermanos del África.

Abran sus corazones para que, a través de Mi plegaria, sus almas y las almas de sus hermanos reciban los frutos de la redención.

Sagrado Señor del Universo,
que eres la Fuente y la Vida,
que concibes, en todo lo Creado,
la alegría de vivir en Ti
y la esperanza que renueva a todas las consciencias,
consagra a Tus hijos, en este momento,
a través del ofrecimiento de Mi Corazón,
para que sus heridas se disuelvan,
para que sus culpas sean perdonadas,
para que todo trauma sea liberado del corazón.

Por eso, escucha la Voz de Tu Hijo,
y recibe esta plegaria como verdadero ofrecimiento de Jesús
por aquellos que Tú creaste a imagen y semejanza,
y que aguardan hasta los tiempos de hoy
la promesa de la liberación.

Amén.

Ahora, les dejaré el mejor tesoro que tengo para cada uno de ustedes, el mayor testimonio de Amor que dejé para cada uno de ustedes, el mayor milagro para cada una de sus vidas. 

Que, hasta el fin de los tiempos y hasta el gran momento de Mi Retorno a la Tierra, este legado permanezca latente en sus corazones y vidas; y siempre y cuando lo necesiten, vuelvan su mirada hacia ese legado que hoy les ofreceré a través de la Eucaristía. 

Recuerden que estoy presente en todos los Sagrarios de la Tierra y, más aún, puedo estar presente y vivo en el sagrario del corazón de cada uno de ustedes, cuando tan solo comulguen Conmigo en unidad, amor, luz y alegría.

Por eso, hoy les ofrezco este momento de Comunión que celebraré, en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo, por ustedes y por toda África, para que los méritos de Mi Dolorosa Pasión liberen a los corazones del caos, y los corazones renazcan en la fuerza y en la alegría de vivir en Dios.

Preparémonos para este momento, cantando.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 49.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Muestro, en los planos internos, Mi experiencia de la Pasión, porque necesito que las fuerzas más contrarias de este planeta aprendan a redimirse y a convertirse en Luz. Y aunque esto parezca imposible para el mundo, cuando el Cetro de Dios sea tomado por Mi Mano y su Maestro descienda al mundo, terminará la oscuridad.

Ya no verán más rostros con lágrimas, ni personas en sufrimiento, porque el planeta ya se habrá purificado, ya habrá pasado por la última fase, la más aguda para la humanidad. Y así verán en el Cielo las señales que otras veces les he revelado; señales que indicarán un nuevo tiempo para el despertar de una nueva consciencia.

El Nuevo Testamento se cumplirá, porque en estos tiempos Yo he reescrito la historia en las almas que Me escuchan, en los corazones que están en Mí en solemnidad, en los espíritus que Me adoran perpetuamente.

El Arcángel Gabriel vendrá, trayendo las Tablas de la Ley; y así, lo que nunca ha conocido la humanidad, será revelado al mundo: son las Tablas de Dios, las Leyes eternas que se viven en Su Universo Celestial.

Ese será el momento en el que el mundo entrará en juicio y su Maestro y Pastor presenciará este acontecimiento.

Pero de un lugar muy desconocido vendrá la Mujer vestida de Sol, trayendo debajo de Su manto millones de estrellas caídas, las cuales, como esencias, depositará a los Pies del Creador.

Y ante los Santos Arcángeles, en un cierto momento, verán una señal muy fuerte, como cientos de tormentas juntas, que explotan en los Cielos para emanar la Luz.

Este será San Miguel Arcángel, quien enterrará Su Espada de Luz en el planeta, quemando las últimas entrañas de la perdición; y todo lo que fue su rival será vencido por el testimonio de Su Infinito Amor a la Fuente Suprema.

En ese tiempo, las almas ya no se sentirán perdidas, ni tampoco con falta de guía, porque su Rey estará aquí para encomendarles nuevos desafíos, para cumplir nuevas metas, para manifestar la Nueva Humanidad, que estará llena de gratitudes, que será vivificada por el Amor, el Amor que siempre ha vencido a través de todos los tiempos.

Y la Mujer vestida de Sol intercederá por última vez, después de haber escapado, al desierto, de la gran bestia que busca a Sus hijos.

Pero el tenebroso se confundirá, porque sus estrellas caídas, las últimas estrellas rescatadas, se volverán parte de Su Corona de Luz, de la Corona de Luz de la Gran Señora de todos los tiempos.

Esa Corona iluminará al planeta, iluminará a las naciones, colmará de Gracia a los espíritus que nunca recibieron una oportunidad.

Su Maestro también será testigo de esto. Él escribirá con Su propia Mano en el Libro de Dios este gran acontecimiento, en donde la Dama de la Luz habrá triunfado sobre el mal.

Los que han sido marcados por el Sello de Dios serán reconocidos en este próximo tiempo y muchos no creerán que esto es posible. Por eso, el Hijo del Hombre viene de nuevo a su encuentro, para gestar en las esencias este momento, momento que es inmaterial y que se volverá material en todo este mundo.

Cuando el Arcángel Gabriel llegue con las Tablas de la Ley, muchas cosas terminarán y los que han vivido el martirio de los tiempos, serán liberados de su cautiverio.

Ya no habrá hombre o mujer en este mundo que pueda gobernar el planeta, porque el Todopoderoso se mostrará a través de la Resplandecencia de Su Divino Hijo.

Todas las culturas y los pueblos lo reconocerán, porque sabrán que Él proviene de la Fuente del Amor, de donde todo ha surgido y comenzado.

Por eso, están siendo sacramentados en este tiempo. No piensen que un Sacramento es un sacramento más, porque si sus hermanos lo viven, también ustedes lo estarán viviendo.

Los invito a entrar en Comunión eterna, para poder comprender el Conocimiento Divino.

Éstas ya son Mis últimas Palabras para el mundo, Mi tarea está finalizando, y cuando ella finalice, deberán entrar en vigilia, porque a partir de allí, todo sucederá.

Hoy les estoy diciendo esto, de verdad, no para que teman, sino para que crezcan en consciencia y siempre, siempre salgan de sí. Y así podrán ver cuál es la verdadera realidad.

Muchos vendrán a golpear a sus puertas de diversas formas, para preguntar ¿qué es lo que han vivido aquí? Algunos buscarán auxilio y otros buscarán hacerles perder la fe que viven en Mí.

Ese será el momento en donde el mundo estará en prueba, y si Juan, el que Me bautizó en el río Jordán, dio su cabeza por Mí, ¿quién la dará ahora por Mí?

Mi Proyecto en este tiempo es osado, pero Mi Victoria es desconocida por Mi eterno rival.

Vengo a hacer de sus vidas una nueva morada, para que puedan estar fortalecidos. Y aunque a veces sientan que muchas veces he dicho estas palabras, pregúntense a sí mismos si en verdad las han escuchado con atención. Yo vengo a repetir lo que la humanidad aún no ha aprendido, porque es necesario crecer interiormente, para ser un soldado de la Luz en el fin de los tiempos.

No piensen ahora quién dará la cabeza por Mí, porque no dejaré que eso suceda. Ya mucha sangre corre en este mundo a través de las guerras y muchos inocentes padecen todas las cosas inimaginables de los que quieren gobernar.

Yo les traigo el verdadero Gobierno del Universo, el que está lejos de la mentira y del engaño, de la ilusión o de la apariencia, del materialismo y de la impunidad.

Yo quisiera que pudieran entrar en este Gobierno Universal, el que está formado por muchas Consciencias de la Luz.

Ha llegado el momento para que en este mes de agosto, ingresen en el ámbito de la Hermandad y que sus vidas, en la superficie de esta Tierra, sean espejos de los Centros de Amor, de todas las islas de salvación que iré activando en el fin de estos tiempos.

Por eso, todo lo que vivan ofrézcanlo a Mí, como un sacrificio, como una oportunidad de madurar en el amor y de expandir la consciencia, más allá de las estrellas.

No quisiera que salgan de aquí distraídos, sintiendo y pensando lo mismo, sino creciendo en la Verdad que los hará libres, así como la humanidad necesita estar libre de su propia enfermedad espiritual.

Vengo a darles la cura que necesitan, pero también vengo a ofrecerles la entrega que necesitan, porque eso los hará más misericordiosos, plenos en la Unidad y en la Gracia.

No todos estarán cuando el Juicio Universal acontezca. Eso no significa que demore, porque los primeros pasos de ese Juicio ya comenzaron. Pero, sí, todos serán llamados, independientemente del lugar en donde se encuentren, o el plano de consciencia en que habiten.

Todos, absolutamente todos, serán llamados por Mí; los creyentes y los no creyentes, los ateos, los humildes, los pacificadores y también los que han engañado, a través de los tiempos, a esta humanidad.

Gabriel Arcángel los llamará a todos y Miguel Arcángel ordenará las filas de este Juicio Universal. A través de Su espada y de la emanación de Su Luz, indicará a los diferentes contingentes en donde deberán estar, para declarar ante el Universo.

En ese momento, será la amorosa Justicia Divina la que actuará y nadie1, nadie escapará de esa Justicia.

Dichosos serán los que hayan seguido a la Dama de la Luz, porque estarán en los caminos correctos, en los senderos que los llevarán al Reino de Dios.

El último que será llamado es el padre que ha caído, uno de los doce arcángeles, pero la Tierra en ese momento estará un poco más elevada; cosas inimaginables se verán, porque es su propio infierno, el que se verá en la superficie.

El planeta estará en un fuego oro rubí, mil veces más que un atardecer. Eso llamará la atención de la humanidad, porque todos ya sabrán que estarán siendo juzgados, no como un castigo, sino como una oportunidad de cambiar, y de vivir nuevas instrucciones, en otros puntos del Universo.

Sé que no todos comprenden lo que hoy estoy diciendo.

Para que puedan comprender lo que les digo, a través de tantos símbolos, repasen Mis Palabras cuantas veces sea necesario, porque recuerden que Mis Palabras no se desperdician y si ellas se pierden de ustedes, es porque no están atentos, para poder crecer en consciencia.

Les confieso que cuento con una sola Mano los que leen todos Mis Mensajes.

No estoy reclamando su falta de amor a Mi eterno Plan, a la Instrucción Divina y al Sagrado Conocimiento. Lo más importante para Mí es que sus corazones crezcan y se expandan en el Amor, así como hoy lo han demostrado, trayendo al mundo la esperanza.

No se sientan juzgados. Soy el Señor de la Divina Misericordia y en Mis Palabras está la Misericordia, por más directas que parezcan.

Abro Mi Corazón de Luz en esta tarde de este mes de agosto, para revelarles los Misterios que están muy distantes de las almas, muy lejos de la verdadera consciencia. Pero sus oraciones han permitido esto.

Después de cuarenta y nueve encuentros, hoy les puedo decir todas estas cosas, porque sus corazones están más blandos, más flexibles, para escuchar la Palabra de su Señor. Si Yo les hubiera dicho esto en la primera Maratón de la Divina Misericordia, ya me hubieran dejado atrás, o habrían pensado que todo esto era una gran mentira.

Vean, a través de Mi Presencia, la Presencia de Dios, la Paciencia del Padre, el Amor del Hijo y la Sabiduría del Espíritu Santo.

Ustedes tienen la llave, a través de la oración, para cambiar el mundo. Por eso Mi Santa Madre, a través de los tiempos, les ha repetido: oren con el corazón y no se cansen de hacerlo, porque si oran, no se equivocarán ni tampoco saldrán de la Ley, así como sale el mundo todos los días, abandonando el Amor del Universo y la Misericordia del Padre.

Sus corazones misioneros ya están listos para saber la Verdad y saber, con consciencia, difundirla, sin alterar Mis Palabras, sin modificar Mi Mensaje, porque podría ser letal.

Escojo cada palabra con amor, para poder pronunciarla a Mis compañeros. Porque cada palabra que sale de Mis Labios es Agua Viva.

Si Yo vengo de la Fuente, ustedes deben saciarse a través de Mí, no porque Yo sea mejor que ustedes.

Yo Soy el Gran Esclavo de Dios, aquel que se ha entregado para redimir al mundo.

Yo Soy Jesús, el Nazareno, pero también Soy el Cristo Universal.

Mi Consciencia se ha elevado al Padre para que en el fin de estos tiempos, Yo pueda elevar a la humanidad de su desvío permanente.

Sientan gozo con todo lo que les digo, porque están despertando a una realidad que es desconocida por la mayoría del mundo.

Vengo así, a entregarles a través de estas palabras, las revelaciones del Cristo Glorificado para el fin de estos tiempos.

Recuerden que ustedes firmaron el compromiso de estar aquí, en este tiempo, y en esta humanidad, viviendo esta transición de todo el planeta.

De ustedes podrá surgir la posibilidad de cambiarlo todo.

De ustedes podrá surgir la Gracia de poder amar más allá de lo que ama este mundo, así como ama el Padre.

A través de Mis Llagas, vengo a dejar las señales para los últimos tiempos.

A través de Mi Corazón, vengo a entregarles el símbolo para su despertar.

Nunca dejen de ser corazones sinceros, porque así estarán protegidos de ustedes mismos.

Sean como Mi Corazón sincero que viene, en este tiempo, para transformarlo todo, para hacer de esta humanidad una civilización rescatable de las más profundas miserias, de los más extensos abismos, en donde Mi Amor triunfará.

Quiero escuchar sus corazones sinceros a través de esta Gloria que está descendiendo, para que muchos más corazones despierten a la definición de estos tiempos, de estar en el amor, o en la indiferencia.

Quiero escuchar sus corazones sinceros, como si le cantaran a un niño que debe aprender a sobrevivir en estos tiempos.

Canten esta canción suavemente, mientras sus corazones se sinceran con el Mío; porque la gran definición está llegando para este mundo en llamas, en donde los pacificadores deberán alcanzar la meta para que se establezca el Reino de Dios.

Los escucho.

Nos ponemos de pie.

Ora por el mundo...

https://mensajerosdivinos.org/sites/default/files/eps_canticos_cj_mayo_2... canto No. 93

Desde lo más íntimo de Mi Corazón dejo la Paz para ustedes, para todo el mundo. Amén.

Que el Señor siempre los bendiga, los guarde y los haga felices en Su Reino Celestial.

Que sus pies estén libres para caminar hacia el futuro cercano, en donde los nuevos cristos repoblarán el Planeta. Que así sea.

Colocamos nuestras manos en señal de recepción.

Reciban de lo más sublime de Mi Consciencia los dones de la Luz, los que harán de los siervos de Cristo almas comprometidas con Mi Plan de Amor y de Redención.

Que esta Luz que hoy deposito sobre sus manos sea preciosamente cuidada.

Llamen por esta Luz cuando estén en prueba, o en algún conflicto, porque sepan que Mi Luz, es la Luz de Mi Padre, es el Amor de la Fuente para toda esta Creación.

Ahora, guárdenla.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Les agradezco por hoy estar Conmigo y por haber tenido coraje para escuchar Mis Revelaciones del fin de estos tiempos.

Recuerden ser celadores de Mis Palabras y de Mis Mensajes, porque las almas que más necesitan vendrán a su encuentro para buscar lo que ustedes encontraron. Vendrán con la esperanza de recuperar la paz, y esto es tarea de todos.

Les agradezco.

¡Gracias Señor, por cuánto nos das!

En este encuentro, te honramos Señor.

Vamos por última vez cantar Corazón Sincero ofreciendo en gratitud este cántico como una oración.

* Jesús ha bajado Sus Ojos, mira al suelo.

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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