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María, Estrella Guía de Chile
Queridos hijos:
Hoy Me presento ante ustedes como la Señora del Carmen, Patrona de esta nación y de este pueblo.
Vengo, en este día extraordinario, para conceder más Gracias y ayudas a Mis hijos de Chile, a fin de que las almas caminen por la senda del arrepentimiento y de la reconciliación para que, finalmente, se establezca la paz en los corazones chilenos que aún no la tienen.
Para eso, queridos hijos, deseo renovar la advocación de la Virgen del Carmen para que todo Chile la adopte como la Faz divina que está destinada a proteger y amparar el futuro de esta nación.
Queridos hijos, vengo para pedirles, en este día, el establecimiento en este país de la Virgen peregrina del Carmen, para que, después de haber recorrido Chile de Norte a Sur y de pueblo en pueblo, Ella también pueda peregrinar por otras naciones de América del Sur, así como otras imágenes sagradas han peregrinado por varios lugares del mundo.
Mi segundo pedido, en este día, es que en cada hogar de cada hijo chileno se establezca un altar de oración en honor a la Señora del Carmen. Esto ayudará a consolidar la familia; ayudará a unificar la fraternidad entre los seres y el amor entre las consciencias.
Quisiera que cada hogar chileno estuviera amparado por la Virgencita del Carmen, para que nunca les falte la guía y la protección necesarias en este camino de peregrinación por la Tierra, en la búsqueda de la patria beata.
La Virgen del Carmen representa para cada consciencia de Chile, el Principio de la salvación, de la redención y de la reconciliación.
La Virgen del Carmen, mediante Su intercesión, trae la oportunidad para que nuestras almas se unan a Dios, a Su Esencia Divina. Ella es la Patrona de los navegantes y la Estrella que guía la vida consagrada.
A la Virgen del Carmen se le atribuyen muchas Gracias que podemos recibir desde el momento de nuestra sincera consagración a Su Santa Faz.
La Virgen del Carmen atrae, para la Consciencia de Chile, el camino por donde las almas más separadas se pueden volver a unir y, en Su Corazón Inmaculado, disolver la raíz de la indiferencia, de la falta de amor o de la ausencia de caridad.
Chile tiene, mediante la Virgen del Carmen, la posibilidad de alcanzar la paz interior, como también la oportunidad de cerrar las puertas inciertas que fueron abiertas en el pasado de esta nación.
La Virgen del Carmen trae para Chile el momento de la pacificación de los corazones y, al mismo tiempo, el despertar de la consciencia hacia un Propósito Mayor.
La Madre de Dios llama a cada corazón chileno para que, en este día, se consagre a la Virgen del Carmen, y así, cada uno pueda ser depositario de las Gracias que la Santísima Madre trae del Cielo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hoy estoy aquí como la Señora del Carmen, porque soy la Gran Estrella del Mar, la Estrella que cuida de todos los mares del mundo.
Hoy les traigo la enseñanza y la instrucción sobre los océanos, para que la humanidad pueda mirar con un poco más de compasión hacia ellos. Porque aunque no lo parezca, delante de la mirada humana, los océanos sufren las consecuencias de esta humanidad.
Por eso estoy aquí, en Viña del Mar, para entregar una misión a todos Mis hijos de Chile, porque este querido país es abrazado completamente por el Océano Pacífico y eso le trae la posibilidad de poder trabajar con su plano emocional profundamente.
Por eso, queridos hijos, ustedes que aman las montañas, que aman la naturaleza, que aman el océano, los invito, queridos hijos,en nombre de esta humanidad y de este planeta, de todos los océanos del mundo, a mirar hacia los océanos con más compasión, misericordia y oración. Eso permitirá, queridos hijos, que a pesar del sufrimiento que viven los océanos y todos los seres marinos, las almas puedan recibir una Gracia especial, que proviene de Nuestra Señora del Carmen, la Gran Estrella del Mar, para que más corazones despierten a la importancia de cuidar y proteger los océanos.
Ustedes, queridos hijos, más que su Madre Celeste, saben los daños causados que viven los océanos y cuánta contaminación ellos viven día a día.
¿Cómo ellos podrán espejar para esta humanidad por medio de sus espejos la cura emocional para este planeta, si todos los océanos del mundo, por las propias manos de los hombre, siguen siendo contaminados y ultrajados?
Si los océanos pudieran hablar, el mundo escucharía eternos gritos.
Hoy vengo como la Madre de la Naturaleza y también como la Gran Estrella Guía de Chile, para invitarlos, queridos hijos, a colocar en sus oraciones diarias no solo al Océano Pacífico que los abraza , sino también a todos los océanos del mundo, que necesitan de intercesión y de oración, para que los propios ángeles del universo los puedan limpiar espiritualmente.
Le corresponde a esta humanidad de superficie, hacerse cargo de los daños causados a los océanos. Sepan que los océanos del mundo tienen oídos internos en donde pueden escuchar muchas cosas y en donde reciben grandes ultrajes de esta humanidad.
Los invito, queridos hijos, por amor a la evolución de los océanos, que abran sus corazones para acoger este llamado que su Madre Celeste y Madre de la Naturaleza hoy les trae. Si algo no se hiciera a tiempo, el mundo entero podría quedar sin agua y menos aún, no tendría que beber .
La humanidad no imagina esa situación y no tiene consciencia de lo que eso significa para estos tiempos finales, pero si al menos existieran corazones sinceros y abiertos que pudieran unirse a los océanos y a toda la vida marina, que también es trasgredida día a día, algo el Padre Eterno podría conceder para esta humanidad por medio de la Señora del Carmen, para que muchas cosas más sean evitadas.
Yo los invito, queridos hijos, a abrir los oídos del alma y escuchar con el corazón lo que la Madre Celestial les trae.
Quisiera que muchos hijos más en el mundo consideraran este importante llamado por amor y la evolución de los océanos.
Quisiera que Mis hijos del mundo puedan responder a esta convocatoria, porque así como Yo vengo por ustedes, también vengo por los océanos del mundo, que día a día pierden su pureza original, su inocencia y principalmente, la posibilidad de irradiar su luz al mundo.
La humanidad necesita de los océanos para seguir adelante. El ser humano no puede vivir sin el agua, ni tampoco puede vivir sin nada que beber. Imaginen un planeta totalmente sediento y árido.
Por la misericordia de las montañas, ellas siguen derramando el agua de los altos glaciares del mundo. Eso ayuda a la humanidad a que tenga agua dulce para poder beber y alimentarse día a día.
Yo los invito, queridos hijos, a dar un paso en la consciencia, por lo que el Padre les entregó desde el principio de su Creación y por todo lo que Él pensó para ustedes, para su evolución y para su despertar.
Quisiera que colocaran en sus corazones Mi súplica, porque si ustedes no lo hacen por Mí, nadie en el mundo lo hará. Estoy siendo sincera al respecto de eso.
Ya no puedo ver a los seres marinos, a las ballenas y a los delfines, sufrir por las manos de los hombres de este mundo. Y aunque los ultrajes son interminables, mayor es la Misericordia de Mi Corazón, que hoy viene a hablarles y a conducirlos hacia el camino de la reparación y del perdón.
Sé que muchos no querrán escuchar este mensaje porque se sentirán incomodados o tal vez molestos al saber que el mundo, como creación y como naturaleza, precisa de la consciencia del ser humano y especialmente de su corrección y de su atención, delante de todo lo que hace diariamente, transgrediendo los Reinos de esta Naturaleza.
Ustedes no pueden vivir sin los Reinos, sin los océanos y tampoco sin las montañas. Su vida espiritual sería escasa, limitada y restringida. Tendrían pocas posibilidades de llegar a Dios.
Por eso en estos tiempos críticos, queridos hijos, Yo los invito a orar de corazón para poder compensar los graves ultrajes que realiza esta humanidad a los océanos de este mundo. Ellos necesitan espejar la información del universo. Esa información les permite a ustedes, queridos hijos, dar pasos en el camino espiritual, tener impulsos para servir y principalmente motivos para poder transformarse.
Los Espejos reflejan en la humanidad, por medio de los océanos, grandes principios divinos, que serán necesarios para la próxima humanidad, para la humanidad futura.
Ustedes serán los guardianes de ese legado, así como los guardianes de los Reinos de la Naturaleza. Necesito que cuiden de los tesoros internos del planeta, porque después no podrán decir, queridos hijos, que nadie les avisó a tiempo.
La Misericordia de Mi Corazón viene a buscarlos para que vivan un profundo despertar en la consciencia, para que abandonen este hipnotismo global que lleva a muchas almas a una constante distracción, a separarse de Dios, del camino del Amor y de la Verdad.
Necesito que den los pasos por sus hermanos, no solamente aquí en Chile sino también en el mundo, por amor a los Reinos de la Naturaleza y a los grandes océanos de este mundo.
La consciencia de los Reinos clama por esta humanidad. Ellos ya no pueden ver instructores en superficie, guías o maestros de esta humanidad, sino ven almas que ultrajan a consciencias tan pequeñas como los Reinos. Y ellos ya no tienen más nada que hacer ni tampoco como defenderse, porque no fueron creados para lastimar al hombre de superficie y tampoco para incomodarlo.
Los Reinos fueron creados para que el hombre de superficie, por medio de ellos, encontrara la comunión con el Creador y con la vida. Si esto falta en la humanidad, es decir, los Reinos de la Naturaleza, así como los grandes océanos, la humanidad no tendrá camino por donde seguir, para poder encontrar la luz, la reconciliación y especialmente el perdón.
Por eso vengo aquí, queridos hijos, porque sé que sus corazones están receptivos para este Mi llamado, y que no podrían ver sufrir a los océanos, a la vida marina, a las grandes ballenas de este planeta, que sustentan el eje de la Tierra, de norte a sur, de oriente a occidente. Y a pesar de que ellas son lastimadas y asesinadas, la consciencia de las ballenas no deja de irradiar amor, a pesar de la ignorancia del ser humano.
Quisiera que las ballenas pudieran seguir cantando en los océanos de este mundo, para equilibrar la Tierra, para pacificar los mares, para curar el emocional de esta humanidad, que está desequilibrada.
Los Reinos de la Naturaleza, tienen una tarea fundamental en el fin de los tiempos. Por eso vengo hoy con este mensaje desde el Océano Pacífico, en donde he peregrinado desde Asia hasta aquí, para encontrarlos en oración y en unión Conmigo, porque aún preparo Mi Misión por aquel continente.
Quiero que sean conscientes de esto, y necesitaré, queridos hijos, que como hasta ahora, Me acompañen para esa importantísima misión que Yo realizaré en Oceanía y en Asia, porque Mis hijos Me están esperando, así como hoy ustedes Me esperaron, y esto va por encima de cualquier acontecimiento, de cualquier situación o circunstancia.
Necesito que sus consciencias se coloquen por encima del plano material, de las dificultades y de los obstáculos, para poder acompañar a Su Madre Celeste en esta Obra, en donde Ella, a pedido del Padre Altísimo, intentará despertar todos los Espejos del mundo para ayudar a la humanidad en el momento más a agudo de su transición y de su purificación.
¿Ahora comprenden la importancia, queridos hijos, de orar por los océanos del mundo? Si esto no sucede, ¿quién sustentará esa raza de superficie? Si no hay Reinos de la Naturaleza, ¿quién estará para poder apoyarlos y acompañarlos en el gran silencio que viven los Reinos, en el gran amor que ellos irradian desde el principio de esta Creación?
Vengo a pedirles, especialmente a los chilenos, que se tornen Mis misioneros de la paz, no solo en el camino de la oración, sino también en el servicio, en la vida operativa de aprender a cuidar el Plan de Dios en esta humanidad y en este planeta.
Ustedes tienen recursos internos para poder hacerlo. Por eso los he llamado aquí, a Viña del Mar, no solo para hablarles de los océanos y de la situación crítica que ellos enfrentan, sino también para convocarlos a vivir la vida misionera, de norte a sur de este país.
Chile, por medio de la oración del corazón, también debe aprender a sustentar las placas tectónicas. El equilibrio de este país dependerá de ustedes, queridos hijos, porque esta Tierra, este planeta, en su más íntima profundidad , también tiene heridas ocasionadas por el hombre de superficie. Por eso este planeta se mueve como se ha movido aquí en este país; porque está viviendo su transición que precisa ser acompañada amorosamente, por todas sus oraciones.
Esta es la misma tarea que tiene el mundo.
Mientras los océanos sufren, también el ser de superficie sufre. El ser humano enfrenta su purificación y a veces no encuentra la salida.
Yo vengo a demostrarles, como Estrella Guía de todos los océanos, que es posible salir adelante, si tan simplemente, queridos hijos, se toman de Mi Mano, Me dicen "Sí" para que Yo los pueda guiar hasta el propósito final.
Hoy, Mi Corazón también está desconsolado por Europa, por la división que la Península Ibérica está viviendo y que no tiene consciencia de lo que eso significa para el Creador.
También los invito, queridos hijos, a colocar en sus corazones y oraciones a toda Europa, para que pueda ser contenida, suplida y guiada por los Ángeles de las Naciones.
El Ángel de la Paz, que corresponde a Portugal en estos tiempos, está teniendo grandes trabajos por toda la Península Ibérica y también por toda Europa.
Los invito, a unir esfuerzos de corazón y de alma, ayudando a esos grandes ángeles, responsables de las naciones del mundo, para que puedan soportar el fin de los tiempos con su ayuda mutua.
Quiero anunciarles, queridos hijos, por medio de la Misericordia de Dios, que deberé, con su ayuda, de forma urgente, estar en Europa para evitar algo mayor que sus hermanos que allí se encuentran, en España, no se imaginan.
Si la humanidad no colabora con el Plan de Dios, las desgracias no podrán ser evitadas, porque el ser humano, como parte de esta raza humana, ha ultrajado todas las leyes, todos los designios y todas las reglas. Y su deuda es muy grande.
Yo los invito a vivir Conmigo la cruz de esta humanidad, así como la vivió Mi Hijo de forma incondicional por cada uno de ustedes. Él prometió, Él declaró y anunció que harían cosas más grandes a las que Él hizo. Esto ya no es una teoría, ni tampoco un mensaje, es una realidad que están viviendo por medio de esta Obra, por medio de esta peregrinación, de forma inexplicable en estos tiempos.
Yo vengo por toda la raza humana y también por los que no Me aceptan ni Me escuchan. Por eso los llamo a unirse a Mí en esta misión planetaria, no solo por los Reinos de la Naturaleza, sino también por las naciones, que de no mantener su equilibrio espiritual y psíquico, muchas cosas no podrían ser evitadas..
Me arriesgaré en estos tiempos, queridos hijos, a enviar menos peregrinos Míos, para que se torne posible esa Misión Extraordinaria. Eso significará de su parte un espíritu de oración aún más grande e invencible.
Desde Portugal intentaré evitar algo, porque allí también se concentra el amor de Mis hijos en el gran Santuario de Fátima, en donde Yo estuve con ustedes hace cien años atrás, para poner fin a la guerra y establecer un mayor período de paz. Pero ese período de paz, queridos hijos, está terminando.
Yo les invito a reforzar el camino de la oración, porque eso permitirá que las puertas del Cielo se mantengan abiertas, para que la infinita Gracia de Mi Corazón penetre, como rayos de Luz, en las naciones que más necesitan y así podré disolver las maldades de Mi enemigo.
Los invito, queridos hijos, a tener consciencia de la situación planetaria, a salir de sí por un momento y no dar trabajo a Dios, sino más servicio, más donación, más corazón, para que muchas cosas sean aliviadas.
Así como han colocado su corazón al servicio de Dios en estos días, necesito que este fuego encendido en ustedes continúe adelante, porque Yo podré hacer de Chile, Mi amada Patria Beata.
En esta noche, vengo a consagrar nuevos Hijos de María con la misma alegría y plenitud, con el mismo gozo y júbilo que Su Madre Celeste lo hizo la última vez en Santiago. Porque aquí en este grupo de almas que hoy se consagrarán, se encuentran orígenes de pueblos originarios, valores espirituales e internos que deben volver a emerger a la consciencia humana de este país, para que ella recupere su dignidad espiritual, su filiación con Dios y principalmente, la reconciliación entre los pueblos y las culturas de Chile.
Eso también permitirá, queridos hijos, que el pasado tan duro, difícil, que vivió este país pueda ser borrado del dolor de las consciencias y pueda emerger el principio de la Cura primordial de Dios.
Por eso esta consagración de esta noche es importante para Mí, porque a través del "sí" de estas almas está permitiendo que muchas almas más de esta nación sean ayudadas y de esa forma, por medio de sus corazones y de sus presencias, están permitiendo que Yo retorne una vez más aquí, con el fin de consagrar todo Chile a Mi Inmaculado Corazón.
Agua para bendecir
Los Hijos de María se pueden aproximar, los que vivirán hoy la consagración.
Queridos hijos, quiero contarles que Yo Soy también aquel Espíritu de Paz tan sagrado y misterioso, que estuvo presente entre los incas y los mapuches. Por medio del símbolo del Ave Cóndor. Es de esa forma que nunca estuve lejos de ustedes, sus almas fueron acompañadas por Mí, así como todos sus pueblos originarios.
Y sepan, queridos hijos, que a pesar de lo que han vivido o de lo que hayan sufrido a través de los tiempos, nunca han perdido su pureza original.
Es eso lo que Yo vengo a buscar de Chile en estos momentos, su pureza original, que fue cultivada en el principio en sus almas, en sus esencias, en sus experiencias de amor como un pueblo sagrado.
Hoy vengo a traer para ustedes los mismos valores concebidos por los incas y los mapuches. Por eso, deseo escuchar en esta noche, al menos por tres veces, el Ave María en mapuche.
Ave María en Mapuche (tres veces)
Agradezco estas oraciones las cuales llevaré al Padre Celestial, para que muchas más esencias indígenas, más pueblos originarios a lo largo y ancho de América, reciban Mi Intercesión, Mi Gracia y especialmente la cura de sus heridas.
Por la autoridad que Mi Hijo Me ha concedido, como Madre del Mundo y Madre de la Humanidad, en nombre de los océanos del mundo, de toda la vida marina, el Señor consagre este elemento a fin de que sirva de cura, de redención y de perdón para los corazones.
Y ahora, queridos hijos, por medio de esta consagración y de este compromiso orante que asumen Conmigo, les pido que entonen el himno de su consagración, para que Mis Gracias puedan descender en sus corazones.
Les agradezco por responder a Mi llamado y hoy les dejo la sagrada imagen de la Virgen del Carmen para que peregrine por sus hogares, por los hospitales, por los asilos, por las instituciones infantiles, por todos los lugares que necesitan de amor, de cura y de perdón.
Recuerden, siempre recuerden que Yo seré Su Estrella del Mar, que vendré del firmamento, del Océano Pacífico para auxiliarlos.
Les agradezco, queridos hijos, por responder a Mi Llamado.
Los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Soy la Estrella Guía
Así como el sol nace en el amanecer, así nace la Estrella Guía de la Señora del Carmelo.
Vengo, en este día, trayendo en brazos a Mi pequeño y amado Hijo, Quien también les da la bendición celestial y los anima a seguirlo en la fe y en el amor.
Yo soy la Estrella Guía y las almas pueden dar sus pasos a través de Mi Luz.
Soy la Estrella Guía y los corazones del mundo pueden encontrar el camino de salida a través de Mí.
Que, en estos tiempos de tribulación, las almas puedan ver la Estrella Guía de la Señora del Carmelo, para que la humanidad se anime a vivir su momento de redención y de perdón.
Hoy extiendo Mi Estrella Guía más allá de España e irradio, en este tiempo, los códigos celestiales de la redención, para que los corazones encuentren en sus caminos a Cristo y lo vivan en su interior como una única verdad.
Soy la Estrella Guía y elevo la consciencia planetaria para que se pueda elevar también la humanidad.
La Estrella Guía de su Señora retorna resplandeciente, en este tiempo, para que la humanidad finalmente pueda despertar.
Esta Estrella no es física ni visible, es la Estrella espiritual e interna de su Señora del Carmelo, que se manifiesta para poder generar una mayor conversión en las almas de la humanidad, que no se arrepienten ni se entregan al Señor.
La Estrella Guía de su Señora puede comunicar los universos y unir las dimensiones de la consciencia.
Ella puede disolver los abismos y guiar a las almas caídas hacia la eterna Luz.
La Estrella Guía de la Señora del Carmelo puede penetrar en el inconsciente de los hombres y cambiar los acontecimientos venideros.
Esta santa Estrella Guía puede ayudar a disolver el pasado, a mejorar las condiciones del presente y a abrir las puertas para un futuro mejor, espiritual e interior.
La Estrella Guía de la Señora del Carmelo construye lo nuevo y solidifica la unidad entre las consciencias.
Ella puede renovar el presente y, al mismo tiempo, liberar el pasado.
Atrae, hacia la humanidad, el principio de la cura y manifiesta en Su esencia el perdón como camino de reconciliación.
La Estrella Guía devuelve al mundo el sentido de su existencia y lo torna consciente de los pasos que son necesarios dar, en Cristo, en el futuro.
Ella reúne a los autoconvocados y los hace conscientes de su verdadera misión.
La Estrella Guía de su Señora del Carmelo ilumina el camino de los que navegan en el mar del amor y guía a los que se sumergen en el océano de la Misericordia de Dios.
A lo largo de los tiempos, les he mostrado de diferentes formas Mi Estrella Guía; estrella que infundo y propago, multiplicándola como luz en los corazones de Mis hijos.
Hoy bendigo el camino de Mi hija Lucía de Jesús, quien se ha arriesgado a vivir este servicio por la humanidad junto a su Madre Celeste. Que los años que hoy cumple representen la madurez para nuevas etapas de su misión.
Que la Estrella Guía de la Señora del Carmelo guíe los caminos de los buscadores de Cristo!
¡Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Yo soy esa mujer de Nazaret que, hace mucho tiempo atrás, fui llamada por San Gabriel Arcángel para ser portadora de la Luz de Dios por intermedio de la venida de Cristo.
Hoy, soy esa simple mujer de Nazaret, llamada María, la Madre de Todos los Pueblos, la que anuncia en este tiempo al mundo la segunda venida de Cristo.
Soy esa mujer que todos conocen, que es constante y paciente, que camina al lado de cada hijo que se abre para reconocer que puedo estar en su corazón todo el tiempo.
Soy esa mujer que hace un tiempo atrás, aquí, en esta ciudad de Carmo, se anunciaba en lo alto de la colina del Redentor, y les decía a todos que un gran cambio se avecinaba para la humanidad.
Soy la Madre de Dios y Madre del Altísimo, soy la Madre de la Figueira, y soy la Señora del Carmelo.
Vengo para pedirles que oren y que se animen a hacerlo, así como, en los tiempos pasados, ustedes oraban para que los negros se liberaran de la esclavitud.
Vengo como Madre para reabrir las puertas del Cielo sobre esta sufrida ciudad.
Vengo para decirles que Yo estoy aquí, muy cerca de ustedes. Que estoy presente en lo alto de una colina, en una estancia cercana a su pueblo, y deseo que con su humildad Me visiten y oren Conmigo para que Yo los pueda ayudar todos los días.
Hoy les enseño en humildad, hijos Míos, el camino de la verdad y de la paz.
Hoy he venido hasta la puerta de sus casas para golpear en las puertas de sus corazones y para pedirles que Me acepten, así como Me aceptan y Me viven en la santa iglesia.
Pero en este tiempo he decidido, a pedido de Dios y de Mi Amado Hijo, venir fuera de Mi iglesia, para que Me pudieran encontrar presente en las puertas de sus casas, en las calles de esta ciudad, en los barrios de este pueblo, en lo alto de la sagrada colina y en cada corazón que se abra para sentirme en lo más íntimo de su ser.
Soy la Señora del Carmelo, Madre de los pobres y guía de los misioneros.
Vengo para pedirles, hijos amados, que con sus corazones abiertos, se arrepientan y que pidan humildemente perdón por todo lo que viven, por todo lo que sufren, por todo lo que sucede en esta ciudad.
Es así, que la Madre de Jesús, del Salvador, se acerca a Su querido pueblo y a toda Su familia para que algunos valores se recuperen en su vida diaria y en sus consciencias.
He venido para tenderles Mi humilde mano, para que la tomen fuerte, y así, los guíe hacia el camino de la paz y del amor.
Vengo para pedirles que peregrinen en fe y devoción hacia Mi Centro Mariano para que, estando en él, comulguen de Cristo espiritualmente, y todas sus heridas se disuelvan por el bálsamo del amor que Yo les ofrezco.
Después de tanto tiempo, la Madre del Salvador, la Señora de los Pobres, retorna a su ciudad para guiarlos y conducirlos por el camino del bien y de la caridad, por el camino sagrado de la oración del corazón.
Quisiera, hijos, que tuvieran presente en sus corazones esta casa que Yo he consagrado, para que cada hijo Mío ingrese por el gran portal de la redención de la humanidad.
En simples palabras, los invito a que, diariamente, visiten la Casa de los Hijos de María, de la Señora de los Pobres, para que se sientan motivados a reencontrar en sus familias cálidos momentos de oración y de paz, tan necesarios en estos tiempos de caos.
Vengo para retirar a esta ciudad de un lugar incierto de la consciencia.
Vengo para cerrar, junto a Mis Ángeles, todas las puertas inciertas que se hayan abierto por diferentes motivos.
Por eso, Yo he escogido este punto de la ciudad para que, en una calle simple como esta, Me puedan encontrar, sí o sí.
Es por esto, hijos, que retorno a la ciudad de Carmo da Cachoeira, para que despierten de la inercia y hagan de sus corazones, en esta próxima Pascua, corazones en pacificación, mansedumbre y consuelo.
Vengo para entregarles la cura que tanto necesitan, y así, todos Mis hijos se sentirán un poco más amados y amparados por Mí.
Quiero, en cada barrio de esta ciudad, un grupo de oración ecuménico, capaz de atraer hacia su pueblo las Leyes Divinas.
Estoy feliz de poder retornar y de que, día a día, pueda acompañarlos.
Por eso, dejo esta Casa de la Señora de los Pobres para que, cada alma y cada corazón, encuentren el refugio que tanto necesitan.
Ofrezcan a Dios toda su gratitud y que, en este día, se reabra la puerta hacia la Gracia y la Misericordia de Dios.
Les agradezco por haberme recibido humildemente.
Los ama,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Fray Elías del Sagrado Corazón transmite las Palabras de la Virgen María:
Vengo aquí a traer la paz que necesita esta ciudad y este pueblo.
Vengo con todos Mis ángeles a este encuentro, para que ellos también los puedan bendecir, porque son enviados del Padre para cerrar las puertas inciertas y abrir los corazones al amor.
Es por eso que he escogido venir aquí, queridos hijos, para estar más cerca de ustedes y traerles una buena nueva, el momento que se aproxima, tan esperado por toda la humanidad: la segunda venida de Cristo. Por eso, ustedes deben tener sus corazones prontos, no solo en la confesión, sino también en la comunión con Mi Hijo. Esas serán las llaves que prepararán sus corazones para lo que vendrá.
Me aproximo a ustedes, queridos hijos, para poder sanar sus corazones, para traerles nuevamente la alegría de saber que la Sierva fiel, la Madre del Altísimo, la Señora de los Pobres, estará aquí entre ustedes todos los meses, hasta que se cumpla Mi misión de tornar esta ciudad un punto de Luz y de oración para el mundo.
Por eso, he fundado esta casa con todo Mi Amor maternal, para que aquí se preparen y se gesten las bases del servicio y de la oración, de la fraternidad y del amor entre los seres, y así se lleve adelante esta obra, que no solo abraza al mundo entero, sino que también volverá aquí como punto final, como punto culminante de Mi obra en estos tiempos, pedida por Mi Hijo a través de Mi Inmaculado Corazón y de la unión de todos sus corazones con el Mío.
Hoy vengo aquí con los Santos Arcángeles para que su vida espiritual pueda revivir, para que sus caminos estén purificados. Y al final, en el horizonte, vuelvan a ver la Luz de Mi Hijo, Su Corazón Glorificado que se aproxima a esta región de Brasil para que, durante la Sagrada Semana, Él los bendiga y los sacramente a todos con la señal luminosa de Su Santa Cruz.
Queridos hijos, necesito en este tiempo de sus corazones simples. Así, con esa simplicidad que hoy sus corazones Me han donado por medio de su filiación Conmigo y de su presencia en este lugar, permitirán a Mi Inmaculado Corazón que Yo pueda seguir viniendo a esta casa para visitarlos todos los meses y nuevamente traerles Mis Gracias celestiales que serán la fuente de su reparación y conversión. Así encontrarán la reconciliación con Dios, en una profunda comunión interna de cada una de sus almas con Mi Alma y el Alma de Mi Hijo, y así con todo el Reino Celestial.
Yo les traigo, queridos hijos, siete llaves importantes que los ayudarán a llevar adelante esta misión que hoy les encomiendo, de poder tornar esta ciudad un punto de Luz para el mundo. Cada uno de ustedes, queridos hijos, será un referente para los peregrinos que vendrán del mundo entero. En sus ojos y en sus labios deben reflejarse Mi sonrisa celestial y en sus corazones, libres del sufrimiento y del dolor, debe estar la paz; porque Mi aspiración es curar a cada uno de ustedes para que puedan ingresar en el universo de Mi Amor maternal, en donde solo encontrarán alegría, esperanza y regocijo de poder estar en Cristo, Nuestro Señor.
Para que todo eso sea posible y los milagros se realicen en sus vidas, en un tiempo de gran desigualdad, Yo los invito a orar Conmigo todos los días. Quiero que esta ciudad se torne un gran Rosario de Luz para todo el mundo, y que cada cuenta de este Rosario de Luz, que será construido por ustedes, represente a un grupo de oración, un núcleo orante, en donde las bases de la Sagrada Familia se podrán expresar en sus corazones y vidas por medio de los Dones del Espíritu Santo.
Quiero volver a erguir a Nuestra Señora del Carmelo. Que esta ciudad sea bendecida por ese santo nombre. Que Nuestra Señora de los Pobres esté en el corazón de cada uno de Mis hijos y en cada lugar donde exista una necesidad.
Por eso, Yo les entregué, queridos hijos, en esta ciudad, la sagrada Casa de San José, en donde viven Mis misioneros de la paz; en donde podrán aprender a construir una verdadera vida fraterna, una vida grupal basada en la fraternidad y en el amor entre los seres, encontrando en cada lugar el servicio y una posibilidad de vivir la oración del corazón.
Es de esa forma, queridos hijos, que Yo los invito a ser una gran familia espiritual. Invito a sus familias a que sean renovadas por medio del servicio, de la oración y de la comunión.
Les traigo desde el Cielo todos estos dones para que la Iglesia Celestial que, en ustedes, habita en lo profundo de sus almas, pueda volver a ser erguida; y Mi Hijo, cuando retorne durante la Sagrada Semana, encuentre un refugio, un lugar de alivio y de oración, en donde Él pueda entrar en sus corazones y vidas.
Como Señora de los Pobres, Yo los invito a reconstruir esta ciudad a través de ejemplos y actos simples. Si su oración es poderosa y la viven diariamente, les aseguro, queridos hijos, con la autoridad que Me ha dado Cristo, que muchas cosas terminarán y la esperanza será recuperada en muchas consciencias.
Para que eso suceda, a todos ustedes, queridos hijos, en la humildad y en la simplicidad de sus corazones, los invito a dar el paso, a que acompañen a su Madre Celeste en esta misión y en este propósito que hoy vengo a presentarles a cada uno de ustedes.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Así como hoy consagro esta casa, espero consagrar cada una de sus casas, para que esta ciudad, hijos Míos, sea semejante a Mi Reino y aquellos que lleguen aquí, de los cuatro puntos de este mundo, buscando la paz y la reconciliación con Dios, puedan encontrar, en cada uno de ustedes, este camino que lleva a Mi Inmaculado Corazón.
Por eso, hoy les pediré que, mes a mes, anuncien Mi Presencia en este lugar; que lleven a sus familias, sobre todo a los más jóvenes, a Mi Centro Mariano para que Yo pueda curarlos poco a poco, para que reencuentren un sentido en sus vidas, porque los más jóvenes, hijos Míos, se están perdiendo por las ilusiones e influencias de este mundo y el deseo del Creador es que Sus hijos lo encuentren, que puedan expresar en este tiempo la unidad y la semejanza con Él, así como lo expresó Mi Hijo Jesús.
Quiero, hijos Míos, que fortalezcan su fe, que fortalezcan la unidad Conmigo; porque Yo solo los llevo hacia Jesús para que lo encuentren cuando Él retorne al mundo, para que lo reconozcan entre los hombres, para que lo reconozcan caminando por las calles, convirtiendo a los corazones y recordándoles el compromiso de ustedes con Dios.
En esta noche, hijos Míos, establezco la paz en sus vidas y les pido que Me abran las puertas de sus corazones para que, con Mis ángeles, Yo pueda liberarlos, curarlos y colocarlos en un camino de paz y de crecimiento espiritual.
No vengo aquí para fundar una nueva religión ni una nueva iglesia. Vengo para fortalecer la fe que ya existe en sus corazones.
Sé que muchos Me aman y son devotos de Mi Divino Espíritu. Ahora, hijos Míos, deben dar testimonio de Mi Presencia en sus vidas, porque Yo estoy aquí para decir que escuché sus oraciones. Yo soy la respuesta a sus plegarias, todas aquellas súplicas que enviaron a Dios para que esta ciudad fuera diferente, para que sus hijos pudieran encontrar la paz. Yo estoy aquí, hijos, como un manantial único de paz. Solo les pido que abran sus casas y sus corazones, que tomen con sus manos sus rosarios y oren Conmigo para que, por la potestad que Dios Me concedió, Yo pueda transformar sus vidas.
Confíen en el poder de la oración cuando unen sus corazones al Mío. Confíen en que, junto a Mí, el destino de esta ciudad puede ser diferente y ella podrá ser reconocida en el mundo entero como una fuente de paz para los que tienen sed, como una fuente de vida para los que mueren en espíritu.
Vengo a convertir este suelo para que se torne sagrado y anuncie al mundo Mi Presencia Maternal; para que dé el ejemplo a la humanidad de corazones que verdaderamente preparan el Retorno de Cristo, porque Él vendrá y no será solo en espíritu. Todos los ojos lo verán, todas las rodillas se curvarán ante Él porque no podrán, hijos, resistirse a Su Amor y a Su Poder.
Aquellos que son Sus compañeros, lo seguirán y establecerán con Él el Reino de Su Padre. La Nueva Jerusalén, que los pueblos antiguos tanto esperaban, será visible para los ojos humanos, porque la Voluntad de Dios se establecerá y Sus promesas se tornarán vida.
Confíen en lo que les digo, hijos Míos, porque el mundo temblará y los corazones se arrepentirán de no haber despertado a tiempo.
Hoy los llamo por el nombre para que estén ante Mi Presencia. Hoy los consagro y les ofrezco Mi Paz para que conviertan sus vidas y sean llamados verdaderamente Hijos de María.
El Reino de Dios se aproxima a sus vidas. El Creador les ofrece Su Amor y solo es necesario, hijos Míos, que le digan sí al Dios Supremo.
Fray Elías del Sagrado Corazón transmite las Palabras de la Virgen María:
Vengo a sacarlos del infierno para que ingresen a Mi Paraíso. Por eso, hoy estoy aquí, entre ustedes, muy feliz. No podrían imaginar, queridos hijos, cuán grande es Mi felicidad al estar consagrando a nuevos Hijos de María y en consecuencia, a cada uno de ustedes, que son permeados por los rayos de Mi Amor y de Mi Gracia.
Quisiera que, en el próximo mes, fueran el doble de los presentes. Abran las puertas de esta ciudad para que los ángeles puedan reinar y las almas, que han muerto espiritualmente, puedan resucitar, ante la venida gloriosa de Cristo.
Ahora, quiero que se aproximen los que se consagrarán como Hijos de María, a este escenario, para que Yo los pueda bendecir. Vengan a Mí, queridos hijos, estén cerca de Mi Corazón Inmaculado, no deben temer. Yo les traigo la paz y la felicidad celestial que tanto necesitan sus vidas, para poder cumplir el Propósito de Dios que, en este tiempo, se está llevando adelante a través de esta Obra.
Quisiera que todos los sacerdotes abrieran sus corazones a Mi llamado. Yo soy la Madre del ecumenismo y conduzco a todos Mis hijos hacia Cristo. Todos son merecedores de la Misericordia de Dios. Todos son merecedores de la Gracia de Dios. Todos son dignos hijos de Dios y merecedores de la salvación que Mi Corazón Inmaculado le concede a todas las almas.
Hoy no solo bendeciré a los Hijos de María, estos sesenta nuevos hijos que formarán los primeros grupos de oración en los diferentes puntos de esta ciudad. Serán los que sembrarán para que nuevas almas puedan surgir, por medio de este impulso de orar el Santo Rosario por la paz todos los días, con el fin de que esta ciudad se consagre a Mi Inmaculado Corazón.
También vengo a consagrar sus objetos sagrados, como todas estas flores que han colocado en Mi altar, en el sagrado altar de la Señora de los Pobres. Ustedes llevarán una flor como recuerdo de Mi Presencia en sus vidas. También bendeciré sus rosarios, bajo la autoridad que Dios Me concedió.
Ahora, que los nuevos hijos, que se consagran ante esta casa de la Señora de los Pobres, coloquen su mano izquierda sobre el corazón y sustentando la luz de su vela, confirmen la Presencia Divina en este lugar; la Presencia del Padre, la Presencia del Hijo y la Presencia del Espíritu Santo.
Hoy desato un gran nudo para que se puedan liberar y así reencontrar la paz, porque si la paz está en ustedes, la paz estará en esta ciudad, los corazones se convertirán, los enfermos se curarán y todos se sentirán más amados porque Yo estaré aquí presente. Cada vez que crucen la puerta de esta casa, sepan que la Señora de los Pobres siempre los observa y los acompaña con Su Amor.
Vengo a cicatrizar sus corazones, retirando las espinas de la vida. Vengo a sanar sus almas, para que se enciendan a través de Mi Espíritu Divino. Vengo a reencender, en sus vidas, la llama poderosa de la oración del corazón.
Hoy vengo a entregarles Mi Amor y toda Mi Gracia para que sean benditos, sean dignos merecedores de la Misericordia de Dios por todos aquellos que no la viven y que se apartan del Reino de Dios, alejándose del Amor y de la Verdad que vive en el universo.
Yo los consagro. Yo los bendigo. Yo los abrazo como buena Madre, como Madre de todos y Madre de la Nueva Humanidad.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Canten María de Nazaret y eleven sus rosarios para que Yo los pueda bendecir.
El Señor bendiga estos objetos sagrados que simbolizan la apertura de las puertas del Cielo en lo más íntimo de cada una de las almas. Que estas cuentas de oración sean permeadas por Mi Gracia y por Mi Luz. Que las almas se aferren a este instrumento celestial, para que siempre encuentren el amor y el camino que los llevará hacia Mi Hijo, hasta Su Sagrado Corazón.
Bendigo estos rosarios, para que sea bendecida esta ciudad, bajo la autoridad que el universo Me concedió, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Lleven sus rosarios sobre el corazón para que el Cielo ingrese en sus vidas.
Les agradezco.
Los esperaré el próximo mes y estoy feliz por poder reencontrarlos en el espíritu de la fe y de la unidad.
Que así sea.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más