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Queridos hijos:
La preocupación es la falta de atención en la propia economía de la energía, y el arte de la oración sustituye esa preocupación por una ocupación mayor: tornarse un Espejo de la Consciencia Divina.
Por eso, cada vez que la preocupación o la frustración sean más fuerte que la fe, coloquen la mente y el corazón en la oración, y verán el resultado de ese poderoso caudal que es el propio Verbo Divino.
Así, abran las puertas a la esperanza y podrán penetrar muchos misterios, de cómo el arte de orar no solo eleva, sino también concentra a la propia consciencia en corrientes positivas de energía.
Cuando la oración es correctamente invocada, ella es capaz de rasgar todos los obstáculos al punto de traer luz interior a muchos asuntos de la vida.
Es hora de afirmarse en el poder de ese caudal para así atraer la paz en estos tiempos.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La Escuela de humildad de la Virgen María: La humildad para poder escuchar
Queridos hijos,
En Mi escuela de humildad es imprescindible poder y saber escuchar la instrucción espiritual. Para eso el espíritu de la humildad debe impregnar sus consciencias para que aprendan a escuchar todo lo que es necesario escuchar. Si sus corazones escuchan, serán humildes y, en este tiempo, podrán comprender que es lo que permitirá que la transformación ocurra.
Para encontrar el espíritu de humildad y de entrega, primero deberán desterrar todo lo que sus consciencias escuchan de sí mismas. Si no hacen eso internamente, nunca podrán generar el espacio necesario en la consciencia para que la humildad pueda actuar y los haga partícipes de la transformación interior.
Queridos hijos, la consagración a Dios no es suficiente, el Padre necesita que aprendan a desprenderse de sus propias formas y modalidades, que han hecho de la humanidad una civilización sin verdadera instrucción. Por eso, a través de la escuela de la humildad, deberán ir desprendiéndose de todo pensamiento o sentimiento interior que se opone a la acción superior de la humildad. Para llegar a ese desprendimiento deben reconocer y aceptar la falta de humildad que existe en ustedes y así abrir el corazón para que él gobierne por encima de toda forma mental o intelectual.
La humildad como esencia es una poderosa herramienta que permite abrir las puertas a la cura del corazón y de las heridas más profundas, heridas que en la mayoría de las almas, son ocasionadas por un estado de incomprensión y, sobre todo, por falta de paz.
Toda adversidad o contrariedad generada por la propia consciencia es el reflejo de no sentirse amada como cree que debería serlo y de una falta de aproximación al principio superior de la humildad.
La escuela de la humildad permite que la consciencia se reconozca como es y que vea sus dificultades como una posibilidad de intercambiarlas por atributos que nunca vivió. La falta de humildad genera un vacío en el mundo interior de los seres, que no puede ser llenado por nada, ni siquiera por el amor. Esto sucede por la permanencia o la resistencia a algunos cambios verdaderos.
La falta de humildad genera en la consciencia estados de frustración o falta de concreción de las metas en la vida material. Por eso para que la humildad superior se aproxime, la consciencia debe humillarse, y eso es lo que la arrogancia y el orgullo no quieren hacer desde el momento en que deben ser destituidos de su poder.
La invocación de la humildad supone enfrentarse a ciertos aspectos de la vida que deben morir. Cuando esa búsqueda es honesta, la Gracia de Dios interviene para disolver las dificultades permanentes. En la humildad existe una puerta directa hacia la paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los cura en la esencia de la humildad,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijos:
El enojo es la semilla de la frustración y ese sentimiento impuro nace de no sentirse amado. La frustración es la raíz de la mentira y de la soberbia; de la soberbia nace la necedad y de allí el abandono de la vida espiritual.
El principio que contrarresta esos estados es la Misericordia, que tiene como base la Piedad y la Compasión, que posibilitan entenderlo todo.
La frustración es un veneno que disuelve la paz, porque ese sentimiento tiene origen en la crítica y en el juicio de valor. La paz permite superar esas dificultades; la frustración se disipa con la verdad y, especialmente con la tolerancia y la paciencia, estados que pueden generar armonía y equilibrio interior a pesar de las pruebas recurrentes.
La esencia de la frustración es la vergüenza de reconocerse incapaz, sobre todo mantiene su ímpetu en el falso poder y en la propia creencia, lo que genera más inseguridad y falta de fe.
Aquella alma que se rinde a Mis brazos dejará de vivir esas cosas porque le enseñaré a perdonar de corazón, a amar a través de la vida y a establecer la fe como un emblema interior. Es desde allí, mediante la oración y la humillación, que se disolverán todas esos malos sentimientos. Así, Dios retornará al corazón que confía en Su Plan y vivirá en comunión interna con todos Sus hijos.
Reconocerse como uno es, es una escuela para los valientes. Pero reconocerse en Cristo, es una aspiración de poder vivir esa escuela.
Ya no frustren vuestras vidas, reconozcan ahora todo lo que no son capaces, porque quien no está en Cristo, no será nada. Él desea entrar y gobernar; el destierro de las ambiciones sucederá cuando, tomada la determinación, ya no se quiera ser la misma consciencia de siempre.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los lleva a la Única Consciencia de la Verdad,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más