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En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
En el Reino de los Cielos vive la realidad suprema de Dios, algo que el propio Dios intentó que la humanidad comprendiera, sabiendo que después de esta vida material y de esta experiencia en la Tierra las almas deberán retornar a Él.
Por eso, todo lo que hagan aquí, en la experiencia de la Tierra, representará el resultado evolutivo o no evolutivo de lo que después vivirán en los planos superiores de consciencia.
A través de las revelaciones a las santas videntes, han conocido una parte del misterio de Mi Resurrección, que es la misma Ley que rige a este universo material.
Yo quisiera que la humanidad no olvidara que tiene un alma y que esa alma existe en los planos internos para terminar de vivir una experiencia inconclusa.
Nada de lo que viven aquí, en la Tierra, podría ser pasajero. Dios siempre le indica el camino a quien lo busca. Dios guía con Su Mano el sendero de los corazones y Nosotros, a través de Nuestras Divinas Presencias, nos hemos ofrecido una y otra vez al mundo para que sea guiado, crea y tenga fe.
Por esa razón, Yo les otorgué los Sacramentos, para que recuerden que ellos están allí como fuentes de Gracia, inagotables e inextinguibles, para el alma que busca de verdad la conversión del corazón.
Por eso, la importancia de que en esta experiencia de la Tierra vivan el perdón. Recuerden que no pueden partir de este mundo sin haber perdonado y sin que ustedes pidan también perdón.
El alma existe para concluir una experiencia y quiero que sepan que para la mayoría esta es la última. Por eso, deben pensar en la existencia de los planos superiores de consciencia, el Reino de los Cielos o como lo quieran llamar, en donde sus experiencias después de esta vida vivirán una síntesis.
Yo no les vengo a hablar de la muerte corporal; vengo a hablarles de la oportunidad que no pueden perder en esta vida, porque el paso es único, como también cada momento de entrega y de ofrecimiento de sus corazones.
Vengo a decirles esto, compañeros, porque sé que muchos que están aquí y otros que no están aquí, se han sumergido en el camino del sufrimiento y de la culpa. Pero Dios les demuestra, a través de la Presencia de Su Hijo en este tiempo, que la puerta de Su Divina Misericordia aún está abierta al mundo, especialmente a los que aún les queda poco tiempo para arrepentirse.
Quiero que siempre tengan presente que Dios los ama, bajo cualquier situación o condición. Dios no tiene ira, Dios tiene Piedad, Gracia y Misericordia; y esto, en muchos casos, es olvidado completamente, porque las almas que están encarnadas en este tiempo se envuelven fácilmente con la indiferencia y lo superficial.
Pero Yo vengo también, en este tiempo y a través de cada encuentro, a pedido de Mi Padre Eterno, a colocarles el código crístico redentor en lo más profundo del gobierno de sus almas y esencias, código de amor y de redención que deberá ser cuidado y protegido por ustedes mismos; porque, así como Dios todo lo da, también todo lo puede quitar.
Ni una mínima partícula de Su Divina Gracia se desperdicia en este universo; si esto sucediera, sería una ofensa para Su Corazón. Por eso, Yo los llamo a valorar este momento y que aprendan a leer lo que Yo mismo estoy escribiendo a través de sus vidas. De esto dependerá lo que sucederá después con cada uno.
Imiten el ejemplo de los ángeles y de los santos que adoran, aman y reverencian a Dios, Nuestro Creador. Así, sus vidas profundizarán su dignidad espiritual y humana, y aquellas virtudes que Dios tiene guardadas en Su Corazón, y que están preciosamente escogidas para cada uno, serán entregadas en su debido momento, cuando sus corazones estén prontos, y ese momento se acerca.
El tiempo de la preparación está terminando, el tiempo de la acción está comenzando, porque la emergencia en el mundo es muy grande. La miseria, el sufrimiento y la enfermedad deberán ser aplacados y muchos, pero muchos corazones esperan el gran día de su liberación.
Ustedes, estando aquí y respondiendo a Mi Llamado, sin que Yo se los pidiera directamente, están participando de la preparación de ese gran momento, cuando Yo retorne en Gloria y con todo el Poder de Dios, para volver a instaurar el orden universal y el verdadero Gobierno Espiritual en este mundo.
¿Comprenden que la Ley deberá ser restablecida? Y esto sucederá a través de la actitud de sus corazones, a través de acciones misericordiosas, porque la Misericordia los ayudará a percibir en cualquier lugar la necesidad, inclusive en aquel corazón aparentemente silencioso y anónimo.
Yo vengo para que sus almas abran sus ojos y perciban, por sí mismas, de lo que están formando parte. No es solo de un momento de Gracia, Piedad o Misericordia, es un momento de hacer emerger a los nuevos apóstoles; aquellos que, en los últimos tiempos, reescribirán la historia de la humanidad y del planeta; así como la propia Jerarquía reescribió la historia de este mundo a través de todos sus centros internos y sagrados, como fue en este lugar, a lo largo de los tiempos y sobre todo a través de las almas.
No todos podrán vivir el mismo modelo de vida evolutiva, deben tenerlo muy claro. Si esto es forzado, podría tener consecuencias irreversibles.
Deben aprender todos los días a percibir la necesidad del semejante; así, ayudarán verdaderamente al crecimiento de cada hermano, sosteniendo y apoyando su ser sin condenarlo, porque Yo estoy aquí para que los corazones Me reencuentren.
Pero, para que los corazones Me puedan reencontrar, puedan sentirme y vivirme internamente, aquí debe estar abierta la consciencia y sobre todo el corazón; porque Yo enviaré a las almas e iré a través de esas almas y los probaré, para saber si Mis grados de Amor se han sembrado en ustedes correctamente.
Por eso, aprovechen esta Sagrada Semana y suelten todo lo que los ata al pasado y, principalmente, libérense de ustedes mismos, porque ya lo pueden hacer, es solo confiar más en Mí. Así, los planes futuros y no tan lejanos se mostrarán a todos, y Dios colocará Su Mano sobre ustedes para que, a través de sus almas, Él pueda escribir Su Voluntad.
Si esto sucediera, así como Dios lo espera, les aseguro que los errores del mundo serán justificados, inclusive los errores que son cometidos con la sangre de los inocentes, que aún es derramada en estos tiempos. Así, pueden comprender que esto no es nada personal, es de una forma semejante a lo que vivieron Mis Apóstoles.
Pero ahora, estamos en un tiempo definitivo. Toda decisión siempre deberá ser premeditada, el discernimiento podría no bastar, es necesario pedir Luz para cada asunto, para que se pueda seguir el camino de la Ley que Yo les estoy trazando, que es la Ley de Mi Amor.
Así, Yo los hago partícipes de todos Mis designios, proyectos y operaciones; porque así, podré encontrar corazones disponibles y auténticos, que sean capaces de darlo todo; así como muchos más serán llamados a darlo todo, para que las Aspiraciones de Dios se puedan concretar.
Bajo esta reflexión, compañeros, que no podrán olvidar y que deberán memorizar; así, Yo los preparo para los próximos tres años de su tiempo, en los que eventos muy decisivos se presentarán y todos, de alguna forma, participarán de esos acontecimientos porque la humanidad es única y único es el Proyecto de Dios para la humanidad.
Estos tres próximos años definirán el reaparecimiento de Cristo, su Maestro y Señor, que hará Sus incursiones en algunos lugares del planeta. Y esto no será solamente espiritual, sino también físico. Como ya lo saben, no les avisaré, porque el Plan que tengo previsto tiene que cumplirse, así como fue propuesto y pensado por los Grandes Padres Creadores.
Quieran o no quieran, acepten o no acepten, den o no el paso que deben dar, todos participarán y serán testigos de esto. Por eso, será importante que, antes de que Mi hora se cumpla, sus intenciones, actitudes y formas ya estén purificadas.
En verdad, les digo que ni aun las santas mujeres, que esperaron ardientemente Mi Resurrección, soportaron la Presencia vibratoria del Señor. Y Yo les pregunto: ¿qué harán ustedes cuando esto suceda?
El Señor vendrá como un forastero, pero a través de Sus vestimentas estará la Presencia del Señor. Tienen que estar atentos para reconocerme o también cuando los llame por su nombre, porque la historia que comenzó en Israel deberá completarse y este es el tiempo de que eso suceda.
Por eso, Mi Espíritu, Alma y Divinidad los reúne en estos últimos tiempos y a través de la Sagrada Semana, con la intención superior de prepararlos. Pero, recuerden que hay una parte en todo esto que le corresponde a cada uno.
No esperen una respuesta. Colóquense, así como debe colocarse un servidor y un apóstol. Ofrézcanse para salir de ustedes mismos y así, la clareza y la guía del Sagrado e Insondable Corazón de Jesús llegará a ustedes.
Quiero celebrar esta Santa Comunión de hoy por esta causa, especialmente por los que están despertando y por los que despertarán, para que sus hermanos y hermanas del mundo reciban la misma Gracia que ustedes ya recibieron más de una vez; y todos, a través de un acto de verdadera redención y arrepentimiento, reciban la Gracia de la Misericordia.
He destinado, en este momento, a siete ángeles custodios para esta Celebración Eucarística, para que durante el momento de la transustanciación del pan y del vino, que se convertirán en Mi Cuerpo y en Mi Sangre, sus más honestas y verdaderas intenciones sean elevadas a cada uno de los ángeles custodios, a fin de que el Santo Espíritu de Dios, por medio de Sus dones, guíe los pasos de las almas que caminarán al encuentro del Propósito.
Para que sus almas reciban estos impulsos y los guarden en lo más profundo del espíritu y de la consciencia, vengo a erguir, a elevar y a ofrecer, a todos los presentes y no presentes, los principios que fundaron esta Comunidad-Luz y que hicieron posible que la humilde y tierna Mirada de Dios contemplara este espacio simple y humilde, para que Su Palabra descendiera a la Tierra y desde aquí al mundo entero.
Siéntanse parte de esta grandeza de Dios y, sobre todo, de Su Amor infinito e invencible.
Para que estos principios florezcan en todas las almas y corazones, como preparación para este momento de Comunión Espiritual, vamos a dar honor y gloria al instrumento que inspiró esta expresión del Plan de Dios en la superficie, a su hermano e instructor José Trigueirinho, que fue la puerta segura que se ofreció para el despertar de las almas y fue quien abrió la puerta de su corazón para que las Sagradas Jerarquías hoy estuvieran aquí, hablándoles a todos.
Reverenciemos este momento.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a cantar "Soplo del espíritu".
Yo los bendigo para que puedan reflexionar y crecer interiormente, sabiendo que Mis dádivas, en este tiempo, son únicas e irrepetibles.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cuando lloro por el mundo es para lavar con Mis lágrimas la indiferencia, y el desamor que ciegan a Mis hijos y que no les permiten ver la Verdad y el Reino de Dios.
Cuando lloro por el mundo es para que, con el dolor que siento en Mi Corazón, pueda aliviar el dolor que siente el Corazón de Cristo por ver al planeta, y al mal que se apodera de los corazones que Él tanto ama, desde el principio de la vida.
Mis lágrimas se vierten sobre el mundo como un río de piedad y de compasión. Las lágrimas de una madre por sus hijos curan, reparan y generan méritos para la salvación de las almas, por más pecadoras y perdidas que sean.
Por eso, hijos Míos, hoy, con Mis manos en oración, lavo Mi Rosario con lágrimas; lágrimas que buscan el despertar de la humanidad; lágrimas de ojos que ven una realidad que solo el Corazón de Dios puede alcanzar.
A través de la oración, hijos Míos, del despertar de la consciencia y de los sacrificios vividos por amor es que podrán curar a este mundo y secar las lágrimas que hoy vierte Mi Inmaculado Corazón en reparación de la Tierra.
Una vida infinita los aguarda. El Pensamiento y la Esencia de Dios aún aguardan manifestarse en el interior de los hombres.
Que la agonía que hoy viven tantas naciones los lleve a mirar hacia adentro y hacia arriba, a buscar la Verdad que se oculta en ustedes y a saber que, solo con ella, podrán superar estos tiempos, haciendo triunfar el amor y no fortaleciendo el odio y la indiferencia.
Luchen, hijos Míos, luchen por la paz, con el rosario entre sus manos y con el amor de sus corazones. Luchen, superando su condición humana e instituyendo la paz, como el mayor servicio que pueden prestar hoy a este herido planeta.
Mientras las consciencias de las naciones viven su pasión en este tiempo, ustedes sean imitadores de Mi Inmaculado Corazón.
Sustenten esta cruz en silencio, con la verdad de sus corazones. Sustenten esta cruz con la oración y venzan cada prueba a través de la fe y de la certeza de la Presencia Divina. Recuerden que, detrás de toda cruz, está la posibilidad de hacer triunfar un amor nuevo, de ver nacer el manantial de la Divina Misericordia.
Mi Corazón los observa, Mi Amor los ampara y constantemente los inspiro a que vivan el Propósito de Dios.
¡Oh, cuántas verdades y misterios aspiro a revelarles! Sin embargo el mayor de ellos, hijos amados, se encuentra dentro de ustedes mismos, y la revelación de este misterio nace en la superación y en la santidad de sus vidas.
Crean que el amor que nace en ustedes puede dar una nueva oportunidad al mundo, así como aconteció hace más de dos mil años.
Solo no sean indiferentes. Que no les falte la fe y la disposición para superarse y para vivir los misterios de la oración y del amor cada día.
Yo los amo y los inspiro a que sean verdaderos imitadores de Cristo y de María en estos tiempos.
Mi Inmaculado Corazón los ampara y con amor los bendigo.
Su Madre María, Rosa de la Paz
Prólogo del Libro de Poemas de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
Que algún día, seguidores Míos, puedan animarse plenamente a imitar a esa alma, no solo en la dulzura de sus palabras, sino también en el modo de vivirlas, una a una.
Quisiera que ustedes fuesen tan semejantes a esa alma, en devoción, pureza y sinceridad, porque, más allá de las imperfecciones de la vida y de las apariencias humanas, en lo profundo de cada ser existe un Cristo interno capaz de conducir sus vidas y sus almas hacia Mi Iglesia Celestial.
Espero escuchar poemas muy semejantes y, a su vez, simples y verdaderos, que broten de sus corazones para que, un día, Yo pueda rescatar lo que interiormente sus almas podrían darme al orar y hablarme con la transparencia del corazón.
Los animo a formar parte de ese legado de los redimidos que, habiendo pasado por grandes confirmaciones, inesperados desafíos y amplias pruebas, se confirmaron día a día a Mi Sagrado Corazón.
Necesito que, finalmente, el nuevo legado crístico de cada corazón en transformación esté disponible para su Maestro y Señor.
Que cada corazón, que se anime a hablarme como esta preciosa alma, pueda expresar el amor y la reverencia interior que siente por Mí. Así, yo podré ir manifestando sobre la superficie de la Tierra la nueva hermandad de Cristos.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Dios es Justicia en Amor y en Misericordia.
Dios conoce la bondad de las almas y las virtudes de los pequeños corazones.
Dios sabe de todos los aciertos de la vida, pero también ya sabe de los posibles errores.
Dios conoce la grandeza del amor en el corazón humano, pero también conoce la flaqueza de los oprimidos.
Pero, por encima de todo, Dios busca el bien entre Sus hijos y la consideración entre los discípulos de Cristo.
Dios sabe de las aspiraciones de Sus hijos, pero también sabe de las tentaciones que ocasiona Su rival en las criaturas.
Dios acepta todas las ofertas, pero también acoge todos los sacrificios.
Dios se muestra siempre justo, pero más aún misericordioso y compasivo.
Dios es grande en el Amor, pero pequeño y simple en todas las cosas.
Imita la grandeza del Padre.
Imita en este tiempo el universo de Su donación, porque así siempre estarás con Él, en cada momento, y Él te fortalecerá para dar nuevos pasos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Guarden en el corazón los momentos en que estuvieron con Dios. Guarden como un tesoro, como una fortaleza, los momentos en que el Cielo descendió a la Tierra para mostrar a los hombres cómo debe ser este mundo.
Transmitan así, en los tiempos de caos, la paz que habita en sus corazones, para aquellos de sus hermanos que jamás sintieron a Dios en sus vidas.
Guarden como un tesoro los momentos en que el Espíritu Santo se fundió con ustedes, para mostrarles que hay una esencia divina dentro de cada ser, que debe expresarse para que puedan ser ejemplo para toda la humanidad, como lo fue el Hijo de Dios.
Cristo llegó al mundo no solamente para ser contemplado, sino también para ser imitado. Y, para que puedan seguir los pasos de Cristo, Dios les ofrece todo lo que un día Jesús recibió. Ustedes están al lado de Su Sagrada Familia, rodeados de ángeles y arcángeles y viviendo bajo la guía de los santos y patriarcas de todos los tiempos. Ahora, el Señor no puede hacer otra cosa, solo esperar que acepten Su ofrenda.
Que, como Cristo, tomen la cruz que los llevará a una Nueva Humanidad; cruz que para la humanidad actual no es el martirio del cuerpo, sino la superación de las tentaciones del mundo, con la elevación de la consciencia. Es poder decir no a todos los estímulos que el enemigo imprime en la consciencia humana y que, poco a poco, hacen desaparecer la unión de las criaturas con el Creador.
Cargar la cruz que los lleva a la Nueva Humanidad, a los Nuevos Cristos, es encontrar la alegría en el espíritu humilde y, aunque sea una caminata solitaria y poco comprendida por la humanidad, que ustedes puedan seguir este camino que los conduce a Dios.
Que Mis palabras los colmen, los inspiren y también los impulsen a seguir este camino que les permite encontrar, en su propio interior, la Perfección de Dios.
Su amado compañero y amigo,
San José Castísimo
Queridos hijos:
La mayor expresión del amor es la aceptación y después, la comprensión de la Sagrada Voluntad de Dios, que se manifiesta en la adhesión definitiva a ese Sagrado Propósito, por el que fueron creados a imagen y semejanza del Padre.
Por eso, hijos, en estos tiempos, reconocer la verdadera Voluntad y vivirla los colocará siempre en el camino correcto y así evitarán sufrir por los errores. Pero reconocer la Voluntad y no vivirla, sería dejarse someter por los modelos de vida que la humanidad construyó, alejando sus vidas de Dios una y otra vez.
Queridos hijos, por eso deseo que todos los días imiten la experiencia de Mi vida, aquella que Yo viví en este mundo a través de la obediencia y de la fidelidad, algo que la humanidad aún no aprendió con firmeza.
Si ustedes aman la obediencia, las puertas se abrirán para conducirlos por experiencias nuevas y para ayudarlos a resolver lo que por inercia hasta ahora no resolvieron. Cada indicación que muestra el universo es única. Dios espera que vivan Su Voluntad naturalmente y que no solo pasen por Su Voluntad, para entender que existe una meta mayor para cada vida.
El Padre espera reflejar Su Divina Voluntad en la vida de todas Sus criaturas, pero la libertad que caracteriza a todos ha demostrado, ampliamente, el abandono y la elección que ha hecho la humanidad por sí misma.
Por eso, hijos Míos, sean como su Madre Celeste; que cada uno de ustedes viva, comprenda y aplique la Divina Voluntad como mejor pueda. Ahora, eso ya no bastará porque la urgencia es grande en este mundo, mundo que vive de colapso en colapso por sus propias voluntades que llevan a la pérdida de muchas almas.
Queridos hijos, los próximos tiempos serán de mayor exigencia para todos, sin importar la escuela que estén cursando en este último ciclo. Su unión sincera con el gran Propósito, sin cláusulas ni términos medios, determinará que el mundo pueda recibir la Gracia Infinita que tanto necesita para no sucumbir.
Hijos, cada uno de sus corazones sabe, ante el universo, lo que vino a cumplir y no quiere escapar de una misión tan importante, a la que amorosamente fueron llamados a vivir en este tiempo.
Hasta el día en el que ustedes, Mis hijos, no tomen consciencia de lo que están haciendo y por quién están siendo guiados, entre tantos millones de almas; hasta ese día, su Madre Santísima estará rezando y esperando una determinada postura de ustedes ante el Plan de todo el universo.
Eso los hará madurar y, si no despiertan, los hará estacionarse en el tiempo. El Cielo espera depositar sus tesoros en los corazones abiertos; si eso aún no ha sucedido es porque la Divinidad está esperando que todos puedan dar un poco más a este Plan y a este Proyecto Divino, y guarden menos espacio para sus propios planes.
El verdadero servidor de Dios es aquel que vive en base a la instrucción y la aplica independientemente de la escuela que esté cursando.
El universo espera hacerlos dignos de recibir las llaves que abrirán las puertas para el surgimiento de la nueva consciencia de la humanidad.
Hijos Míos, en ustedes está la decisión. Nosotros, sus Mensajeros, estamos aquí para guiarlos e indicarles el mejor camino interno.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los eleva a la verdadera Consciencia del Pensamiento de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Fray Elías del Sagrado Corazón: Al término de la Coronilla a la Divina Misericordia esperábamos la llegada del Maestro Jesús, cuando sucedió algo extraordinario: el Niño Jesús apareció en los brazos del Castísimo Corazón de San José, quien con devoción y ejemplo de humildad nos visitó a las tres de la tarde. A partir del momento que el Niño Jesús apareció, Él nos transmitió la siguiente instrucción:
Queridos hermanos Míos:
Hoy, como el Niño Jesús, el pequeño Jesús, vengo en los brazos de Mi Padre para demostrarles que llegarán al Reino de Dios solo si son como pequeños y humildes niños que obedecen con fidelidad y amor los Designios del Padre.
Con este fin, hoy los llamo a reflexionar si sus consciencias piensan y sienten como un niño puro y bueno. Sí así no fuere, a pesar de las experiencias de vida, Yo los invito a consagrarse al Sagrado Corazón del Niño Jesús; porque es a través de un acto de fe y de perdón a ustedes mismos que recibirán la ayuda divina que necesitan para desatar los grandes nudos de la consciencia.
En este viernes, también los llamo a renovarse y a imitar el camino castísimo de San José. Solo deberán colocar en sus corazones la aspiración de transformarse y de abrir camino para que la Voluntad de Dios actúe a través de sus vidas.
San José los ayudará a cultivar un espíritu de humildad y de simplicidad.
Yo los llamo, en este día extraordinario, a afirmarse en el camino que recorrió San José por medio de la obediencia y del absoluto vacío de sí. Si ustedes no vaciaran a tiempo sus corazones de toda propiedad o control interior, ¿cómo serán bendecidos por los tesoros del Cielo?
Están a tiempo de construir el camino de la propia redención, por eso hoy Mi Misericordia se presenta ante ustedes a través de la presencia del Sagrado y Casto Corazón de San José. Todas las veces que no sean puros, castos ni mansos, recuerden que existe un fiel Mediador ante Dios que los está esperando para cruzar el portal de la trascendencia y del desprendimiento interior de ustedes mismos.
Encuentren en San José un padre bueno y venerable, capaz de acompañar como buen pastor a cada una de Mis ovejas.
Les repito con suma compasión: sean como niños antes de que la adultez y la arrogancia quieran conquistar sus preciosas vidas, vidas que solo pueden ser colmadas por el Espíritu de Dios, vidas que pueden transmitir el impulso de la Misericordia Divina a toda la Tierra.
Los espero en oración y en reflexión en el Casto Corazón del Padre San José.
Bajo la Luz del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por guardar Mis mensajes en el corazón.
Cristo Jesús, el Redentor
¿Sus corazones saben cuánto Yo los amo?
Mi Amor Inmaculado es para todos; por eso, queridos hijos, hoy los invito a que vivan en Mi Amor Universal por más que aún no lo conozcan ni lo sientan.
Yo llego a sus vidas para que renueven el compromiso que cada alma tiene con Mi Hijo. En cada llamado a la oración anunciado por Mi voz, muchos ángeles del Divino Padre se congregan para ayudar al mundo y a la humanidad.
Queridos hijos, Yo los quiero profundamente más allá de sus propias vidas. Cada alma contemplada por Mi Inmaculado Corazón representa un instrumento precioso que Dios dona a la Tierra para que se cumpla Su Voluntad. Pero aún muchas almas, distantes del verdadero Amor Universal que nuestro Padre nos dona, también están lejos del Propósito Divino que Dios tiene para cada vida y para cada pequeño corazón.
Por eso Yo los invito a profundizar en el misterio contemplativo de la oración para que, de esta manera, cada vez más almas se acerquen a vivir el estado de oración. Los grupos de oración que responden al llamado de la Madre Universal deben colaborar cada día en el despertar de la Luz del corazón para que sean conducidos por Mi Amor y por Mi Paz.
La oración en los grupos consagrados a Mi Inmaculado Corazón permite que, a través de la reunión de los corazones orantes, el mundo en su totalidad pueda ser ayudado por el Amor Divino y Mayor. En este camino de fortalecer los grupos en la oración, son atraídos más grupos de almas que necesitan beber de la Fuente de Prodigios que Mi Hijo entrega para todos, Fuente a la cual llamamos Divina Misericordia.
Queridos hijos, cada grupo de oración responde al llamado divino por la paz en el mundo y, sobre todo, por la paz en el corazón. Yo los conduzco por el camino de la imitación de Mi Hijo como peregrinos y como colaboradores de Mi llamado. Yo los amparo a todos dentro de Mi Inmaculado Corazón.
La perseverancia abrirá las puertas para que todos, a partir de este tiempo, vivan el amor en el corazón para que pueda ser irradiado a los demás corazones.
Recuerden, queridos hijos, que todos ustedes y el mundo entero está siendo llamado para una tarea de caridad y de solidaridad entre las almas. Esto hará emanar el Rayo de la Fraternidad. Así, a partir de esta vivencia, la Gracia podrá ser real para la humanidad carente de Luz y de Paz.
Gracias por responder a Mi llamado.
¡Paz, Paz y solo paz para el mundo!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más