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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
He aquí el Señor de Judá, Quien rige la tribu de la sabiduría eterna, que abre las puertas al conocimiento mayor y a través de la Palabra de Vida transforma a los corazones, unge las vidas y consagra a las almas.
He aquí el León de Judá, el símbolo del Gobierno Espiritual del Padre, que impulsa el cumplimiento de Su Ley y de Su Verdad, encendiendo en cada ser la Llama del Espíritu Trino para que todos caminen en la ascensión, en la búsqueda incesante del infinito, del llamado origen interior, puerta que se abre para el despertar de la consciencia, para la transformación de las formas, de los planos y del éter, a fin de que se establezca la Ley que es nutrida por el Divino Espíritu del Padre y por el Centro Regente de Su Amor Cósmico, Llama Incandescente que todo ilumina y todo transforma, que todo renueva y todo pacifica.
El León de Judá es una de las representaciones del Gobierno del Padre Eterno, una de las más sagradas intenciones que fueron entregadas en las propias manos de los arcángeles, para que Su Proyecto y Su Voluntad se cumpliera, así como lo fue con Mi Encarnación en el mundo para todo este universo y más allá de él.
Quiero que hoy estén dentro de esta consciencia sagrada, para que todo pueda ser sublimado con la fuerza que otorga el Amor de Dios en las almas, con el ímpetu que el espíritu proporciona para vivir la superación, subiendo un escalón de Luz por vez, para que se sientan seguros en los pasos que están dando en estos tiempos.
He aquí el camino de la ascensión de la vida y de la transformación de la condición humana, impulsado por la Ley de la Gracia y de la Misericordia, que unge y consagra a las criaturas de Dios para que puedan vivir en el Padre y se sientan parte de Su Reino, aun viviendo la vida en la Tierra; porque es el alma que puede vivir en el Cielo, aunque esté en la Tierra, es el alma que le puede espejar a sus vidas las Gracias y los Tesoros de Dios, que son incalculables.
Dentro de esta consciencia de Amor y de Sabiduría, llamo a los benditos hijos de Dios para que comulguen de la presencia del León de Judá; así, esta y otras tribus puedan ser renovadas y reparadas, preparando el escenario del planeta y principalmente de los mundos internos para el anunciado Retorno de Cristo.
Y como testimonio de que esto sucederá, les he dejado el legado de la Santa Eucaristía a través de Mi Cuerpo y de Mi Sangre transustanciados, para que todas las veces que sea necesario, todas las veces que lo puedan hacer, retornen al Santo Sacramento del Altar para poder volver a tomar contacto interno y espiritual, por intermedio de la Eucaristía, con los impulsos que he dejado para preparar a las almas y espíritus para el Retorno de Cristo, ya que cada uno deberá cumplir una parte en este camino preparatorio del Señor.
Por eso, vengo aquí a dejar los signos de la Verdad, en la representación simbólica y eterna del León de Judá, del Rey de Reyes.
Es así que, en esta consciencia de Sabiduría y Amor también pueden tomar contacto, de forma directa, con el consuelo de Dios, que fue lo que también preparó el corazón de Mis apóstoles en el pasado, para que ellos pudieran vivir al servicio del Plan.
Quiero que el símbolo del León de Judá sea el símbolo de la reparación y de la restauración de sus consciencias para que, en la vida, tengan claridad en sus decisiones, paz en sus aprendizajes, sosiego en sus conflictos. Porque cuando el Amor del Rey actúa, todo puede ser transformado, solo basta abrirle la puerta para que esto suceda.
Hoy, vengo aquí con este terafín del León de Judá, para que lo puedan contemplar en su corazón y saber que en Cristo está la fortaleza, la verdad y la vida, que ayuda a las consciencias a vivir en paz el camino de la redención; porque Mi Amor solo los elevará hasta poder alcanzar la trascendencia de sus propias miserias y aun de sus propios juicios, porque en el Amor de Cristo no existe la división, solo existe la sagrada expresión de la unidad eterna, que es a la que hoy sus ojos deben estar observando y contemplando, así como Mis Ojos contemplan la Sagrada Unidad de Dios.
Tráiganme aquí la cesta con las preguntas.
P: Amado Señor, ¿cómo puedo lavar Tus Pies y no el Señor lavar los míos?
R: Con ejemplos de caridad y de amor.
P: Amado Señor, ¿qué más te puedo ofrecer para la conversión de la persona por la cual yo oro todos los días?
R: No perder la fe.
Esta es una pregunta elevada, dijo Cristo:
P: ¿Cuál es el significado del verdadero amor incondicional?
R: Es que me superen mucho más en lo que hice por ustedes, a punto de renunciar a sus propias convicciones y creencias.
P: Señor amado, Yo sé lo que aflige a mi personalidad, pero ¿qué es lo que aflige a mi alma?
R: Lo que tu personalidad podría estar haciendo, sin darte cuenta.
P: ¿Quién soy yo y qué quieres de mí, Señor?
R: Que tomes tu cruz y Me sigas, y sirvas a los pobres.
P: ¿Cómo consigo mantenerme firme para no caer en las mismas tentaciones?
R: Que tú no creas en la tentación.
P: Cristo amado, ¿qué debo hacer en relación a mi hermano Luis? Gratitud.
R: Debes ayudarlo hasta donde él lo permita.
P: ¿Cómo nuestras oraciones y las oraciones de otros grupos podrán evitar el caos previsto, que podría exterminar la vida en la Tierra?
R: Creyendo en la oración.
P: Cristo, ¿necesitas decirme algo que no estoy percibiendo internamente?
R: Cuida de tu estado irascible.
P: Amado Jesús, ¿qué puedo hacer para tener un corazón manso y humilde semejante al Tuyo?
R: No reaccionar, sino amar.
P: Maestro, el Señor que conoce profundamente mi ser, mis imperfecciones y mi estado actual, ¿cuál es el próximo paso que esperas de mí?
R: Que no te detengas.
P: Maestro, ¿cómo romper con el ego y vivir el amor que nos pides?
R: Viviendo el amor.
P: Jesús, ¿será que algún día seremos dignos hijos de Dios?
R: Si lo preguntas es porque no lo crees, cuando creas, nunca más lo preguntarás.
P: Jesús, ayúdame a perdonar. No lo estoy consiguiendo, fui calumniada y el Señor conoce mi corazón y sabe la verdad.
R: Cuando atravieses esta puerta ya no sentirás esto. Los justos serán honrados y los injustos serán transformados.
P: Señor, en este final de los tiempos, ¿dónde debo estar y qué debo hacer?
R: Debes estar y debes hacer lo que tu corazón te dicte.
P: Amado Señor, a veces no me amo, a veces quiero morir, desaparecer, a veces es como demasiado. ¿Qué me está queriendo decir todo esto?
R: Que tu energía está en el lugar incorrecto.
P: Señor, ¿por qué hay tanta desunión en mi familia?
R: Porque el mundo está controlado.
Esta es una pregunta sabia:
P: Maestro, ¿cómo unir lo que está separado?, ¿cómo unir a los corazones que se enfrentan los unos contra los otros? En gratitud y reverencia.
R: Donde no está el amor, Yo no estoy.
Una pregunta verdadera, dijo Jesús:
P: Amado Señor, ¿qué tengo que hacer para que Tu Amor habite completamente en mi ser?
R: Entregarme tu corazón.
Complementando a esta pregunta anterior, Cristo le sugiere que pueda leer la vida de Santa Teresita de Jesús, Santa Teresa de Lisieux.
P: Cristo, ¿mi lugar cierto, correcto, es vivir como residente en Figueira o dónde estoy, en la vida social y seguir una vida familiar?
R: Hay almas que tienen el destino de formar familias.
P: Señor, ¿debo consagrarme como auxiliadora?
R: Depende solo de ti.
Última:
P: Cristo Jesús, Maestro y Compañero, el libro que escribí está de alguna forma clareando ciertas mentes que por ignorancia abusan de su preciosa energía vital.
Él no comprendió la pregunta.
Estas almas, dice Cristo, son preciosas porque no piden, sino que agradecen:
P: Jesús amado, perdóname, perdóname y perdónanos, como también a la mayoría de la humanidad, que no sabe de la inmensidad de Tu Amor. Gratitud, Señor, por todas las Gracias que derramas sobre nosotros. Gracias, Señor. ¿Tú lo aceptas, Señor?
R: Claro que sí.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Oremos:
Señor,
que se cumpla el advenimiento de la Nueva Raza.
Que la humanidad pueda expresar su arquetipo.
Que la palabra sea viva y construya Tu Templo.
Que se expanda en nosotros Tu misterio y
que se revele al mundo la verdadera existencia,
para que podamos reunirnos en Tu Nombre
y glorificar la perfecta unidad.
Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
En adoración estamos ante el Hijo de Dios, que hoy nos presenta y nos muestra Su Corazón Eucarístico más radiante que un sol y que cientos de rayos del Universo.
El centro de Su Pecho, el centro de Su Esencia es el Corazón Eucarístico que nos trae la paz y la renovación, la cura y la reconciliación con Dios.
Reverenciemos.
Y en Sus Manos, Pies y Costado, Sus cinco principales Llagas, no de dolor sino de Luz, de Misericordia; Llagas de Gracia, de resplandor y de iluminación en la vida espiritual.
A Sus Pies, dos relicarios que los ángeles, que lo acompañan, sostienen: el Corazón Inmaculado de María, como terafín espiritual y el Castísimo Corazón de San José como terafín paternal y don de humildad para las almas.
Estos Corazones se unen al centro del Corazón Eucarístico de Jesús, y se establece el Cielo en la Tierra.
Escuchamos ahora siete campanadas, a Su pedido, delante de esta revelación.
Tú eres parte de lo que Yo soy, y nunca pensaría lo contrario, porque Dios nos creó iguales y muy semejantes a Él.
Lo que vives y experimentas es un destierro de tus aspectos humanos; es el morir para volver a nacer, cuantas veces sea necesario.
Por eso, no te preocupes, no te acongojes, no sientas miedo ni tampoco soledad porque lo que vives es perfecto para Dios. Él así lo necesita, aunque a veces no lo comprendas ni lo entiendas.
Por eso, quédate en Mi igualdad porque entrarás en Mi armonía y equilibrio y nunca perderás la fe. Ninguna oscuridad ni ninguna tempestad harán desterrar tu fe y nunca se disolverá, cuando te mantengas firme en Mí.
Yo construyo caminos desconocidos y tus caminos son Mis caminos cuando aceptas vivir Mi Voluntad, por más desconocida que te parezca, por más inalcanzable que te parezca. Mi Voluntad, que es la Voluntad de Mi Padre, siempre te colocará en el camino seguro.
Nunca vendré a pedirte cosas imposibles porque sé que no Me las darás. Vengo a pedirte cosas simples, lo que nace del corazón que nunca se extinguirá, que nada lo disolverá.
Yo vengo a pedirte tu amor humano y tu fidelidad Conmigo, para que te transformes, para que aprendas a redimirte y a sublimar tu consciencia, día a día.
Yo no necesito construir en tu vida castillos para reyes y tampoco ilusiones para tu personalidad. Vengo a construir, a través de Mi Voluntad, lo que es verdadero; y lo verdadero surge de lo simple, lo simple surge de lo humilde y lo humilde es pacífico, no se atormenta, no se siente amedrentado y tampoco confuso.
La vida espiritual es simple y tu contacto con Dios también lo es. Pero dependerá de ti, hijo Mío, que ese contacto lo cultives día a día con una fe grandiosa, con una fe inextinguible, con una fe que nunca te haga dudar de lo que vives.
Pero ten cuidado, porque tu elección podría ponerte en otro camino. Y, ¿cuál es el verdadero camino para ti? ¿Alguna vez te lo has preguntado?
Lo mismo le pregunté a Mis apóstoles: ¿qué es vivir la verdad y cómo estar en ella todo el tiempo?
Si caminas a Mi lado, aunque no Me sientas ni Me percibas, aunque estés en la mayor soledad o atravesando el mayor desierto, ¿creerías y confiarías en Mí?
Yo siempre te daré lo que necesites, en el momento justo, porque todas Mis perlas preciosas y tesoros fueron muy desperdiciados por los hombres a través de los tiempos. Ahora es el tiempo de conquistar y de triunfar por medio de una entrega absoluta que alcanzarás paso a paso, por medio de una fidelidad absoluta que alcanzarás paso a paso.
No vengo a pedirte lo que es imposible para ti, porque te haría perder mucho tiempo. Vengo a pedirte lo que es verdadero, lo que Dios colocó dentro de tu ser y de tu corazón. De eso Yo Me sirvo todo el tiempo para realizar Mi Obra en el planeta y te doy el ejemplo de Mi Corazón Eucarístico, del Corazón Inmaculado de Mi Madre y del Corazón de San José como testimonios verdaderos, como muestra del amor a Dios, de un amor fiel, de un amor constructivo y sublime que solo tenía la intención de poder ser compartido y vivido con todos los semejantes.
Sé que a veces vivirás aprendizajes que no comprenderás ni aceptarás y que tu mundo interno se moverá, tu consciencia se purificará y estarás nuevamente delante de una prueba. Pero las pruebas existen no para hacer sufrir a las almas de Dios, sino para que aprendan a vencer la dualidad. Porque cuando muchos más aprendan a vencer la dualidad, más será vencido el mal y triunfará la luz y el amor en el mundo, porque no estará la raíz de la indiferencia en tu consciencia y aprenderás a obedecer, incondicionalmente, hasta en los más pequeños detalles, siguiendo ciegamente las directrices que vienen del Cielo y de la Jerarquía. Porque tú no conoces el futuro ni tampoco conoces profundamente tu pasado. Solo vives el presente y lo que está a tu alrededor día a día.
Por eso, Yo soy una Fuente en la revelación de muchos misterios de tu consciencia.
No vengo a buscar lo que fortalece a tu ego o a tu personalidad. Vengo a librarte de las cadenas de la ilusión. Y para poder liberarte, de esas cadenas y de esas ilusiones, deberás atravesar lo que Yo atravesé una vez aquí en la Tierra, porque así podrás vivir a Dios y comprender, más allá de las apariencias, todo los misterios.
Esta escuela del planeta que se llama Tierra, en donde están muchas almas, podría ser más provechosa y benéfica para todos. Pero se ha vuelto una escuela de mucho sufrimiento, por las raíces de la indiferencia, de la desobediencia y de la falta de la caridad.
Pero si tú crees en Mí, nunca perderás Mi camino ni tampoco Mis pasos porque, por mucho que te pueda suceder o por mucho que puedas experimentar en momentos difíciles, la llama de tu corazón nunca se apagará porque hoy he podido testimoniar por medio del canto de tu voz y de la alabanza al Padre Eterno que el Amor de Dios existe en el corazón de Sus hijos. Es ese amor que Yo vengo a buscar en los corazones, un amor confiable y un amor fiel. No vengo a buscar un amor perfecto, sino un amor imperfecto. Vengo a buscar su amor más pobre para que pueda ser transformado, para que el amor sea también redimido, en ustedes, y ese amor llegue a todo el mundo de la misma forma en la que Yo les doy Mi Amor.
En Mis Palabras está el Amor de Dios. En Mi Presencia está el Amor de Dios. En Mi respiración está el Amor de Dios. En Mi mirada está el Amor de Dios. En Mi Esencia está el Amor de Dios. Y donde Yo estoy, está el Amor del Padre, y si ustedes están en Mí, Mi Padre estará en ustedes y ustedes estarán en el Amor de Mi Padre.
Eso es lo más urgente que necesito en este tiempo para que, sobre las naciones de la Tierra, los astros del Universo no se precipiten y los elementos de la Naturaleza no muestren su furia y dolor porque los hombres no comprendieron el mensaje de la Creación.
Vengo a intervenir sobre todas esas cosas. Vengo a pedirle al mundo que despierte al amor y que le cierre la puerta a la indiferencia.
Pero, para que eso sea posible, compañeros, deben comenzar a vivirlo en ustedes mismos día a día, en las lecciones de la vida, en sus familias, en sus trabajos porque así se transformará el mundo y la consciencia humana.
Ya no necesito de las resistencias de los hombres, del sufrimiento de los corazones, de la agonía de las almas.
Por medio del Amor de Dios vengo a traerles el Reino del Padre Celestial, porque sé que lo necesitarán para estos tiempos y para todo lo que llegará inesperadamente.
Mientras estoy aquí, trabajo con otros aspectos de su consciencia, con aquellos aspectos que están ocultos y que solo se ven con los ojos del corazón.
Vengo a trasformar la miseria humana en Misericordia. Vengo a elevar sus corazones a Dios para así poder elevar a la humanidad entera, a aquellos que sufren y padecen, a aquellos que están solos y enfermos, olvidados y abandonados en muchos lugares del mundo.
Vengo a ofrecerles el sacrificio en el nombre del Amor, para que el Amor esté presente en la humanidad y en los corazones, para que el Amor de Dios detenga las guerras y los conflictos humanos para que el Amor de Dios quite la sed de muchas consciencias y retire de la oscuridad a muchos corazones.
Por eso vengo a ofrecerte algo que aún no has vivido. Estás ante la oportunidad de cruzar el Portal del Universo para volver a confirmar tu vida en Mí y para que Mi Vida sea en tu vida y en cada momento de tu historia interior.
Como muestra de ese Amor inconmensurable y divino, en este momento, en el que las almas están delante de Dios a través de los Corazones de María, de Cristo y de San José, ofreceré la transubstanciación y consagración de los elementos para que el Corazón ofendido del Hijo, el Primogénito y el Unigénito del Padre Celestial, sea aliviado y consolado por los hombres y mujeres de la Tierra; y hoy no solo pueda estar aquí con ustedes, en Argentina, preparándolos para la próxima etapa de la Peregrinación por la Paz, sino también pueda llegar, en este momento, en omnipresencia y en omnipotencia, a los rincones más lejanos de la Tierra, en donde la pobreza y la miseria material se expresa, en donde la enfermedad tiene más fuerza que la cura; en donde el miedo y el terror de las guerras ha hecho sucumbir a la fe en grandes desiertos.
Vengo a hacer emerger de los corazones la llama de la esencia y de la fe, para que ella reine y se establezca más allá de las naciones y de los continentes, para que esta fe los una al Universo de Dios.
Y por encima de toda adversidad, crueldad o indiferencia, nunca se cansen de sonreírle a Dios, nunca se cansen de amar a Dios y de llevar ese amor a sus hermanos; porque si aman, por más que sean imperfectos, aman con el Amor de Mi Corazón y de Mi Vida; así el mundo se convertirá, el castigo se detendrá, la Justicia Divina no llegará y los astros del Cosmos no se moverán, mostrando su fuerza y poder como nunca antes nadie lo vio, porque habrán respondido conforme al pedido de Mi Corazón y de Mi Consciencia, por medio de este día de reparación al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús.
Por esa razón, vengo a pedirles, en nombre de la Voluntad de Dios, que todas las almas del mundo, todos lo que lo pidan y también aquellos que no lo pidan, reciban el libro de Mis Poemas de la devoción de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús, porque en las horas más definitivas, en las que ustedes se encontrarán delante de Dios y delante de las cosas inimaginables que se verán en el mundo, se recogerán en sus habitaciones, encenderán una vela y en nombre de su Ángel de la Guarda rezarán esos Poemas, para que la Gracia Divina y la Misericordia del Padre sostengan a este planeta y, principalmente, a todos sus mundos internos.
Porque cuando Yo ya no esté con ustedes como estoy hoy, su fortaleza no solo será Mi Corazón, sino también todas las palabras que les he dicho.
En los Poemas está la llave de su transformación.
Agradeceré que eso sea entregado lo antes posible y difundido en el mundo entero, en todas las lenguas posibles, como un medio de reparación de los corazones del mundo al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús.
Ya están dentro de Mi Iglesia Celestial y sus esencias están ante el Padre Celestial, contemplando Sus Altares y Su poderoso Trono de Luz, que fue visto por muchos patriarcas y profetas y por la mismísima Madre de Dios y San José Castísimo, así como por todos aquellos servidores que en Mi nombre, a través de los tiempos, sirvieron a la Obra de Dios en la superficie de la Tierra dando testimonio de Mi Presencia y de Mi Palabra, dando ejemplo de caridad y de bien en el mundo entero.
Bajo esa condición espiritual e interna, eleven sus corazones a Dios.
Nos colocamos de pie.
Y ante todo lo que les he dicho hasta este momento, realizando una confesión interna de Mi Corazón con cada uno de ustedes, reciban cada una de Mis Palabras como una revelación de la Verdad y del sentimiento de Dios para estos tiempos, sabiendo que será muy necesario y urgente trabajar todos los días en la reparación de los errores que comete la humanidad para que las millones de almas, que están en la ilusión del mundo y en la superficialidad de la vida, tengan la gracia, así como ustedes la tuvieron, de poder escuchar a Dios por intermedio de Su amado Hijo, de poder recibir la Presencia de Dios a través de los Sagrados Corazones de Jesús, de María y de San José para que muchas más consciencias sean tocadas por la propia Mano del Padre Eterno en lo profundo de sus corazones, así como fueron tocados sus internos.
Por eso les pido que valoren y den mérito a Mis Palabras porque las necesitarán cuando todo se desencadene.
"Así como en Tus Altares, Padre Eterno, el incienso emana la santidad y el servicio de los ángeles del Universo, que este incienso que hoy es ofrecido a las puertas de tu Iglesia Celestial, no solo disipe la oscuridad y la maldad de los corazones sino que traiga la fuerza de la fe, de la renovación y de la esperanza para aquellos que escuchan Tu llamado. Que así sea".
“Con esta misma agua, Padre, Tú Me santificaste y Me bautizaste en el Río Jordán. Creaste el elemento agua para demostrar la belleza de Tu Amor en los océanos y en los mares del mundo, para que Tus hijos se purificaran y se bañaran en la castidad y en la pureza del mismo elemento. De la misma forma en que Yo fui bautizado en el Río Jordán, que hoy esta agua esparza Tu Gracia en el mundo. Amén.”
Hoy lavaré sus manos y consciencias así como lavé las manos, los pies y las cabezas de Mis apóstoles; porque no solo Pedro lavó su cabeza con la ayuda de su Maestro y Señor, sino que los demás apóstoles también fueron lavados y purificados como hoy ustedes lo son. Que este lavado y esta purificación los renueve, y crean para siempre que para Dios nada es imposible.
De estas cuatro bandejas que contienen los elementos para la consagración, hoy solo representaré al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo con tres de ellas, para que se pueda fundir la Alianza de Dios infinita e inextinguible con los corazones.
Nuestro Señor los invita, a aquellos que puedan, a arrodillarse para la consagración.
Este es el vino que representa el esfuerzo de los hombres por trabajar la tierra, sembrarla y cultivarla para que pueda dar frutos a todos los hijos de Dios y para que todos sean saciados espiritualmente.
Esta es el agua que no solo los bautiza, sino que también los purifica. Esta es el agua que brotó de Mi Costado, junto con Mi Sangre, cuando estaba en la Cruz, para esparcir sobre el mundo no solo la Misericordia, sino también la justificación ante todos los errores cometidos.
Señor, hoy vuelvo a tomar el pan delante de Tus hijos. Por el profundo Amor que brota de Tu Corazón recordamos y afirmamos el sacrificio de Tu Amado Hijo, cuando lo elevó y Tu Santo Espíritu lo bendijo. Lo entregué a los apóstoles y la Llama de Tu Amor se encendió en sus corazones y en todos los que se sirven de este glorioso Sacramento y les dije: "Tomen y coman todos de Él porque este es Mi Cuerpo Vivo, que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados”.
Y cuando los ángeles tocaron tres campanadas, el pan se convirtió en el Cuerpo de Cristo.
Te alabamos Señor y te bendecimos.
Te alabamos Señor y te bendecimos.
Te alabamos Señor y te bendecimos.
A continuación tomé el Cáliz y Tu Espíritu de Amor lo bendijo, lo entregué a los apóstoles diciéndoles: "Tomen y beban todos de Él porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza, que será derramada por su Redentor para el perdón de los pecados. Nunca olviden hacer esto en memoria Mía".
Y al escuchar tres campanadas el vino se convirtió en la Sangre preciosa de Cristo.
Te alabamos Señor y te bendecimos.
Te alabamos Señor y te bendecimos.
Te alabamos Señor y te bendecimos.
Oración: Padre Nuestro.
Y al escuchar siete campanadas fue consumado absolutamente la entrega y el sacrificio de Cristo a través de la institución de la Eucaristía.
El Cuerpo y la Sangre de Cristo, que nos da la Vida Eterna.
Que sean felices, compañeros Míos, los que se sirven de este glorioso y bendito Sacramento, adorado y honrado en los cielos y en la Tierra por todas las consciencias para el cumplimiento del Plan de Dios en la humanidad y en Argentina. Amén.
Para vivir la escuela de Mi Amor, Yo los invito a que se amen los unos a los otros todo el tiempo. Esa regla, que entregué hace mucho tiempo, aún se mantiene viva y necesito que la ejerciten y la practiquen todos los días.
Se pueden colocar de pie.
Y con su mano sobre el corazón se confirmarán a Dios, por medio del Hijo del Padre, para amar todos los días un poco más y mejor, así como Yo los amo, porque el Amor que viene de Mi Corazón es un Amor eterno. Se arriesgarán y se animarán todos los días a amar como Yo los amo y a colocar el amor en primer lugar ante cualquier dificultad o prueba, porque si confían en Mi Amor, en Mi Amor todo lo superarán.
Que este Amor se expanda en el mundo y encienda los soles en la Tierra, para que la Vida divina y universal se haga carne en todos los seres, sea consciente y despierte la misión de cada consciencia, para que triunfe el Amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Y en el nombre de ese Amor que siempre los llevará a la paz, que la paz esté en ustedes y en todos los lugares en el nombre del amor.
Para que el amor venza a la indiferencia se darán el saludo de la paz.
Les agradezco.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Yo vengo como el sol del atardecer para traerles la Luz de Dios, porque no existe nada que no pueda ser resuelto a través del amor. El amor es salvífico, el amor es vivo, el amor es resplandeciente.
Cuando los hijos de Dios están en torno del amor nada sucede, todo se transforma y se eleva. Por eso no tengan miedo, sientan el Amor de Dios que los vivifica, que los transforma y que los hace cambiar, de tiempo en tiempo.
Mi Corazón es una fuente de ese Amor, de la que ustedes pueden participar día a día. Por eso necesito que sean como Mi Amor, como el Amor que los salvó, como el Amor que los rescató y que los redimió en la Cruz.
Ese Amor de Dios es el que se entregó y dio todo lo que tenía por cada uno de ustedes. Ese Amor es el que se dejó flagelar, se dejó humillar, se dejó sacrificar por los hombres para que aprendieran la verdad sobre el Amor.
En ese Amor Yo los quiero ver todo el tiempo. Un Amor que regenera, que trae vida, que pacifica, que neutraliza las formas y todos los embates.
Espero ver al mundo en ese Amor, una y otra vez, porque sé que no lo está y muchos no lo están porque no conocen los milagros que puede hacer el Amor cuando uno se entrega a él, verdaderamente y sin miedos. Porque el Amor de Dios es algo que penetra en la consciencia, es un Amor que trae confianza y que fortalece ante las situaciones de la vida y de los acontecimientos.
Hoy quiero entregar este amor para todos los que están aquí. Eso espero, porque sé que necesitan de este Amor que Yo les traigo para este tiempo final, en el que la consciencia humana debe enfrentarse a sí misma para aprender a trascenderse y a liberarse de sí.
Pero todo es posible en el Amor, en el Amor que Yo les enseñé, en el Amor que Yo profesé por Mis apóstoles y por todos Mis seguidores.
Es ese mismo Amor que hoy les traigo y del cual los hago partícipes, una y otra vez, para que sepan que el mundo necesita de seres de amor que puedan espejar, como instrumentos, la Fuente del Amor de Dios transformando su amor propio en un Amor mayor, un Amor que viene en auxilio del mundo y de los acontecimientos críticos de la Tierra.
Es ese Amor que Yo les ofrezco, el que les permitirá vivir la transición. Sin amor nada será posible, todo será un vacío, un desierto y una soledad.
Mi corazón es una puerta hacia ese Amor que puede transformarlos y permitirles trascenderse cuando no lo consiguen por sí mismos, cuando no saben por dónde ir ni a quién recurrir.
No solo les hablo del amor inmaterial, sino también del amor que Yo viví como ser humano, como hombre y como consciencia.
Ese Amor, que también es de Dios, actuó en todo, participó en todo y se entregó por ustedes como hoy ustedes se entregan por Mí.
El Amor los hará vivir la fraternidad que el mundo necesita aplicar urgentemente, una fraternidad que vea la necesidad del prójimo, una fraternidad que vea la necesidad que hay en el semejante.
Yo los invito a encontrar, dentro de ustedes, ese Amor que les hace ver a Dios en cada momento, en cada circunstancia. Será necesario atravesar estos tiempos bajo esa Ley para aprender a superarse y ayudar a superarse a los demás, a sus hermanos, a sus compañeros.
Pero sin Amor nada se puede hacer, es como no tener dirección, es como no tener camino. Por eso, les traigo esa Fuente del Amor para este tiempo final porque la humanidad lo necesita, urgentemente, para dejar de cometer errores y fallas, para no apartarse más de Dios y perder el rumbo de su camino.
Hoy me ofrezco como ese Amor que los renueva, que los cura, que los sana, como ese Amor que pone fin a muchas cosas y que abre puertas a nuevas experiencias, a nuevos aprendizajes, a nuevas escuelas.
No dejo de pensar cuánto aún deben vivir en ese Amor, un amor que no es palpable, un amor que mueve la energía Divina y que la hace fluir en todo el Universo y en todos los espacios de la Creación.
Así como los ángeles viven de la fuente de ese amor y se nutren de ella, ustedes también deben nutrirse de ese Amor de Dios que se ofrece de tiempo en tiempo, incondicionalmente, para que las almas cumplan su propósito y, sobre todo, la Voluntad de Dios. Cuando eso no sucede y el amor no está presente, todo se vuelve oscuro, frágil y débil.
El amor los hace elevar todo el tiempo, los hace ver la realidad y encontrar un camino de paz que los lleva a un entendimiento maduro y sabio. Solo deseo que encuentren ese amor algún día, porque es un Amor vivo y Divino que los consagrará, que los hará buenos servidores y colaboradores de Mi Obra.
Y aquellos que viven hoy ese amor y lo practican verdaderamente, que lo sigan haciendo porque el planeta lo necesita como consciencia, la humanidad lo necesita como raza así como todos los Reinos de Naturaleza necesitan el amor de los hombres para poder evolucionar y despertar, para poder crecer como ustedes crecen y viven, a pesar de cómo se encuentra el mundo y la humanidad.
La Fuente del Amor de Dios está abierta para descender, espiritualmente, a la Tierra. Debe encontrar instrumentos para poder descender y expresarse. Debe hallar corazones abiertos para poder depositarse y así, multiplicar las Gracias de Dios en todos los sentidos y en toda la vida.
Este es el tiempo de que vivan el milagro del Amor, pero primero deben creer en él para que lo puedan sentir y vivir. Eso los unificará, los hará más hermanos y más compañeros los unos con los otros.
Sientan a Mi Corazón que emana ese Amor de Dios y pacifíquense. Todo es una transición y una experiencia.
El Amor es eterno. El Amor de Dios nunca acabará, las miserias sí terminarán y la Luz vencerá cuando entren en la corriente del Amor de Dios y lo hagan parte de sí, porque el Amor de Dios les concederá el perdón y la reconciliación.
Esto es todo lo que espero para este tiempo, ver reflejada Mi Obra como una corriente viva de Amor en los corazones y en las almas que dicen “sí” al Creador y confían plenamente en Él, en Su Voluntad.
Yo los hago partícipes de la Verdad que proviene del Amor de Dios para que lo encuentren algún día, sabiendo que todo es pasajero, pero que la experiencia del Amor en sus consciencias es imborrable e intransferible.
Dios necesita que el amor pueda reinar en el mundo y en los corazones para que la paz se establezca y se viva la unidad entre hermanos, más allá de todo.
Les dejo Mi Amor como un camino de salida, como una Luz en el horizonte, como el sol que los alumbra en esta tarde de Gracia.
Hoy no vengo a juzgar sus actos ni sus hechos cometidos. Vengo a invitarlos para que entren en el Universo de Mi Amor en donde encontrarán la Verdad y la podrán vivir de una forma simple.
Así los haré representantes de Mi Obra en la Tierra y habrá seres sobre la superficie de este planeta que serán puentes de comunicación entre la Tierra y el Cielo, que es lo que necesita Dios no solo de la vida sacerdotal, sino también de todos los que oran y proclaman su fe al Creador. Así el mundo se mantendrá estabilizado y en equilibrio y todo sucederá de una forma más armoniosa.
Cuando las almas no viven el amor, los corazones sufren y no entienden por qué. El amor humano debe ser transformado en Amor Divino y solo una Gracia puede conceder esto, en este tiempo, para que la humanidad entienda que se equivocó y que deberá recapacitar para que la Misericordia la colme y la pueda salvar.
Es el Amor de Mi Corazón el que hoy les trae paz. La Paz de Dios los bendice y los colma para que sigan adelante por Mí, para que se cumpla el Proyecto y venza el Amor como él venció en la Cruz.
En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más