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Queridos hijos:
En el abismo más profundo del planeta, en el espacio más oscuro de la consciencia, en la situación más confusa y poco clara, en el momento más tenso de una situación, es cuando vuelve a surgir el consuelo y la Verdad de Dios que no puede ser opacada ni ocultada por nada ni nadie.
En ese momento, en el que todo parece precipitarse o aun tomar un rumbo desconocido, es cuando vuelve a surgir la Sabiduría y la Luz imperecedera de Dios para hacer retornar a las almas y a los corazones al regazo de los Brazos de Dios.
¿Por qué hoy les digo esto, queridos hijos?
Para que ya no teman por nada. La Gracia, aún inexplicable, que abrazó la Obra de los Sagrados Corazones no podrá ser disuelta por nada; porque la Obra no es un ciclo, es una Gracia que tocó y seguirá tocando el corazón de las almas encarnadas en este mundo.
Por eso, tengan fe, Mi Corazón no los abandonará. Estoy aquí y Soy la Madre de todos, Soy la Madre que los llevará siempre a estar ante la Faz Misericordiosa de Mi Hijo.
Encuentren en Mis Palabras el sosiego de Dios, la grandeza infinita de Su Eterno Reino, la Paz inmutable que nunca se acaba.
Les deseo a todos el bien y la paz.
Les deseo que nunca se olviden de que, antes de tomar una decisión, deberá estar presente el Amor de Cristo, para que todo, absolutamente todo, esté en el Camino de Dios y no en el camino de los hombres; porque Mi Hijo, el Cristo, ya les enseñó cuál es el único y verdadero Camino.
La sanación de ustedes llegará a través del amor auténtico que perdona, del amor que reconcilia y que solo es capaz de dar una nueva oportunidad.
Este es el tiempo del rescate, que Cristo mismo está realizando. No es tiempo de condenaciones, es tiempo de esperanza, que solo podrá surgir cuando verdaderamente ya no tengan miedo y tengan solo un corazón abierto a los Designios de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
He aquí un Corazón que fue traspasado, pero un Corazón que aún es desconocido.
¿Quién sería capaz de penetrar este misterio para poder conocerlo?
¿Quién se lanzaría al vacío sin saber dónde podría caer?
Porque en el gran abismo de Mi Misericordia no existe perdición; existe abundancia, realización y méritos. Por eso, les muestro Mi Corazón para que lo vivan.
Vengo a buscar esto de las almas buenas, pero también vengo a buscar esto de las almas imperfectas; porque no tendría un motivo de realizar una obra en este planeta, si no fuera por las almas.
¿Ahora, comprenden el sentido de Mi venida al mundo en este tiempo?
Yo les tengo que hacer muchas preguntas para que se replanteen sus caminos, porque un buen Maestro y un buen Amigo daría Su Vida por Sus compañeros. Y esta Vida que Yo doy por ustedes es abundante e infinita, no terminó con la Muerte en la Cruz.
¿Alguna vez se preguntaron qué fue lo que Yo di más allá de esto, aun después de Mi Ascensión a los Cielos?
¿Qué puerta tan misteriosa existe, que aún nadie la ha abierto para saber qué hay al otro lado de ella? ¿Qué es eso tan desconocido que aún ustedes no saben?
Pero, si el pueblo de Israel lo conoció en profundidad y en espíritu, ¿por qué ustedes no lo pueden conocer?
Yo vengo a retirarlos de la dimensión superficial, en la que muchos se encuentran en este tiempo. Vengo para elevarlos hacia la dimensión de Mi Amor, sobre todo de Mi Amor Cósmico y Divino, para que puedan comprender y especialmente sentir las Esferas Celestiales que descienden y los abrazan.
¿Se han preguntado cómo hago Yo para llegar aquí, sabiendo que el tiempo de la Jerarquía es precioso?
Pero, Yo no vengo aquí solamente por ustedes y su despertar, vengo por una causa mayor y desconocida, una causa que espera darse a conocer a través de los corazones consecuentes y disponibles; porque los proyectos de la Jerarquía no se pueden desperdiciar o perder, ni siquiera Su Palabra puede ser desperdiciada, ya que en la Palabra de la Jerarquía Espiritual y Divina existe un decreto, un propósito, pero también una realización.
Por eso, deben tener presente, cada vez que Me escuchan o también cada vez que Me reciben, que en cada una de Mis Palabras y en las Palabras de las Jerarquías existe un Propósito Mayor para ustedes y sus hermanos del mundo. Así, lo hizo también la Divina Madre a lo largo de los tiempos y por intermedio de Sus Apariciones y Mensajes en el mundo entero.
La Jerarquía necesita de la condición humana para poder acercarse, pero no de la condición mezquina o rebelde, necesita de la predisposición del corazón humano para poder llevar adelante la Misión Espiritual en el mundo.
Es así como la Jerarquía Espiritual puede entregar Sus proyectos y Sus aspiraciones a las criaturas, criaturas preciosamente escogidas por el propio Padre Eterno, como en esta ocasión, aquí en los Estados Unidos.
Por eso, Yo les vuelvo a preguntar: ¿será que están comprendiendo para qué están aquí y por qué sus almas los han traído hasta aquí, para estar ante el Señor del Universo y de la Paz?
¿Qué es lo que tienen que ver con todo esto que hoy está sucediendo?
Cristo no necesita de disculpas porque conoce el error y la miseria humana. Cristo necesita de corazones verdaderos, aunque imperfectos, corazones que sean capaces de dar más y más, hasta sentir en su propio ser la esencia del Proyecto de Dios.
Para este mes de mayo y para este próximo 8 de mayo que se aproxima, el Señor trae hoy entre Sus Manos muchas semillas de Luz, preciosos tesoros incalculables para cada una de las almas del mundo que escuche Mi Mensaje; semillas que esperan germinar en los próximos meses, a través de las decisiones sensatas y equilibradas de las almas, decisiones permeadas por el Discernimiento y la Sabiduría de Dios.
¿Dónde caerán las semillas del Señor? ¿Dónde está la tierra fértil del corazón humano?
Hay algo que aquí debe suceder, espero que lo comprendan y que lo entiendan.
Los ciclos existen en la humanidad para que puedan aprender a dar sus propios pasos.
Es tiempo de los Nuevos Cristos, el mundo ya no puede esperar porque agoniza. Este es el tiempo del surgimiento de los Cristos Internos, de los que puedan suceder al Señor del Universo para que preparen esta Tierra para Su Retorno, para el reaparecimiento de Cristo en la humanidad.
Yo vengo con este Mensaje del Cielo, para que se acuerden del Cielo y ya no se pierdan en lo superficial, sino que se abandonen en el profundo abismo de Mi Amor Misericordioso.
Muchos de ustedes, en este mes de mayo, deberán hacer una síntesis y de esa síntesis obtener una respuesta interior para sus vidas.
Las señales ya fueron dadas, el Mensaje ya fue revelado, el impulso y la corriente cósmica de Mi Amor ya fue entregado. Ya está todo dicho. Ahora, a ustedes les corresponde darle una respuesta al Universo para que puedan darle una respuesta a la Ley.
Por esa razón, estaré orando en los próximos tiempos. Hay mucho por realizar y espero que los corazones sensatos Me acompañen, corazones que ya no esperen solamente recibir, sino también donarse.
Mediten y piensen en lo que les digo. Yo estoy aquí para ayudarlos, para que crezcan en el Amor Mayor y en la Verdad; para que, cada día que pasa y en cada tiempo que se aproxima, ya no se justifiquen, para que ya no se engañen; para que así, asuman los Planes del Señor Redentor.
Mientras tanto, seguiré trabajando junto con los ángeles, que están aquí Conmigo en esta tarea especial en los Estados Unidos; intentando ayudar y auxiliar a los que están perdidos en los vicios, en la indiferencia, en la maldad y aun los que están perdidos en la muerte, en la muerte espiritual.
Yo vengo como un Sol, invisible e inmaterial, para hacer renacer a los corazones que acepten ver Mi Luz en el horizonte, en el universo más profundo de los seres.
Dios espera que todos Sus Hijos puedan ser dignos ante Él.
Para que esto sea una realidad y no sea algo tan lejano o aun imposible, tendremos que atravesar muchos desafíos y, algunos de ellos, desafíos peligrosos; porque la senda es muy larga hasta poder llegar a la meta que Dios espera.
Pero la fortaleza, en los corazones que creen en Cristo y viven en Cristo, puede ser una fortaleza inquebrantable, y diría inamovible, fortaleza sostenida en la fe y en la confianza en Dios.
Así, los preparo para la nueva siembra.
¿Qué le ofrecerán al Plan?
Esperaré pacientemente, pero no se olviden de que estamos en un tiempo de emergencia, la respuesta debe ser ahora; pero no una respuesta superficial, debe ser una respuesta madura, de un ser que comprende qué significa convertirse en un Cristo.
Eso es todo. Atraviesen estos tiempos en Mi Paz.
Les agradezco, una vez más, por estar Conmigo de verdad.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Te damos gracias, Señor, por cuánto nos das.
En este encuentro, Te honramos, Señor.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mis queridos hijos:
Hoy, vengo al mundo como el Gran Espejo Mayor de Dios.
Vengo como Instrumento simple del Padre Eterno para que en Brasil y en el mundo, a través del Espejo Interior de Mi Corazón, se reflejen y se depositen, una vez más, los méritos victoriosos alcanzados por Mi Hijo Jesús, méritos guardados preciosamente en el Arca de la Santa Alianza.
Será de esta forma, hijos Míos, que Brasil y el mundo serán aliviados de las invasivas informaciones y estímulos que el ser humano recibe en estos tiempos, volviendo su vida insensible, autónoma de Dios e indiferente ante las graves situaciones dolorosas que atraviesa la actual humanidad.
Como ese Gran Espejo Mayor de Dios, hoy, llega su Madre Celeste para que el mayor número de almas tome contacto, en los planos internos, con los Atributos de la Fuente Suprema. Esto es urgente, porque a medida que el tiempo corre, en esta caótica superficie, muchas almas son desconectadas de lo que es verdadero y de lo que es esencial.
Por ese motivo, una vez más, el Padre Celestial Me envía al mundo, al mundo sufrido; para recordarles, a los creyentes y a los no creyentes, que muchos se están dejando arrastrar hacia el abismo de la bestia; y ella, por medio de su astucia, de su soberbia y de su arrogancia, engaña y retiene con sus garras a muchos sacerdotes de la Iglesia, a muchos pueblos y naciones que ya se están convirtiendo en el territorio de la extensa oscuridad espiritual.
Con ruegos y más consciencia, vengo una vez más para pedirles que sigan orando por Brasil y por Sudamérica, porque está en sus manos el destino del Brasil y del mundo entero.
Mientras tanto, la Madre de los Espejos de Dios reúne, en este tiempo, a todo Su ejército sobre la superficie de la Tierra, para despertarlos y para llamarlos a la realidad, de la cual muchos se quieren esconder, por temer enfrentar esa realidad.
Pero Mi Hijo les dio Su Palabra, les entregó Su Mensaje a través de los últimos años y les otorgó el camino de su conversión y de su perdón a través de la ciencia espiritual de los Sacramentos.
Recuerden, entonces, todas las Gracias recibidas y actúen conforme a la Voluntad de Dios, porque llegarán momentos de mayor vigilancia y de discernimiento.
Confíen en el Espíritu Santo y no dejen de dar los pasos hacia el Corazón de Dios.
No se olviden de los actos de Misericordia. No se cristalicen en el camino espiritual y orante.
Sean guerreros disponibles en el amor, en la tolerancia y en la paz.
Cultiven el diálogo, manifiesten coherencia en sus elecciones, pero sigan fielmente los Atributos de Dios. Así, harán un planeta más libre de la oscuridad, de la violencia y de la impunidad.
Amen la vida y respétenla. No permitan que la Creación siga siendo ultrajada.
Rezo por Brasil, por su destino, por todo su querido pueblo de Dios.
Sean pacificadores de Mi Hijo. Les pedimos, una vez más, que no se involucren con las mentiras y con los comentarios, que amen el Silencio de Dios.
Les agradezco por responder, en consciencia, a Mi llamado.
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Siempre que clamen por paz, Yo allí estaré. Mi Corazón está atento a cada súplica, a cada clamor, a cada corazón sincero que enciende la luz de su esencia, aun en los abismos más profundos de la consciencia planetaria.
Cuando oran de corazón, sus voces son como melodías que resuenan entre las dimensiones y que llegan a los Altares Celestiales, conmoviendo al Corazón de Dios, que responde a la súplica de Sus hijos con piedad, cura y Misericordia, con la Verdad que los despierta del sueño del mundo y los hace retornar a Su Corazón.
Siempre que oren, recuerden hacerlo de verdad, con atención en cada palabra, con vida en todo lo que pronuncien, canten y oferten, porque el milagro de la oración es aún un misterio para el corazón humano. Pero hoy les digo, hijos, que es este misterio, guardado en sus corazones, el que revela el verdadero potencial de los seres humanos.
Es cuando oran con sinceridad, venciendo toda vergüenza, temor y condición humana, que pueden experimentar lo que son y descubrir sus potencialidades más puras y espirituales.
No les hablo de la vida universal, no les hablo sobre realidades materiales, sino de sus esencias, de aquello que los hace semejantes a Dios y que muchos piensan conocer, sentir y vivir bajo su guía, y no es de esa forma.
Cuanto más oren, más podrán ir ascendiendo a ese espacio profundo de la consciencia. Cuando dejan de lado los temores y todo lo que piensan de sí mismos, cuando se colocan en la Presencia de Dios, y solo de Él, para entrar en un diálogo profundo con el Creador, es entonces que pueden comenzar a conocerse a sí mismos.
El autoconocimiento comienza con la confesión cuando se permiten ser transparentes, sin capas, sin velos, y se permiten no solo exponerse ante Dios, sino también que Dios sea Quien los toque con Sus Manos y les muestre aquello de ustedes mismos que aún desconocen.
¿Por qué les digo estas cosas hoy?
Porque, de los últimos años, esta es la síntesis de todo lo que tengo para decirles: oren de verdad, en confesión, delante de Dios, deshaciéndose de todo lo que creen de sí mismos. Pierdan el miedo y la vergüenza de no ser lo que construyeron durante tanto tiempo en la Tierra y más allá de ella, y dejen que la Mano de Dios los limpie y les muestre algo maravilloso sobre sí mismos, que nada son, sino una esencia, pura, divina, parte del Creador, capaz de recrear y renovar toda Su Creación.
Cada vez que oren, que sea de verdad y, poco a poco, sus vidas serán una constante confesión, en la cual ya no necesitarán estar solos para ser transparentes, sino que se encontrarán en la Presencia de Dios en todo momento, y todo cuanto hagan será verdadero, en todo se expresará su esencia.
En este día de renovación y de Gracias, vengo a decirles algo que ya creen saber, pero que en verdad aún necesitan arriesgarse a descubrir. Oren y sigan orando, hasta ser nada y encontrar todo, hasta que los misterios dejen de ser misterios.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Un alma estaba afligida por sentir que de lo profundo de su corazón emergían dolores antiguos, registros de experiencias que ella desconocía y de otras que parecía haber superado. Sentía que en su interior no había un tiempo en el que sus experiencias antiguas pasaban y las nuevas surgían de forma armoniosa, sino que todo se mezclaba y lo que había en su interior se tornaba difícil de comprender y de transformar.
Entonces, en una oración sincera, esa alma le cuestionó a Dios, diciéndole: “Señor, el tiempo pasa afuera de mí, pero adentro parece no existir. ¿Cómo puedo sentir y padecer heridas que ni siquiera tengo consciencia de que existían en mi interior? Hoy, todo es tan confuso, lo que parecía estar superado emerge con más fuerza y, cuando parece que ya me levanté, vuelvo a caer en los abismos de mis miedos e incertidumbres, en los dolores de heridas abiertas nuevamente, que son conocidas y desconocidas. Explícame, Dios, ¿cómo puedo curar y superar lo que sucede dentro de mí?”.
Y, con amor y sabiduría, el Señor le respondió: “En verdad, te digo que no solo dentro de ti, sino también en la verdadera vida, el tiempo no existe. El tiempo es la forma que Yo creé para que las criaturas de este mundo pudieran crecer en una secuencia de leyes y ciencias divinas que las mantienen en una escuela evolutiva hasta el momento de su madurez espiritual.
El tiempo sucede fuera de ti, en tu lado humano. El tiempo es percibido por tu cuerpo, tu mente y tus sentimientos; pero en tu interior, alma pequeña, y en tu esencia más profunda, no hay tiempo. Allí eres semejante a Mí, a Mi Infinito, en ti pulsa una vida eterna.
Cuanto más se aproxima la transición del planeta, la esperada madurez humana, más se llega al momento en el que eso que se oculta en tu interior se manifieste, que la verdad se exprese, que el tiempo ya no exista, sino que la Eternidad se revele. Y es parte de ese proceso de transición que tu alma pequeña vea emerger los registros más internos de aquello que viviste en otros tiempos, porque todo emerge para ser reconocido, conscientizado y equilibrado, según el despertar de tu consciencia y el amor de tu corazón.
Por eso, ante los dolores más antiguos, solo busca el Amor que hay en Mí y la Gracia de Mi Espíritu, para que Yo tenga un lugar para actuar a través de ti, y así equilibrar y curar todo aquello que, por ignorancia, viviste, todas las heridas abiertas por una vida distante de Mí. Solo búscame y dame un espacio dentro de ti, en tu mente, cuerpo, alma y corazón. Así, Yo Seré en tu interior”.
Que este diálogo los haga comprender, hijos, que este es el momento de ver emerger, dentro de ustedes, todos los registros de otros tiempos que aún necesitan curarse. Pero, ante lo que sienten, no se desesperen, es solo buscar y darle lugar a Dios, porque solo Él tiene la Gracia y el Amor para curarlos definitivamente.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Cuando un alma tiene un compromiso con Dios, Él pacientemente la conduce por el camino de la entrega.
Primero la inspira a transformar la vida, a direccionar su camino hacia la senda que conduce a Su Corazón, y no al mundo. De a poco, coloca en su trayecto oportunidades, señales, encuentros que la inspiran a dar por sí sola nuevos pasos rumbo al Corazón de Dios.
A medida que esa alma conoce el Amor de Dios y confía, el Creador comienza a pedirle nuevas cosas, nuevas entregas, nuevas renuncias, hasta que llega un punto definitivo para esa alma, en el que el Señor le pide una renuncia mayor, una transformación completa de la vida.
Cuando el alma se lanza en el abismo desconocido de la entrega, descubre que estaba cayendo en las Manos de Dios, en una Fuente de Amor inagotable, que se escondía en lo profundo del alma que aprende a renunciar y a arriesgarse a vivir la entrega.
Aún en ese camino, el alma inspirada por el Amor de Dios le hace muchas ofertas, coloca todo en Sus Manos, pero ofrece aquello que le es conocido, aquello que en verdad ella ya entregó al saltar al abismo. Entonces, el Señor abre una puerta en lo profundo de su consciencia y le apunta dónde está aquello que debe ser transformado.
Un nuevo abismo desconocido se presenta. El alma se ve ante aspectos de su consciencia que eran como tesoros escondidos: sus destrezas, su magnetismo, su autoconfianza, sus vanidades más ocultas.
Y, por más que le siga ofreciendo su vida a Dios, su Creador siempre busca, más profundo en su ser, el foco de la entrega, lo que debe ser vaciado de su corazón. Y a veces duele, y el alma sufre, pero ella sabe que cada espacio que se vacía de su corazón, de su consciencia, espacio oculto de su ser, es aquel que se dona al Corazón de Dios, a Su Amor, a Su Espíritu, para que allí Él tenga una dulce morada, limpia y pronta para habitar.
El camino de la entrega, hijos, es eterno, profundo, una senda hacia el vacío y al mismo tiempo hacia una unidad con el Todo.
Por eso, nunca piensen que ya entregaron todo, sino siempre dejen que Dios llegue más profundo. Y, por más que a veces cause dolor, sepan que el dolor es humano y que será reparado por la Presencia Divina en el propio interior.
Hasta hoy y en cada instante, le ofrezco al Padre todo lo que soy, todo lo que hay en Mí y todo lo que hago, vivo, experimento, pienso y le hablo al mundo, porque la entrega es eterna.
Yo los invito a seguir estos pasos y a profundizar cada día en su unión con Dios.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Para llegar a ser conocedor de Dios, después de cruzar los abismos, las tribulaciones y los vacíos, deben persistir en oración.
El Rosario, hijos, será su abrigo en todas las etapas del desierto.
El Santo Rosario los sustentará cuando sus corazones estuvieran enflaquecidos.
El Santo Rosario los protegerá cuando sus corazones estuvieran asediados.
El Santo Rosario los elevará cuando sus corazones estuvieran libres.
El Santo Rosario les mostrará la Faz de Dios cuando sus espíritus estuvieran enteros en la oración, entregados al Padre, y su aspiración única y verdadera sea llegar a Él.
Es de las manos de María Santísima que llegarán a Cristo e imitarán Su camino.
Así como Su Señor estuvo interna y enteramente unido a Su Madre Celestial, y de esta forma fue amparado por Sus silenciosas y ocultas oraciones, tanto en el desierto como en la Cruz, así debe estar cada uno de ustedes. Con el corazón íntimamente unido al Corazón de María, déjense guiar y proteger por Ella.
Conocedora de los desiertos como de la cruz, conocedora de la muerte y de la fe en la resurrección, conocedora de la superación y del apostolado, conocedora de los misterios celestiales y de los misterios profundos de la consciencia humana, Su Madre Santísima siempre los guiará.
Por eso, sea en el desierto, en el calvario, en la vida, en la muerte, en la resurrección o delante de los misterios celestiales, confíen en la guía y en el amparo de la Madre de Dios; Sierva incansable, pensada, manifestada y enviada por el Creador para conducir Sus criaturas a Su Corazón.
Vean en María las Manos de Dios, que cruzan dimensiones para buscarlos, y en el Santo Rosario el puente y la conexión correcta para mantenerse unidos a Su Inmaculado Corazón.
Tienen Mi bendición para eso.
San José Castísimo
Levántate, rompiendo las barreras y las dificultades. El Corazón de Aurora es aquel que hace pulsar su luz entre las tinieblas y nace como el sol, rompiendo la oscuridad de la noche.
Levántate, alzando tu voz para proclamar el triunfo divino en tu interior. El Corazón de Aurora es aquel que guarda el Propósito de Dios para la humanidad y que cura a los seres, recordándoles su origen repetidamente, hasta que la Voluntad Divina se cumpla.
Levántate, lanzando afuera de tu corazón lo que te lleva al abismo, lo que te lleva a retroceder, a desistir. Lanza un grito de auxilio, lanza un grito de triunfo y de fe, para que tu voz sea escuchada en los confines del Universo, en el Corazón de la Creación de Dios. El Corazón de Aurora es aquel que se eleva y que sabe renacer de las cenizas y hacer renacer consigo a todos aquellos que dicen sí.
Jamás desistas. Jamás retrocedas. Deja que se quiebren las resistencias y la degeneración humana, pero no la fortaleza de la esencia que te mantiene de pie y te hace caminar hacia Dios.
Tienes Mi bendición para avanzar.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Nunca cierres tu corazón a Dios, porque Él, que es sabio y poderoso, misericordioso y justo, comprende las limitaciones de tu alma y de tu consciencia.
Cada vez que te sientas al borde del abismo, entrégale todo lo que eres y todo lo que has vivido, sabiendo que Su Poder Creador todo lo transformará. No existe miedo que no se pueda disolver o incomprensión que quede sin aclarar.
Cada etapa y momento de la vida es único e irrepetible. Cada hora que pasa se renueva y lo que sucedió hasta hace poco tiempo queda en el pasado.
Por eso, vive en el presente y la culpa interior desaparecerá. Dios te ama por encima de todo y Su Amor es intransferible.
Da paso a la nueva vida, a la vida renovada en Cristo, así conseguirás ver cada prueba en otro grado de comprensión y de sabiduría.
Nunca pierdas la paz, la paz que te llevará al Todo.
Confía que todo se transformará. Estoy aquí para eso. Soy tu Madre.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hoy, fui llamado por la dulce voz de sus corazones, eso en verdad me atrajo hasta aquí para estar cerca de sus espíritus, para poder grabar en sus consciencias Mis Impulsos de Luz.
A través de este escenario podemos comprender y sentir cuánta belleza Dios nos manifestó.
Al ser humano solo le resta amar para abrir la puerta a la Voluntad de Dios y, a través de los pasos de la vida, aprender a vivirla.
¡Deseaba tanto estar aquí, en Brasil! Conté cada día para poder estar aquí, con ustedes. Porque saben que Yo los amo y los entiendo y que espero para sus vidas lo mejor, lo que en verdad vinieron a realizar como consciencias, lo que en verdad vinieron a cumplir y a manifestar a través de los Dones de Dios.
Eso tan sagrado y sublime, que se encuentra en el mundo interno de cada ser, es lo que he venido a rescatar de la consciencia humana, especialmente del Brasil.
Porque esa fuerza interior y espiritual de cada corazón humano es lo que Me permite llegar aquí, como a las demás Jerarquías Espirituales, que vienen con el Silencio de Dios, en total neutralidad, para poder auxiliar al planeta y a la humanidad.
El ser humano de este tiempo, dentro del fin de estos tiempos, deberá constituir en sí mismo lo que es, lo que Dios depositó en su esencia desde el principio. Es eso que hará repoblar a la Tierra de nuevos atributos.
Las buenas obras, la cooperación, el bien y el amor de todos los seres, es lo que hará repoblar a la Tierra de nuevos códigos y principios.
Porque mientras el mundo sufre y gran parte de la humanidad agoniza, ustedes tienen la Gracia, compañeros, de tenerme cerca como Consciencia y Espíritu, como Alma y Divinidad, que viene al mundo en el nombre de Dios, para despertar a la consciencia humana hacia su verdadera realidad, la que hasta ahora nunca ha visto.
Y por medio de sus oraciones y de su amor tengo el permiso de sus almas y mundos internos para poder ayudar al planeta y la energía de la Divina Misericordia puede llegar a lugares muy desconocidos por ustedes, en donde las almas tienen sed de Mi Luz y suplican, fervorosamente, por Mi Amor Redentor.
Vengo desde el Universo trayendo la Consciencia del Padre Eterno para que la humanidad se vuelva rescatable y no pierda la oportunidad de crecer interiormente, sabiendo que los valores de la fe y los principios de la oración serán los que transformarán la Tierra y harán de las almas verdaderos Templos de Dios.
Mientras estoy aquí con ustedes no solo contemplo al Brasil, sino también a todo el mundo y escucho las súplicas de Mis servidores y compañeros, llamándolos y elevándolos a través de la Consciencia de Dios; porque cuando escucho la oración de Mis compañeros, Yo voy en su ayuda.
Cuando la oración es fervorosa, ella transforma muchas situaciones de la Tierra, cosas inimaginables dentro y fuera de la consciencia de los seres, porque el poder de la oración aún es desconocido. Por eso, no dejen de sumergirse en esa escuela, porque así se volverán seres rescatables e instrumentos al servicio de Dios, colaboradores de la obra máxima de Mi Corazón.
Hoy, he venido aquí también para darles Mi bendición a través de los Sacramentos. Porque cada vez que se renueva este ejercicio espiritual, más son las oportunidades de redención, de conversión y de despertar de las consciencias y una Gracia se aproxima a sus vidas para transformar todo en algo sagrado, así como el Padre lo necesita.
Hoy, quiero que vivencien este legado como si fuera la primera vez, sabiendo que a través de ellos se podrán renovar, curar y redimir de sus dolencias espirituales e internas, y en consecuencia, ustedes curarán a la humanidad por medio del sagrado ofertorio de sus oraciones y vidas, al Reino de Dios.
Que estos tesoros espirituales sean revividos hoy por todos.
Que por medio del Lavapiés las vidas sean reparadas, la historia sea borrada para que renazca el poder del espíritu de cada ser y que por medio de la Comunión con Mi Cuerpo y con Mi Sangre vuelva a ingresar en sus esencias y al templo de sus almas, los códigos de Mi perfección, los que los harán comprender muchas más cosas del Universo Espiritual de la Sagrada Voluntad de Dios para estos tiempos definitivos. De aquí se irradia el gran Espejo de Mi Corazón para el mundo.
Los océanos no solo claman por cura, sino que también irradian sus sagradas energías para transformar y sublimar la consciencia humana.
Los Elementos se unen a esta coyuntura divina del ingreso del Universo Espiritual al Universo Material para que muchas más almas sean ayudadas, así como todo lo que vive dentro de este planeta y que está sufriendo mucho.
Por medio de los Sacramentos Yo vengo a reparar sus vidas y darles la posibilidad de encontrar el verdadero amor, que traerá para el mundo la Redención.
Entonces, eleven sus corazones ante Mi Iglesia Celestial y que sus almas, en un profundo silencio, proclamen el ofertorio al Padre Celestial, a fin de que más situaciones sean redimidas y reparadas y, especialmente, el Brasil no pierda la paz. Porque la devoción que este pueblo tiene ante el Universo Celestial, es lo que permite la paz a través de los tiempos y de las generaciones, y así, sus espíritus también son portadores de Mi Paz.
Esta paz hoy se irradia al mundo del gran Espejo de estos océanos para que la consciencia angélica descienda, transfigure y transforme lo que ha quedado corrupto; para que en la transformación de la materia y del espíritu la consciencia humana se unifique en Dios y así, descienda la Gracia Divina, que siempre les dará la alegría y el júbilo de vivir en el Padre Celestial.
Comencemos entonces, compañeros, con esta consagración para que sus vidas también sean reconsagradas a Mi Sagrado Corazón, a fin de que la potentísima Misericordia, como un afluente infinito de Gracia, de Compasión y de Piedad, descienda en este momento sobre el Brasil y el mundo, a fin de que se siga fortaleciendo la paz, la prosperidad y la justicia en este pueblo.
No he perdido la esperanza de que el Brasil sea el Edén de la Nueva Humanidad y que ustedes formen parte de ese nuevo Edén, que no es algo físico, sino profundamente interno e inmaterial que puede espejarse de forma espiritual sobre todo lo creado dentro del Universo material.
Brasil es la cuna de ese futuro surgimiento. Ustedes son una transición para que eso pueda suceder.
Dios quiere volver a establecer aquí el Génesis, como fue en el principio, para que todo lo que se ha vivido a través de los tiempos y de las eras sea borrado y el ser humano, en una profunda rehabilitación, retome el lugar que perdió después de tantos errores y desvíos.
Eso es obra de la Misericordia infinita de Dios y eso es posible para estos tiempos. Pero primero, compañeros, eso comenzará dentro de ustedes, en la convivencia con sus familias y seres queridos, en los días de trabajo y de labor y en los momentos importantes de oración.
Atraigan al mundo los Atributos del Universo porque la humanidad se está sumergiendo en un gran abismo y durante el momento más difícil es cuando Yo retornaré. Ya no deberán escuchar más Mis Palabras, sino sentir y ver Mi Presencia; vendrá de la Gloria del Padre Celestial anunciando desde el Universo, el nuevo tiempo, el resurgimiento y el advenimiento de la esperanza.
Que su fe sea sostenida por Mi Amor y que su amor sea sostenido por Mi Espíritu, a fin de que siempre estén conectados Conmigo en esa perfecta sintonía interior con el Universo Mayor.
Comencemos con la ceremonia.
Nos ponemos de pie.
Padre de la infinita vida,
Soplo Divino del Espíritu,
Creador de todo lo que existe en lo que es visible e invisible,
derrama a través de Mi Súplica, a Súplica de Tu Divino Hijo,
todas Tus Gracias posibles,
para que las almas se reparen en el bálsamo de Tu Amor
y para que Brasil se constituya como la Tierra Prometida.
Que así sea.
Bendice, Señor, con esta agua, a todos los que suplican por Ti,
por medio de Tu Gracia y de Tu Misericordia,
que los que lloran sean consolados, los que sufren sean aliviados,
los enfermos sean curados y el dolor sea borrado,
y que Tu Divino Amor e infinita Alegría, retornen a los que creen en Ti,
a fin de que se establezca Tu Paz por los siglos de los siglos.
Amén.
Señor, Tú que eres Vida y Misericordia, que vivificas todo lo que tocas y reenciendes en Tu Amor a todo el que te suplica y también te escucha, deposita Tus Dones sobre estos elementos para que las almas sean lavadas por Tu Espíritu y sus almas sean curadas por el sublime gozo de Tu infinito Amor. Que así sea.
Lava los pies del pasado, activa a tus discípulos, Señor, para que caminantes en la fe y en el amor, cumplan, Padre, Tu Divino Proyecto en los cuatro puntos de la Tierra. Amén.
Y hace más de dos mil años atrás Yo les dejé un legado espiritual imborrable que reverbera a través de los tiempos y de las generaciones. Es el gran misterio de Mi Amor por la humanidad por medio del Sacramento de la Eucaristía.
Les recuerdo que en aquel tiempo tomé el pan, di gracias a Dios por ese Sacrificio y les dije a Mis apóstoles: “Tomen y coman todos de él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados. Hagan esto en Mi Memoria hasta el fin de los tiempos”.
Y dejo sobre este pan no solo la transustanciación de Mi Cuerpo Eucarístico, fielmente adorado por todos los adoradores de la Tierra, sino también dejo Mi Código Crístico celular, aquel que alcanzó la perfección en la Pasión y la Muerte.
De la misma forma, tomé el Cáliz que las santas mujeres habían preparado especialmente para Mí, y Dios lo bendijo. Di gracias por ese Sacrificio y les dije a Mis apóstoles: “Tomen y beban todos de él, porque esta es Mi Sangre de la nueva alianza entre los seres y Dios; Sangre que será derramada por los hombres, preciosamente, para el perdón de todas las faltas. También hagan esto en Mi Memoria hasta que Yo retorne en el fin de los tiempos para entregarles Mi Palabra viva”.
Transustancio este elemento en Mi Sangre preciosa ante la presencia de los Coros Celestiales y en ofrecimiento al Padre Celestial por la sinceridad de todas las almas presentes y unidas a Mí en este momento, por la Redención de la humanidad, la conversión de los corazones y la renovación de la vida. Que así sea.
En alegría y júbilo, compañeros, sírvanse de estos elementos sagrados que manifiestan el Sacrificio del Hijo de Dios por la humanidad y la oportunidad inextinguible de que cada uno de ustedes aprenda a amar cada día más, así como Yo los amo a ustedes, por toda la eternidad.
Sagrada Unidad de Dios,
unifica nuestras vidas,
unifica nuestro ser,
unifícanos en profunda fraternidad.
Amén. (x3)
Que la Unidad, el Amor y la Paz que provienen del eterno Corazón del Padre Celestial esté en sus corazones, en todo el Brasil y la humanidad, a fin de que surjan los nuevos cristos, los que repoblarán la Tierra de los Códigos infinitos de Mi Amor.
Como les dije a Mis apóstoles, hoy les digo a ustedes: “Les doy Mi Paz para que vivan en Mi Paz y lleven la paz a todos los rincones de la Tierra”.
En memoria de Mi Legado espiritual, por el Sacrificio, Pasión y Muerte de Nuestro Señor, les pido, fraternalmente, para que la Paz esté en Brasil, que se den el saludo de la paz.
Les agradezco por hoy haber estado Conmigo.
En nombre del Padre, del Hijo y del espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nos damos el saludo de paz.
Con Mis manos desato los nudos y rompo las cadenas que aprisionan las consciencias de Mis hijos.
Como Madre, paso Mi Espada de Luz entre los grilletes para que se rompan y las almas se sientan liberadas del cautiverio.
Vengo como Corredentora para ayudar a Mi Hijo en la redención y en la salvación de las almas.
Por eso, le ofrezco a Dios los Dones que Él mismo Me entregó para poder rescatar a Sus criaturas de los diferentes abismos de la Tierra; así, renuevo el Proyecto Divino en la humanidad.
Como Madre, retiro los velos de la ceguera humana para que Mis hijos, por un momento, vean su realidad espiritual y, a través de Mí, se animen a vencer y a trascender los diferentes aspectos de la vida, por más que la purificación de alguno de ellos sea dolorosa.
Pero, a pesar de los embates, Yo hago triunfar a Mis Hijos mediante la fuerza luminosa de la oración y el servicio incondicional por las almas. Así, genero un estado de cura y de reparación espiritual cuando diariamente Me aproximo a Mis hijos para que ellos se sientan apoyados y animados en su fe para seguir con su transformación en Cristo.
¡Les agradezco por guardar Mis palabras con amor, porque el amor es lo que les ofrezco!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
No se dejen engañar, muchos dentro de Mi Iglesia usarán Mi Nombre para poder defenderse, pero el peso de sus faltas los dejará en el vacío del abismo, porque quedarán desnudos ante los ojos de todos.
Ustedes no deberán defenderse, porque ya lo dije una vez, por sus frutos los conocerán.
Quien siembre en Mi Tierra cosechará maravillosos frutos, pero quien siembre en su propia tierra tendrá frutos podridos.
Que nada los sorprenda, la Iglesia que una vez fundé en la Tierra está cayendo, porque sus cimientos están putrefactos por no haber buscado la fortaleza en Mi Corazón verdadero.
Pero no todo estará perdido, llegará la hora en que la humanidad conocerá a los últimos testigos y ellos no surgirán de la Iglesia aparentemente constituida.
Esos testigos serán los humildes de corazón, los que no tienen poder, autonomía ni prestigio.
Con Mi propia vara limpiaré la impura Iglesia de sus más graves pecados y cuando Yo retorne triunfará la Iglesia Celestial, la única que he enseñado.
Mientras tanto, los que siguen a Mi Iglesia que se arrepientan y no miren la paja en el ojo del prójimo; primero que se saquen la propia, porque ya lastimaron y ofendieron al Señor con cientos de niños inocentes que confiaron en Mis débiles sacerdotes.
Que Mi Iglesia no juzgue Mis otras Obras, porque el fuego de la purificación está llegando y a todo penetrará.
Mientras tanto, la nueva Iglesia, que no tiene nombre, ya navega en su barca, mar adentro, y nadie podrá detenerla.
¡Les agradezco por considerar Mis Palabras de corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
A través de Mis Llagas ilumino los oscuros abismos de la Tierra y cada vez que desciendo hacia aquí libero a los prisioneros caídos, llevando a gran parte de las almas perdidas a los océanos profundos de Mi Misericordia.
A través de Mis Llagas exorcizo la esfera psíquica de la Tierra y los Elohim purifican la corteza del planeta, a fin de desintoxicarla de las perversas corrientes de Mi adversario. Una vez más, San Miguel Arcángel entierra su poderosa Espada de Luz inmaterial y todos los grilletes de la perdición y de la maldición son disueltos al ingresar el potentísimo fuego cósmico transmutador.
A través de Mis Llagas los inocentes son protegidos, siempre que alguien clame por ellos y suplique por Misericordia. Así, todos los que son explotados en algún momento se liberarán de su esclavitud y nuevamente triunfará la Misericordia.
A través de Mis Llagas establezco el principio del Reino de los Cielos y las almas se liberan de los espíritus que vagan por el mundo para condenar a las consciencias. Lo más impuro sobre la Tierra es expulsado y los espíritus en constante pena se consumen en el fuego y en el azufre para que desaparezca cualquier vestigio de maldad.
Vuelve a triunfar la luz del poder de Mis Llagas y la Gloria del Arcángel Miguel para que se establezca la paz.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Si no puedes adentrarte en los desiertos de la Tierra como lo hacían los Padres de otrora para curar sus pecados y convertir su profunda condición humana, adentra, hijo, en el desierto de tu corazón.
En estos tiempos finales, las cosas del mundo son como imanes que atraen constantemente tu consciencia hacia el más profundo abismo de la oscuridad y de la perdición. Pero tú, como hijo de Dios, consciente de Su Presencia en tu interior, puedes optar por no seguir las tendencias de la Tierra y adentrarte en el desierto de tu corazón para que, solo y en soledad, encuentres a Dios.
Dialoga con el Padre todos los días y siente Su proximidad divina cerca de tu corazón. No dejes que te consuman las cosas del mundo y que te hagan olvidar o colocar en segundo plano aquello que es el verdadero sentido de tu existencia.
No te olvides de contemplar el Universo en tu corazón, así como el Infinito, y de reconocer, una y otra vez, tu pequeñez. El corazón que se reconoce pequeño y es agradecido con Dios, con su simplicidad abre las puertas al Cielo, a las dimensiones divinas, a la realidad superior en donde la verdad se revela.
Deja que tus oraciones se tornen cada vez más profundas y sinceras. Cruza el umbral entre ser un hijo y un compañero de Dios, parte Suya viva, renovándose en Su Creación para retornar al Todo con un Amor mayor.
Que el Propósito Divino siempre esté visible para los ojos de tu corazón, para que jamás pierdas las oportunidades de amar, de perdonar, de comprender al prójimo y de encontrar a Dios.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Así como el caos crece en la Tierra, las mentes se desestabilizan y las almas se pierden, el Cielo también se abre delante de los ojos y de los corazones de los hombres, trayendo Gracias inexplicables hacia la Tierra.
En comparación a la ignorancia de la humanidad, Dios ofrece Su Sabiduría a aquellos que saben buscarla.
Mientras muchos se hunden profundamente en el abismo de su ignorancia y las ciencias se apartan cada vez más de Dios, otros reciben del Padre enseñanzas que desbordan, más allá de sus méritos, y con una mínima apertura de sus corazones, el Creador y Señor de todo Conocimiento y de la verdadera Ciencia les entrega todo.
Los ignorantes ven a los simples de corazón escuchando a Dios y piensan que Sus enseñanzas son falsas, porque la propia ignorancia los separó de Dios y los llenó de sí mismos, haciendo imposible que la Sabiduría que trasciende sus mentes les sea accesible o incluso aceptable.
Escojan en este tiempo, hijos, el camino de la simplicidad y del vacío de sí para que no corran el riesgo de que no haya dentro de ustedes espacio para la Sabiduría Divina.
Reconozcan con humildad, cada día más, que nada saben y reciban, con amor, todo el Conocimiento que proviene de Dios como algo nuevo y único.
Que toda la sabiduría encuentre su lugar dentro de sus consciencias y que eso no sea para llenar sus mentes, sino para colmar sus seres y tornarse parte de ustedes, para que siempre haya un nuevo espacio, un nuevo lugar para aquello que Dios quiere enseñarles.
En este ciclo de revelaciones sus espíritus siempre deben estar vacíos.
No subestimen jamás la simplicidad de Dios, porque Su Sabiduría no se limita a las palabras rebuscadas de los hombres o a aquello que ustedes consideran elevado y superior. Una grandiosa Instrucción Divina puede llegar a través de las Palabras simples de Sus Mensajeros, en el Amor Materno de Su Madre Celeste que destituye el poder de los soberbios y le entrega a los humildes las Llaves del Cielo.
Que aquellos que realmente se abren a la Sabiduría Divina vivan con gratitud toda enseñanza, sea cual fuera. De esta forma podrán crecer en espíritu y estar prontos para los tiempos que llegarán, para ser llamados "precursores de la Nueva Vida", "semillas de la Nueva Raza".
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Cómo recibir Misericordia
Hijos Míos:
Vengo al mundo, en este tiempo, no solo para enseñarles a clamar por Misericordia, sino también a generar méritos para que sean merecedores de la expiación celestial que la Divina Misericordia trae para sus vidas y para el mundo.
Vengo para advertirlos sobre la realidad del planeta, el que agoniza delante de los ojos indiferentes de la mayor parte de los seres humanos de la Tierra.
Vengo para retirarlos de la ignorancia, porque la ignorancia y la indiferencia humana no tienen nación, no tienen religión y no tienen cultura.
La ignorancia y la indiferencia están en la consciencia humana, como raíces profundas que fueron creciendo y ganando espacio a lo largo de todo su desarrollo como humanidad.
Y hoy estas raíces son alimentadas por las modernidades, por las comodidades y por las facilidades que este mundo les ofrece, a través de cosas que son creadas a costa del sacrificio de los hombres y de los Reinos, y por el ultraje de la Tierra.
Por eso, hijos Míos, llego en este tiempo para cortar esas raíces, para conducirlos hacia una nueva vida, para mostrarles una opción que el mundo no les muestra, porque la oscuridad se apoderó del día a día de muchos seres humanos.
Es con la finalidad de despertar en sus corazones el amor que los conduce a la Verdad que los llamo al servicio y a la caridad, los llamo a la oración.
Solo el corazón que comienza a servir puede comprender lo que les digo y, si no experimentan por sí mismos, jamás beberán de la Fuente de la Sabiduría, la que nace de la experiencia y no tanto de las palabras.
Mis Palabras son impulsos divinos, son como la Luz que se enciende en un cuarto oscuro para que encuentren la puerta para salir de la prisión de estos tiempos. Por eso, hijos Míos, escuchen hoy Mi llamado, Mi Voz que se pronuncia por una Voluntad Divina, superior a todas las cosas y que trasciende el entendimiento humano.
Escuchen Mi Voz y síganla.
Este mundo está ciego y su Madre Celeste viene, a pedido de Dios, para traerles la Luz para que puedan volver a ver, para traerles la vida a los que murieron y no lo percibieron, porque día a día se caen en los abismos de la ignorancia y de la indiferencia.
Vengo a una nación que está llena de conocimientos, colmada de ciencias y de filosofías, con la aspiración de transformarse; pero hoy Yo les digo, hijos Míos, que no solo deben cuidar de sus propias vidas. Este mundo, como un todo, es su casa y todos los seres que en él habitan, en todos los Reinos de la Naturaleza, son sus hermanos y son criaturas sagradas de su Padre Celestial.
Hoy vengo a llamarlos para dejar de lado las ciencias y las filosofías, y todo el conocimiento que colma sus mentes en estos tiempos, para que reciban de Dios el Conocimiento, el Entendimiento y la Sabiduría Divina.
Y les digo que no hay otra forma de recibir lo que el Padre les ofrece que no sea cruzando la puerta de la humildad y, de rodillas y en oración, clamar por Misericordia.
No son las riquezas del mundo las que colmarán sus almas, sino la plenitud de saber que todo lo hicieron para que todos sus hermanos tuvieran una oportunidad de sentir y de vivir el amor y la verdadera alegría; la plenitud de saber que cumplieron con su parte y de poder llegar al Padre, delante de Su Altar Celestial, con el corazón limpio y en paz.
Escuchen, hijos Míos, las advertencias de su Madre Celestial. Sirvan, oren y clamen por Misericordia.
Vayan al encuentro de los que más necesitan, y que la caridad actúe en sus corazones transformando su condición humana, cortando las raíces más profundas de la ignorancia y de la indiferencia. Así sabrán y comprenderán lo que Yo les digo.
¡Les agradezco por escuchar Mis Palabras y por abrirse de corazón a los impulsos divinos que hoy les traigo!
Yo los bendigo y los amo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Virgen de Schoenstatt
Entra y sumérgete en el abismo más profundo de la Misericordia de Tu Señor.
Déjate inundar por un misterio insoldable que está más allá de la Gracia y, muchas veces, más allá de la Justicia Divina.
Permite que tu ser descubra el Amor Infinito de Dios que se esconde en las profundidades de Su Misericordia y, bañado en ese bálsamo curador, restaura en ti, y en el mundo, las heridas más dolorosas y las marcas aparentemente imborrables de la consciencia humana.
En donde más se necesita, allí está el abismo de la Misericordia de Cristo, como una Fuente inagotable y una respuesta divina para todo clamor emitido con el corazón.
Ven y da tu "sí" en nombre de la humanidad, para que esa Fuente brote y se vierta sobre el mundo, para curarlo y restaurarlo en su espíritu más íntimo.
Ora y clama, en nombre de la humanidad, pidiéndole al Padre que Su abismo luminoso de Misericordia se revele al mundo para que los hombres conozcan no solo al Dios de la Justicia, sino también al Dios de la Misericordia.
Descubre que todo pecado tiene cura y que toda deuda es justificada por la Sangre y por el Agua que, derramados a través del Cuerpo de Cristo, hicieron nacer la Fuente de la Infinita Misericordia para el mundo.
Ante el arrepentimiento verdadero y la redención proclamada con el corazón, todas las almas pueden tornarse dignas de beber de la Fuente de la Divina Misericordia.
Por eso, hijo, ve, y a los Pies de Dios ruega por una oportunidad y arrepiéntete de corazón.
Si te parecen pequeños tus pecados o si no eres consciente de tus deudas para con Dios, clama de todos modos; pídele al Padre que substituya el abismo oscuro de tus miserias por el abismo profundo y luminoso de la Misericordia Divina y jamás te canses de clamar, no solo por tu salvación, sino también por la salvación del mundo entero.
La Misericordia es la respuesta para las almas que perdieron la esperanza y, si ellas están ignorantes delante de esa Gracia, clama por ellas, para que reciban una oportunidad de elevar los ojos hacia Dios y percibir que Él siempre estuvo allí, con Sus Brazos abiertos, haciendo brotar de Su Pecho un caudal eterno de Misericordia, que muchos no supieron ver.
Permite que tu corazón conozca la Fuente Divina de la Misericordia y deja que tu alma despierte a la devoción, al amor y a la fe que la hacen portadora de esa Misericordia para el mundo.
Ama conocer la Misericordia Divina. Ama ser un intercesor entre Dios y las almas perdidas que no conocen y que no buscan Su Misericordia.
Solo piensa que cuando lo intentas, mientras tantas almas están perdidas, la Fuente de la Misericordia se vierte sobre el mundo como un río que pasa delante de alguien sediento y él no consigue verlo. Y tú, hijo, puedes ser el dedo que apunte hacia las aguas y, a través de tus sinceras oraciones, en los niveles del espíritu, consigas méritos para que los que más lo necesitan alcancen Misericordia.
Comprende este misterio y, delante de un mundo lleno de pecados y de perdición, ama ser portador de la Divina Misericordia y, aunque sea en soledad con Dios, o en tus más silenciosas acciones, clama por Misericordia y sé Misericordia para el mundo.
Los Mensajeros Divinos llegan a Polonia no solo para curar heridas profundas de una nación sufrida, sino, sobre todo, para renovar el compromiso de la humanidad con la Divina Misericordia y para enseñarles a las almas a ser instrumentos de la Divina Misericordia para el mundo.
Abraza con el corazón esta Misión que Dios te entrega y, donde quiera que estés, sé portador de la Divina Misericordia de Cristo.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Por medio de esta canción vengo a clamar al mundo que no pierda su inocencia, porque de lo contrario sufrirá mucho, peor que el siglo pasado.
Que la inocencia no se pierda de los corazones, para que nunca les falte la Paz.
Ayer les hablé de la esperanza, pero hoy les hablo de la verdadera consciencia que muchos ojos no quieren ver, por temor, por miedo o por angustia.
Pero Yo, hijo Míos, como Madre de Ustedes y Madre del Mundo, debo decirles siempre la Verdad.
Estamos intentando construir algo nuevo en un tiempo difícil, en donde cada segundo y cada minuto es definitivo; en donde cada paso que será dado, deberá ser dado con premeditación y discernimiento, para que nadie se precipite al abismo.
Con esto quiero decirles, queridos hijos, como les dije a los pastores en Fátima: No pierdan su inocencia; porque si pierden su inocencia como humanidad y como pueblo, perderán el poder de su pureza original, sus esencias se mancharán y Dios no podrá aproximarse a ustedes para traerles lo nuevo y lo renovador.
Pero como Yo Soy Madre de todos y Madre que viene por todos, por los que están y por los que no están aquí, hoy les hago esta súplica desde lo profundo de Mi Corazón Espiritual y Maternal; que su inocencia pueda resplandecer en estos tiempos a pesar de los errores, de las pruebas y de todo lo que sucede en el mundo, día a día.
Necesito, hijos, que por medio de su inocencia, retornen al camino de su pureza esencial, porque el mundo lo necesita mucho para poder seguir adelante.
A pesar de todas las manifestaciones de estos tiempos, hijos Míos, recuerden que Yo siempre seré su Patrona en esta nación y deseo ser Patrona en todas las naciones del mundo, no importa cómo Me reconozcan o cómo Me llamen. Yo Soy la Divina Madre de Dios, el Espíritu Sagrado y Femenino, que surgió de la Fuente para venir al mundo y tener a todos Mis hijos en Mis Brazos, así como tuve a Jesús, al Supremo Rey.
Los invito a que por medio del camino de la oración, no solo busquen la esperanza de Dios, sino la inocencia interior que debe reinar en estos tiempos, para que las cosas se mantengan en su equilibrio y sobre todo, para que las naciones se mantengan en armonía.
Porque si su inocencia está disponible para el mundo, permeada por una profunda gratitud y amor, muchas cosas que estarían por suceder en los próximos tiempos se podrían detener, cosas muy difíciles y muy grandes, que su Madre Celeste observa, día a día.
Por eso, todo lo que hagan y todo lo que ofrezcan a Dios será importante en este tiempo; ustedes deberán ser creadores de fuentes de reparación para que muchas cosas se equilibren en el mundo y muchos acontecimientos que están previstos no sucedan.
Por medio de este llamado los quiero llevar a todos a la esencia del Amor y de la Verdad, para que el mundo también pueda despertar a eso.
Pero esa esencia del Amor comenzará primero en ustedes, en su descubrimiento interior de una forma simple y humilde, para que después despierte en el mundo y en la humanidad.
La humanidad ha perdido muchos valores, ha perdido muchos principios y también muchos designios que su Madre Celeste viene a restablecer en este tiempo por medio de la peregrinación y del llamado a todos Sus hijos del mundo, independientemente de su religión, de su nación o de su pueblo.
Con esto quiero decirles, queridos hijos, que Yo Soy la Madre Universal, la Madre que acoge a cada uno de los hijos de Dios: los perfectos y los imperfectos, los pecadores o los creyentes, los que han errado o los que han acertado, todos son Mis hijos en la misma Fuente Original.
Por eso Yo vengo a llamarlos y vengo a buscarlos, para que la transformación de la consciencia suceda en este tiempo y no sucedan graves acontecimientos, como está previsto.
Pero el camino de la oración del corazón que cada uno de ustedes Me ofrece día a día, disipa poco a poco todas las malas influencias y la Luz puede reinar un poco más en el mundo, llegar a más corazones dormidos y despertar a más consciencias que deben encontrar su verdad interior para poder seguir el camino de la Fuente, el camino hacia la Divina Voluntad.
Mientras hablo con ustedes Yo rezo por el mundo. Quisiera que todos lo días que vendrán imitaran este ejercicio de su Madre Celeste, porque en cada segundo de sus vidas, así como en cada tarea diaria, será necesario colocar la mente y el corazón en la oración, para que muchas, muchas más fuerzas negativas se disipen y el poderoso canal de la oración triunfe en Mis hijos y en consecuencia, en el mundo.
Únanse a la oración permanente y continua con su ángeles de la guarda; momentos más agudos llegarán al mundo y ya no son solo palabras, sino realidades que su Madre Celeste hoy les decreta.
Porque el mundo decidió seguir el camino del desamor y se apartó de la verdad.
Pero aún aquí, en esta Tierra, hay muchos corazones valientes, de los cuales Dios se servirá plenamente para llevar Su Obra al mundo.
Todavía hay un poco de tiempo, para poder resolver lo que sucede en la humanidad.
Por eso Yo los llamo, hijos Míos, a que Me acompañen en cada paso de una nueva peregrinación, porque su Madre Celeste necesita establecer nuevas realidades en el mundo; lo que Yo llamo "Principios de Dios", que vienen directamente de la Fuente para acudir a la humanidad.
Dios necesita de instrumentos, de muchos más instrumentos que quieran donar sus vidas al Plan; por un Plan que aún es desconocido y que la humanidad conoce tan solo en un menor porcentaje.
Pero no hay Misterio que no se pueda revelar; su Madre Celeste siempre les traerá la verdad, la guía y el camino para sus vidas, para que ese Divino Plan se cumpla como está previsto.
Sepan, hijos Míos, que estamos llegando al gran momento de los grandes esfuerzos que deberán vivir cada una de sus almas. Esfuerzos mayores de los que han vivido hasta este tiempo, porque es necesario convertir muchas más cosas en el mundo.
Con la dulzura de Mi Voz, hoy les traigo la Verdad; con la calma de Mi Corazón, hoy les traigo la esperanza; y pronuncio el llamado de Dios para el mundo una y otra vez, hasta que finalmente todas las almas escuchen y se den cuenta que es necesario cambiar.
Les agradezco por su perseverancia y su Fe, por medio de esas virtudes Yo también puedo hacer muchas más cosas en el mundo.
La perseverancia siempre los tornará valientes; la esperanza siempre construirá el futuro, dentro y fuera de ustedes y sobre la superficie de la Tierra.
Quiero que hagan triunfar el Plan de Dios en la humanidad, con cada esfuerzo y cada dedicación diaria, con cada oportunidad de servicio y de entrega, para aliviar el Corazón de Dios que está muy ofendido por los hombres, también por Su iglesia.
Quiero que alivien el Corazón del Padre junto Conmigo, con esa alegría que viven y que tienen y que nunca se podrá borrar, con esa devoción que han construido por medio de cada cuenta de oración diaria, con cada servicio que han prestado a la humanidad y a los Reinos de la Naturaleza.
Todas, todas esas virtudes transforman al mundo y reparan el Corazón de Dios aunque a veces estén muy cansados. Todo es valorado por el Altísimo y reconocido por Sus Ángeles del Cielo.
No hay testimonio de amor que ustedes hagan que no quede escrito; todo queda registrado en el Libro de los Cielos; toda obra de bien que se realiza, toda obra de Paz que se propaga, todo servicio prestado que se entrega de una forma incondicional al Universo, es registrado en los Libros del Cielo, y así muchas más Gracias pueden retornar al mundo, como la Gracia de la Presencia de la Madre de Dios en estos tiempos críticos y difíciles.
La dulzura de Mi Corazón siempre estará cerca de ustedes, aunque llega el tiempo en que Me recogeré al Cielo, al igual que Mi Hijo; estaré aquí, en Espíritu con ustedes, haciendo florecer y emanar las Gracias que muchas más almas necesitarán en los tiempos definitivos, en los Centros Marianos .
Todo lo que hagan por Dios, lo harán por la humanidad y en consecuencia el Reino de los Cielos, les retribuirá con Sus Gracias.
Hoy podré decir, querido hijos, que la Misión Espiritual en Europa y África será cumplida; pero será necesario de mucha más ayuda para que ella pueda finalizar como está previsto por el Universo.
Por primera vez, queridos hijos, y por Voluntad del Altísimo Padre del Universo, los Mensajeros Divinos abrazarán a muchas naciones al mismo tiempo y con ellas a todas las almas que allí se encuentran, para evitar una catástrofe universal que podría abarcar gran parte del mundo y sobre todo a muchas, muchas vidas.
Pero ahora que Me han respondido y Me seguirán respondiendo por los días que vendrán, Yo misma evitaré, a pedido de Mi Hijo, lo que podría suceder en esa parte del mundo y que podría traer grandes consecuencias en el resto de la humanidad.
Cuando su Fe se sostiene en el Propósito, la Misión se cumple y las Gracias vuelven al mundo para socorrer a los corazones más perdidos y a las naciones más necesitadas de Misericordia, aunque no lo parezca.
Hoy le pido a Dios para que la humanidad recupere su inocencia interior y que esta inocencia prevalezca y reine en este tiempo.
Como un testimonio Mío de este pedido, hoy consagraré a nuevos Hijos de María, que formarán activamente parte de Mis ejércitos celestiales, para llevar adelante esta obra de Redención y de Perdón en la humanidad, a la cual el mundo necesita despertar.
Que a los pies de este escenario se coloquen los Hijos de María, los que hoy se consagrarán ante Mi Inmaculado Corazón.
Hoy volveré a pedirles que repitan la canción que han cantado, como un llamado Mío al mundo, para que muchos más hijos Míos Me escuchen y encuentren la Paz.
Deseo que traigan ante Mi Presencia agua para bendecir y consagrar, para Mis hijos que hoy se consagrarán.
Los escucho…
Yo los consagro y los bendigo.
Les agradezco por haber respondido a este importante llamado.
Dios derrame su Luz en sus vidas y especialmente en sus corazones.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del espíritu Santo.
¡Les agradezco!
Hijos Míos:
Del Corazón de Dios emanan Dones y Gracias en este día para la liberación del planeta, y su Madre Celeste viene a decretar Su triunfo en este lugar, a través de la liberación y de la Paz que emanan de Mi Inmaculado Corazón.
Los Sagrados Rayos Inmateriales que provienen del Corazón del Creador hoy tocan la Tierra y sus señales se hacen visibles a través de la Naturaleza. Nada quedará como está, dentro y fuera de los hombres, y su lodo será extirpado y purificado.
Vengo como su Madre Celeste, como su Madre Universal, a preparar el camino para el nuevo despuntar de la Aurora, que en agosto próximo volverá a brillar en los corazones de los hombres y en el horizonte de la Tierra.
Vengo a unir Mi Corazón al corazón de Aurora para darle una señal al mundo, que su liberación no solo está próxima, sino que ya se inicia con Mi Presencia.
El corazón de Aurora vuelve a dar señales para que el pulsar de su vida ilumine nuevamente los abismos de este mundo. Pero para que Aurora retome su lugar, hijos Míos, es necesario que la humanidad sepa conducir los acontecimientos en unión al Corazón de la Jerarquía y que siga, paso a paso, la Voluntad que Dios emana hacia la Tierra.
El silencio de Aurora, poco a poco, le dará lugar a su verbo curador y la expansión de su luz será visible. Pero, mientras ese momento se prepara, acompañen a su Madre Celeste paso a paso, porque todo tiene su hora y su lugar.
La expansión del corazón de Aurora se dará poco a poco, para que su luz cruce los horizontes y llegue a los corazones de los hombres, a los Reinos de la Naturaleza y a lo profundo de la consciencia del planeta, liberando todo tipo de vida de la oscuridad que aún habita en este mundo.
Pero eso debe darse sin herir; su fuego debe arder, pero no herir. Su corazón se expande y toma vida, respetando las Leyes que rigen este mundo, porque así la humanidad eligió aprender.
A los que no comprenden Mis Palabras, porque no conocen la Aurora de la cual Yo les hablo, les digo que solo sientan en sus corazones su Gracia y dejen que ella se expanda, tomando el lugar que le corresponde, porque esta es la Voluntad de Dios.
Hijos Míos, su Madre Celeste, en este día viene para preparar un momento muy importante: la expansión y el retorno de la Aurora del amanecer para iluminar los corazones del mundo.
Oren Conmigo, oren para que las naciones se abran a la Voluntad de Dios; oren para que los Planes del Creador se cumplan en la Tierra; oren para que, en lo profundo de una oración verdadera, su Padre que está en los Cielos encuentre el permiso necesario para auxiliar a este mundo.
Aún hay mucho que debe suceder para que los Planes de Dios se concreten y, con Poder y Paz, su Madre Celeste viene a unir el Cetro de Dios al Cetro que rige la Aurora de Mi Corazón, para así decretar, poco a poco, su retorno y su triunfo.
Hijos amados, hoy también les vengo a entregar una Gracia especial, a través del alma amada que se ofrece todos los días para que Mi Plan se siga cumpliendo. Alma que, como Yo, unió su corazón al corazón de Aurora, para que este mundo siempre tuviera una oportunidad de ser curado.
Sepan, hijos Míos, que con la simple entrega de unos pocos Mi Corazón operará milagros en la Tierra.
Con eso les digo que no desistan de entregar sus vidas a Dios; no desistan de dar los pasos en dirección a la unión con el Corazón del Padre y, a pesar de todo lo que acontezca en el planeta, jamás pierdan la esperanza de que la cura, que proviene del corazón de Aurora, se extienda al mundo y toque toda la vida, trayendo de vuelta a lo sagrado lo que se perdió y se distorsionó por la incomprensión y por la ignorancia humana.
Yo Soy su Madre Celeste, Aquella que les muestra el camino para llegar a Cristo y, en la Tierra, les dejé una madre espiritual terrena, para que señalara al Padre junto con Mi Corazón y que, unida a Mí, obrara incansablemente por el rescate de las almas.
Únanse a esta alma madre que Yo les entregué, porque hoy les digo que, sobre ella, su Padre, que está en los Cielos, colocó Su confianza.
Por eso hoy, no solo oren para que la Aurora vuelva a amanecer; oren también por el despertar de la Unidad en toda esta obra de Amor y que los corazones sepan reconocer los instrumentos que el Padre colocó en sus caminos para que jamás se perdieran.
Todo es parte de una construcción única; escuchen Mi Voz y únanse a Mí, y así, hijos Míos, no se confundirán y podrán hacer triunfar el Corazón de Dios a través de sus vidas.
Yo los bendigo y les pido que Me acompañen, preparando con el corazón el despertar final de la Aurora del amanecer.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre Universal
Segundo Mensaje
Escucha la Voz de tu Maestro y hazla parte de ti en cada momento.
Yo Soy el Señor del Universo y el Redentor del Mundo que viene en este tiempo a sumergirse en los abismos internos en donde las consciencias viven su realidad, en donde deben enfrentar lo que nunca enfrentaron y desde donde deben buscar la salida hacia Mi Corazón Sagrado.
Yo Soy el Señor del Universo y vengo a sumergirme en los abismos más oscuros de la consciencia planetaria e intento, a través de Mis discípulos, retirar a las almas de la perdición.
Nadie está libre de vivir su propio abismo y de poder conocerlo en cualquier momento de este tiempo final.
Deben animarse a vencer esas dificultades por intermedio de Mi Amor Misericordioso.
Porque Mi Amor Misericordioso es una llama incandescente que todo ilumina, que todo transforma y pacifica.
No hay otro remedio que puedan buscar, sino esa llama Misericordiosa de Mi Corazón, que en este momento se irradia al mundo para poder ayudarlo.
Vivan entonces la transición de estos abismos de la consciencia y del gran abismo de la humanidad, en el cual millones de almas están sumergidas sin siquiera percibirlo.
No teman conocer esa verdad que es el abismo de la consciencia humana. No teman atravesarlo.
No teman cruzar ese desierto en donde algún día se sentirán solos, como si nada tuviera sentido ni respuesta.
El mundo y su humanidad nunca enfrentaron este abismo, en ningún otro tiempo ni en ninguna otra época.
Son parte de una transición definitiva que camina rumbo al gran despertar.
Para eso, deberán trascender los obstáculos, deberán saber superar las pruebas, deberán saber estar por encima de los desafíos.
Por eso Yo no Me cansaré de buscarlos y de llamarlos.
La humanidad es un gran abismo que debe ser revertido por el Amor y la Luz, por el triunfo de los corazones pacificadores, por la donación absoluta de los servidores, por la expresión del amor de los corazones, en todos los sentidos.
Y aunque su propio abismo interior les pueda doler, sigan adelante.
No hay mayor abismo que el que vive este mundo en este momento, de donde muchos no consiguen salir por no tener fuerza interior o valentía para poder hacerlo.
El gran abismo de la humanidad es el espejo de la purificación planetaria, de esas raíces tan profundas que en este tiempo deberán ser retiradas del suelo para que la tierra sea arada y se siembren nuevas semillas de Luz y de despertar, se siembren nuevos conocimientos, nuevas formas de vida que hasta ahora la humanidad no ha vivido y no ha conocido.
Por eso, ante el abismo interior de sus consciencias, deben hacer brillar el Sol interior, aquella Estrella que el Padre les entregó, su esencia, que es el principio de toda la Creación y de esta vida universal.
Aférrense al Sol de su esencia interior y superen los abismos de estos tiempos, para que así aprendan a superarlo todo y a ayudar a los que no lo conseguirán hacer por sí mismos.
Yo les doy las herramientas más emblemáticas para que lo puedan hacer, para que puedan trascender los tiempos primero en ustedes mismos y después en la humanidad.
Yo les doy la llave de la Comunión Conmigo todos los días, porque es algo que se vuelve inextinguible ante la oscuridad, porque es el Amor que triunfa en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo cuando cada ser comulga Conmigo con humildad y en penitencia.
Les doy la llave de la Adoración, para que puedan encontrar Mi Existencia en la Eucaristía, Mi Espíritu y Mi Divinidad en todo lo creado, para que crucen el portal hacia Mi Reino.
Cuando sus ojos contemplan Mi Cuerpo Vivo, todo Yo lo puedo renovar, aunque parezca imposible.
En ese ánimo de poder superarlo todo con humildad y valentía, no teman sumergirse en el abismo de la humanidad, porque algunos, en representación de la mayoría, deberán aprender, por todos los medios, a buscar la salida hacia el nuevo portal en donde el Sol de Dios despuntará en el horizonte para disipar las tinieblas y los abismos de la consciencia.
Por Mi Dolorosa Pasión ya tienen la base para poder hacerlo.
Su Maestro y Señor conoció el abismo de la consciencia humana y del planeta, padeció y sufrió esa realidad, pero nunca, nunca se dejó vencer, sabiendo que el Padre lo había colocado ante una prueba de gran Amor.
Que ese Amor que viene de Mí, nunca se vacíe en ustedes, sino que él aumente en grados y en pasos de confianza y unidad.
Ya están aprendiendo a acompañar a su Maestro en una Obra que es por toda la humanidad y que no se restringe a un grupo de almas, a una comunidad o a un centro espiritual; estamos hablando de cosas grandes y desconocidas, de tener la visión en el todo y no solo en un solo lugar, de ampliar la consciencia, así como la amplía Dios para abrazar a Sus hijos en el amor y en la paz.
Así, vengo a darles las mismas fuerzas internas que Yo recibí durante Mi Agonía, para que aprendan a soportarlo todo, al menos por Mí; para que aprendan a vivirlo todo, al menos por Mí, y así puedan en este tiempo dar grandes testimonios de amor y de trascendencia, más grandes que los que Yo viví en el pasado.
Porque lo que ustedes viven en este tiempo, como humanidad y como planeta, Yo no lo podría haber vivido en aquel tiempo, ni en el Huerto Getsemaní, ni en la Pasión.
Lo que debe definirse en este tiempo es muy grande y supera todas las fronteras y todos los límites.
Por eso, el trabajo de vencer la dualidad interior será muy esforzado, el trabajo de mantener un equilibrio será muy grande, y todo eso será por un Propósito Mayor que Yo deseo concebir en las almas del mundo y en los que despiertan.
Tengan ánimo para vencer los abismos de la consciencia humana y de no tener restricciones para pedir perdón cuántas veces sea necesario, porque así sus corazones estarán en la paz, estarán en el bien, estarán en Mi Misericordia.
No dejen de atravesar estos abismos del final de los tiempos, porque del otro lado los espera su Maestro y Señor para conducirlos hacia la Luz que es eterna e invencible.
Es así que los vengo a fortalecer con todos los impulsos posibles para que en este tiempo den testimonio al mundo de su transformación y que no solo sea una teoría, sino una realidad que motive a otros corazones a vivir la gran transformación.
Que sus esencias sean las que hoy estén en lo alto del Cielo, en lo más sublime del Universo, para que puedan brillar y así sus abismos internos se cierren para que reinen la paz y la Luz.
Reciban, entonces, Mi Bendición Sacerdotal, recordándoles que esta Maratón es un momento de gran reflexión para las almas a fin de prepararse para dar un nuevo paso, aunque crean que no están prontos.
Yo los bendigo y les doy Mi Misericordia a todos los que escuchen en el amor y en la fe, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más