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Mi Tierra Sagrada
Mi Tierra, que era Santa, está siendo atacada. El precio de la sangre derramada no es valorado ni apreciado y esto provoca la Ira de Dios y Su Justicia.
Aún hermanos lastiman a sus hermanos y en medio de ellos está la guerra entre las religiones, algo que desde el Huerto Getsemaní ya era de esperar.
Pero, ahora no existen valores porque ya no existen los atributos, y al no haber atributos no hay paz.
¿Cómo se enmendará la ofensa ocasionada al Corazón del Padre con estos acontecimientos de hoy?
Ni el mismísimo Dios, que derramó Su Sangre y entregó Su Amor, consiguió calmar la ira y el desorden de Sus hijos del ayer.
Este es el momento en el que todo se volverá a destruir, y cuando todo esté destruido, recién entonces, los hermanos que hirieron a sus hermanos percibirán que el odio y el rencor los alejó de Dios.
Por eso, no expondré a las pocas y buenas ovejas que tengo, porque el lobo feroz, la bestia de la guerra, querrá lastimarlas y esto no son solo palabras, podrían ser hechos.
Debo proteger con Mis comandos lo más precioso y simple que tengo.
Yo podré, nuevamente, enviar Mi Paz hacia ese lugar desde otro punto de la Tierra.
¡Oh, Israel, el Día del Juicio llegará y todos testimoniarán tu fracaso!
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
La sangre inocente derramada por los mártires del fin de los tiempos tiene un valor espiritual incalculable, ya que representa un acto de valentía y de amor tan semejante al que vivió su Señor Jesucristo en la Cruz.
Por esa razón, la sangre derramada por los mártires del fin de los tiempos es reconocida en el Cielo como un acto de salvación del Proyecto de Redención de la humanidad.
Al mismo tiempo, esa sangre inocente que es derramada por amor a Cristo queda impregnada de potentísimos Códigos Crísticos, los cuales espiritualmente, por el acto de salvar a otras almas, son irradiados de una forma directa hacia las esencias de la humanidad y, especialmente, hacia el lugar en donde ese inesperado acontecimiento sucedió.
Así como Mi Hijo en el Huerto Getsemaní vio el triunfo de Su Iglesia Celestial en el corazón de los hombres del fin de los tiempos, de la misma forma, Cristo, a través de la visión dada por el Padre, testimonió el triunfo que los mártires de los últimos días vivirían por amor al Señor.
En todo este misterio se revela la existencia de un paso que da la consciencia que, siendo víctima del Amor de Dios, se ofrece espontáneamente en sacrificio por los demás, entregando su vida en manos de la Voluntad Divina.
Los mártires del fin de los tiempos aún no saben que lo serán, solo lo sabrán cuando el Universo les presente el momento de poder vivirlo por amor a Cristo y por la expiación de los grandes pecadores.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los Santos Inocentes
Como un símbolo de paz coloquen sus cabezas debajo de Mis Manos para que Yo los pueda bendecir.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Hoy estoy aquí como Jesús Misericordioso para que recuerden la importancia de esta misión que el Padre le encomendó para el fin de los tiempos.
Ahora sientan Mi rayo blanco y Mi rayo rojo.
Yo soy la justificación y la sanación para las almas y, de la misma forma, Yo soy la Sangre que todo renueva y purifica.
En este segundo día, el segundo Trono de Dios se ha aproximado a través de Mi Sagrado Corazón y del Arcángel Rafael, que ha venido en Mi compañía para glorificar este momento y por la redención de la humanidad.
Mientras el Arcángel Rafael los contempla en nombre de todos los Padres Creadores, busquen unir vuestros espíritus a la esencia de la Cura cósmica que proviene de los Universos mayores, aquellos que tienen fe y fidelidad a los planos mayores, a los planos superiores de consciencia desde donde todo surge en la Creación.
Recemos para nuestro Padre, que está atento a la voz de todas las súplicas. Repitamos:
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Escuchamos trece campanadas a pedido de nuestro Señor.
Observen y sientan con amor todos los prodigios que Yo les traigo desde el Cielo, porque si en verdad las almas se sumergieran en Mi Misericordia, la maldad del mundo ya no existiría y no sería necesario sufrir.
Yo vine a ustedes a través de Mi encarnación en Tierra Santa. Nací como Luz de Dios para el mundo y derramé esa Luz de Dios para todos sin excepción.
Quiero que aprendan a beber de esa Fuente de Luz, que reúnen todos los Padres Creadores en el Universo y, que glorifican el Santo Nombre de Adonai eternamente.
Abracen esta oportunidad de redención y sientan, compañeros, cómo vuestras amarras se liberan, el pecado es purificado y la paz despierta en los corazones que escuchan Mi Voz.
Hoy vengo con la potestad de todo el Universo para el mundo entero y para las almas presentes y no presentes, visibles e invisibles, que necesitan encontrar la luz para poder abrir su corazón y reconocer la presencia del Rey que se hace visible entre las dimensiones, en cada esencia interior, que acoge con amor cada una de las palabras.
Hoy estoy como Jesús Misericordioso Solar. Traigo la sabiduría para todos, la consecuencia de poder cumplir con el Plan y de manifestar las obras de Mi Padre, así como están escritas en vuestros corazones y almas para esta tarea de fin de tiempo.
Ustedes, compañeros, tienen esta parte que cumplir. Otras almas deben hacer otra parte del Proyecto, que está intentando ser concretado a través del servicio de las almas que se donan a Mi Corazón por medio del despertar de los corazones, a la Sagrada Liberación Divina que los congrega.
Hoy vengo en la expresión infinita de Mi Misericordia y por la Misericordia de todos los Padres Creadores, los arcángeles, que intentan elevar este momento como una bendita ceremonia de purificación y de luz, de redención y de paz para todos los espíritus de la Tierra.
Así como Yo entré en Jerusalén y muchas cosas sucedieron, hoy Mi Padre concede a través del Corazón de Su Hijo Amado, un tiempo de paz en los corazones frustrados, en las almas que hacen las guerras y que desvían el Proyecto de Dios por sus acciones.
Hoy estoy aquí por todos, por cada uno de los hijos de Mi Padre, por los que Me responden y por los que no Me responden, por los que abrazan Mi llamado y por los que niegan Mi llamado, porque así Mi victoria se dará y Mi adversario será derrotado, cuando los corazones acepten Mi convocatoria. Está en ustedes el cambio del destino de todo el planeta, así como también está la responsabilidad en toda la humanidad.
Si doce consciencias que en el pasado estuvieron Conmigo consiguieron cambiar los acontecimientos de todo el planeta, ¿qué podrían hacer miles de ustedes, aferrados a Mi Fe, unidos a Mi Corazón, para que todo mal se extirpe en los corazones ignorantes que no ven la Luz?
Si cada uno cumple con su parte, a pesar de lo que suceda, no habrá por qué temer.
Den con amor todo lo que puedan dar y no se restrinjan, no cierren vuestros corazones ante las ofensas sino acojan vuestras lecciones como un acto de humildad y de pacificación, para que al fin, compañeros, la humanidad cumpla el nuevo patrón, la nueva vida sobre la Tierra en los corazones obedientes a Dios y a Su cambio.
Como fue en una Sagrada Semana anterior, conquistaré a siete intenciones, no para revelar la curiosidad y la propia voluntad sino para guiar a los espíritus hacia el Proyecto que Mi Padre tiene previsto para estos tiempos, a través de todas Sus jerarquías y criaturas, que se reúnen en el nombre de la Luz y de la Verdad.
Por eso prepararán, como una vez se los pedí, una cesta dorada para el día de mañana, escribirán vuestras intenciones. Y si pudieran dar un paso mayor, escriban la intención de vuestros hermanos, de vuestros familiares o conocidos y no las propias, así podrían estar en el escalón de la fraternidad y de la hermandad entre todos los seres, poniendo la atención en el que más necesita de una palabra de salvación.
Hasta el final de los días de este encuentro Yo rezaré por cada una de esas intenciones, porque es lo que se Me ha permitido. Y si confían en Mi Misericordia, esas intenciones se cumplirán y no habrá ningún nudo que se oponga a que todo se pueda concretar en el nombre de la Paz.
El Padre Eterno está presente a través de Mi Espíritu para que el mundo despierte a su gran llamado de redención y de conversión, de comunión con el Hijo Primogénito y con la Santísima Trinidad.
Hoy bendeciré los elementos, pero especialmente a los niños que han venido a Mi encuentro en nombre de todos los niños del mundo, especialmente de aquellos que son enterrados en los desiertos en esta hora aguda del planeta.
¿Será que ustedes, compañeros, por un instante sentirían Misericordia por esas cosas y no por ustedes mismos?
Yo necesito que caminen a Mi lado de otra forma y con otra perspectiva, haciendo madurar la consciencia y el corazón en la verdadera necesidad planetaria que Yo los invito a vivir Conmigo, como Mis apóstoles.
Tráiganme aquí el incienso para santificar la Mesa de Dios.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
A pedido de Cristo escucharemos Pater Noster, uniéndonos al Espíritu del Creador de todas las cosas.
Pater Noster...
A través de los elementos sagrados se encuentra la liberación de los caminos, se disuelven todas las amarras, se abren las puertas internas para que los corazones caminen en confianza hacia Dios y eleven su aspiración hacia lo Alto.
Esta Comunión de hoy, compañeros la ofreceremos por aquellos que deben ser consecuentes con el plan de evolución, y especialmente por los que más necesitan de una intercesión divina.
Mañana quisiera verlos a todos con velas en sus manos, pues Mi Luz debe materializarse frente a ustedes, para que así crean que Yo estoy presente en el nombre del Amor y de la Paz por los siglos de los siglos.
Hoy Mi Corazón glorifica vuestros corazones. Hoy Mi Amor colma a los que más necesitan del Amor de Dios y ese Amor hace reafirmar los votos en aquellos que dicen “sí” a la Voz del Maestro y a Su Sagrada Palabra.
Hoy necesito, compañeros, que sientan la Alegría de Mi Presencia, porque donde está Mi Alegría no está el mal.
En los más pequeños verán el ejemplo de la inocencia que Yo necesito de ustedes, para que pronto en conciencia y en el próximo mundo puedan entrar al Reino de los Cielos.
Mi Corazón se complacía ampliamente en los más pequeños, cuando Yo vivía aquí en el mundo entre ustedes. Mi Corazón se calmaba en los niños ante tanta adversidad; ellos son el regocijo de la nueva humanidad, es el espíritu de la pureza que nunca puede perderse en los hombres y en las mujeres de la Tierra.
Sean como niños y estarán en Mi Corazón, no con infantilidad sino con inocencia, con verdadera pureza y compasión por todos vuestros hermanos, así como ellos aman a todos los que ven en sus caminos.
Por eso hoy, también vengo al mundo desde el Universo de Mi Padre, trayendo esta buena nueva de que los más pequeños, en estos tiempos, son los que se ofertan de corazón para apoyar a la humanidad en esta transición. Busquen la unión con vuestro niño interior y curen el pasado para que él se pueda borrar de vuestra historia.
Mis Rayos de Misericordia permiten multiplicar todos los dones y todas las obras. En los niños, Yo también Me encuentro, dos veces, cuando juegan y cuando sonríen para los adultos.
Yo estoy en todas las cosas, así como Mi Padre está en todas las cosas, porque si así lo creen vivirán la verdad.
Mientras Me elevo en este día de bendición, cantaremos al Hijo Supremo, para que Su Gloria se expanda por los cuatro puntos de la tierra.
Repitamos:
Aleluya, aleluya, aleluya
Misericordia, Misericordia, Misericordia
Jesús yo confío en Ti.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
2.ª Maratón de la Divina Misericordia – segundo día
Hoy celebro desde el Cielo una nueva cena pascual, la Pascua del corazón; porque aquel que en verdad comulga de Mi Cuerpo, recibe el ministerio de la Nueva Pascua del corazón, una Pascua que renueva sus espíritus para apartarlos del pecado constante, y así resucitarlos a la Vida Mayor de las estrellas.
La Pascua Sagrada del corazón es la que todo el Universo comparte Conmigo, y esas grandes pero humildes consciencias viven, en el Tiempo Real, Mi Camino de Cristificación.
Esta Pascua proviene de la esencia de Mi Espíritu y, en consecuencia, de la Suprema Divinidad.
Como Sacerdote Mayor, Yo reúno, en este tiempo terrenal en el que viven, a las esencias que se originaron de las diversas Fuentes de Dios, y por medio de Mi Gracia y de Mi Misericordia Divina conduzco a las ovejas hacia el establo interno de Mi Corazón.
Reunido con los Míos en esta cena les presento, en amor a ellos, a los nuevos apóstoles de la Luz, aquellos que una vez estuvieron Conmigo en Tierra Santa. Estos hermanos, los nuevos apóstoles servidores de Cristo, serán ahora su guía, serán los pastores que prepararán espiritualmente Mi llegada al mundo por segunda vez en este tiempo terrenal.
Hoy, en esta Pascua espiritual, les pido: únanse como renovados apóstoles al ejemplo de los antiguos, para que el amor por la palabra y el amor por el servicio al Plan de Dios despierte en estos Nuevos Cristos que, aunque imperfectos, intentan imitarme.
Yo Soy el fruto maduro de la vid, y de este fruto nace la Sangre de Vida que lava y redime por toda la Eternidad a quien la busca por sobre todas las cosas. Sigan cultivando en sus corazones el camino del apostolado; es hora de que los Míos den el testimonio de la redención y de la conversión que Yo he realizado en ellos.
Recuerden que la humildad los acompañará para que algún día, vacíos de ustedes mismos, surja el nuevo ser redimido que formará parte de la historia de Mi Legado Universal.
Recuerden que algunos conocerán el poder y la grandeza de Mi Reino.
Es tiempo de confiar en Mí, como lo dice la oración. Caminen sin demora hacia Mis Brazos, pues aguardo lavar sus manos y sus rostros para darles de comer de Mi Nueva Pascua Redentora.
Les agradezco por permanecer en Mi Corazón Sagrado durante este día de oración reparadora por el mundo entero. Muchas almas sedientas de Mi Luz fueron recogidas de los abismos del mundo.
Gracias por confiar en Mi Infinita Misericordia.
Bajo la Gracia del Padre, sean bienaventurados.
Vuestro Rey del Amor, Cristo Jesús
Yo Soy la Sangre Renovadora que ingresa en el corazón de todos los seres para darles la Vida Eterna. Yo Soy el Agua que purifica pacíficamente cada interior y, así, enciendo los Códigos de Luz que liberarán a los Míos del pecado.
Por eso la Eucaristía es el símbolo y la alianza fiel que Yo les dejé para que se unan a Mí. Aquel que deja de comulgar Conmigo en la Eucaristía es como si estuviera dejándome de lado. No existe nada más importante que la unión Conmigo.
Mi Obra no podrá construirse en vidas que se parecen a extensiones de arenas movedizas. Mis bases deberán estar fundadas en el pilar de la oración, en el pilar de la Comunión, en el pilar de la Confesión y en el pilar del servicio. Así se erigirá un templo ordenado y alineado con Mis Leyes Crísticas.
Mientras el odre guarde sus reliquias del ayer con recelo, Mi vino nuevo estará esperando en el Cielo para verterse solo en los odres redimidos.
Es tiempo de decidir en qué lugar querrán estar; el establo y el granero ya están abiertos, porque el Agricultor del Cielo estará llegando para separar la paja vieja del trigo bueno y maduro.
La decisión estará en sus manos, y la oración los ayudará a dar el gran salto hacia Mi Sagrado Corazón.
Bajo el Bien del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por vivir Mis Palabras con amor.
Cristo Jesús
Quien, verdaderamente y sin apuros, reza la Coronilla a la Divina Misericordia podrá recibir los preciosos y glorificados Códigos de Luz que Mi Consciencia alcanzó durante Mi agonía en el Huerto de los Olivos, con la Sangre derramada durante la flagelación, durante la dolorosa coronación de espinas y cuando Yo cargué con la cruz de ustedes hasta el Calvario y, además, durante Mi Crucifixión.
Todos esos Códigos ingresarán en el alma que a las tres de la tarde haga uso correcto y con devoción de la Coronilla a la Divina Misericordia. En ese horario no solo rezarán con el corazón, sino que Yo les daré a conocer el poder de Mi Gracia Sublime y así, sus corazones conocerán los pasajes de Mi Pasión paso a paso tal cual Yo la viví.
Ingresen a partir de este momento en la ciencia de Mi Misericordia y sean agradecidos por poder comprender, en estos tiempos de caos, cada uno de los misterios infinitos que guarda Mi Sagrado Corazón.
Si aceptan conscientemente aprender a vivir la vida de oración, sus consciencias superiores estarán disponibles para ayudar en Mi Plan de salvación y, en consecuencia, sus seres más terrenales contarán con el auxilio del espíritu mayor de sus verdaderos seres. De esta forma Yo preparo corazones para que sean obreros del Plan y consciencias que sean servidoras de Mi Padre Eterno.
Hoy les derramo la sabiduría que Mi Consciencia Cristificada guarda para que entiendan que es posible consagrarse a Mi Señor cuando tan solo dicen sí; porque así la voluntad de ustedes se entregará para que despierte en sus corazones la Voluntad Divina.
Bajo la Luz del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por comprender Mis Palabras con el espíritu del corazón.
Cristo Jesús
En cada cuenta de unión, oremos:
Padre Eterno,
Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre,
el Alma y la Divinidad
de Tu Amadísimo Hijo,
Nuestro Señor Jesucristo,
como expiación de nuestras faltas
y las del mundo entero.
Sangre y Agua
que brotaste del Corazón de Jesús
como fuente de Misericordia para nosotros,
yo confío en Ti.
En cada decena, oremos:
Por Su dolorosa Pasión,
ten Misericordia de nosotros
y del mundo entero.
Al finalizar, oremos:
Dios Santo,
Dios Fuerte,
Dios Inmortal,
ten piedad de nosotros
y del mundo entero.
Amén.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más