APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN NAVARRA, ESPAÑA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Queridos hijos, haciendo tres veces la Señal de la Cruz, con reverencia y gratitud, estarán santificando sus vidas, estarán iluminando sus caminos, estarán alcanzando el Propósito de Dios.

Como Madre de ustedes y como Virgen del Carmen, hoy Me presento con esta Faz, también preparando el próximo 16 de julio, día especial en el que la Virgen del Carmen es conmemorada y reconocida como la Madre y Guardiana de todos los consagrados, de todos los que buscan incesantemente alcanzar el camino crístico, seguir las Huellas de Mi Hijo e imitar Su Vida Divina.

Hoy, estoy aquí con alegría, sin esconderles la tristeza de Mi Corazón. Vengo aquí como la Madre del Santo Escapulario a recordarle al mundo esa sublime Gracia, concedida por los Cielos a través de los objetos sagrados; porque las almas necesitan el Santo Escapulario no solo por su protección, sino también por su unión interna con el Reino de los Cielos y, en especial, con el Corazón de Mi Hijo y Mi Inmaculado Corazón.

Hoy, estoy aquí, sobre este lago de Luz, para purificarlos y para consagrarlos una vez más, así como Mi Hijo fue consagrado y purificado en el Río Jordán durante Su Santo Bautismo.

De esa forma, a través de este lago de Luz, vengo a renovar y a restablecer el don de la Paz, una Paz tan necesaria y urgente en estos tiempos de caos; una Paz que muchos corazones pierden día a día, sin poder volver a encontrarla.

Por eso, esto es motivo de vivir en la escuela de la ardiente oración, no solo para que esa Paz vuelva a los corazones desesperados y que han perdido el motivo de vivir en este planeta, sino también para que el don de la Paz, que reverbera incesantemente en el Corazón de Dios, para todo el universo, retorne a este planeta, especialmente a las naciones que están siendo martirizadas y destruidas por la guerra y los conflictos de estos tiempos.

Esa es la tristeza que guarda Mi Corazón por toda la sangre inocente que aún sigue siendo derramada, y que tiene un precio incalculable que nadie puede pagar.

Por eso, queridos hijos, sigan orando de corazón por la paz en el mundo, por la paz en las naciones, por la paz en los pueblos, por la paz en cada corazón humano y en cada familia, porque está llegando el gran tiempo y el gran momento de la dolorosa purificación.

Pero si están en oración Conmigo, unidos a la Virgen del Carmen, les aseguro, queridos hijos, que no perecerán; porque el Fuego del Espíritu Santo guiará sus vidas, iluminará sus caminos y los mantendrá cerca del Propósito Divino de Dios.

Mientras tanto, Mi Corazón Inmaculado y el Corazón de muchas Jerarquías del universo trabajan incansablemente para que esta paz no se pierda en el mundo. Porque si falta la paz en el mundo, queridos hijos, falta el amor, falta la fraternidad y, así, es muy difícil para muchas consciencias erradicar el maligno espíritu de la indiferencia.

Por eso, sigan orando para que no pierdan la sensibilidad de poder ver, delante de ustedes, la necesidad en cada lugar, en cada situación y en cada hermano.

La unión entre las consciencias y, en especial, entre los pueblos y entre las naciones, está siendo socavada, está siendo destruida por Mi enemigo.

Deben saber, queridos hijos, que, de faltar esa paz tan necesaria en estos tiempos, faltará la luz, faltará el amor, faltará la sabiduría y la compasión.

Por eso, que sus vidas sean instrumentos de esa paz, sean puentes para el descenso de las Gracias por medio de la fervorosa oración del corazón.

Les vuelvo a repetir, queridos hijos, que no se cansen, que se mantengan sosteniendo con sus manos la Antorcha de Luz de Cristo y el Estandarte de Su Paz; porque en muchos lugares son necesarios esa Paz, esa Luz y ese Amor para que rescaten a los corazones perdidos, sufridos y olvidados.

Como Virgen del Carmen, vengo a recordarles, pero también vengo a entregarles, a cada uno de Mis hijos, la ciencia de la Gracia concedida a través de los objetos sagrados, en especial del Santo Escapulario.

Porque cada día que pase, las almas inevitablemente necesitarán esos objetos sagrados para poder atravesar estos tiempos con un mayor espíritu de fe y de confianza, no en algo material, sino en algo profundamente inmaterial y espiritual, que estos santos objetos sagrados les proporcionan a las almas.

Así como su Madre Celeste hoy lleva en Su Mano el Santo Escapulario, ofreciéndoselo al mundo; así, quisiera que más hijos Míos lo tengan consigo; para que, en el día de la muerte, las almas estén protegidas y amparadas por el Amor y la Luz de Mi Amado Hijo.

Así, la devoción en los corazones será renovada. Así, las Gracias serán abundantes; porque aquí, en el Reino de los Cielos, está todo para Mis hijos, está la Fuente inagotable de la Gracia de Dios, de Su Amor, de Su Compasión y de Su Misericordia por el mundo.

Las almas necesitan generar esos méritos y ese espacio para que las Gracias de Dios desciendan a la humanidad y las almas sean colmadas por los Tesoros del Cielo.

Hoy, en esta nueva misión que comienza a través de Navarra, en el norte de España, queridos hijos, acompañarán a su Madre Celeste, en esta ocasión, en esta importante tarea para que la paz se establezca en el mundo y especialmente en Europa del Este; para que la humanidad, en esta superficie, deje de usar las armas e intentar conquistar los espacios que no le pertenecen, porque muchos son los que sufren por las guerras y los conflictos.

Es necesario que Europa abra aún más su corazón y no tanto su mente, que busque la unión incesante con Dios, porque así estará en comunión divina y no en indiferencia.

Así, la Virgen del Carmen, por cada lugar que pasa, por cada lugar en el que que peregrina, en cada punto de este planeta, en cada región de esta humanidad, enciende los Tesoros Internos guardados preciosamente por todas las Jerarquías; revelándole al mundo y, en especial, a todos los mundos internos, las Gracias incalculables e inextinguibles que existen en estos Sagrados Recintos de Luz, en donde está todo para que la humanidad comience de cero.

Yo les agradezco por estar hoy aquí Conmigo y una vez más reflejo sobre el espejo de este lago la esencia de Mi Paz, para que la paz esté en el mundo y especialmente en los corazones más necesitados.

Y en nombre de Mi Hijo, como la Virgen del Carmen, Yo los vuelvo a bendecir en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Sigan las Huellas de Luz de su Madre Celeste.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINÁRIA DE LA VIRGEM MARÍA, ROSA DE LA PAZ, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En este día extraordinario, vengo al mundo de una forma especial porque no solo celebramos una fecha especial, sino que su Madre Celeste llega en un momento culminante para la humanidad, momento en el cual todos Mis hijos deben reflexionar y percibir la realidad, más allá de lo que sucede; percibir la realidad interna, lo que las almas están viviendo y atravesando, lo que aún hay que aprender para poder crecer interiormente.

Mi Hijo Me envía, en este día que comienza, no solo para derramar las Gracias sobre el mundo, sino también para bendecir a todos los que lo necesitan. Por esa razón estoy aquí y, en el silencio de Mi Espíritu, llego a la Tierra para que, a través de Dios y de Su Presencia, el planeta sea iluminado.

Abro Mis brazos y extiendo Mis manos hacia ustedes como la Señora del Carmen. 

Este es el día en el que su Madre Celeste intenta llevar a las almas a Dios, especialmente a Mis hijos que están perdidos y sufren. 

En este tiempo, la situación muestra acontecimientos cada vez más inesperados, en los que la humanidad, día a día, tiene que aprender cómo superarse y cómo estar más cerca de Dios, para estar bajo Su Gracia y de Su Misericordia.

Hoy vengo, con este mensaje especial, para decirle a Mis hijos que estoy aquí, en los planos internos, unida en oración y en súplica por el mundo y la humanidad.

Pero aún es necesario hacer mucho más. Este es el tiempo en el que a través de la oración se realiza un gran trabajo interno, en el que las almas pueden recibir los impulsos de Luz que provienen de la Fuente. Estos impulsos los llevarán a tener más consciencia, discernimiento y, sobre todo, sabiduría para este ciclo final.

Hijos Míos, la cura de la humanidad está primero en el arrepentimiento y en la penitencia. Mientras eso no suceda, la humanidad seguirá sufriendo y no encontrará la salida que tanto busca en este momento. A través de la Luz de Mi Corazón, Yo intento abrirles los ojos para que, cada día más, ustedes puedan conocer la Verdad y seguirla.

Yo deseo, como la Señora del Carmen, que recuerden la importancia de llevar consigo el Santo Escapulario, porque en este momento definitivo de la humanidad, ese Instrumento de Dios, ese Objeto Sagrado que proviene de la Gracia Divina, los protegerá y los amparará más allá de todo lo que suceda. Porque son sus almas, hijos Míos, las que deben estar protegidas y resguardadas en el Corazón de Dios, para que así, en este ciclo, estén más cerca de Él, por intermedio de las Gracias que Yo les traigo al mundo.

Mientras estoy aquí con ustedes, contemplo a la humanidad y a todas sus necesidades, que son muchas.

Los invito, hijos Míos, a seguir reforzando su compromiso con la oración y la unión con Dios, porque así, entre el Cielo y la Tierra, se mantendrán los portales abiertos para que pueda descender la paz y la cura a la humanidad.

Sé que es un tiempo difícil para el mundo entero. Mientras la humanidad enfrenta la pandemia, el planeta enfrenta su sufrimiento interno, que la mayoría no conoce ni sabe. 

Por esa razón, hijos Míos, en el último encuentro Conmigo, Yo les revelé el dolor del planeta, que es un dolor milenario que aún deberá ser reparado y reconstruido por las propias manos de Mis hijos en el mundo entero.

Deben dar respuesta y consentimiento a todo lo que Yo les dije la última vez. Así, el planeta, poco a poco, sentirá que la humanidad está queriendo redimirse y reconciliarse con la Creación.

Yo los invito a seguir adelante, a seguir preparándose en estos tiempos definitivos, en los que todo está en juego. Yo que soy su Madre y estoy en el Cielo, los quiero ver en el bien, en la fraternidad y en la paz, para que el mundo siga despertando, siga tomando consciencia de la necesidad del gran cambio que debe vivirse en este tiempo. Ese cambio los llevará a comprender, desde otra perspectiva, lo que verdaderamente sucede y no lo que es apariencia.

Deben colocar su consciencia muy cerca de Dios. Deben abrirse para recibir Sus Dones y Virtudes que, en Nombre de Mi Hijo, los llevarán a vivir los talentos. Así nacerán los Nuevos Cristos, aquellos que llevarán adelante el desarrollo del último tiempo del planeta y prepararán la llegada del Rey Universal.

Hijos Míos, sé que lo que vive cada uno de ustedes es algo definitivo y nuevo. Nunca se enfrentaron a este ciclo de purificación. Es la primera vez que lo cursan y que lo conocen, pero más allá de todo no pierdan su fe y esperanza.

Si su Madre, la Señora del Carmen, hoy está aquí, es por una razón mayor. Mi Hijo Me envía para estar entre ustedes y con ustedes en el tiempo que le resta a la Madre de Dios para acompañar a la humanidad.

Por eso, hay mucho por hacer aún, y este es el gran momento de aprender a servir por medio de la oración en los planos internos, para que todas las necesidades sean suplidas, para que los corazones sean aliviados, para que los que duermen puedan despertar.

En este día especial, bendigo a Mi hija Lucía de Jesús para que, en este último impulso de Amor que recibirá de San José, el próximo 19 de julio, no solo una tarea sea concluida, sino un ciclo sea cumplido con victoria y gratitud.

Desde el Cielo, San José los acompañará y los bendecirá, porque aún lo necesitan, como también lo necesitan sus hermanos.

Demos las gracias al Padre Celestial por haber permitido, durante estos últimos años, la llegada de los Sagrados Corazones al mundo, para que Mis hijos aprendieran a sostener la llama de la fe en el corazón.

Agradezco las oraciones de todos Mis hijos y la unión predilecta que cada uno tiene Conmigo, porque son ampliamente consideradas por Mí, ya que su Madre Celeste, a través de la unión de sus hijos, puede llevar adelante una tarea más profunda en la humanidad y el planeta.

Que la Luz del Espíritu Santo y toda Su Gracia los acompañe.

Hijos, aprovechen estos últimos momentos, son los más definitivos.

Alcen sus corazones y aspiraciones a los Cielos. Dios está pleno de Misericordia para la humanidad, solo que el hombre debe aprender a aceptarla.

Mi Voz hace eco en el corazón que se abre para escucharla, y es allí donde Yo puedo dejar Mi Paz y Mi Luz para el mundo.

La Señora del Carmen hoy bendice a todas las órdenes religiosas, sacerdotes, monjas y monjes para que tengan fuerza y valentía interior de seguir representado a Mi Hijo en el mundo, para que la vida de Mis consagrados sea un puente que pueda llevar las almas a Dios; así como Mi Corazón es un puente de Luz que lleva al mundo entero a Dios.

En gratitud y amor, Yo los bendigo y les agradezco por responder a Mi llamado.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En esta noche, queridos hijos, he demorado en llegar aquí, a este sagrado lugar, por el motivo de que su Madre Celeste, a través de sus oraciones y canciones, ha ayudado a las almas del mundo entero que recientemente desencarnaron y partieron del plano físico hacia otras escuelas del Universo.

Esas almas estaban en sufrimiento por el motivo de que ellas no llevaban algo muy fundamental e importante para estos tiempos, que es el Escapulario de la Paz. Ese sagrado instrumento de Dios que una vez, en Aurora, Yo les revelé y les presenté para que todas las almas del mundo, todos los corazones posibles, pudieran llevar ese sagrado instrumento de Dios, que es para estos tiempos definitivos y difíciles, porque el Escapulario de la Paz no solo protege a las almas que parten del plano físico, sino también protege a las almas que aún están encarnadas, viviendo los aprendizajes de la Tierra, viviendo el fin de estos tiempos.

Es con esa misma Gracia y ese mismo Amor que Yo una vez les revelé en Aurora, en el sagrado naranjal de Casa Redención, que en este día, hijos Míos, les vuelvo a presentar el Sagrado Escapulario de la Paz para que sea valorado y reconocido por todos, como una fuente de salvación y un vehículo de protección incluso para el cuerpo físico.

Hoy les traigo entre Mis Manos este sagrado instrumento, este sagrado objeto de Dios, para que den a conocer al mundo la importancia de llevar este instrumento sobre sus cuerpos y sus almas, para que estén protegidos del caos, de la perdición, de la distracción o de cualquier enfermedad.

Por esa razón, hijos Míos, el Santo Escapulario ha sido presentado al mundo en otras apariciones y tiempos. Así como la Sagrada Medalla de la Paz ha impedido calamidades, ha detenido enfermedades, ha rescatado pueblos enteros de cualquier catástrofe, epidemia o destrucción, por el simple hecho, hijos Míos, de que todos Mis queridos hijos han colocado fe y devoción en las promesas de su Madre Celeste.

Este es el tiempo de tener en cuenta los objetos sagrados, por lo que ellos representan y el valor que ellos tienen. Por esa razón, hoy se los vuelvo a traer para que recuerden que estos sagrados instrumentos de Dios, como el Escapulario de la Paz y la Medalla de la Paz de la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad, son medios por los cuales ustedes estarán amparados por Mi Gracia maternal y suprema, a través de la autoridad que el Padre Celestial Me concedió desde el principio, desde el momento en que Mi Hijo estaba en la Cruz, y Él Me encomendó ser la Madre de la humanidad, ser la Madre de cada uno de ustedes.

Llevando en ustedes el Sagrado Escapulario podrán percibir, hijos Míos, las promesas que Yo he traído al mundo por medio de esos sagrados objetos y que aún están vigentes para toda la humanidad, para todos los pueblos, para todas las razas, en cualquier lugar del planeta, bajo cualquier situación y condición, porque el objeto sagrado, para sus cuerpos, mentes y corazones, es el camino para reforzar la fe del corazón y, sobre todo, la confianza en el Padre Supremo.

Por esa razón, Mi Maternal Corazón y Mi Divina Consciencia tienen una tarea especial a través de los objetos sagrados.

Este es el tiempo de volver a renovarlos y de volver a reconocerlos, con el poder de la Gracia que ellos recibieron para todas las almas necesitadas de salvación, de redención y de cura.

Como en los tiempos anteriores de la Tierra, como en los momentos culminantes de la humanidad, tan semejantes a este tiempo, la Madre de Dios, la Señora del Divino y Santo Escapulario, la Señora del Carmen, hoy se presenta al mundo para que Sus hijos recuerden estas Gracias que una vez fueron entregadas al mundo, para su liberación y salvación.

Cada objeto sagrado que es entregado al mundo son millones de Gracias, promesas, victorias y triunfos espirituales que las almas reciben al tomar contacto con ellos. Pero el objeto es un medio y un camino para encontrar la Fuente de la salvación, de la cura y de la liberación. La devoción de ustedes debe estar en la Fuente, en la Fuente de Dios, que es inmaterial y divina, la Fuente que concibió y concedió para el mundo todas las Gracias que los corazones necesitan para este momento final.

Así como la oración, en este momento, es preciosamente escuchada por el Padre de parte de todos los corazones de la Tierra, también, hijos Míos, los sagrados objetos traen para ustedes, internos y espirituales impulsos que necesitan en este momento para que sus consciencias estén dentro del discernimiento y de la sabiduría necesaria, para saber actuar con cautela, protección y seguridad, para que siempre puedan encontrar la verdad y no se confundan con las apariencias, con todo lo que informa el mundo.

Por medio de los objetos sagrados y en este día del Santo Escapulario, ustedes, hijos Míos, podrán elevar sus consciencias, podrán alcanzar otra dimensión y otra realidad, lejos del caos, de la adversidad y de toda confusión que, en este tiempo, es difundida en el mundo entero.

Cientos de ángeles, que hoy están Conmigo y también llevan el Escapulario de la Paz, esperan que más hijos Míos se coloquen el Santo Escapulario, el sagrado objeto de Dios, sobre sus cuerpos y almas, para que las Gracias inmateriales desciendan en este plano físico y traigan a los corazones toda la paz.

Mientras escuchan Mis Palabras, les pido que mediten, que reflexionen y que perciban el sentido oculto de todo lo que les digo, para que sus consciencias se puedan expandir y puedan tener la misma visión y el mismo discernimiento que, en este momento, les transmite su Madre Celeste.

También vengo en esta noche con un pedido: que todos Mis hijos den valor a los sagrados objetos que, hasta hoy, fueron entregados al mundo por medio de estas apariciones y de otras apariciones de su Madre Divina a través de los tiempos, porque así la humanidad recibirá la Gracia que necesita, recibirá la ayuda que necesita y será protegida por el Sagrado Manto de la Madre de Dios, en estos tiempos definitivos y difíciles.

Aún Mi Corazón Inmaculado está lleno de Gracias para el mundo, Gracias que quieren ser vertidas en los corazones que se abren para recibirlas. Pero deben aprender, hijos Míos, en estos tiempos, a realizar el ejercicio correcto para recibir esas Gracias que desbordan de Mi Corazón Maternal.

Sus peticiones deben estar bajo el bien común de la humanidad y de todos los que están perdidos, para que también se puedan salvar, para que también puedan despertar. Es momento, hijos Míos, de que sus peticiones y pedidos sean por el planeta, por la humanidad, por la evolución de esta raza, por el cumplimiento del Proyecto Humano de Dios para esta parte del Universo.

Así estarán más cerca de Mí, pidiendo Conmigo al Padre, que nuestras esencias sean una, así como nuestros corazones sean uno en la súplica y en la intención más pura del corazón, para que se cumpla la Divina Voluntad.

Con la llegada de Mi Hijo, durante la próxima Semana Santa, su Madre Celeste y el Castísimo Corazón de San José acompañarán esta próxima sagrada tarea, en la que todos son invitados a participar y acompañar de corazón y de verdad.

Con esto quiero decirles, hijos Míos, como consejo, que dediquen el espacio y el tiempo para esa tarea, y que inviten a sus familias y seres queridos, amigos y conocidos, que aún no han despertado al Llamado de Dios para que, por medio del encuentro de esta próxima Semana Santa, también reciban la Gracia y el despertar que necesitan, para que finalmente se posicionen como servidores del Plan y sus errores sean perdonados, sus pecados sean disueltos y las almas se reenciendan en el amor.

Agradezco, desde ahora, que tomen con seriedad este pedido, así como lo han hecho muchas veces.

Cuando estamos separados en este momento crucial de la humanidad, es que realmente comprobamos, hijos Míos, que bajo la omnipresencia de Dios y la omnipotencia de Dios estamos más unidos que cuando estamos juntos, por medio de estos encuentros.

Pero sigo rezando, con todo Mi Corazón, para que los encuentros y especialmente la situación planetaria se armonicen y se equilibren, y las almas, después de este retiro planetario, retomen con más fuerza y con más fe el cumplimiento con Dios, con Su Voluntad, recapacitando en sus vidas, reviendo sus compromisos y tomando consciencia de que llegó el tiempo del cambio de la consciencia, del gran cambio esperado.

La rectitud y la justicia, que en este momento pueda vivir la humanidad, evitará los grandes acontecimientos del Apocalipsis. Por eso, este momento tiene un sentido aún mayor y más profundo del que ustedes conocen.

Este es el momento de que, en la quietud, en la oración y en el ayuno, será posible rever cada una de sus vidas, cada uno de sus actos, para dar lugar a la Voluntad Divina.

Que así sea.

Con este mensaje y este llamado Me despido y les pido que, con el tiempo que ahora disponen, puedan rever este mensaje para que recuerden lo que les pedí al principio sobre los sagrados objetos de Dios, tan necesarios para las almas del mundo; Gracias, promesas y victorias que llegarán a las almas con la ayuda y la colaboración de los que puedan manifestar estos objetos sagrados, por un simple hecho y un simple propósito, por el triunfo de Mi Inmaculado Corazón.

Hoy, queridos hijos, los que Me están escuchando a través de este medio no pueden ver lo que estoy haciendo, pero sí pueden sentir lo que estoy diciendo. Es ahí en donde se encuentra la Verdad.

Quiero que, en este momento, mientras Me elevo al Cielo para esperar junto a Mis ángeles, para derramar las promesas y las Gracias a través del Santo Escapulario, Me vean espejada en sus almas con la imagen que cada uno pueda reconocer de la Santísima Madre de Dios. Así, entraremos en comunión espiritual, universal y esencial.

Por medio de la canción, que ahora Me ofrecerán, confirmen sus votos con el Padre Eterno y con Mi amado Hijo.

Escucharemos: “Mirarte a Ti”.

Les agradezco por responder al llamado, por los sagrados objetos de Dios y por la conscientización de sus vidas en este ciclo, para que toda la Cura y la Luz, la Misericordia y el Amor desciendan sobre el mundo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Yo Soy Nuestra Señora del Carmen, Yo Soy Aquella, hijos Míos, que hace tantos siglos inspiraba el corazón humano a la vida de soledad y de contemplación con Dios.

Yo Soy Aquella que los hacía cruzar los desiertos, esconderse del mundo en cavernas, para encontrarse así con el Creador de todas las cosas y reconocer en Él la esencia de toda la vida, de todas las criaturas.

Yo Soy Aquella que les extiende la mano y que, de una forma muy simple, les promete la vida eterna en el Paraíso de Dios. Soy Aquella que los protege y los consagra con Mi Escapulario de Luz, símbolo de Mi protección y del compromiso de todas las criaturas Conmigo.

Yo Soy Aquella que los invita al silencio, a la contemplación, a profundizar en el propio mundo interior.

Yo Soy Aquella, hijos Míos, que de tiempo en tiempo renueva la oferta a la humanidad para la unión con el Divino.

Hoy, vengo como Nuestra Señora del Carmen, no solamente porque en este día se conmemora esta Divina Faz Mía. Hoy, también vengo como Nuestra Señora del Carmen porque en este altar vi los escapularios que colocaron para recibir Mis códigos de vida y, así, proteger nuevas almas. Quiero que vengan hasta aquí los que colocaron esos escapularios en el altar

Hoy, les agradezco, en nombre de la humanidad, porque confiaron en Mi Corazón; les agradezco, como consciencia humana, porque le están enviando un símbolo a Dios de que aspiran a vivir bajo la protección y la guía de su Madre Celeste. Como Nuestra Señora del Carmen, bendigo estos escapularios para que sean símbolo de la renovación de Mi protección sobre el corazón humano.

A través de estos escapularios, hijos Míos, no solo sus vidas, sino también sus familias estarán protegidas por Mi Manto; y, así, como lo prometí hace tantos siglos, hoy vuelvo a prometerles que, después de esta vida, los llevaré Conmigo a Mi Reino para que sigan aprendiendo a encontrar al Creador y a evolucionar con Él en nuevos mundos.

Hoy, quisiera renovar los escapularios de luz que todos llevan en sus cuellos. Que no se olviden, hijos, de que esos escapularios los unen Conmigo y que ellos van mucho más allá de algo material que llevan sobre sus cuerpos. Cuando usan un escapulario están anunciándole al mundo que confían en su Madre Divina, que confían en Su promesa y en Sus Palabras o que, por lo menos, aspiran a confiar.

Hoy, como Nuestra Señora del Carmen, renuevo Mi protección sobre las naciones del mundo que aún confían en Mí, que piden Mi intercesión todos los días, que aspiran a consagrarse un día y a ser dignas de recibir el Reino de Dios sobre su suelo.

Con este escapulario sobre sus cuerpos, hijos, les pediré que no solo esperen encontrarse Conmigo en otra vida, en la vida eterna, sino también que construyan en este mundo un espacio de paz, de fraternidad, capaz de recibir en sí la vida superior.

Como Yo los amo, siempre aspiro a consagrarlos; por eso, hoy nuevamente los consagraré y los bendeciré para que sean dignos compañeros de Mi Hijo y construyan en sus familias, en sus hogares, cenáculos de oración en donde Cristo se torne victorioso.

En este día, de una forma especial, bendeciré a las familias, a todas las familias que en esta hora Me escuchan; y aquellas que tienen fe en Mi Presencia recibirán Mi auxilio para unir lo que está separado y reconciliar a los corazones que se separaron por la astucia de Mi enemigo o por los errores del pasado. A las familias que confían en Mí, Yo las uniré, para que cumplan el Propósito Divino de construir la nueva familia, la familia universal sobre la Tierra.

Con las palmas de Mis Manos dirigidas hacia la Tierra, derramo sobre ustedes los códigos que alcancé en vida, junto a San José Castísimo y al pequeño Niño Jesús. Que, así como Nuestra Santa Familia, sus familias se tornen sagradas y reconozcan, así, que la vida en la Tierra debe tornarse sagrada, porque dentro de cada ser humano existe algo único: la Presencia del Divino, de Dios Altísimo que silencioso espera poder expresarse.

Con esta Gracia que hoy les entrego, les pediré, hijos Míos, que den testimonio de los milagros que realizaré en sus vidas, no solo con la palabra, sino también con la transformación. Espero que le agradezcan a Dios por todo lo que Él construirá día a día en sus hogares. Que esa gratitud se exprese en actos de misericordia, de servicio, de caridad, de compasión y de unidad con el prójimo.

Que puedan ayudar a otras familias a encontrar a Dios; que puedan ayudar a aquellos cuyas familias fueron destruidas, a los niños que ya no tienen padres, a las mujeres que están solas, luchando inclusive consigo mismas para ser madres de sus hijos.

Con la Gracia que hoy deposité en sus consciencias, lleven la maternidad que Yo alcancé cuando tenía en Mis Brazos al pequeño Jesús.

Hijos, ¿por qué lloran?

Si Yo les entrego una Gracia absoluta, lo mejor que hay en Mi Reino, sonrían como hoy Yo les sonrío a ustedes. Hoy, Mi Corazón se alegra junto a sus almas, por el despertar de sus consciencias. En los tiempos que vendrán, una grandiosa misión los aguarda, como también a cada corazón humano que, en este tiempo, despierta a la Verdad Divina.

Que hoy todos los que Me escuchan se regocijen y se alegren, abran sus corazones y eleven sus almas hacia Mis Brazos; porque de esa forma, hijos Míos, les concederé una nueva vida, el inicio de un nuevo ciclo, y los esperaré firmes para que sean persistentes ante las pruebas que vendrán.

Hoy, coloco en sus manos estos escapularios y les hago una oferta, la de responder a Mi llamado.

Para que aprendan que Mi ejército siempre debe crecer, hoy consagro nuevos Hijos de María, porque en verdad, hijos Míos, las almas ya se consagraron a Mi Corazón, pero a veces demoran en llegar a Mí, hasta que comprenden que, en la Tierra, deben acompañarme. Y en este día, de esta forma simple, los bendigo, los consagro, y los preparo para un nuevo ciclo que comenzará en agosto, ciclo para el cual deberán estar prontos.

Yo los aguardaré, hijos Míos, en esta Tierra Santa, santificada por Mi Presencia, por la Presencia de Mi Hijo y del Casto Corazón de San José. Que, cada día, sus vidas sean santificadas por Nuestra Presencia, porque no solamente estamos aquí, estamos en el hogar de cada uno que nos abre la puerta.

Ahora, canten como Hijos de María y reciban de Mis ángeles la Gracia de la consagración y la bendición eterna.

Les agradezco, y elevaré a los Cielos sus súplicas Conmigo. Pidan, hijos Míos, lo que más necesitan; Yo lo elevaré al Padre y lo colocaré a Sus Pies, para que Él escuche sus plegarias.

Y porque quiero que los grupos de oración crezcan cada día, los congrego y reúno a las almas que deben orar junto Conmigo, auxiliando a la humanidad y a los Reinos de la Naturaleza para que sean salvados a tiempo. Por eso, hoy les pediré que también se consagren a Mi Corazón a Mis nuevas hijas orantes.

Y así, hijos, les agradezco por responder a Mi llamado y porque, en los días que vendrán, estarán a Mi lado. Les dejo Mi Paz y Mi bendición.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Sigan en Paz y permanezcan en Mi Corazón para siempre.

 

Hermana Lucía de Jesús:

Queremos contarles que Nuestra Señora hoy vino como Nuestra Señora del Carmen, con una túnica blanca, un manto marrón, el cabello suelto, las Manos extendidas hacia abajo y escapularios en las dos Manos. Ella vino con el Niño Jesús y, cuando hablaba de la Sagrada Familia, nos mostraba, en un espacio de Su Reino, cómo se aproximaba San José, para realizar juntos una tarea con nosotros.

Cuando María llamó a esos cuatro hermanos, hizo una tarea no solo con ellos, sino con todas las familias que en aquel momento la escuchaban; con las familias de los que están presentes aquí y, como Ella dijo, con la familia de todos los que tenían fe que Ella estaba aquí, que tenían fe en Sus Palabras.

María, San José y el Niño Jesús iban depositando los códigos de la Sagrada Familia en nuestras consciencias para que Ellos puedan ir trabajando en todas las situaciones de nuestras vidas que necesitan de unión, de reconciliación y de paz.

Y después, cuando María llamó a otro grupo de hermanos, Ella quería formar un nuevo grupo de oración y consagrar nuevos Hijos de María, para que aprendamos que Su ejército siempre debe crecer. Ya había sucedido una vez, cuando no hubo consagración de Hijos de María, en que Ella misma los llamó; entonces, hoy Ella volvió a hacer lo mismo.

Queremos dejar, en el corazón de todos, este trabajo que María hizo con cada uno de nosotros. Agradecer mucho la presencia de todos aquí, en el Centro Mariano de Aurora, y también a todos los que nos acompañaron a través de Misericordia María TV.

¡Muchas gracias a todos! Juntos, vamos a agradecerle a María.

¡Somos gratos, Madre, por cuánto nos das!

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Yo Soy la Mensajera Celestial, el Espejo Vivo de la Creación, que trae al mundo los principios perfectos de Dios para la consciencia humana.

Mi Corazón es un Gran Espejo de cura y de redención para la humanidad. En Mi Consciencia guardo el Pensamiento Divino para todos los mundos, para todos los universos.

Mi Corazón Materno abarca no solo sus pequeños corazones, sino muchos otros que pulsan más allá de este infinito.

Yo Soy la Madre de todas las criaturas y de todas las razas porque, en el principio, Mi Vientre Materno era uno con Dios y hoy Me expreso al mundo como un rayo de Luz planetaria, que ingresa en la consciencia del planeta para traerles la redención y la salvación a las almas.

Así como un día, encarnada en este mundo, Yo le traje a toda la humanidad los principios perfectos de Dios, manifestados en Mi Hijo; hoy, en Espíritu y en Divinidad, sigo trayéndoles a todos la perfección de Dios.

Estos principios que traigo entre Mis Brazos son únicos y son vertidos sobre ustedes y sobre todos los que Me escuchan para que puedan expandirlos en esta raza, para que los puedan llevar como una fuente de agua pura a los que tienen sed de la Vida del Espíritu.

Todo lo que les traigo a ustedes, hijos Míos, es para transformarlos en testigos vivos de la Presencia de Dios en el mundo y, por medio de todos los códigos que deposito en sus esencias y todas las verdades que revelo a sus consciencias, puedan servir de fuente de despertar para toda la raza humana.

Porque llegará el tiempo en que los ignorantes se desesperarán por no saber la Verdad y los que tengan una gota de esta Verdad en su corazón serán portadores del mayor tesoro, tanto en el Cielo como en la Tierra.

Cuando la Justicia descienda sobre el mundo, muchos no comprenderán los acontecimientos que vivirán y los que están despiertos deben ser como principios vivos de paz, para que las almas no se pierdan por la incomprensión y por el miedo.

Hoy, les traigo los atributos de los Espejos del universo, porque les revelo que todos ellos se sintetizan dentro de Mi Corazón.

Yo Soy el  Gran Espejo Celestial, que atrae de Dios la perfección y la pureza, y la irradia hacia todos los planetas.

Están ante un misterio divino que no deben buscar comprender, solo siéntanme en sus corazones y, de esta forma, hijos Míos, descubran en su interior que un Espejo de Luz existe y que es conocedor de todos esos misterios.

Quiero activar los espejos internos de las criaturas, pero para eso deben ser puros de corazón, y esa pureza se alcanzará por medio de la oración perseverante de sus corazones.

La oración es el principio de toda transformación verdadera. Es por eso que, a lo largo de los siglos, siempre los invité a la vida de oración; porque este atributo universal, este simple ejercicio, es el que, cuando se realiza con el corazón, abre la puerta a la transformación y al conocimiento de todas las verdades universales.

Después de haber venido tanto al mundo, de haber pedido oración a todas las naciones de este planeta, les comenzaré a revelar, a los que respondieron a Mi llamado a la oración, estos misterios que, en realidad, hijos Míos, son misterios solo para la consciencia de la humanidad, que se abrió a conocer solamente las ilusiones de la vida material y desconoce completamente la verdadera realidad que los aguarda, que aguarda que puedan despertar del sueño en el que viven.

Sé que muchos aún no responden plenamente a Mi llamado y hoy les hablo con la intención de impulsarlos a responder. Por medio del mérito alcanzado por unos pocos, le puedo revelar estos conocimientos al mundo y, así, impulsarlos a todos, impulsarlos a que vivan estos misterios y que ellos dejen de ser misterios en sus vidas porque, en verdad les digo, Mis amados, que es muy simple seguir los pasos de Dios, siempre que esta simplicidad viva en el interior de sus seres.

A partir del momento en el que Me dicen sí y se disponen a abandonar las ilusiones de esta vida, sin dejar atrás lo que construyeron, sus familias y sus hogares, sino solo teniendo como prioridad la Vida del Espíritu, viviendo todo lo que este mundo les ofrece con la certeza absoluta de que todo es pasajero y que la verdad se encuentra después de esta vida o cuando el Reino de Dios se manifieste en el mundo.

Muchos de ustedes no vivirán la Nueva Humanidad, pero Yo los llamo a que sean constructores de este nuevo mundo, que planten las semillas de los impulsos celestiales que Yo les traigo; que les enseñen a sus hijos a amar el Proyecto de Dios, a orar con el corazón y que nazcan siendo conocedores de las verdades celestiales para disipar así la duda y la ignorancia del corazón del nuevo hombre.

Si les enseñan a los pequeños a orar, ya estarán construyendo el nuevo mundo. Disipen el odio, la competitividad, la búsqueda de las realizaciones materiales, del corazón de sus hijos; demuestren, por medio del ejemplo, que la verdadera búsqueda debe ser siempre la concreción de los Planes Divinos. Y así, hijos Míos, estarán colaborando con Mis Planes de Paz.

No permitan que el odio se expanda por el mundo, ni que el sufrimiento se apropie de este planeta, porque hoy están ante un manantial infinito de paz y de redención. Están ante la Puerta de Salvación para esta raza. Pero este manantial, Mis amados, no puede ser derramado solamente sobre este suelo sagrado; depende de ustedes, y de los que Me escuchan, que este manantial pueda llegar a los que tienen sed, a los que viven en la oscuridad y no reconocen la presencia de la Luz en el mundo.

Será solo con el ejemplo que podrán convertir a la humanidad. Si fueran pacificadores, podrían llevar la paz a los que solo viven en los conflictos de la vida material. Pero deben hacerlo sinceramente, con la verdad del corazón y con el esfuerzo permanente de sus almas; porque el enemigo siempre los incentivará a competir, a discutir con el prójimo, a buscar siempre las ventajas y nunca a entregar lo mejor a los demás; pero Yo les enseño que deben amar al prójimo como a sí mismos y, aún más, que siempre deben entregarle al prójimo lo mejor, que deben aprender a servir de corazón, a atraer el Principio de la Fraternidad hacia el mundo y, para eso, deberán vencer todas las tendencias que ya impregnaron sus células y átomos.

Pero si les traigo esta petición es porque se puede manifestar en la humanidad, porque Mis Ojos los ven transparentes y saben de los potenciales que existen en su interior, que muchas veces desconocen.

Mi Corazón tiene la potestad para disipar el mal de sus vidas, pero necesito que Me digan sí. Si realizan un compromiso Conmigo, Yo desataré los nudos que los comprometen con la oscuridad. Necesito que acepten la cura, que acepten vivir la redención que les traigo.

Por eso, hoy llamo aquí a los Hijos de María, que se consagrarán bajo el espíritu de Amor que le traigo al mundo. Hoy les pido, Mis amados, que se alegren y se regocijen en el Espíritu Santo, porque Mi Inmaculado Corazón disolverá los vínculos con el mal y traerá la pureza original que la humanidad ya perdió, para que retomen la misión que un día dejaron atrás.

Que, a partir de esta noche, se comprometan con el bien, con la luz y con el camino de la oración. Que esta consagración renueve la consagración de todos los Hijos de María. Que no se consagren a Mi Inmaculado Corazón solo para tener Mi protección sobre sus cuerpos, porque la verdadera protección que les traigo es para el alma y para la esencia y, más allá de esa protección, los invito a enfrentar el mundo y a sí mismos para asumir un compromiso con el Creador, compromiso que los llevará a no responder nunca más a las iniciativas del enemigo.

Deberán ser perseverantes, porque Dios les enviará muchas pruebas en sus caminos, pero todo eso vendrá para que alcancen la cura de todo el pasado y así equilibren todo lo que un día no hicieron bien.

Si siguen perseverantes en la unión con Mi Inmaculado Corazón y jamás retiran de sus cuerpos esta camiseta por miedo o por vergüenza, Yo jamás permitiré que la Fe, que deposito en sus espíritus, sea disipada por los acontecimientos de la vida. Confíen en Mi Corazón y canten, proclamando su consagración a Mí y que todos se reconsagren en Mi Espíritu Divino.

Estén atentos a Mis Palabras diarias. Que ningún impulso se pierda porque, junto con San José, estamos construyendo la tan esperada Nueva Humanidad.

Pero, más allá de alcanzar una comprensión mental de lo que les decimos, les pedimos un esfuerzo verdadero para vivir lo que ya saben que deben vivir; que, poco a poco, los impulsaremos para que consigan alcanzar lo que pensaron que nunca alcanzarían.

Yo los bendigo y los consagro, comprometo a sus almas con Mi Inmaculado Corazón y así disuelvo todos los compromisos del pasado que los apartaron del camino de la Luz.

Que, como humanidad, se unan a Dios. Sean un ejemplo para los que están perdidos, fuente de paz para los afligidos, fraternidad para los egoístas, amor para los desamparados de corazón. Sean verdaderos, por los que mienten y todos los días engañan al prójimo. Jamás dejen de decirle una verdad a sus hermanos, no oculten sus caminos, que llevan a la Luz; demuéstrenle al mundo que están siguiendo las pisadas de Nuestro Señor. Y, por medio del ejemplo, anuncien que es posible alcanzar los méritos para la transformación en Cristo.

Yo los amo y todos los días les agradezco por intentar seguir los pasos de Mi Inmaculado Corazón.

Los bendigo en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Bendigo este escapulario y medalla para las almas que no saben que son consagradas a Mi Corazón. Algún día, en el Reino de los Cielos, descubrirán el compromiso Conmigo, Me encontrarán en Mi Reino de Paz y aceptarán la redención, por los méritos que generaron, no en esta vida, sino en muchas otras. Quiero que, algún día, revean este momento y sepan que la Madre de Dios tocó estos elementos sagrados para, de esta forma, anunciarle al mundo su consagración a Mi Espíritu Maternal.

Existen muchos misterios que aún no pueden comprender con la mente, pero que comprenderán con el corazón cuando sea el momento.

Todos estos objetos sagrados deben tornarse una fuente de conversión para el mundo. Con ellos, anunciarán Mi Presencia y la Presencia de todos los Mensajeros Divinos. 

Así como los bendigo, bendigo a todos los que los portan en sus cuerpos, protegiendo la esencia, el espíritu y el corazón. Más que anunciar Mi Palabra por medio de ellos, la anunciarán por medio de la vivencia y, será el ejemplo que demostrará que esos objetos sagrados son verdaderamente sagrados.

Bendigo estas imágenes santas, este lugar y a todas las almas que Me escuchan.

Les agradezco.

 

 Canción “Himno de los Hijos de María”.

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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