Martes, 25 de agosto de 2015

Apariciones
APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Yo Soy la Mensajera Celestial, el Espejo Vivo de la Creación, que trae al mundo los principios perfectos de Dios para la consciencia humana.

Mi Corazón es un Gran Espejo de cura y de redención para la humanidad. En Mi Consciencia guardo el Pensamiento Divino para todos los mundos, para todos los universos.

Mi Corazón Materno abarca no solo sus pequeños corazones, sino muchos otros que pulsan más allá de este infinito.

Yo Soy la Madre de todas las criaturas y de todas las razas porque, en el principio, Mi Vientre Materno era uno con Dios y hoy Me expreso al mundo como un rayo de Luz planetaria, que ingresa en la consciencia del planeta para traerles la redención y la salvación a las almas.

Así como un día, encarnada en este mundo, Yo le traje a toda la humanidad los principios perfectos de Dios, manifestados en Mi Hijo; hoy, en Espíritu y en Divinidad, sigo trayéndoles a todos la perfección de Dios.

Estos principios que traigo entre Mis Brazos son únicos y son vertidos sobre ustedes y sobre todos los que Me escuchan para que puedan expandirlos en esta raza, para que los puedan llevar como una fuente de agua pura a los que tienen sed de la Vida del Espíritu.

Todo lo que les traigo a ustedes, hijos Míos, es para transformarlos en testigos vivos de la Presencia de Dios en el mundo y, por medio de todos los códigos que deposito en sus esencias y todas las verdades que revelo a sus consciencias, puedan servir de fuente de despertar para toda la raza humana.

Porque llegará el tiempo en que los ignorantes se desesperarán por no saber la Verdad y los que tengan una gota de esta Verdad en su corazón serán portadores del mayor tesoro, tanto en el Cielo como en la Tierra.

Cuando la Justicia descienda sobre el mundo, muchos no comprenderán los acontecimientos que vivirán y los que están despiertos deben ser como principios vivos de paz, para que las almas no se pierdan por la incomprensión y por el miedo.

Hoy, les traigo los atributos de los Espejos del universo, porque les revelo que todos ellos se sintetizan dentro de Mi Corazón.

Yo Soy el  Gran Espejo Celestial, que atrae de Dios la perfección y la pureza, y la irradia hacia todos los planetas.

Están ante un misterio divino que no deben buscar comprender, solo siéntanme en sus corazones y, de esta forma, hijos Míos, descubran en su interior que un Espejo de Luz existe y que es conocedor de todos esos misterios.

Quiero activar los espejos internos de las criaturas, pero para eso deben ser puros de corazón, y esa pureza se alcanzará por medio de la oración perseverante de sus corazones.

La oración es el principio de toda transformación verdadera. Es por eso que, a lo largo de los siglos, siempre los invité a la vida de oración; porque este atributo universal, este simple ejercicio, es el que, cuando se realiza con el corazón, abre la puerta a la transformación y al conocimiento de todas las verdades universales.

Después de haber venido tanto al mundo, de haber pedido oración a todas las naciones de este planeta, les comenzaré a revelar, a los que respondieron a Mi llamado a la oración, estos misterios que, en realidad, hijos Míos, son misterios solo para la consciencia de la humanidad, que se abrió a conocer solamente las ilusiones de la vida material y desconoce completamente la verdadera realidad que los aguarda, que aguarda que puedan despertar del sueño en el que viven.

Sé que muchos aún no responden plenamente a Mi llamado y hoy les hablo con la intención de impulsarlos a responder. Por medio del mérito alcanzado por unos pocos, le puedo revelar estos conocimientos al mundo y, así, impulsarlos a todos, impulsarlos a que vivan estos misterios y que ellos dejen de ser misterios en sus vidas porque, en verdad les digo, Mis amados, que es muy simple seguir los pasos de Dios, siempre que esta simplicidad viva en el interior de sus seres.

A partir del momento en el que Me dicen sí y se disponen a abandonar las ilusiones de esta vida, sin dejar atrás lo que construyeron, sus familias y sus hogares, sino solo teniendo como prioridad la Vida del Espíritu, viviendo todo lo que este mundo les ofrece con la certeza absoluta de que todo es pasajero y que la verdad se encuentra después de esta vida o cuando el Reino de Dios se manifieste en el mundo.

Muchos de ustedes no vivirán la Nueva Humanidad, pero Yo los llamo a que sean constructores de este nuevo mundo, que planten las semillas de los impulsos celestiales que Yo les traigo; que les enseñen a sus hijos a amar el Proyecto de Dios, a orar con el corazón y que nazcan siendo conocedores de las verdades celestiales para disipar así la duda y la ignorancia del corazón del nuevo hombre.

Si les enseñan a los pequeños a orar, ya estarán construyendo el nuevo mundo. Disipen el odio, la competitividad, la búsqueda de las realizaciones materiales, del corazón de sus hijos; demuestren, por medio del ejemplo, que la verdadera búsqueda debe ser siempre la concreción de los Planes Divinos. Y así, hijos Míos, estarán colaborando con Mis Planes de Paz.

No permitan que el odio se expanda por el mundo, ni que el sufrimiento se apropie de este planeta, porque hoy están ante un manantial infinito de paz y de redención. Están ante la Puerta de Salvación para esta raza. Pero este manantial, Mis amados, no puede ser derramado solamente sobre este suelo sagrado; depende de ustedes, y de los que Me escuchan, que este manantial pueda llegar a los que tienen sed, a los que viven en la oscuridad y no reconocen la presencia de la Luz en el mundo.

Será solo con el ejemplo que podrán convertir a la humanidad. Si fueran pacificadores, podrían llevar la paz a los que solo viven en los conflictos de la vida material. Pero deben hacerlo sinceramente, con la verdad del corazón y con el esfuerzo permanente de sus almas; porque el enemigo siempre los incentivará a competir, a discutir con el prójimo, a buscar siempre las ventajas y nunca a entregar lo mejor a los demás; pero Yo les enseño que deben amar al prójimo como a sí mismos y, aún más, que siempre deben entregarle al prójimo lo mejor, que deben aprender a servir de corazón, a atraer el Principio de la Fraternidad hacia el mundo y, para eso, deberán vencer todas las tendencias que ya impregnaron sus células y átomos.

Pero si les traigo esta petición es porque se puede manifestar en la humanidad, porque Mis Ojos los ven transparentes y saben de los potenciales que existen en su interior, que muchas veces desconocen.

Mi Corazón tiene la potestad para disipar el mal de sus vidas, pero necesito que Me digan sí. Si realizan un compromiso Conmigo, Yo desataré los nudos que los comprometen con la oscuridad. Necesito que acepten la cura, que acepten vivir la redención que les traigo.

Por eso, hoy llamo aquí a los Hijos de María, que se consagrarán bajo el espíritu de Amor que le traigo al mundo. Hoy les pido, Mis amados, que se alegren y se regocijen en el Espíritu Santo, porque Mi Inmaculado Corazón disolverá los vínculos con el mal y traerá la pureza original que la humanidad ya perdió, para que retomen la misión que un día dejaron atrás.

Que, a partir de esta noche, se comprometan con el bien, con la luz y con el camino de la oración. Que esta consagración renueve la consagración de todos los Hijos de María. Que no se consagren a Mi Inmaculado Corazón solo para tener Mi protección sobre sus cuerpos, porque la verdadera protección que les traigo es para el alma y para la esencia y, más allá de esa protección, los invito a enfrentar el mundo y a sí mismos para asumir un compromiso con el Creador, compromiso que los llevará a no responder nunca más a las iniciativas del enemigo.

Deberán ser perseverantes, porque Dios les enviará muchas pruebas en sus caminos, pero todo eso vendrá para que alcancen la cura de todo el pasado y así equilibren todo lo que un día no hicieron bien.

Si siguen perseverantes en la unión con Mi Inmaculado Corazón y jamás retiran de sus cuerpos esta camiseta por miedo o por vergüenza, Yo jamás permitiré que la Fe, que deposito en sus espíritus, sea disipada por los acontecimientos de la vida. Confíen en Mi Corazón y canten, proclamando su consagración a Mí y que todos se reconsagren en Mi Espíritu Divino.

Estén atentos a Mis Palabras diarias. Que ningún impulso se pierda porque, junto con San José, estamos construyendo la tan esperada Nueva Humanidad.

Pero, más allá de alcanzar una comprensión mental de lo que les decimos, les pedimos un esfuerzo verdadero para vivir lo que ya saben que deben vivir; que, poco a poco, los impulsaremos para que consigan alcanzar lo que pensaron que nunca alcanzarían.

Yo los bendigo y los consagro, comprometo a sus almas con Mi Inmaculado Corazón y así disuelvo todos los compromisos del pasado que los apartaron del camino de la Luz.

Que, como humanidad, se unan a Dios. Sean un ejemplo para los que están perdidos, fuente de paz para los afligidos, fraternidad para los egoístas, amor para los desamparados de corazón. Sean verdaderos, por los que mienten y todos los días engañan al prójimo. Jamás dejen de decirle una verdad a sus hermanos, no oculten sus caminos, que llevan a la Luz; demuéstrenle al mundo que están siguiendo las pisadas de Nuestro Señor. Y, por medio del ejemplo, anuncien que es posible alcanzar los méritos para la transformación en Cristo.

Yo los amo y todos los días les agradezco por intentar seguir los pasos de Mi Inmaculado Corazón.

Los bendigo en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Bendigo este escapulario y medalla para las almas que no saben que son consagradas a Mi Corazón. Algún día, en el Reino de los Cielos, descubrirán el compromiso Conmigo, Me encontrarán en Mi Reino de Paz y aceptarán la redención, por los méritos que generaron, no en esta vida, sino en muchas otras. Quiero que, algún día, revean este momento y sepan que la Madre de Dios tocó estos elementos sagrados para, de esta forma, anunciarle al mundo su consagración a Mi Espíritu Maternal.

Existen muchos misterios que aún no pueden comprender con la mente, pero que comprenderán con el corazón cuando sea el momento.

Todos estos objetos sagrados deben tornarse una fuente de conversión para el mundo. Con ellos, anunciarán Mi Presencia y la Presencia de todos los Mensajeros Divinos. 

Así como los bendigo, bendigo a todos los que los portan en sus cuerpos, protegiendo la esencia, el espíritu y el corazón. Más que anunciar Mi Palabra por medio de ellos, la anunciarán por medio de la vivencia y, será el ejemplo que demostrará que esos objetos sagrados son verdaderamente sagrados.

Bendigo estas imágenes santas, este lugar y a todas las almas que Me escuchan.

Les agradezco.

 

 Canción “Himno de los Hijos de María”.