Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN PRZEMYSL, POLONIA (FRONTERA CON UCRANIA), AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 118.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Como los últimos rayos del atardecer, Yo vendré en el final de estos tiempos.

Como el viento que hoy acaricia sus rostros, Yo vendré en el final de estos tiempos.

Como el día que se recoge para mañana comenzar uno nuevo, Yo vendré en el final de estos tiempos.

Y les aseguro que a muchos les costará poder reconocerme, porque Yo vendré con la misma Faz que una vez les revelé a Mis apóstoles en el Monte Tabor, y todo aquello que guardaba su Maestro como secreto en Su Corazón será revelado.

Por eso, hoy Yo les digo: “Estén atentos y vigilantes, porque Mi hora se acerca”, y Mi Presencia Sacerdotal no podrá pasar desapercibida para ninguno de ustedes; porque, así como hoy Yo vengo en Divinidad a encontrarme con ustedes, así Yo vendré en Gloria a reencontrarme con Mis compañeros.

Pero antes de que los cielos se abran y las nubes se aparten, Mi reaparecimiento se dará en el mundo, y esto será gradual en todo el planeta. Porque no habrá lugar en donde Yo no pueda estar, al contrario, el Hijo de Dios podrá estar en todas partes al mismo tiempo y, así, se cumplirá una vez más la Ley de la Omnipresencia en la humanidad y en la Tierra, así como lo fue para el antiguo pueblo de Israel que escuchó de cerca la Palabra de Dios, así como lo fue para los profetas que escucharon el Llamado de Dios.

Mi Retorno dejará de ser un misterio para pasar a ser una revelación.

Y hoy, Yo vengo aquí, a las cercanías de Ucrania, a dar este Mensaje; porque, después de ver tanta sangre inocente siendo derramada en ese país, el Señor de Israel se presenta a esa nación y al mundo entero para anunciarles que, en estos grandes tiempos de tribulación, se acerca la hora del Retorno del Hijo de Dios y, así, se cumplirá la promesa que una vez fue hecha en lo alto del Monte de los Olivos.

Porque, en esa hora, todos los sellos del Libro del Apocalipsis ya estarán abiertos, y el séptimo ángel de los Coros de Dios ya habrá hecho sonar la última trompeta, para que el último sello del Libro del Apocalipsis esté abierto.

La gran puerta de Mi Divina e Insondable Misericordia se convertirá en la gran puerta de Mi Gloria y de Mi Gracia para el mundo entero. Porque, Yo reapareceré a pequeños grupos de almas en el mundo entero, así como lo fue en el camino de Emaús, en donde volví a consagrar y a partir el pan para compartir Mi Glorioso Cuerpo con los Míos. De la misma forma lo haré, como en el tiempo anterior, así podrán reconocerme cara a cara y sabrán que Soy Jesús, el Cristo Glorificado, el Sagrado e Insondable Corazón de Jesús.

Yo vengo a dar este Mensaje de esperanza especialmente a Ucrania; para que su pueblo, al que le fue arrebatada su fe y su confianza en Dios, recupere esa esperanza y esa fe en el Padre, recupere la confianza de ser dignos Hijos de Dios, en el Cielo como en la Tierra.

Yo no Me opondré a las armas, Yo Me opondré a Mis enemigos para convertirlos y redimirlos; así como su Maestro y Señor, durante los tres días en el Sepulcro, mientras Su Divino Cuerpo era restaurado y reparado, la Divina Alma de Jesús redimía, en los infiernos más profundos del planeta, a los que estaban condenados y perdidos, a los que ya no veían la Luz con sus propios ojos. De la misma forma, así lo haré, de una forma tal vez desconocida por la mayoría, pero eso se cumplirá, es Mi Palabra.

Será el gran momento de la redención del mundo, cuando por el precio de la Preciosísima Sangre derramada de Jesús, respondiendo a los Comandos de Cristo, los ángeles de Dios volverán a descender a la Tierra, así como lo hicieron en lo alto del Monte Calvario para recoger, con la Divina y Santa Madre, la Sangre de Jesús.

Así, volverán al mundo para derramar la Preciosa Sangre de Jesús en todos los Sagrarios que fueron profanados y ultrajados en el mundo.

Y así, se restablecerá la Luz en la humanidad y todo comenzará a convertirse, no por obra de un milagro, sino por obra del Espíritu Santo que congregará a los 144 000 de los cuatro puntos del planeta, los llamados Hijos de Dios, los que se han sacrificado por Mí a través de los tiempos y de las generaciones para dar testimonio de Mi Palabra y de Mi Sacerdocio, para todos los que estuvieron Conmigo a los pies del Santísimo Sacramento del Altar para adorarme y reconocerme como el Camino, la Verdad y la Vida.

Así, Yo los reuniré a todos como en el principio, así como en el Edén, Dios reunió a Adán, a Eva y a todas las pequeñas criaturas de los Reinos de la Naturaleza para decirles que deberían amar a Dios por sobre todas las cosas para estar bajo Su Ley, Su Amor y Su Luz. Y así, dentro de Sus Leyes, todos fueran felices como los ángeles son felices en el Reino de los Cielos.

Por eso, prepárense y no duerman. No quiero ver a Mis apóstoles dormidos mientras el Señor llega como un Vigía, como el Guardián de los Portales de la Luz, para decirles que la hora ha llegado en la profunda noche del invierno de este mundo, en la que la indiferencia sustituye al amor, en la que el mal intenta sustituir a la paz.

El Señor del Universo bajará del Cielo, así como los ángeles bajan del Cielo para ayudar a las naciones y hoy, en especial, para ayudar al ángel de Ucrania, para que sea ayudado por las oraciones misericordiosas de todos ustedes; a fin de que el martirio, la esclavitud y la guerra sean disipados de este mundo, a fin de que ninguna arma más sea activada para lastimar al semejante. Esta es la gran causa de Mi Presencia en las cercanías de Ucrania.

Así como los ángeles del Cielo están presentes Conmigo en esta tarde que se recoge, así quiero y deseo que estén también sus corazones y no sus emociones; porque Yo quiero a los corazones imperfectos, pero los quiero verdaderos, a los que se arriesgan a buscar la pureza aun estando en este mundo, a los que no le temen a la superación de sí mismos, a los que no retroceden, a los que no dudan, a los que no son tibios.

Yo busco a los corazones definidos, aunque imperfectos. Busco a los que decidan seguirme hasta el final; porque Mi hora ya está contada, compañeros, y el mundo y la humanidad no pueden continuar como están.

¿Quién seguirá, junto a Mí, cargando el madero de la cruz planetaria?

¿Quién dejará de ser negligente, para ser responsable en Cristo y por Cristo?

Cada vez que Yo vengo al mundo, como en este día, debo recordarles estos principios para que no los olviden; porque el voto de su amor por Mí no podrá disolverse por ninguna circunstancia ni por ninguna situación.

Si no reflexionan sobre todas estas cosas, ¿por qué están aquí?

La Luz de Mi Misericordia aún sigue descendiendo al mundo, aunque no se perciba. Pero en algún momento, esa Luz se recogerá para que la humanidad viva por sí misma su propia definición, así como su Maestro, Cristo Jesús, la vivió en el Huerto Getsemaní.

Que esto no se interprete con un abandono. Dios hace de los corazones imperfectos corazones maduros, corazones consecuentes y disponibles, para que algún día sean corazones incondicionales, que tienen claro, en el centro de su ser, el Propósito que vinieron a cumplir.

Mientras las guerras se desarrollan en el mundo, mientras la sangre inocente sigue siendo derramada bajo la impunidad y el falso poder, mientras millones de niños mueren de hambre y de enfermedad en África, ¿quién será capaz de estar en Mí para siempre?, para que Yo pueda estar en él para siempre, y obrar y trabajar sin nada a cambio, así como Yo lo hice muchas veces en muchos santos, mientras Yo lo necesitara.

¿Comprenden así, en lo más profundo, la vida crística, el espejo que Cristo necesita en la Tierra, a través del corazón humano, para poder reflejar Sus aspiraciones y voluntades?

No vengo aquí a perder el tiempo, vengo aquí como un Mensajero de Dios por una emergencia; porque Mi hora se está terminando, Mis Apariciones se estarán recogiendo, porque es la hora de cada uno de ustedes, compañeros.

Yo los acompañaré en espíritu si Me lo permiten, así como acompañé a Mis apóstoles en el gran tiempo de la evangelización.

¡Oh, herida Ucrania! A pesar de estar siendo cercada, no pierdas la luz de tu fe, pilar sagrado de la confianza; porque vendrá el tiempo de la liberación de tu esclavitud, así como el pueblo de Israel fue liberado. El desierto acabará, la oscuridad desaparecerá y llegará el tiempo de la reconstrucción espiritual y física.

Amadas almas de Ucrania, elévense hacia Mí. Ingresen en las entrañas más profundas de Mi Misericordia, que Yo las aliviaré y las fortaleceré en esta difícil hora. Mis Rayos de Luz y Misericordia están sobre ustedes.

¡Levántate Ucrania y no retrocedas!

Yo estoy aquí para curarte. Yo estoy aquí, Ucrania, como tu Paz.


Nunca se olviden de los que sufren la guerra, porque si algún día ustedes lo vivieran, van a querer que alguien se acuerde de ustedes. Cuando el miedo los abrace y la disociación los perturbe, van a clamar por alguien que ore por ustedes.

¿Ahora, comprenden el motivo de Mi Retorno al mundo?

Que esta próxima Maratón de la Divina e Insondable Misericordia sea una Maratón de oración, que les haga sentir en el corazón la necesidad de orar por este mundo y especialmente por los que sufren las guerras y los conflictos.

Una vez más, estaré atento a la voz de sus súplicas, porque lo necesito. Mis Oídos estarán atentos. Mi Corazón estará atento. El Sagrario de Mi Corazón estará expuesto a todos los que oren Conmigo en esta Maratón de oración.

Quiero saciar la sed de los afligidos.

Quiero calmar el llanto de los niños desprotegidos.

Quiero tener en Mis Brazos a los no nacidos.

Quiero levantar del suelo a los ancianos.

Quiero fortalecer la vida de las madres de la guerra y, en especial, a las madres que viven la guerra en sus familias.

Quiero restablecer la unidad en todos los seres.

Soy el Manantial que quita la sed.

Que vengan a Mí los que están desesperanzados.

Que vengan a Mí los que se sienten solos.

Que vengan a Mí los que han pecado, porque Mi Amor es capaz de transformarlo todo. Yo no los juzgaré con una vara, Yo les enseñaré sobre la rectitud de la Ley, Yo les abriré la puerta de Mi Misericordia, así como Yo les abro la puerta de Mi Insondable Misericordia a Ucrania y a las sometidas naciones de África.

Les estaré agradecido si responden a Mi Llamado, en esta especial e inusual Maratón de la Divina Misericordia.

Recuerden que Mi tiempo está terminando y aún la demanda de este mundo es muy grande.

¿Quiénes serán los apóstoles que se perfilarán para acompañar al Señor sin nada a cambio?

Imparto Mi bendición a Ucrania y al mundo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE EL SEGUNDO DÍA DE LA 111.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente
y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo, Sangre,
Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los Sagrarios de la Tierra;
 en reparación por los ultrajes,
sacrilegios e indiferencias con que Él es ofendido,
y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María,
 os pido la conversión de los pobres pecadores.

Amén.

 

Estoy en silencio para que aprendan a percibir lo más profundo de Mi Ser y, a través de Mí, puedan sentir lo que en este momento siente y vive la Jerarquía, por todo lo que sucede en el mundo. Y esto no Me cansaré de repetirlo porque aún el tiempo de la redención no ha llegado.

Mi silencio habla de algo profundo y espiritual, de Mi meditación y de Mi oración por las almas, porque las almas deben tener fuerza para atravesar el Armagedón; y sé que esta palabra, Armagedón, asusta a muchas consciencias. Pero no habrá otra forma ni otro camino para que, después de la transición del planeta, pueda comenzar de cero una Nueva Humanidad.

El Señor, su Maestro, no es afín al sufrimiento de las consciencias. El sufrimiento de los seres y la agonía de los corazones son los que Yo debo transmutar y purificar, para que las almas confíen plenamente en Mi Amor Crístico y, así, no pierdan la esperanza de poder rehacer sus vidas y consciencias, de recuperar el camino que perdieron hacia el Padre Celestial; porque muchas almas, en esta humanidad, pierden ese camino día a día.

Por eso, estoy en silencio y en meditación, para que sientan la profundidad y la magnitud de Mi Corazón, para que asuman Conmigo los dolores de Cristo, dolores más profundos y desconocidos que los de la Cruz.

Esto los hace crecer interiormente; y ustedes aprenderán a ver la vida de sus consciencias y la de sus hermanos con mayor discernimiento y responsabilidad, sabiendo que este es el tiempo de no desperdiciar las oportunidades del universo, de no volver la vida superficial e indiferente. Esto fortalece la impunidad, que es algo que el mundo desconoce, y que acelera el fin de los tiempos y sus consecuencias.

Porque ahora, a través de Mis propios Ojos, veo cumplirse lo que el Padre Me mostró hace tanto tiempo, lo que Yo les enseñé en Mi Evangelio a los apóstoles durante Mi vida pública, cuando hablaba del fin de los tiempos, de todo lo desconocido que las almas deberían aprender a enfrentar sin perder la fe, aunque les pareciera difícil.

Por eso, ustedes son muy bendecidos, ante los que no pueden ser bendecidos en el mundo. Por eso, a ustedes se les exigirá más, porque deben corresponder a los tesoros que recibieron de Mí mismo; y esas perlas del Cielo, que Yo les He entregado a cada uno de sus corazones, deben darle sus frutos y sus respuestas al Padre.

Yo les hablo de algo profundamente maduro, aunque muchos no están en el mismo nivel ni en la misma escuela, pero Mi Amor Misericordioso no tiene excepciones.

En el fin de estos tiempos, su Maestro y Señor les dará grandes oportunidades a los menos preparados; porque Yo los conozco esencialmente y no Me fijo en lo que es superficial, y en nada temperamental, Yo busco aquel don que el Padre les depositó desde el principio, de la Fuente.

Así, como sabía que llegaría el tiempo del Armagedón, también sabía que llegaría el tiempo de venir a buscar los talentos. A través de los que siguen Mis Pasos y Mi Camino, ese tiempo está llegando ahora.

¿Lo están percibiendo y reconociendo?

Vendré a pedirles esos talentos por una única vez, no podré detenerme en aquellos que no quieren entregar su vida. Dios, como es tan Bondadoso y Misericordioso, tiene un lugar para cada uno de Sus Hijos.

Seguir Mis comandos y Mis directrices, dentro del desarrollo del final de los tiempos, significa mucho más que tener una consciencia madura y responsable, significa más que obedecer y ser fiel.

Seguir Mis comandos y Mis directrices significa estar disponible incondicionalmente, para que Yo pueda obrar a través de los corazones, ante los horrores que se ven en este mundo y en esta humanidad, situaciones que deberán ser liberadas y aliviadas por alguien, por aquellos que se ofrecen a postularse al camino del apostolado, a estar presente donde es necesario y cuando es necesario, donde Dios quiera y cuando Dios lo necesite.

Por eso, Yo les traigo el ejemplo de Mi Corazón Traspasado, un ejemplo fuerte de contemplar en estos tiempos, porque deben tener la valentía de sentir lo que Yo siento y lo que Yo vivo para poder estar tan unidos a Mí como nunca antes lo estuvieron. Porque la unión Conmigo siempre es gradual cuando las almas se animan a vivir su camino de cristificación y de entrega.

Por eso, en esta tarde de Piedad y de Misericordia para el mundo, les dejo delante de ustedes las necesidades del planeta y de la humanidad; los proyectos y las aspiraciones que tiene la Jerarquía en los diferentes lugares del mundo, en donde a toda la Hermandad del Cielo le urge la expresión de los Sagrados Puntos de Luz, reflejados a través de la vida grupal de las Islas de Salvación. Los lugares menos pensados necesitan de esa asistencia espiritual y concreta, por ejemplo, hoy, Medio Oriente.

Imaginen, por un momento que, a través de esos Puntos de Luz, si existieran y se manifestaran por medio de la correspondencia de los Míos, ¡cuántas puertas inciertas se podrían cerrar en el mundo entero!

¡Cuánto más los elementos y los Reinos de la Naturaleza disminuirían su furia y su enojo con la humanidad!

¡Cuánto más se podrían sostener las fuerzas telúricas del planeta, el Círculo del Pacífico!

¡Cuánto más los continentes, a través de los Puntos de Luz, podrían sostener, mínimamente, su conexión con lo Divino!

Podría decirles muchas cosas más que las que les dije hasta ahora. Pero para que todo eso sea posible no es necesario solo de interés o de entusiasmo, no es necesario solo de consciencia, de responsabilidad o discernimiento; es necesario que eso viva en ustedes, en primer lugar.

No quisiera ver a un mundo más destruido de lo que está, una superficie corroída por las fuerzas del caos. No quisiera encontrar a una humanidad reducida, cuando Yo retorne. Pero sé, desde el Huerto Getsemaní, que Yo vendré a cerrar, definitivamente, los infiernos del planeta; y llegaré en ese momento en el que las almas percibirán todo esto claramente.

Por eso, deben orar con más fervor y con mayor consciencia todos los días que vendrán. Deben estar preparados para las emergencias inesperadas, no solo aquí, sino en cualquier lugar del mundo.

Les He podido manifestar y concretar la Fraternidad - Misiones Humanitarias, un impulso tan concreto de la Jerarquía para el fin de estos tiempos, una llave fundamental para cada una de sus vidas, para que su vida material también esté preparada, a través de ese espacio que la Fraternidad - Misiones Humanitarias pudo ofrecerles a todos y al mundo.

No solo estoy hablando de ética, de reglas o de principios fundamentales para sobrevivir en el Armagedón; estoy hablando de que puedan estar profundamente unidos a la Jerarquía, a través del Plan de Rescate que se perfila en el fin de estos tiempos, a través del ejercicio de la Fraternidad - Misiones Humanitarias.

La Jerarquía se ha arriesgado por ustedes, y a Mi pedido, al unirse con otras instituciones y organizaciones del mundo. Y aunque esta Obra y este servicio sean pequeños e insignificantes; en este momento, compañeros, es el lugar que Yo tengo para poder sembrar Mis semillas de Luz en aquellos espacios del mundo en donde ya no existe la luz, el amor ni la paz.

Les daré un ejemplo: imaginen que un día despiertan y todo su alrededor está en un profundo caos y destrucción, ¿qué es lo que ustedes harían? ¿Cuál sería su primera actitud espiritual?

Así, viven millones de personas en el mundo; y esta Obra, que fue formada a través de la Comunidad Figueira, Me ha ofrecido este espacio único en el fin de estos tiempos, para que Yo tuviera la oportunidad de hablarle al mundo.

Nadie está preparado en esta humanidad para lo que llegará. Por eso, les vuelvo a implorar que profundicen en la luz de la oración; y les pido, por caridad, que no solo busquen su propia salvación, que también busquen la salvación de aquel que tienen al lado, todos los días. Así, comenzarán a aprender y a comprender lo que les digo.

Hoy, les adelanto este Mensaje antes del tiempo previsto, porque impredecibles están este mundo y esta humanidad. Mientras muchos más sigan creyendo que nada sucederá, les sugiero que cambien de idea rápidamente, que sean humildes y reconozcan el Armagedón para que nada los tome de sorpresa, así como Mis apóstoles fueron tomados de sorpresa cuando fui apresado en el Huerto Getsemaní. Espero no tener que ver lo mismo en este tiempo.

Pero para Mí es importante, en esta hora, que ustedes puedan crecer conscientemente y madurar, no solo por todo lo que le espera a este país, sino también por todo lo que le espera al resto del mundo.

Aquí, Yo no vengo a dar un Mensaje apocalíptico. No quiero que se confundan, quiero que sean conscientes de la realidad en la cual viven y que, a partir de ahora, todo lo que suceda aquí o en cualquier otro lugar del mundo debería ser tan importante para ustedes como lo es para la Jerarquía, porque eso los formará como verdaderos servidores de Mi Plan.

Necesito sacarlos de ustedes mismos, de una vez y para siempre. Si salen de ustedes mismos, también los demás saldrán de sí mismos y dejarán de lado sus preferencias e intenciones para vivir Mi Voluntad, que aún espera cumplirse en sus vidas.

Así, Yo vengo una vez más a rezar por ustedes y por el mundo. Vengo a decirles que pueden contar Conmigo en cada momento, y que las entrañas más profundas de Mi Corazón están abiertas para que puedan entrar y ser parte de Mi Cuerpo Místico. Y el primer camino para conseguirlo es la adoración, reconociendo la Presencia de su Maestro y Señor a través de Su Cuerpo Eucarístico.

Cada vez será más urgente para el mundo que las almas se postulen para el ejercicio de la Adoración Eucarística, para que los diferentes puntos en la Tierra estén sostenidos por un equilibrio espiritual, sobre todo, el eje de la Tierra que tanto lo necesita.  

Como un testimonio de Mi Amor por los que se esfuerzan, He aceptado la consagración de nuevos adoradores; a los que invito silenciosamente a que se aproximen al altar para que sean consagrados, en este momento, por Mí.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Preparemos, por medio de los sacerdotes, el incienso y el agua para que sean bendecidos por Cristo.

 

Les quiero dar las gracias a cada uno de ustedes porque, con esfuerzo, han colocado un granito de Luz en este mundo, dentro de este árido desierto de sufrimiento y de guerra en la humanidad.

Por eso, hoy los consagro para que Conmigo se comprometan, a través de las futuras adoraciones al Santísimo, a sostener el equilibrio del planeta, de los elementos y de los Reinos de la Naturaleza; para que, en el norte, en el sur, en el este y en el oeste de este mundo, el tiempo de la purificación sea sostenido por ustedes en cada momento de adoración, como en cada momento de oración.

Sus almas caminan juntas hace mucho tiempo, aunque lo desconozcan. Así, caminaron Conmigo por muchas regiones de Tierra Santa; porque ustedes Me buscaron y Me encontraron, Me suplicaron y tocaron Mi Manto, y Yo los sané y los curé.

Hoy, les vuelvo a recordar esto como un tesoro para sus almas y sus vidas; para que confíen que estoy a su lado, aunque muchas veces se hayan sentido solos, golpeados por la tristeza o la desesperación.

Yo les vengo a dar la fuerza y el poder que les da la Eucaristía. Si ustedes están siempre ante Mí, Mi Corazón siempre estará en ustedes, siempre los aliviaré y a través de ustedes podré aliviar sus familias y amigos.

No se olviden de lo siguiente: si el esfuerzo mínimo nunca es hecho, este mundo no podría convertirse.

Cada cosa que puedan sacrificar por Mí será una muestra fiel de que están en Mi camino de apostolado. Es así, que a través de esta consagración y de este tiempo que Yo les dedico a ustedes, porque sé que lo necesitan, les afirmo Mi Amor y Mi Victoria, porque le han abierto la puerta al Señor, para que Yo viva en ustedes, más allá de las imperfecciones. Por eso, estén en paz y confíen.

Todo en la vida tiene un porqué. Todo tiene su hora y su momento. Y Yo estoy aquí para alentarlos y alentar a sus hermanos; porque verán, al igual que Yo, que habrá más horrores en el mundo.

Ofrézcanse plenamente a Mí a través de la adoración del Santísimo del Altar, para que todo sea aliviado en ustedes y en el mundo. Tengo sed.
 

Padre Celestial,
Tú que ves la respuesta de Tus Hijos,
Tú que ves, de cerca,
concretarse la Obra de Mi Amor
a través de las almas,
recibe en Tu Reino esta ofrenda
de los que reconocen plenamente
la Presencia de Tu Hijo en la Eucaristía,
y por este mérito que ellos han generado,
bendícelos y bendice a sus familias,
para que algún día, así como Yo lo espero,
ellos sean un verdadero templo de adoración,
 testimonio de la redención con Cristo.

 


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Que la Paz y la fuerza de Nuestro Señor Jesucristo esté en ustedes.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 102.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mientras las tinieblas hacen sucumbir al planeta, hoy vengo como la Gran Consciencia Solar a dar vida y renovación a las almas, a detener a los infiernos de este mundo.

Hoy, vengo como la Gran Consciencia Solar para que las almas se vuelvan hacia Dios, para que los corazones que no se arrepintieron, se arrepientan.

Hoy, vengo como la Gran Consciencia Solar a traerles cura a los corazones heridos, a darles abrigo a los exiliados y refugiados, a calmar el llanto de los inocentes, de todos los niños de la guerra.

Yo vengo como la Gran Consciencia Solar a despertar a los corazones dormidos, a traer sabiduría a las mentes cerradas, a nutrir con Mi Luz Solar a los espíritus.

Hoy, vengo como la Gran Consciencia Solar a traer esperanza a los que la perdieron, a entregar Mi Amor a los que no lo tienen, a entregar Mi Misericordia a aquellos que no la merecen. Porque Yo Soy la Gran Consciencia Solar que proviene del corazón del universo y que, cruzando dimensiones y planos de consciencia, hoy llega a Europa y al mundo entero para decirles a todos: ¡persistan!, porque el triunfo de Mi Corazón está cerca, aunque en este momento no lo parezca.

Por eso, este es el tiempo de los apóstoles, este es el tiempo de aquellos que darán la vida por Mí, no solo dando testimonio de Mi Palabra y de Mi Presencia, sino dando la vida por Mí donde sea necesario, en el lugar y en el momento que Yo los necesite, porque hay mucho que ayudar en esta humanidad.

Y mientras los conflictos y las guerras se desatan, muchos Ángeles de las Naciones ya no pueden hacer nada. Y el Ángel de la Ira de Dios se quiere precipitar sobre el mundo con más de miles de rayos, trayendo la fuerza de los elementos cósmicos y solares para poder corregir al mundo. Pero, las oraciones de los consecuentes y justos, el servicio de los abnegados e incondicionales, aplacan la furia de ese Ángel del Universo. 

Pero este Ángel no quiere imponer un castigo, sino una severa corrección, ya que el mundo no ha escuchado el Mensaje ni la advertencia del Cielo y las almas siguen viviendo de la misma forma, con los mismos modos y hábitos, como si lo espiritual y lo divino ya no importaran.

Por esa razón, Mi Madre Celestial, como ha sido en estos últimos días, se coloca entre el Ángel y ustedes para poder intervenir. De esa forma, se desata un Juicio Universal, la primera etapa de este Juicio que ya comenzó a vivir la humanidad.

Pero mientras las armas y las ideas de destrucción y de conquista se lleven adelante, ¿quién podrá detener a este Ángel de la Ira de Dios? Porque el mundo, y sobre todo la humanidad, ya vive fuera de la Ley desde hace más de dos mil años, y para muchos Ángeles Creadores, el precio de Mi Sangre derramada parece que no lo justifica.

Por eso, a través de los ángeles que hoy Me acompañan, y en especial el Ángel de Portugal, vengo a implorarle al mundo un cambio en la consciencia y sobre todo en la actitud, porque no conoce las Leyes Superiores y menos conoce las Leyes Divinas.

Necesito que este Mensaje sea difundido en el mundo y que puedan escuchar muchas veces lo que hoy les digo, porque cielo y tierra pasarán, pero Mis Palabras permanecerán en los corazones abiertos y adheridos para ofrecerse a construir el Retorno de Cristo.

Con estos ángeles que hoy Me acompañan, junto con el Ángel de la Paz, imploramos al Padre Celestial para que los méritos de la Misericordia de Cristo sean contemplados, en honor al sufrimiento que Yo padecí por ustedes en la Cruz.

Para aplacar el poder del Ángel de la Ira de Dios, hoy vengo a exponerles Mi Corazón Espinado, gravemente ultrajado por las guerras y conflictos del mundo y, en especial, por las almas que generan las guerras y que se han condenado al fuego del infierno, aliándose a Mi enemigo.

¿Quién hará lo mismo que Yo hice por ustedes?

¿Quién dará la vida por los amigos como Yo lo hice por ustedes?

¿Quién será capaz no solo de tener el corazón pronto para lo que sea o de entregarle algo más al Señor, sino quién será capaz de vivir algo que no merece por amor, por la salvación de la humanidad?

Pero sí les digo una cosa: no sean ingenuos para que no sean ignorantes. El ofrecimiento que Yo les hago es en lo más pequeño y hasta en lo más simple, en los lugares donde a veces sus corazones se resisten a colaborar Conmigo, aunque no se den cuenta de que Me están sirviendo a través de sus hermanos.

Uniendo los esfuerzos que se necesitan en estos tiempos de tribulación, Mi Consciencia Solar podrá ayudar más al mundo y a la humanidad para que la Ley de la Divina Misericordia se perpetúe y se cumpla en las almas más necesitadas de Luz.

Que esta Maratón de la Divina Misericordia, que en estos días están orando Conmigo a las puertas de la reapertura de los Centros Marianos, sea una Maratón de súplica, de ruego y de intervención junto con los Ángeles de la Guarda de cada uno de ustedes, a fin de que esta situación en Europa del Este no se precipite por un absurdo egoísmo de los hombres, por una impunidad que ya no tiene lugar en estos tiempos y que deberá ser erradicada de la consciencia humana para siempre. 

Porque cuando Yo retorne al mundo, en este próximo tiempo, podrán comprender y ver lo que es el verdadero Poder de Dios, que no está basado en la imposición ni en la autoridad; el Poder de Dios que es nutrido en su centro por el Amor Universal que, como una sublime esfera de consciencia, emana sabiduría y discernimiento a todas las dimensiones y planos.

Hoy, estoy en un lugar diferente al que se han acostumbrado a verme. Estoy en otro espacio de la Comunidad Flor de Lys, que es el más importante para Mí, porque representa la casa de la vida consagrada. Por esa razón, les pido, en esta íntima analogía, que recen por todos los misioneros consagrados a Mi Plan de Redención, porque tanto en África como en Medio Oriente y en Europa, algunas almas de esta Obra, que Yo he formado y fundado a través del esfuerzo, se ofrecerán a dar la vida por Mí, más allá de lo que signifique y represente el servicio que Me ofrecerán para el alivio y la paz de los corazones afligidos.

Desde hace dos mil años, cuando era solo un niño en los brazos de la Madre Celeste, cuando fui llevado a Egipto para ser protegido, no solo Nuestra Familia fue la primera familia refugiada del mundo, sino que también Mi Corazón, desde ese momento hasta el presente, siente pesar por el sufrimiento y el dolor de África, que es la próxima etapa, es la próxima misión que, a pesar de la distancia o del momento, invitaré a vivir a cada uno de ustedes para que la deuda espiritual de África sea aliviada y para que nunca más ningún ser humano, en África o en ninguna otra parte del mundo, sea capaz de tirar una vida a la basura, porque el género humano ha llegado a desmerecer la vida hasta ese punto, por su gran ignorancia y hasta por su gran maldad, por no conocer la esencia de la vida.

Quisiera que tuvieran presente Mi aspiración de que cuando se abran las puertas para las misiones en África, existan manos, brazos y piernas que se ofrezcan a caminar por ese continente para rescatar a los inocentes y perdidos, a los que son descartados en los basurales del mundo.

Si supieran qué es lo que siente el Padre cuando una vida es descartada o abortada, les aseguro que nadie sería capaz de hacerlo, porque desafiaría su evolución y hasta su destino, desviando su propósito del Camino de Dios y asumiendo una deuda espiritual impagable, que solo Mi Divina e Insondable Misericordia puede curar.

Teniendo consciencia de esto y colocando esta situación en esta Maratón de la Divina Misericordia, los invito una vez más a abandonar sus pequeñas miserias, a dejar atrás sus resistencias e incomprensiones y a colocar la consciencia madura en donde verdaderamente existen el sufrimiento y el dolor en el mundo, para que puedan crecer como apóstoles conscientes y disponibles para servir donde sea necesario y cuando sea necesario.

Yo les aseguro, como la Gran Consciencia Solar, que si más almas pusieran atención en todo esto, no habría razón de que existieran guerras, exilios, hambre, sufrimiento, locura o hasta adversidad, porque todos serían más fraternos, unos con otros, y siempre serían impulsados por el Amor de Dios que a través de los tiempos ha golpeado la puerta de sus corazones, ha llamado a sus almas innumerables veces para poderlos despertar a la Verdad, una Verdad que ha sido sepultada en la consciencia del mundo.

Por esa razón, solo con Mi Retorno muchas situaciones serán reparadas y exorcizadas, y un nuevo Gobierno Espiritual emergerá del corazón de todos los que tuvieran fe en Mí hasta el fin de los días, para que aprendan a vivir en comunión con el universo y con la Confraternidad, sin necesidad de seguir perdiendo el tiempo y la oportunidad de elevar la consciencia de todo este planeta hacia la cuarta dimensión. 

Porque cuando tengan la Gracia de ver en la cuarta dimensión, no solo comprenderán la Pasión de Cristo, sino también comprenderán en qué punto se encuentra la humanidad en este momento, un punto de inflexión que se vuelve irreversible.

Por eso, no dejen de orar; que sus labios no se cansen de orar y de pedir a los ángeles del Cielo que intervengan todo el tiempo, porque no solo las almas deberán ser protegidas de la guerra, de la impunidad y del asedio, sino también los más inocentes y pequeños deberán ser protegidos y amparados de ser descartados por sus propios padres en los basurales del mundo.

Si muchas más naciones en el mundo se aferran al ideal de la ley del aborto, ¿cómo se justificará que más guerras no deban suceder o que bombas nucleares no deban activarse?

Después de 1945, con la gravísima deuda espiritual de los Estados Unidos a través de la bomba atómica, la humanidad demostró al universo que sabe autodestruirse y que impuso a través de sistemas corruptos la comercialización e instrumentalización de las armas, para justificar la supuesta libertad de los pueblos y de las naciones.

Pero, compañeros, despierten, estamos en el fin de los tiempos. Desde el Huerto Getsemaní, cuando bebí el cáliz por ustedes y por la humanidad, no esperaba, se los confieso, que el mundo llegara a este momento y que fuera capaz de ir tan lejos, más lejos de lo que fue hace más de dos mil años atrás, crucificando a su Mesías, martirizando al propio Dios, Aquel que los creó desde el origen.

Por eso, una vez más, ese propio Dios, que se hizo carne y se hizo hombre a través de Su Hijo, vuelve a decirle al Padre: “Perdónalos, porque no saben lo que hacen”.

Es hora de estar en las filas del Armagedón, porque mientras pasa el tiempo, no solo el tiempo termina, sino que los acontecimientos se precipitan y las personas no cambian.

Que la Verdad Suprema penetre todos los espacios y consciencias, a fin de que el sacrificio del Hijo de Dios y toda Su Sangre derramada en el camino del Calvario hasta la Cruz justifiquen las atrocidades de estos tiempos, alivien el llanto de los niños y, especialmente, de los no nacidos, para que la Santísima Virgen María restablezca el espíritu del amor maternal en las consciencias que hoy ya no saben amar, para que la vida sea respetada y amada, para que la vida de los inocentes ya no sea descartada, para que la pobreza en muchos lugares del mundo ya no sea la causa de desesperación y de falta de paz.

Que la verdadera Justicia, que proviene de la Fuente Divina, equilibre la balanza de la desigualdad. Porque Mi gran deseo es no escuchar ya el llanto de los niños de la guerra, el llanto de los inocentes descartados en los basurales del mundo.

Aprendan a amar la vida y algún día aprenderán a apreciarla. Mientras la vida sea utilizada como justificación para generar la muerte o la impunidad, el mundo no alcanzará la cura de todas sus enfermedades. Por eso, agradezco a los que han sido conscientes hasta ahora y, semana a semana, han rezado por los no nacidos. Allí está la respuesta de por qué el mundo está como está. 

Y, aunque Mi Corazón y el Corazón de Mi Madre se desgarren por dentro, así como Mi Corazón fue desgarrado en lo alto de la Cruz, Nuestro Amor es inconmensurable e incomprensible, porque viene a dar vida a lo que está muerto en aquellos que creen estar vivos.

Oremos al Padre Celestial. 

Que cada uno haga su oración al Padre, en lo más íntimo de su ser, en el silencio del corazón. Los escucho.

Que sus almas oren al Padre Celestial para que todos los errores reciban la expiación que necesitan.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Repitamos la oración que Jesús nos enseñó:

 

Ángel de la Ira de Dios, 
calma Tu corazón dolido,
recibe el fuego de nuestro amor
y establece la paz.
Amén.

 

Vayan en paz, meditando sobre Mis Palabras y concretando Mis aspiraciones.

Sean bien conscientes de esto, para que no sea un Mensaje más, sino la proyección de una próxima etapa que todos son llamados a vivir.

Les agradezco por tener el coraje de escucharme.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.  

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SAGRADO LLAMADO

Reverenciamos.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Oración: “Padre Nuestro”.

Vengo al mundo con Mi Gobierno Espiritual, Celestial y Divino para poder renacer en el corazón de los hombres, en la vida de todas las almas que Me dicen sí. 

De esa forma, no hay nada que los separe de Mí, no hay mal que pueda prevalecer, no hay obstáculo que pueda reinar, porque aquel que cree en Mi Nombre será bendito, será llamado “hijo de Mi Padre”.

Para esta Natividad que se aproxima, la Natividad de vuestro Maestro y Señor, deseo ardientemente, por medio del Fuego de Amor de Mi Corazón, que todos sepan en este momento que aún tengo gran sed por las almas; y Mi Corazón, repleto de Misericordia y Bondad, agoniza día a día por no poder derramar Mi Luz y Mi Amor en los corazones.

Después de mucho tiempo y bajo esta coyuntura espiritual de la Natividad de vuestro Maestro y Señor; hoy sí, puedo derramar Mi Amor y Mi Bondad en sus corazones; hoy sí, puedo abrazar a sus almas, contemplar el espíritu de cada compañero Mío y esposarlos Conmigo en esta sagrada alianza con el Redentor.

Le digo al mundo que no pierda la esperanza, que fortalezca la fe. Los tiempos son muy duros y difíciles, pero Mi Reino Celestial se aproxima a ustedes para elevar sus consciencias, para elevar sus corazones, para que Cristo vuelva a renacer en el corazón humano.

No le teman a sus purificaciones y pruebas, no se amedrenten. Yo estoy aquí, Soy su Amor Superior, Soy la manifestación de Dios, el Amor Sabiduría expresado ante ustedes como el Rey y Gobernante del universo.

Entren en Mi Corazón, por medio del camino de Luz que hoy les muestro. 

Retornen a Mi Amor para que puedan retornar a la Verdad, porque ante tanta necesidad planetaria, quiero entrar en comunión con aquellos que Me dicen sí; porque piensen por un instante: ¿cuántas veces, a pesar de las circunstancias, de los momentos y hasta de los desafíos, comulgaron de Mí?, ¿cuántas Gracias pudieron recibir a través de los tiempos y de todos los momentos que compartieron Conmigo?

Esto es lo que permite que Yo vuelva a llegar aquí, no solo a Fátima, a la bendita casa de Mi Madre, que es la bendita casa de todos ustedes que están aquí, bajo Su Reino Maternal, sino que también puedo llegar al mundo entero a través de este momento, para atender a la desesperación y a la angustia de muchos corazones que siguen enfrentando este tiempo de Armagedón, este ciclo de Apocalipsis.

Pero confíen, porque Yo ya estoy retornando. Tengan fe que estarán, cara a cara, delante del Maestro del Amor, delante del Maestro del Camino, delante del Maestro de la Vida. Porque lo que deseo ardientemente es estar con ustedes y con sus hermanos, no solo para que vuelvan a escuchar Mi Voz, que es la Voz del Amor del Padre Celeste, sino para que también puedan estar al lado Mío para sentir Mi Consciencia, para comulgar de Mi Espíritu, para recibir la cura y la sanación en todos sus seres.

Por eso, extiendo Mis Manos hacia el mundo para decirles a todos Mis compañeros, a todos Mis siervos, creyentes y devotos del Sagrado y Bendito Corazón de Jesús, que hoy Mi Luz desciende al mundo para disipar las tinieblas de la consciencia, para retirar del infierno terrestre a cuantos están perdidos en la oscuridad. 

Y esto es posible a través de todos los corazones que Me adoran y que Me aman, que son fieles a la sagrada liturgia de la oración, de la Comunión, de los Sacramentos, de la Adoración y del servicio. 

Todo esto atrae méritos incalculables para el mundo, como hoy que Mi Corazón está atento a la necesidad y al sufrimiento de todos Mis hijos de Afganistán, que viven un cautiverio sin precedentes, que viven la prueba más difícil de su nación.

Porque Mi Amor no es solo para los cristianos, Mi Amor es para el mundo entero, Mi Amor no es religión, Mi Amor es sideral, divino y mayor; es un Amor inconmensurable que impulsa a las almas a vivir en la bondad, en la solidaridad y en la generosidad. 

No se olviden de estos tres pilares: bondad, generosidad y solidaridad. Esto permitirá curar al mundo; esto erradicará para siempre la pandemia, porque las almas despertarán a su propósito interior, aquel propósito que fue gestado en la Fuente Suprema, cuando aún cada uno de ustedes era una pequeñísima esencia de Luz en los Grandes Estanques del Universo.

A través de esta próxima Natividad, permitan que en sus esencias resurja el Cristo Interno; porque el Amor está terminando en el mundo, y al acabar el Amor no puede estar presente la paz y aún menos puede estar presente el bien en las almas.

Sigan Mis Pasos con firmeza y determinación.

Así como hoy, puedo renacer en los corazones que me dicen sí, a pesar de sus dificultades y pruebas, ¿no sería maravilloso que, de una vez y para siempre, sean víctimas de Mi Amor y que todo lo que vivan en este momento sea un ofrecimiento sincero de sus corazones, para el triunfo del Retorno de Cristo?

Hay hijos Míos en el mundo, en África, en Medio Oriente y aun en Afganistán que, como fue con el pueblo de Israel, esperan la llegada del Mesías, del Redentor.

Abriendo Mi Corazón para cada uno de ustedes, les revelo Mis más puras intenciones; porque no se olviden que Yo Soy parte de ustedes, que vengo del Padre, así como ustedes vienen del Padre; que somos hermanos, pero también somos hijos del Creador; porque por más que Yo haya ascendido a los Cielos, Mi Corazón es un corazón humano, trascendido y glorificado. 

¿Acaso creen que son capaces de glorificar sus corazones, de ser transformados por la transverberación del Señor?  

No estoy hablando de misticismo ni tampoco de grandes experiencias, estoy hablando de la transformación de la vida por medio de la bondad, la generosidad y la solidaridad que puede vivir cada uno de sus corazones.

Es así que, en vísperas de la próxima Natividad de Su Señor, el Amor de sus vidas, su Pastor, Redentor y Señor coloca a los pies de este mundo Su más pura y soberana intención, Su Divina Aspiración de que las almas vivan el Amor de Cristo, viviendo el amor entre hermanos en generosidad, solidaridad y bondad. 

Esto transformará al mundo rápidamente. Porque es en lo más pequeño y no en lo más grande en donde deben aprender a vivir la Obra de Dios. Y esa Obra es formada por todas las almas, a pesar de sus diferencias o aun a pesar de sus naciones; porque llegó el tiempo de que, en esta Natividad, las almas sean parte del Cuerpo Místico de su Maestro y Señor; a fin de que los impulsos de Mi Espíritu rediman al planeta y transformen a las almas, a través de todos los que se postulen a ser víctimas de Mi Amor.

Por eso, el Padre Celestial sabe que todo lo que les digo es posible. 

Ahora es tiempo de que no solo escuchen Mis Palabras, sino de que sean Mis Palabras en acción, en bondad, en generosidad, en solidaridad para que este mundo se transforme.

La semilla del Amor Crístico hoy retorna a los corazones que la perdieron, porque este momento y este ofertorio realizado por los corazones devotos ha atraído hacia la Tierra esta Gracia y oportunidad.

Sé que en profundidad no comprenderán lo que les digo; pero no se preocupen, porque son sus mundos internos los que tienen que escuchar, comprender y saber todo lo que les digo, es allí en donde comienza el cambio.

Dejando la puerta abierta del Sagrario de Mi Corazón, les muestro la Llama de Mi Espíritu,flameante en el centro de Mi Ser, en donde las almas pueden adorar, contemplar y reconocer la Sabiduría del Amor de Dios. Porque fue ese Amor, como una Llama Flameante del Espíritu de Dios, que concibió no solo a la Creación en el principio, sino también creó a sus esencias a imagen y semejanza de Dios. 

Tengan en su memoria esta imagen, la Llama Flameante de Dios en el Sagrario de Mi Corazón, en el centro de Mi Ser, en el centro de Mi Alma, en el centro de Mi Divinidad.

Que este amor, más profundo y eterno, que hoy les revelo a todos, cure al planeta, restaure a las almas, santifique a los corazones, rescate a los que están perdidos y bendiga a todos los que claman por ayuda espiritual.

Oremos:

Sol de Dios, 
que alumbras la oscuridad de nuestras vidas. 
Espíritu de Dios,
 que liberas las faltas de nuestros seres. 
¡Ven Sagrado Cuerpo y Preciosa Sangre de Jesús!,
para que unidos a Ti, 
alcancemos la eternidad y el paraíso.
Amén.
(tres veces) 
 

En los días 24 y 25 de diciembre de este año, por medio del Inmaculado Corazón de María y de Sus huestes angélicas, el Gobierno del Amor de Mi Universo Espiritual estará descendiendo en todos aquellos corazones que se ofrezcan a rezar por la paz, durante la Vigilia de Oración de Nochebuena y también durante la Aparición del 25 de diciembre.

En esos días, que sus mundos internos estén atentos, porque Gracias especiales podrán descender a las almas y al planeta para aliviarlo de este calvario en el cual vive.

Les agradezco, compañeros y compañeras Míos, por haberse abierto a reconocer, adorar y contemplar la Llama Flameante del Espíritu de Dios, en el centro de Mi Ser.

Y, a través de la poderosa Luz de Mis Cinco Llagas, los bendigo, como Hijo del Sol, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO DURANTE LA 76.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN LA CIUDAD DE BOGOTÁ, COLOMBIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

No hay nada más precioso para Dios que tu vida, porque Dios sabe lo que significa la existencia y la presencia de tu ser en este momento planetario, en el que el mal y el caos colocan todo en riesgo. Por esa razón, Dios conoce profundamente la razón de tu vida y el motivo de tu existencia.

A pesar de que la adversidad quiera sumergir a la Tierra y a toda su humanidad en la ilusión, lo que existe más allá de tu vida y que se llama esencia, para Dios es lo primordial, lo que siempre estará presente a través de los tiempos y de las épocas, aunque tú algún día no vivas más aquí, sino en las moradas de Mi Padre, en donde aprenderás a amar más profundamente todo lo que Él te dio desde el principio.

La humanidad está sumergida en esa adversidad y caos porque no consigue reconocer a Dios en su interior; aun estando Dios en el interior de cada ser, muchas almas no lo reconocen ni lo sienten, hasta que lleguen los tiempos extremos y difíciles en los que Dios se mostrará con todo Su Poder y fuerza para que los corazones se puedan redimir.

Por esa razón, Yo estoy aquí no solo por ustedes que están presentes, sino también por sus hermanos que están en la adversidad y que son arrastrados por esas corrientes de ilusión que vive la superficie de este planeta.

Yo los llevo al encuentro de Mi Corazón en donde existe la Esencia Divina, en donde sus esencias pueden ser renovadas y pueden recibir de lo alto lo que viene de la Fuente mayor que nutre a todas las consciencias, que trae las vibraciones sublimes para que los corazones renazcan en Dios y reciban de Él todos los Dones y todas las Gracias que los harán soportar el fin de los tiempos. Porque verán, compañeros, cosas extraordinarias, cosas que sucederán de la noche a la mañana y muchos no comprenderán lo que estará sucediendo. Por eso, hay que fortalecer su esencia a través del alimento de la oración espiritual, como a través del servicio que pueden entregarles a los que más lo necesitan.

Si Dios quiere que Yo esté con ustedes, así como con aquellos que están en la adversidad y que algún día despertarán fuertemente, nada podrá impedirlo, porque por encima de todo está el Amor de Dios que concede a los corazones Su Divina Gracia, que trae para cada una de sus vidas, el momento importante de la redención.

Las puertas del Universo, que son infinitas y desconocidas, cierran las puertas inciertas del planeta, en donde muchas almas están sumergidas y viven el terror y el dolor de estos tiempos.

Por eso la obra de Misericordia concede la salvación a todos los corazones y esencias. Por medio de este encuentro de oración, muchas almas se vieron beneficiadas y en algún momento de sus vidas, cuando llegue la hora, encontrarán la verdad y no podrán retroceder. Deberán reconocerla y aceptarla porque será un Poder Divino que se mostrará a los que viven en la mayor ilusión mundial, y no les quedará ninguna duda de que es la Presencia de Dios, por medio de Su manifestación infinita en esta realidad universal, que se colocará delante de cada uno de Sus hijos para traerles la oportunidad del arrepentimiento y de la redención.

Por esa razón, hoy no solo ustedes se ven beneficiados, sino millones de almas que no están aquí, que han perdido el sentido de su realidad y el total discernimiento de lo que está bien o no. Por eso, hoy el trabajo es en los mundos internos, en donde Mi adversario no puede llegar, ni entrar. Por eso, él se mueve agitadamente porque está perdiendo parte de su reino, el reino de ilusión que cree tener por encima de todas las consciencias de la Tierra.

Así como Yo lo vencí en la Cruz por siete veces, hoy lo volveré a vencer por siete veces, hasta que su corazón se sienta oprimido y ahogado por la Luz poderosa de Mi Amor, hasta que todas sus estructuras y potestades caigan, así como caerán sus gobiernos y líderes y no quedará piedra sobre piedra.

Como ese momento se está aproximando, las esencias de Dios deben estar despiertas y fortalecidas, en contacto íntimo con el Padre Universal. Porque cuando todo suceda y se presente, sabrán qué hacer y cómo proceder; no estarán sumergidos en la ignorancia mundial, sino que ayudarán a sus hermanos, a aquellos que nunca pensaron ayudar ni socorrer, para que puedan ser rescatados y salvados por la Ley de Mi divina e insondable Misericordia.

Y a través de ustedes, si se ofrecen a estar Conmigo, Yo retiraré con Mis propias Manos, a aquellos que están sumergidos en la ilusión e hipnotizados por la modernidades de estos tiempos, adversas herramientas que solo llevan a la indiferencia global. Yo vendré a sacar a las almas de esa ilusión así como hoy vengo a retirar a ustedes de la ilusión mundial.

Sus esencias prevalecerán por encima de todo mal, estarán en contacto con sus Cristos internos, tendrán las herramientas que necesitan en la hora oportuna para poder proceder y trabajar en Mi Nombre. Pero esas herramientas no serán materiales, sino internas. Herramientas e instrumentos que les proporcionará el Espíritu Santo para poder apartar a las almas del mal y de la adversidad. Por eso, vengo a hacer prevalecer en esta tarde a las esencias internas, porque es allí en donde se realizará el Plan.

Para no exponerlos, compañeros, espiritualmente a todo lo que estoy removiendo en este momento y que es parte de Mi tarea universal, exorcizar al mal más grande del mundo; Yo los elevaré, en este momento, a Mi Iglesia Espiritual, como a todas las almas que están también sumergidas en la ilusión mundial, para que elevando sus vibraciones y corazones reciban los impulsos no solo de Mi Divina Misericordia, sino la Gloria y la Gracia de los Altares de Dios.

Para dar honra a este momento importante en el que las esencias más perdidas del mundo son retiradas de los abismos más desconocidos de la humanidad por las manos de Mis arcángeles y ángeles, escucharemos en este momento el instrumental de Pater Noster para que las puertas de la Iglesia Celestial se abran y las almas se sumerjan en el Océano de Mi Amor, en donde siempre triunfará la Luz. Amén.

Mientras esperan, realicen su oferta interna. No pierdan la oportunidad de que Dios los pueda escuchar en este momento y recibir sus plegarias y sus súplicas como parte de esta celebración en la Iglesia Celestial.

Realicen su oferta interna en este momento, mientras las puertas de Mi Iglesia, con el poder de Su Luz, derrotan a los infiernos de la Tierra.

Nos colocamos de pie para comenzar esta celebración.

Ante la presencia de nuestro Gobernante mayor, Jesucristo, respondiendo a Su pedido y petición, bajo la Luz de la sagrada ciudad de Guatavita que impulsa a los corazones a la redención, comenzaremos la bendición y la consagración de estas almas que se ofrecen para ayudar, servir y colaborar con el más necesitado, con aquel que no tiene nada y que necesita en este momento de instrumentos de amor.

Escuchamos el Pater Noster.

Para consumar esta consagración, vamos a hacer una oración muy simple, ofreciéndonos al Padre Celestial para que Él siempre nos guíe y nos conduzca, no solo a través de Su Amor, sino a través de Su Voluntad.

Estos hermanos que hoy se consagran como misioneros auxiliares, se preparan para dar nuevos pasos, ofrecen sus almas a Dios por intermedio de Su divino Hijo para que Él siempre los conduzca de Su Mano hacia la realización del Plan.

Oración: Padre Celestial (se repite dos veces).

Mi Corazón sacerdotal, en nombre de todos los sacerdotes de la Tierra, los bendice y los consagra por intermedio de Mi Misericordia. 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Pueden ir en paz.

Canción: Pater Noster.

Vamos a hacer en este momento el mismo ejercicio que hicieron los hermanos anteriormente, de rezar la oración al Padre Celestial para que Él no solo nos conduzca a través del Amor, en este servicio por los que más necesitan, sino que Él también nos guíe a través de Su Voluntad.

Oremos juntos.

Oración: Padre Celestial (se repite dos veces).

Que Mi Corazón sacerdotal también hoy las bendiga, para que siempre estén dentro de Mi Gracia y de la eterna donación de sí.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Voy a invitar a las hermanas a que permanezcan allí, para que celebremos la Comunión.

Todos los que puedan, se colocan de rodillas para esta consagración.

En un día tan semejante a este, reuní a los apóstoles en el Sagrado Cenáculo porque sabía que llegaría la hora de que me representaran en la Tierra como Mis apóstoles y soldados, a través de los tiempos y de las generaciones.

Hoy no solo los invito a revivir, compañeros, este Sacramento que es la expresión de un misterio de Amor muy grande que aún la humanidad no ha comprendido, pero sí que muchos se aproximaron a este misterio de Amor, a través del pan y del vino. Por ese motivo, hoy los invito a ingresar en el escenario de la Última Cena.

Para eso, nuestro Maestro está pidiendo el instrumental de "Así habló el Maestro".

Ante las puertas de Su Iglesia Celestial, nos postramos simbólicamente, por intermedio de nuestras almas, para poder recibir los impulsos, los códigos de Luz de esta consagración.

Después de haber lavado las manos y los pies de Mis apóstoles, los reuní alrededor de una simple mesa para celebrar e instituir el mayor legado de amor para la humanidad.

Tomé el pan, lo elevé y di gracias al Padre por el sacrificio que viviría, y el Santo Espíritu de Dios convirtió el pan en Mi precioso y glorificado Cuerpo y enseguida lo pasé a los apóstoles diciéndoles: "Tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados".

Te alabamos Señor y te bendecimos (se repite tres veces). Amén.

Enseguida tomé el Cáliz y elevándolo a Dios en total confianza y amor por el sacrificio que viviría, Él envió a todas sus huestes de Luz, a los ángeles, para que transubstanciasen el vino en Mi preciosa Sangre. Enseguida lo pasé a los apóstoles, diciéndoles: "Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la nueva alianza que será derramada por su Redentor para la remisión de las faltas. Hagan esto siempre en memoria Mía".

Te alabamos Señor y te bendecimos (se repite tres veces). Amén.

Y en unión al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo vamos a realizar la oración que Cristo nos enseñó: Padre Nuestro.

 Mi alegría es poder estar en estos tiempos difíciles y llevar las almas a Dios, para que ellas reencuentren el sentido de estar aquí y de haber venido a cumplir una importante misión por toda la humanidad. Por esa razón, en esta tarde les agradezco, los bendigo y les doy Mi Paz, para que Mi Paz sea llevada a lugares más difíciles de la Tierra en donde la Luz aún no puede entrar.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Nos damos el saludo de paz.

Nos podemos poner de pie.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA  75.° MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN MANAOS, AMAZONAS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Yo soy aquel que salvará a la humanidad en el nombre de Dios y la colocará en un nuevo escalón de la evolución para que reciba la oportunidad de amar así como Yo los amo, de vivir así como Yo vivo, de realizar las obras de Dios como el Padre lo necesita y así traer la cura espiritual para la humanidad.

He aquí Aquel que viene en el Caballo blanco de Dios y anuncia la victoria de la Cruz por encima de todo mal, congrega las legiones del Padre y las reúne, llama a todos por su nombre, así como Dios llamó al antiguo pueblo de Israel.

Hoy las tribus están dispersas por el mundo, pero el Señor del Universo, el Hijo de Adonai, los vuelve a convocar en este tiempo crucial y definitivo porque como ustedes saben, hay algo que hacer por este planeta y por su humanidad.

Antes de que las agujas del reloj de Dios indiquen los últimos momentos de la amnistía espiritual, recen interiormente por las almas que duermen. Imploren, con la fuerza de todo el amor de sus corazones, por los que caminan en los abismos y en la perversión de estos tiempos, por aquellos que transgreden las leyes todos los días y que también lastiman y explotan a los Reinos de la Naturaleza.

Toda la Creación está observando este momento, hoy el Hijo de Dios no está aquí como un Juez, sino como un mediador de la Divina Misericordia, como el abogado de las almas y las esencias del mundo.

Por eso, que en esta hora prevalezca la paz para que las almas tomen las decisiones correctas y sus actos sean consecuentes conforme la Ley lo necesita, porque todavía en este día, el Hijo del Padre, en el Caballo blanco de Dios, aún sostiene el péndulo que traerá con toda fuerza y poder el pago que deberá vivir la humanidad.

Pero Yo morí por ustedes, sufrí por ustedes y padecí por ustedes, di Mi Sangre por cada uno de ustedes hasta el último latido de Mi Corazón. Si ustedes honran, adoran y reconocen este sagrado mérito de su Redentor, la amnistía espiritual será considerada por el Universo.Y todos los padecimientos, sufrimientos, martirios y agonías vividos por su Redentor hasta la Cruz, compensarán los errores cometidos por esta actual raza humana.

Habrá almas sobre la superficie de la Tierra que reconocerán el Legado de su Maestro y Señor, traspasarán los misterios de Dios con la sabiduría, y los corazones reconocerán dentro de sí, la llama y el fuego crístico que todo transmuta, libera y perdona.

Con ese fuego que les traigo desde Adonai, el Hijo del Padre, en el Caballo blanco de Dios, viene a anunciar un tiempo de Gracia extraordinaria que será concedido para los pecadores más empedernidos, para todas las almas que están dentro de los abismos espirituales de la Tierra, que perdieron el camino de Dios que es el camino del Amor universal. Por eso, esta Gracia es concedida ampliamente por la adhesión de los buenos corazones a Mi sagrado e insondable Corazón.

Este Caballo blanco de Dios, el cual hoy cabalgo, es el Caballo blanco del amado Arcángel Miguel, que unidos como una sola consciencia y esencia, venimos a derrotar a los infiernos de la Tierra para que las estrellas más caídas de este planeta tengan un momento de despertar y perciban la realidad que, en este momento, no están percibiendo ni viendo.

La amnistía espiritual no es para volver a cometer los mismos errores. Es para cambiar los errores y transformarlos, es para redimir el ego humano y para que la consciencia pueda ser elevada al plano de Dios.

Con el poder del Arcángel Miguel hoy les traigo el llamado del Padre y de las Esferas Celestiales desciende sobre Amazonia, para que el Sagrado Edén de Dios, amorosamente donado y pensado para cada uno de Sus hijos, pueda ser protegido, y la consciencia humana aprenda a cuidar y principalmente a amar los tesoros ocultos que Dios les entregó en este lugar y que la propia consciencia indígena, los sagrados pueblos originarios, conocen sobre lo que Yo les estoy hablando.

Pero ese conocimiento oculto que viene de Dios, no solamente lo pueden saber los Reinos o los pueblos originarios. Toda la consciencia humana de este lugar y del Brasil debe seguir orando con fervor, como lo viene haciendo hasta el presente, comprometiéndose con ese camino de la vida infinita de la oración para que todo pueda seguir siendo transformado y más oportunidades y gracias no solo sean concedidas a esta nación, sino también al mundo entero.

Hoy Adonai está con Su Libro de Luz abierto y con la pluma de Luz en Su mano espera escribir Él mismo la decisión de Sus hijos. Es así que el Universo espiritual se aproxima y comulga con el Universo material para que las almas tengan la oportunidad de llegar a Él por intermedio del amado Hijo, del mediador y abogado de las almas; a través del buen Jesús que las almas puedan llegar a la Misericordia de Dios, y así escribir en ese Sagrado Libro la decisión interna que fue tomada por cada uno de Sus hijos.

Pero sepan que esto no termina aquí, esa decisión la construirán en el día a día, no solo de una manera espiritual, interna o divina, esa decisión la construirán en sus actos, en sus acciones, en su entrega a la vida, al Plan de Dios, a sus semejantes; porque este es el tiempo de ofrecerse como un instrumento a Dios, así como muchos se ofrecieron a lo largo de la historia humana y fueron testigos de la inmensidad del Amor de Dios, y hasta dónde puede llegar ese Amor infinito del Padre, hasta las situaciones más imposibles y difíciles de la humanidad y del planeta.

Comprométanse ante esta decisión interna que están tomando delante de los portales del Reino de Dios a ser celadores de los Reinos de la Naturaleza, a llevar alivio al sufrimiento que ellos viven, a entregar amor al dolor que ellos sienten y así sus caminos se abrirán, sus problemas terminarán y la sabiduría emergerá para que tomen buenas decisiones de aquí en adelante; sabiendo que aún hay mucho por hacer y que esa historia la seguirán escribiendo después de esta vida, porque sus vidas serán esa historia, parte del testimonio del Amor de Dios, de la redención que vivirán en este tiempo, aun después de la muerte.

Así elevarán también a todos los que están a su alrededor y aunque en el futuro no les corresponda estar en este planeta, sino en otras esferas del Universo, aprendiendo más del amor y de la donación, sabrán compañeros Míos colocarse al servicio del Plan por encima de sus limitaciones.

Su espíritu puede llegar más alto de lo que parece y estar bien cerca de Dios, así como Su Hijo está cerca del Padre. Busquen incansablemente esa aproximación a Dios porque así no solo su vida se elevará, se trascenderá y se transmutará, sino también compañeros Míos, sus familias, conocidos y amigos, también serán ayudados en algún momento de sus vidas; porque Dios se muestra en el momento preciso, de la forma en que sea necesario para que Sus hijos lo puedan reconocer, no solo en la religión sino también a través de los Reinos de la Naturaleza.

Dios está aquí, no solo porque está Su Hijo. Él está aquí primero que Yo y antes que ustedes. Dios es parte de este planeta, Él es la misma Consciencia de esta Creación. Por eso les digo a todos y al mundo entero: ya no ofendan más a Dios, no lo lastimen, no lo sacrifiquen, no lo hagan morir, cuiden a Dios, así como Él cuida de ustedes, en Su profundo e íntimo silencio y así, compañeros Míos, renacerán. Amén.

Este pasaje de Mi Consciencia Divina por este lugar no puede terminar aquí. Por eso, dejaré en este lugar, en esta ciudad, una base operativa de trabajo misionero, así como también un Monasterio de esta Orden consagrada a Mi nombre, para que las almas de esta ciudad y los pueblos originarios reciban la ayuda que necesitan, así como también los que llegan peregrinando buscando una oportunidad y una esperanza.

Es momento, compañeros, de que las Islas de Salvación se establezcan, aquellas que guardarán la síntesis del proyecto de la Creación de Dios, no en un lugar específico, sino en el corazón de las personas, de aquellos que tienen fe en el Supremo Creador.

Ese será un tesoro inextinguible e incalculable, y todos podrán participar de esos tesoros en las acciones de la Misericordia, de la fraternidad, de la bondad, de la providencia, de la manifestación, de la cura, del perdón, de la redención y de la reconciliación.

Por medio de este momento sagrado, concedido por el Padre Eterno, es que también he venido especialmente a Manaos, directamente del Cielo, para consagrar a nuevos misioneros y también para ofrecerles de lo más profundo de Mi Corazón, el mayor Sacramento de la reconciliación y de la unión Conmigo, la Eucaristía.

Con alegría, esperanza y renovación nos colocamos de pie para acompañar este momento de consagración. 

Que la luz espiritual de estos aceites represente el testimonio de la consagración y de la renovación de las almas, así como la cura espiritual que las almas necesitan para dar los pasos.

Ahora llamo aquí a los que son misioneros auxiliares para que reciban la consagración.

Incienso.

Vamos a hacer "Cristo, Tú el Amor'' para acompañar esta consagración.

Ahora vamos a llamar a los misioneros que se consagrarán como misioneros matrices.

"Mi Señor"...

Los que puedan, nos vamos a arrodillar para celebrar la Comunión.

Vamos a escuchar el instrumental "Así habló el Maestro''.

Y ahora, Me he colocado por encima de ustedes para bendecirlos en esta nueva tarea que comenzarán, que es parte y es obra de Mi Divina Misericordia por aquellos que más sufren y no tienen nada, llevando a través de sus gestos de amor y de servicio, la cura tan necesaria y urgente a la humanidad.

Por eso, como a Mis apóstoles, los reúno alrededor de Mi mesa, de Mi pobre y simple mesa, siendo recibidos por el vientre sagrado de la Creación, a través de la naturaleza y de sus Reinos, para poder celebrar no solo la comunión con Mi Cuerpo y con Mi Sangre, sino con la esencia del Proyecto Divino que desde los orígenes, desde el principio los manifestó y los creó por Amor para que fueran felices en Mi Padre y vivieran en Mi Padre, para que lo sirvieran y lo conocieran por medio de la vivencia y de la experiencia en los grados de amor.

Hoy, su paso ante Mí, permitirá el paso de muchas almas más en la vida misionera, para que llegue al mundo el alivio espiritual de la Jerarquía y el despertar de la consciencia en la humanidad.

Por eso, en aquel tiempo, estaba en un lugar semejante a este, reunido con Mis apóstoles; pero hoy haciendo un puente de Luz, entre el tiempo y el espacio, los llevo al momento de Mi última Cena, para que recuerden, para que sientan y para que reconozcan la Voluntad Suprema de Dios. 

En aquel tiempo tomé el pan, lo elevé para que Dios lo bendijera y los ángeles lo transubstanciasen en Mi Cuerpo. Enseguida lo partí y lo di a Mis apóstoles diciéndoles: "Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo, que será entregado por su Redentor para el perdón de los pecados".

Te alabamos Señor y te bendecimos (se repite tres veces).

Comulguen todos, en este momento, de Mi Cuerpo espiritual para que la Iglesia Mística de Dios, por medio del Cuerpo Místico que la conforma en todas las almas, se fortalezca y se expanda con todo el Amor de Mi Corazón para el mundo entero. Amén.

Enseguida tomé el Cáliz entre Mis Manos, elevándolo para que Dios lo bendijera y los ángeles lo transubstanciaran en Mi Sangre, enseguida lo pasé a los apóstoles diciéndoles: "Tomen y beban, este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza, que será derramada por su Redentor para la remisión de las faltas. Hagan esto, siempre en memoria Mía".

Te alabamos Señor y te bendecimos (se repite tres veces).

Unidos a nuestro Señor Jesucristo y a Su Santa Iglesia Celestial, repetiremos en humildad y amor la oración que Él nos enseñó: Padre Nuestro (en portugués).

Yo siempre les dejaré Mi Paz para que la puedan vivir y compartir con sus hermanos, porque la Paz los llevará siempre al Amor, colmará sus espíritus y almas. Así se renovarán y seguirán dando pasos con la confianza y en la fe en Dios, para poder manifestar Sus Planes y sobre todo Su Voluntad. 

Que esta Paz que descendió en los apóstoles, aun después de Mi Resurrección, hoy descienda sobre ustedes para que los dones del Espíritu Santo despierten las virtudes de sus corazones y los haga partícipes del servicio de amor por la humanidad y por la vida eterna. Amén.

Los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Se pueden poner de pie.

En fraternidad y amor, en nombre de Cristo, se darán el saludo de la paz.

Les agradezco por haber estado Conmigo aquí en Amazonia.

El fin de una sagrada reunión llegó, en este momento.

¡Les agradezco!

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 48ª. MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN LA CIUDAD DE SANTIAGO DE COMPOSTELA, ESPAÑA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Escribe en tu corazón Mis Palabras y que ellas no desaparezcan, porque serán Palabras necesarias para los tiempos que vendrán.

Yo Soy tan semejante a esta Luz, que quien Me sigue nunca estará en tinieblas. Feliz será el que siga Mi Luz y la reconozca dentro de sí, porque no perderá la oportunidad de sentir el poder y la fuerza de Mi Amor.

Cuando Mi Luz está presente, no hay tinieblas. Los tenebrosos y los demonios caen a los infiernos, porque Mi Santo Padre, el Arcángel Miguel, los ha derrotado uno a uno. Es por eso que ahora no deben temer por nada, sino por no convertir a sus corazones; conversión que debe ser consecuente con Mi pedido, en este tiempo final, en el que todo se define dentro y fuera de los seres.

Quien busca esta Luz, no perecerá. Quien vive en Mi Luz será luz en las tinieblas en los tres días de oscuridad.

Mi Luz es la esencia del amor y Mi Amor es la esencia de la vida; la vida que Dios nos ha dado desde el principio, a todas Sus criaturas. Bellísima es Su Luz en el universo, porque es triunfadora y no se puede derrotar.

Verán moverse los infiernos. Sentirán la Tierra temblar. Podrán ver cosas espantosas en los tiempos que llegarán, pero sepan que será el momento de la gran definición y estará en ustedes la decisión y la libertad de hacerlo, porque necesito almas que resplandezcan ante Mi Llamado. Necesito guerreros que luchen contra cosas inmensas, contra las cuales nunca lucharon. Por eso, los integro a todos en Mi Luz, que es la Luz eterna de Dios; es la unidad, es la omnipresencia y la ciencia universal.

¡Ay! de aquellos que no entren en la Luz de Mi Corazón. ¿Cómo podrán persistir en estos tiempos agudos?

Yo vengo a dar algo al mundo, en lo que la mayoría no pone atención, sino en lo superficial y mezquino. Verán hombres y mujeres golpearse su pecho por no haberlo hecho, por no haber buscado Mi Luz, la Luz eterna del Creador.

Hasta la última gota de Mi Esencia está siendo entregada. Estoy dando cuenta ante Mi Padre por ustedes y por el mundo. No rechacen ni pierdan esta oportunidad, porque es de las últimas y en ustedes deberán estar vivos todos los tesoros, que mes a mes y de tiempo en tiempo, les he entregado a través de este simple encuentro de oración.

Es hora de que coloquen las llaves del Cielo sobre la mesa y que contemplen con gratitud las Gracias que Mi Padre les ha entregado a través de Mi Glorificado Corazón. Ustedes, si son Mis seguidores, tienen las llaves para abrir las nuevas puertas y no para cerrarlas a los que necesitan cruzar a la nueva vida, a la renovación y a la esperanza. Definan sus caminos, pues el tiempo se aproxima y los invito a ser parte de Mi Luz para que, estando ustedes en Mí, Yo pueda estar en ustedes en cada momento como en cada hora.

Y si Mi Luz está en ustedes, Mi enemigo no triunfará. Él no podrá derrotar a ninguna de Mis almas, a las que a través de los tiempos Yo he convocado para formar parte de los ejércitos del tiempo final, de la preparación del Retorno de vuestro Rey.

Beban de la Fuente de la Luz que hoy les traigo, pues en esencia es Adonai quien con inmensa Misericordia se está donando a sus espíritus, a sus almas y a sus consciencias, por los que no lo aceptan, por los que lo engañan y, especialmente, por los que no lo viven.

Los invito todo el tiempo a ser verdaderos, para que Mi Luz pueda estar en ustedes, porque nada les pertenece. Sus vidas son parte de un Proyecto original que se ha desvirtuado a través de los tiempos y de los siglos.

Vengo a completar, en esta hora, lo que no pude hacer hace dos mil años atrás, porque Mi Padre Me llamó y tuve que ascender a los Cielos para escucharlo, como un buen hijo escucha a su padre y se regocija por sus palabras de sabiduría y de amor.

Quisiera que, de la misma forma, Mis compañeros y Mis amigos, Mis servidores y Mis siervos, escucharan las Palabras de su Señor, de su Maestro, de su Pastor y de su Padre, como si fueran las últimas para esta última era, porque deberán dar testimonio de lo que han vivido Conmigo y podrán ser testigos o no de esta Verdad que Yo les traigo.

Hoy colocarán sus rostros frente a sus enemigos para testimoniar que Yo he estado aquí, en estos últimos años, con ustedes y con todos los que han acogido Mi Llamado en la humanidad.

Por eso, llegó la hora de comulgar no solo con Mi Cuerpo y con Mi Sangre, que es el mayor regalo de Mi Amor y de Mi Sacrificio por el mundo, sino que llegó la hora de que se fundan en Mi Luz y que nunca más salgan de ella, para no perderse en la tribulación que vivirá este mundo y que enfrentará en estos tiempos.

Con toda la Gloria del Cielo les traigo esta Luz que no pertenece a nadie, sino solo a la Fuente Primordial, en donde reina la Unidad y el Amor en todas las criaturas. Que esta Luz resplandezca en los espacios oscuros. Que esta Luz destierre las insignias del mal. Que esta Luz triunfe en los corazones puros y que puedan nacer finalmente los Nuevos Cristos, los nuevos apóstoles, los pacificadores del Redentor.

Esta Luz, que hoy les traigo, proviene de un lugar profundo y sublime, de una dimensión de consciencia desconocida, desde donde su Señor y Maestro del Amor surgió, al igual que Su Santa y Virgen Madre, así como todos los arcángeles y los ángeles que existen en el Cielo y en los universos, y que alaban eternamente a Adonai.

Ustedes son hijos de esta Luz. Despierten, despierten a sus hermanos del hipnotismo mundial. Recuerden que son hijos de la Fuente y que son esencias que vienen aquí a vivir el principio de la redención y del perdón por todo lo que ha sucedido más allá de este plano.

Esta Luz de Mi Corazón les trae la Gracia. Esta Luz los bendice y los renueva, porque les trae la Misericordia y les concede la indulgencia a sus corazones que tanto lo necesitan en todo el mundo.

Si están alrededor de esta Luz, de la Luz de Mi Corazón, no tienen que temer. Difícil será la purificación de sus consciencias, la rendición de sus aspectos humanos y la liberación de sus atavismos. Pero quien está cerca de Mi Luz nunca perecerá, porque será contemplado por el universo al haber sido contemplado por el Hijo de Dios, que cree y tiene esperanza en una Nueva Humanidad curada y redimida de sus errores eternos.

Alcen a los Cielos y espiritualmente, la Luz que existe en sus corazones y esencias. Ofrezcan a Dios esta Luz como reparación y reconozcan que sin esa Luz no pueden hacer nada y nunca podrán ser guiados hasta la meta final.

Dignifiquen sus consciencias y reciban, a través de esta Luz, el bautismo del Espíritu Santo, que debe expandirse por el mundo para las almas que caen en los infiernos de esta superficie planetaria. Y aún más, les digo que esta Luz es concebida también por los ángeles del universo.

Hoy, a pedido de Mi Padre, detengo las acciones del mal en la humanidad y ya no dejaré que los inocentes sufran los ataques del infierno, porque Mi Luz, que es invencible, triunfará.

Dichosos serán los que crean en este misterio porque, tan solo por creer, estarán dentro de Mi Luz sin percibirlo; y en verdad les digo que comulgarán con Mi Corazón hasta el fin de los días, hasta que Me vean venir entre las nubes, en la Gloria de Dios.

Es así que en esta hora detengo la perdición de las almas, la agitación de los infiernos, la injusticia humana y el pecado en los hombres de superficie. Esta Luz concede, en este momento, una instancia de paz para los que más lo necesitan, para los que más sufren, para los que se desesperan y no han encontrado aún ninguna salida.

Hoy han comulgado con el Sacramento de Mi Luz, misterio que le estoy revelando a la Iglesia de la Tierra porque, más allá de la comunión con Mi Cuerpo y con Mi Sangre, pueden comulgar con Mi Luz, y así estarán comulgando con Mi Divinidad.

Escuchen ahora la oración de su Maestro, que se arrodilla ante los altares de Adonai, así como todos los ángeles del Cielo se postran ante la Fuente Primordial. Y de esa forma, con esta oración, ya bendeciré todos los elementos, porque mientras hablo, Mi Energía Divina, que es la Energía de Dios, magnetiza todas las cosas y las transforma en algo sagrado y en culto. Todo se transforma en una gran ceremonia cuando la Luz de Mi Corazón se proyecta en la humanidad.

“Escucha, Padre Eterno, la Voz de Tu Siervo, de Tu Esencia, de un inconmensurable Amor, que se postra ante Tu Trono para suplicarte, para convertir este momento en algo sagrado, puro e inmaculado.

A los Pies de los Padres Creadores, de los Arcángeles, suplicamos con los ángeles del Cielo por el surgimiento de una Nueva Humanidad libre de errores, libre de sufrimientos, libre de amarguras, libre de tristezas, libre de agonías, libre de incertidumbres, libre de fracasos.

Que Tu Divina Luz, Señor, que impregna y vive en todos los universos, descienda ahora sobre aquellos que escuchan Tu Sagrada Palabra, a través del amadísimo Verbo de Tu Hijo.

Que las almas siempre encuentren refugio en Mi Corazón para que Yo las pueda llevar hacia Ti y Tú, Padre, las tengas entre Tus Brazos para protegerlas y contemplarlas con la dulcísima mirada de Tu infinito Amor.

Así, Padre, a pedido de Tu Hijo, destierra lo que ocasiona la indiferencia. Ábrele los ojos a los que están ciegos espiritualmente. Hazte sentir como un Rayo poderoso en los corazones más cerrados, para que todos puedan vivir el resplandor de Tu Reino Celestial.

Prometo, Señor, hasta el fin de los días de este mundo, socorrer a Tus hijos de Tu Santa Justicia, para que todos puedan sumergirse en el océano de Mi Misericordia y así encuentren la paz, la esperanza de vivirte y de participar Contigo en eterna Comunión.

Envío ahora a los ejércitos angélicos para que colmen de Tu Luz toda la Tierra, y que los más pecadores puedan ser liberados de la perdición, para que también vivan en la Fuente de Tu Amor y de Tu Verdad.

Bendice, Señor, este momento con Tu eterna Luz y haz sumergir en Tu Fuente de Vida a Tus criaturas, a las que has concebido según Tu Divino Pensamiento y Tu Proyecto; porque así, con la entrega de Tu Hijo en la Cruz y con la cruz de los Nuevos Cristos, Mi eterno rival será vencido, porque su derrota está cerca. El triunfo de Tu Reino descenderá a la Tierra, la Nueva Humanidad nacerá y ya no será indiferente a Tus Palabras y Designios.

Cree, Padre, y observa con la mirada de Tu Amor lo que he hecho en Tus hijos a través de los tiempos.

Escucha las alabanzas de los santos.

Recibe la honra, Padre, de los bienaventurados.

Escucha, Padre, el canto de los ángeles, porque Tú siempre eres Nuestra Luz, Nuestra guía y Nuestra Verdad.

Ofrezco la Luz que has concebido en Mi Corazón, humilde y pobre, por aquellos que aún no Te viven y ni siquiera Te buscan. 

Señor, ten Misericordia y que ningún alma deje de poder encender su luz interior ante Tu Presencia, ante Tu omnipotencia y omnisciencia.

Que se cumpla, Señor, Tu Voluntad en los corazones que hoy la reciben y que sean conscientes por siempre de este sagrado compromiso con Tu eterno Corazón.

Hoy Te pido, Padre, que por Tu Gracia infinita y por Tu Amor mayor, sucumban los infiernos en sus infiernos y que cierres las puertas a la maldad, así como Te lo implora Tu Hijo, con todo lo que Tú has concebido en esencia, en vida y en divinidad, en Mi Sagrado Corazón.

Que Tus Rayos de Gracia lleguen a los que más lo necesitan.

Que Tú concedas la cura de las consciencias y que la alegría retorne a todos los que la perdieron por alguna causa.

Que Tus hijos, Señor, Tus criaturas, se animen a vivir en Tu Reino Celestial, porque Tu Paraíso se aproxima y al fin, Señor, al fin se cumplirán los mil años de paz.

Hoy se han elevado a Tu Reino las luces internas de Tus criaturas. Hoy Tus altares se encienden por esa Luz. Que Tu divina Luz, Señor, haga humildes, simples y mansos a los que siguen Mi Camino con fe, esperanza y confianza.

Se regocija Mi Corazón en Ti, Padre, así como Mi Corazón se regocijó, a pesar de todo, en el Huerto Getsemaní, al saber que este tiempo llegaría y que todos conocerían, a través de estos medios, el poder de Tus Palabras, el decreto que existe en los Cielos.

Que la Luz de Dios purifique a Tus hijos y que cada hijo, que proviene de Ti, cumpla con alegría, Tu Voluntad”.

Bautizo con esta Luz a todos los que Me han seguido a través de los tiempos e instituyo en este día, entre todos, la nueva Congregación de la Fe, bajo la guía de su Señor Jesucristo. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Que los pacificadores alcen sus voces a los Cielos, porque los oídos del Padre escucharán sus melodías. Que los pacificadores del Redentor se proclamen en los cuatro puntos de la Tierra, sin ningún temor de decir que son cristianos hasta el fin, hasta que su Maestro retorne para instaurar el nuevo tiempo en la humanidad.

Oremos al Padre con gratitud y regocijo.

Oración: Padre Celestial.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

A pedido de nuestro Señor vamos juntos a entonar “Pacificadores de Cristo Redentor” y vamos a invitar a nuestros hermanos de los Monasterios, de las Comunidades, a los grupos de la Red-Luz y a       todos los seres orantes de buena voluntad.

Ofrezcamos a Dios esta Luz que nos ha concedido en nuestro interior como un oferta de reparación y cura para la humanidad.

 

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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