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Poemas al Inmaculado Corazón de María
Vigesimoquinto Poema
Madre y Señora de la Verdad Absoluta,
condúcenos, en esta vida,
por el camino de la transparencia y de la donación.
Que nuestros esfuerzos sean semejantes
a los esfuerzos internos que hizo Cristo
durante Su dolorosa Pasión.
Haznos capaces de escuchar la Verdad,
porque aspiramos a ser más conscientes
y a estar más atentos cada día,
para que aprendamos a cuidar y a proteger,
de nosotros mismos, el Plan del Creador.
Vacíanos de mente y de espíritu
para que Tus sagrados impulsos, Madre,
se reflejen en nuestras vidas.
Enséñanos, querida Señora, a amar la fidelidad.
Que nuestras dudas y pruebas
no nos coloquen en el camino incierto.
Que podamos cumplir, amorosamente,
todo lo que el Universo nos pide.
Así, iremos aprendiendo a salir
un poco más de nosotros mismos,
para que, con madurez y consciencia,
llevemos adelante las aspiraciones de Cristo.
Que en nuestras consciencias
se construya el espíritu de la lealtad.
Que abandonemos para siempre
la mediocridad y la soberbia,
para que Tu Hijo pueda encontrar, en nosotros,
un lugar para poder retornar.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Con alegría y júbilo los reúno en este momento, porque en los planos internos reúno a muchas culturas y pueblos que llegaron a este país, a Canadá, para vivir una oportunidad y una esperanza.
Por esa razón, compañeros, los he reunido aquí, en este lugar. Los he reunido aquí, en este país, para que pudieran comprender desde cerca el significado de este momento.
Es una síntesis entre culturas y pueblos que se está viviendo en este momento, y es a través de Mi Presencia Crística que eso sucede.
Por eso les he pedido que Me acompañen, que pudieran llegar hasta Canadá, para que las bases de Mi Obra Redentora con ustedes se puedan fundar aquí, porque esa es una de las Aspiraciones de Dios para este momento planetario, en el que todas las almas y las esencias del mundo, así como todas las culturas y los pueblos, deben prepararse para el nuevo tiempo, después de esta transición de la Tierra, en donde las almas vivirán cosas inexplicables, pasarán por experiencias desconocidas, que necesitarán ser sostenidas por la fe y el amor de Dios, a través del corazón de todos Sus hijos.
Con esto quiero explicarles, más claramente, que la Aspiración de Dios de haber venido aquí, a Canadá, es para dar un impulso no solo espiritual, sino también material, en la concreción de nuevos puntos de Luz en el mundo, formado por la integración de las almas, la unidad de los corazones y la vivencia de la vida grupal, entre todos los miembros de esta humanidad.
En este caso, hablo de las culturas y de los pueblos que emigraron hacia Canadá, pero que no perdieron sus principios ni atributos de vida, todo lo que aprendieron desde los orígenes de sus países.
Y eso es muy valioso para Dios porque, de alguna forma, Canadá ha conseguido acoger y recibir a todas estas almas, no solo abriendo las puertas a las oportunidades y a la esperanza, sino también abriendo las puertas internas y espirituales, para que después de casi treinta años, en los que emigraron muchas personas hacia este país, este es el momento y esta es la oportunidad para que la Jerarquía Espiritual pueda comenzar a realizar un trabajo y llevarlo adelante.
Este es el mensaje que hoy quiero traer para todos Mis compañeros; pero especialmente para los que hoy Me acompañan aquí, para los hermanos que están aquí, en la ciudad de Toronto, y que abrieron sus corazones, sin pensarlo y sin meditarlo, para recibir este impulso directo de su Maestro y Señor, que tendrá como consecuencia y resultado el beneficio espiritual e interno para muchas almas más, para todos los que emigraron aquí, a este país, y que también son considerados por la Misericordia de Dios.
Lo que caracteriza a todos los pueblos y culturas, que se radicaron en Canadá, es la simplicidad de su vida, los atributos que viven a través de lo que han aprendido en sus vidas y todo lo que han construido a través de sus culturas y de sus lenguas, sin dejar de dar continuidad a lo que cada país y nación representa, no solo como cultura o como pueblo, sino también como consciencia espiritual.
Canadá ingresará en una nueva etapa espiritual, con la ayuda y la colaboración de todos los extranjeros que aquí se encuentran y que se han integrado muy bien a este país y a esta cultura, en donde fueron insertados en la vida diaria de la comunidad.
Eso crea pilares importantes, más allá de todo; esos pilares espirituales que la Jerarquía necesita para fundar las comunidades; esas comunidades nuevas que se abrirán y que vendrán a través de la fe y de la confianza de las almas en Dios; porque no perderán sus principios ni atributos de vida, sino que esos atributos y principios se expandirán en la consciencia.
Y así, como está escrito en la Biblia, los pueblos se unirán y se fusionarán como una sola consciencia, más allá de lo que hayan aprendido y vivido. Y eso se dará a través del amor, de la comprensión y de la aceptación de las diferentes culturas, para que ese ecumenismo universal, que proviene del amor, se pueda seguir gestando y viviendo en este país de Canadá.
La aspiración de la Jerarquía Espiritual es expandir este impulso desde Toronto hacia el resto del país, para que más almas y consciencias tengan la Gracia de recibir la instrucción directa de la Jerarquía, no solo para su vida material, para su vida familiar, sino, sobre todo, para su vida espiritual e interna.
En esta integración y ecumenismo, que se vive en Canadá a través de todos los extranjeros, es que se crean las bases necesarias e imprescindibles para que la Jerarquía pueda continuar con la Obra en el planeta. Y a través de estas almas y corazones que aquí se encuentran, que han experimentado la sobrevivencia, la superación del sufrimiento y del dolor y, sobre todo, que han encarnado la Trascendencia y el Amor de Dios, consiguiendo superar todos los límites de sus consciencias.
Para la Obra que debe establecer aquí la Jerarquía, en Canadá, con todos los representantes de sus naciones hermanas, a través de este trabajo y de esta Obra, la Jerarquía podrá ayudarlos. Y también recibirán las Gracias y las Misericordias que necesitan para poder despertar.
Por eso, hoy, Mi Consciencia y, sobre todo, Mi Corazón misericordioso, en este día tan especial, en este momento tan especial y en este encuentro tan especial, establece las bases espirituales que el Padre ha establecido para que, desde los planos internos, se comience a construir esa Aspiración de Dios, hasta poder materializarse completamente.
Y eso será a través de las almas que se autoconvocarán, que sentirán el llamado para profundizar en su vida espiritual y para reencontrar el camino hacia esa comunión perpetua y eterna con el Padre Eterno.
Por eso, dedicaré un tiempo especial para esta tarea en este país, el tiempo que sea necesario, porque estas almas que emigraron hacia Canadá, y que se encuentran en este país viviendo, representan a sus naciones de origen, a todos sus pueblos y culturas, y desde aquí, la Jerarquía espiritual podrá ayudar a todas las almas que hasta los tiempos de hoy viven dificultades y pruebas y no consiguen salir adelante por sus propios medios.
Es por la apertura de los corazones simples y humildes, es por el amor y la confianza de los que creen en Mi Nombre y lo invocan, que Yo puedo llegar a otras almas del mundo que no solo viven el sufrimiento, sino también la persecución y la esclavitud.
Es de esa forma, compañeros, que el bálsamo de Mi Divina e Insondable Misericordia llega a ellos, cicatrizando con el tiempo las heridas más profundas y, así, renuevo a las almas, para que puedan seguir adelante bajo la confianza y la guía de Dios.
Hoy vengo a celebrar con ustedes este momento y el establecimiento del nuevo monasterio de la Misericordia de Dios, que abrazará y amparará a todos los inmigrantes que aquí se encuentran, en Canadá, por medio de la virtud del servicio y de la oración, que traerá para todos ellos la comprensión sobre la vida y la unión profunda con el Plan del Padre Creador.
Las bases espirituales de ese trabajo, hoy quedan aquí fundadas por su propio Maestro y Señor, y esto traerá para todos, no solo oportunidades infinitas, sino Gracias infinitas para los que necesitan sentirse nuevamente amados, comprendidos y aceptados, para que sus heridas internas se puedan curar y cerrar.
Hoy traigo este mensaje porque sé que todos lo escucharán y que corresponderán a su Maestro y Señor para que esto se cumpla, porque será desde la Obra y dentro de esta Obra de Amor y de Redención, desde donde surgirán los medios para llevar adelante esta aspiración de su Maestro y Señor que proviene del Padre.
Aquí en Canadá, en el tiempo en el que se desarrolle este trabajo y esta Aspiración de Dios se vivirán muchos ciclos y etapas de posibles crecimientos espirituales y materiales, para que las almas alcancen el Portal de la Liberación, y así se sientan renovadas, consoladas y amadas por el Padre, así como por Su Divino Hijo.
Como un Sacerdote Mayor celebro este momento con ustedes, porque es un momento de celebración y de júbilo, de esperanza y de mucha Misericordia para todos los que necesitan encontrarla en sus vidas.
Por eso, bendigo y consagro este momento, y estas bases espirituales que hoy estoy estableciendo en Canadá, para que una nueva etapa y un nuevo ciclo comience, así como está previsto.
Agradezco la adhesión y el acompañamiento de todos Mis compañeros y, especialmente, agradezco a Mis queridas hijas de Etiopía, que representan a toda Mi amada África, que está en el centro de Mi Corazón, en este gran momento, en el que su Maestro y Señor volverá a colocar Sus Pies sobre ese continente para liberarlo del cautiverio para siempre.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ya les dije, hijos Míos, que existe algo mayor dentro de ustedes que desconocen; y que dentro de su esencia original, la pureza que Dios concibió para cada uno de Sus hijos se encuentran muchos misterios por revelar y por mostrar a cada una de sus almas.
Yo vengo como su Madre, pero también como su Gobernanta Universal, como ese gran Espejo de Justicia y de Misericordia, que viene a reflejar en la Tierra los Principios y los Dones de Dios.
Lo que el Padre espera de cada uno de ustedes, hijos Míos, es que ustedes también lo puedan representar en la superficie de la Tierra y que puedan ser espejos, tan semejantes a como soy Yo, que no solo traigan los atributos divinos a la Tierra en este momento tan agudo de la humanidad, sino que también ustedes, hijos Míos, conozcan sus propios misterios internos que el Padre les revelará cuando Él les quite con Sus propias Manos los velos de la consciencia, momento en el que todo se mostrará completamente y recordarán y sabrán quiénes son.
Por medio de su consagración diaria a Mi Inmaculado Corazón es que están enviando una respuesta al Padre Eterno, para que Él pueda contar con ustedes completamente y sin condiciones, porque al menos una parte de este gran rebaño de la humanidad deberá cumplir lo que el Padre necesita en este ciclo planetario.
En los cuatro principales continentes de este planeta deben existir las tribus de Israel, no sólo recordando sus orígenes y sus Principios Divinos, sino estando conscientes y disponibles para servir al Padre Celestial en las últimas misiones que Él encomendará a la humanidad, directamente a aquellos que despertaron y despertarán en este tiempo.
Esto forma parte, hijos Míos, del Plan infinito del Creador, un Plan que aún no se cumplió y no se concretó, un Plan que está siendo escrito por sus vidas y sus corazones, no sólo por los seres que están en la superficie de la Tierra, sino también por todos los seres que están en el Cosmos y forman parte de esta gran fraternidad universal que Dios formó y conformó desde el origen.
Ahora ustedes son conscientes, hijos Míos, de que no están solos, pero aún deben ser más conscientes de sagrados conocimientos y misterios que llegarán al mundo para poder despertarlo. Eso los colocará delante de los acontecimientos del fin de los tiempos en una postura más consciente y madura, así como Dios lo necesita.
Yo les vengo a traer, hijos Míos, esta revelación porque no está escrita en la Sagrada Biblia, en verdad esa revelación fue omitida de la Sagrada Biblia. Por eso, hijos Míos, Yo soy parte de ese Verbo Divino que en el nombre de Dios viene a pronunciarse al mundo por medio de un mensaje y de la Palabra Divina, para que los hijos del Padre sean conscientes de que hay un propósito y una meta a alcanzar, en este ciclo, que ninguna raza y ninguna humanidad anterior alcanzó hasta ahora.
Todos los que están presentes en este ciclo agudo del planeta, lo están por una razón espiritual, viviendo dentro de sí el universo de los aprendizajes y de las pruebas; aprendizajes que los colocan en la madurez de la consciencia, en la disposición interior y en el servicio incondicional al Padre Eterno.
No existen pruebas mayores, hijos Míos, que no se puedan superar. Yo les entrego la llave de la oración como un camino de comunicación con Dios, como un puente que siempre los coligará con la verdad de la existencia, donde sus consciencias podrán estar completamente elevadas, a pesar de cómo se encuentre el mundo. Y en esa elevación y en esa aspiración constante, hijos Míos, es donde encontrarán las diferentes faces de Dios y conocerán más profundamente sus Nombres Sagrados que son emanaciones verdaderas de Su Consciencia Infinita, de sus diferentes tareas y misiones en este Universo, así como en otros Universos desconocidos.
Es así que Yo les traigo la Luz de la Verdad, esa Luz que debe penetrar en sus corazones y almas, una Luz que siempre los llevará a la Verdad y los sacará de la ignorancia de la Tierra. Porque hoy no solo estoy aquí por Argentina sino también por el mundo, por todos los que escuchan Mi mensaje en este tiempo crucial y claman desde su corazón por la existencia de la Paz, no solo dentro de ustedes sino también en el mundo.
Esa consciencia elevada que Dios los invita a alcanzar, día a día, no solo a través del camino de la oración, sino también a través del camino del servicio. Eso les permitirá, hijos Míos, estar en otra vibración y en otra consciencia, desde donde Dios podrá intervenir en la humanidad a través de los instrumentos, Sus hijos, y así disipar, de a poco, el caos que está presente en la humanidad. Y así, ustedes percibirán, hijos Míos, la existencia que se encuentra en los Espejos del Universo, que son grandes usinas de información que siempre alimentaron sus espíritus y esencias desde el principio.
Pero ahora, hijos Míos, llegó el momento de recordar todas esas cosas, de revivir todos esos tesoros que son profundamente espirituales e inmateriales y que colocarán a sus consciencias al servicio del Plan de Dios porque les aseguro, hijos Míos, que sabrán dónde estar y qué hacer en el momento exacto.
Ustedes y todos sus hermanos de la humanidad son una raza en transición, una raza que vive los primeros pasos del Apocalipsis, en el que se revelarán muchos misterios, pero también se mostrarán cosas increíbles por parte de los hombres y mujeres de la Tierra, nunca antes vistas, que también ofenderán al Corazón de Dios.
Por eso Yo los invito, hijos Míos, a elevar sus consciencias y ese pedido ya lo hicieron sus almas. Por eso hoy les vengo a hablar de todas estas cosas, hijos Míos, porque estarán alimentados de la Fuente Inmaterial y no de las informaciones que promueve la propia humanidad que confunden a los corazones y que no son verdaderas.
Como la Madre del Altísimo, la Madre Universal y el Inmaculado Corazón de María vengo, en este tiempo y fuera de la Iglesia, a ampliar la consciencia humana que cada día está más dormida, hipnotizada e indiferente a la realidad universal.
Será la elevación de sus consciencias y corazones, y de todos los que aspiren a despertar que colocará a la consciencia humana en otro nivel, en donde se podrá percibir la Presencia de Dios y de Su Fuente y traer la Verdad hacia sus corazones y consciencias.
Yo necesito, hijos Míos, que construyan el Nuevo Tiempo a través de sus ejemplos y de las enseñanzas que les ha entregado Mi Hijo, no sólo a través del Evangelio, sino de Sus Sagradas Instrucciones, de todos los impulsos que les ha entregado en estos últimos tiempos.
Pero llegó el momento, hijos Míos, de que la consciencia de la Divina Jerarquía se muestre y se haga sentir a la humanidad porque la raza humana está al borde del abismo y Yo tengo la tarea, hijos Míos, de rescatarlos y de despertarlos y de llevarlos al Corazón del Redentor, en donde estarán seguros y protegidos. Pero también tengo la misión espiritual encomendada por el Arcángel Gabriel de revelar la verdadera Consciencia de Dios y la de Nuestros Sagrados Corazones que no solo se remiten a una imagen santa.
Este es el tiempo en el que sus consciencias y mentes se pueden expandir y que el centro de su corazón sea quien gobierne sus vidas. Así sus espíritus los impulsarán a vivir los cambios sin miedos, sin restricciones ni dudas para que representen a Mi Hijo en la superficie de la Tierra como Sus apóstoles y no solo vivan Sus enseñanzas y Sus ejemplos, sino que lleven a sus hermanos, a los más necesitados, el alivio de Dios y que aprendan a sostener sus propias naciones por medio del instrumento de la oración y del servicio, que Me permitirá seguir pisando fuerte la cabeza del mal y más almas de los infiernos se liberarán, más consciencias recuperarán su fe y la esperanza en el Padre Eterno y nada más los separará de la Verdad, porque podrán preparar la venida gloriosa de Cristo; no sólo viviendo dentro de sí la Verdad de Cristo, sino el advenimiento de Su Consciencia a la humanidad, lo que nada ni nadie detendrá, porque en el momento más inesperado Él regresará.
Por eso Yo vengo como Su Madre y como Su Esclava fiel a avisarles y a anunciarles, hijos Míos, que ese momento se está acercando y Él será su gran Patriarca, su Gobernante, su Líder, su gran e infinito Amor. Y lo tendrán frente a sus ojos, así como lo tuvieron los apóstoles después de que Él resucitó. Pero ahora, no tocarán Su Llaga como la tocó Tomás, sino que ustedes, hijos Míos, tocarán Su Cuerpo y Sus Vestiduras Sagradas porque Él vendrá a abrazarlos en nombre del Amor y a establecer definitivamente la redención.
Por eso, hijos Míos, que sus corazones en este momento de crisis no pierdan la esperanza. Anímense a reorganizar sus vidas a través de la vida grupal, anímense a experimentar la vida comunitaria de las Comunidades-Luz que Nuestros Sagrados Corazones y las Sagradas Consciencias del Universo pidieron fundar hace muchos años, en ciertos puntos de Sudamérica, para que la humanidad que estaría sufriendo y padeciendo en este tiempo consiguiera encontrar un lugar en donde pudiera ver a Dios, sentirlo en lo profundo de su corazón y saber con certeza que nada está perdido, a pesar del caos que reina en el mundo.
Esas Comunidades-Luz, hijos Míos, son las Islas de Salvación para la humanidad entera. Por eso, hijos Míos, sepan que los valores sagrados de Dios están presentes aún en la Tierra y en esos lugares.
Pero deberán vivir completamente el desapego, la neutralidad y la confianza, para que sus vidas vayan cambiando, poco a poco, y sepan que Dios, a través de las Comunidades-Luz, coloca Sus Sagrados Aspectos, cada uno de Sus Nombres Sagrados, para que Sus Atributos alimenten sus espíritus y a todos los que lleguen allí para vivenciar la presencia del Amor, de la hermandad, de la solidaridad, de la cooperación y de la Verdad.
Porque allí estamos presentes, entre ustedes y en ustedes. Allí encontrarán refugio a sus necesidades espirituales e internas. Allí encontrarán apoyo siguiendo los principios de la hermandad y de la vida grupal para que todo se mantenga en orden y en armonía.
Las Islas de Salvación son para aquellos que se quieren transformar verdaderamente y entregar su vida en las manos de Dios, así como nunca antes la entregaron. Las Islas de Salvación son lugares para las familias, para la célula principal del Plan de Dios que debe ser protegida y amparada por la Jerarquía, para que la familia como arquetipo espiritual siga perdurando a través de los tiempos, no pierda la felicidad y el amor que la ha concebido, sino que reciba siempre la Gracia de Dios para que todos los que nacieron y nacerán sean también dignos hijos de Dios, parte de la familia universal.
Pero el mundo está con su atención en otras cosas, por eso llegó el tiempo, hijos Míos, de que su Madre Celeste les revele lo que el Universo guarda hace mucho tiempo y que por períodos, a lo largo de la historia de la humanidad, ha tocado a esta raza por medio del despertar y del conocimiento, de la experiencia que tuvieron los pueblos sagrados, los pueblos originarios que consiguieron cumplir con el Plan de Dios, antes de que fueran exterminados.
Esa enseñanza, esa forma de contacto interior, con el Universo y con Dios, deberá ser retomada por la humanidad para que estén en la sintonía correcta y con la protección correcta.
Ahora, hijos Míos, como testimonio de que es importante mantener esa familia universal, como Madre del Altísimo y Señora de Argentina, escuchando el instrumental del himno de consagración de los Hijos de María llegó el momento de que los que hoy se consagrarán se aproximen hasta aquí para recibir Mis palabras y Mi bendición, sabiendo que sigo confiando en todos los que ya se consagraron y en los que, más allá de la apariencia humana o de los acontecimientos, se están consagrando para servir a la Madre de Dios, a la Gobernanta del Universo y de la Tierra, al Espejo de la Justicia y de la Misericordia.
Por eso, hijos, regocíjense, alégrense y vivan la esperanza, que Mi Corazón maternal hoy les entrega en esta consagración, de permitir que sus almas y esencias estén bien despiertas y conscientes para que sus vidas completamente sean parte de los Atributos de Dios.
En esta noche, en donde toda Argentina es bendecida amorosamente por la Madre de Dios y bajo la presencia de los ángeles del Cielo, enciendo en ustedes, hijos Míos, la Pureza Original, para que ella los haga libres de espíritu y de cuerpo, de alma y de corazón, sabiendo que Dios está dentro de ustedes y los ama, y que Él tiene la autoridad de curar todas las cosas, por más difíciles e imposibles que parezcan.
Ustedes, hijos Míos, hoy se están comprometiendo ante Mi Inmaculado Corazón a no sólo orar por las familias de Argentina, sino también a orar por la Paz en Argentina, Paraguay y Uruguay.
Ustedes tienen Conmigo la misión espiritual de proteger el Proyecto que Dios ha pensado para este tiempo y para este lugar en Sudamérica, en donde deberá brillar la Estrella de la Nueva Jerusalén que hará renacer en la Paz y en el Amor a todos los corazones.
Yo los consagro, como muchas veces ya los consagré, pero ahora los consagro como Mis hijos, como Mis queridos hijos que caminarán a Mi lado formando parte de los ejércitos de la Paz, de los comandos poderosos de la oración del corazón.
También los invito, hijos Míos, a experimentar y a vivir el servicio por el semejante y por los Reinos de la Naturaleza, especialmente por las aldeas tan pobres de la Argentina, que muchas de ellas se encuentran aquí en Buenos Aires, en donde los corazones esperan por una sonrisa, por un gesto de amor, por un abrazo de compasión para poder soportar la miseria que viven en este tiempo.
Pero, hijos Míos, si sus corazones se elevaran al Cielo por medio del impulso de la oración y sus oraciones fueran profundamente verdaderas, no sólo ustedes seguirán estando debajo de Mi Manto, sino todos los más pobres entre los pobres.
Porque la Madre de Dios seguirá trabajando espiritualmente para que la Nueva Humanidad sea en Argentina y reciba el retorno de Cristo. Amén.
Yo los bendigo y les doy Mi abrazo maternal.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy les dejo Mi Luz, Mi Cariño y Mi Consuelo para que lo lleven en ustedes mismos y lo compartan con los que más lo necesitan; así la red poderosa de Mi Amor llegará al mundo entero.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Y escucho el himno de su consagración.
Hasta pronto.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Hoy consagro esta tierra, promesa de Dios y de Su Divino Reino.
Hoy consagro sus corazones, proyecto de Cristo, el Redentor.
Hoy coloco a Mis hijos de Chile en Mis brazos, proyecto de Mi maternal Amor.
Por todo esto, queridos hijos, hoy les presento el Plan del Creador para esta parte del mundo, para esta nación que debe realizar la más infinita aspiración de Dios que proviene de Su Corazón Santísimo, proyecto que se cumplirá con la ayuda de cada uno de ustedes.
Hoy un nuevo horizonte se vislumbra ante sus consciencias. Una puerta hacia el pasado se cierra y otra puerta se abre al Cielo para que reconozcan sus orígenes, su misión personal, su compromiso con Cristo.
Las entrañas más profundas son curadas por Mi Corazón y por la fuerza del Amor de Dios, proveniente de Su Fuente purísima, castísima e inmaculada.
Hoy es esto lo que les traigo, queridos hijos. Desde lo más infinito del universo hasta lo más grandioso de este planeta es bañado por la Luz de Dios, por Su Fuente inmaterial que trae nuevos principios para los corazones de esta nación y para el mundo.
Aquí, hoy en Santiago, su Madre Celeste finaliza una etapa y comienza una nueva, en compañía de sus corazones que han dado el voto de confirmación en esta noche de consagración y de paz.
Contaré con sus manos para llevar a Chile el servicio, la oración, la instrucción y también la cura.
Contaré con sus pies para que, a través de ustedes, queridos hijos, Yo pueda peregrinar por este pueblo cumpliendo con la ardiente aspiración de Mi Hijo de tornar a esta nación una patria beata.
Por eso, queridos hijos, con este pequeño paso que hoy dan sus corazones, el más precioso Proyecto de Dios desciende sobre sus consciencias como una Gracia y trae para sus vidas, en este momento, la fuerza del Espíritu renovador que todo lo transforma y lo cura, la fuerza de Mi Espíritu Santo, para que sus vidas, unidas a Mi Hijo, comiencen el camino de apostolado que Yo los animo a vivir en el fin de estos tiempos.
Desde esa Fuente Mayor hoy provengo, desde la Fuente Inmaterial purísima y castísima traigo lo desconocido para sus seres, lo que al final de estos tiempos, por medio de su oración y de su caridad, se volverá visible, consciente y disponible para cada uno de ustedes.
Los Misterios de Dios, dejarán de ser misterios. Serán enseñanzas, impulsos de luz, formas de renovar sus corazones, día a día.
Por eso, les digo, queridos hijos, que no están solos en esta noche. Su Madre Celeste, ante el Padre Celestial y ante Su amadísimo Hijo, se ha comprometido a acompañarlos. Así como ustedes se han comprometido Conmigo, en esta noche, a acompañarme en esta nueva caminata de volver a este pueblo, un pueblo de redención, de amor y de luz, para que recupere sus valores sagrados que fueron inspirados en los pueblos originarios, para que recupere la dignidad espiritual de poder sentirse hijo de Dios como nación y como raza.
Por eso, querido hijos, que hoy celebren sus corazones, que hoy sus amarguras desaparezcan, que sus corazones puedan pulsar como pulsa el Mío en esta gran emanación de Amor que Yo les traigo desde la Fuente para tornar sus vidas, vidas dentro de la Divinidad, dentro del Padre, dentro de Su Proyecto de Amor.
Quisiera que sintieran sus espíritus libres para poder caminar en paz, sabiendo que están dando los pasos seguros hacia esta nueva realidad, hacia esta nueva misión que Mi Corazón hoy les trae, que Mis manos hoy les dona con un maternal Amor a cada uno de sus corazones.
Que despunten los soles de sus seres y que esta tierra sea redimida por la estrella de sus corazones, que hoy vuelve a brillar en el Amor de Cristo, Nuestro Señor.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
En esta noche, hijos Míos, los invito a renovar su compromiso Conmigo y también a renovar su fe para que, de esta forma, preparen el Retorno de Mi Hijo a este mundo y que Él encuentre, en sus corazones, un refugio y una esperanza.
El mundo está distante de Dios y la humanidad ya no cree en el Retorno de Cristo. Pero Yo vengo en esta noche, hijos, a demostrarle a la humanidad, a través del testimonio de sus vidas y de la renovación de su fe, que su Señor y Rey ya retorna en Espíritu a la cuna de América y colocará Sus Pies, con toda Su Divinidad y esplendor, en el suelo de esta Tierra.
Para eso, quiero que preparen sus corazones con la fe y con la esperanza, con la confianza absoluta en Mi Inmaculado Corazón; porque, a pesar de todas las pruebas que la humanidad vivirá y que Yo ya les anuncié, el Hijo de Dios retornará al mundo y será cuando el tiempo de esta Tierra se una a la eternidad y disuelva el caos y los conflictos de esta Tierra, para dar lugar al Reino de Su Amor, de Su Misericordia y de Su Paz.
Hoy, hijos Míos, vengo a establecer este Reino dentro de ustedes, porque Me abrieron las puertas de sus corazones. Dejen que ese Reino se expanda, los transforme y los convierta todos los días en verdaderos proyectos divinos, en los cuales las promesas de Dios se cumplen y Su perfección se manifiesta.
Así, hijos Míos, la Voluntad Divina se extenderá por este planeta y el Oriente también verá nacer en esta tierra, en el corazón de América, una nueva oportunidad, una nueva vida.
Hijos, verán el caos de este mundo, verán este mundo temblar; pero hoy, vengo para fortalecer su fe y la alegría de sus corazones.
Hoy, Mis ojos de Madre y Peregrina contemplan sus corazones con gran alegría, porque veo soldados redimidos que vencen la batalla del final de los tiempos, con las rodillas en el suelo, con la frente en el suelo, clamando al Padre por Su Misericordia, por Su Perdón y por la redención de este planeta.
Hoy, también vengo especialmente a pedirles por los Reinos de la Naturaleza, para que comprendan, hijos, que este país, como todos los países del mundo, no solo guarda enormes bellezas para que sean contempladas por el corazón del hombre. Tamaña belleza, hijos, sustenta a este mundo con una entrega que la humanidad aún no comprende.
Si permiten que los Reinos sean ultrajados y poco a poco desaparezcan de este mundo, como esencia y como espíritu, no permitirán que la Tierra se sustente y que cumpla con su misión.
Especialmente en esta nación tan amada, vengo a pedirles que oren por los Reinos y que, en sus grupos de oración, tomen consciencia del sufrimiento silencioso que padecen los Reinos de la Naturaleza por la indiferencia de la humanidad, por el ultraje y por todos los pecados que no solo están en el corazón humano, sino que también se extienden, como consecuencia, a Mis pequeños Reinos de la Naturaleza.
Hoy, hijos, sientan la alegría de Mi Corazón, el infinito Amor que traigo de Mi Reino Celestial y déjense inspirar para ser otros y, con un impulso aún mayor, llevar la buena nueva de la Presencia de Dios en la Tierra con palabras, con oraciones; pero sobre todo con los ejemplos de sus vidas.
Demuestren al mundo y a esta nación que son otros después de estar en la Presencia de su Madre Divina; porque hoy Yo les traigo la redención de sus espíritus, la Misericordia de Cristo, para que se renueven y expresen, finalmente, este amor superior que habita en sus esencias, este amor único que vengo a despertar con Mi infinito Amor Divino.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Respondiendo a esta convocatoria celestial, vean nacer en sus corazones la Estrella de Mi Confederación Celestial.
Y en esta tarde, en esta noche de Gracias, siéntanse parte de una infinita legión de amor que trabaja por la paz, el bien y el despertar de todos los universos.
Que sus seres más profundos, sus espíritus desconocidos en esta vida material, se vuelvan a erguir y a mirar firmemente hacia el universo para volver a encontrar esta comunión interna con la Gran Hermandad.
Ahora, queridos hijos, que sus corazones fueron trabajados y ya están prontos para poder comenzar con nuevos pasos en esta caminata de luz, en esta caminata apostólica que Yo los invito a vivir, Yo los consagraré con el Agua de Vida, con el agua que proviene de la Fuente que se materializó en esta Tierra por medio del agua como un elemento sagrado para la cura, la redención y la consagración de esta humanidad.
Tráiganme aquí agua para bendecir.
“Deposita, Señor, Tus Manos sobre este elemento que Tú has creado para las criaturas de este mundo, a fin de que sean lavadas, purificadas y redimidas por el Espíritu consolador de Tu Sagrado Corazón.
Deposita aquí, por medio de este elemento, los sagrados dones de Tu Hijo para que, en este importante Sacramento, con la esencia de la vida infinita, todas las almas de Chile reencuentren su pureza original. Amén”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
A pedido de Nuestra Señora, vamos a pedir que los Hijos de María se coloquen de pie para recibir esta bendición que está proporcionando Nuestra Divina Madre.
Pueden traer aquí más agua, porque también bendeciré a todos, queridos hijos, no solo a los que hoy se consagrarán; porque a través de sus almas, de las almas que hoy están presente, estoy tejiendo Mi Manto Celestial, por medio de sus esencias, en esta nación y en todo su pueblo.
También bendeciré, queridos hijos, estos elementos sagrados que han traído a los pies de Mi altar, como también estas intenciones que han llegado de otras naciones del mundo, las que guardaré con el mayor amor en Mi Corazón maternal, para pedir por cada una de ellas, a fin de que más hijos Míos en el mundo alcancen la cura y la liberación.
Que también estas flores, a los pies de este altar que hacen resurgir el espíritu de este pueblo, sean bendecidas por el Amor de Mi Corazón, a fin de que las almas reencuentren el Amor Superior. Amén.
Hoy bendigo a los hijos que se consagran a Mi Inmaculado Corazón y que provienen de esta tierra, que está cicatrizando sus heridas y que está resurgiendo al verdadero Amor, que Yo los invito a vivir y practicar todos los días, teniendo como base, como impulso y como despertar, a Mi Inmaculado Corazón.
Yo los consagro, en este nuevo apostolado que vivirán junto Conmigo, para que se consagre esta tierra como la patria que Dios espera ver manifestarse en este tiempo final.
Los bendigo con el Amor de Mi Corazón. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Y Mis pies seguirán caminando por este pueblo. Yo los convido a que Me acompañen, en los próximos encuentros, para que más almas sean congregadas en el amor. Y ustedes, a partir de ahora, hijos Míos, sean instrumentos de Mi Corazón Inmaculado para que más estrellas se enciendan en esta nación y colmen este firmamento de seres redimidos.
Que así sea.
Siempre los amo, los amo eternamente. Y por este encuentro que ha sido realizado en nombre de la Gracia, Yo les agradezco por responder a Mi llamado.
Canten con sus corazones para que Dios los pueda escuchar y así se establezca Su Reino Celestial por encima de todas las cosas.
Amén.
Canción: “Mirarte a Ti”.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más