Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN MONTSERRAT, BARCELONA, ESPAÑA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SEGUNDO DÍA DE LA 115.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

El gran océano de Mi Misericordia se abre, pero aún son muy pocas las almas que quieren entrar.

En ese océano, Yo purificaré a esas almas, enmendaré sus errores y faltas, las liberaré del pasado, les otorgaré la vida eterna y las sacramentaré a través del Espíritu Santo que ungirá a esas almas que entran en Mi océano de Misericordia, así como los apóstoles fueron ungidos junto a Mi Santísima Madre en Pentecostés.

El Poderoso Espíritu de Dios volverá a ser difundido en el mundo y los corazones abiertos a Él lo conocerán. Pero antes de que eso suceda, las almas deben aceptar entrar en el océano de Mi Misericordia, para que Yo las pueda justificar ante las Leyes de la Creación.

Esta es la hora en la que la gran puerta de Mi Misericordia comienza a cerrarse en el mundo, porque ha de cumplirse el tiempo de la Justicia Divina, así como fue escrito por Juan el Apóstol en el Apocalipsis.

Llegará la hora en que, durante los tres días de oscuridad, se cumplirá la Justicia Divina, pero no como la humanidad cree. La Justicia de Dios es Amor en equilibrio. La Justicia de Dios es Amor en armonía. La Justicia de Dios es Amor en sabiduría.

Pero antes de que la puerta de Mi Misericordia se cierre al mundo, díganle a las almas que deben volverse hacia Dios, antes de que sea demasiado tarde. Porque cuando Yo deje de estar con ustedes y de hablarle al mundo a través de esta Obra, todo, absolutamente todo, se desencadenará.

Por eso, mientras hay tiempo, muy poco tiempo, deben afirmarse en Mi Misericordia; deben navegar en Mi océano de Luz, a través de la constancia de sus oraciones y súplicas; deben ser el fiel testimonio de Mi Amor para el mundo, especialmente para los corazones que han perdido la fe y la confianza en Dios por todo lo que les sucede, por todo lo que viven, enfrentan y transitan.

Pero, así como una vez Yo vine a Polonia, a través de Santa Faustina, a revelar la infinidad de Mi Insondable y Divina Misericordia; así como Yo vine en la noche oscura de una guerra que se presentaba de forma inminente en Europa, en aquel tiempo; así Yo volveré como la Luz del mundo.

Y, en el horizonte interior, Me sentirán, reconocerán la Faz de Cristo y expulsaré a los anticristos, así como expulsé del templo a los comerciantes. Porque la Casa de Mi Padre es sagrada, en este mundo y en otros. La Casa de Mi Padre es bendita porque es celestial, cósmica y divina, porque Él la ha creado para todos Sus Hijos y Criaturas, para todas las esencias que han surgido de Su Fuente Inmaterial.

Y esa Casa mora en lo profundo del templo de las almas, templos que han sido corroídos por las influencias de este mundo, por las tendencias y las ideologías. Así, el mundo pierde el sentido de la perspectiva al no encontrar a Dios, por estar con su atención en otro lugar.

Por eso, todos los tesoros que Yo les He prometido a ustedes y a sus hermanos, se los He entregado, para que tuvieran parte con Mi Padre en el Reino de los Cielos, para que este mundo conociera que en el Amor está la superación de todo, de cualquier trauma o dolor, porque Yo vengo en nombre del Amor de Dios, de ese Amor inmutable e inconfundible, de ese Amor que tiene un caudal desconocido para el mundo y la humanidad.

Esa es la razón por la cual estamos aquí con ustedes, hace tanto tiempo. Porque esperamos que aprendan de ese Amor que el mundo y la humanidad ya no tiene, que aprendan de un Amor maduro y consciente, de un Amor que es capaz de aceptar y de acoger al semejante, a aquel que nadie quiere ni nadie acepta porque aparentemente es un problema.

Pero, si Yo acepté a los doce apóstoles como eran, así como en este tiempo Yo los acepto a ustedes como son, ¿dónde está el Amor que les He entregado para que Me representen en este mundo y en esta humanidad?

El Amor de Dios es la base de todo el camino espiritual y de toda esta trayectoria terrestre; porque en el Amor está la felicidad de Dios y Su alegría, el júbilo del reencuentro con el Padre Eterno, la cura de todas las heridas.

Yo vuelvo a entregarles este Mensaje con otras Palabras, porque deben tener amor por todo lo que han recibido y por todo lo que les fue ofrecido desde el comienzo, en el que sus consciencias fueron despertadas al Conocimiento Universal y Divino, a las Leyes Inmateriales y a las Corrientes Universales.

Antes de que Me despida de ustedes en este ciclo, y en el mes de agosto, Mi imperiosa necesidad es que existan almas y personas que asuman los tesoros de la Jerarquía, presentes en los Retiros Internos del planeta; porque no solo ustedes, sino también sus hermanos del mundo los necesitarán para todo lo que llegará.

¿Qué más es lo que necesita la humanidad para poder cambiar?

Cuánta abundancia Mi Padre les ha dado a través de Su Creación y, sobre todo, a través de la vida: que puedan ver nacer el sol en cada amanecer; que puedan respirar la pureza de la naturaleza y de los océanos; que puedan tener una familia, a pesar de cómo sea, y la aprendan a amar así como Dios los ama a ustedes desde el principio; que puedan aprender a servir para salir de ustedes mismos, cada día un poco más, y abandonar ese empedernido ego que solo coloca a las consciencias en obstáculos y en caminos sin salida.

Dios les ha dado Su Amor, porque Su Amor es Su Poder y no la autoridad. Su Amor para las almas y la Creación es Su Gobierno Espiritual.

Sin Amor no existiría la Compasión y la Misericordia, derramada por Su Amadísimo Hijo en la Cruz cuando fue traspasado por la lanza en Su Costado. Aun Yo, sin vida, muerto en la Cruz, les di el Amor de Dios hasta los límites de Mi Consciencia, a través de Mi Sangre y de Mi Agua; acto sublime que superó todos los errores y todas sus consecuencias durante el Viernes Santo.

Ahora que, en estos últimos años, hemos formado los oratorios y los Rosarios de Luz, es tiempo de que se guarden en sus casas y hogares, oren con fervor a Dios e invoquen el poder del Corazón de María y de Mi Corazón, para que todos estén protegidos y amparados, y muchos más puedan tener la misma Gracia de ser amparados por la Madre de Dios, que extiende Su Manto de Luz sobre el mundo, día tras día.

La Madre del Mundo, en lo más invisible y silencioso de Su Espíritu, toma el Cetro con Su Mano para guiar a las almas hacia el Reino de los Cielos; para que todos estén algún día en el Paraíso, viviendo la misma felicidad espiritual y el mismo gozo espiritual que vivimos con todos los que dijeron sí en algún momento de esta evolución.

Las instrucciones ya les fueron dadas a todos. Mucho tiempo ha pasado, muchas enseñanzas fueron entregadas, todo ya fue dicho.

Ahora, es tiempo de asumir y de comparecer en las filas del Plan del fin de los tiempos. Y, así, cuando lo hagan por ustedes mismos, por el amor que dicen tener por Mí, asumirán su parte, asumirán su servicio y ya no reclamarán. No evadirán la necesidad que les coloca el universo ante sus ojos. Ya no se mentirán a ustedes mismos, no se engañarán, porque harán cada tarea y vivirán cada compromiso, así como Yo lo He vivido por ustedes, desde Mi Origen en la Fuente Creadora hasta Mi Ascensión.

El Plan espera, como les dije, a los consecuentes, a los que ya no deberán ser más empujados, a los que serán conscientes de lo que tienen que hacer, sin que se les diga. Porque quien vive en Mi Amor, es capaz de percibirlo todo y de reconocer dónde está la necesidad en este tiempo crucial, no solo en Mis Islas de Salvación, sino también en el mundo, en donde las almas esperan ayuda, que alguien las escuche, que alguien las acoja, que alguien las pueda amar; así como Yo amo a todos, más allá de los errores, más allá de las negaciones y de las indiferencias que Me ocasiona el mundo.

Es tiempo de reconstruir a la humanidad y esto dará mucho trabajo. Pero tengan fe, porque un Buen Padre nunca se olvida de Sus Hijos y un buen capataz nunca se olvida de sus trabajadores. Porque quien sirve a Dios se renueva, se trasciende y se transmuta. No existe otro camino para la superación de ustedes mismos, compañeros.

Estamos en la fase de preparar Mi Retorno y solo tocaré con Mis Pies este suelo herido, pero también sagrado, cuando pueda vivir en ustedes para siempre, en la comunión más íntima del corazón, de la vida y de la esencia.

Que Mis Palabras permanezcan y no solo pasen. Cielo y Tierra pasarán, pero Mis Palabras quedarán en aquellos que se abran a recibirlas y a reconocerlas como propias, como una tabla de salvación.

Que en este tercer día de encuentro Conmigo, a las puertas de Montserrat, la Comunión sea ofrecida como reparación por los que sufren las guerras del mundo, por los refugiados y desatendidos, por los que son descartados, olvidados y abandonados, sin que un grado de amor se mueva en las consciencias que los ven.

Por eso, la reparación es necesaria para que la Justicia se aplaque; para que la Misericordia, Mi última Misericordia, actúe y obre en las almas.

Que esta Comunión nutra la vida. Que esta Eucaristía fortalezca los corazones y los anime a seguir adelante, así como Su Maestro siguió adelante en cada paso del Calvario hasta lo alto del Gólgota, sin perder la fe de cumplir la Voluntad de Dios, en cada clavo recibido en Mi Cuerpo, en cada látigo que arrancó Mi propia Carne, en la propia Coronación de Espinas, en los insultos y repudios de todos a los que Yo les había hecho milagros.

Todo necesita ser reparado para que llegue el tiempo de la Tierra Prometida, del nuevo Edén.


Oh, Adonai,
Tú que ves los errores del mundo y sus consecuencias,
contempla, por un momento, a todos los que Te siguen
y tienen fe en Tu Insondable Presencia.

Derrama Tu Amor sobre los consecuentes,
pero en especial, Adonai,
derrama Tu Amor sobre los que están condenados.

Que el precio de Mi Sangre no sea en vano.
 
Que los códigos de Mi Amor,
que son los Tuyos y que provienen de la Fuente,
curen, rediman y nutran
a las almas necesitadas de Ti, Señor,
que han perdido la filiación espiritual Contigo.

Adonai, abraza a todos con Tu Manto,
así como este viento de Montserrat
abraza a todos con su suavidad y pureza.

Adonai, no cierres la puerta de Tu Misericordia,
sino que Tu Misericordia se perpetúe en todos
los que suplican Misericordia por Mi Dolorosa Pasión.

Adonai, así como en lo alto del Monte Calvario  
viste la gran ofensa y pecado del mundo,
Tu Amor descendió y actuó con el poder
de todas las estrellas y de todos los soles.

Y así, el universo fue movido
por el descenso de Tu Amor,
y todo fue liberado y cerrado,
para que en la Resurrección de Tu Hijo,
Tú, Adonai, dieras testimonio de Tu Amor
y de Tu Triunfo en el mundo.

Oh, Adonai, Sagrado Padre,
Omnipotente y Soberano Creador,
que todos Te vivifiquen,
que todos formen parte de Tu Existencia Sideral;
que muchos más lo puedan hacer
y tengan la Gracia de poder vivirlo,
para que, en el final de los tiempos,
todos Tus Hijos, junto a Tu Hijo Predilecto,
restablezcan la unión entre el Cielo y la Tierra,
 y los Mil Años de Paz,
a través de la Cena de la Redención,
en la que volveré a partir el pan
y a consagrar el vino en Tu Nombre, Adonai,
para que todo comience de cero
y todo se renueve para siempre.

Amén.

Así, en estos tres días de impulsos y de confesiones de Mi Corazón, los preparo para el mes de agosto.

Vayan en paz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SAGRADO LLAMADO DEL DÍA 20 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Recemos:

Sagrado Fuego del Corazón de Jesús,
transforma mi vida y libérame de todo mal.

Amén.

(tres veces)
 

He aquí el Fuego de Mi Sagrado Corazón, expuesto al mundo entero y, especialmente, a las almas sedientas.

Este es el Corazón que se entregó por ustedes, este es el Corazón que se donó por ustedes y es el Corazón que aún está abierto a todos los que quieran entrar en Él.

¿Saben por qué Mi Sagrado Corazón hoy está abierto?

Por haber llegado a Mi encuentro. Por haber respondido a Mi convocatoria.

Por eso, Yo les entrego el Fuego de Mi Corazón Eterno, para que sus vidas se puedan transfigurar, así como el Señor se transfiguró en lo alto del Monte Tabor y reveló Su verdadera Faz a algunos de Sus apóstoles.

El Fuego de Mi Corazón, en aquel tiempo no podía ser conocido por todos, pero sí podía ser percibido por muchos, los que estaban unidos al Señor, en Comunión Sacramental, en oración y en Adoración.

Este es el Fuego que traeré al mundo cuando retorne, el Fuego Glorificado de Mi Corazón que, con tan solo la Presencia del Señor, transfigurará los planos y las consciencias que estén presentes.

Y no solo verán venir al Hijo del Padre en compañía del Sagrado Espíritu, sino también podrán ver con sus propios ojos el Fuego de Mi Corazón que, como un Sagrado Sol del Universo, retirará a las consciencias de la oscuridad, del sufrimiento, de las angustias y del dolor.

Por eso, veneren el Fuego de Mi Corazón, Aquel que ilumina más que cientos de soles, Aquel que les trae a sus esencias, en la sabiduría, la alegría de estar Conmigo todo el tiempo, el júbilo de servirme y de sacrificarse por Mí, no solo por este planeta, sino también por toda la humanidad.

Este es el Fuego de Mi Corazón que hoy les presento.

El mismo Fuego que veneró Mi Santa Madre, el mismo Fuego de Mi Corazón que conocieron las santas mujeres en Mi Resurrección.

El Fuego de Mi Corazón que los pastores de Emaús conocieron cuando estuvieron a Mi lado, compartiendo Conmigo, el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

El Fuego del Amor de Mi Corazón es el que permitió la salvación de la humanidad y del planeta.

Fue el Fuego de Mi Amor que Me permitió llegar hasta lo alto del Monte Calvario y aunque físicamente ya no tenía ni una gota de sangre en Mi Cuerpo, por haberla perdido en el camino del Calvario, quiero decirles que fue el Fuego del Amor de Mi Corazón que Me permitió llegar hasta el final para cumplir la misión que el Padre Me había propuesto.

Si ustedes hoy pueden sentir y conocer el Fuego del Amor de Mi Corazón, ¿creen que este Fuego puede vivir en ustedes y con ustedes?, no solo para iluminar sus caminos y vidas, sino para que participen de la grandeza del Reino de los Cielos, aunque estén viviendo en la superficie de este planeta, aunque estén participando del Armagedón.

Yo quiero recordarles, a través del Fuego de Mi Corazón, no solo la experiencia del Amor que Yo viví por ustedes, sino que el Fuego del Amor de Mi Corazón es lo que permite que Yo llegue al mundo, una y otra vez, para encontrar a Mis apóstoles, a Mis ovejas, para tenerlos cerca y para que ustedes Me tengan cerca de sus corazones y esencias.

Hoy, en la solemnidad de este Fuego que se revela a todos, sientan en sus corazones una parte del Fuego de Mi Amor que los reconsagra y los vivifica, que los transmuta y los trasciende, que los eleva y los reconcilia con Dios para que el mundo se pueda reconciliar con el Padre Eterno.

Es por ese Fuego del Amor de Mi Corazón que deben trabajar y obrar.

Es por ese Fuego del Amor de Mi Corazón que deben vivir esta experiencia de la Tierra como una oportunidad de crecer en el amor, en la felicidad de servir a Dios y, sobre todo, de ser parte de Mi Obra de Redención, de la manifestación de Mi Divina e Insondable Misericordia.

Quiero decirles que es el Fuego del Amor de Mi Corazón que hoy llevaré a Sudamérica y, a través de Sudamérica, al mundo entero.

Será el Fuego del Amor de Mi Corazón que iluminará a la Argentina.

Será el Fuego del Amor de Mi Corazón que intentará conceder intuición y sabiduría a las almas del Brasil, en el momento de escoger a quién los gobernará.

El Fuego de Mi Corazón fue el que también se reveló en el Sagrado Cenáculo, en los días siguientes a Mi Resurrección.

Fue el Fuego del Amor de Mi Corazón que les trajo a los apóstoles y a Mi Santa Madre el Espíritu Santo, porque la Segunda Persona de la Santísima Trinidad estaba presente, es decir el Sagrado e Insondable Hijo. 

Es este mismo misterio que hoy les traigo a todos, porque en el fin de los tiempos lo necesitarán; para que no se olviden de que, siendo parte del Fuego del Amor de Mi Corazón, son parte de la Unidad Trina, de esa unidad que debe reflejarse entre hermanos y entre servidores de un mismo camino espiritual.

Por eso, este es el momento de su reconsagración a la Llama de Fuego de Mi Corazón, que arde incansablemente por las almas que adoran y reconocen a Mi Sagrado Corazón y que arde por aquellas almas que no Me conocen ni Me saben, las almas que Yo necesito que ustedes Me aproximen en estos tiempos, para que Yo también las pueda consagrar y curar como a ustedes los he curado y consagrado.

Esa debería ser su principal tarea espiritual: aproximarme a las almas, para que sientan y vean la Llama del Fuego de Mi Corazón, la Llama que encandilará al mundo entero durante los tres días de oscuridad, y las almas podrán ser partícipes de la Luz de Mi Corazón Eterno, a pesar de lo que suceda, a pesar de lo que se presente o se manifieste.

Porque la Llama de Fuego de Mi Corazón no les hará tener dudas, desconfianza o incertidumbre, sino que sus vidas y consciencias se podrán afirmar en Mi Corazón; porque recuerden que Mi Corazón es el Corazón del Padre Eterno, que encarnó y estuvo entre ustedes y con ustedes para traerles la Buena Nueva.

A través de la Llama del Amor de Mi Corazón, Yo los preparo para los próximos tiempos, para que vivan su verdadero apostolado y para que ayuden a su Maestro y Señor a despertar a nuevos apóstoles, que ya están prontos esperando el gran momento, el momento del despertar.

Sean conciliadores y mediadores, sean precursores de la Llama del Amor de Mi Corazón. 

Hagan conocer al mundo que Mi Corazón no solo está abierto a todos, sino también es un Corazón que puede recibir a todos, sin excepción y sin condición. 

Porque cuando tan solo adoren a la Llama del Amor de Mi Corazón, les aseguro que conocerán el universo de Mi Amor y sentirán el impulso interior de hacer cualquier cosa por el cumplimiento del Plan.

Que esta Llama ilumine a los presentes y a los no presentes. 

Que esta Llama le conceda al mundo la paz, la sabiduría y el discernimiento, el entendimiento para saber gobernar, así como gobierna Dios; para que los pueblos y las naciones ya no sean prisioneras de los sistemas del mundo, sino que las almas alcancen la libertad de este eterno cautiverio planetario; para que los corazones reencuentren el Amor de Dios y la eterna esperanza del Sagrado Corazón de Jesús.

Quien venera a la Llama del Amor de Mi Corazón se compromete, y esto no es pasajero ni transferible.

Contemplar a la Llama del Amor de Mi Corazón significa ser consecuente, estar en prontitud y en alerta para ayudar a la Jerarquía Espiritual en todo lo que Ella intenta construir y manifestar. 

Yo no les entrego algo diferente a lo que les entregué a los apóstoles. En este momento, Yo les estoy legando el mismo conocimiento y sabiduría que Mis apóstoles y seguidores recibieron en el Cenáculo. Porque de esta forma, no solo los preparo para los tiempos que llegarán, en los que deberán alcanzar un estado de consciencia neutra, pero no indiferente; un estado de consciencia pacífica, pero no omisa; un estado de consciencia de amor y de compasión, pero no olvidada de la verdadera necesidad planetaria, de las naciones y de los pueblos que sufren en este momento la guerra, los conflictos, el hambre, la persecución religiosa, el tráfico y la migración.

Yo vengo a trabajar al mundo por esas almas, para que la humanidad entera, esa es Mi Mi aspiración, sea una humanidad misionera y fraterna, que no pueda tener el corazón tranquilo hasta que la última alma esté abrigada en Mis Brazos, hasta que la última alma reciba lo que necesita, hasta que la última alma sea retirada del sufrimiento y del dolor. 

Porque existen misioneros disponibles para ser Mis Brazos y Mis Manos en el mundo; para disolver el sistema cruel de esta humanidad a través del servicio anónimo, de la oración interior y del cumplimiento del Propósito de Cristo en el planeta. De esta forma, también Yo los preparo para la próxima misión en Medio Oriente. 

Por esa razón hoy, detrás de Mí, están viendo a Israel, Mi Tierra Santa, la tierra escogida por el propio Padre Eterno para desarrollar el Sagrado Proyecto Genético, a través de Sus Dádivas y Gracias al pueblo de Israel y a sus tribus.

Hoy, la humanidad es el gran pueblo de Israel, expresado en los cuatro puntos del planeta.

Hoy, la humanidad perdida y desorientada, influenciada y perseguida por los dioses modernos del mundo, deberá volverse hacia el pueblo de Israel, hacia el Proyecto Original del Padre, aquel Proyecto que Él les confió a los patriarcas y a los profetas: el Gran Proyecto de la concreción de Su Sagrada Voluntad en el fin de estos tiempos. Porque dentro de cada corazón, dentro de cada uno de ustedes, está una parte de ese Proyecto del pueblo de Israel.

Por eso, vuelvan hacia sus orígenes. Como humanidad, recuperen sus raíces y recuerden que una vez fueron parte de un pueblo sagrado, de un pueblo que debe recuperar su dignidad espiritual y moral, de un pueblo que aún debe concretar la Voluntad del Padre, así como está escrita en Su Corazón Interno. 

La misión al Medio Oriente, que ya deberían estar viviendo internamente, no solo será una misión para ayudar a los pueblos sufridos de esa región del planeta, no solo será una misión para desatar los nudos que atan a muchas consciencias a la perdición; será una misión para poder develar nuevamente los tesoros sagrados de la Jerarquía Espiritual; para que, a través del Fuego del Amor de Mi Corazón, esos tesoros se manifiesten y se revelen al mundo entero, a través de las Sagradas Reliquias que el pueblo de Israel una vez recibió, por medio del Arca de la Santa Alianza y de las Sagradas Reliquias del Cenáculo, por medio del Santo Grial.

Todos esos tesoros deberán emerger a través del Corazón de la Jerarquía, no solo para Medio Oriente, sino también para el mundo; no solo a través de los Retiros Internos, sino también a través de los corazones que tienen sed de encontrar su origen y de sentirse parte del Proyecto de Dios.

Cada etapa de la tarea de la Jerarquía es para completar un nuevo paso, es para realizar un nuevo esfuerzo que va más allá de lo material o aun de lo espiritual, tarea a la que todos son convocados a formar parte, a sentirse parte de la aspiración de la Jerarquía Espiritual; sabiendo que, si los tesoros de la Jerarquía no se manifiestan y emergen, ¿cómo la humanidad enfrentará los tres días de oscuridad?

La solución para el mundo no se encuentra en lo material, sino en lo interno, en el Sagrado Conocimiento que les puede proporcionar la Jerarquía, a través del inagotable manantial de la Instrucción que ennoblece sus espíritus y que fortalece su fe, que los lleva tarde o temprano a vivir como Nosotros vivimos el Plan de Dios, sintiendo en lo profundo del corazón el Amor Divino que todo lo concibe y que todo lo puede. Ese mismo Amor que permitió que Dios se sacrificara por el mundo entero y fuera el último Cordero llevado al matadero, para que el Árbol de la Vida se pudiera volver a erguir y las raíces de los orígenes y de la sagrada historia del planeta pudiera ser reintegrada a la consciencia del mundo. 

Eso es algo que realizaremos en Medio Oriente, algo semejante y profundo. Acompañen a la Jerarquía en esa meta, en la concreción de esa aspiración. 

Por eso, hoy les entrego el Fuego del Amor de Mi Corazón para darles entendimiento y sabiduría, para que todos se sientan Uno en Nosotros y, a través de Nosotros, se sientan Uno con el Padre, con el Hijo y con el Espíritu Santo.

Mientras estoy aquí, contemplo las necesidades del planeta, las súplicas de las almas, los ruegos de los corazones, las intenciones de los corazones puros y humildes de todos los que verdaderamente claman por ayuda.

El deseo ardiente de Mi Corazón es que, a través del Fuego de Mi Amor, alcancen la misma visión y percepción que la Jerarquía. El único puente y el único camino para poder conseguirlo es el servicio a los demás, es la escuela de los grados del amor, que los hará llegar más allá de sus limitaciones y condiciones. Y, cuando alcancen los grados del amor, tendrán una visión universal, así como la tiene la Jerarquía y no una visión limitada o condicionada por la mente.

Es solo a través del corazón que los alcanzarán, cuando su devoción por Mi Amor sea cada vez más profunda y verdadera, sea capaz de colocarlos donde Dios los necesita colocar, aunque ustedes crean que no es posible.

Ahora, Me recogeré para poder prepararme, al igual que ustedes, para ayudar al hemisferio sur y a las Américas, que son parte del Fuego del Amor de Mi Corazón, así como lo es parte todo su pueblo.

Mi Amor se expande sobre la Argentina y les aseguro que, a partir de ahora, cuento los días y las horas para volver a reencontrarme con Mis hijos de Argentina, con todos los guerreros de la Misericordia y de la Paz.

Porque a través de los argentinos, de los corazones que verdaderamente Me aman y Me sirven, Yo podré volver a reencontrarme con todas las Jerarquías de los Sagrados Recintos que guarda la Argentina de norte a sur. 

Les aseguro, a Mis hijos de Argentina, que eso no será en vano y que cumpliré Mi Palabra con ellos, en el fin de estos tiempos, para que cada uno de ellos vuelva a recordar que no solo la Jerarquía ama a la Argentina por ser parte de la cuna de la Nueva Humanidad, sino que la Jerarquía siempre les proporcionará Sus instrucciones y tesoros, para que sus almas siempre se puedan ennoblecer en el Amor del Redentor.

Que Argentina no baje los brazos, que Argentina eleve los brazos hacia Mí, así como Yo extiendo Mis Brazos hacia Argentina, para que Me pueda tomar fuerte y Yo retire a su pueblo de ese eterno naufragio, de la mentira, de la impunidad y de la corrupción.

Que se vuelvan a erguir los corazones de Argentina y de toda América. Recuerden que ustedes son parte de una Gran Red del Tiempo que brilla silenciosamente de norte a sur del planeta hasta que pueda despertar y revelarse. Ese es el gran momento que se aproxima para toda la humanidad.  

Que, a través de Mis sacerdotes, celebremos ahora la Comunión Espiritual, por todo lo que deberá hacer la Jerarquía en Argentina y, a través de la Argentina, en toda América, por todas las culturas y por todos los pueblos, por los más pobres entre los pobres. 

Celebremos, a través del Fuego del Amor de Mi Corazón.

Y luego de esta Comunión Espiritual, bendeciremos a una esposa Mía, de alma y de corazón, que se ofrece para servir en Mis Altares, a la que esperaré en Israel.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Te damos gracias, Señor, por cuanto nos das. 

En este encuentro, te honramos, Señor.

 

A través del Fuego del Amor de Mi Corazón, Yo los bendigo y, a través de ustedes, bendigo al mundo entero: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.   

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

El fin de algunas experiencias

Como una vez ya se los dije, compañeros, Mi tiempo entre ustedes se está terminando y cuando ese tiempo llegue, todo se desencadenará.

Hoy quiero anunciarles que no solo está llegando el tiempo y el ciclo del fin de los impulsos diarios, sino que también está llegando el fin de muchas experiencias crísticas que algunos de los Míos, los más próximos, vivieron en estos últimos seis años y que, por diversas elecciones, perdieron la experiencia espiritual Conmigo y solo quedaron con el recuerdo de lo que alguna vez vivieron Conmigo.

Con esto quiero explicarles y advertirles claramente, que la elección que hicieron algunos de los que estaban Conmigo, en Mi camino, y que ahora no lo están, los llevó a perder la gran experiencia crística de toda su vida, ya que fueron prisioneros de la ilusión y de la creencia de una supuesta invulnerabilidad a los asedios.

En verdad, se dejaron vencer, se rindieron y perdieron fuerzas internas por dejarse llevar por sus flaquezas.

Este es el tiempo del fin de las experiencias, y las almas que quedan sin la experiencia crística pierden el estado de Gracia que, por Misericordia y Piedad, una vez recibieron.

En verdad, la gravedad de las desmedidas elecciones de algunas almas no está en la acción, sino en la pérdida absoluta del sentido común y de la realidad, y del sentido espiritual de la vida.

Por ese motivo, y cuando esas situaciones suceden, la Jerarquía Espiritual ya no puede intervenir o rescatar, porque aquellas almas más miserables que recibieron todo del Universo y ridiculizaron y ofendieron a los tesoros espirituales de la Jerarquía, pasan a estar dentro del caos planetario y del común denominador del sufrimiento inerte de la humanidad.

Es perder absolutamente la posibilidad de estar en comunión con su propio espíritu, porque el espíritu de ese ser, que se desvincula del camino crístico, pierde la experiencia, la que es ultrajada y robada por Mi adversario, en el arte de su astucia y engaño.

¿Comprenden compañeros?

Estar con la Jerarquía Espiritual y vivir en el ámbito en el que está la Jerarquía, como por ejemplo son las Comunidades-Luz, no significa hacer, cumplir o realizar la voluntad propia.

Es obedecer por amor, y en la obediencia estricta y amorosa, poder profundizar en la confianza de la Guía que viene de lo Alto, y así seguir caminando en la transformación.

Quiero que todos comprendan que estar con la Jerarquía no es estar como con un amigo, familiar o con un coordinador de tarea.

Estar con la Jerarquía es corresponder y responder a un comando que proviene del plano espiritual, que es el que después se refleja en el plano mental y por último en el plano material.

En todo este movimiento de integración con la Jerarquía no hay elecciones o gustos, pareceres o ideas propias.

Es unirse a una corriente divina y cósmica superior que una vez los contactó, y así cumplir una Voluntad Suprema.

En claras palabras: estar y seguir a la Jerarquía es no ser nada.

Eso evita que ingresen en el caos de estos tiempos, en la pérdida innecesaria de profundas experiencias espirituales, las que una vez robadas por el adversario, quedan desactivadas del núcleo de la esencia.

Que el proceso de la purificación personal no sea el centro de la atención de ustedes.

Que el centro de atención sea la donación de sí y el amor a lo divino y cósmico, porque así no perderán los últimos impulsos que están descendiendo desde el Universo, y serán así el ejemplo de una transformación y de una redención verdadera.

La Jerarquía Espiritual se desdobla dentro de un campo hostil de batalla permanente, en donde la guerra de todos contra todos ya comenzó.

Pero ustedes deben aplicar la inteligencia del tercer rayo y no dejarse arrastrar por sus propios procesos o traumas, sino que deben sentirse impulsados y ascendidos por las últimas Palabras de la Jerarquía Universal.

Los tres días de oscuridad llegarán y las Islas de Salvación deberán estar preparadas y acondicionadas para el movimiento en masa que habrá que atender como emergencia humanitaria sin precedentes, la que se presentará, de la noche a la mañana, para ser atendida y aliviada.

Toda la preparación y formación que vivan los ayudará a estar a la altura de los acontecimientos.

Por otro lado, la Jerarquía los invita a todos a seguir colaborando en la manifestación y el orden de la vida de las Comunidades.

Pero también, la Jerarquía Espiritual invita a que las consciencias que, en este momento no estén a la altura de las necesidades del Plan, puedan reubicarse en otros lugares fuera de las Comunidades, para que ciertos procesos de purificación no continúen bloqueando la concreción de un propósito que, como les dije, es divino.

La Jerarquía siente en Su Corazón el esfuerzo y el amor de todos, pero no hay más tiempo, y ustedes deben escoger por su transformación verdadera o por su salida.

El Plan ha corrido riesgos importantes y, en este momento, la unidad de la Jerarquía Divina y la asistencia de algunos servidores en la superficie sostiene la realización de una meta que ya había sido desestimada.

Es momento de que cada uno sea sincero con la Jerarquía; que no se engañe más a sí mismo y que no dé tanto trabajo, así como lo da el resto de la humanidad.

Estamos navegando mar adentro en la única barca de la Hermandad, la que está viviendo la tempestad y el naufragio para que se pueda salvar la mayor cantidad de consciencias indiferentes, sea como sea.

Hoy vengo con Palabras de dolor y silencio a decirles todo esto, porque es responsabilidad y madurez de todos dar lo mejor a Dios, por todo lo que Dios les ha dado y les sigue dando después de estos últimos doce años de apariciones.

Como ustedes saben, el ciclo se cerrará y eso no significa que todo termine y que después de eso ustedes se alimenten de fuentes no seguras ni espirituales para poder sentir sus carencias suplidas.

Significa asumir con madurez este planeta, la redención de todo el género humano y, en el servicio abnegado, preparar las bases para el retorno de Cristo.

Son tiempos en los que la necesidad del cambio y de la purificación de las consciencias los colocará ante un universo de responsabilidades.

Muchos de los que hoy ya no están, todavía creen haber salido invulnerables, y creen estar libres de la Ley, porque no aceptaron ser ayudados, corregidos y enderezados como el pobre árbol que estaba torcido.

Ahora no hay tiempo de retroceder, es tiempo de avanzar, de dar ese testimonio que Yo tanto les he pedido y que muchos no comprendieron su significado.

El Corazón de su Señor y el de su Madre Celeste muchas veces se sienten solos, abandonados por las mezquindades, por las ofensas y ridiculeces que cometen frecuentemente, perdiendo la consciencia, el sentido, el discernimiento.

¡Ya basta de todo eso!

Porque es hora de crecer y no de reclamar. Es hora de agradecer todos los días lo que muchos no tienen, pero agradecer de verdad.

Cuando ustedes hayan leído muchas veces todo esto que les dije, Me demostrarán de verdad algún cambio. Mientras eso no suceda, todo seguirá en el mismo punto.

En Ruanda advertimos sobre el genocidio y nadie lo creyó. Hoy advertimos sobre la urgencia de muchos cambios, para que después su arrepentimiento no sea demasiado tarde.

Son momentos de madurar, pero también de abrir espacios o de colocarse hacia un lado para no bloquear lo que otros, con tanto esfuerzo, sí quieren concretar conforme lo pide la Jerarquía.

Llegó el momento de que escuchen claramente y que no se cierren, porque si se cierran a la instrucción, serán presa fácil de Mi enemigo.

Que el fuego de Mis Palabras los impulse y los coloque en otro escalón del Plan, para que las verdaderas emergencias humanitarias, que son muchas, puedan ser atendidas.

¡Les agradezco por tener valentía y amor para escuchar la verdad!

Los bendice y espera por su verdadero cambio,

Su Maestro y Señor, Cristo Jesús

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN PIRIÁPOLIS, MALDONADO, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Nuestros últimos mensajes, las últimas instrucciones que serán entregadas a la humanidad serán contundentes, determinantes y reveladoras.

Todo el conocimiento de la Jerarquía, guardado desde los Patriarcas hasta el presente, se conocerá y la humanidad será colocada, definitivamente, para dar su último y gran paso. 

Este movimiento que impulsará la Jerarquía Espiritual, vendrá de la mano de la concreción de obras y de proyectos de caridad que beneficiarán a la humanidad y serán inimaginables, porque se concretarán de la noche a la mañana.

Por eso les digo a todos que aprovechen al máximo los últimos momentos en los que la Jerarquía los instruirá y los guiará, antes de que lleguen los tres días de oscuridad, los tres ciclos de transición, porque así estarán a la altura de los acontecimientos y no serán sumergidos en la indiferencia global.

Aprovechen al máximo los últimos impulsos, no pierdan ni una palabra de la Jerarquía, porque allí podría estar su salvavidas en el gran momento de la tempestad espiritual.

Estén atentos y sobre todo muy agradecidos.

Ya les hemos dado todo para que puedan triunfar en la humildad, háganlo antes de que nos vayamos.

¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!

Los bendice,

Su Maestro y Señor, Cristo Jesús

APARICIÓN RESERVADA DE LA VIRGEN MARÍA EN LA CIUDAD DE NÁPOLES, CAMPANIA, ITALIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

María, en este momento, aparece vestida de blanco, descalza, con la Luna a Sus pies y la Corona de Doce Estrellas.

En el centro de Su pecho aparece el símbolo de una gran Eucaristía, que tiene las letras JHS. En presencia de Nuestra Señora los espacios se estabilizan. Su energía de paz establece armonía y une este espacio y este lugar con la Fuente de Dios, por medio del trabajo de oración que fue realizado.

Nuestra Señora nos pidió transmitir primero Sus palabras para que la podamos acompañar en lo que Ella está haciendo en este momento.

Nos vamos a unir y a sintonizar con la presencia de María como la Madre de la Sagrada Eucaristía.

Queridos hijos:

Desde el Cielo, Yo les traigo la protección interior porque si están Conmigo, están con Dios y con Su Plan de Amor, el que a pesar de ser impredecible para los hombres, es un Plan que se realizará primero en los niveles de los mundos internos para después manifestarse en la superficie por medio de las almas y de los corazones que se redimirán en Cristo.

Yo les traigo esa seguridad interior porque sé que la necesitan para poder seguir confiando en Dios y en Su Presencia.

Es así que hoy les traigo el Sagrado Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo porque, como Sierva y Discípula del Señor, soy la primera que debe adorarlo y honrarlo, no solo por Su tarea y Su misión realizada en la Tierra, sino por Su gran Obra de Misericordia y de Gracia en el Universo y en la humanidad.

Yo les traigo, en este momento, un espacio del Reino de Lys en donde esa seguridad interior se expresa y se manifiesta por medio de los ángeles que allí están presentes y que trabajan con todas las almas peregrinas que llegan al Santuario de Fátima para reconocer, una y otra vez, a la Madre de Dios, a la vencedora y triunfadora sobre las tinieblas.

Este es el tiempo, hijos Míos, de aprender a vivir los momentos más difíciles de la humanidad porque así ayudarán a otros hijos Míos a hacerlo. Ayudarán y enseñarán a atravesar el fin de los tiempos sabiendo que, a pesar de que se presenten los tres días de oscuridad, sabrán cómo continuar porque quien está ante el Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo, está ante Dios y Su Presencia Celestial, Su Trono, Su Poder, Su Majestad.

Es así que, en el silencio de Mi Corazón, Yo les traigo la verdad de saber escuchar a Dios por medio de los Mensajeros Divinos, de poder confiar más allá de los acontecimientos o de los cambios. Yo les traigo la oportunidad de vivir el sacrificio por Mi Hijo, verdaderamente, y sin ilusiones ni imaginaciones.

Sé que es un paso muy grande para todos los servidores de Cristo, pero Dios necesita expresarse en estos momentos tan difíciles de la humanidad para que la consciencia humana aprenda a cambiar y a trascenderse, aprenda a buscar la reconciliación con Dios y nunca más alejarse de Él, de la Fuente de Su Amor y de Su Gracia.

Ante la Presencia del Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo en Mi Corazón, Yo les traigo también la Sabiduría de Dios, sabiendo que en estos tiempos difíciles, grandes decisiones deberán ser tomadas para que la Obra de Mi Hijo se cumpla a pesar de las consciencias o de los cambios.

Sepan, hijos Míos, que nunca atravesaron un tiempo tan diferente de este, un tiempo tan impredecible, porque este es un tiempo en el que deben aprender a estar en Cristo y en el Amor de Mi Hijo para que, en esa unión perfecta con Él, se fortalezcan y sigan adelante cumpliendo con Su Plan y con Sus pedidos.

A través del Reino de Lys, Yo les traigo la Paz, la Paz del Ángel de Portugal, porque este fiel Mensajero de Dios en esta peregrinación está trabajando mucho para ayudar a los ángeles de las demás naciones de Europa que necesitan liberación y auxilio al igual que todos Mis hijos de este histórico y herido continente.

La Luz del Reino de Lys emerge como grandes esferas de consciencia en las que Jerarquías y ángeles de Luz se manifiestan en los planos internos, en los que ocurren grandes interferencias, para socorrer, auxiliar y aliviar a las almas, para reencender en los corazones la devoción y el amor a Dios, para traer la paz al mundo en los lugares donde ya no existe por ignorancia o por error.

Pero el triunfo de Mi Inmaculado Corazón se dará en situaciones límites, en momentos límites, en tiempos culminantes y decisivos.

Por eso, hijos Míos, Yo apelo a que puedan reconocer esos momentos, para que puedan estar atentos y vigilantes así como lo está su Madre Celeste ante la adversidad y ante la batalla espiritual de estos tiempos.

La Mano de Dios nunca se separará de ustedes si permiten que esté sobre ustedes todo el tiempo. Dios desea profundamente el amor y el bien a la humanidad, pero muchos no lo aceptan.

Para poder ver a Cristo en Su Segundo Retorno, cambios importantes deberán suceder en la humanidad y en el planeta, cambios que deberán comenzar en la consciencia para que se reflejen en las acciones, en los ejemplos y en los actos; sabiendo que un grupo como ustedes, al servicio de Mi Hijo, debe sostener lo que es imposible para una consciencia tridimensional y humana.

Pero la fuerza de Mi Inmaculado y Materno Corazón los impulsará a llevar adelante la antorcha de la paz que iluminará al mundo y, en consecuencia, traerá la Presencia de Cristo a la humanidad y a los corazones perdidos.

Sepan que no deberán sobrevivir en estos tiempos como muchos están sobreviviendo, de forma espiritual y material. Dios les da todo para que ustedes lo puedan dar todo. Dios no les reclama. Dios los espera y los escucha, los acoge en Su Corazón Eterno e Infinito. Dios les trae la Paz por medio de Sus Siervos celestiales.

Dios establece Su Misericordia en aquellos que escuchan Su llamado y no retroceden, porque este es el tiempo de conceder una gran cura para el planeta y para la humanidad. Es el tiempo de sostener lo que es insostenible y de amar lo que es imposible de amar, de comprender lo que es imposible de comprender. Es tiempo de considerar los valores que les ha dado la Jerarquía en cada momento y en cada etapa, porque así tendrán siempre una dirección, un camino, una luz en el horizonte en los tiempos de oscuridad.

Yo les traigo, por medio del Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo, la Fortaleza de Dios. Aquella misma Fortaleza que Mi Hijo necesitó en el momento culminante del Huerto Getsemaní cuando, en una profunda soledad y oscuridad, no dudó de Dios ni siquiera en un momento. Porque, a pesar de haber sido un hombre simple y humilde mantuvo Su fe en lo Alto, en la Voluntad más allá de comprenderla o de vivirla.

Por eso, Él es el Cristo y ustedes también lo pueden ser. Mi Hijo, en este tiempo, no solo dice palabras para alegrarlos o alentarlos. El Nuevo Cristo es aquel que imita a Mi Hijo en el ejemplo y en la vida interior aunque caiga y se levante muchas veces. Mi Hijo los impulsa a ser los Nuevos Cristos porque serán los apóstoles que defenderán y proclamarán Su Segundo Retorno a la humanidad en los cuatro puntos de la Tierra. 

Hermanos, que hoy ustedes desconocen, proclamarán la venida del Redentor y se cumplirá la profecía que está escrita en la Biblia: “La Mujer vestida de Sol llegará de nuevo a la Tierra con la Luna a Sus pies y la Corona de Luz en Su cabeza, anunciando el advenimiento del Redentor, del Salvador, del Maestro entre los maestros, de aquel que triunfó en el Amor y en la Verdad”.

Sean uno en Cristo en cada momento, en cada circunstancia, bajo cualquier situación o experiencia. Así, Él estará entre ustedes y ustedes estarán en Él. Así, Él cumplirá Sus Prodigios y manifestará Sus Gracias a los que las necesitan hace mucho tiempo.

Yo les ofrezco el Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo como una puerta para su redención y su entrega a Dios. Mi Gracia Maternal será su fortaleza y su consuelo en los momentos difíciles.

Tengan fe en lo que les digo y oren por las causas de Dios, para que se cumpla Su Voluntad y en la Tierra se realice Su Plan de Amor.

Les agradezco por escucharme.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE EL SAGRADO LLAMADO, EN LA CIUDAD DE VIEDMA, RÍO NEGRO, ARGENTINA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

 

Hoy Mi Rostro se reclina sobre el suelo y besa el suelo de Argentina, para que el Padre envíe hacia el mundo el sentimiento más profundo de Su Amor, a fin de que se cumpla Su Voluntad en esta parte del mundo y en toda Sudamérica.

He venido como el Sacerdote entre los sacerdotes, para dar comienzo a la celebración de esta Eucaristía, que congrega a todos en el amor, en el bien y en la paz, y que llama a las culturas y a los pueblos a unirse a la Esencia de Mi Amor, porque Yo he venido al mundo por todos y para todos los pueblos.

En Mi Amor Yo les enseño las verdades, lo que deberán aprender para estos tiempos difíciles, sabiendo que es imprescindible que aprendan, como Mis discípulos, a unirse a Mi Cielo para que su Gracia descienda y los colme.

El momento más agudo de la humanidad se está aproximando. Por eso vengo en Divinidad y en Espíritu para prepararlos, así como vine a Mis apóstoles antes de Pentecostés para traerles la Buena Nueva, el anuncio de Mi Resurrección.

Pero hoy no podré venir completamente con todo Mi Ser, porque no lo soportarían; aún sus cuerpos deberán seguir purificándose para alcanzar el estado necesario e interior a fin de que Me puedan reconocer cuando Yo retorne al mundo, de una forma nunca antes vista.

Allí conocerán la verdadera Faz del Señor y el legado que el Hijo de Dios recibió del Universo, de las Manos del Padre, será conocido.

La Tierra ya se habrá purificado y redimido. Los pecadores ya han sido perdonados, para que puedan recibir el legado del Padre Celestial, el que unirá a los pueblos, a las razas y se constituirá, en el Espíritu Santo, una sola creencia: la creencia en el Dios vivo, el que siempre ha estado con ustedes desde antes que existieran, desde antes que surgieran y desde antes que fueran creados dentro de este sistema universal.

Para algunos, Mis Palabras sonarán nuevas; para otros, Mis Palabras ya serán conocidas.

Es hora de que reconozcan el lenguaje del Señor, el que proviene de la Fuente Primordial para venir a rescatar el mundo y su humanidad perdida.

Por eso muchos más deberán consagrarse como Mis apóstoles.

He escogido venir fuera de la Iglesia después de tanto tiempo, para que el resto de la humanidad Me pueda reconocer como la Segunda Persona en la Santísima Trinidad, la que vive y propaga la Misericordia de Dios en el mundo.

Los invito a elevar la consciencia de estado a través de la oración, del silencio y del perdón. Porque primero deben perdonarse a ustedes mismos para que aprendan a perdonar a los demás, y la humanidad se pueda perdonar los unos a los otros, a pesar de lo que ha sucedido y vivido a través de los tiempos y de las últimas generaciones.

Confíen plenamente que una nueva vida que comenzará sobre la Tierra y que ya no será necesario que los hombres y mujeres vivan en el sufrimiento y en el dolor, porque lo que Yo les traigo es algo renovador, algo más renovador de lo que les traje la primera vez, cuando encarné en este mundo para anunciar la Buena Nueva, para declarar Mi segunda venida a la humanidad.

Deben ser merecedores de la Gracia de Dios. Deben ser partícipes de la Comunión Divina con el Espíritu, porque del Espíritu Sagrado de Dios todos provienen y a ese Espíritu Sagrado algún día volverán, después de haber pasado por la experiencia de la Tierra, por esta escuela, y aprender a vivir el Amor, el Perdón y la Redención.

Nunca he besado el suelo de ninguna nación de la Tierra.

Para que comprendan ese símbolo, verán qué grande es la necesidad planetaria y la unidad entre los pueblos y las naciones, a pesar de los que los gobiernan.

Su verdadera existencia está en lo Alto, en el Universo, en lo que puedan recibir del Padre Celestial y que nadie les quitará bajo ningún medio.

Deben colocar su mirada hacia las estrellas y no hacia lo superficial. Así aprenderán a atravesar los tiempos y conquistarán nuevos estados de consciencia, que los llevará a comprender muchas cosas por medio de la Sabiduría Divina.

Así ayudarán a que otros puedan despertar y aprendan a vivir Mi Evangelio como una escuela básica en este tiempo de despertar, en donde las consciencias deben reconocer que deben cambiar para poder formar parte de lo nuevo, de lo que vendrá del Cielo, durante Mi segunda venida.

Dios les ha dado un eterno servidor que es su Ángel de la Guarda, el cual siempre espera por sus pasos en la Obra de la Misericordia, del Servicio y de la Redención, para que aprendan a crecer interiormente, para que aprendan a ser buenas personas, a pesar de las imperfecciones o de los defectos.

Yo vengo a buscar lo que existe dentro de ustedes, lo que Dios depositó dentro de ustedes y que forma parte de Mi Iglesia Celestial.

Deseo penetrar sus templos internos. Deseo morar en sus corazones, para que puedan sentir cosas diferentes a las que hoy sienten, para que puedan vivificar Mi Consciencia y así, formar parte de los rebaños de Dios que son guiados por el Amor de Cristo y que solo aspiran a amar y amar cada día más.

Eso los liberará de la esclavitud espiritual que muchas consciencias y almas viven en estos tiempos.

Eso los librará de las dolencias espirituales y materiales.

Pero deben abrirme su corazón para que en ustedes se constituya Mi Proyecto de Redención.

Argentina es un país que amo profundamente, porque sé que fue creado por un Propósito Mayor que aún muchos desconocen.

Aquí deberá surgir la nueva luz del amanecer, para que después de los tres días de oscuridad, las almas reencuentren el sentido de caminar hacia el Infinito y en arrepentimiento, pedir perdón a la Creación por tantos errores cometidos.

Argentina es un pueblo que deberá regenerar su consciencia en unión a la Jerarquía Espiritual, en unión al Sagrado Corazón de Jesús, para que sus decisiones sean coherentes y estén dentro de la Ley Divina y no de la ley de los hombres. Eso evitará muchos sufrimientos y muchas penas, amarguras y grandes angustias.

Yo vengo a retirarlos, compañeros, de las invenciones de Mi enemigo despertando su consciencia hacia lo Alto, hacia lo que proviene de la Fuente y es eterno.

Es ese Amor que vive dentro de Mi Corazón, que hoy Me trae aquí por cada uno de ustedes y de sus hermanos; por cada una de sus familias, de sus pueblos y ciudades; por cada ser que vive sobre Sudamérica.

Pero sé que no todos responden a lo que necesito.

Como hace dos mil años atrás, los llamaré de ir de dos en dos, a fin de que sean testigos de Mi Retorno y, en confianza, testimonien Mi Presencia en la humanidad.

Les daré el poder de la palabra y la humildad del corazón, para que la Sabiduría del Espíritu Santo los guíe y demuestre que soy Yo el Hijo de Dios, que está anunciando Su retorno al momento más crucial de la humanidad y del planeta.

Que se abran sus ojos a este Misterio que se está revelando en Argentina, porque he escogido el lugar más simple entre los simples que existe, para darles esta buena nueva y anunciarles que el fin de su cautiverio esta próximo.

Crean que todo se renovará. Comiencen imitando Mi ejemplo en las buenas obras y hagan el bien por donde vayan, porque el amor es lo que salvará al mundo y no las armas.

Renuévense en la esperanza de Mi Corazón y sigan abriendo las puertas a Mi Divina Misericordia, porque aún tengo sed de muchas almas, especialmente las que sufren en soledad y en silencio.

Quiero que todos sepan que es Jesús de Nazaret que les está hablando y anuncia el advenimiento de Su Gloria y del Reino de Dios para todo el planeta, en el momento más culminante de la humanidad.

Reciban entonces los santos Sacramentos, para que puedan ser bendecidos por Mi Espíritu.

Aprendan a amar la Palabra de Dios, pero colóquenla en práctica durante sus vidas, porque no solo bastará leer la Palabra de Dios sino vivirla.

Las parábolas que les he dejado son enseñanzas básicas para los que recién comienzan a vivir el camino de Cristo. Pero aún hay más por conocer y por descubrir.

El Conocimiento divino no termina en la Biblia.

El Universo de Dios se aproxima para entregar sus revelaciones y así como los Profetas y los Patriarcas, finalmente la humanidad pueda consagrarse al nombre del Señor.

Elevando una Mano hacia el Cielo y la otra sobre Mi Corazón, oro por ustedes diciendo:

Padre, desciende Tu Piadosa Compasión sobre la Argentina, para que las almas descubran los poderes maravillosos de Tu Amor, que todo salva, que todo cura y que todo redime.

Coloca a todos en Tu Corazón para que el Soplo de Tu Espíritu guíe a los hombres y mujeres de la Tierra, así como Tú guiaste, Padre, al pueblo del desierto junto a Moisés, a fin de que descubrieran Tu Tierra Prometida.

Que Tu Voluntad, que originó toda la vida. sea vivificada.

Que las almas puedan nacer en este mundo, para experimentar la riqueza de Tu Amor entre las familias y los pueblos, deseando profundamente, Señor, de que en todo se encuentre Tu Divina e Insondable Misericordia, para que los errores sean disueltos y el corazón de los seres de la Tierra se alegre al encontrar Tu Paz. Amén.

Este es el momento en que Mi Iglesia Celestial se aproxima a la Tierra, para que los elementos ofrecidos en el Altar sean consagrados para el bien, la bondad y la Misericordia en los hombres y en todos los que creen en el Retorno de Cristo.

Celebremos este momento con gozo en el espíritu, por una renovación espiritual en la Argentina, para que este pueblo se consagre como un rebaño de Dios que escucha y responde a Sus sagrados designios.

Señor, bendice todo lo que has creado para darle a Tus hijos la bondad de Tu Corazón y el Infinito Espíritu de Tu Gracia.

Que las almas en esta Comunión con el Sagrado Corazón de Jesús encuentren el camino hacia Tu Casa Celestial.

Que se abran las puertas del Cielo y descienda la lluvia de Amor del Espíritu Santo, a fin de que las almas sean bendecidas por la Misericordia de Dios y por Su Infinita bondad, la que une a los corazones bajo un mismo propósito.

Hoy se renueva el Misterio del Glorificado Cuerpo de Cristo, presente en el Pan Vivo que nutre a las almas con Su Sublime Espíritu.

Hoy se renueva el Misterio del Santo Cáliz que derrama la Sangre del Cordero y liberó la opresión a los hombres de toda la Tierra, a fin de que triunfara a través de los tiempos el Amor de Dios

En aquel tiempo, Yo tomé el pan y dando gracias a Dios, Mi Divino Espíritu lo bendijo y repitiendo las Palabras que el Padre Celestial dictaba a Mi Corazón, les dije a Mis Apóstoles y a todos los que estaban presentes: Tomen y coman todos de él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado para el perdón de los pecados.

Del mismo modo elevé el Cáliz y el Padre lo bendijo con Su Espíritu, el Poder Inmaterial y Universal.

Les dije a Mis Apóstoles: Tomen y beban todos de él, porque este es el Cáliz de la Nueva Alianza entre los hombres y Dios, entre las almas y el Padre Celestial.

Sangre ¡exorciza, perdona y repara a los corazones! Sangre Divina de Cristo, que vivifica a las almas en el Gran Universo del Amor Creador de Dios.

Este es el Cuerpo y la Sangre de Cristo, que a través de los tiempos se ha entregado y que aún se seguirá entregando por la redención del mundo y de la humanidad, a fin de que despierte la nueva humanidad en el impulso de los Nuevos Cristos. Amén.

Y ahora recemos juntos para que más almas comulguen de Mi Espíritu y de Mi Fuerza de renovación.

Padre Nuestro...

Que la Paz del Padre Celestial esté en sus corazones y en los corazones de todos los seres de la Tierra.

Que en la Argentina siempre esté la Paz y que se proclame al mundo, desde Sudamérica, el triunfo de la Divina Misericordia en la humanidad.

Que se cierren las puertas al sufrimiento, al pasado y a la perdición.

Que se abran las puertas a la nueva vida y a la cura de todas las consciencias, a fin de que todos se sientan partícipes de la segunda venida del Reino de Dios.

Con la Luz de Mis Llagas Yo los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En fraternidad, por Argentina y el mundo, se darán el saludo de la paz.

¡Les agradezco!

 

Maratón de la Divina Misericordia
Aparición de Cristo Jesús durante la 50ª Maratón de la Divina Misericordia, en el Centro Mariano de Figueira, Minas Gerais, Brasil, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón

Fray Elías del Sagrado Corazón: 

Repitamos:

Ven, Humildad de Dios 
y fortalece mi vida.
Ven, Humildad de Dios
y hazme nada en Tu Esencia Divina.
Amén.

        Y ahora, a pedido de Cristo, la haremos juntos.

 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Vengo con todos los Rayos de Mi Gloria hacia ustedes, Rayos más brillantes y dorados que todo este altar, que todos los soles que existen en el Universo; más brillantes que todas las estrellas, que toda la vida y que toda la esencia.

Esta es la Humildad de Dios en Mi Corazón, que hace posible lo imposible, que convierte el pecado en amor y que disuelve el error por medio de la Divina Misericordia.

Estos son los Rayos de la Divina Humildad de Dios, que los formarán, que los fortalecerán y que los animarán a seguir, en estos tiempos, el camino del apostolado que hoy les indico, al cual se han ofrecido por medio de sus intenciones en esta simple cesta.

Vengo a traerles el Don de la Humildad de Dios, el que ha permitido toda la existencia; porque en la Humildad de Dios está el amor y en el amor está la Sagrada Unidad, que es la Fuente de expresión de todas las cosas.

Vengo con Mi Corazón resplandeciente en este día, sintiendo el gozo profundo de sus almas por estar abriéndome los caminos para que Yo los pueda recorrer, junto a ustedes, en esta sagrada misión planetaria.

Vengo a entregar el Don de la Divina Humildad de Dios a todas las almas, especialmente a las buscadoras de la Verdad, a aquellas que aún no se sienten plenas en el Señor.

Hoy vengo a pedirles, amados compañeros, que no miren más sus errores; que miren en ustedes las virtudes, las santas virtudes de la transformación interior, no para vanagloriarse ni tampoco para engrandecerse.

El Don de la Divina Humildad de Dios les permitirá realizar Mi Obra y cumplirla en cada etapa, así como lo tiene previsto Mi Sagrado Corazón.

En esta Sagrada Humildad de Dios, en esta Divina Humildad del Padre, se encuentra la renovación de sus vidas.

Porque si viven en la Humildad de Dios mientras estén en esta superficie del planeta y ante estos tiempos caóticos, nada más importará.

Que sus corazones y vidas puedan ser fuentes e instrumentos de esa Divina Humildad.

Hoy, he decidido venir antes del tiempo previsto, porque la Gracia Me lo ha permitido y porque sus corazones aspiraron a encontrarme en su interior, pleno y vivo.

Los invito, compañeros, a buscar, en estos tiempos, la Divina Humildad de Dios.

Recuerden que, en el día de ayer, Yo les dije que depositaría en sus manos Mis Designios; este es el primero y el fundamental, porque en la Divina Humildad de Dios siempre encontrarán la salida ante las dificultades y todas las pruebas que puedan atravesar y vivir en este tiempo.

Los animo a no tener miedo, sino a fortalecer su confianza en Mi Corazón misericordioso.

Estoy viendo en sus vidas, finalmente, las Virtudes de Dios, el espíritu de la realización de Mi Obra en las almas más imperfectas de este planeta y en los espíritus que estuvieron muy lejos de Dios, hace mucho tiempo.

Por eso, les vengo a demostrar que es posible vivir en la Divina Humildad de Dios. Eso siempre los unificará como hermanos y Mi adversario no colocará su mano para intentar destruir Mis Planes en ustedes.

Ya han construido en ustedes, en estos últimos cincuenta encuentros, el Don de la Fortaleza, que los lleva siempre a tener más sabiduría en el momento de tomar decisiones importantes en sus vidas.

Un ejemplo de todo esto son los Adoradores de Mi Santísimo Cuerpo Eucarístico.

Vean cómo Yo no he hecho nada, sino cómo ustedes lo hicieron todo por medio de su constancia, de su perseverancia, de su fe; superando obstáculos, internos y externos; superando barreras, límites y todas las perturbaciones posibles, para poder finalmente unirse a Mí en la Sagrada Fuente de la Eucaristía de Mi Corazón.

Es así, que hoy vengo como Sacerdote Mayor, para celebrar este momento con cada uno de ustedes, por la humanidad, por todos los pueblos y todas las razas, por todas las naciones del mundo; más aún por aquellos que están lejos de Dios, en su profunda oscuridad.

Hoy, quiero que sus corazones sean relicarios, que se conviertan en tabernáculos, para que Yo pueda depositar la Eucaristía de Mi Corazón en la más perfecta unidad con sus esencias.

Vengo así, a tejer, simbólicamente, con hilos de oro, desde Mi Corazón hacia cada uno de sus corazones; trayéndoles los Dones del Espíritu Santo, que se han mostrado verdaderamente en sus almas, en cada grupo de oración y en cada grupo de servicio, que sostiene, perpetuamente, Mi estandarte de la Paz.

Vendrán tempestades, la Tierra temblará, el universo gritará y se escucharán cosas espantosas, pero les pido que, en este encuentro número cincuenta, sus corazones no vacilen, sino que pongan en práctica las virtudes espirituales que han adquirido por medio de la oración, de la comunión y de la Adoración a Mi Sagrado Corazón. Eso los hará invencibles, a pesar de cualquier locura. Eso los hará fuertes, a pesar de cualquier embate.

Aunque Cielo y Tierra pasen, Mis Palabras se perpetuarán en aquellos que han creído en ellas, porque serán victoriosos como es victorioso Su Rey del Universo y cada esencia divina que vibra en este universo sideral.

Vengo a darles fuerza, coraje, valentía, entusiasmo y una inextinguible motivación para los tiempos difíciles que llegarán.

No puedo negarles los tres días de oscuridad. Ustedes deberán ser Mi Luz en el mundo, más brillante que el Sol y que todas las estrellas porque así, serán faroles en el mundo que iluminarán en la noche a todas las esencias caídas y a los ángeles del universo que vendrán en auxilio de la humanidad para retirarla de su abismo y de su derrota.

Enviaré, entonces, al Arcángel Rafael para que Él los cure, todavía en este tiempo que resta.

Enviaré al Arcángel Gabriel para que en sus mundos internos se anuncie la Palabra de Dios y sepan estar, actuar y proceder en donde Yo lo necesite.

Enviaré al Arcángel Miguel para que sus almas se conviertan en una luminosa espada que cortará las tempestades, disolverá los abismos e iluminará los caminos de los que están en tribulación.

Por eso, Mi Madre Santísima se anuncia en este tiempo para dar el mensaje de Mi Retorno.

La última fase que vivirá la humanidad será un servicio mayor y exigente, hasta que todo suceda.

Esa será la hora de que se refugien en Mi Corazón, para que el Señor, el Todopoderoso, los ampare y los guarde de todo mal.

Pero les pediré una última cosa en ese momento, que oren por los que permanecerán en la oscuridad y que partirán de este mundo en tinieblas, porque han buscado ese destino para sus vidas.

Nadie podrá salvarse del Juicio Universal. Será necesario pasar por eso porque de lo contrario no podrá existir una Nueva Humanidad.

Yo los preparo para que sean parte de esa Nueva Humanidad, para que crean que podrán serlo por encima de todas las cosas y, principalmente, para que dejen de sentirse como estrellas caídas porque ahora ya son estrellas redimidas por la Gloria de Mi Corazón.

Acepten entonces, en esta tarde, esta Comunión Conmigo para que podamos prepararnos para ese próximo tiempo con total consciencia y discernimiento.

Hoy vengo a oficiar, a través de los Sacerdotes, estos sagrados Sacramentos que servirán de impulso espiritual para las almas, de cura y de renovación para todos los que los vivan interiormente.

Hoy no quiero hablarles del mal que hace el mundo, por mayor que sea. Hoy quiero quedarme en el regocijo de sus corazones al haber confiado en Mi santa Palabra; por más que no Me vean, por más que no realice grandes fenómenos o milagros ante ustedes, porque el verdadero milagro es la conversión y la redención de sus corazones; así se cumplirá Mi Voluntad.

Celebremos entonces, hijos de Mi Padre, esta coyuntura especial en la que Mi Corazón es el Portal hacia el Cielo para cada uno de ustedes, el Cielo atraviesa Mi Corazón para llegar hasta aquí y unirse a sus almas.

Entremos, entonces, en el júbilo de Mi Reino Celestial, en donde he preparado una morada para cada uno de ustedes, después de esta vida.

¿Aceptan esa Morada de Dios?

¿Aceptan ir Conmigo al Paraíso?

Entonces Mi Obra se cumplirá aún más, contaré con ustedes, paso a paso, en todo lo que necesite para realizar el Proyecto Redentor.

En esta tarde, sientan el gozo de estar Conmigo y, a través de esta unión, disuelvan el mal de la humanidad.

Ustedes son almas al servicio del Padre, vivan en el espíritu de Su Santa Humildad y la Tierra será repoblada de Nuevos Cristos.

Ahora consagraré los elementos y también a los que hoy se consagrarán, después de haber vivido este ejercicio de Adoración, a Mi Corazón Eucarístico y Divino.

Que este ejercicio se cumpla hasta el fin de sus vidas, para que más almas sientan el magnetismo de vivir, como ustedes, la sagrada Adoración, trayendo el Universo de Dios a la Tierra con una simple mirada a Mi Eucarístico Corazón, lleno de bondad, de Misericordia y de un profundo amor que he sentido de ustedes en muchos momentos.

Esto es lo que Me hace retornar aquí, porque ya no sería posible por todo lo que hace el mundo y su humanidad, por todo lo que promueve esta raza de superficie en la Creación y en los Reinos de la Naturaleza.

Finalmente, compañeros, con Mi Mano sobre Mi Corazón, puedo decir que ustedes ya son parte de Mis Manos y de Mis Pies, y Yo Soy en ustedes, en esta Obra de redención planetaria, por medio de los grupos de oración, de los peregrinos y de los miembros que forman parte de Mi Red-Luz universal.

Brillen como soles todo el tiempo.

Brillen como almas y como esencias, y sus dificultades se disolverán.

Brillen como han brillado los Adoradores y sigan haciéndolo para que Me superen en el Amor y en todo lo que Yo he vivido por ustedes durante Mi Sagrada Pasión, porque creo que es posible que Me puedan superar en el Amor.

En el Nombre de Mi Padre, ¡aleluya!

No seguiré emanando más Amor porque podrían ahogarse.

Soy exigente, pero amo todo lo que contemplo, todo lo que busco y a quien llamo para servirme.

Celebremos esta alianza entre el Cielo y la Tierra. Celebremos esta alianza entre Dios y Sus pacificadores a fin de que exista un mayor tiempo de paz en este planeta.

Ahora, para que los ángeles transubstancien los elementos entonaremos el cántico Aleluya, así como lo han entonado con el gozo de sus corazones ante Mi Presencia sacerdotal. Los escucho.

Me siento feliz cuando las almas se consagran y el Plan de Mi Padre se realiza y se manifiesta en las cosas más simples y humildes. Este es el fiel ejemplo de que siempre allí, encontrarán el Reino de Dios.

Todos pueden ser Adoradores de Mi Corazón siguiendo los principios de la Orden que Yo he fundado, en estricta obediencia. Eso testimonia que Yo estoy aquí presente, obrando y trabajando por medio de sus corazones y vidas. Esto es lo que hará siempre que Mi Obra en la humanidad sea eterna.

Les agradezco ante la presencia de los ángeles y de los coros de Dios.

Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Antes de irme de aquí, también quiero que glorifiquen este momento por medio de una simple canción para que, a través de ella, Yo pueda hacer llover mucho más amor en el mundo.

Les agradezco.

Canción: Lluvia de Amor.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 48ª. MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN LA CIUDAD DE SANTIAGO DE COMPOSTELA, ESPAÑA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Escribe en tu corazón Mis Palabras y que ellas no desaparezcan, porque serán Palabras necesarias para los tiempos que vendrán.

Yo Soy tan semejante a esta Luz, que quien Me sigue nunca estará en tinieblas. Feliz será el que siga Mi Luz y la reconozca dentro de sí, porque no perderá la oportunidad de sentir el poder y la fuerza de Mi Amor.

Cuando Mi Luz está presente, no hay tinieblas. Los tenebrosos y los demonios caen a los infiernos, porque Mi Santo Padre, el Arcángel Miguel, los ha derrotado uno a uno. Es por eso que ahora no deben temer por nada, sino por no convertir a sus corazones; conversión que debe ser consecuente con Mi pedido, en este tiempo final, en el que todo se define dentro y fuera de los seres.

Quien busca esta Luz, no perecerá. Quien vive en Mi Luz será luz en las tinieblas en los tres días de oscuridad.

Mi Luz es la esencia del amor y Mi Amor es la esencia de la vida; la vida que Dios nos ha dado desde el principio, a todas Sus criaturas. Bellísima es Su Luz en el universo, porque es triunfadora y no se puede derrotar.

Verán moverse los infiernos. Sentirán la Tierra temblar. Podrán ver cosas espantosas en los tiempos que llegarán, pero sepan que será el momento de la gran definición y estará en ustedes la decisión y la libertad de hacerlo, porque necesito almas que resplandezcan ante Mi Llamado. Necesito guerreros que luchen contra cosas inmensas, contra las cuales nunca lucharon. Por eso, los integro a todos en Mi Luz, que es la Luz eterna de Dios; es la unidad, es la omnipresencia y la ciencia universal.

¡Ay! de aquellos que no entren en la Luz de Mi Corazón. ¿Cómo podrán persistir en estos tiempos agudos?

Yo vengo a dar algo al mundo, en lo que la mayoría no pone atención, sino en lo superficial y mezquino. Verán hombres y mujeres golpearse su pecho por no haberlo hecho, por no haber buscado Mi Luz, la Luz eterna del Creador.

Hasta la última gota de Mi Esencia está siendo entregada. Estoy dando cuenta ante Mi Padre por ustedes y por el mundo. No rechacen ni pierdan esta oportunidad, porque es de las últimas y en ustedes deberán estar vivos todos los tesoros, que mes a mes y de tiempo en tiempo, les he entregado a través de este simple encuentro de oración.

Es hora de que coloquen las llaves del Cielo sobre la mesa y que contemplen con gratitud las Gracias que Mi Padre les ha entregado a través de Mi Glorificado Corazón. Ustedes, si son Mis seguidores, tienen las llaves para abrir las nuevas puertas y no para cerrarlas a los que necesitan cruzar a la nueva vida, a la renovación y a la esperanza. Definan sus caminos, pues el tiempo se aproxima y los invito a ser parte de Mi Luz para que, estando ustedes en Mí, Yo pueda estar en ustedes en cada momento como en cada hora.

Y si Mi Luz está en ustedes, Mi enemigo no triunfará. Él no podrá derrotar a ninguna de Mis almas, a las que a través de los tiempos Yo he convocado para formar parte de los ejércitos del tiempo final, de la preparación del Retorno de vuestro Rey.

Beban de la Fuente de la Luz que hoy les traigo, pues en esencia es Adonai quien con inmensa Misericordia se está donando a sus espíritus, a sus almas y a sus consciencias, por los que no lo aceptan, por los que lo engañan y, especialmente, por los que no lo viven.

Los invito todo el tiempo a ser verdaderos, para que Mi Luz pueda estar en ustedes, porque nada les pertenece. Sus vidas son parte de un Proyecto original que se ha desvirtuado a través de los tiempos y de los siglos.

Vengo a completar, en esta hora, lo que no pude hacer hace dos mil años atrás, porque Mi Padre Me llamó y tuve que ascender a los Cielos para escucharlo, como un buen hijo escucha a su padre y se regocija por sus palabras de sabiduría y de amor.

Quisiera que, de la misma forma, Mis compañeros y Mis amigos, Mis servidores y Mis siervos, escucharan las Palabras de su Señor, de su Maestro, de su Pastor y de su Padre, como si fueran las últimas para esta última era, porque deberán dar testimonio de lo que han vivido Conmigo y podrán ser testigos o no de esta Verdad que Yo les traigo.

Hoy colocarán sus rostros frente a sus enemigos para testimoniar que Yo he estado aquí, en estos últimos años, con ustedes y con todos los que han acogido Mi Llamado en la humanidad.

Por eso, llegó la hora de comulgar no solo con Mi Cuerpo y con Mi Sangre, que es el mayor regalo de Mi Amor y de Mi Sacrificio por el mundo, sino que llegó la hora de que se fundan en Mi Luz y que nunca más salgan de ella, para no perderse en la tribulación que vivirá este mundo y que enfrentará en estos tiempos.

Con toda la Gloria del Cielo les traigo esta Luz que no pertenece a nadie, sino solo a la Fuente Primordial, en donde reina la Unidad y el Amor en todas las criaturas. Que esta Luz resplandezca en los espacios oscuros. Que esta Luz destierre las insignias del mal. Que esta Luz triunfe en los corazones puros y que puedan nacer finalmente los Nuevos Cristos, los nuevos apóstoles, los pacificadores del Redentor.

Esta Luz, que hoy les traigo, proviene de un lugar profundo y sublime, de una dimensión de consciencia desconocida, desde donde su Señor y Maestro del Amor surgió, al igual que Su Santa y Virgen Madre, así como todos los arcángeles y los ángeles que existen en el Cielo y en los universos, y que alaban eternamente a Adonai.

Ustedes son hijos de esta Luz. Despierten, despierten a sus hermanos del hipnotismo mundial. Recuerden que son hijos de la Fuente y que son esencias que vienen aquí a vivir el principio de la redención y del perdón por todo lo que ha sucedido más allá de este plano.

Esta Luz de Mi Corazón les trae la Gracia. Esta Luz los bendice y los renueva, porque les trae la Misericordia y les concede la indulgencia a sus corazones que tanto lo necesitan en todo el mundo.

Si están alrededor de esta Luz, de la Luz de Mi Corazón, no tienen que temer. Difícil será la purificación de sus consciencias, la rendición de sus aspectos humanos y la liberación de sus atavismos. Pero quien está cerca de Mi Luz nunca perecerá, porque será contemplado por el universo al haber sido contemplado por el Hijo de Dios, que cree y tiene esperanza en una Nueva Humanidad curada y redimida de sus errores eternos.

Alcen a los Cielos y espiritualmente, la Luz que existe en sus corazones y esencias. Ofrezcan a Dios esta Luz como reparación y reconozcan que sin esa Luz no pueden hacer nada y nunca podrán ser guiados hasta la meta final.

Dignifiquen sus consciencias y reciban, a través de esta Luz, el bautismo del Espíritu Santo, que debe expandirse por el mundo para las almas que caen en los infiernos de esta superficie planetaria. Y aún más, les digo que esta Luz es concebida también por los ángeles del universo.

Hoy, a pedido de Mi Padre, detengo las acciones del mal en la humanidad y ya no dejaré que los inocentes sufran los ataques del infierno, porque Mi Luz, que es invencible, triunfará.

Dichosos serán los que crean en este misterio porque, tan solo por creer, estarán dentro de Mi Luz sin percibirlo; y en verdad les digo que comulgarán con Mi Corazón hasta el fin de los días, hasta que Me vean venir entre las nubes, en la Gloria de Dios.

Es así que en esta hora detengo la perdición de las almas, la agitación de los infiernos, la injusticia humana y el pecado en los hombres de superficie. Esta Luz concede, en este momento, una instancia de paz para los que más lo necesitan, para los que más sufren, para los que se desesperan y no han encontrado aún ninguna salida.

Hoy han comulgado con el Sacramento de Mi Luz, misterio que le estoy revelando a la Iglesia de la Tierra porque, más allá de la comunión con Mi Cuerpo y con Mi Sangre, pueden comulgar con Mi Luz, y así estarán comulgando con Mi Divinidad.

Escuchen ahora la oración de su Maestro, que se arrodilla ante los altares de Adonai, así como todos los ángeles del Cielo se postran ante la Fuente Primordial. Y de esa forma, con esta oración, ya bendeciré todos los elementos, porque mientras hablo, Mi Energía Divina, que es la Energía de Dios, magnetiza todas las cosas y las transforma en algo sagrado y en culto. Todo se transforma en una gran ceremonia cuando la Luz de Mi Corazón se proyecta en la humanidad.

“Escucha, Padre Eterno, la Voz de Tu Siervo, de Tu Esencia, de un inconmensurable Amor, que se postra ante Tu Trono para suplicarte, para convertir este momento en algo sagrado, puro e inmaculado.

A los Pies de los Padres Creadores, de los Arcángeles, suplicamos con los ángeles del Cielo por el surgimiento de una Nueva Humanidad libre de errores, libre de sufrimientos, libre de amarguras, libre de tristezas, libre de agonías, libre de incertidumbres, libre de fracasos.

Que Tu Divina Luz, Señor, que impregna y vive en todos los universos, descienda ahora sobre aquellos que escuchan Tu Sagrada Palabra, a través del amadísimo Verbo de Tu Hijo.

Que las almas siempre encuentren refugio en Mi Corazón para que Yo las pueda llevar hacia Ti y Tú, Padre, las tengas entre Tus Brazos para protegerlas y contemplarlas con la dulcísima mirada de Tu infinito Amor.

Así, Padre, a pedido de Tu Hijo, destierra lo que ocasiona la indiferencia. Ábrele los ojos a los que están ciegos espiritualmente. Hazte sentir como un Rayo poderoso en los corazones más cerrados, para que todos puedan vivir el resplandor de Tu Reino Celestial.

Prometo, Señor, hasta el fin de los días de este mundo, socorrer a Tus hijos de Tu Santa Justicia, para que todos puedan sumergirse en el océano de Mi Misericordia y así encuentren la paz, la esperanza de vivirte y de participar Contigo en eterna Comunión.

Envío ahora a los ejércitos angélicos para que colmen de Tu Luz toda la Tierra, y que los más pecadores puedan ser liberados de la perdición, para que también vivan en la Fuente de Tu Amor y de Tu Verdad.

Bendice, Señor, este momento con Tu eterna Luz y haz sumergir en Tu Fuente de Vida a Tus criaturas, a las que has concebido según Tu Divino Pensamiento y Tu Proyecto; porque así, con la entrega de Tu Hijo en la Cruz y con la cruz de los Nuevos Cristos, Mi eterno rival será vencido, porque su derrota está cerca. El triunfo de Tu Reino descenderá a la Tierra, la Nueva Humanidad nacerá y ya no será indiferente a Tus Palabras y Designios.

Cree, Padre, y observa con la mirada de Tu Amor lo que he hecho en Tus hijos a través de los tiempos.

Escucha las alabanzas de los santos.

Recibe la honra, Padre, de los bienaventurados.

Escucha, Padre, el canto de los ángeles, porque Tú siempre eres Nuestra Luz, Nuestra guía y Nuestra Verdad.

Ofrezco la Luz que has concebido en Mi Corazón, humilde y pobre, por aquellos que aún no Te viven y ni siquiera Te buscan. 

Señor, ten Misericordia y que ningún alma deje de poder encender su luz interior ante Tu Presencia, ante Tu omnipotencia y omnisciencia.

Que se cumpla, Señor, Tu Voluntad en los corazones que hoy la reciben y que sean conscientes por siempre de este sagrado compromiso con Tu eterno Corazón.

Hoy Te pido, Padre, que por Tu Gracia infinita y por Tu Amor mayor, sucumban los infiernos en sus infiernos y que cierres las puertas a la maldad, así como Te lo implora Tu Hijo, con todo lo que Tú has concebido en esencia, en vida y en divinidad, en Mi Sagrado Corazón.

Que Tus Rayos de Gracia lleguen a los que más lo necesitan.

Que Tú concedas la cura de las consciencias y que la alegría retorne a todos los que la perdieron por alguna causa.

Que Tus hijos, Señor, Tus criaturas, se animen a vivir en Tu Reino Celestial, porque Tu Paraíso se aproxima y al fin, Señor, al fin se cumplirán los mil años de paz.

Hoy se han elevado a Tu Reino las luces internas de Tus criaturas. Hoy Tus altares se encienden por esa Luz. Que Tu divina Luz, Señor, haga humildes, simples y mansos a los que siguen Mi Camino con fe, esperanza y confianza.

Se regocija Mi Corazón en Ti, Padre, así como Mi Corazón se regocijó, a pesar de todo, en el Huerto Getsemaní, al saber que este tiempo llegaría y que todos conocerían, a través de estos medios, el poder de Tus Palabras, el decreto que existe en los Cielos.

Que la Luz de Dios purifique a Tus hijos y que cada hijo, que proviene de Ti, cumpla con alegría, Tu Voluntad”.

Bautizo con esta Luz a todos los que Me han seguido a través de los tiempos e instituyo en este día, entre todos, la nueva Congregación de la Fe, bajo la guía de su Señor Jesucristo. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Que los pacificadores alcen sus voces a los Cielos, porque los oídos del Padre escucharán sus melodías. Que los pacificadores del Redentor se proclamen en los cuatro puntos de la Tierra, sin ningún temor de decir que son cristianos hasta el fin, hasta que su Maestro retorne para instaurar el nuevo tiempo en la humanidad.

Oremos al Padre con gratitud y regocijo.

Oración: Padre Celestial.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

A pedido de nuestro Señor vamos juntos a entonar “Pacificadores de Cristo Redentor” y vamos a invitar a nuestros hermanos de los Monasterios, de las Comunidades, a los grupos de la Red-Luz y a       todos los seres orantes de buena voluntad.

Ofrezcamos a Dios esta Luz que nos ha concedido en nuestro interior como un oferta de reparación y cura para la humanidad.

 

Mensajes mensuales
MENSAJE EXTRAORDINARIO RECIBIDO EN LA CIUDAD DE SAN PABLO, BRASIL, TRANSMITIDO POR MARÍA, REINA DE LA PAZ, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Queridos hijos Míos:

Como sé que ustedes querrán saber, Dios me dará a conocer al mundo después que se cumplan diez años de Apariciones continuas. Luego de eso, muchos darán testimonio vivo de Mi presencia entre ustedes y, principalmente, el Santo Padre me reconocerá como la Señora del Gran Misterio, diferente de lo que hace ya treinta y tres años sucede en Medjugorje.

Para ese momento muchos de ustedes ya no estarán y Mi tarea, que ahora es grupal, será asumida por cada vidente en continentes distintos, pues Mi último llamado será que ellos den a conocer al mundo Mi mensaje final. Ese mensaje final es este, el que les estoy entregando mes a mes, así muchos corazones se prepararán para el retorno esperado de Cristo y todo lo que hasta ahora parece un misterio, pasará a ser una viva revelación para la humanidad actual.

Por eso Yo, en el último tiempo vendré a pedir a la humanidad la consagración de todos los hogares al Inmaculado Corazón; así cuando Yo ya no esté entre ustedes Mi Luz, que proviene del Cielo, se derramará sobre vuestras familias y de esa forma estarán protegidos de los tres días de oscuridad.

Llegado ese momento, Yo Me mostraré por última vez a millones de personas y aquellos que no creyeron en la Mujer Vestida de Sol, por el giro luminoso de Sus doce estrellas sobre la Tierra se convertirán y recibirán como última oportunidad la absolución y el perdón de los pecados.

Esta obra como tantas otras que Yo he realizado por el bien y la paz de la humanidad, quedará grabada en la memoria de todos los que por sus esfuerzos admiraron el poder de Mi Inmaculado Corazón; así, antes del gran ciclo de tribulación, el mundo entero tendrá un tiempo más de paz.

Pero ahora llegó el tiempo de la preparación. Yo los llamo para concretar en vuestras vidas el espíritu de la oración permanente y de la caridad; esto demostrará, después de mucho tiempo, los visibles resultados en vuestros corazones.

Deseo ahora decirles que el don de vuestro grupo es el amor verdadero a Dios, amor que los ha traído para que estén entre Mis brazos de Madre.

Queridos hijos, es ese amor que algunos sintieron en sus corazones el que me ha permitido hoy estar aquí y revelarles este secreto de final de tiempo. De vuestros frutos, nacerán nuevas semillas en el futuro; abran las puertas de vuestros universos internos para que nuevas almas se puedan servir del manantial de Gracias que ha sido derramado sobre ustedes en estos últimos años.

El Padre siempre infundirá Su Fe en vuestros corazones. En cuanto el mundo entero cruza el ciclo de su última transición, Yo vengo a pedirles que sean testimonios vivos para los que no creen, y especialmente recen todos los días de corazón por los que se pierden en manos del enemigo. De esa forma, por vuestras plegarias, ¡Mi Inmaculado Corazón triunfará!

En esta noche les agradezco por acompañarme. Estos días compartidos con todos Mis hijos orantes, fueron dádivas celestiales generadas para los no rescatados, de esta forma el Plan de Dios se cumple.

Los bendigo y los guío.

Vuestra Madre María, Reina de la Paz

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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