MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Queridos hijos:

Que el Sagrado Manto Protector de Mi Hijo cure y proteja, en este momento, a cuantos continúan atravesando esta pandemia.

Mi consuelo y amor de Madre están en cada corazón que vive, en este momento, la enfermedad y el sufrimiento.

Por eso, hoy, pido de manera especial que el Manto Sagrado de Cristo cure y alivie a los que necesitan ayuda espiritual y física, porque las almas deberán salir fortalecidas después de esta experiencia con la pandemia.

Mi Corazón y Mi Vida rezan por ustedes en todo momento, pidiéndole y rogándole al Padre que envíe a Sus ángeles curadores para que estén al lado de las personas enfermas y para que, a través de la ayuda angélica, las almas tengan fuerza suficiente para atravesar esta nueva escuela que toda la humanidad, desde hace dos años, atraviesa.

Como Madre, también rezo por otras causas que agravan la situación del planeta y de la humanidad. Rezo por todo el movimiento que la naturaleza ferozmente realiza para que, en los planos internos, se establezca el orden y la paz, a fin de que el cambio climático ya no sea el motivo o la causa de miles de desplazados y desfavorecidos.

También, ruego a Dios por los más vulnerables y solicito que el Bendito Manto Protector de Cristo proteja y resguarde a los que, violentamente, viven el fin de los tiempos.

Este momento, queridos hijos, lleva a cada uno a mirar y a pensar en el otro, no como un problema, sino como una necesidad de llevarle amor, amparo y refugio, no solo espiritual, sino también material.

Cuando realmente exista una consciencia fraterna en esta humanidad, Yo les aseguro que muchas situaciones serán resueltas; mientras tanto, los más vulnerables están sometidos por los que se sirven del caos y lo diseminan en el mundo.

Oremos con más fervor. Que Dios escuche las oraciones de todos Sus hijos.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Hoy vengo al mundo porque todavía lo necesita, porque aún no encontró la Paz.

Por eso, hijos Míos, en este momento culminante, Yo necesito de ustedes, más allá de lo que les sucede o de todo lo que estén atravesando. Los necesito cerca de Mi Corazón, debajo de Mi Manto, para que me ayuden a establecer la Paz en el mundo, para que después se pueda establecer la cura de la humanidad.

Por eso, es importante rezar el Santo Rosario todos los días, en especial en estos últimos días del mes de julio, que los preparará para agosto, en el que Mi Mensaje anual llegará al mundo como preámbulo de la venida de la Iglesia Celestial de Cristo.

Hoy vengo rodeada de la Creación de Dios, especialmente de los Reinos de la Naturaleza, que aún necesitan de sus oraciones y súplicas, porque no solamente sufre la humanidad; sus hermanos menores, los Reinos, a lo largo y ancho del mundo, también están sufriendo las consecuencias del cambio climático y del calentamiento global que día a día se agrava en este planeta.

Pero existe algo que todo lo puede impedir, que es la oración del corazón y el ayuno, algo fundamental para este tiempo final en el que el hombre podrá reconciliarse con las leyes de la naturaleza a través de la oración y del ayuno. Algo que en los primeros años de apariciones Yo les enseñé, no solo por la causa de los Reinos de la Naturaleza, sino también por otras causas que aún son necesarias y urgentes de atender.

De esa forma, queridos hijos, por medio de la oración y del ayuno, irán despertando dentro de ustedes el talento que Mi Hijo les dejó, lo que el Padre Celestial llama dones. Fundamentales virtudes que, en este momento de la humanidad, necesitan estar disponibles para este planeta y esta raza, porque a través de los Dones de Dios y de las virtudes que pueden vivir, tendrán más consciencia y conocimiento de cómo reconstruir este planeta, de cómo ayudar a los Reinos de la Naturaleza, de cómo sostener esta humanidad.

Yo vengo con este mensaje de la Creación, del universo, de las estrellas y de los soles. Dios espera que al menos una gran parte de Sus hijos, en este tiempo definitivo, pueda comenzar a reconstruir la humanidad y los Reinos de la Naturaleza.

Aquí, en este sagrado lugar, a través del árbol sagrado de Figueira, el conocimiento y la instrucción descendió directamente del propio Dios a través de Su instructor José Trigueirinho, al que Nuestro Padre tiene en Su Gloria.

A través de lo que él les enseñó, en simplicidad y en amor, tuvieron las primeras señales, como humanidad actual, de cómo a través de su contacto interno con el universo, con la oración y el ayuno podrían reconstruir los Reinos de la Naturaleza, porque mientras el mundo siga cometiendo infracciones contra la Creación, seguirá sufriendo.

Hijos Míos, eso es lo que ustedes hoy deben saber y tener presente en sus corazones. No solo el hombre necesita de cura y de redención, no solo la pandemia necesita terminar para que podamos ver qué fue lo que aprendió la humanidad, sino también los demás Reinos de la Naturaleza necesitan de su ayuda y amor.

Nunca podrían imaginar un mundo sin el sol, sin el amanecer, sin la brisa de la mañana, sin la marea de los océanos, sin el cantar de las aves, sin el frescor del Reino Vegetal, sin el esplendor de las flores.

¿Cómo podrían ustedes vivir sin la Creación, hijos Míos?

Dios creó el universo, este Sistema Solar y este planeta, para demostrarle, a cada uno de ustedes, cómo Él los ama.

¿Cuándo el mundo tomará consciencia que ya no es tiempo de destruir, sino de construir?

Si tuvieran la Gracia de escuchar el grito de los Reinos de la Naturaleza, sentirían un gran dolor como Yo lo siento.

Pero, aunque eso sucede, los Reinos no dejan de entregarse y de donarse.

La Madre Tierra sufre por la agresión de Sus hijos y, aun así, ella da los frutos que las criaturas de Dios necesitan para seguir viviendo y creciendo en esta humanidad.

Cada uno de ustedes, como parte de esta civilización humana, como expresión de la Voluntad de Dios, más allá de la fe o de la religión, tiene un deber con la Creación.

Ustedes, hijos Míos, no solo nacieron para vivir o para pensar, ustedes nacieron para tener consciencia de la Creación y del sagrado Propósito Divino.

Gracias al Altísimo existen islas de salvación en el mundo y bellos lugares de la naturaleza que aún están protegidos de la mano del hombre, para que la raza humana aprenda a sentir y a vivir de la Creación, no en la destrucción sino en la unión.

Mientras ese cambio no suceda, las profecías del Apocalipsis se cumplirán, pero Yo que soy Su Madre y deseo el bien para cada uno de Mis hijos, no deseo que vivan esto, que sufran o que padezcan por su falta de consciencia de la Creación y de la Ley.

Pero ustedes Me podrían decir: "Madre, por más que hagamos algo, hay personas en el mundo que por su ambición y poder destruyen el planeta".

No vengo aquí para generar un movimiento paralelo ni tampoco un reclamo mundial. Cada uno hoy tiene la consciencia suficiente para poder cuidar los Reinos de la Naturaleza y saber que sin ellos no es posible vivir en la superficie de este planeta. Por más que hagan cosas pequeñas, sus repercusiones serán muy grandes.

¿Alguna vez pensaron qué siente una flor al ser regada? ¿Qué siente la tierra al ser tocada con amor? ¿Alguna vez se preguntaron qué siente el mar cuando es contemplado por ustedes?

Todo tiene una consciencia, un saber y una sabiduría. Nada es estático. Todo tiene un porqué en la Creación.

Yo soy la Madre del Mundo, la Madre Naturaleza. Yo soy la Gobernanta de la consciencia del planeta. Todos los que vienen a Mí no solo se redimen en el Nombre de Mi Hijo, sino también vienen a la Creación para descubrir su sabiduría y su ciencia.

El planeta necesita ser curado de la explotación del hombre desde hace siglos y eso será posible por su adhesión a Mi llamado. Así, la Tierra no quedará atrás, sino que será contemplada por el resto de la Creación, para que se pueda regenerar y curar profundamente así como el planeta lo espera desde el principio.

Ustedes son parte de la consciencia de este mundo, ¿lo han entendido?, esta es su casa.

Para que la Iglesia Celestial de Mi Hijo descienda, el mundo debe cambiar y no seguir luchando para vivir en lo normal y en lo superficial.

El tiempo se está acabando, es hora de tomar consciencia. Por esa razón, Yo estoy aquí, para que puedan crecer interiormente.

Mi enemigo no quiere que alcancen esa consciencia, pero a través del ofrecimiento de sus oraciones y ayunos, permitirán generar la condición espiritual y material para que ese cambio sea posible en la consciencia humana.

Y ahora, los invito, hijos Míos, a hacer un ejercicio interior con la Creación. Los invito a disponerse y a abrir aún más sus corazones a través del contacto interno con el mundo intraoceánico.

Cierren sus ojos.

Y ahora, a pedido del Padre y por intercesión de la Madre de Dios, vamos a escuchar “Aurora intraoceánica”.

A través de este ejercicio, que comenzaremos en esta noche, Yo llevaré al mundo y a las almas hacia la cura interior del corazón y de las emociones, de la mente y del cuerpo, por intermedio de sus almas.

Abran sus internos, más allá de lo que escuchen sus oídos. Y ahora, véanse ante el océano, en el amanecer. Vean en ese océano a Dios, a través de Su Consciencia de Amor cósmico e interior. Siéntanse vacíos y escuchen el océano como grandes corrientes de luz que vienen hacia ustedes y, en consecuencia, hacia toda la humanidad.

Colocando sus manos en señal de recepción, ofrezcan todo su ser a Dios y, en nombre de la raza humana, ante ese océano que se ilumina en el amanecer, pidan perdón y clamen internamente por reconciliación, por todo lo que ha vivido el planeta Tierra, desde la presencia del hombre hasta los tiempos de hoy.

Vean emerger, en el horizonte del océano, el gran Sol de Dios que, con el poder de Su Presencia y Consciencia, colma con Su Luz todo lo que vive y vibra. Sientan encenderse sus células y átomos por la presencia intraoceánica de la Consciencia del Amor de Dios. Sientan a Adonai, siéntanse uno en la sagrada Unidad Divina. Sientan dentro de ustedes la Verdad de la Creación y de lo que son parte desde el principio.

Respiren lentamente. Cada vez que inspiren sientan como la luz de la Creación entra dentro de su ser y de toda su consciencia. Están ante Adonai y la Madre Naturaleza, en el gran vacío de la consciencia, para ser colmado y bendecido por el Amor y la Sabiduría del Padre.

Entre el Sol de Dios y el océano, vean surgir en el cielo al Hijo de Dios, quien extiende Sus Brazos como el Cristo Redentor, y de Su Corazón y de las palmas de Sus Manos emana la poderosa luz de la Gracia Divina sobre los cuatro puntos de la Tierra.

El océano se enciende en luz azul y su ser, cada una de sus consciencias, se enciende en la luz azul de Aurora.

En nombre de toda la raza humana, en nombre de la fraternidad, del perdón y del amor, afirmen sus votos internos con la Creación y los Reinos de la Naturaleza, para que todo sea renovado conforme a lo previsto por el Propósito Divino.

Ante la Luz de la Gracia de Cristo, ante la Presencia del Padre y de la Madre Naturaleza, nos unimos a la esencia de la Creación, para que recordemos de dónde vinimos y cuál es la razón de estar hoy aquí.

Que las Leyes de la Creación desciendan, que los dones sean entregados a los hombres y mujeres de la Tierra. Que las sagradas virtudes despierten y que la consciencia del ser humano se expanda, a fin de que la ignorancia sea transmutada y la sabiduría traiga la concientización de este momento actual.

Sientan la calma del océano. Sientan la paz de la Creación y el establecimiento de la armonía.

Ahora lleven sus manos hacia el corazón y siéntanse en unión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

En reconciliación con el planeta y la Creación, delante del océano, ante el amanecer del Sol de Dios y la Presencia del Divino Hijo, repetiremos una oración, frase a frase, que será traducida para que todos la podamos rezar delante de la Presencia de Adonai:

Señor,
que se cumpla el advenimiento de la nueva raza.
Que la humanidad pueda expresar su arquetipo.

Que la palabra sea viva y construya Tu Templo.
Que se expanda en nosotros Tu Misterio,
y que se revele al mundo la verdadera existencia,
para que podamos reunirnos en Tu Nombre
y glorificar la perfecta Unidad.
Amén.

Y así, Yo los bendigo y les agradezco por responder a Mi llamado.
Que la Creación y toda la naturaleza se renueve en la humanidad. Que así sea.
Los dejo con este instrumental, para que su consciencia sea unida a Dios.

Paz y redención para el mundo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Hoy vengo por un mundo que está dividido porque una parte quiere seguir a Dios y la otra quiere seguir al dios de la ilusión.

Vengo por aquellos que han perseverado en Cristo. Es Mi Hijo que Me envía a la Tierra, en este día, para despertar a las consciencias y hacer sentir a los corazones el Amor de Dios.

Vengo como la Madre de la Justicia, de una Justicia Celestial y Divina, de una Ley que la humanidad hoy no conoce y que muchas veces ha alterado por diferentes circunstancias. 

Pero, a pesar de esa Ley, hoy llego a los abismos más profundos de la Tierra, en donde las almas se pierden en la ilusión y en el festejo de fin de año.

La razón del cambio de los tiempos y de los ciclos es otra. Por eso, hijos Míos, ustedes que tienen más consciencia y discernimiento, deben orar más y ofrecerse más, para poder compensar lo que hace el resto de la humanidad equivocadamente. 

Después de más de dos mil años del nacimiento de Cristo, la humanidad no ha avanzado absolutamente nada. Solo pequeños grupos espirituales, los que siguen la Ley de la Jerarquía, han conseguido con mucho esfuerzo y de corazón manifestar la Voluntad Divina sobre la superficie de la Tierra.

Pero aún hacen falta muchas más consciencias para que puedan seguir manifestando la Voluntad de Dios. 

Vivir la Voluntad de Dios es vivir en una felicidad plena y divina, es vivir con alegría el don del Temor de Dios y realizar en la vida diaria el cumplimiento de todos Sus pedidos, por más pequeños o grandes que parezcan.

En este momento planetario, en el que comenzará la última y aguda transición de la humanidad, a partir del año 2020, es en el que los corazones percibirán una realidad sorprendente porque ella llegará sin avisar a nadie. 

Y esa realidad, que es una realidad planetaria, colocará a toda la raza humana ante la Ley de Dios, y todo comenzará a suceder, sobre todo cuando ya Mis Palabras no resuenen en este lugar ni en ningún lugar del mundo. 

Será en ese momento y en esa hora, queridos hijos, que Mis mensajes e instrucciones, deberán resonar en lo profundo de sus consciencias, revivir Mis mensajes y aplicarlos en la vida diaria, aunque lo intenten todos los días y no lo consigan.

Tengo piedad por aquellos que abandonan la barca de Cristo, en este momento, y que no han comprendido, absolutamente en ningún punto de sus conciencias, lo que significa representar a Mi Hijo en la Tierra.

Mi Hijo no Me ha permitido interceder por ellos, pero seguiré orando como una buena Madre e intercesora, porque Mi Corazón siempre se colocará ante Mis hijos más perdidos para que se puedan salvar.

Aunque esta salvación no sea inmediata, aunque la salvación sea para el próximo ciclo o para la próxima raza, su Madre Celeste no desistirá y las oraciones de Sus buenos hijos, esos devotos hijos, de todos los fieles que responden a Su llamado divino y maternal, serán los frutos que Yo llevaré al Padre para poder interceder por Mis hijos perdidos y también por las causas imposibles que el ser humano en este momento planetario está comenzando a enfrentar.

Es así, queridos hijos, que hoy les abro el Manto, el Manto de la Madre Celeste, para que no solo ingresen en el nuevo tiempo, el fin del tiempo, sino que acepten vivir la gran necesidad planetaria que tienen millones de almas en este mundo y que no consiguen encontrar la luz ni tampoco verla en el Corazón de Dios.

Es por eso que nuevamente renuevo Mi oferta, no solo por cada uno de Mis hijos, por los que responden y por los que no responden, sino que renuevo Mi oferta, en este servicio eterno de la Esclava Fiel de Dios por esta humanidad y por este planeta, para que Mis hijos que estarán en los acontecimientos del fin de los tiempos y que verán cosas increíbles, tengan la fuerza de la soportación de lo que vendrá y de lo que se mostrará ante sus ojos.

Quisiera traerles en esta noche la realidad divina. Hoy les traigo la realidad interna, la transparencia de este tiempo, la verdad sobre lo que sucede porque las puertas del Universo se están cerrando. 

Mientras comienza a descender la Justicia Divina, los invito a estar en el equilibrio de esa Justicia, por medio de su pensamiento, de su sentimiento, de su acción y de su palabra, para que la Ley no caiga sobre ustedes, sino que sigan siendo merecedores de la Misericordia Divina de Mi Hijo. 

Porque cuando la Ley de la Justicia descienda, ella nada perdonará, porque es parte del fin de los tiempos y de la elección que ha tomado la raza de este planeta.

Pero Mi esperanza, Mi aspiración y Mi fe están en aquellos que siguen adelante y que, aun en la imperfección, en la intolerancia de estos tiempos o en la transformación de sus vidas, no dejan de responder a la Madre de Dios, sabiendo que estos últimos impulsos y apariciones son definitivas; en las que su Madre Celeste no solo extiende Sus manos hacia ustedes, sino también los cubre con Su Manto Divino para que se animen a seguir dando pasos hacia Cristo, en esta transición, en la que algunos se encontrarán muy solos para poder hacer todo lo que será necesario hacer en este tiempo.

Por eso, los invito para que en el ingreso de este nuevo año, asuman con madurez y responsabilidad sus tareas. Que se puedan apartar definitivamente de los conflictos, de los juicios y de la separación que pueda existir entre los rebaños de Cristo, porque Él los necesita unidos, siempre y para siempre; y cuando Él regrese a la Tierra, podrá así encontrar un lugar seguro y verdadero, aunque pobre y simple, para recidir en el corazón de los hombres y de las mujeres de la Tierra, para poder retornar en totalidad sin encontrar impedimentos, ni fronteras para que Él pueda llegar con toda Su Consciencia y no periódicamente. 

Que la Ley de la Justicia pueda permitir, por intervención de la Ley de la Divina Misericordia, la salvación de los seres más perdidos, olvidados y distraídos de esta humanidad.

Por eso seguiré adelante, aprovecharé estos últimos tiempos, estas últimas apariciones, en las que Dios Me ha autorizado hacer lo posible y lo imposible, para que las consciencias no se pierdan y sobre todo aquellos que estaban con Cristo y ahora no lo están, no pierdan sus almas para siempre en el fuego de la ilusión, en el fuego de la perdición y del infierno de esta consciencia planetaria. 

Porque Yo debo justificar, uno a uno, los tesoros de Mi Hijo ante la presencia del Padre Celestial. Esos tesoros no se pueden perder ni desperdiciar porque son grandes reliquias internas que Mi Hijo ha depositado en sus corazones y almas, reliquias que vienen del Universo inmaterial y que les permitirá realizar en este tiempo agudo de la Tierra, lo que Dios necesita en el ciclo que llegará. 

Es momento de tomar consciencia, hijos Míos. Es lo que Me ha pedido Mi Hijo, es lo que Él Me ha implorado, de que sean responsables, de que asuman con mayor amplitud y conocimiento lo que significa trabajar para la Madre de Dios y cumplir las promesas de Cristo en la Tierra. Porque la Ley de la Justicia no se detendrá cuando lloren, cuando se lamenten o pidan, porque el tiempo habrá terminado. 

Esa es la verdad que hoy quiero traerle al mundo. Por eso, para que los corazones puedan generar más méritos en el poco tiempo que queda, no solo deben amarse a sí mismos, perdonarse y reconciliarse con Dios, y liberarse de las amarras y de las cadenas de la vida, sino deben amarse entre ustedes cada vez más con un amor mayor, con este amor que Yo les traigo desde el Cielo, para que sus consciencias crezcan en la caridad y en el bien, para que la soberbia, la indiferencia y la omisión sean disueltas de sus seres para siempre.

Los próximos tiempos que llegarán serán muy importantes. Las próximas peregrinaciones que se realizarán, oficiales o no, serán también importantes, porque en todo estará la Jerarquía trabajando ampliamente como nunca antes lo ha hecho, y usará todo el tiempo posible y toda Su consciencia para alcanzar las metas que faltan y realizar los proyectos que faltan en este ciclo que es muy corto, que hay muy poco tiempo.

Cada vez que vengan a Mí a consagrarse nuevos hijos que quieren ingresar en Mi Corazón, aunque ya lo estén, que tengan presente el compromiso que asumen, que es un compromiso espiritual, álmico e interno con Dios mismo, más allá de su Madre Celeste que los ama, que los cuida y los protege para que siempre aprendan a caminar en Cristo.

Esa debería ser la consciencia de todos los Hijos de María, esa consciencia de responsabilidad, de compromiso y de fidelidad, más allá de su Madre Celeste, con la propia Fuente inmaterial de Dios que emite Sus últimos impulsos de Gracia, de Misericordia y de redención para las almas.

Con esa consciencia, hoy llamo aquí a los que se consagrarán, para que a los pies de su Madre Celeste, de la misma forma que su Madre Celeste está a los Pies de su Padre Celestial, realicen su oferta sincera y verdadera para que ese compromiso se realice y se manifieste en este tiempo crucial.

Escuchando el himno de su consagración, prepararemos este momento de bendición y de gracia, en el que la luz de sus almas podrá emerger y espejar la flor de sus corazones, y así realizar el ofrecimiento tan merecido y tan esperado por Dios.

Que esta entrega que hoy realizarán sea una entrega por la humanidad y el planeta, por aquellos que están perdidos. Ese será el motivo principal de su consagración, de orar por los que están perdidos, por los no creyentes, por los ateos, por los que no viven ni buscan la divina vida espiritual.

Coloquen en sus oraciones a todos esos Mis hijos, para que Dios los pueda contemplar algún día, y para que más y más almas de este planeta por medio de sus oraciones y ofertas, servicios y sacrificios, entregas incondicionales y amorosas, puedan ser salvas y ser consideradas en el próximo proyecto de la nueva humanidad.

Para el nuevo año que llega, será el Cristo interno de cada ser el que deberá gobernar y dirigir sus vidas para que sus almas que han sufrido las consecuencias de otros tiempos, también puedan alcanzar la cura que esperan y la reconciliación con Dios. No le teman a la Justicia, teman no buscar la Divina Misericordia.

Que de sus corazones, almas y espíritus, siempre brote el impulso de la devoción, de la oración y del amor a Dios para que más consciencias, pueblos, culturas y naciones sean curadas por la Misericordia infinita de Dios.

Y que así, con la oferta de todos los Hijos de María, aún se mantenga la puerta abierta de las Gracias, de las Misericordias de la Madre de Dios. Amén.

Los hijos que se consagrarán, coloquen sus manos en señal de recepción y reciban, de su Madre Celeste, la bendición de la Luz Divina para que se puedan curar y sanar internamente y así renovar sus vidas en la infinita Misericordia de Dios.

Ahora, lleven sus manos hacia el corazón y díganme:

"Madre, yo Te acepto, yo Te reconozco, yo Te amo y yo Te vivo,
para que se cumpla a través de Ti y a través de mí,  la Santa Voluntad de Dios.
Que la Luz poderosa del Reino de los Cielos gobierne mi alma.
Que la Luz poderosa del Reino de los Cielos me impulse a servir.
Que la Luz poderosa del Reino de los Cielos abra los caminos de mi vida
para que pueda reconocer en el próximo tiempo el Retorno de Cristo.
Que así sea.
Amén".

Y hoy les entregaré todas estas rosas bendecidas, como les he entregado a muchos hijos Míos que en la fe, en la simplicidad y en el amor respondieron a Dios.

Que esta flor que hoy les entrego sea el símbolo, para ustedes, del amor y de la belleza de la Madre de Dios, para sus corazones y para que siempre recuerden que Yo siempre estaré allí, aunque deje de venir algún día.

Y ahora, los Hijos de María que se consagraron recibirán la flor de la Madre de Dios.

Y para fundir, concretar y realizar esta oferta de sus almas para con la Madre Celestial escucharemos el Ave María de Gómez, afirmando y confirmando nuestra consagración interior.

Desde el Cielo y desde el esplendor de todo el Universo, bendigo a las almas del mundo, a todos los que están reunidos en familia fortaleciendo la unidad del proyecto de Dios, en sus hogares y en las comunidades, para que se pueda cumplir lo que Dios tanto espera.

Que esta bendición los renueve y los impulse a enfrentar con coraje y con valentía el próximo año, sabiendo que Mi mano siempre estará extendida para tomarlos fuerte y llevarlos hacia Jesús.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Les agradezco por responder a Mi llamado y recuerden orar por las almas perdidas.

Les agradezco.

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL MONASTERIO DE LA CONFRATERNIDAD DEL SEÑOR, GUATAVITA, CUNDINAMARCA, COLOMBIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Regreso, en este día, llevando la bandera de Colombia como Manto de Luz, haciendo brillar sus estrellas para que los atributos de Dios despierten en las almas que buscan la paz y la Misericordia.

Hoy vengo con el Manto de la bandera de Colombia para decir que confío en este querido pueblo que expresa su devoción por la santa Madre de Dios y que, en estos tiempos, siempre tendrá que recordar que deberá vivir la reconciliación para que todo esté en armonía.

Vengo con el Manto de la bandera de Colombia porque quiero hacerle recordar al pueblo colombiano su compromiso con el Plan de Dios y para que, a través de la vivencia interna de ese compromiso, la nación cumpla la misión espiritual que le corresponde, que es preparar las bases para la expresión de comunidades andinas que vuelvan a ser el contacto entre el Cielo y la Tierra.

El pueblo colombiano tiene el deber de proteger esa tarea y misión espiritual porque así mantendrá las puertas abiertas para que los valores divinos de la Fuente inspiren y motiven a todos para alcanzar la manifestación de ese Plan que espera concretarse en la superficie de Colombia.

¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!

Los bendice,

Su Maestro y Señor, Cristo Jesús

 

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Quédate en el Corazón de Señor para que Él te pueda confortar.

Quédate en el Amor del Señor para que Él te pueda saciar.

Quédate en los Brazos del Señor para que Él te pueda abrazar.

Quédate en el Señor para que Él te pueda guiar.

Quédate bajo el Manto del Señor para que Él te pueda proteger y amparar.

Acepta las Virtudes de Dios y despierta a cada una de ellas en tu vida para que el Divino Pensamiento se cumpla en ti y en la humanidad.

Revive tu unión perfecta con Dios y fortalécete en Su Confianza.

Recibe de Su Reino todas las Gracias que necesitas para poder transformar, día a día, tu pequeña vida.

Quédate en el Señor y encuentra el sentido perfecto de cada experiencia y aprendizaje.

Recibe la respuesta ante las preguntas de la vida y elévate hacia Su Corazón misericordioso.

Quédate en el Señor y recibirás siempre Su Paz, porque en Su Paz está Su confianza y Su Amor.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL CUARTO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Y ahora que he venido a tu encuentro, recuesta tu cabeza sobre Mi Pecho y siente toda la paz que Yo te puedo brindar en este tiempo, una paz que nadie más te puede dar, ni entregar.

Siente ahora Mi Corazón vivo, que pulsa interiormente cerca de tus oídos. Este es el Corazón que ha padecido por el mundo y por la humanidad.

Es el Corazón que ha derramado Su Sangre por las almas para el perdón de las faltas y que aún lo sigue haciendo por todos sus compañeros y por sus enemigos.

Pero hoy no pienses, amado Mío, qué es lo que estás sufriendo o lo que podrías sufrir. Piensa en Mí, únete a Mi Consciencia y siente Mi abrazo paternal, porque Yo cuido de todas Mis ovejas, una a una, y nunca Me olvido de nadie.

Entrégate a Mí, y ríndete, como tantas veces te lo pido.

No temas por lo que vendrá sino por lo que no está sucediendo en tu vida.

Ahora, refugia tu alma debajo de los Rayos de Mi Corazón y siente el soplo del Espíritu actuando en cada momento, en cada respiración, así como en cada palabra.

Yo puedo restaurar todas las cosas. Yo puedo suplir todas las cosas, porque no soy Yo quien lo hace, es Mi Padre que está en los Cielos, es Él quien obra, quien realiza y quien manifiesta la Voluntad Superior.

Deja para atrás lo que no comprendes, lo que no aceptas o lo que no entiendes.

Confía en este Amor que Yo te estoy donando, porque es un Amor que debe realizarse en ti para que el Plan de Dios se realice en la Tierra.

Recuéstate como Juan, el apóstol, sobre Mi Pecho y siente los dolores y las agonías de tu Señor, en el silencio y en la calma.

Dios no ofrece sufrimiento a las almas, son las almas que buscan el sufrimiento, porque en el Reino de los Cielos, desde donde hoy provengo, no existe el dolor ni la culpa. Alégrate por estar recostando tu cabeza sobre el Pecho de tu Maestro.

Sé que no lo comprenderás todo de una sola vez, pero eso no importa para tu Señor. Lo que importa es que lo vivas plenamente, unido a Mí, en espíritu y en esencia.

No confirmes tus pecados, no afirmes tus errores, eleva tu corazón y colócalo dentro del Mío, para que Yo lo pueda transformar y pulir como las manos del alfarero. Y así estarás en perfecta libertad y en profunda calma y de la noche a la mañana no sabrás qué es lo que te ha sucedido, porque todo se habrá transformado tal cual Yo lo he pensado, según los designios de Dios.

Recibe el Amor de Mi Corazón como un bálsamo y ríndete. Mi Corazón no te hará mal, Mi Corazón no te hará daño. Mi Amor es bien y es pacificación para las almas.

Sírvete de todo lo que Yo te puedo donar y confía, porque todo está marcado, todo tiene su hora y su tiempo.

Así como tú estás hoy sobre Mi Pecho sintiendo el fuego de Mi Corazón y la suavidad de Mi Alma, la acción de Mi Divinidad y de Mi Espíritu, quisiera que muchos más imitaran este ejemplo de unión con el Señor.

Calma tu corazón de toda angustia y acepta lo que te entrego, porque todo tiene un fin mayor y un propósito que aún estarás por descubrir, algún día.

Deja para atrás lo que has padecido, lo que no has entendido, sumérgete en el océano de Mi Luz y todo se disipará, porque quien confía en su Maestro, confía en Dios, Todopoderoso. Y su vida, día a día, paso a paso, con esfuerzo y sacrificio, se volverá libre.

Yo quiero de tu alma un nuevo ser que sea parte de una nueva humanidad, consciente y despierta, responsable y digna con la Creación.

Hay tantos tesoros en el Cielo, querida alma, que tengo para revelar; Mis Manos están llenas de designios y aún no los puedo derramar sobre el mundo porque no encuentro lugar ni refugio en la humanidad entera.

Pero si tú, valiente Mío, hoy das el paso por muchos más, algún día muchos más reconocerán Mi Nombre y Mi Gloria, y la harán digna en sus vidas para que así triunfe el Amor de Dios.

Ahora, abrázame y siente el calor de Mi Espíritu, siente la protección de Mis Brazos y la respiración de Mi Cuerpo como un soplo renovador que a todo santifica y que a todo renueva.

No hay nada que se pueda perder. Todo es transformado según Mi Voluntad.

Conviértete en una de las santas mujeres de Jerusalén, o tan semejante al apóstol Juan, en total entrega y abnegación.

Todo lo que vives, alma Mía, tiene un motivo y un significado para Dios, no hay nada que esté fuera de lugar, todo tiene un sentido y un tiempo para realizarse. Sea en el bien, o lejos de él.

Pero Yo quiero que hoy sientas el latir de Mi Corazón manso, de un Amor inexplicable y redentor, que ansía por las almas buenas y dignas, que cumplan la Voluntad de Dios en este tiempo de difíciles pruebas.

Abrázame fuerte y siente Mi consuelo que es intransferible e inmediato. Deja que Yo te nutra con Mi Paz y con la llama de Mi Fe, que es la que me trae al mundo para buscar a los que he llamado por su nombre para que Me acompañaran en esta era y en este ciclo, en donde el mundo vivirá su mayor desafío de todos los tiempos y de todas las eras. No podré decirles lo contrario.

Almas Mías, es hora de vivir Mi Plan y de no esperar más tiempo.

A veces su Señor y Maestro necesita sentir el calor del amor de Sus hijos para poder seguir adelante. Por más que Yo esté en el Cielo no significa que no sienta como un ser humano, porque como ser humano estuve entre ustedes, para que me pudieran vivir y comprender.

Así estarán abrazando a su Padre Celestial, que también necesita de consuelo, al ver las ofensas y los agravios del mundo.

¡Cuánto el Amor puede hacer en los corazones que se deciden a vivirlo plenamente, el Amor que viene de lo alto y que puede brotar de los corazones haciendo nacer Nuevos Cristos!

Quiero que hoy Me ofrezcan su abrazo porque lo necesito, así como ustedes necesitan de Mí para seguir caminando por este sendero, el más difícil de todos los tiempos, el que ninguna otra humanidad vivió, en ninguna otra época.

Ustedes vinieron aquí, almas Mías, por un propósito y un designio mayor que conocerán algún día.

Pero hoy no necesito que comprendan Mis misterios, sino que sientan la agonía de su Señor y el pedido de consuelo a los corazones valientes.

Ahora, siente cómo Yo te cubro con Mi Manto, aquel manto que fue rasgado por las manos de Mis enemigos durante la Pasión y que cubrió Mi Cuerpo llagado de heridas y de ofensas.

Estas son las Llagas que Yo vivo por el mundo y quiero compartirlas con Mis servidores, con los que se han dispuesto a seguirme incondicionalmente.

Yo quiero ofrecerles Mis sacrificios y Mis dolores, porque quien padece con su Señor, padece con Dios, y el Amor que nunca acaba, todo lo transforma, hasta lo más impenetrable. Que Mis Llagas sean motivo de su santificación, de su persistencia y de su renuncia.

Porque Yo tengo un plan precioso para cada uno de Mis servidores que debe cumplirse en esta hora aguda del planeta, en donde todo se precipita, hora tras hora.

Por eso consagro hijas e hijos, para tener ejércitos sobre la Tierra que estén firmes en Mí, a pesar de lo que suceda.

No tengo nada más para dar, solo el Amor de Mi Corazón, que es el que Me ha traído hasta aquí, a través de los tiempos y de las generaciones.

Amor que testimonia la presencia del Cuerpo y de la Sangre de Cristo para la reparación de las faltas y de todos los cometidos que no están en la Ley de Dios. Les vuelvo a decir, almas Mías, que necesito aún más de sus corazones abiertos para que Yo pueda ingresar con Mi Consciencia en los recintos más profundos de sus almas, en donde el Reino de Dios debe realizarse, para que el mundo y la humanidad aún existan.

Por eso en este miércoles santo de recogimiento y oración, no solo les pido sus oraciones, sino también su abrazo, para que el espíritu consolador pueda estar presente y las almas se animen a decir ‘sí’, cada día más.

Hoy les traigo el momento más sagrado de Mi vida, que fue la antesala de la última Cena. Les vengo a hablar con el mismo amor con el cual Me dirigí a Mi santa Madre y a las mujeres de Jerusalén, así como a Mis apóstoles. Es este Amor irrestricto e infinito el que nunca acaba, porque parte y nace de la Fuente de Dios para Sus criaturas.

Ustedes necesitan, finalmente, ser como Yo y superarme, porque Yo vengo aquí para que hagan cosas más grandes que las que Yo hice algún día. Eso demostrará ante el Universo que es posible una Nueva Humanidad, que estará arrepentida y pedirá perdón por todo lo realizado, que no tendrá vergüenza de confesar sus faltas y estará abierta a recibir la Misericordia de Dios, que es inextinguible y eterna.

Quiero que vivan en el gozo de Mi Amor Celestial y tú, pequeña alma, que estás aprendiendo a amarme, no lo dejes de hacer. Anímate a cruzar los umbrales de la resistencia humana, porque Yo te ayudaré a ser verdaderamente libre de ti para siempre.

No dejes de sentir el Amor que hoy emana Mi Corazón y vivifícalo como si fuera la última vez, porque lo que Yo vengo a dar hoy no podré darlo nuevamente; ya se está cumpliendo el tiempo y la hora definitiva se aproxima.

No quiero coronarte con flores, sino con espinas, para que Me puedas superar en el Amor, sabiendo que el ser humano es un ser impredecible en todo este Universo, así como Yo lo fui, testimoniando Mi Pasión, Muerte y Resurrección.

Yo ofrezco la gloria y el honor para los que se han decidido estar a Mi lado, pero también ofrezco Mi dolor y Mi agonía para los que se han confirmado ante Mí en esta tarde de Gracia eterna.

Y ahora, devuelvo tu alma al centro de tu ser, en donde existe el Templo sagrado del Amor, que siempre debe estar encendido por la luz del Espíritu Santo.

Y Mi Corazón se recoge para ofrecerse nuevamente a otras almas en el mundo, que también Me necesitan.

Benditos sean los que recibieron Mis Palabras con gratitud, porque lo comprenderán todo en el próximo tiempo. Y cuando Yo ya no este aquí entre ustedes, en poco tiempo, conocerán profundamente todo lo que he querido hacer en este lugar y en esta casa, y principalmente, en ustedes.

Porque deberé aparecer en otros lugares del mundo que también Me necesitan, que también tienen sed de Mi Palabra y de Mi Verbo y sobre todo, del Amor de Dios.

Con esa solemnidad que intento construir en sus corazones a través de este encuentro, quiero que hoy se dignifiquen ante Nuestro Padre Celestial, asumiendo este compromiso Conmigo hasta el fin de los días, sabiendo que todo lo que vivirán será una gran escuela para el alma y el espíritu.

Solo necesito que den su amor al mundo, no importando quién sea, no importando su creencia o religión, su pobreza o su riqueza, su enfermedad o su salud.

Quiero que amen como Yo los amo, porque la prueba que llega al mundo será muy dura. Y no todos soportarán ese momento. Por eso, los fortalezco en este tiempo y por medio de Mi servicio incondicional a las almas les doy Mi Cuerpo y Mi Sangre para que puedan sobrevivir, así como su Maestro sobrevivió en cada paso de la Cruz, y de Su Agonía.

No es hora de estar divididos, distanciados, ni indiferentes. Coloquen sus corazones dentro del Mío y todo pasará. Porque lo que Yo deseo del mundo es muy grande y eso podrá suceder cuando retorne por segunda vez. Ofrezcamos entonces, almas Mías, este momento a nuestro Dios Todopoderoso, El que ha permitido nuevamente, en este día, esta Gracia espiritual para un mundo infiel. Pero el Amor siempre superará todas estas cosas. Todo será cumplido como Dios lo ha pensado.

Incienso.

Nos podemos poner de pie para la bendición de estos elementos.

Yo los llamé aquí porque nunca Me olvidé de ustedes y porque todo tiene un tiempo para Dios y para el Universo (*)

Al igual que estos elementos sagrados que están a los pies de su Maestro y Señor, hoy también ofreceré sus consciencias a Dios para que Él pueda cumplir Sus designios en ustedes.

El Señor Todopoderoso, nuestro Padre Eterno que está en los Cielos, bendiga con Su más infinita Luz y Sabiduría.

En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Gracias por abrazarme de verdad.

Hoy he escogido una canción que testimonia la Obra de la Madre Celestial, de cómo cada alma de esta Tierra, al igual que María Santísima, puede responder al llamado de Dios cuando Él lo realiza.

Hoy escogí voces tan complementarias, una de la otra, para que puedan ofrecer a Mi Corazón esta respuesta de las almas, este ofrecimiento que los corazones han realizado a Mi Espíritu.

 

(*) Cristo llama dos personas al palco.

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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