APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Así como brilló la Luz en la humilde Gruta de Belén, una profunda Luz eterna brilla en la esencia de cada hijo Mío.

Aunque en este momento planetario, el Sagrado Proyecto de Dios, aquel Proyecto que fue pensado por el Padre Eterno, esté siendo colocado en juego por el hombre de superficie; a pesar de todas las circunstancias, a pesar de todas las situaciones que desvían a la humanidad de la Voluntad Suprema, a pesar de todo, hijos Míos, existe una Luz profunda en la esencia de cada hijo Mío, una Luz eterna, semejante a la que surgió en la humilde Gruta de Belén, en la Encarnación del Hijo de Dios.

Pero hoy, vengo como su Madre Celeste a recordarle al mundo, a recordarle a las almas que, más allá de todo error u oscuridad, esa Luz eterna nunca podrá apagarse; porque de allí proviene no solo lo que Dios espera de cada criatura, sino que en la Luz eterna y profunda de cada hijo Mío está escrito el camino y la trayectoria que deberá recorrer después de esta encarnación, con todo lo que haya aprendido y vivido en este planeta.

Por eso, que la humanidad no se olvide de esta Luz eterna y profunda que está latente en la esencia de cada hijo Mío, esencia que es iluminada y alimentada por la Esencia de Cristo; cumpliendo así, en este universo, el Principio Creador con el que Mi propio Hijo hará de Sus apóstoles los Cristos del Nuevo Tiempo, que recibirán el Legado espiritual y universal para que, después de esta transición de la Tierra, la humanidad sea repoblada de nuevos principios, atributos y códigos.

Pero no piensen, hijos Míos, que esto está muy lejos, porque si el Retorno de Mi Hijo está muy cerca en este tiempo, también está muy cerca este momento de que la humanidad sea liberada del cautiverio espiritual, de las cadenas, de las amarras y de todas las opresiones que colocan a las consciencias en el camino que está lejos de Dios.

Por eso, Yo vengo a reconstruir espiritualmente, en este momento, todo lo que Mis hijos necesitan para que en este tiempo vivan no solo su camino de despertar y de elevación, sino que estén colocados dentro de los Comandos de Cristo, siguiendo Su Voluntad, escuchando Sus orientaciones y concretando lo que Él Ha pensado en este tiempo final para preparar esta Tierra, para preparar los mundos internos para lo que ha de venir, lo maravilloso que ha de venir desde el universo cuando finalmente termine este cautiverio espiritual en el planeta.

Por eso, hijos Míos, hoy no vengo a contemplar lo que no hicieron bien, vengo a pedido de Mi Hijo a contemplar la Luz eterna que Dios les ha entregado desde el origen de sus consciencias, en los sagrados espacios de este universo, en donde el Proyecto de Dios una vez comenzó y que, aún ese Proyecto, por más que sea antiguo, está latente porque aún deberá cumplirse en aquellos que se animan a vivir su despertar.

Cuantas más almas despierten en este tiempo, mayores serán las intervenciones de la Jerarquía Espiritual para disolver y aplacar los acontecimientos del Armagedón.

¿Acaso están entendiendo lo que les digo?
 
Formar parte de este momento con la Jerarquía es único, no solo por lo que pueden vivir o experimentar, sino por lo que pueden conocer o descubrir de lo que está guardado como misterio en este cosmos.

Muchos llegaron a la Tierra como estrellas caídas. Después de tanto tiempo, de tantos aprendizajes y pruebas, muchas de esas estrellas se convirtieron y se transformaron en parte de este firmamento espiritual y eterno, dando un testimonio vivo y concreto de la conversión que Ha hecho Cristo en los corazones, llevándolos al camino del Amor y de la Verdad.

Por eso, hijos Míos, no se pueden desanimar en este momento; aunque los acontecimientos del planeta se agraven o se precipiten no pueden desanimarse, no pueden detenerse, hay una Vida Mayor que los espera no solo a ustedes, sino también a sus hermanos del planeta.
Quiero decirles en claras Palabras, Mis amados hijos, que hay algo más allá de esta vida material y concreta que los espera. Y eso que hay más allá no es solo espiritual o inmaterial, también forma parte de este universo material.

Por eso, la Jerarquía a través de los tiempos, los prepara para ese momento. No podrían estar ante la revelación de un misterio si sus mundos internos no estuvieran en la vibración correcta. Por eso, es necesario la purificación, porque si el Pequeño Niño, el Hijo del Padre, fue purificado en el Templo para vivir Su Gran Tarea, ¿acaso la Ley de la Purificación es innecesaria en este universo?

Se ha tergiversado la Ley de la Purificación, por lo que han comprendido en este momento. La purificación es un proceso de liberación; es el primer paso de la escuela de la trascendencia; es la gran oportunidad espiritual de que los corazones, delante de Dios, se liberen de las amarras, de las opresiones y del sufrimiento en el cual está inmersa la humanidad.

En la Ley de la Purificación está la Luz de la Esencia Divina, y las almas y los mundos internos la pueden encontrar cuando se animan a enfrentarla y no se resisten. Imaginen lo que hubiera sucedido si el Hijo de Dios no se hubiera purificado.

¿Acaso el Proyecto del Padre podría haber estado equivocado?

No, hijos Míos, no solo el Hijo de Dios se purificó en el Templo; también el Casto Corazón de San José, así como Su Santísima Madre, se purificaron en ese acontecimiento.

Sé que hoy de nuevo les hablo de un misterio, pero no hay mejor forma de comprender Mis Palabras que colocarlas en el corazón.

Oren, mediten, reflexionen e interésense para que lo que está guardado en el Misterio de Dios se revele, porque la vida, hijos Míos, no termina aquí.

Nuestra Obra en este planeta tiene un fin especial, que las consciencias encarnadas alcancen los pasos de la ascensión en la transformación del día a día, en el esfuerzo del día a día, en la determinación de poder convertir la consciencia en aquella aspiración ardiente, profunda y eterna, que el Padre Celestial pensó antes de sus orígenes.

Por eso, deben tener claro que esta es la causa de su encarnación. Así pueden, por un momento, sentir e imaginar lo que siente y ve la Jerarquía de las almas de este mundo que están alejadas del camino de la Verdad, que le han cerrado la puerta a su propio Propósito Espiritual.

Pero ahora, su Madre Celeste tiene la última chance, por medio de Su Palabra y en especial por medio de Su Presencia, de entregar la Gracia del despertar espiritual para que las almas no solo corrijan sus caminos, sino que puedan postularse a ser Nuevos Cristos, para que puedan estar en el lugar y en el momento en que Mi Hijo los necesite.

Su única morada está en el Reino de los Cielos. Cada momento vivido en este mundo, cada momento que experimentan o cada lugar donde pueden estar, es tan solo un pasaje, es un aprendizaje y una lección de humildad.

Hijos amados, es allá arriba en la Creación del Padre Eterno, es allá arriba en este Universo Sideral, donde se encuentra su verdadero ser, donde se muestra su verdadera faz, que muchas humanidades conocen hace tiempo. Trabajaremos hasta que todas las almas posibles lo alcancen, hasta que los que están más dormidos despierten de este letargo universal.

Por eso, traemos la Luz de Nuestros Impulsos Divinos para que no solo sean Palabras, sino sean Decretos eternos e inextinguibles para que las almas que los escuchen una y otra vez se transformen, sabiendo que en la Instrucción Sagrada de la Jerarquía siempre tendrán, ante ustedes, la oportunidad del cambio; el cambio que los llevará, sí o sí, a la transformación y a la redención.

Si Mi Hijo consiguió de los apóstoles convertirlos en buenas personas, convertirlos en Sus apóstoles para que hicieran perpetuar Su Obra en el mundo, ¿qué es lo que Mi Hijo podría hacer con cada uno de ustedes?

Hay solo una razón para todo esto, es que deben aprender a confiar para que aprendan a amar; y que este Amor que no es mundano, sino que es el Amor que surge de la Fuente a través de las almas que sirven y se entregan, pueda ayudarlos en el día a día a reflejar el Amor de Dios en sus obras de servicio y de caridad, con un solo fin: el alivio del sufrimiento, del sufrimiento que vemos en este mundo, en esta Tierra, del sufrimiento que paraliza y esclaviza a los corazones.

Nuestra Voz, Nuestra Palabra y, sobre todo, Nuestro Amor Divino y Consolador vienen a romper esta cadena de sufrimiento para que las almas se liberen y alcancen la paz, la alegría de sentirse amadas por el Padre Eterno; porque Él, siendo su Padre que está en los Cielos y que está en sus corazones, siempre tiene Sus Brazos abiertos a todos, porque Él es Misericordioso, Bondadoso y Prodigioso. Cuando sufren, cuando caen, cuando se alejan de Él, es porque no solo se olvidan de Su Amor, se olvidan también de que Él es pura Misericordia, Fuente Incansable de Compasión.

Por eso, hoy vengo no solo a celebrar la Natividad del Rey del Universo, a celebrar la Natividad de todos los Cristos Internos, de aquellos que se confirman día a día a través de su sí; sino también vengo a imponer Mis Serviciales Manos, como la Madre de la Cura Universal, para irradiar Mi Luz y Mis Gracias sobre Mis hijos, pidiéndole al Padre Celestial que las heridas más profundas y desconocidas en los corazones del mundo sean sanadas, a fin de que todos Mis hijos alcancen la felicidad de estar en Dios.

Únanse a Mí y trabajemos para cumplir con esta Aspiración de Dios de que las almas sonrían y alcancen la felicidad de estar en Dios, para así formar parte de Su Sagrado Reino.
Que la Luz de los Cristos Internos, en este momento del planeta, se perpetúe.

Que esta Luz de los Cristos Internos, nutrida por la Esencia de Cristo, les conceda la Gracia de la liberación y de la paz a las almas que más la necesitan, a fin de que se sigan rompiendo las cadenas que atan a las almas al sufrimiento y al dolor, y para que brote de cada esencia interior la Flor perfecta que Dios creó, a través del origen de cada Hijo Suyo.
Contemplen, en su mundo interior, la Flor de Dios y, así, alcancen su libertad.

Los veré el próximo día 31 de diciembre, cuando a través del Reino de Aurora, la Jerarquía Espiritual cerrará este año con un profundo acto de meditación y de reflexión ante todo lo que sucede y, sobre todo, con un profundo acto de ofrecimiento a Dios.

Acto que será ofrecido a través de los frutos que han vivido las almas en este tiempo, los frutos espirituales y los tesoros sagrados del corazón que aún mantienen vivo el Proyecto del Padre en este planeta, el fruto del sacrificio y la entrega del amor del corazón, pilares que sostienen Su Proyecto en este planeta.

Y así, a través de Aurora, en unidad y en omnipresencia, la Madre de Dios volverá a impartir Su bendición maternal, preparando junto a Sus hijos los próximos pasos que Cristo dará en Norteamérica y en otros lugares del mundo.

Oremos:

Señor,
que se cumpla el advenimiento de la Nueva Raza.
Que la humanidad pueda expresar su arquetipo.
Que la palabra sea viva y construya Tu Templo.
Que se expanda en nosotros Tu Misterio y
que se revele al mundo la verdadera existencia,
para que podamos reunirnos en Tu Nombre
y glorificar la perfecta Unidad.
Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a entonar una canción a pedido de nuestra Madre Santísima. Una canción que imita el sí de María, que Ella nos invita a vivir en este tiempo. La canción que se llama “Yo digo sí”.
Y a través de esta canción vamos a afirmarle nuestro sí a María, a Su Corazón, por todo lo que Cristo necesita de cada uno de nosotros; afirmando que a través de nuestro sí, el Señor concretará Su Victoria.

 

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Que la Luz de la Natividad del Señor ilumine con Amor y Paz al mundo y, en especial, a Ucrania.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA, DE CRISTO JESÚS Y DE SAN JOSÉ EN EL CENTRO MARIANO SANTUARIO DE LA CREACIÓN, BALNEÁRIO CAMBORIÚ, SANTA CATARINA, BRASIL, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Oremos:

Quien está en Dios nada teme.
Quien está en Dios no retrocede.
Quien está en Dios vive del Amor de Dios.
Esta es la fuerza de hoy.
En Dios, en Dios, en Dios.
Amén.
(tres veces)

A través del Sagrado Corazón de Mi Hijo, hoy les traemos, a este Centro Mariano y su fundación, uno de los Aspectos de Dios, dentro de Sus 72 Nombres Sagrados. 

El Aspecto de Dios que protegerá a este Centro Mariano y su tarea espiritual será el Nombre El Gibbor; para que la fortaleza, la fe, la compasión y el amor impulse, a través de este Centro Mariano, la elevación de todas las almas hacia el Reino de Dios; para que no solo el ser humano, sino también los Reinos de la Naturaleza sean recibidos aquí en espíritu, para que sean curados y redimidos.

Sé que están delante de un Aspecto de Dios desconocido, pero si sus almas se unen a Nuestros Tres Sagrados Corazones, comprenderán ese Aspecto de Dios por medio de la Ciencia y de la Sabiduría que les proporciona.

Porque la aspiración del Padre Eterno es que este Centro Mariano, como un punto de Luz en el planeta, refleje los Atributos de la Fuente Suprema, aquellos Atributos internos que la humanidad necesitará para poder regenerarse y curarse para que, finalmente, se cumpla el surgimiento de la Nueva Humanidad.

Hoy, Nuestros Tres Sagrados Corazones, como receptáculos de los Atributos de Dios, están aquí con todos ustedes, están aquí por la nación de Brasil y por todas las Américas; para que los pueblos de este continente sean conducidos hacia el Propósito de Dios y, por medio de los Ángeles de las Naciones de América Latina, todas las poblaciones y culturas de esta región del planeta puedan aproximarse a cumplir el Proyecto de Dios; aquel Proyecto que infelizmente está siendo oprimido y silenciado.

Pero, en este momento, Yo los vuelvo a invitar a estar en la oración. Yo los invito a silenciarse. Yo los invito a tener sabiduría y discernimiento, porque lo que sucederá en esta parte del planeta, podría afectar al resto del mundo.

Por eso, a través de Nuestra Presencia, a través de la Presencia de los Tres Sagrados Corazones, no solo venimos aquí para dar comienzo al ciclo de este Centro Mariano en su tarea espiritual y en su tarea interna, sino que también estamos aquí, hijos amados, para detener lo que se pretende que suceda sobre la superficie de este continente.

Su fidelidad a Nosotros ha sido muy significativa y la respuesta en la consagración de nuevos Hijos de María. Esto representa para Dios, así como Él nos dijo en este momento, que es posible establecer, en la superficie del planeta, el Proyecto que Él siempre quiso realizar en esta humanidad.

Hijos Míos, no se preocupen si no alcanzan los Misterios del Padre, primero amen los Misterios de Dios para después poder comprenderlos; sigan en fidelidad y obediencia lo que les dicta la Jerarquía Espiritual.

Yo estoy aquí y Soy su Madre, su Madre Universal, su Madre Celestial, la Madre de todo el Brasil, la Madre de toda Sudamérica, y tengo Mis Brazos extendidos hacia ustedes. Una vez más, les ofrezco Mis Manos para que se puedan tomar fuerte y seguir adelante. Porque como humanidad, en la superficie de la Tierra, han demostrado después de estos dos años que es posible seguir adelante cuando tan solo las almas aman de verdad.

Ahora, hijos Míos, les quiere decir algo San José. Escúchenlo.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de San José:

Así como el Cielo se abre hoy delante de sus corazones, él también se puede abrir en el interior de cada uno de ustedes.

Hoy, delante de los Sagrados Corazones, permitan que sus almas aprendan del misterio de la fe para que, mucho más allá de lo que suceda delante de sus ojos, la verdad que pulsa en sus corazones, invisible para la mayoría de los seres humanos, pueda sustentar sus vidas y así, hijos Míos, la Promesa de Dios siempre sea una realidad para cada uno de ustedes.

A través de la fe, encontrarán este Reino que hoy se manifiesta delante de ustedes. Contemplen esta realidad en su interior, y así sabrán que cielo y tierra podrán pasar, pero el Amor Divino permanecerá vivo en la esencia de todo aquel que cree. Aunque sus ojos no vean, sus corazones son capaces de sentir y, a través de ellos, penetrar el misterio.

Muchas cosas sucederán en el mundo y les traerán desesperanza a los hombres, harán que sus corazones sientan el dolor y el sufrimiento que una vez Mi Hijo sintió tanto en Su Agonía como en la Cruz. Pero, así como lo hizo el Corazón de Cristo, hoy los llamo a transmutar este dolor a través de un Amor Mayor, a través de la fe en aquello que pulsa en su interior y les revela lo que verdaderamente son y a través de la madurez del corazón, la madurez espiritual, que ya llegó el tiempo de que puedan experimentar.

Sean responsables, hijos, de sus elecciones, de sus acciones, de cada paso que dan, desde el primer pensamiento que tienen, al iniciar el día, hasta los sentimientos que emiten, las miradas, las acciones.

Rueguen a Dios para que sus acciones sean puras, para que sus vidas sean puras, porque ya llegó el tiempo de que una nueva vida despunte en la humanidad, y ustedes se comprometieron desde el principio a que, a través de los pasos de su redención, pudieran vivir esta nueva vida.

Y esa vida, hijos, es como la vida de Cristo en el Calvario. Alrededor de ustedes habrá caos, confusión, dolor; pero en su interior el Amor de Dios se renueva, nace un amor desconocido, incluso para el Corazón del Padre. Y es a través de ese amor que una nueva genética y un nuevo hombre comienzan a nacer, un Amor que sus células pueden vivir, que se expande desde su esencia hacia toda la consciencia.

Y, a pesar de que hoy eso les parezca imposible, solo les pido que tengan fe y que este Don Divino que hoy desciende del Cielo sobre sus vidas, encuentre un lugar en sus corazones para transformar sus vidas en algo que jamás pensaron.

No tengan miedo, pero sean firmes. El mundo los arrastrará por caminos que no son correctos. La batalla se vivirá dentro y fuera de ustedes; pero, a través de la oración, encontrarán refugio y, en los lugares sagrados, donde la Consciencia Divina habita, allí reencontrarán la paz.        

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos, hoy Mi Manto es el Manto de Brasil. El Manto que representa la vida de todo este pueblo y de toda la naturaleza, de una vida que infelizmente ha sido transgredida y violada.

No permitan, hijos Míos, que el Brasil sea un lugar más del enemigo. La fuerza de su oración y de su fe puede transformarlo todo. 

Si consiguieron atravesar el calvario de los dos últimos años, es señal, hijos Míos, que es posible seguir adelante, aunque duela.

Por eso, ahora, el Rey del Universo, el Hijo del Sol, en nombre de los Tres Sagrados Corazones, de Jesús, de María y de San José bendecirá y consagrará este Centro Mariano; y así, consagrará a todos los Hijos de María que hoy se postularon ante Mi Materno e Inmaculado Corazón para ser fieles y firmes en el servicio de la oración perpetua. 

Los invito a colocarse de pie.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de Cristo Jesús:

Así como esa llama que tienen encendida delante de sus corazones, llama que representa la Luz, el Amor y la Sabiduría de Dios para todo este planeta, para toda la humanidad; que esta llama se replique y se multiplique no solo en los seres humanos, sino también en los Reinos de la Naturaleza, que en estos tiempos de emergencia necesitan ser comprendidos, acogidos y amados, protegidos y cuidados, como parte vital de la Creación.

Si esta comunión con los Reinos de la Naturaleza se diera a través de su servicio orante, por medio del Centro Mariano Santuario de la Creación, les aseguró que no solo Brasil, sino también otras regiones del mundo estarán más protegidas, aunque el planeta demuestre en este tiempo su caos en la superficie. 

En sus manos está la decisión, en sus manos está el poder de la oración, el poder de permitir que el Cielo descienda a la Tierra, como en este momento. 

Que no solo el Hijo del Padre, sino también la Santísima Madre y el Casto Corazón de San José, en esta Unidad Trina, concedan al Brasil y al mundo la expiación que necesitan para sobrellevar este actual Apocalipsis.

No permitan que los Sellos del Libro del Apocalipsis se abran. Acojan las profecías, pero no las provoquen. 

Sean consecuentes en todo lo que hacen y viven. No se olviden de los Mandamientos, de una vida de servicio, de una vida de amor en la familia, entre todos sus seres queridos. No permitan que la célula de la familia se siga dividiendo.

Recuerden que ustedes y sus familias son parte del Proyecto esperado de Dios, el Sagrado Proyecto del pueblo de Israel.

Recuerden que esta parte del planeta es la promesa de la cuna de la Nueva Humanidad, en donde todo el planeta y la humanidad, a través de este lugar como de los Reinos de la Naturaleza, podrán regenerarse y curarse.

En los Reinos de la Naturaleza está la cura que necesitan, en los Reinos de la Naturaleza está la paz que ustedes buscan en este tiempo.

No permitan que sus vidas se vuelvan superficiales e indiferentes, abracen con el corazón abierto a toda la Creación y les aseguro que no perderán la paz. 

Delante de la Fuente Suprema, delante de los Ángeles y de los Arcángeles, Padres Creadores, que concibieron esta belleza del planeta Tierra, delante de los servidores del Cosmos y de la Tierra, delante de todos los consecuentes en la oración y el servicio por el otro, delante de la Aspiración de Dios, de Su Proyecto; que la Fuente Suprema a través del Corazón de Cristo, del Corazón Inmaculado de María y del Castísimo Corazón de San José, a través del Poder Supremo de El Gibbor, bendiga y consagre a este Centro Mariano, para que sea un verdadero Santuario de la Creación, que conceda a las almas y a los Reinos la cura y la redención que necesitan, para que todos estén en comunión con el Padre, con el Hijo y con el Espíritu Santo, en nombre del Amor y de la Sabiduría.

Yo los bendigo y los consagro como Centro Mariano Santuario de la Creación y como Hijos de la Madre Divina, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Y, para comprender la importancia de este encuentro, les ofreceré Mi Cuerpo y Mi Sangre, a través de la Celebración Eucarística.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Queridos hijos, también consagraré, a través de la autoridad de Mi Hijo, a una pequeña e inocente alma, que llegó al mundo de un lugar especial del universo. A través del Sacramento del Bautismo, esa alma recibirá no solo la renovación, sino también el recuerdo de su compromiso con Dios para el próximo tiempo.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de San José:

A través de Mi Casto Corazón y la autoridad que Me ha dado Cristo, como Siervo del Redentor, como Vigilante y Protector de las almas, a través del Castísimo Corazón de San José, la Gracia que les ofrecerá hoy Mi Corazón será la Unción para que la Señal Luminosa de la Cruz de Emmanuel siempre los guíe y los proteja.

Ya que, en este tiempo, será necesario discernir antes de actuar, meditar antes de obrar, para que sean consecuentes con la Ley.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de Cristo Jesús:

De esta forma, Nuestros Tres Sagrados Corazones se alegran y bendicen este encuentro, dando inicio a este ciclo de la Peregrinación por la Paz, para que las almas recuperen la esperanza que perdieron, recuperen la alegría que les fue robada y sientan el júbilo de ser Hijos de Dios. Nunca lo olviden, a través de Mi Corazón Misericordioso llegarán a Dios.

Cantemos el Himno de la Consagración de los Hijos de María; pero, todos cantemos, los que están aquí y los que están en sus casas, renovando los votos internos de la consagración para este ciclo de servicio junto a la Jerarquía Divina. 

Los Tres Sagrados Corazones agradecen por haber respondido al llamado. 

Como Cristo Redentor, que la Paz sea en ustedes y en sus hermanos. 

Que así sea. 

Amén.

APARICIÓN RESERVADA DE LA VIRGEM MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mientras el universo se abre frente a sus ojos, nunca pierdan la paz. Mi Paz siempre los confortará y les dará el entendimiento sobre estos tiempos.

Este universo se abre para que lo puedan conocer, para que se animen a profundizar en él y así puedan encontrar el sentido y la razón de existir esta Creación.

En esos universos existen varias realidades y hacia allí hoy los quiero llevar, porque el mundo debe elevar su consciencia. La humanidad debe trascender sus miedos y así encontrar la confianza en lo que existe, en lo desconocido.

Desde el universo hoy traigo Mi Mensaje para todos, porque aún la humanidad tiene que escuchar la Palabra de Dios, esta Palabra que viene a fortalecerlos y a darles nuevos valores para que sus almas estén en comunión con el universo y con la Vida Mayor.

Para llegar aquí he cruzado muchos planos de consciencia, eso siempre lo deben tener presente. Para que Yo pueda venir al mundo y hablarle a la humanidad, los universos se tienen que abrir, los portales se tienen que expresar y el gran camino de la Luz es construido para poder llegar a la Tierra y presentarme.

Después de todo lo que ha sucedido en agosto, como Madre y Guardiana de la Fe, vengo a hablarle a la humanidad nuevamente. Porque aún hay hijos Míos que no escuchan la Palabra de Dios, solo la oyen y eso no es suficiente.

En este tiempo de purificación, sus consciencias deben estar unidas a la vida universal. Así, las corrientes del universo los auxiliarán y les darán la fuerza interior que necesitan para poder superarse.

Todo lo que es material deberá ser purificado. Por eso, este es el tiempo, hijos Míos, que ustedes vivan esa trascendencia día a día.

Por eso, Yo traigo el universo para ustedes, para que primero lo puedan reconocer dentro de sí y después puedan expresarlo, aun estando en la vida material, aun viviendo en este planeta y dentro de esta humanidad.

Por eso, sus consciencias deben retornar al origen. No al origen de los errores, de las culpas, de las incomprensiones que tal vez vivieron una vez en el universo o dentro de este planeta escuela.

Deben retornar al origen de su verdad, al origen de su esencia. Allí nada podrá corromperse, porque si están en Dios, Dios estará en ustedes y se cumplirá Su Palabra.

Estos tiempos no solo son tiempos definitivos, tiempos de pruebas, tiempos de confirmación, son tiempos en los que el universo se reúne y se une, y así todas sus Jerarquías, para ayudar a la humanidad.

Los Comandos en el universo son muy amplios, los desafíos por la humanidad son muy grandes. Pero hay una sola razón y motivo que a todos los mantiene aquí, que es el amor por el Proyecto de Dios. Un Proyecto que decayó muchas veces y que se desvirtuó a lo largo de los tiempos.

Pero eso, hijos Míos, ahora no es importante. Lo importante es su despertar, y en su despertar estará la evolución de sus consciencias y esa evolución de sus consciencias solo se alcanzará a través del amor y de la entrega.

Mi Hijo les enseñó cómo hacerlo. Su Instrucción es vigente y atemporal. Sí o sí la humanidad debe caminar al encuentro del portal que los llevará a la Tierra de los Nuevos Cristos. Y esto, hijos Míos, no es una teoría, es una realidad, es una aspiración de Dios, es una meta.

Cuantos más desisten, menos posibilidades tienen de que todos puedan llegar hacia ese portal que el universo abre en la consciencia de la humanidad, y que algún día la llevará al encuentro de la Tierra de los Nuevos Cristos.

El Amor de Mi Hijo les hará conocer ese camino, les hará comprender esa meta y esa aspiración de Dios.

Después del 8 de agosto, el Padre Eterno no ha desistido y no desistirá, aunque la mayoría de Sus hijos tengan su consciencia ocupada en una realidad inferior e indiferente.

Las pruebas vienen a enseñarles a todos ustedes, hijos Míos, que es tiempo de cambiar algo, que no solo puede quedar en la mente como una información o parte de la memoria, que deben practicarlo y aplicarlo en la vida de este tiempo.

Por eso, el universo se moviliza y trabaja incansablemente. Sus corrientes cósmicas, sus espejos de luz, sus Jerarquías, sus puertas universales, mentales y divinas, todo se entrelaza y se interrelaciona a través de los Rayos para ayudar a la humanidad.

Hijos Míos, hay una parte que la Jerarquía no puede hacer por ustedes, y es a ustedes a quienes les corresponde hacer esa parte.

Su fe en este tiempo deberá ser fortalecida al igual que su confianza en el Plan de Dios, son tiempos de situaciones increíbles, nunca antes vistas.

Pero ustedes no pueden quedarse allí, en lo superficial, deben aspirar a lo inmaterial aunque no lo conozcan, aunque no lo entiendan, aunque no lo vivan.

De allí vendrá la ayuda de la Fuente, así como la Fuente Inmaterial ayuda a todo el universo, al resto de la Creación. Ustedes están en un tiempo que ninguna otra humanidad vivió.

¿Ahora comprenden la importancia de este momento?

Sus vidas deben ser el propio mensaje cumplido, la Palabra de Mi Hijo manifestada a través de la redención y de la entrega a Dios.

Eso justificará, en este momento, todos los errores que comete el mundo y que lleva adelante la humanidad, aun dentro de una pandemia.

No dejen que la Ley de la Misericordia se aparte, llamen por la Misericordia de Dios y confíen.

Llego al mundo para poder profundizar en el despertar, sabiendo que el universo está allí a la espera de los que se autoconvocaron y de los que retrocedieron en el camino de Mi Hijo.

El compromiso de cada ser no se disuelve, por más que se cambie de vida, por más que se aparten del camino, porque es un compromiso esencial, es algo que ustedes traen dentro de sí mismos, en la esencia, aportado por la Fuente Inmaterial. 

¿Ahora comprenden el sentido de esa responsabilidad?

Estar con Mi Hijo no es un momento pasajero ni emotivo, Nuestras Palabras deben cumplirse en ustedes, porque Dios las dona por amor y sabiduría.

Eso hará recrear la Creación, y sus vidas siempre deberán vivir una metamorfosis, un cambio constante, una transformación permanente, porque es allí donde Cristo obra y lleva adelante Su Plan.

No les pedimos lo imposible, sino lo que es posible, lo que proviene del corazón y renueva la vida.

En nombre de todas las Jerarquías del Plan Divino y Universal, los santifico y los bendigo en este momento para que, saliendo cada día más de sí mismos, alcancen la realidad suprema, aun viviendo la vida material.

No es imposible, solo es aspirar y querer, la Vida Mayor allí estará, llamando a las puertas de sus consciencias, llevándolos al despertar y a comprender, más allá de todo, el Plan.

Que su fe sea renovada, que el compromiso sea recordado por todos, que las Virtudes y los Dones de Dios se cumplan en la superficie de la Tierra para que nazca la Nueva Humanidad.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

En ofrenda, hoy les ofrezco Mi Inmaculado Corazón como el triunfo perfecto para sus vidas y para todo el Proyecto de Dios.

Hoy Me reúno con ustedes, hijos Míos, y con todos aquellos que escuchan Mi Voz, con todos los que contemplan el esplendor de Mi Inmaculado Corazón, que transborda de amor por el mundo y por las almas, las que buscan a Dios y también las que se pierden sin poder verlo.

Hoy, en este día trece de mayo, los uno al Centro de Fátima, y los hago ingresar a la Fuente de su Luz, de su Amor y de su Pureza Original, para que recuerden, queridos hijos, lo que en verdad son para Dios y para todo el Universo, que ya no son más lo imperfecto, lo impuro, lo pecaminoso.

En ustedes existe la Pureza que Dios creó desde el principio, para poder manifestar Su Amor sobre la Tierra y en toda la humanidad.

Esa Pureza esencial, queridos hijos, se encuentra en sus almas, y sus almas esperan por mucho tiempo para poder dar ese paso hacia la entrega mayor.

Hoy vengo coronada por las doce estrellas que Mis hijos de la Tierra Me han colocado, honrando cada uno de Mis atributos, y haciéndolos parte de sus vidas, como el bálsamo perfecto para la cura interior.

Hoy estoy con todos aquellos que Me escuchan y que abren las puertas de sus hogares y de sus corazones, para que Yo pueda entrar y reinar como su Madre Santísima.

Hoy vengo con el Cetro de Dios tomándolo con Mi mano, para mostrarles, queridos hijos, que el poder del Amor es invencible, y que las tinieblas serán derrotadas, porque aún Yo sigo pisando la cabeza de la maléfica serpiente que causa el dolor y la desesperación en todos los seres humanos.

Hoy vengo con el libro de Dios que les revela la Justicia y también la Misericordia que los acoge en este momento, que les permite ingresar al Corazón de Dios en perfecta plenitud, devoción y amor.

Hoy Mis ojos están aquí para observarlos y contemplarlos como la pureza que son y la misión que tienen, queridos hijos, de poder alcanzarla en este tiempo tan difícil para el mundo.

Pero siempre que recuerden a Fátima, lo alcanzarán. Porque Yo estoy allí, y también espero estar en sus corazones para que se cumpla la Voluntad de Dios.

Este mensaje que hoy les traigo, queridos hijos, es preparatorio.

En este día trece de mayo, en donde todos los ángeles se reúnen alrededor de su Madre Celeste y sobre este suelo de Aurora para unir ambos Centros de Luz, Fátima y Aurora, Yo vengo a declararles, queridos hijos, una fundación especial, y la continuidad de un movimiento mariano, que será el preámbulo para la derrota de Mi adversario.

Este Movimiento Mariano y Crístico-Sacerdotal prometerá, para todos, la devoción incalculable a Mi Inmaculado Corazón y al Sagrado Corazón de Jesús.

El Hijo de Dios y la Madre de Dios se ofrendan como Corazones para el mundo, para que las almas los puedan contemplar y vivir plenamente a través del amor y la oración; columnas que no los harán perecer a pesar de la tempestad de estos tiempos.

Este Movimiento Mariano y Crístico-Sacerdotal los unirá a Mi Corazón Inmaculado.

Yo querré ser la Gobernanta de sus vidas y corazones, de sus hogares y familias, para que se pueda constituir la Sagrada Familia en estos tiempos y la consagración de cada ser de este mundo al  Plan perfecto de Dios, que debe cumplirse con la colaboración de cada esencia de la Tierra.

Mucho más de este Movimiento Mariano y Crístico-Sacerdotal conocerán a través del tiempo, pues él ya viene siendo gestado para poder ser presentado a todos.

Este Movimiento es la continuidad de una Obra que Yo comencé en Fátima, después de Mis Apariciones, con todos los sacerdotes, que son los siervos de Mi Hijo y de la santa Eucaristía.

Este Movimiento quiere, queridos hijos, que vivan la devoción a Mi Inmaculado Corazón y al Sagrado Corazón de Jesús, para que las almas, en los tiempos finales, tengan en quién confiar a pesar de lo que suceda y del tiempo de su purificación.

Adoptar Mi Inmaculado Corazón y el Corazón de Mi Hijo significa un paso para sus vidas, una renovación para sus familias, para que los dones del Espíritu Santo puedan comenzar a manifestarse, en cada obra de amor y en cada acción diaria.

Esos dones que serán derramados por los Sagrados Corazones les permitirán realizar el Proyecto de Dios y cumplir con su misión principal para este tiempo final.

Por eso, queridos hijos, Yo me ofreceré como el centro para sus familias y como la Mediadora para todas las causas imposibles.

Quiero entrar en sus vidas aún más. Todavía no he alcanzado lo suficiente para conquistar sus corazones y, aunque sé que Me han adoptado, aún espero, queridos hijos, revelarles Mis designios para estos tiempos.

Quien ingrese a este Movimiento Mariano y Sacerdotal contará con la ayuda de Mis ángeles del cielo y podrá aprender, queridos hijos, de los tesoros de instrucción que quedaron grabados en la Tierra y en el Evangelio por la Sagrada Familia.

Se develarán en sus vidas muchas gracias y podrán construir, en ustedes y en sus seres queridos, aquello que nunca consiguieron, porque el alma que adopta Mi Inmaculado Corazón, no perecerá, aunque se purifique.

Este Movimiento intentará unir sus corazones, pero también los corazones de toda la Tierra, que en alguna advocación viven Mi Presencia en sus vidas e imploran a Dios por la infinita gracia, para que ella descienda del Cielo y se derrame en todas las almas que lo necesitan.

Este Movimiento Mariano y Crístico-Sacerdotal será protegido por los sacerdotes de esta Orden que Yo he formado junto a Mi Hijo.

Será el primer paso para un ecumenismo mayor y verdadero, que no solo unirá a los cristianos, sino a todos aquellos que en verdad buscan vivir en el Amor de Dios y que necesitan encontrarlo en este momento, para poder sobrevivir espiritualmente.

Por eso Mi Corazón se ofrece a ustedes y al mundo, dando continuidad a este Movimiento Mariano que comenzó una vez en Fátima, y que brotó y nació como una pequeña flor, que después se convirtió en grandes jardines en todas las almas del mundo que contemplaban Mi Corazón.

Vengo a traerles a través de este Movimiento la posibilidad de que estén unidos al Universo de Dios y que puedan ser mediadores para estos tiempos finales;  porque  habrán almas que necesitarán de sus oraciones y también de su paz.

Cuando Yo ya no esté entre ustedes, este Movimiento continuará con Mi Obra; y serán ustedes, los apóstoles de Mi Hijo, quienes darán ese testimonio de que Yo estuve aquí, entre ustedes, por tanto tiempo y que les di a conocer el poder de Mi Inmaculado Corazón para todo el planeta. Que también les enseñé a cerrar las puertas de los infiernos y a retirar de las garras del adversario a cuantos se pierden en este ciclo.

Así cumplirán, queridos hijos, a través de este Movimiento, con el mismo Apostolado que Mi Hijo fundó con sus primeros seguidores; y también darán continuidad  a la Obra que su Madre realizó con José de Arimatea y las santas mujeres de Jerusalén después de la Ascensión de Mi Hijo, fundando la primera Orden Consagrada a Nuestro Señor Jesucristo.

Así recordarán, queridos hijos, algo que siempre hicieron, y cada alma de esta Tierra tendrá oportunidad de participar de ese Movimiento, según su grado de consagración y de despertar.

Por eso en este día trece, queridos hijos, sepan que todos tienen un lugar en Mi Inmaculado Corazón, y que Yo oro por ustedes para que finalmente se cumpla el Plan de Dios en todos los corazones.

Este Movimiento abrirá las puertas para la verdadera fraternidad; y la Obra que Yo he realizado aquí, en el comienzo, en Aurora, será más aceptada y comprendida después de que todo haya pasado.

Muchos se apenarán por no haber escuchado antes, pero la luz de este Movimiento ayudará a convertirlos.

Aunque sean religiosos y cristianos, la luz de éste, Mi Movimiento, los convertirá porque estará presente Mi Inmaculado Corazón, que es el emblema para la salvación de las almas de los que quieren reconciliarse con Dios, después de haberse separado de Él por mucho tiempo.

Mi Corazón Inmaculado, queridos hijos, es la representación del Universo del Amor de Dios, que aún no todos conocen; Universo que espera ser conocido por todos, para que puedan curar sus heridas, sus incomprensiones y sus dudas.

Mi Inmaculado Corazón se ofrece al mundo nuevamente en este día para salvarlo, antes de que todo suceda.

Mi Corazón Inmaculado será el estandarte de este Movimiento.

Será Mi Corazón que querrá estar estampado en sus espíritus y almas, en esa fusión perfecta con el Amor de Dios y con su Misericordia.

Mi Corazón Inmaculado, en este Movimiento, será el portal para que los ángeles desciendan y puedan trabajar junto a ustedes en esta Obra Corredentora junto a Mi Hijo.

Mi Corazón lo es todo para el mundo, y así espero que sus corazones también lo sean, para que Dios sienta agrado de estar en ustedes y en sus hermanos todo el tiempo.

Hoy he traído Mi Inmaculado Corazón para que nazca, en este día, el Movimiento Mariano y Sacerdotal; para que los nuevos cristos se presenten ante el llamado del Universo y en su redención, alcancen cumplir con la Voluntad del Padre Celestial.

Aún no comprenderán lo que hoy les estoy diciendo, pero guarden Mis palabras en sus corazones, porque en sus corazones es el primer lugar en donde Mis designios se cumplen, y es desde donde las obras se realizan para todo el planeta.

Sientan Mis palabras antes de comprenderlas y así se transformarán, queridos hijos.

Mi amor espera depositarse en ustedes cuando su confianza sea absoluta, cuando sus espíritus se abran para esta sagrada convocatoria y así, las naciones de América serán aliviadas.

Porque este Movimiento Mariano y Crístico-Sacerdotal, queridos hijos, comenzó desde el primer momento en que ustedes dijeron: "sí", a Mi Llamado hace ocho años atrás, cuando aprendieron a orar y oraron Conmigo; cuando cumplieron cada uno de Mis pedidos por la paz en el mundo y por la salvación de las almas.

Ese Movimiento Mariano y Crístico-Sacerdotal fue siendo gestado en sus espíritus cuando éstos fueron receptivos a Mi Llamado Universal.

Y aún hay mucho por hacer, queridos hijos, hay mucho por realizar y cumplir ante Dios.

Hoy dejo Mi Inmaculado Corazón para ustedes como el tesoro del Universo, el emblema del amor para toda la humanidad; como la fundación de este Movimiento para este día bendito y glorioso, en donde su Madre del Cielo es coronada por el amor de sus hijos.

Quiero que hoy firmen este compromiso Conmigo a través de su amor y de su "sí".

Así muchos serán ayudados, y llegarán de diferentes formas a Mi Inmaculado Corazón: como el refugio para los afligidos, como el hogar para los que desesperan, como la cura para los que están enfermos y como la salvación para los que estuvieron en el abismo.

Hoy deposito aquí, ante ustedes, Mis siete rosas de Luz; porque a partir de este noveno año de encuentros Conmigo, queridos hijos, el séptimo ciclo se cumplirá y comenzará un nuevo ciclo para todos Prepárense.

Este Movimiento también será formado por los Hijos de María que Me representan en esta humanidad, como el testimonio de la conversión y del Amor de Dios en sus vidas.

Hoy llamaré a los que se consagrarán, en este día, en  que vuelvo a revelarles el poder de Mi Inmaculado Corazón, que es el Poder de Dios.

Que vengan aquí Mis hijos, los que se consagrarán.

Hoy son tres, queridos hijos, en el sagrado recuerdo de la pureza de Jacinta, Francisco y Lucía, y en el sagrado recuerdo del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

¿Qué significará, queridos hijos, este momento para sus almas?

¿Qué representará esta consagración para sus almas ante Mi Inmaculado Corazón, que se abre para recibirlos y  amarlos, infinitamente?.

Hoy dejo para cada uno de ustedes la semilla de la pureza original, para que la recuperen y la hagan crecer como un gran árbol de luz que acogerá a los corazones sufrientes y perdidos, por su oración.

En unión a Mi Inmaculado Corazón reciban la Luz del Cielo, que hoy les extiendo por obra de la Gracia y de la Misericordia, tocando sus cabezas y rogando a Mi Hijo su gran paso al Universo Mayor.

Yo los amo y los adopto como Mis hijos, porque ustedes ya Me adoptaron como su Madre.

Y así vuelvo a cumplir en este día, a través de estos tres hijos, el Proyecto del Amor de Dios en todos los corazones.

Reciban de Lys Fátima, la Paz.

Y ahora, hijos que hoy se consagran, repitan conmigo:

Mi Dios yo creo en ti...

(Oración del Ángel de la Paz, recitada por tres veces)

Y así, hijos que hoy se consagran, sus corazones se limpian y sus almas se purifican en Mi Luz, en el Amor perfecto de Dios y en la Unidad con Su Espíritu.

Hoy los consagro en el nombre de todo el Universo, en el nombre del Amor y de la Paz, para que ella se establezca en sus vidas y en todos aquellos que se crucen en sus caminos.

Recuerden, queridos hijos que hoy se consagran, que adoptaron Mi Inmaculado Corazón, quien siempre los protegerá y los amará como nunca nadie los ha amado.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Por este día, por los días que pasaron y por las obras que vendrán, les agradezco por responder a Mi Llamado.

Que se eleven sus velas y que se cante “El día trece de mayo”.

Vayan en paz.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Yo Soy la Rosa de la Paz, Aquella que en este final de los tiempos les ofrece lo más puro que hay en la Creación de Dios.

Esta rosa que emerge de Mi Inmaculado Corazón representa Mi Pureza Divina, la que les ofrecí durante todo este último año, para que aprendieran, hijos Míos, a estar en Mi Divina Pureza y a vivir la paz, a pesar de todos los conflictos que acontecen en este mundo.

En este último año, muchos hijos Míos despertaron, otros maduraron, y espero, Mis amados, que sigan creciendo en espíritu, en consciencia, para representar al Plan de Dios cuando Sus Mensajeros ya no puedan estar aquí como están hoy.

Su Padre Celestial envió al mundo a Su Sierva, a Su Servidor Castísimo y a Su Hijo para que depositaran sobre la consciencia humana lo que debería manifestar en estos tiempos, que es la unión perfecta con Dios, la paz absoluta, la fortaleza inquebrantable que permanece en el amor, en la unidad y en la fraternidad, independientemente de las grandes corrupciones de la consciencia de este mundo.

Vengo al mundo, Mis amados, para hacer de cada uno de ustedes un precursor de Mi Paz, para que multipliquen la Paz que Yo les traje y de esta forma, los que no Me conocen y no estuvieron ante Mí puedan sentir Mi Presencia a través de la irradiación de sus corazones.

Hoy, vengo a sintetizar en sus espíritus todos los impulsos e instrucciones que les entregué en este último año, para que reflexionen y mediten profundamente en esta Gracia que como humanidad recibieron.

Se han preguntado, hijos Míos: ¿Por qué regresé al mundo por un año más? ¿Por qué no desisto de sus corazones? ¿Intentaron sentir, en su interior, la grandeza de este Amor que Me hace venir al mundo una y otra vez, a pesar de la indiferencia de las almas, de la ceguera de los corazones?

Yo confío, hijos Míos, en el potencial de amar del corazón humano, porque Mi Corazón ya fue de carne, ya pulsó en esta Tierra como un Corazón vivo, material. Por eso, sé y conozco la grandeza del Amor que puede salir del corazón humano, que está escondido bajo siete llaves.

Vengo para hacer emerger aquel Amor que nunca pudieron expresar, por temor, por vergüenza, por orgullo. Vengo a invitarlos al servicio, a la caridad fraterna y crística, que los retira de sus seres y trae a la luz aquel potencial que deben manifestar.

La caridad, hijos Míos, cuando es vivida plenamente, permite que el alma se exprese tal como el Creador pensó en el principio. Es por eso que los impulso una y otra vez a seguir sirviendo. Es por eso que, mientras Mis misioneros están en Turquía, no dejo de acompañarlos ni un solo instante, porque este amor que surge en el servicio es único y debe multiplicarse y crecer cada vez más.

Que la experiencia de esos hermanos suyos pueda valer para todos, para todos los que aspiran a vivir el amor, para todos lo que aspiran a manifestar el Plan de Dios en la Tierra. Que no sea necesario, hijos, que los mande a todos ustedes a Oriente, porque no sería posible, pero sí puedo enviar a sus corazones, que trascienden las fronteras, las barreras, las diferencias, que trascienden las culturas, las religiones, porque están en Dios, que es la perfecta Unidad.

Es a través del corazón que deben unirse a toda la humanidad, a todos los Reinos de la Naturaleza. Deben confiar en el potencial del amor existente dentro de cada uno de ustedes, porque él está ahí, esperando emerger en este tiempo.

Como les dije hoy, Mis amados, toda la maldad y todo el terror que hoy oprimen al mundo son permitidos por Dios para que sus consciencias puedan aprender a amar y, con mayor potencia que el mal, equilibren este terror que acontece en el mundo.

Amen de corazón, de verdad, sin juzgamientos. Pierdan el miedo de amar, láncense en ese descubrimiento de encontrar el amor en sus corazones, porque les digo que muy pocos saben amar verdaderamente.

Lo que sienten, en sus pequeños corazones, aún no es el amor que Dios espera. El Señor espera que amen con locura, que trasciendan los límites de su entrega, sus imperfecciones, sus defectos y que amen así como son. Confíen en la perfección de Dios que habita dentro de ustedes, confíen en que el amor transforma todo y que esa frase no es una teoría, sino una verdad.

Piensen en la Cruz de Cristo, en Mi Hijo flagelado, crucificado, derramando Sangre y Agua de Su Costado, transformando así el corazón de todos los hombres y el destino de esta humanidad, como también de este planeta. Ese Amor perfecto es el que les ofrezco vivir; pero para eso es necesario que acepten el Cáliz que les entrega el Señor, que abracen esa cruz, la cruz del sacrificio, de la donación de sí, de la oración perpetua, de la transmutación, del esfuerzo permanente por buscar a Dios.

Hijos, Jesús jamás reclamó por la Cruz que Dios colocó en Sus Espaldas; Él la abrazó firme porque sabía que la victoria de Su Padre le sería concedida al mundo a través de Su sacrificio.

Hoy, les digo que si viven el sacrificio con amor, si renuncian a las comodidades de este mundo, si renuncian a sus pareceres y quereres interminables, la victoria de Dios puede ser una realidad en este planeta y, más allá de él, puede ser una realidad en el universo que tanto aguarda la manifestación de este Plan, que tanto aguarda que la humanidad pueda expresarse con perfección, tal como Dios lo pensó y lo anunció en el cosmos en el principio.

Cuando Dios pensó la humanidad, todo el universo se regocijó y la alegría volvió a brillar en los corazones de las criaturas que conocieron el miedo, porque conocieron la falta de amor, que también comenzó a existir en algunas otras civilizaciones de este universo. El Proyecto Humano fue la esperanza para todo el cosmos que aguardó expectante, hasta el día de hoy, la victoria de Dios en el corazón humano.

Hoy, hijos, este planeta se convirtió en un punto oscuro en la Creación Divina, porque el mal que debería impulsarlos a la vivencia del amor, que debería ser trascendido por la valentía de sus corazones, hoy ha tomado posesión de la gran mayoría de las almas que habitan en la Tierra. Pero no es imposible revertir esta situación, porque la Ley es que el Plan de Dios se cumpla, la Ley es que triunfe el Amor, la Ley es que puedan vivir tal como el Pensamiento perfecto de Dios.

Si creen en Mi Presencia, si tienen fe en que Yo estoy ante ustedes; crean, hijos, cuando les digo que Dios habita en sus esencias, porque esas esencias son parte de Su Divina Consciencia. Hablen con Dios dentro de ustedes, descubran esta unidad perfecta que existe entre las criaturas y su Creador, develen este misterio de la unidad que la humanidad puede vivir con Dios.

No permitan, Mis amados, que esta oportunidad única en el universo de unirse a Dios y de vivir Su Amor sea desperdiciada por la distracción de los corazones, por la indiferencia, por el orgullo que el enemigo estimula día a día en la consciencia de todos los seres humanos.

Vengo al mundo para conducirlos a la verdad, a la consagración, a despertar el potencial divino dentro de sus células, dentro de sus esencias, en sus consciencias.

Por eso, al menos por algunos instantes, todos los días, sean capaces de abstraerse de las cosas materiales y de todas las preocupaciones que les trae la vida en este mundo, para contemplar a Dios escondido en sus esencias, para pensar en la Vida Superior, para escuchar a sus almas, para permitirse sentir la aspiración divina de cada una de ellas, para escuchar a sus ángeles de la guarda que todo el tiempo intentan decirles el camino a seguir.

Cuando oren, oren con ellos, escúchenlos. Si se sienten perdidos, déjense guiar por sus ángeles de la guarda, ellos son parte de la Creación Divina y traen en su corazón celestial el Propósito de Dios para cada uno de ustedes, y, todo el tiempo, intentan revelarles ese Propósito para que lo vivan plenamente.

Que, al escuchar Mis Palabras, hijos Míos, sus corazones sean impulsados a dar un paso definitivo. Por menor que sea, que sea verdadero, sincero, porque es con los pequeños pasos consolidados que pueden crecer y evolucionar, que puede construir la fortaleza que el Creador espera que esté construida para abrigar a otros que, en el final de los tiempos, no tendrán a quién recurrir.

Así como hoy Yo abro Mis Brazos en dirección a la Tierra y acojo sus imperfecciones para transformarlas en la Fuente de Mi Amor, también espero, hijos Míos, que cuando encuentren a un hermano que necesita de su auxilio, abran sus brazos y lo acojan, independientemente de las miserias e imperfecciones de esos corazones, porque todo el amor que les entregué debe ser multiplicado. Que las dádivas entregadas por la Madre del Mundo no permanezcan dentro de ustedes, sino que recorran el mundo y hasta los universos, anunciando el triunfo de Dios en el corazón humano.

Es por eso que, en esta noche, llamo a Mi encuentro a aquellos de Mis hijos que ya multiplican Mis Gracias para los que más las necesitan, pero que las deberán multiplicar aún más porque, al consagrarse a Mi Inmaculado Corazón, estarán asumiendo un compromiso Conmigo, el compromiso de vivir su fe y de proclamarla todos los días sin temor, sin condiciones.

A Mis hijos que se consagran hoy, los llamaré especialmente a servir y a vivir la consagración a Mi Inmaculado Corazón a través del servicio a los que más necesitan.

De ustedes, hijos Míos, esperaré la caridad perpetua para que Yo pueda derramar, a través de sus manos, Mi Divina Piedad, esa que derramé en la Cruz al recibir en Mis Brazos a Mi Divino Hijo.

Cuando sirvan, recuerden la Cruz de Cristo, recuerden Mi Piedad, recuerden que Yo quiero multiplicarla a través de sus pequeños corazones. También les digo esto a todos los Hijos de María, a los que se consagraron y a los que se consagrarán, que deben portar en sus manos Mi Divina Piedad. Que sean misericordiosos y que todos los días intenten ser un poco más fraternos, para que sean dignos del Manto que llevan sobre sus cuerpos.

Recuerden, hijos Míos, que al vestirse con este símbolo que les entregué, están entrando conscientemente bajo Mi Manto. Yo estoy amparando todas sus acciones, sus palabras, sus pensamientos, sus sentimientos. Recuerden que estarán viviendo bajo Mi Manto, que los estaré amparando y también observando todos los días, para que crezcan y respondan al Plan de Dios como Él espera.

Cuando estén ante alguna dificultad, solo sientan Mi Manto sobre ustedes, recuerden que son parte de una gran red, de un gran Manto Celeste que se expande por el mundo entero.

Fortalézcanse en la unión unos con otros porque, al consagrarse como Hijos de María, están entrando en una consciencia única, representada por todos Mis Hijos, ese ejército de Amor que estoy formando en la Tierra para que tenga su reflejo en el universo.

Por eso, fortalézcanse unos a otros. Compartan entre ustedes momentos de oración y de servicio, momentos de entrega, de estudio de Mis Palabras, como también de las Palabras de Mi Hijo y de San José Castísimo.

Permitan, hijos Míos, que sus consciencias siempre sigan creciendo, madurando y profundizando en la propia entrega. Difundan Mi llamado, Mis Palabras, Mi Presencia. Anúncienle al mundo que la Divina Misericordia de Cristo aún se derrama sobre la humanidad.

Espero encontrarlos en la Sagrada Semana sentados a la mesa de Mi Hijo, recibiendo de Él los dones y las dádivas únicos para la humanidad. Nuestro Señor intenta construir en ustedes aquella fortaleza para que puedan reconocerlo cuando retorne al mundo, para que puedan reunir a Sus rebaños, perdidos entre el caos y el mal, para que lo sigan y proclamen Su Retorno y Su Divina Misericordia, que volverá para establecer la paz cuando la Justicia de Dios ya haya descendido sobre este mundo.

Esta Sagrada Semana, hijos Míos, no es un simple momento con Cristo. Estarán ante el Rey del Universo, el mismo que un día colocó Sus Pies en la Tierra y anunció que era el Hijo de Dios, el mismo que perpetuó Su entrega y que hace más de dos mil años sigue convirtiendo a las almas por Su Presencia Eterna, no solo en los Libros Sagrados, sino también en la Eucaristía y en todo corazón que puede ser verdadero y que se une al prójimo para que, con dos o más, abra las puertas del Cielo para Su descenso.

Esta Sagrada Semana, deben vivirla no solo por ustedes mismos, sino también por la humanidad, por el triunfo del Plan de Dios, que debe concretarse en el corazón humano como en todos los Reinos de la Naturaleza.

Que estén aquí como soldados de Cristo, como Sus apóstoles, para dejarse formar y transformar por Él, para ser forjados por el Fuego de Su Amor y que así todas las criaturas que se aproximen a ustedes reconozcan la Presencia de Cristo, reconozcan que su testimonio es verdadero y sean tocados por la fe de sus corazones para despertar a la verdad.

Les dejo, hijos Míos, esta convocatoria para que respondan al Llamado del Señor, que está haciendo resonar Su Voz en sus pequeños corazones.

En esta noche, los bendeciré y los consagraré, sobre todo a estos, Mis pequeños, que hoy se arrodillan ante Mi altar con la esperanza de encontrar la paz y un propósito para sus vidas; con la esperanza de convertirse en verdaderos apóstoles de Cristo, y así lo harán, porque Mi Amor los impulsará y, siempre que sean verdaderos en su entrega y en su consagración, Mi Amor y Mi Presencia estarán entre ustedes.

Yo los consagro y los bendigo por el Poder del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Que sigan en paz y lleven Mi Paz al mundo entero.

Les agradezco.

Para despedirme, canten "Inmaculada Señora de la Paz" e ingresen en Mi Corazón como humanidad, para que así Yo también pueda elevar a las almas que en esta noche necesitan de Mi auxilio maternal, necesitan de Mi amparo y de Mi consuelo.

Eleven a Mis Brazos, hijos Míos, a aquellos de sus hermanos que más lo necesitan. Los escucho.

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

Contacto