APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SAGRADO LLAMADO DEL DÍA 20 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Recemos:

Sagrado Fuego del Corazón de Jesús,
transforma mi vida y libérame de todo mal.

Amén.

(tres veces)
 

He aquí el Fuego de Mi Sagrado Corazón, expuesto al mundo entero y, especialmente, a las almas sedientas.

Este es el Corazón que se entregó por ustedes, este es el Corazón que se donó por ustedes y es el Corazón que aún está abierto a todos los que quieran entrar en Él.

¿Saben por qué Mi Sagrado Corazón hoy está abierto?

Por haber llegado a Mi encuentro. Por haber respondido a Mi convocatoria.

Por eso, Yo les entrego el Fuego de Mi Corazón Eterno, para que sus vidas se puedan transfigurar, así como el Señor se transfiguró en lo alto del Monte Tabor y reveló Su verdadera Faz a algunos de Sus apóstoles.

El Fuego de Mi Corazón, en aquel tiempo no podía ser conocido por todos, pero sí podía ser percibido por muchos, los que estaban unidos al Señor, en Comunión Sacramental, en oración y en Adoración.

Este es el Fuego que traeré al mundo cuando retorne, el Fuego Glorificado de Mi Corazón que, con tan solo la Presencia del Señor, transfigurará los planos y las consciencias que estén presentes.

Y no solo verán venir al Hijo del Padre en compañía del Sagrado Espíritu, sino también podrán ver con sus propios ojos el Fuego de Mi Corazón que, como un Sagrado Sol del Universo, retirará a las consciencias de la oscuridad, del sufrimiento, de las angustias y del dolor.

Por eso, veneren el Fuego de Mi Corazón, Aquel que ilumina más que cientos de soles, Aquel que les trae a sus esencias, en la sabiduría, la alegría de estar Conmigo todo el tiempo, el júbilo de servirme y de sacrificarse por Mí, no solo por este planeta, sino también por toda la humanidad.

Este es el Fuego de Mi Corazón que hoy les presento.

El mismo Fuego que veneró Mi Santa Madre, el mismo Fuego de Mi Corazón que conocieron las santas mujeres en Mi Resurrección.

El Fuego de Mi Corazón que los pastores de Emaús conocieron cuando estuvieron a Mi lado, compartiendo Conmigo, el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

El Fuego del Amor de Mi Corazón es el que permitió la salvación de la humanidad y del planeta.

Fue el Fuego de Mi Amor que Me permitió llegar hasta lo alto del Monte Calvario y aunque físicamente ya no tenía ni una gota de sangre en Mi Cuerpo, por haberla perdido en el camino del Calvario, quiero decirles que fue el Fuego del Amor de Mi Corazón que Me permitió llegar hasta el final para cumplir la misión que el Padre Me había propuesto.

Si ustedes hoy pueden sentir y conocer el Fuego del Amor de Mi Corazón, ¿creen que este Fuego puede vivir en ustedes y con ustedes?, no solo para iluminar sus caminos y vidas, sino para que participen de la grandeza del Reino de los Cielos, aunque estén viviendo en la superficie de este planeta, aunque estén participando del Armagedón.

Yo quiero recordarles, a través del Fuego de Mi Corazón, no solo la experiencia del Amor que Yo viví por ustedes, sino que el Fuego del Amor de Mi Corazón es lo que permite que Yo llegue al mundo, una y otra vez, para encontrar a Mis apóstoles, a Mis ovejas, para tenerlos cerca y para que ustedes Me tengan cerca de sus corazones y esencias.

Hoy, en la solemnidad de este Fuego que se revela a todos, sientan en sus corazones una parte del Fuego de Mi Amor que los reconsagra y los vivifica, que los transmuta y los trasciende, que los eleva y los reconcilia con Dios para que el mundo se pueda reconciliar con el Padre Eterno.

Es por ese Fuego del Amor de Mi Corazón que deben trabajar y obrar.

Es por ese Fuego del Amor de Mi Corazón que deben vivir esta experiencia de la Tierra como una oportunidad de crecer en el amor, en la felicidad de servir a Dios y, sobre todo, de ser parte de Mi Obra de Redención, de la manifestación de Mi Divina e Insondable Misericordia.

Quiero decirles que es el Fuego del Amor de Mi Corazón que hoy llevaré a Sudamérica y, a través de Sudamérica, al mundo entero.

Será el Fuego del Amor de Mi Corazón que iluminará a la Argentina.

Será el Fuego del Amor de Mi Corazón que intentará conceder intuición y sabiduría a las almas del Brasil, en el momento de escoger a quién los gobernará.

El Fuego de Mi Corazón fue el que también se reveló en el Sagrado Cenáculo, en los días siguientes a Mi Resurrección.

Fue el Fuego del Amor de Mi Corazón que les trajo a los apóstoles y a Mi Santa Madre el Espíritu Santo, porque la Segunda Persona de la Santísima Trinidad estaba presente, es decir el Sagrado e Insondable Hijo. 

Es este mismo misterio que hoy les traigo a todos, porque en el fin de los tiempos lo necesitarán; para que no se olviden de que, siendo parte del Fuego del Amor de Mi Corazón, son parte de la Unidad Trina, de esa unidad que debe reflejarse entre hermanos y entre servidores de un mismo camino espiritual.

Por eso, este es el momento de su reconsagración a la Llama de Fuego de Mi Corazón, que arde incansablemente por las almas que adoran y reconocen a Mi Sagrado Corazón y que arde por aquellas almas que no Me conocen ni Me saben, las almas que Yo necesito que ustedes Me aproximen en estos tiempos, para que Yo también las pueda consagrar y curar como a ustedes los he curado y consagrado.

Esa debería ser su principal tarea espiritual: aproximarme a las almas, para que sientan y vean la Llama del Fuego de Mi Corazón, la Llama que encandilará al mundo entero durante los tres días de oscuridad, y las almas podrán ser partícipes de la Luz de Mi Corazón Eterno, a pesar de lo que suceda, a pesar de lo que se presente o se manifieste.

Porque la Llama de Fuego de Mi Corazón no les hará tener dudas, desconfianza o incertidumbre, sino que sus vidas y consciencias se podrán afirmar en Mi Corazón; porque recuerden que Mi Corazón es el Corazón del Padre Eterno, que encarnó y estuvo entre ustedes y con ustedes para traerles la Buena Nueva.

A través de la Llama del Amor de Mi Corazón, Yo los preparo para los próximos tiempos, para que vivan su verdadero apostolado y para que ayuden a su Maestro y Señor a despertar a nuevos apóstoles, que ya están prontos esperando el gran momento, el momento del despertar.

Sean conciliadores y mediadores, sean precursores de la Llama del Amor de Mi Corazón. 

Hagan conocer al mundo que Mi Corazón no solo está abierto a todos, sino también es un Corazón que puede recibir a todos, sin excepción y sin condición. 

Porque cuando tan solo adoren a la Llama del Amor de Mi Corazón, les aseguro que conocerán el universo de Mi Amor y sentirán el impulso interior de hacer cualquier cosa por el cumplimiento del Plan.

Que esta Llama ilumine a los presentes y a los no presentes. 

Que esta Llama le conceda al mundo la paz, la sabiduría y el discernimiento, el entendimiento para saber gobernar, así como gobierna Dios; para que los pueblos y las naciones ya no sean prisioneras de los sistemas del mundo, sino que las almas alcancen la libertad de este eterno cautiverio planetario; para que los corazones reencuentren el Amor de Dios y la eterna esperanza del Sagrado Corazón de Jesús.

Quien venera a la Llama del Amor de Mi Corazón se compromete, y esto no es pasajero ni transferible.

Contemplar a la Llama del Amor de Mi Corazón significa ser consecuente, estar en prontitud y en alerta para ayudar a la Jerarquía Espiritual en todo lo que Ella intenta construir y manifestar. 

Yo no les entrego algo diferente a lo que les entregué a los apóstoles. En este momento, Yo les estoy legando el mismo conocimiento y sabiduría que Mis apóstoles y seguidores recibieron en el Cenáculo. Porque de esta forma, no solo los preparo para los tiempos que llegarán, en los que deberán alcanzar un estado de consciencia neutra, pero no indiferente; un estado de consciencia pacífica, pero no omisa; un estado de consciencia de amor y de compasión, pero no olvidada de la verdadera necesidad planetaria, de las naciones y de los pueblos que sufren en este momento la guerra, los conflictos, el hambre, la persecución religiosa, el tráfico y la migración.

Yo vengo a trabajar al mundo por esas almas, para que la humanidad entera, esa es Mi Mi aspiración, sea una humanidad misionera y fraterna, que no pueda tener el corazón tranquilo hasta que la última alma esté abrigada en Mis Brazos, hasta que la última alma reciba lo que necesita, hasta que la última alma sea retirada del sufrimiento y del dolor. 

Porque existen misioneros disponibles para ser Mis Brazos y Mis Manos en el mundo; para disolver el sistema cruel de esta humanidad a través del servicio anónimo, de la oración interior y del cumplimiento del Propósito de Cristo en el planeta. De esta forma, también Yo los preparo para la próxima misión en Medio Oriente. 

Por esa razón hoy, detrás de Mí, están viendo a Israel, Mi Tierra Santa, la tierra escogida por el propio Padre Eterno para desarrollar el Sagrado Proyecto Genético, a través de Sus Dádivas y Gracias al pueblo de Israel y a sus tribus.

Hoy, la humanidad es el gran pueblo de Israel, expresado en los cuatro puntos del planeta.

Hoy, la humanidad perdida y desorientada, influenciada y perseguida por los dioses modernos del mundo, deberá volverse hacia el pueblo de Israel, hacia el Proyecto Original del Padre, aquel Proyecto que Él les confió a los patriarcas y a los profetas: el Gran Proyecto de la concreción de Su Sagrada Voluntad en el fin de estos tiempos. Porque dentro de cada corazón, dentro de cada uno de ustedes, está una parte de ese Proyecto del pueblo de Israel.

Por eso, vuelvan hacia sus orígenes. Como humanidad, recuperen sus raíces y recuerden que una vez fueron parte de un pueblo sagrado, de un pueblo que debe recuperar su dignidad espiritual y moral, de un pueblo que aún debe concretar la Voluntad del Padre, así como está escrita en Su Corazón Interno. 

La misión al Medio Oriente, que ya deberían estar viviendo internamente, no solo será una misión para ayudar a los pueblos sufridos de esa región del planeta, no solo será una misión para desatar los nudos que atan a muchas consciencias a la perdición; será una misión para poder develar nuevamente los tesoros sagrados de la Jerarquía Espiritual; para que, a través del Fuego del Amor de Mi Corazón, esos tesoros se manifiesten y se revelen al mundo entero, a través de las Sagradas Reliquias que el pueblo de Israel una vez recibió, por medio del Arca de la Santa Alianza y de las Sagradas Reliquias del Cenáculo, por medio del Santo Grial.

Todos esos tesoros deberán emerger a través del Corazón de la Jerarquía, no solo para Medio Oriente, sino también para el mundo; no solo a través de los Retiros Internos, sino también a través de los corazones que tienen sed de encontrar su origen y de sentirse parte del Proyecto de Dios.

Cada etapa de la tarea de la Jerarquía es para completar un nuevo paso, es para realizar un nuevo esfuerzo que va más allá de lo material o aun de lo espiritual, tarea a la que todos son convocados a formar parte, a sentirse parte de la aspiración de la Jerarquía Espiritual; sabiendo que, si los tesoros de la Jerarquía no se manifiestan y emergen, ¿cómo la humanidad enfrentará los tres días de oscuridad?

La solución para el mundo no se encuentra en lo material, sino en lo interno, en el Sagrado Conocimiento que les puede proporcionar la Jerarquía, a través del inagotable manantial de la Instrucción que ennoblece sus espíritus y que fortalece su fe, que los lleva tarde o temprano a vivir como Nosotros vivimos el Plan de Dios, sintiendo en lo profundo del corazón el Amor Divino que todo lo concibe y que todo lo puede. Ese mismo Amor que permitió que Dios se sacrificara por el mundo entero y fuera el último Cordero llevado al matadero, para que el Árbol de la Vida se pudiera volver a erguir y las raíces de los orígenes y de la sagrada historia del planeta pudiera ser reintegrada a la consciencia del mundo. 

Eso es algo que realizaremos en Medio Oriente, algo semejante y profundo. Acompañen a la Jerarquía en esa meta, en la concreción de esa aspiración. 

Por eso, hoy les entrego el Fuego del Amor de Mi Corazón para darles entendimiento y sabiduría, para que todos se sientan Uno en Nosotros y, a través de Nosotros, se sientan Uno con el Padre, con el Hijo y con el Espíritu Santo.

Mientras estoy aquí, contemplo las necesidades del planeta, las súplicas de las almas, los ruegos de los corazones, las intenciones de los corazones puros y humildes de todos los que verdaderamente claman por ayuda.

El deseo ardiente de Mi Corazón es que, a través del Fuego de Mi Amor, alcancen la misma visión y percepción que la Jerarquía. El único puente y el único camino para poder conseguirlo es el servicio a los demás, es la escuela de los grados del amor, que los hará llegar más allá de sus limitaciones y condiciones. Y, cuando alcancen los grados del amor, tendrán una visión universal, así como la tiene la Jerarquía y no una visión limitada o condicionada por la mente.

Es solo a través del corazón que los alcanzarán, cuando su devoción por Mi Amor sea cada vez más profunda y verdadera, sea capaz de colocarlos donde Dios los necesita colocar, aunque ustedes crean que no es posible.

Ahora, Me recogeré para poder prepararme, al igual que ustedes, para ayudar al hemisferio sur y a las Américas, que son parte del Fuego del Amor de Mi Corazón, así como lo es parte todo su pueblo.

Mi Amor se expande sobre la Argentina y les aseguro que, a partir de ahora, cuento los días y las horas para volver a reencontrarme con Mis hijos de Argentina, con todos los guerreros de la Misericordia y de la Paz.

Porque a través de los argentinos, de los corazones que verdaderamente Me aman y Me sirven, Yo podré volver a reencontrarme con todas las Jerarquías de los Sagrados Recintos que guarda la Argentina de norte a sur. 

Les aseguro, a Mis hijos de Argentina, que eso no será en vano y que cumpliré Mi Palabra con ellos, en el fin de estos tiempos, para que cada uno de ellos vuelva a recordar que no solo la Jerarquía ama a la Argentina por ser parte de la cuna de la Nueva Humanidad, sino que la Jerarquía siempre les proporcionará Sus instrucciones y tesoros, para que sus almas siempre se puedan ennoblecer en el Amor del Redentor.

Que Argentina no baje los brazos, que Argentina eleve los brazos hacia Mí, así como Yo extiendo Mis Brazos hacia Argentina, para que Me pueda tomar fuerte y Yo retire a su pueblo de ese eterno naufragio, de la mentira, de la impunidad y de la corrupción.

Que se vuelvan a erguir los corazones de Argentina y de toda América. Recuerden que ustedes son parte de una Gran Red del Tiempo que brilla silenciosamente de norte a sur del planeta hasta que pueda despertar y revelarse. Ese es el gran momento que se aproxima para toda la humanidad.  

Que, a través de Mis sacerdotes, celebremos ahora la Comunión Espiritual, por todo lo que deberá hacer la Jerarquía en Argentina y, a través de la Argentina, en toda América, por todas las culturas y por todos los pueblos, por los más pobres entre los pobres. 

Celebremos, a través del Fuego del Amor de Mi Corazón.

Y luego de esta Comunión Espiritual, bendeciremos a una esposa Mía, de alma y de corazón, que se ofrece para servir en Mis Altares, a la que esperaré en Israel.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Te damos gracias, Señor, por cuanto nos das. 

En este encuentro, te honramos, Señor.

 

A través del Fuego del Amor de Mi Corazón, Yo los bendigo y, a través de ustedes, bendigo al mundo entero: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.   

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL SEXTO DÍA DE INSTRUCCIÓN, DURANTE LA SEMANA SANTA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Para la tarea planetaria que Nuestro Señor está realizando en este momento, a su pedido vamos a entonar "Adon Olam".

Invitamos a los que escuchan a colocarse de pie para acompañar a Nuestro Señor en esta tarea planetaria.

Canción: "Adon Olam".

Ustedes conocieron a un hombre frágil como Jesús, que cargó con el pesado madero de la Cruz y que siendo un ser humano, a pesar de Sus poderes divinos y cósmicos, se entregó por cada uno de ustedes para que no tuvieran que padecer y sufrir. Si hace más de dos mil años la humanidad sigue sufriendo y padeciendo, es consecuencia de sus acciones y cometidos.

El Todopoderoso encarnó en la Tierra a través de Su Hijo, para que la humanidad no tuviera que padecer nunca más.

El Todopoderoso encarnó como un hombre y como una consciencia al igual que ustedes, y redujo Sus grandiosas vibraciones de Luz para poder estar entre los seres humanos de esta Tierra.

La encarnación del Hijo de Dios y la dolorosa Pasión de Cristo significaron momentos importantes para la humanidad. A través de la encarnación del Hijo, la humanidad pudo recuperar el camino hacia su pureza original, aquella pureza original que fue pensada en el génesis del Proyecto Genético Humano. Pero también esa encarnación del Hijo de Dios puso fin a una cadena interminable de errores.

El propio Padre Eterno sabía que, por más que Él encarnara en la Tierra y trajera la consciencia del Amor Sabiduría, esa victoria no se completaría, porque habría seres humanos que dudarían de Su Presencia y Poder, y aun después de la Pasión de Cristo, eso sucedió en muchos seres humanos.

La encarnación del Hijo de Dios, a través de la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, puso fin a muchos errores del pasado que, hasta ese momento de la historia de la humanidad, harían sucumbir para siempre el Proyecto Genético Humano, aunque hubieran pasado los Patriarcas y los Profetas.

Pero no todas las civilizaciones y razas se equivocaron, el adversario se encargó de poder desvirtuar algunas de esas razas que estuvieron presentes en la humanidad.

Desde los Adanes y las Evas hasta la Atlántida, la humanidad tuvo que aprender, como hasta los días de hoy, a enmendar los errores cometidos, para poder volver a alcanzar el poder de la Gracia y de la Misericordia.

Esa fue la razón principal de la encarnación del Hijo de Dios, que dio lugar y espacio para Su segunda e importante tarea, la Pasión de Cristo, que aconteció en muchos niveles y planos de consciencia, desde el espiritual cósmico hasta el plano más material y concreto.

Toda la consciencia de Dios participó en todos esos misterios y hechos, así como diferentes grupos de almas y consciencias que, por más que no estuvieron encarnadas en aquel tiempo, participaron de esos acontecimientos porque los necesitaban para poder estar presentes en los tiempos futuros como este.

Por esa razón, Cristo no solo padeció en el plano físico, sino también en el plano álmico y en el espiritual. La poderosa Pasión de Cristo, que para muchos fue una derrota, se convirtió en una victoria en los planos internos ya que, a través del poder de la oración de la Madre de Dios, así como de la oración de las santas mujeres y de algunos de los apóstoles, permitió reunir a la mayor cantidad de consciencias posibles, que en los diferentes planos de consciencia precisaban de la energía de la redención.

Cada padecimiento vivido por su Maestro y Señor, desde la noche del jueves santo en el Huerto Getsemaní hasta la muerte en el día viernes, en lo alto del Monte Calvario, fueron ofrecimientos únicos e imborrables para toda la humanidad y el planeta.

A través de esa dolorosa y profunda Pasión de su Maestro y Señor, muchas situaciones planetarias del futuro fueron contenidas, muchas generaciones futuras fueron protegidas para no vivir el desvío del Proyecto Original.

Y aunque en los días de hoy esto se ha desvirtuado completamente por la indiferencia y la omisión, muchos más se hicieron presentes a través de los tiempos y regresaron muchas veces a este mundo como servidores, siervos, discípulos y apóstoles, para estar presentes en colaboración y en servicio por la humanidad.

Ciertos grupos de almas, que alcanzaron la experiencia del Amor Crístico, se ofrecieron de forma semejante a su Maestro, para estar inmersos dentro de esta humanidad y en diferentes pueblos y naciones del mundo, a fin de dar continuidad al Proyecto Genético de Dios, el que en este tiempo y en esta hora, está viviendo su gran oportunidad de corrección.

Para que toda la historia de los errores que sucedieron, desde la muerte del Hijo de Dios hasta el presente, puedan ser enmendados por la fuerza de la devoción de todos Mis compañeros, por el poder de los que adoran el Eucarístico Cuerpo de Cristo, por los que sostienen la vida de servicio y de caridad, estamos en el tiempo y en la hora de cumplir las promesas y las aspiraciones del Único, que se presentaron a través de los arcángeles y ángeles, en el Génesis.

Por eso, la dolorosa Pasión de Cristo no solo fue un hecho o una historia que puede conocer la humanidad. Muchos planos de consciencia participaron de ese acontecimiento, por esa razón tuve que estar retirado cuarenta días en el desierto, ya que Mi aspecto más material debía prepararse para ese momento, aun durante los tres años de predicación, en los que la humanidad debería aprender a reconocer la verdad y a identificarla, para no perder el camino de la Luz y del Bien.

Por eso, la Pasión de Cristo es un hecho que nunca se borrará de la consciencia del planeta, es un hecho que siempre podrán revivir y recordar todas las veces que lo necesiten para avanzar en su proceso de purificación y redención. Porque así, en esos hechos están los códigos de luz que necesitan para alcanzar su liberación espiritual, cósmica e interior.

Con todo esto quiero decirles, compañeros, que coloquen su consciencia en la amplitud de lo que significó la dolorosa Pasión de Cristo y cómo muchas consciencias, en los planos internos, participaron de la redención de más consciencias que estaban condenadas a la perdición total.

Por eso, la Pasión fue tan dolorosa, porque debería superar a todos los planos de consciencia. Y esa Pasión, vivida por su Señor y Maestro, debería llegar con su experiencia al plano físico y al plano espiritual cósmico, en donde debería quedar registrado todo lo que sucedió, para que la humanidad aprendiera a no cometer los mismos errores, por la entrega que ella hizo del Hijo del Hombre en la Cruz.

El tiempo de la dolorosa Pasión de Cristo hoy se une a este tiempo material y a este presente, en el que toda la raza humana está ante la oportunidad de servirse de este acontecimiento, que quedó grabado en las entrañas de la Tierra por la Sangre que derramó su Maestro y Señor.

Ahora que el Armagedón ya está presente en el mundo, es cuando las consciencias deben estar más despiertas para su preparación, a fin de estar a la altura de los acontecimientos y de participar en los preparativos del Retorno de Cristo.

La Cruz del Redentor siempre los protegerá, los salvará y les traerá la fuerza interior para poder renovarlo todo.

Por eso, la Santa Cruz no se ha borrado de la memoria del planeta, porque era el árbol de Dios que entregaba sus frutos a la humanidad, a través del sacrificio del Hijo del Hombre.

Este es el tiempo de afirmarse en este legado que Yo les entregué, porque tiempos más intensos llegarán y sus consciencias no podrán vacilar. Deberán estar firmes y decididos para poder seguirme hasta el cumplimiento de lo que Yo espero de cada uno de ustedes. Esa también es la razón por la cual estoy aquí.

Hoy viven la comunión con Mi Espíritu a través del reconocimiento de la dolorosa Pasión de Jesús, de la que sus almas pueden recoger los frutos y los méritos que la preciosa Sangre de Jesús, que fue derramada, alcanzó por la humanidad. 

Ahora la humanidad ya no debe más autodestruirse, sino que debe reconstruirse de manera espiritual, mental y material, para recuperar su filiación con la Creación por medio de estos méritos divinos que Yo entrego al mundo, méritos que siempre les darán la libertad para estar en comunión con el Padre.

Hoy los ungiré a ustedes para poder ungir a la humanidad, así como las santas mujeres ungieron todo Mi Cuerpo preparando Mi sepulcro, el que después de tres días demostraría al mundo el poder de la Resurrección.

A través de esta unción que hoy les ofreceré, también ungiré al mundo entero. Les entregaré el poder de la Resurrección espiritual para los tiempos definitivos que llegarán y por medio de esta unción, que Mis santas mujeres hoy harán en ustedes, recordarán que siempre podrán sentirse ungidos por la gloriosa Presencia de su Maestro y Señor.

Esta unción viene a cicatrizar heridas espirituales de la humanidad, heridas mentales y materiales, para que todo pueda ser regenerado y la esperada preparación comience para el surgimiento de una nueva humanidad, libre de la indiferencia y afirmada en el Amor, en el Amor de Dios.

Traeremos aquí cuatro potes de unción para que el Señor los pueda consagrar, así como Él también consagrará todas las cruces que hoy hemos traído para afirmar nuestro compromiso con Él y Su unión eterna con cada una de las almas.

Por eso, desde donde estamos, ofreceremos nuestra cruz, para que nuestra cruz sea aliviada y la cruz de la humanidad sea aliviada de la enfermedad, de las guerras, de la persecución, de las crisis políticas y humanitarias, de la indiferencia, de la falta de amor, de la impunidad y de la maldad que muchas almas practican por ser ignorantes del Amor de Dios.

Por esa causa y motivo ofreceremos nuestras cruces, para que el mundo alcance la cura y la paz. Amén.

"Santifica, Señor, la cruz que les has dado a cada uno de Tus hijos, para que ella no sea un peso ni una agonía, sino una constante perseverancia del triunfo de Tu Amor a través de la transformación y de la redención".

“Deposita sobre estas cruces, a través de Tu Gracia y Misericordia, los méritos que Tu Hijo alcanzó desde el Huerto Getsemaní hasta lo alto del Monte Calvario, para que las almas puedan sentir fortaleza en estos tiempos, para que cualquier miedo sea disuelto, y Tus criaturas sean colmadas por la abundante confianza de Tu misericordioso Corazón. Y de esa forma, así como hoy bendices y unges estas cruces con Tu Espíritu, bendice y unge, Padre amado, a cada una de sus familias y seres queridos, para que la gran red de Tu Misericordia y de Tu Paz esté unida y viva en los corazones de los que creen en Mi Retorno a la humanidad. Amén”.

Elevemos nuestras cruces para que el Señor las bendiga, a través de la Luz poderosa de Sus Llagas. Podemos llevar nuestras cruces hacia el corazón.

Ahora pasaremos a la bendición del aceite, de los cuatro aceites que Nuestro Señor nos pidió y que representan a las cuatro principales razas del planeta: las razas de América, las razas de África, las razas de Europa y las razas de Asia y Oceanía.

Nos abrimos para esta unción espiritual y para esta unción material, que recibiremos a través de las Madres de Cristo, en nombre de la humanidad y de este Proyecto Genético, que deberá cumplirse a través de todos los autoconvocados.

A través de la unción, que cada uno de nosotros recibirá en este momento, también se estará permitiendo que todos los que están detrás de nosotros en el camino espiritual y esperan ingresar en esta corriente y Obra de Amor de Cristo, puedan tener la oportunidad de ser partícipes de la presencia de la Jerarquía Divina.

Así que, cuando seamos ungidos en este momento, tengamos presente a todos los que están detrás de cada uno de nosotros y esperan por su despertar y redención, así como a través de los tiempos somos redimidos y ungidos por el Amor espiritual de Cristo.

Madre María Shimani y fray Joaquín.

Madre María del Salvador y fray Luciano.

Madre María Getsemaní y fray Ariel.

Madre Zorobabel y fray Gabriel Pío.

Y antes de comenzar con esta unción, que intentará traer la cura espiritual para la humanidad a través de las cuatro razas representadas en nuestro planeta, cada uno de nosotros, aun no estando aquí presentes, en este lugar o en este Centro Mariano, realizaremos nuestra oferta interna a través de un minuto de silencio, para que la paz y la cura se alcancen en la humanidad.

Hacemos nuestra oferta en silencio; y hacemos esta oferta, a pedido de Cristo, por todos los que murieron por la actual pandemia. Pedimos por cura, Misericordia y perdón. Realizamos nuestra oferta por esas almas.

Elevo sus intenciones al Cielo para que el Padre Celestial las contemple en Su Fuente. Que esta unción espiritual e interna traiga todos los frutos que necesita la humanidad en este tiempo 

Por los que han padecido injustamente, que el Padre tenga Misericordia.

Por los que sufren injustamente, que el Padre tenga Misericordia.

Por los que padecen la enfermedad, la desolación o la muerte solitaria, que el Padre tenga Misericordia.

Por los más pequeños e inocentes, por los que son traficados, explotados y vendidos, que el Padre tenga Misericordia.

Por todos los niños no nacidos, que son millones en el mundo, que el Padre tenga Misericordia.

Que la paz, la renovación y la fe despierten en todos los corazones.

Que así sea.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Y así despedimos a Nuestro Señor. Y por Su pedido para este Sacramento de la Unción, repetiremos la canción que escuchamos al principio de este trabajo: “El poder de la Sangre de Jesús”.

MENSAJE EXTRAORDINARIO DE MARÍA, MADRE DE LA DIVINA CONCEPCIÓN DE LA TRINIDAD, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A MADRE MARÍA SHIMANI DE MONTSERRAT

Desde el Corazón de Dios llega Mi Voz hacia la tierra del amor y del perdón, escuela sideral que será la que convertirá a este y a otros Universos en una Creación nueva en donde la raza de Cristos florecerá.

Y será desde aquí, desde este pequeñísimo pesebre llamado Aurora, que esos Cristos nacerán para todo el Universo.

Sé que hoy no comprenden Mis palabras, pero ya verán, hijos Míos, con el correr del tiempo, cómo esta humanidad dará a luz a los Cristos del nuevo tiempo, los que impulsarán en el Universo los cambios que le darán a la Creación otro rumbo.

Hoy desciendo como la Divina Concepción de la Trinidad para traer nuevamente la cura para la humanidad y para todos ustedes, fieles y fraternos hijos de Dios. Traigo, desde la Fuente de Cura de la Creación, ese atributo que el Padre quiso colocar en este pequeño lugar para que desde aquí pudiera liberar, transmutar y curar al mundo.

Todavía la humanidad no ha comprendido la grandeza del Creador, a pesar de que hace más de dos mil años, Él colocó en un pobre pesebre de Belén a Su propia manifestación de Amor, a través de Su Hijo Primogénito.

Aunque pasaron más de dos mil años, la humanidad aún no acepta que, en Su Infinita Humildad, el Padre coloque Su grandiosa Voluntad en los más sacrificados, en los más pobres, en los que más luchan todos los días por vivir el amor verdadero y honrar la Verdad día a día.

Por eso Aurora se prepara, como el pesebre de Belén, para dar a luz a los Nuevos Cristos para que nuevamente Dios pueda expresar Su perfecta Voluntad en lo pequeño y humilde.

Hoy la Aurora de Mi Corazón resplandece en amor y gracia, colocando a sus hijos en su cuna de amor, de perdón y de cura.

Hoy la Aurora de Mi Corazón le ofrece la cura y la liberación a los espíritus que llegan para ofrecer sus vidas a Cristo para poder acompañarlo en Su retorno.

Hoy bendigo desde aquí, Mi pesebre del final de los tiempos, a todos aquellos que llegan con el corazón en la mano y se lo ofrecen a Mi Hijo y también a Dios, para que Su Plan Divino se cumpla.

Hoy, desde esta Aurora de Mi Corazón, envío a todos Mis hijos del mundo, a los que siempre se ofrecen a Mi Hijo, la cura del dolor y de los errores para que puedan seguir adelante cumpliendo con su parte en este milagro divino que es preparar el camino de retorno del Salvador, Cristo Jesús.

Hoy la Aurora de Mi Corazón resplandece en las esencias de los misericordiosos, de los mansos y de los humildes, de los que saben del sacrificio y de la templanza, de los que viven de verdad lo que Mi Hijo enseñó en simplicidad.

Hoy le pido al Padre, desde Mi Corazón de Madre Celeste, desde esta Casa del Amor, que la templanza, la fortaleza y la fe desciendan sobre este lugar y sobre estos corazones para que en este tiempo, en el cual la presencia de Mi Hijo estará en Aurora, este recinto sea bendecido por esos atributos, los que consolidarán las murallas internas que los sostendrán en el tiempo que vendrá.

Los amo, vivan en paz el honor de servir a Dios.

Vuestra Madre María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad y Madre de Aurora

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Antes de la existencia de este Sistema Solar y del conjunto conocido como las Nueve Galaxias, las que conforman la agrupación de un universo de vidas, Dios, como Creador y gran expresión del Amor-Sabiduría, deseó profundamente que algunos de Sus Hijos, los Creadores del Universo Material, llamados también de Arcángeles, los grandes Co-Creadores de este sistema de vida, le ofrecieran a cada una de las Nueve Galaxias la oportunidad de experimentar la evolución a través del "conocimiento de sí" y de los llamados "grados de amor".

Así fue que esos grandes seres Co-Creadores llevaron adelante todos los proyectos universales recibidos por ellos como sutiles impulsos espirituales de luz, para luego ofrecerle a los sistemas creados, como el que es conocido como "Vía Láctea", la oportunidad de profundizar en el "conocimiento espiritual" y en los "grados de amor".

Todo esto sucedió antes de la caída del adversario.

En ese tiempo, en todos los Universos se vivieron los primeros mil años de paz, periodo en el cual el desarrollo de la vida, las escuelas internas de aprendizajes y sobre todo, el despertar de los diferentes "grados de amor", le concedieron a este Universo Local, en donde se encuentra este Sistema Solar y especialmente la Tierra, la oportunidad de que en un planeta de altísimas características espirituales como lo es la Tierra, se pudiera llevar adelante uno de los doce más importantes Proyectos de Amor de Dios.

Por esa razón, el planeta Tierra atravesó diferentes ciclos. Los mares, que antes eran ácidos, pasaron a ser alcalinos para que después se volvieran receptáculos de componentes minerales y cristalinos, viviendo así un alto grado de oxigenación.

Los continentes, que antes eran desérticos y fríos, vivieron una readaptación biológica para después convertirse en semilleros de nuevas especies.

De esa forma, el planeta Tierra y toda su atmósfera se convirtieron en un gran vientre de luz para gestar, finalmente, la consciencia del hombre, lo que más tarde fue conocido como Adán y Eva.

En esta primera experiencia de amor, el Padre Celestial aspiraba interiormente a que este Proyecto, tan ansiado por Su Corazón, permitiera corregir y recrear la Creación para que en ella se vivieran grados de amor cada vez más altos.

Ya que, un tiempo más tarde, el Universo comenzaría a vivir las primeras fallas en la evolución debido a la fuertísima caída del ángel desobediente.

A partir de allí, todo el Universo, lugar en donde se vivía la paz, el bien y la armonía, fue escenario repentino de los primeros pasos de la dualidad, una corriente contraria al principio de la Voluntad Máxima; una dualidad que comenzaría a poner en juego la libertad que le fue concedida a todas las criaturas con el fin de que aprendieran a amar, así como el Padre Celestial las ama.

El planeta Tierra fue uno de los últimos lugares en donde esa corriente espiritual de dualidad descendió para poner a prueba, a través de Adán y Eva, el Proyecto de una humanidad unida esencialmente al Reino de Dios.

A través de diversas e inexplicables tentaciones el Proyecto fue siendo alterado y modificado, ya que corrientes espirituales contrarias fueron rompiendo el escenario del llamado "Edén".

¿Por qué el Padre Celestial lo permitió?

En un sentido misterioso, Adán tuvo la oportunidad de poder dar su primer paso en la evolución de los grados de amor y del despertar de la consciencia, si él hubiera sido incondicionalmente obediente a Dios.

Por su parte, Eva hubiera tenido la posibilidad de ser la prometedora consciencia que experimentaría el Aspecto Femenino de Dios mediante el espíritu de la Maternidad, un estado que concedería el nacimiento puro de las siguientes criaturas que vendrían después de ella.

En ese momento, la Tierra, como primera experiencia humana, sufrió su primera y gran prueba, la que, si hubiera sido atravesada victoriosamente por Adán y Eva como representantes de la humanidad de aquel tiempo, habría permitido que esta raza alcanzara un grado de amor semejante al de Jesús.

Ese es el motivo por el cual el mismo Dios, presente en la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, es decir, en El Hijo, decidió encarnar en la Tierra después de mucho tiempo para donarse a Sus Hijos en Amor y en Sabiduría y para enseñarles a todos sobre la Verdad.

Fue en el tiempo preparatorio de la encarnación de Jesús que el Padre retiró de una de Sus Fuentes más puras del Universo Espiritual, uno de Sus Aspectos más elevados y puros, el que fue la base espiritual para la Concepción Divina de quien luego en la Tierra sería conocida como María, la Madre de Jesús.

De esa forma, los Arcángeles, a pedido de Dios, fueron los que prepararon ese escenario para la venida del Mesías, Aquel, quien habiendo dado testimonio de amor y de vida, demostraría en Su máxima humildad, cómo se puede vencer la dualidad para que todo ser viviente de la Tierra pudiera aprender, finalmente, a cumplir la Voluntad que lo trajo al mundo y para transitar por la escuela del perdón y de la redención, caminos internos que llevarán a recolocar la consciencia humana en el lugar que tenía antes de cometer los errores.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Cánticos de Figueira - “Devoción”

"Devoción" es un cántico de Figueira que implora e invoca por la Misericordia cósmica y por una gracia universal, permeada por el único y absoluto Espíritu Divino Creador.

"Devoción" es un llamado, un pedido de los mundos más internos y profundos del alma de quien, en entrega y resignación, se ofrece al Creador para ser transformado, redimido y bendecido por la Ley Superior del Amor.

El cántico "Devoción" se nos presenta como llave de acceso a los Dones que ofrece Cristo; como es el Agua espiritual, uno de los alimentos milenarios de la Creación que santifica y quita la sed de los hombres.

A través de la Segunda Persona de la Santísima Trinidad encontramos a Cristo, como el principal modelo salvífico para la humanidad y el planeta; lo encontramos en el mundo interno de cada ser, como el Redentor e Intercesor universal entre la humanidad y Dios.

Por esa razón, Cristo se presenta en el cántico "Devoción" con Su verdadera Faz, algo aún no reconocido por Su Iglesia en la Tierra, pero testimoniado en los diferentes Evangelios y, así como la Transfiguración de Jesús, un misterio aún por revelarse.

En este sentido, el cántico apela para que la vida de superficie sea corregida del desvío que ha vivido una y otra vez por ignorancia, soberbia y poder humano.

De esa forma, el cántico invita al devoto de Cristo a beber de la Fuente verdadera y pura que el Maestro le ofrece a todos los seres, para que cada alma sea completamente saciada por el Amor Redentor que brinda en este cántico la Divina Persona de Cristo en fusión con Su Divinidad.

El Agua que Él ofrece no solo purifica y limpia, sino que también redime y eleva a la consciencia de estado y de plano, a fin de encontrar el sentido espiritual de su existencia.

Así el Maestro apela a que todos se amen como hermanos, para que no existan confrontaciones y luchas entre los seres y los pueblos.

En el cántico "Devoción" se profetiza, en simples palabras, la importancia de que prevalezca el amor, a fin de disolver los conflictos y, posteriormente, las guerras.

Después de treinta años de la creación de estos cánticos y poemas de devoción a la Jerarquía, especialmente en este cántico "Devoción", se revela una advertencia para evitar catástrofes humanas.

Y, en verdad, sucedió todo lo contrario, porque el ser humano se dejó vencer por el poder y la arrogancia por conquistar el mundo, olvidándose de las reglas del amor y dejándose sumergir por el error.

Renovando el apelo de esta sagrada profecía expresada en este cántico, los últimos Cristos serán los que colocarán nuevamente en el sendero correcto a la vida humana, la que se ha pervertido, separándose de la verdadera razón de su existencia.

Los últimos Cristos serán los que darán su vida por los demás.

¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!

Los bendice,

Vuestro Maestro, Cristo Jesús

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

La Fraternidad de la Luz – Parte I

Congregación de almas servidoras, dispuestas y entregadas a realizar la Voluntad de Cristo.

Llevan una vida de servicio abnegado por el planeta, por la humanidad y por los Reinos de la Naturaleza.

Trabajan incansablemente para agradar a Dios y aliviar Su Corazón.

Buscan el bien común, social y espiritual entre los seres.

No ostentan ningún prestigio y aspiran a permanecer siempre en el último lugar.

Esperan ardientemente por la segunda venida de su gran y único Maestro.

Sus pies están colocados en una sola barca.

Sus aspiraciones y sus vidas de servicio están en un solo camino.

Aceptan a todos, así como su Maestro acepta por amor a la humanidad.

Desean la paz para todos y la viven de forma inmutable.

Encuentran el sentido de sus vidas en la Divina Persona del Señor.

Intentan, por todos los medios, multiplicar la Misericordia a través de sus buenas obras, de su caridad y de su servicio.

Unifican sus consciencias siguiendo los Principios de la Jerarquía, eso los hace partícipes de la comunión con la Voluntad Divina.

Aceptan, más allá de todo, el ciclo de los cambios.

No le temen a la propia purificación.

Su fidelidad a la Obra de Dios está en la transparencia y en la veracidad de sus actos.

Ellos no mienten, no manipulan ninguna situación y no modifican las formas a su conveniencia.

Asumen, más allá de todo, las Reglas de la Hermandad y las protegen, primero, de sí mismos.

Claman por la igualdad.

Se alegran por el triunfo y por la transformación del semejante.

Se arriesgan todos los días a ser más consecuentes con el Plan de Dios.

No se permiten influenciar por realidades externas ni humanas.

Creen, por encima de todo, en los milagros del amor y en los prodigios de la redención.

Construyen el Plan de Dios con base en sus verdaderos esfuerzos.

Sostienen la corriente de la Gracia por medio de sus oraciones y cantos.

Intentan, todos los días, ser luz para el mundo, alivio para los que sufren, cura para los que están heridos.

Comparten el sufrimiento planetario y humano. Buscan aliviarlo y repararlo a través de su espíritu de incondicionalidad.

Sienten esa Fraternidad de la Luz en su interior.

Creen en el poder de los cambios, en la construcción y en la elevación de las ideas, en el sentimiento profundo de la Sagrada Unidad.

Ellos no saben decir “no”, solo aprendieron a decir “sí” y lo vivifican en todo momento.

Son guerreros rescatados, espejos redimidos, comandantes liberados de opresiones milenarias.

Están integrados en el nombre del amor y de la fe.

La luz la encuentran solamente en la Mirada de Amor de Cristo.

Ellos son los miembros de la Red-Luz, los que forman esa Fraternidad, los que aceptan el nuevo ciclo, los que ya no se dejan llevar por el pasado, los que superaron la tempestad, los que no cambian de idea por conveniencia, los que aspiran a ser fieles a Cristo, los que tienen consciencia sobre la razón de su compromiso, los que protegen la Obra de sí mismos, los que aceptan la transformación, los que aman de verdad la Instrucción y los que esperan por un mejor tiempo.

Y los que hacen lo imposible para vivir lo que dicen, respetando y amando el lugar, la misión y el camino hacia Cristo que escogieron.

Esa es la nueva Red-Luz, la que en base a los patrones antiguos hoy vive los patrones necesarios, adaptados a la necesidad del fin de los tiempos.

La Red-Luz es la Fraternidad de la Luz porque está en comunión con la Jerarquía, y todos los que entran en esa Fraternidad están decididos a seguir un solo camino, un solo Maestro, el Cristo, y un solo propósito, a fin de cumplir el Plan verdaderamente y sin oscilaciones.

Sea la Fraternidad de la Luz la nueva Red-Luz que lanza sus redes de amor al mundo para acoger a la humanidad y aliviarla de su sufrimiento y de su agonía.

Sea la Fraternidad de la Luz el compromiso fiel y verdadero de cada miembro Red-Luz para con la Jerarquía.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

Mensajes mensuales
MENSAJE ESPECIAL DE CRISTO JESÚS, TRANSMITIDO PARA LA 60.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN BAD VÖSLAU, AUSTRIA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Primer Mensaje

Mi Silencio habla de la verdad de estos tiempos.

Mi Silencio les recuerda el momento de Mi pasaje por el Huerto Getsemaní y la hora durísima de la agonía; momento en el cual Dios Me reveló la verdad y Me la hizo conocer profundamente, para que no solo Mi Corazón se preparara, sino también para que Mi Espíritu se preparara para los tiempos que llegarían después de Mi Ascensión a los Cielos.

Estamos en la hora de esa gran verdad. Estamos ante la revelación de ese momento crucial que llega al mundo para poder mostrarle su realidad y así salir de la ceguera.

Hoy, su Maestro y Señor carga con las ingratitudes del mundo y con todas las ofensas que los corazones en estos tiempos cometen, en su profunda ignorancia.

Es un sentimiento inexplicable, es una sensación inextinguible, es un dolor grande para poder soportar y, sobre todo, para llevarlo dentro de Mi Corazón.

Por eso vengo a pedirle al mundo y a los que creen en Mí, la adoración reparadora, durante cinco minutos, a fin de que el Corazón del Señor sea consolado de las ofensas que recibió y de las ingratitudes que sintió de todos los que una vez estuvieron a Mi lado, pero que el engañador del mundo apartó de Mí, por diferentes razones.

No es este el mensaje que hoy les traía para su conocimiento e instrucción, pero el Salvador de los hombres debe llegar hasta el final, hasta la última alma, hasta el último rincón del mundo para dar auxilio a los que más necesitan, especialmente a los que viven en su ignorancia o en su indiferencia.

En la adoración reparadora de los cinco minutos podrán consolar a su Maestro y Señor, de muchísimos sentimientos y actitudes ofensivas que Me envían las almas de la Tierra por diferentes caminos y a través de diferentes acciones.

He aquí el Corazón que aún sufre por el mundo y por los que le dan las espaldas al Redentor de Universo, dejando de corresponderle como Él lo necesita, como Él lo ha pensado y como el Padre Celestial lo ha propuesto.

Pero los que siguen Conmigo que no se amedrenten; reparen el Corazón doloroso del amadísimo Señor a fin de que los siete principales sentimientos que ofenden a Dios sean transmutados y reparados por el poder misericordioso de Mi Corazón y por las adoraciones que las almas Me ofrezcan tan solo por cinco minutos.

Así repararán el Corazón del Hijo y, en consecuencia, repararán el Corazón del Padre. Repararán el Corazón de Cristo por los sentimientos de indiferencia, por los sentimientos de ingratitud, por el sentimiento de negación, por el sentimiento de cobardía, por el sentimiento de negligencia, por la falta de fe y, especialmente, por el sentimiento de desamor hacia las Obras de Dios y a su cumplimiento en la Tierra.

Por esos siete sentimientos adorarán el Corazón Eucarístico del Señor del Universo y ofrecerán reparación a fin de que las almas no se sigan confundiendo a sí mismas.

Y aunque el rebaño esté agitado y el lobo feroz esté a su acecho, el Pastor del Universo no retrocederá. No retrocederá porque Él vendrá a salvarlos, Él vendrá a mostrarles el camino y la Luz ante las tinieblas.

Compañeros, llegó el tiempo de la definición. 

La cruz de este tiempo es muy pesada y quien en verdad no esté Conmigo no podrá cargarla por más que lo intente, por más que lo quiera hacer.

Quien no está Conmigo no está en el amor y podría no saberlo.

Por eso, imploren a Dios con arrepentimiento de corazón, para que la humildad les sea concedida y sus corazones se purifiquen, ante las venganzas que el adversario emitirá en el fin de estos tiempos contra los seguidores de Cristo.

Si no hay amor, nada se podrá resolver. No bastarán las palabras. No bastarán los comentarios ni los juicios de valor. Necesito que sean Mi ejemplo vivo en la Tierra, por más que nunca lo consigan. Deberán espejar Mi Presencia para que Mi Corazón sea glorificado en los confines de la Tierra.

Ha llegado el momento de no engañarse más y de no permitir ser engañado, porque muchos vendrán en Mi nombre y afirmarán que otros son los caminos, y muchos lo creerán.

Por eso, sumérjanse en Mi Corazón doloroso, para que la llama de su amor lo consuele y lo repare mediante la adoración a Mi Eucarístico Corazón.

Las señales del tiempo anuncian grandes acontecimientos, dentro y fuera de los hombres, dentro y fuera de las mujeres de la Tierra.

Y no habrá nada ni nadie que pueda detener su definición en este tiempo, definición que marcará el destino de la próxima etapa y, podría decir, de toda su existencia, hasta después del retorno de su Maestro y Señor al mundo por segunda vez.

Por eso, no les hablo de hechos pequeños o de incomprensiones insignificantes, de adhesiones pobres o de falta de unidad inmediata para con sus hermanos y semejantes.

Están ante la Segunda Persona de la Santísima Trinidad. Están ante una revelación que se viene anunciando desde los orígenes de la Tierra hasta el presente.

Por eso, quisiera saber, ¿quién beberá Conmigo del nuevo Cáliz que Me entregará Dios?

Lo que se transmutará en estos tiempos será muy diferente a lo que se transmutó en los tiempos pasados durante la Presencia del Hijo de Dios en la Tierra.

Los invito a abrir aún más el corazón para escuchar Mis Palabras y para que ellas no se vuelvan pasajeras ni tampoco se olviden; porque Mi tiempo está terminando entre ustedes.

Los que no puedan donarse totalmente a Mí siempre estarán en libertad, porque Dios los ha hecho libres para que pudieran aprender a amar como Él los ama, infinitamente.

Les estoy entregando el planeta en sus manos y con confianza. Le entrego a esta Obra la humanidad; porque lo que habrá de suceder en el cercano futuro será muy grande y exigirá responsabilidad y correspondencia.

No quiero que sientan temor de todo esto, o de todo lo que les he dicho.

Les traigo la revelación del mismo sentimiento que Dios depositó en Mi Corazón durante Mi pasaje por el Huerto Getsemaní; sentimiento y revelación que se está cumpliendo en este momento, por las respuestas que Me dan Mis seguidores, sobre todo los que bajan los brazos ante Mí y se dejan vencer.

Sean inteligentes y usen el poder de Mi Corazón para transformarlo todo. Sean algo más que seres humanos que viven y respiran en este planeta, que escuchan o que hablan, que sienten o que piensan. Sean, en verdad, lo que vinieron a ser y no se justifiquen, porque así nunca cambiarán.

Mi Corazón ya no puede recibir más ingratitudes, porque el mundo Me las da diariamente. Mi Corazón solo quiere recibir su amor y su verdad.

Vengo a Austria para que comprendan en lo que estamos trabajando juntos y la importancia que esto tiene para Dios, tanto en el Universo como en la Tierra.

¿No será que sus sentimientos e inquietudes son pequeños ante la verdadera realidad de la humanidad y de su autodestrucción?

Crezcan y comprenderán el Plan; lo vivirán, así como Yo lo vivo y realizarán mucho más de lo que Yo realizo; porque les dije que harían cosas más grandes que las que Yo hice hace tanto tiempo atrás.

Que Mis Palabras permanezcan y que no se desvanezcan, porque Mis Palabras, cuando Yo ya no esté, serán su recuerdo para vivir la redención.

Que el Señor los bendiga y los ilumine.

Que el Señor les dé Su Templanza y Su Mansedumbre.

Que en el Señor puedan corresponder y obrar, para que venzan la fragilidad de estos tiempos por medio de la fortaleza del Espíritu Santo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
Aparición de Cristo Jesús durante la 59ª Maratón de la Divina Misericordia, en la Provincia de Algarve, Portugal, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús

Aquel que es Mi rival nunca conseguirá separar a Mis rebaños, por más que los agite o los perturbe. La Fe de Mi Corazón vencerá, porque es una Fe verdadera que proviene del Corazón de Mi Padre, se proyecta en Mi Corazón y Yo la proyecto sobre los Míos.

Esa poderosa Fe de Mi Corazón siempre será invencible y esa Fe, Yo los invito a testimoniar en sus vidas, en sus caminos, en su convivencia, en su hermandad.

Es la Fe de Mi Corazón la que triunfará en el mundo, por medio de la llama poderosa de Mi Amor y de todos los que Me aman en el mundo, incondicionalmente.

Yo vengo a transformar su amor en el nombre de Mi Amor Superior, para que puedan vivir algún día el Amor Crístico.

He aquí el Señor de la Divina Misericordia ante ustedes, Aquel que le anunció a Faustina la salvación del mundo, para que contemplase Su Divina Imagen a los Pies de Nuestro Señor.

He aquí los Rayos de la Piedad y la Gracia, que hoy son derramados sobre el mundo para generar expiación en las almas y justificación verdadera ante todos los errores cometidos.

He aquí el Señor de la Divina Misericordia de las Naciones, Aquel que no tiene fronteras, ni divisiones, raza, color o sociedad.

He aquí el Señor de la Vida, que penetra con Su Poder Divino a todas las almas, que proviene de la décima segunda dimensión celestial y desciende a la Tierra, a esta tercera dimensión, para generar el gran despertar.

He aquí el Vencedor de la Muerte, Aquel que resucitó por ustedes, para que ustedes pudieran resucitar en espíritu.

Soy el Señor de la Misericordia y el Señor de la Paz. En donde Yo estoy presente no hay mal que abunde o circunde, porque la victoria de Mi Corazón se realiza en los que se abren para reconocerme en su interior.

He aquí a la Segunda Persona de Dios manifestada ante ustedes, el Hijo Primogénito, el Unigénito, el Redentor, vuestro Salvador.

He aquí Quien sustenta la Espada de la Justicia, para que no sea enterrada en el planeta y los cataclismos devengan.

He aquí el Señor de la Justicia, de la Igualdad, de la cooperación y del entendimiento.

He aquí Aquel que expurga los males del mundo y vence los infiernos con Su Amor, con la Luz poderosa de Su Corazón.

He aquí Aquel que transmuta al mundo, Quien lo transmutó y lo transmutará, Aquel que sublima las leyes y unifica las dimensiones en los corazones que se abren a ese sagrado conocimiento.

He aquí la llama poderosa de Mi Corazón, que se revela a los humildes y se muestra a los simples para concebir en ellos la Gloria de Dios, la Gracia del Padre y la Sabiduría del Espíritu Santo.

He aquí Aquel que rompe las cadenas del mal, que disuelve la inercia humana y despierta la consciencia de los seres humanos hacia la verdadera verdad espiritual que emerge del corazón del Universo para todo este sistema solar.

He aquí Aquel que gobierna después del Padre y está sentado a la derecha del Todopoderoso.

He aquí el humilde Siervo de Dios, que murió, sufrió y padeció por ustedes, para que conocieran la dimensión de Mi Amor Superior.

He aquí Quien abre las puertas del Cielo para que todos puedan entrar a la Casa de Dios. Aunque permanezcan en la Tierra y todavía no estén en el Cielo, pueden ingresar a través de Mi Corazón al Reino de Dios, a Su dimensión sublime.

He aquí el Señor de la Verdad y de la Vida, del Camino y de la Bondad, Quien decide junto a los Arcángeles la continuidad de esta raza y del Universo en el cual ustedes hoy se encuentran.

He aquí el Señor de la Vía Láctea y de todo el Universo local.

He aquí al Señor de las galaxias, Quien contempla con amor hasta la más mínima partícula creada, porque todo es parte de Dios, de Su Corazón, de la bondad de Su Amor y la pureza de Su Espíritu.

He aquí Quien juzgará al ángel caído por medio de la Redención, Quien detendrá los tiempos para que exista un solo tiempo, Quien concederá al mundo los mil años de paz.

He aquí el Cordero resucitado, que liberará a las almas del sufrimiento; que le devolverá al mundo la esperanza a fin de que todos conozcan la felicidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

He aquí el Siervo de la Humildad que renovará la Iglesia cuando retorne a la Tierra por segunda vez y que destituirá a los opresores, para que la buena nueva del Reino de Dios se cumpla en los que han sido fieles e incondicionales a Mi Corazón.

He aquí Quien lleva el Cetro de Dios en Su Mano y la gran Estrella de la Confraternidad que une a todas la criaturas del Universo bajo la misma condición, que es la condición superior del Espíritu de la Fuente de la Creación, desde donde todos provienen, desde donde todos surgieron alguna vez como chispas de esta experiencia universal, que deberá ser recreada por su sacrificio y redención para que triunfen el amor, la verdad y la unidad en los corazones de la Tierra y en todos los que existen en el Universo.

He aquí el Señor de todas las humanidades, Aquel que conoce profundamente el Proyecto de Dios, después de haber encarnado como hombre y como Consciencia Divina en la Tierra.

He aquí el Señor del Amor fraterno, que se donó por ustedes para corregir el Proyecto de Dios, para convertir este Proyecto en una dignidad divina ante los Ojos de nuestro Creador.

He aquí el Señor que los llama a corregir este Proyecto por medio de la transformación de sus vidas, del amor al servicio, de la redención de sus corazones, de su camino de conversión.

He aquí el Amado Pastor que siempre les entregará Sus Dones, Quien les mostrará el camino y les indicará el sendero para fundirse al Creador.

Con todo esto, quiero que conozcan Mis Faces espirituales y el poder de la omnipresencia que el Padre Me ha concedido desde Mi Ascensión, para que Yo pudiera estar presente en todos los lugares y con todas las criaturas, no importando su condición, o su evolución.

Con Mi Misericordia vengo a renovar al mundo y a concederle a las almas las Gracias que necesitan para saber atravesar estos tiempos sin perder el camino hacia Mi Corazón.

Por medio de los Sacramentos vengo a darles la paz y la concepción del bien en sus vidas, para que este bien superior reverbere, no solo en sus vidas, sino también en el mundo, que necesitará despertar a la cooperación y a la fraternidad.

Incienso.

Todo lo que es ofrecido de corazón tiene su premio en el Cielo y más aún, adquiere un poder inmenso cuando es ofrecido con humildad y simplicidad.

Que estos Sacramentos que hoy recibirán renueven sus vidas, a fin de que se establezca en ustedes el Reino de Dios.

Ayer lavaron sus pies, pero hoy lavarán sus cabezas, ungirán sus cuerpos, por el Amor que les concederá el Espíritu Santo.

Cada Sacramento es el símbolo profundo de la reparación de las almas, la oportunidad de disolver el sufrimiento interno y de generar la cura para los espíritus que más lo necesitan.

Hoy la Luz del Espíritu Santo se encenderá en sus consciencias para que sean bendecidos.

Hoy serán ungidos por el Cordero inmolado, para que Su preciosa y divina Sangre santifique sus vidas.

Que como el poder del agua que Me bautizó en el Río Jordán, hoy este poder se imparta y se registre en este elemento que es ofrecido a los Pies de su Creador para que más almas en el mundo testimonien la inmensidad del Universo de Mi Amor por todos los corazones, a fin de que la paz se establezca.

Llegó el momento de revivir el Sacrificio del Cordero.

Todos los que consigan, se arrodillen, para que este sacrificio, que hoy será ofrecido a Dios, pueda seguir siendo fuente de reparación y de misericordia para el mundo.

En cada nuevo sacrificio existe la emanación del Amor de Dios, que puede ser vivenciado y experimentado por los corazones que reciben los Sacramentos.

Sentado a la mesa, junto a Mis apóstoles, tomé el pan, di gracias a Dios por la entrega que iría a vivir por ustedes y en ese profundo sacrificio de amor, Su Espíritu sublime y divino lo bendijo. Y todos los ángeles del Cielo se postraron ante el sacrificio del Cordero y por la Sangre que sería derramada en reparación de los ultrajes, indiferencias y omisiones de todos los hombres de la Tierra, hasta el presente.

De esa forma Yo les dije a Mis apóstoles y hoy les digo a ustedes: coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo que es entregado por los hombres para el perdón de los pecados.

Que este sacrificio sea reconocido por el mundo entero y a lo largo de los tiempos.

Acabada la primera parte de la Cena, tomé el Cáliz, este sagrado terafín del Universo, que aún sigue reverberando a lo largo de los tiempos y de las generaciones. El Espíritu de Dios lo bendijo y el Santo Padre, el Todopoderoso Señor del Universo colocó Su Cabeza en el suelo, como señal de reparación de toda la humanidad y de todo el planeta. El Rayo de Su Corazón bendijo el sagrado vino, convirtiéndolo en Mi Sangre preciosa.

Y Yo les dije a los apóstoles y hoy les digo a ustedes: tomen y beban todos de Él, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, que será derramada por ustedes para el perdón de los pecados y la expiación de todas las consciencias.

Hagan esto en memoria mía.

Padre Nuestro...


Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo

ten piedad de nosotros (x2)

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo

dadnos la paz.


Este es el Cordero de Dios, que se ha sacrificado por ustedes. Dichosos serán los que se sirvan de él, para que nadie más sea inmolado en este mundo y ningún otro ser derrame su sangre por la injusticia del mundo.

Yo siempre les daré Mi Paz para que aprendan a vivir en Mi Paz, sabiendo que la paz abre las puertas a la cura y a la redención de las almas.

Ante su Maestro y Señor sean testigos de esa Paz que proviene del Cielo y desciende a la Tierra para cicatrizar y disolver profundas heridas, grandes heridas espirituales en la humanidad.

Por medio de los Rayos de la Misericordia que hoy brotan de Mi Corazón, les concedo la paz para que aprendan a colocarse debajo de Mí, para que Mis Rayos de Luz y de Amor sigan siendo derramados en sus vidas y en la vida planetaria.

Que la Paz de Dios esté con ustedes y vayan en paz. Por medio de esta Paz Yo disuelvo sus pecados y sus ofensas, así como disuelvo las ofensas del mundo en esta hora tan importante, del recuerdo y de la memoria del Cordero de Dios y de Su Divino Sacrificio.

Yo los bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Pueden darse el saludo de paz en Mi Nombre.

¡Les agradezco!

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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