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Vengo en nombre de Mi Hijo para darles las gracias por sus súplicas, por medio de la novena que están realizando al Castísimo Corazón de San José.
He venido desde el Cosmos a decirles esto para que sepan que su Madre Celeste está con ustedes, así como está con el mundo, tan necesitado de Amor y de Luz.
Yo vengo a hacer resplandecer sus vidas por medio de la oración, para que se vuelvan columnas de Luz para este mundo y lleven esa Luz al mundo en donde más se necesita, en donde más claman.
Les agradezco por esta novena, porque las puertas se están abriendo y los corazones están consiguiendo ser sinceros.
Por más que no comprendan en profundidad el Propósito de Dios, su Madre Celeste, por medio de Su Amor, les hará comprender todas las cosas con simplicidad y humildad.
Por eso, sigan orando hasta el término de la Novena de San José, para que también el Castísimo Corazón pueda impartir Sus Gracias sobre Europa y África.
Grandes son las necesidades planetarias, muchísimas son las emergencias en estos tiempos.
Les pido, hijos Míos, que sigan orando por la Paz en las naciones, como vienen haciéndolo: semana tras semana, cuenta por cuenta y corazón con corazón, encendiendo esa Luz de Mi Amor en el mundo por medio del poderoso Rosario.
Con todo esto Yo les pido que continúen adelante, para que puedan seguir renovándose a través de los tiempos, a pesar de que cosas gravísimas suceden en el mundo.
Mi confianza, hijos, está en ustedes, en cada momento de oración que ofrecen a Mi Corazón Inmaculado, para que heridas profundas e internas puedan ser disipadas del Corazón de su Madre, y así, del corazón de Sus hijos, que buscan la paz.
Vengo a su encuentro con todas las estrellas del Cosmos. Vengo a visitarlos con grandes Consciencias angélicas para desatar los nudos de estos tiempos, para que las almas encuentren la paz, vivan el espíritu de la solidaridad y de la cooperación con los semejantes, sabiendo que todo podrá ser superado en el Amor. No hay otro camino.
Mientras el mundo no aprenda a amar, no existirá paz. Mientras más se animen a practicar el ejercicio del amor del corazón, mayores posibilidades existirán para que millones de almas aprendan a vivir el camino del Amor.
Por medio de esta escuela de oración que viven Conmigo todos los días, especialmente en la oración por la Paz en las naciones, todas las cuentas que son realizadas y ofrecidas conceden Gracias inexplicables al mundo entero; cosas que tal vez no verán en este tiempo, pero sí verán suceder en el futuro cercano, cuando su Madre Celeste ya no esté más a su lado para visitarlos y solo esté en el Cielo, deseando ardientemente que vivan Mi instrucción, la instrucción de Mi Hijo y la de San José, para que esta Obra continúe adelante, así como está escrito en el Corazón de Dios.
Mientras tanto, hijos Míos, los invito a seguir amando de verdad, a colocar el amor en práctica en cada detalle, como con cada hermano que se aproxime a sus vidas buscando un poco el amor reparador, buscando un poco el amor curador y consolador, que solo brota de la Fuente del Espíritu Santo y de las almas que se coligan con Él.
La Obra que realizará su Madre Celeste en Europa será importante. Por eso, cada colaboración es imprescindible, por más pequeña que parezca. Pero Yo sé que hay almas que pueden ayudarme más y saben que es verdad lo que les digo.
La Madre de Dios no ostenta riquezas, sino el bien para todos Sus hijos, independientemente de su nación, religión o creencia.
Quiero que aprendan hijos Míos, junto a Mí, que todos pueden ser uno, porque alcanzando esa unidad espiritual, Dios estará en ustedes y ustedes estarán en Dios viviendo en Su Reino; a pesar de los acontecimientos de estos tiempos, de las purificaciones o de las pruebas.
Yo los invito todos los días a ser parte de la Gran Hermandad, la Gran Hermandad que está en el Cielo y también aquellos que están en el interior del planeta y que con su silencio llevan adelante grandes Obras en el mundo por la liberación del planeta y de la humanidad, por la redención de los corazones, por la Paz en todos los pueblos.
Yo los invito todos los días a coligarse a esa gran Hermandad y a seguir encendiendo en sus pechos la Estrella Confederada, la cual los llevará por el camino de la Luz, de la ascensión y del bien.
Leyes muy profundas y desconocidas del Universo podrán transformar sus vidas y las vidas de sus hermanos y ya no será necesario, hijos Míos, sufrir. Quiero que el dolor y el sufrimiento terminen en el mundo. Quiero que las almas conozcan la verdadera alegría de servir a Dios. Lo que Yo llamo “felicidad espiritual”, que no está en este mundo sino en el Universo, en la Vida Universal y en el Conocimiento; en la fe, en el servicio y principalmente, en la gratitud.
Quiero llevarlos, queridos hijos, al Reino de Dios todos los días, para que ustedes se animen a traer el Reino de Dios a la Tierra y muchas, muchas más cosas en el mundo sigan transformándose.
Este es el deseo ardiente de su Madre Celestial, de su Madre humilde y servicial, incansable y eterna, que viene a llamar a Sus hijos a través de los tiempos para que más vidas despierten hacia su verdadera vida espiritual.
Mientras esto no suceda, Yo seguiré viniendo al mundo. Yo seguiré impulsando el despertar de las consciencias, respondiendo al pedido de Cristo y del Padre Celestial; con ustedes y en ustedes. Yo podré, como Madre, hacer muchas cosas más.
Aún hay mucho por hacer, hijos Míos. Hay mucho por materializar y expresar dentro de esta Obra de Amor y de Redención planetaria que recorre el mundo y las naciones, solo para sembrar la Paz y la esperanza.
Hoy traigo el Rayo de la esperanza al mundo, para que las almas lo puedan reconocer y vivir. Sabiendo que cada uno de Mis hijos tiene tantas virtudes y dones para servir a Dios, para poder despertar y reconocer en sí lo que ni siquiera las almas saben completamente.
Por eso, Yo los vengo a impulsar y a motivar, al despertar sus talentos, virtudes y dones. Porque Cristo vendrá a llamarlos y les pedirá sus virtudes y talentos, así como todos sus dones, para que estén al servicio de Él en el momento de Su gran Retorno al mundo.
Ustedes, hijos Míos, son llamados como su Madre Celestial, a ser mediadores del corazón y de la palabra; a buscar en todas las cosas y en todos sus hermanos el espíritu del bien; a ver el bien en sus hermanos y no el mal; lo que es positivo, radiante y elevado en cada consciencia que guarda en sí el Cristo interno.
Promuevan en este tiempo el despertar del Cristo interior y el planeta será repoblado de sublimes energías divinas, que serán atraídas por los hijos de Dios, no solo como columnas de Luz, sino también como espejos de Su Divina Consciencia.
Los invito, hijos Míos, a recrear juntos este planeta y esta humanidad. A re-enseñar el camino del amor y del servicio por medio de las misiones humanitarias, de las peregrinaciones, de las corales, de todo lo que pueda expresar el Amor de Dios en el mundo.
Por eso, esta Obra es para todos y es más amplia de lo que parece y de lo que es. Ustedes, hijos Míos, tienen la llave de Mi confianza para poder hacerlo, siguiendo los pasos de la Jerarquía Espiritual en la obediencia y en el bien, para que todo se mantenga en su camino así como Yo espero ardientemente que se cumpla.
Vengo a agradecerles en esta noche, por su colaboración amorosa, a todos aquellos que están gestando por medio de la oración y de la colaboración, la próxima misión de paz en Europa y África.
Ni siquiera saben, hijos Míos, todo lo que sucederá en ese continente y todo lo que los Mensajeros Divinos harán en cada nación que visitarán, así como en cada lugar al que irán para sembrar la Paz y la Misericordia que ustedes han tenido la Gracia de conocer en los últimos tiempos.
Los invito, por medio de la colaboración y de la construcción de esta próxima misión, a seguir siendo orantes y misericordiosos con los que son más ignorantes, que están distraídos y muy ilusionados con todo lo que les ofrece el mundo.
Todo lo que hagan en la Tierra también lo estarán construyendo en el Cielo. En el último día de sus vidas sabrán y tomarán consciencia de todo lo que hicieron por amor a Dios.
Todo lo que tejen en la Tierra también lo tejerán en el Cielo, y el Universo tendrá memoria de sus acciones y de sus obras de bien por la humanidad.
Hoy Me elevaré al Cielo en profunda tranquilidad, sabiendo que Mis hijos han comprendido, más allá de las palabras, el llamado del Cielo.
Sean propagadores del bien que hoy les traigo, para que el planeta sea colmado de Luz y de Misericordia, hasta que los Mensajeros Divinos terminen de cumplir Su Misión en la humanidad.
En esta noche, quiero que sus corazones, hijos Míos, sean revestidos de esperanza para que la cura se establezca en la humanidad, el bien llegue a muchas más vidas en el mundo y sean tocadas por la Gracia de Dios, por Su Misericordia Infinita.
Vengo a traer la Paz, no solo al Brasil, sino también al mundo. Este encuentro ha ayudado para que eso suceda.
En el Amor y el Bien, Yo los bendigo.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Que este lugar siempre se revista de esperanza, para que la esperanza transforme al mundo y todas las consciencias sean tocadas por el Rayo de la Esperanza de Dios.
¡Les agradezco!
Mientras hablo, hijos Míos, sientan las plegarias de su Madre Celeste por esta hipnotizada humanidad. Sientan en su interior la intercesión infinita del Espejo de Luz de Mi Corazón.
Rezo día y noche por este mundo, por la conversión de los pecadores y por el despertar interior de los no creyentes para que, algún día, reconozcan al Dios vivo en sus corazones.
Estamos en el tiempo de la gran definición, en el que todo tendrá un juicio y, también, una liberación y una redención.
Estamos ante acontecimientos inmediatos que se presentarán para colocar a la humanidad adentro o afuera del próximo tiempo.
Llegó el momento del arrepentimiento de los corazones fríos, de los que nunca miraron a Dios para sentir Su Amor.
Reza Conmigo por cada hijo Mío, no importando su condición o miseria.
Recemos por el despertar y por la paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Hoy, desde el Universo, su Madre Celeste contempla el planeta, la inmensidad de su belleza, pero también los innumerables errores cometidos por la humanidad ciega.
Hoy su Madre Celeste contempla el planeta desde el Universo y siente un inmenso Amor por este planeta creativo, como también por todo lo que él guarda en su interior.
Hoy su Madre Celeste contempla el planeta desde el Universo y ve la belleza de su existencia, pero también los graves ultrajes que el ser humano comete contra la vida, la familia, el espíritu de la religiosidad y del bien.
Hoy su Madre Celeste, de brazos abiertos y manos extendidas, contempla el planeta para irradiarlo, para aliviarlo de su dolor y de su inmensa agonía, lo que la mayoría de los hombres ni siquiera percibe, por soberbia o por indiferencia.
Hoy su Madre Celeste irradia el planeta para derramar códigos de esperanza, de cura y de redención, para que las grandes puertas de los Espejos de la Misericordia se abran e invadan las almas con sus códigos de amor.
Hoy su Madre Celeste los invita a contemplar el planeta desde la bóveda universal y a irradiarle al mundo todo el amor y la cura interior que necesita para tener una oportunidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
No podía dejar de estar en Argentina, junto a su Madre, Santa María. Y uniendo Nuestros Sagrados Corazones, hoy su Padre San José viene para bendecirlos bajo el espíritu de la nueva Natividad del Señor, para que las familias del mundo puedan conciliar en su seno el espíritu de la reconciliación y de la paz.
Por eso estoy aquí, hijos Míos, en nombre de Jesús y unidos a su Madre Celeste, para propagar la paz en el mundo, tan necesaria en estos tiempos, para que esta paz, que debe ser incansable, pueda fortalecer a las almas y a los corazones que necesitan de luz y de amor.
Por eso he venido con su Santa Madre, no solo para trabajar con sus mundos internos, sino también para trabajar con el planeta que día a día agoniza perdiendo la fe y la esperanza por falta de luz y de amor.
Hoy he venido junto a su Madre Celeste para decirles, compañeros Míos, servidores de Mi Casto Corazón, que Yo estoy aquí junto a ustedes en este camino de transformación y de entrega que sus vidas deben conquistar día a día.
No bajen los brazos. No abandonen el camino de la cristificación. Adéntrense, compañeros Míos, en el camino de la oración incondicional y del servicio, y les aseguro, como su Padre espiritual, que alcanzarán la trascendencia de sí y la redención.
Hoy vengo a darles Mi bendición especial, no solo a ustedes sino también al mundo. Fue un pedido de Cristo que Nuestros Sagrados Corazones, el de María y el de San José, hoy estuvieran aquí entre ustedes para que el mundo pudiera percibir que no los abandonamos, que estamos paso a paso caminando junto a sus vidas en esta trayectoria para algún día conquistar el amor, la hermandad y la fraternidad sincera entre todas las criaturas de este planeta.
Sean semillas de amor, compañeros Míos, para que Mi Casto Corazón, con el Agua de Vida de Cristo, pueda regarlas y ustedes puedan brotar, y algún día ser árboles sobre este planeta, de la Sabiduría de Dios, de la Unidad Divina, de un incondicional Amor que nunca los cansará. Al contrario, los llevará a amar cada día más a sus compañeros, a sus semejantes y, sobre todo, a aquellos que aún no aceptan, por ser diferentes, en sus vidas y a su alrededor.
Hoy vine también con su Madre Celeste para consagrar, en este día de Mi Casto Corazón, a las familias del mundo que en estos tiempos difíciles están intentando vivir la consagración, abriendo las puertas de sus corazones para sumergirse en lo desconocido y en el precioso arquetipo de la Sagrada Familia de Nazaret.
Hoy, con esta consagración que Yo impartiré para sus corazones y vidas, que pueda ayudar, servidores castos de Mi Corazón, a que las familias de mundo, por medio de su ejemplo, de su fraternidad y caridad, ante toda la necesidad planetaria, puedan imitar su ejemplo, seguir sus pasos y adentrarse definitivamente en el camino del Plan de Dios. Porque de esa forma, hijos Míos, estarán cumpliendo la Voluntad de Dios.
Dejaré ahora que su Santa Madre del Cielo les diga lo que ha venido a decirles, para que Su voz y Su mensaje resuenen en el mundo.
Mientras tanto, compañeros de Mi Casto Corazón, oren internamente para que, por medio de Mi divina intercesión, en esta hora culminante del planeta, mientras están con su Madre Celeste, Yo pueda ir al encuentro de las familias del mundo, especialmente hacia aquellas que pierden el amor, la reconciliación y la unidad entre los seres.
Imploren en silencio a Mi Casto Corazón, para que Yo pueda compartir con ustedes y con los corazones del mundo las gracias que Dios ha concedido a Mi Sagrado Corazón.
Imploren, interiormente imploren a Dios, porque Mi Casto Corazón elevará hacia el Cielo las súplicas de los corazones de esta superficie.
Imploren a Dios por la paz, por el fin de los conflictos y de las guerras, para que se establezca el Espíritu de la Misericordia de Dios.
Imploren de corazón hasta que sus almas sientan el Amor del Padre, el Amor del Hijo y el Amor del Espíritu Santo.
Mientras heridas muy profundas son cerradas, corazones que se habían endurecido se están abriendo para recibir la Gracia de Dios y la reconciliación en sus vidas.
Este es el trabajo profundo de Mi Casto Corazón en unión a los demás Sagrados Corazones.
Hoy el Cielo viene para bendecir a la Argentina a fin de que todos los argentinos sean fuertes en el amor e invencibles en la unidad.
Eso permitirá que Dios esté cerca de ustedes y siempre les tienda Su mano para llevarlos hacia Su Reino de amor y de compasión.
Hoy, como siervo del Gran Sacerdote Mayor, Jesucristo, bendeciremos el pan y el vino, para que los ángeles transubstancien sus partículas y las almas vivifiquen nuevamente la comunión con nuestro Redentor y Señor.
Como la sagrada unidad que vivió la Familia de Nazaret en el pesebre de Belén, esa Divina Unidad de Dios se expanda hacia el mundo y especialmente hacia los corazones que más la necesitan para poder despertar al gran servicio, al amor y a la fraternidad.
Que se cumpla en esta hora, por medio de esta bendición y de esta Gracia, la consagración de las familias del mundo al Plan Divino del Creador y en unión a los Sagrados Corazones de Jesús, de María y de San José:
"Hijo amado, Jesucristo, escucha la Voz de Tu Siervo, a quien le encomendaste la protección y la guía de las almas del mundo. Hoy te ofrezco, amado Señor del Universo, el amor, la renuncia y la entrega de Mi Castísimo Corazón a fin de que las partículas divinas de Luz se siembren en los corazones que necesitan encontrar la paz y la confianza en Tu sagrada Voluntad. Amén”.
En nombre de Nuestro Señor Jesucristo y por la autoridad concedida por Nuestro Creador, Mi Casto Corazón, por todas las familias del mundo, bendice esta Comunión para que multiplique las Gracias en el mundo, que la cura y la redención lleguen a los corazones.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Vamos a repetir la oración de la Sagrada Unidad junto a San José y a Santa María.
Sagrada Unidad de Dios,
unifica nuestras vidas,
unifica nuestro ser,
unifícanos en profunda fraternidad.
Amén.
(Se repite 4 veces)
Que en esta Nochebuena que se aproxima a sus vidas y a todo este planeta, pueda hacer nacer en ustedes la sagrada Estrella de Belén, para que el mundo reciba la Luz de la Gracia y de la Misericordia de Dios, que debe surgir de sus corazones.
Les agradecemos por estar con Nosotros en este Plan Divino y por la redención de la humanidad. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Mis muy queridos hijos, después de cien años de haber estado en Fátima, hoy estoy aquí entre ustedes, con esta humanidad, por este planeta amado que forma parte desde el principio de un proyecto tan apreciado por Dios, que debe concretarse en este fin de los tiempos.
Hoy vengo aquí, queridos hijos, con un Mensaje especial que nace de Mi Inmaculado Corazón, a anunciarlo a todas las almas de la Tierra, especialmente a aquellas que son las predilectas de Su Madre Celestial.
Hoy no estoy sola aquí, queridos hijos, sino también con la Presencia del Padre y del Hijo; y esta Sagrada Trinidad, que se establece hoy en este Centro Mariano, beneficia a muchas almas en el mundo, resuelve muchas situaciones planetarias, disuelve muchas maldades que estaban a punto de suceder.
Con el amor que proviene de Mis hijos del mundo, con el amor que proviene de sus corazones, Yo puedo transformar esta humanidad y este planeta en el modelo espiritual y físico que Dios espera. Solo basta, queridos hijos, que sigan las indicaciones de su Madre Celeste para que Mi Inmaculado Corazón no solo siga triunfando en sus vidas, sino también en todo este planeta.
El Mensaje que hoy quiero traerles y aproximarles es sobre los importantes acontecimientos sucedidos ayer en el Santuario de Aparecida y hoy en el Santuario de Fátima en Portugal, momentos en los que las almas más apreciadas por Mi Inmaculado Corazón fueron al encuentro de su Madre Celeste, no solo para implorarle y suplicarle por cura, sino también para rezar junto a Ella para impedir, como hace cien años atrás, nuevos acontecimientos en este planeta.
Quiero decirles que, queridos hijos, con los dos encuentros realizados, tanto en Brasil como en Portugal, muchas situaciones que, tal vez hoy sus mentes no puedan comprender, fueron detenidas.
Por eso, hoy, los invito a que coloquen Mis Palabras en sus corazones, porque será el lugar en donde verdaderamente ellas se perpetuarán y harán crecer en ustedes las sagradas virtudes de la Divina Familia de Nazaret.
Con los encuentros sucedidos en estos dos días no solo la Argentina fue ayudada, sino también el mundo entero, pero especialmente los lugares del mundo en donde se realizan pruebas nucleares y atómicas que están a punto de activarse en la humanidad.
Pero eso fue detenido en el pensamiento de aquellos que lo idealizan, como también en aquellas consciencias que lo llevan adelante.
La humanidad no tiene el control en sus manos ni en sus acciones. El propio poder lo tiene Nuestro Creador, aunque la humanidad desconoce completamente.
Vean cuán simple, queridos hijos, puede ser el acto de amor que puede nacer de sus corazones para con el Padre Celestial y todo lo que Él debe realizar en este planeta y con esta humanidad.
También las almas de Asia fueron ayudadas, especialmente aquellas que enfrentan la aniquilación y la tortura; y en verdad les digo, queridos hijos, que esos acontecimientos también hacen padecer a Mi Inmaculado Corazón.
Pero Yo recojo la fuerza para seguir viniendo al mundo por medio de sus oraciones y de sus presencias. Eso es lo que Me motiva a seguir viniendo al mundo porque sé que, en este planeta, a pesar de encontrarse almas imperfectas, existen corazones verdaderos que quieren trabajar por el bien y por la paz.
Yo quiero, queridos hijos, que en esta tarde, en la que su Madre Celeste une este Centro Mariano con el Centro Mariano de Fátima en Portugal, puedan comprender ampliamente cuán importante son los encuentros, los llamados y las convocatorias que realizan Nuestros Sagrados Corazones en estos tiempos críticos por medio de las Peregrinaciones por la Paz, que tienen el fin y el motivo primordial de evitar en el mundo muchos más desórdenes de los que ya existen, muchas más revoluciones de las que se llevan adelante y evitar principalmente que continúe la masacre humana en esta humanidad.
Deseo que sientan en sus corazones el verdadero llamado de Mi Corazón maternal, así como lo han sentido desde la última Maratón de la Divina Misericordia hasta los días de hoy; cuidando, acompañando y realizando cada detalle para poder honrar a Dios Nuestro Creador que aún sigue siendo muy ofendido y que hoy es reparado por las oraciones de sus corazones, por las súplicas de sus almas y por las verdaderas intenciones de sus espíritus.
Seguir los pasos de la Madre Celestial significa en estos tiempos, queridos hijos, tomar nuevas decisiones en sus vidas y vivir grandes cambios, cambios que nunca antes vivieron en esta vida, por el motivo principal de ayudar a la evolución de este planeta y a la supervivencia de esta humanidad.
Quisiera, queridos hijos, que desde sus corazones naciera un voto de compromiso Conmigo, todos los días, para que Yo pueda realizar a través de ustedes los miles de prodigios y de milagros que aún espero realizar en sus consciencias y en toda la consciencia planetaria.
Por medio de estas peregrinaciones por la paz, los Mensajeros Divinos, de una manera incansable e incondicional, vienen a construir sobre la superficie de este planeta las bases que serán utilizadas en el futuro para la Nueva Humanidad.
Sabemos, queridos hijos, que su humanidad de superficie se encuentra en una gran y definitiva transición. Yo les pido, queridos hijos, que no teman a lo que Nuestros Corazones han anunciado, sino que vivan Nuestro Mensaje, día a día, para que los acontecimientos futuros sean desviados, disipados y transformados por la luz que puede nacer de sus corazones.
Ya no puedo ver más a las almas sufriendo en el mundo y cómo las consciencias de esta humanidad se deciden, día a día, a dar otros pasos que los apartan de Dios y especialmente del universo de Su Amor.
Por eso, los invito, en esta tarde, a renovar sus votos para que puedan ser más misericordiosos y llevar al mundo esta Misericordia tan necesaria para poder cicatrizar muchos corazones y vidas, y traer la paz que tanto necesita el mundo en estos tiempos.
Quisiera, queridos hijos, que estos prodigios, estos milagros de amor que podemos realizar juntos por medio de estos encuentros de oración que ayudan ampliamente al planeta evitando grandes catástrofes, se puedan repetir.
Que estos encuentros se puedan renovar, que los puedan impulsar a vivir su transformación interior y encontrar, en estos tiempos, el camino de retorno hacia Cristo.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Es de esta forma que les revelo que Mi misión en este mundo, junto a cada uno de ustedes, es mucho más amplia, profunda e infinita que lo que sus corazones imaginan y saben.
Hoy, hijos Míos, vengo a este lugar para ampliar su comprensión, no solo en relación a estos tiempos, sino también en relación a la misión que cada uno de ustedes tiene Conmigo.
Yo los llamé hasta aquí no solo para curar sus vidas, sus almas y sus espíritus; los llamé, sobre todo, hijos Míos, para que unidos a Mí podamos curar las llagas de este planeta, curar sus heridas que se extienden más allá de los Reinos de la Naturaleza, que se extienden más allá de la consciencia del planeta, más allá de la consciencia humana y llegan al Corazón de Dios, herido día a día por los ultrajes que cometen Sus hijos por inconsciencia, por ignorancia y por falta de amor.
Hoy los llamo a la reparación del Corazón de Dios y de la vida humana, de la consciencia de los Reinos de la Naturaleza y del espíritu de este planeta que incansablemente los sustenta, aunque no lo vean, no lo conozcan, no sepan de su misión y de su perseverancia.
Hoy, hijos, vengo a compartir, con el corazón de cada uno de ustedes, el dolor que siento por este mundo, no solo para que sufran, para que sientan este dolor en sus corazones, sino para que despierten sus consciencias para conocer la necesidad planetaria, que está más allá de sus hogares y del pesar que pueden vivir sus corazones.
Hay tanto en este mundo por reparar, por curar y por redimir que preciso, hijos Míos, que escuchen Mi llamado y que solo oren Conmigo por la redención de esta humanidad.
Delante de todo lo que acontece en este mundo, es tan poco lo que les pido, que oren por la paz, que oren no solo por ustedes mismos, sino por toda la humanidad y que también sirvan, que den ejemplo y testimonio de la conversión que Dios realiza en sus vidas todos los días.
Quiero, hijos Míos, extender Mi Reino de Paz más allá de Fátima.
(Se interrumpe la transmisión por corte de energía)
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
No se preocupen, queridos hijos, pues Mi Presencia divina y universal es potente y transformadora, y todo lo que Yo puedo tocar se libera.
Está todo bajo el orden universal. Está todo en Mi Paz inamovible e intransferible.
Sigan escuchando Mi Mensaje.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Lo que les quiero decir es importante para la confirmación de sus espíritus en un camino único, que no solamente los lleva a la paz, sino que construye el triunfo de Mi Inmaculado Corazón en este planeta.
Por eso, así como en este momento les pido que tengan una paz inmutable y que, Conmigo, ella sea invencible, independientemente de las interferencias o del caos que pueda haber en este planeta; quiero construir dentro de ustedes, hijos Míos, verdaderos discípulos de la paz y compañeros de Cristo, para que Mi Reino se extienda por este mundo más allá de los lugares sagrados que fundé y que, a través de cada uno de ustedes, Mi Paz llegue a los cuatro puntos de esta Tierra.
De esta forma, hijos, les vengo a revelar en este día la importancia de que se confirmen en Mi Plan, que en verdad es el Plan de Dios, un Plan único para la redención de este planeta, para la renovación de este universo, así como de toda la Creación.
Quiero conducirlos por cosas simples, acciones simples y transformaciones verdaderas para que este Plan se cumpla.
Por eso les pido que, en el día de hoy, abandonen a Mis Pies toda voluntad y ambición humana que no construye lo que espero construir dentro de ustedes. Que, como guerreros de este tiempo, coloquen sus espadas al servicio de Dios para que ellas no batallen por otro motivo, sino por el establecimiento de la paz. Y que, en Fátima como en Lourdes, como en Aparecida o en Aurora, Mi ejército sea uno solo, invencible, porque actúa junto con Dios por la reparación de Su Corazón y por la transformación de este planeta.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
En esta tarde de Gracia, también vengo a bendecir a los que se consagrarán como nuevos hijos de Mi Corazón.
Por eso ahora, queridos hijos, tomarán el agua de esta fuente, bendecida por el Espíritu Santo, para que sea esparcida sobre los que se consagrarán por un sacerdote, como símbolo de consagración y de renovación, cerrando las puertas del pasado y abriendo las puertas, las nuevas puertas, hacia el Reino Celestial.
Que esta consagración signifique vivir el compromiso con Dios de una manera perpetua y eterna, a fin de que todos los que rodean sus vidas y caminos puedan recibir también la Gracia de consagrarse algún día a Mi Materno e Inmaculado Corazón.
Quiero ver en este lugar, y a través de este nuevo ejército que hoy se consagra, a verdaderos guerreros de la paz que den a conocer, en Argentina, la importancia de este Centro Mariano y la tarea espiritual que él realiza, tan simplemente cuando las almas colocan sus pies en este lugar, porque eso ayudará a que más almas, en esta Argentina, vuelvan a recuperar la luz del amor y vivan principalmente el camino hacia su redención.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a recoger el agua. Hermana Amerisa, si puede ser usted, por favor.
Vamos a prepararnos en este momento y ante la Presencia de María Santísima para esta consagración de los nuevos Hijos de María que representarán a Argentina y al futuro que esta nación debe vivir como parte de una Nueva Humanidad.
Que así sea.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Señor amado y todopoderoso, ayer Tú te dignaste, por medio de Tu Sierva fiel, a bendecir a esta pequeña y humilde fuente para que surjan de aquí los Nuevos Cristos.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a pedir que los nuevos Hijos de María que se consagrarán se pongan de pie, coloquen sus manos en señal de recepción y nos preparemos para esta consagración.
Entonaremos el himno de su consagración.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Cuando un alma se consagra a Dios puede espejar en la superficie los Atributos Divinos del Creador.
El Pensamiento Divino se realiza por medio de las almas que se consagran, para volver a reencontrar en cada momento el amor del universo y de toda la Creación.
Me voy de aquí, queridos hijos, con la alegría de haber cumplido por medio de ustedes con este importante llamado.
Los invito y los llamo a que acompañen a Nuestros Sagrados Corazones hasta el fin de esta peregrinación, por la cual muchas cosas más serán evitadas.
Que así sea.
Yo los bendigo, bajo la autoridad que Mi amado Hijo Me concedió y bajo la autoridad del Supremo Padre Celestial.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
¡Hasta pronto!
Queridos hijos:
Hoy Mi sagrado esposo San José, coloca sobre el pecho de cada uno un lirio de luz y de castidad, con el fin de que lo guarden humildemente en sus esencias como la sagrada energía del Instructor, para que sus consciencias se transformen en el modelo redentor que Cristo espera de cada alma.
Por eso, hijos, con la fuerza de la fe, su Madre Celeste le ruega al Padre Eterno que Sus hijos de la humanidad se conviertan en lo que el Propósito divino estableció para este planeta y para esta humanidad.
San José como corazón humano aprendió a amar la verdad, la verdad de poder ver sus propias dificultades y de trascenderlas una a una bajo el impulso interior del amor.
Es por eso que en esta hora San José llega a sus vidas para que se abran al conocimiento de la humildad, para que lo conozcan como el Padre de la humildad que se ofrece para trabajar directamente con la condición humana.
San José en este ciclo llega al mundo como Mensajero Divino para retirar a los corazones de la ignorancia y del hipnotismo, de todo lo que lleva al ser humano a ser miserable en espíritu y en materia.
San José como Guardián de los corazones y como protector de todas las almas, se dispone eternamente a ayudar a conocer y a trascender la condición humana que, siendo inmadura e imperfecta, impide la evolución de las consciencias y el profundo despertar.
Queridos hijos, es así que, en este tiempo, San José se ofrece a la humanidad para enseñarle a superar sus dificultades, para que las almas confíen en la Gracia del Padre y en Su Infinita Misericordia.
San José como servidor y misionero intenta en este ciclo sacar a las consciencias de sí mismas para que abracen la cruz y la victoria del servicio; por eso, Su Casto Corazón que es prodigioso y humilde siempre puede inspirarlos a hacer lo correcto, lo verdadero y lo auténtico, sin ingresar en la soberbia ni en el orgullo humano.
Como San José encomienda a las almas a Mi Inmaculado Corazón, hoy los encomiendo a todos al Casto Corazón para que aprendan a amar la Voluntad Divina de no ser nada ni de querer nada para sí.
Su Madre Celeste no viene hoy aquí a Monte Shasta para ver sus más profundas miserias, sino que su Madre del Amor viene para recordarles todos los días su pureza esencial.
Alcanzando esa pureza, la condición humana ya no tendrá en el mundo el primer lugar y finalmente el alma gobernará la vida planetaria y el Plan se cumplirá.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Unida a los consecuentes y a los simples,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Quisiera en este día santo que recordaran Conmigo el momento en que Mi Hijo cruzó las puertas de Jerusalén, para liberar al mundo del cautiverio por medio de Su llegada a la ciudad santa, en donde Él fue recibido y alabado tiempo antes de Su muerte.
Quisiera que en esta Semana Sagrada acompañen a su Madre del Calvario en cada uno de los hechos que marcaron un antes y un después en la historia de la humanidad.
Unidos a través de la Santa Pasión de Mi Hijo, los invito también a cruzar con Vuestra Madre Celeste por las puertas de Jerusalén, entre la multitud, para que se encuentren con Él en todo Su esplendor y gloria.
Queridos hijos, que en este día se eleven al Cielo sus ramos y flores, para honrar y recordar a Aquel que nuevamente les ha dado la vida espiritual después de Su muerte y de Su Resurrección.
Unámonos a este momento sagrado y veneremos el legado que Cristo dejó por los siglos de los siglos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Camino a la ciudad santa de Jerusalén,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre del Calvario
Hijos Míos:
Ayer conocieron uno de los misterios del Cielo, el que pocas consciencias conocen, a través de su unión interna con el Reino de Dios.
Hoy hablaremos, queridos hijos, del alcance de los Espejos del Cielo desde el plano espiritual, que es donde ellos surgen para toda la Creación, hasta el plano material, que es la realidad más cercana a la de ustedes, que recibe los impulsos de luz de estos instrumentos de armonía universal.
Los Espejos del Cielo son receptáculos de Luz Divina que irradian principios de vida superior para todo el cosmos. No hay estrella o planeta en este sistema solar o en otro, ni galaxia, que no reciba el impulso universal de los Espejos. Ellos nos hacen recordar el Propósito para la vida planetaria y para todo el Universo, nos referimos al Propósito de la constante elevación de la materia a través del principio de la pureza.
Su Madre Celeste, desde el principio, conoció estos instrumentos provenientes del Universo de Dios, que son guiados y acompañados por los ángeles, quienes revelaron a su Madre Santísima la existencia de estos instrumentos de Paz.
Un Espejo es un instrumento inmutable. El Espejo del Cielo siempre cumple el mismo fin e irradia ese principio a toda la Creación.
En el caso del proceso actual de la humanidad, los Espejos del Cielo están movilizándose cada vez más debido al proceso de densidad de los seres humanos y, principalmente, por las transgresiones en masa de las Leyes que rigen a todos los Reinos creados por Dios.
Como todo camina hacia un grave desequilibrio psíquico y emocional en la humanidad, debido a la cantidad innumerable de deudas y de pecados, los Espejos del Cielo ahora están ayudando, en colaboración con los ángeles, para que pueda existir al menos un poco de equilibrio en el eje de la Tierra y, especialmente, en la consciencia dormida y ultrajada de la actual humanidad.
Los Arcángeles, llamados Padres de la Creación, están interviniendo en el Proyecto de esta raza a través de la esencia y de la matriz de los Espejos.
¿Qué sería para ustedes, hijos Míos, una matriz de un Espejo Celestial?
Representa lo más puro entre lo puro, diríamos lo fundamental y esencial de toda la Creación, lo que una vez ustedes conocieron como los Rayos del Universo. Son las corrientes universales de la Creación que, a través de los Espejos del Cielo, están trayendo para la humanidad algunos recursos espirituales que son capaces de sustituir un error por un estado de paz.
Los Espejos del Cielo no solo son atributos manifestados en la Creación que ayudan a la constante elevación de la consciencia, sino que ellos son capaces de captar y de retransmitir principios de la vida espiritual superior, que la consciencia de la humanidad desconoce por completo.
Decíamos que los Arcángeles están acompañando este Proyecto Universal de la humanidad de cerca; lo que se estableció por Ley Creadora desde la última guerra mundial, la que fue profetizada en Fátima; guerra que trajo como consecuencia la destrucción de la vida espiritual planetaria.
Por eso, los Espejos del Cielo desde el principio de la existencia del hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, siempre irradiaron fuentes de vida superior que colocaban al planeta dentro de la armonía universal.
A lo largo de los tiempos, el compromiso de la humanidad con las adversidades del enemigo la fue desplazando rápidamente del Propósito y de la Voluntad de Dios hasta llegar a este momento cruel de la raza.
Las intervenciones de los Mensajeros de Dios y las advertencias a lo largo de los tiempos nunca dejaron de ser pronunciadas. Diversas formas de mensajes celestiales han sido transmitidos por medio de diferentes videntes en distintas partes del mundo y en épocas acuciantes.
La receptividad al Llamado de Dios ha sido escasa, la humanidad peregrinó hasta los Centros Marianos para encontrar alivio y lo recibió. La mayoría de las almas que desconocen la existencia de la vida superior recibieron la cura, pero siguieron viviendo de la misma forma, sin cambiar nada.
Esto atrasó a la humanidad rápidamente y la Jerarquía Celeste tuvo que contener los impulsos de los Planes de Redención del Padre Eterno entre pocas consciencias, entre las menos preparadas.
Hasta ahora, esto sigue así y un verdadero cambio, que es urgente, podría revertir la ausencia de la vida espiritual de la humanidad. Su Padre sabe que la humanidad no hace lo suficiente para cambiar, porque la consciencia terrestre de los seres humanos adoptó modos y formas de vida involutivos, que en la mayoría de los casos han borrado la consciencia del alma.
¿Qué hacer?
Los más despiertos a la vida de oración deberán hacer el doble del trabajo espiritual y evolutivo por el resto de la humanidad que no lo hace. Pero todo caerá al suelo por su propio peso y el tiempo del Juicio Universal llegará para reconfigurar y transmutar al planeta y, así, prepararlo para los mil años de paz.
Mientras todo está por suceder, las almas orantes del planeta deben recordar la presencia de los Espejos del Cielo y, a través de sus plegarias, recibir los impulsos de Luz que emanan de ellos para todo el universo.
Si la respuesta de ustedes por la vida superior fuera positiva y verdadera ante la Creación, el impacto hacia el universo sería más grande que el que Cristo generó cuando venció a la muerte en la Cruz.
Todo comienza en el amor; por eso, es lo primero que el adversario hace desaparecer del corazón de los hombres.
Luchen por la Nueva Humanidad y no bajen los brazos. Su Madre los acompaña en unión a los Espejos del Cielo. Hagan restablecer el Reino de Dios en este mundo.
¡Les agradezco por responder a Mis planes de Paz!
Los despierta a la vida del espíritu,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más