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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Que la caricia de Dios sea sentida en sus rostros; pero, sobre todo, en sus corazones. Sientan esa misma caricia que una vez sintió el pequeño Niño Jesús.
Sientan sus almas en los Brazos de la Madre Celeste y les aseguro que todo estará bien. ¿De qué preocuparse si Yo estoy aquí y Soy su Madre? ¿Acaso sus corazones ya no se consagraron a Mí?
Pero sé que para sus almas este día es importante, no solo porque estamos en camino de finalizar la Cuaresma, prepararnos para contemplar la Pasión de Jesús y, sobre todo, Sus méritos y Sus triunfos en la Tierra, sino también este día es especial para ustedes, Mis hijos, porque sus almas, junto con sus ángeles de la guarda, ante las puertas del Reino de los Cielos, reconfirman sus votos de consagración, de servicio incondicional a través de la oración perpetua y de servicio a los que más sufren y se desesperan.
Que este ofrecimiento, que agrada a Mi Corazón y que proviene de cada Hijo de María, otorgue a las almas que más sufren en las guerras la Gracia de reencontrar la paz, el sosiego y el bien para poder rehacer sus vidas.
Así como Mi Hijo una vez entró triunfante en Jerusalén y ese día ningún ser murió en la Tierra, hoy, su Madre Celeste, la Divina Madre del Cielo, otorga una Gracia especial y una amnistía espiritual a través de todos los Hijos de María, para que el mundo alcance la paz y la paz se establezca, para que acabe la ambición de la guerra y de la destrucción, para que entre seres humanos de una misma familia universal no exista más la violencia, la indiferencia y la agresión moral y física, porque todos son preciosos a los Ojos de Dios. Esto disuelve todo mal y toda oscuridad que los rodea.
Recuerden que, en espíritu, alma y esencia, todos son preciosos a los Ojos de Dios. Así, el Padre Eterno, en este día de reconsagración, les reabre la puerta para que puedan ver en ustedes mismos las santas virtudes, para hacer el bien por donde vayan o por donde caminen.
Esta es la virtud principal: hacer el bien. Este es el compromiso auténtico de los Hijos de María, para que sus vidas se aparten ya de todo lo que hace sucumbir al mundo y a la humanidad; para que sus vidas, ya consagradas, sean un atributo verdadero para Dios en la Tierra, que represente los valores de la dignidad espiritual y humana.
Que cada uno de ustedes, ofrecido a la ardiente oración del corazón, proteja y guarde los valores que surgirán en la Nueva Humanidad. Porque esto es lo que está perdiendo el mundo: el valor de saber amar, el valor de hacer el bien, el valor de vivir en paz, el valor de saber unir, el valor de dar la vida por el prójimo, así como Mi Amadísimo Hijo la dio por ustedes. Esta es la lección que les dejo a todos.
¿Quién dará la vida por los demás, así como Mi Hijo la dio por ustedes?
¿Quién, a través de esta Cuaresma y de esta próxima Semana Santa, será capaz de decidirse y dar un paso para superar en el Amor a Mi Amado Hijo?
Esto es posible, ¿lo saben?
Esto justificaría los graves errores del mundo, porque los Nuevos Cristos ya serían una realidad y dejarían de ser una promesa; los Cristos del Nuevo Tiempo, consagrados como Hijos de la Madre Santísima, que a pesar de ser imperfectos se transforman día a día y no le temen al fuego transformador de Mi Amadísimo Hijo.
A través de este día especial, en el que sus almas están ante Dios por un momento, para hacer una síntesis de todas las experiencias vividas hasta el presente; como Madre del Redentor y Salvador, vengo a establecer una alianza entre sus corazones y Dios, una alianza que deberá volverse inquebrantable, una alianza inalterable que ninguna circunstancia o situación la disuelva.
Pero, Mis hijos amados, todo esto dependerá de cada uno de ustedes. Dios, su Padre, que los ama y los contempla con el Amor más grande que puedan imaginar o sentir, siempre está de Brazos abiertos y con Su Eterno Corazón expuesto en las alturas; Corazón que es adorado y venerado por todos los ángeles del Cielo y los bienaventurados; Corazón Misericordioso de Dios que nunca les impartirá justicia, sino que les dará Misericordia; Corazón que nunca los condenará por sus errores, sino que los salvará.
Este es el Sagrado Corazón flagelado del Padre Eterno que en este tiempo final y crucial precisa ser reparado todos los días a través de las acciones de misericordia de todos los Hijos de María; a través de una oración que no se debilite, sino que se fortalezca; a través de una disciplina consciente y espiritual que los mantenga unidos espiritualmente a la Fuente Suprema y a todos los códigos de Luz que guarda, que son inagotables, inextinguibles y eternos; códigos de la Fuente Inmaterial que, en esta próxima Semana Santa definitiva para muchos de Mis hijos, necesitan descender a las almas y a los corazones para prepararlos para el último y gran tiempo: el tiempo del Retorno de Cristo.
Yo vengo aquí como una Madre Mediadora e Intercesora. Vengo como una Madre que los acoge y que los recibe; y los coloca en este día bajo Su Manto Espiritual y Divino, para que los Hijos de María en el mundo entero protejan primero de sí mismos todas las reliquias espirituales que Mi Hijo les otorgó a través de los tiempos, reliquias preciosas e inmaculadas que se guardan en las almas que son fieles a Dios y que en esta Tierra representan a los servidores y discípulos de Cristo.
Todos ellos, Hijos e Hijas de María, son la Legión de Dios para el final de los tiempos. Porque cuando este planeta se mueva por entero, su fe, la fe de cada uno de ustedes, no podrá titubear; deberá ser una fe que fortalezca a sus hermanos y hermanas, porque la fe siempre los protegerá. La fe los alimenta espiritualmente, porque es un don precioso y eterno del Espíritu Santo.
He aquí el Espíritu Santo de Dios, que viene a bendecir a los que siguen caminando hacia Cristo. Espíritu Santo que viene a suplicar e implorar por los que sufren, por los que perdieron la Gracia, por los que perdieron la dignidad ante Dios. Espíritu Santo que suplica por los enemigos y por todos los que están contra el Plan de evolución del Señor. Porque la Divina e Insondable Misericordia, que también emana a través del Espíritu Santo, está más allá de toda circunstancia o situación.
Dejen y permitan que, en estos días previos a la Semana Santa, sus pies y sus manos sean lavados por Cristo, para que entren al templo espiritual de la Iglesia Celestial, limpios y purificados, volviendo a sentir en ustedes la Pureza de Dios, que nadie ni nada les puede quitar; y, sobre todo, sintiendo el Amor que merecen de parte de Nuestro Padre Eterno, un Amor que siempre los impulsará a la transformación y al cambio, a la transformación de sus hábitos y costumbres humanas. Porque recuerden que lo que Cristo necesita en esta próxima Semana Santa son las virtudes de cada ser.
Pregúntense, a ustedes mismos, ¿cuál es la virtud de Dios que mora en mí y qué haré con cada una de las virtudes que Cristo me confió? ¿Soy capaz de ir más allá de mi personalidad? ¿Soy capaz de ir más allá de mis aspectos humanos? ¿Confío en el poder insondable de la Misericordia que todo lo transforma?
Quiero decirles algo: sí, sus vidas están camino a la libertad.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a escuchar, a pedido de nuestra Madre, el Himno de Consagración de los Hijos de María, y vamos a llamar aquí a los Hijos que se han ofrecido a vivir hoy la consagración.
Pueden acercarse.
Y ante el Inmaculado y Sagrado Corazón de María, que se arrodillen todos los que puedan, porque ante la Madre Divina vamos a acompañar esta consagración de nuevos Hijos de María; pero también vamos a tener la oportunidad interna e íntima, en el silencio de nuestro corazón, de renovar nuestros votos con el Plan de Dios y con la vida divina.
Ahora, los sacerdotes van a bendecir con agua bendita a los que hoy se están consagrando y también los incensarán, para que la oferta de cada uno de sus corazones se eleve a los Cielos; oferta sincera y honesta de que, a partir de hoy, no solo son Hijos de María declarados, sino también son parte de Su ejército celestial.
Delante de María, nuestra Madre Celestial, hacemos nuestra oferta interna de renovación de votos para que, a través de Su Inmaculado Corazón, los eleve al Reino de Dios.
En este momento de silencio, hacemos nuestra oferta.
Vamos a cantar este himno, agradeciéndole a nuestra Madre.
Gracias, Madre Divina, por cuánto nos das.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Por medio de esta canción vengo a clamar al mundo que no pierda su inocencia, porque de lo contrario sufrirá mucho, peor que el siglo pasado.
Que la inocencia no se pierda de los corazones, para que nunca les falte la Paz.
Ayer les hablé de la esperanza, pero hoy les hablo de la verdadera consciencia que muchos ojos no quieren ver, por temor, por miedo o por angustia.
Pero Yo, hijo Míos, como Madre de Ustedes y Madre del Mundo, debo decirles siempre la Verdad.
Estamos intentando construir algo nuevo en un tiempo difícil, en donde cada segundo y cada minuto es definitivo; en donde cada paso que será dado, deberá ser dado con premeditación y discernimiento, para que nadie se precipite al abismo.
Con esto quiero decirles, queridos hijos, como les dije a los pastores en Fátima: No pierdan su inocencia; porque si pierden su inocencia como humanidad y como pueblo, perderán el poder de su pureza original, sus esencias se mancharán y Dios no podrá aproximarse a ustedes para traerles lo nuevo y lo renovador.
Pero como Yo Soy Madre de todos y Madre que viene por todos, por los que están y por los que no están aquí, hoy les hago esta súplica desde lo profundo de Mi Corazón Espiritual y Maternal; que su inocencia pueda resplandecer en estos tiempos a pesar de los errores, de las pruebas y de todo lo que sucede en el mundo, día a día.
Necesito, hijos, que por medio de su inocencia, retornen al camino de su pureza esencial, porque el mundo lo necesita mucho para poder seguir adelante.
A pesar de todas las manifestaciones de estos tiempos, hijos Míos, recuerden que Yo siempre seré su Patrona en esta nación y deseo ser Patrona en todas las naciones del mundo, no importa cómo Me reconozcan o cómo Me llamen. Yo Soy la Divina Madre de Dios, el Espíritu Sagrado y Femenino, que surgió de la Fuente para venir al mundo y tener a todos Mis hijos en Mis Brazos, así como tuve a Jesús, al Supremo Rey.
Los invito a que por medio del camino de la oración, no solo busquen la esperanza de Dios, sino la inocencia interior que debe reinar en estos tiempos, para que las cosas se mantengan en su equilibrio y sobre todo, para que las naciones se mantengan en armonía.
Porque si su inocencia está disponible para el mundo, permeada por una profunda gratitud y amor, muchas cosas que estarían por suceder en los próximos tiempos se podrían detener, cosas muy difíciles y muy grandes, que su Madre Celeste observa, día a día.
Por eso, todo lo que hagan y todo lo que ofrezcan a Dios será importante en este tiempo; ustedes deberán ser creadores de fuentes de reparación para que muchas cosas se equilibren en el mundo y muchos acontecimientos que están previstos no sucedan.
Por medio de este llamado los quiero llevar a todos a la esencia del Amor y de la Verdad, para que el mundo también pueda despertar a eso.
Pero esa esencia del Amor comenzará primero en ustedes, en su descubrimiento interior de una forma simple y humilde, para que después despierte en el mundo y en la humanidad.
La humanidad ha perdido muchos valores, ha perdido muchos principios y también muchos designios que su Madre Celeste viene a restablecer en este tiempo por medio de la peregrinación y del llamado a todos Sus hijos del mundo, independientemente de su religión, de su nación o de su pueblo.
Con esto quiero decirles, queridos hijos, que Yo Soy la Madre Universal, la Madre que acoge a cada uno de los hijos de Dios: los perfectos y los imperfectos, los pecadores o los creyentes, los que han errado o los que han acertado, todos son Mis hijos en la misma Fuente Original.
Por eso Yo vengo a llamarlos y vengo a buscarlos, para que la transformación de la consciencia suceda en este tiempo y no sucedan graves acontecimientos, como está previsto.
Pero el camino de la oración del corazón que cada uno de ustedes Me ofrece día a día, disipa poco a poco todas las malas influencias y la Luz puede reinar un poco más en el mundo, llegar a más corazones dormidos y despertar a más consciencias que deben encontrar su verdad interior para poder seguir el camino de la Fuente, el camino hacia la Divina Voluntad.
Mientras hablo con ustedes Yo rezo por el mundo. Quisiera que todos lo días que vendrán imitaran este ejercicio de su Madre Celeste, porque en cada segundo de sus vidas, así como en cada tarea diaria, será necesario colocar la mente y el corazón en la oración, para que muchas, muchas más fuerzas negativas se disipen y el poderoso canal de la oración triunfe en Mis hijos y en consecuencia, en el mundo.
Únanse a la oración permanente y continua con su ángeles de la guarda; momentos más agudos llegarán al mundo y ya no son solo palabras, sino realidades que su Madre Celeste hoy les decreta.
Porque el mundo decidió seguir el camino del desamor y se apartó de la verdad.
Pero aún aquí, en esta Tierra, hay muchos corazones valientes, de los cuales Dios se servirá plenamente para llevar Su Obra al mundo.
Todavía hay un poco de tiempo, para poder resolver lo que sucede en la humanidad.
Por eso Yo los llamo, hijos Míos, a que Me acompañen en cada paso de una nueva peregrinación, porque su Madre Celeste necesita establecer nuevas realidades en el mundo; lo que Yo llamo "Principios de Dios", que vienen directamente de la Fuente para acudir a la humanidad.
Dios necesita de instrumentos, de muchos más instrumentos que quieran donar sus vidas al Plan; por un Plan que aún es desconocido y que la humanidad conoce tan solo en un menor porcentaje.
Pero no hay Misterio que no se pueda revelar; su Madre Celeste siempre les traerá la verdad, la guía y el camino para sus vidas, para que ese Divino Plan se cumpla como está previsto.
Sepan, hijos Míos, que estamos llegando al gran momento de los grandes esfuerzos que deberán vivir cada una de sus almas. Esfuerzos mayores de los que han vivido hasta este tiempo, porque es necesario convertir muchas más cosas en el mundo.
Con la dulzura de Mi Voz, hoy les traigo la Verdad; con la calma de Mi Corazón, hoy les traigo la esperanza; y pronuncio el llamado de Dios para el mundo una y otra vez, hasta que finalmente todas las almas escuchen y se den cuenta que es necesario cambiar.
Les agradezco por su perseverancia y su Fe, por medio de esas virtudes Yo también puedo hacer muchas más cosas en el mundo.
La perseverancia siempre los tornará valientes; la esperanza siempre construirá el futuro, dentro y fuera de ustedes y sobre la superficie de la Tierra.
Quiero que hagan triunfar el Plan de Dios en la humanidad, con cada esfuerzo y cada dedicación diaria, con cada oportunidad de servicio y de entrega, para aliviar el Corazón de Dios que está muy ofendido por los hombres, también por Su iglesia.
Quiero que alivien el Corazón del Padre junto Conmigo, con esa alegría que viven y que tienen y que nunca se podrá borrar, con esa devoción que han construido por medio de cada cuenta de oración diaria, con cada servicio que han prestado a la humanidad y a los Reinos de la Naturaleza.
Todas, todas esas virtudes transforman al mundo y reparan el Corazón de Dios aunque a veces estén muy cansados. Todo es valorado por el Altísimo y reconocido por Sus Ángeles del Cielo.
No hay testimonio de amor que ustedes hagan que no quede escrito; todo queda registrado en el Libro de los Cielos; toda obra de bien que se realiza, toda obra de Paz que se propaga, todo servicio prestado que se entrega de una forma incondicional al Universo, es registrado en los Libros del Cielo, y así muchas más Gracias pueden retornar al mundo, como la Gracia de la Presencia de la Madre de Dios en estos tiempos críticos y difíciles.
La dulzura de Mi Corazón siempre estará cerca de ustedes, aunque llega el tiempo en que Me recogeré al Cielo, al igual que Mi Hijo; estaré aquí, en Espíritu con ustedes, haciendo florecer y emanar las Gracias que muchas más almas necesitarán en los tiempos definitivos, en los Centros Marianos .
Todo lo que hagan por Dios, lo harán por la humanidad y en consecuencia el Reino de los Cielos, les retribuirá con Sus Gracias.
Hoy podré decir, querido hijos, que la Misión Espiritual en Europa y África será cumplida; pero será necesario de mucha más ayuda para que ella pueda finalizar como está previsto por el Universo.
Por primera vez, queridos hijos, y por Voluntad del Altísimo Padre del Universo, los Mensajeros Divinos abrazarán a muchas naciones al mismo tiempo y con ellas a todas las almas que allí se encuentran, para evitar una catástrofe universal que podría abarcar gran parte del mundo y sobre todo a muchas, muchas vidas.
Pero ahora que Me han respondido y Me seguirán respondiendo por los días que vendrán, Yo misma evitaré, a pedido de Mi Hijo, lo que podría suceder en esa parte del mundo y que podría traer grandes consecuencias en el resto de la humanidad.
Cuando su Fe se sostiene en el Propósito, la Misión se cumple y las Gracias vuelven al mundo para socorrer a los corazones más perdidos y a las naciones más necesitadas de Misericordia, aunque no lo parezca.
Hoy le pido a Dios para que la humanidad recupere su inocencia interior y que esta inocencia prevalezca y reine en este tiempo.
Como un testimonio Mío de este pedido, hoy consagraré a nuevos Hijos de María, que formarán activamente parte de Mis ejércitos celestiales, para llevar adelante esta obra de Redención y de Perdón en la humanidad, a la cual el mundo necesita despertar.
Que a los pies de este escenario se coloquen los Hijos de María, los que hoy se consagrarán ante Mi Inmaculado Corazón.
Hoy volveré a pedirles que repitan la canción que han cantado, como un llamado Mío al mundo, para que muchos más hijos Míos Me escuchen y encuentren la Paz.
Deseo que traigan ante Mi Presencia agua para bendecir y consagrar, para Mis hijos que hoy se consagrarán.
Los escucho…
Yo los consagro y los bendigo.
Les agradezco por haber respondido a este importante llamado.
Dios derrame su Luz en sus vidas y especialmente en sus corazones.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del espíritu Santo.
¡Les agradezco!
Vengo a traer Mi Misericordia en donde no hay justicia religiosa, ni social.
Vengo a traer algo que los hombres aún no tienen, por el poco valor que le dan.
Pero no importa la formación que tengan, sino su corazón, que es lo que vale para Dios, porque siempre se perpetuará, siempre dará testimonio del Amor de Dios entre todos los hombres y mujeres de la Tierra.
Pongan su mirada, queridos hijos, en el corazón y allí encontrarán a Dios, más que a los hombres. Si Dios está en ustedes, Mi Hijo estará en ustedes y nadie podrá alterar esa unión interior.
Nadie podrá decir, hijos Míos, que Dios no está presente en el corazón de los hombres, que Dios no está vivo en aquellos que creen en Él por encima de todo, por encima de todo acontecimiento.
Yo vengo a enseñarles el camino del amor, porque en el Amor de Dios siempre encontrarán la salida; siempre existirá el entendimiento y la sabiduría para comprender los designios de Dios y sobre todo Su máxima Voluntad.
Hoy vengo a traer pacificación a los hombres que despiertan la ira incontrolable.
Hoy vengo a amansar los corazones, para que sientan la paz y sepan que todo se está cumpliendo, más allá de todo entendimiento o de toda filosofía.
Lo que Dios necesita, queridos hijos, es que los hombres aprendan a amar y que no se olviden del camino del amor, porque quien no esté en el camino del amor verdadero, no estará en el camino del Paraíso, por más que profese el Nombre de Mi Hijo, por más que realice la Eucaristía ante el pueblo de Dios.
El amor lo es todo. Es la ciencia primera. En el amor comprenderán la vida, así como comprenderán el sufrimiento.
Únanse en el amor y no en la separación de sus ideas o de sus pensamientos. El Reino de Dios está para todos, no tiene religión ni doctrina. El Universo de Dios es libre y amplio. Y Él viene a señalar a los hijos que ha escogido, para llevar adelante Su Obra de redención en el fin de estos tiempos.
Les digo a los hombres que dicen ser sabios, que no tienten la ira de Dios; que vivan el Don del Temor de Dios; que vivan el Don del Temor de Dios para que no estén separados del Padre y para que no separen a los rebaños de Mi Hijo del Corazón de Dios.
No son tiempos de divisiones. Es el tiempo de la gran unidad celestial. Será esa unidad que salvará al planeta y a la humanidad, sobre todo a los más miserables de espíritu, que no solo se encuentran en la vida, sino también en las religiones.
Mi Hijo viene a dar oportunidad para todas las almas. Su Misericordia no se limita a los hombres. Su Misericordia es universal e infinita.
Necesito, queridos hijos, que abran sus corazones al gran entendimiento divino, que no se dejen envolver por lo que los hombres hablan de este mundo, por lo que los hombres señalan en sus semejantes.
Abran sus ojos del corazón y encontrarán la Verdad, la Verdad que yace en ustedes, la Verdad que nace del corazón, que todo acepta y que todo entiende; de un corazón incondicional y vivo, que no teme abrazar lo desconocido y decirle sí al Universo todos los días.
Me lamento, queridos hijos, por aquellos que no comprenden la Voluntad de Dios y que dicen vivirla plenamente pero que no es verdad.
Busquen la unión entre sus corazones y estarán preparados para recibir la segunda venida de Cristo.
Dios Me ha pedido que venga a buscar a todas las esencias del mundo y no solo a aquellas que creen en Mi Hijo. Recuerden que Mi Hijo es el Señor de las religiones, porque es el Señor del Amor. Y si es el Señor del Amor, es el Señor de la Verdad, de la Voluntad Divina y de la Justicia, del bien que Él quiera profesar para todos los seres de la Tierra.
Entonces, queridos hijos, no se confundan. Sientan Mi mensaje en el corazón, más que el mensaje de los hombres vacíos, que están vacíos del amor, de la verdad, del verdadero entendimiento que solo lo da el Espíritu Santo.
Llegará un momento, queridos hijos, en donde todas las religiones deberán comprenderse y entenderse. Porque si esto no sucede, ¿quién le abrirá la puerta a Cristo para que Él retorne?
Es necesario rezar de corazón y de alma, para que en estos tiempos los hombres de la Tierra no los confundan.
Es necesario escoger al Santísimo Sacramento, para que los hombres de la Tierra no los confundan.
Es necesario vivir la vida del servicio, para que los hombres de la Tierra no los confundan.
Así se fortalecerá su fe, que es una fe que no tiene propiedad en nadie, ni en ninguna persona. Es una fe que pertenece a Dios y a sus corazones íntimamente.
Revivan esa fe con los buenos ejemplos y abran los ojos al conocimiento divino que viene del Universo. Así darán los pasos seguros hacia la redención y acogerán plenamente el llamado de Dios, sin pensar qué dirán los demás.
Queridos hijos, como Madre de Dios y Madre de Mi Hijo, Yo vengo a religarlos con el camino del amor, porque es un camino que no está siendo practicado por los hombres de la Tierra. La ilusión y todo lo que es superfluo separa a los hombres de ese camino verdadero.
Vivan los Mandamientos y estarán en la verdadera libertad espiritual.
Yo vengo, queridos hijos, a hacerles el bien, a enseñarles el camino del Amor y de la Verdad, a pedido de Mi Amado Hijo, Jesucristo. Eso nadie se los podrá quitar, la vivencia de su fe y su devoción al llamado de Dios en estos tiempos, fuera de la Iglesia de Mi Hijo.
Vean la importancia del despertar de los corazones en estos tiempos y no se dejen invadir por los comentarios de los hombres. Es necesario unirse y fortalecerse. Es necesario unir las fuerzas del corazón con las fuerzas del corazón del hermano, para llevar adelante el Plan de estos tiempos, delante de una realidad planetaria caótica y difícil.
Que sus corazones, en esta noche, sientan la verdad de Mi Corazón y que no se arrepientan ni tampoco abandonen su consagración como hijos de Mi Corazón Inmaculado, porque lo que Yo les traigo, queridos hijos, nadie se los dará, ni siquiera la máxima jerarquía de las religiones. Todo proviene del Corazón del Padre, de Su Fuente inmaterial y eterna. De eso deben aprender a alimentarse espiritualmente todos los días; no solo del Evangelio, que es el camino básico para su despertar y redención.
Encuentren sentido en su camino espiritual, en lo que es superior y divino y así, estarán en el Padre y el Padre en ustedes. Sus corazones no sentirán duda ni desconfianza, sino que darán el paso seguro y firme en el camino del Amor y de la alegría de servir a Dios.
Recuerden que deben volver a reintegrar su dignidad espiritual para con el Padre.
Las religiones son el puente para eso, pero no es lo definitivo. Hay algo, queridos hijos, que debe comenzar desde ustedes, que debe nacer de su corazón, para poder estar en Cristo y en Su Divina Presencia.
Vengo a evangelizar con una Nueva Palabra, una Palabra que los hombres no conocen, porque la Palabra que Yo pronuncio es una Palabra que viene de la Fuente del Amor. Es una Palabra que no se desperdicia. Es una Palabra que sirve y ayuda a las almas para su conversión.
Cuando los tiempos están más difíciles y las rebeliones de los hombres se presentan, es señal, queridos hijos, que es el triunfo de Mi Inmaculado Corazón y la derrota de la bestia, que confunde a los corazones, a pesar de sus creencias.
Yo vengo a darles el testimonio que les dio Cristo cuando Él estuvo presente en este planeta. Vuelvo a reintegrarles este testimonio del amor para que no olviden, queridos hijos, que en el amor está la respuesta, la sabiduría y la salida para los grandes obstáculos.
Como no Me cansaré, queridos hijos, de decir que Yo estoy aquí, aunque muchos lo desmientan públicamente, vengo a consagrar a nuevos hijos para reafirmar ese testimonio del amor, ese testimonio del Amor Infinito de Dios y del Cristo, que une cada vez más a las consciencias con la Esencia de la Fuente Primordial.
Por eso no dejaré de dar bendiciones, por más que hablen, por más que mientan y que no digan la verdad.
Recen por los que no comprenden, porque son muy miserables y enfermos de espíritu y no lo saben, así como Yo rezo por ustedes para curar su enfermedad espiritual. Los invito, queridos hijos, a orar por los miserables de espíritu y de alma, porque no lo saben, para que reciban la Gracia de algún día darse cuenta de eso y de pedir verdadera misericordia a Dios, más que pronunciar palabras vanas.
Sean misericordiosos como Yo lo Soy y el planeta tendrá más oportunidades, más almas se curarán y más corazones se reconciliarán con el Dios Vivo.
Que vengan aquí los que hoy se consagrarán, ante la Fuente del Amor de Dios, para que sean testigos de lo que Yo les pido, para que defiendan su consagración y no teman decir que creen en Mi Presencia, como un precioso llamado de Dios para estos tiempos.
Quisiera decirles a todos los Hijos de María que recuerden su compromiso Conmigo, porque Yo nada puedo desperdiciar, ni una mínima energía de la Gracia. Todo lo que Yo les entrego es porque lo necesitan, aunque no lo comprendan o no lo sepan; todo es un motivo de un Proyecto especial en sus vidas, en sus consciencias y en sus espíritus. Yo les doy algo que nadie les puede dar, que debe ser valorado y respetado, reverenciado, y deben rezar para que ese Don que Yo les entrego persista en el fin de estos tiempos.
Escuchando el himno de su consagración, Yo vengo a bendecirlos, queridos hijos, a fin de reconsagrar a los que ya se consagraron como Hijos de María, para ser testigos de la Palabra de Dios y del retorno de Cristo, sin nada que temer, porque el amor que puede estar en sus corazones es invencible.
El amor que puede estar en sus consciencias, es imborrable. Ningún hombre ni ningún ser de esta Tierra puede borrar el Amor de Dios. Nunca vencerá, porque el amor es el que vence; es el Amor de Cristo que venció la muerte en la Cruz y que les viene a enseñar que en el amor, todo es posible, hasta el fin de los días.
Padre Amado, desciende Tu Fuego en los corazones simples y humildes.
Desciende Tu Consciencia Divina en aquellos que predican Tu Palabra y que en la simplicidad del corazón testimonian Tu Presencia en el mundo.
Desciende Tu Sabiduría y Tu Gracia en los corazones que se deben convertir a la vida crística del servicio y del amor por los semejantes.
¡Oh, Padre Amado! Escucha la voz de Tu Sierva Fiel,
desciende Tu Amor sobre los miserables,
sobre los que no comprenden y los que no aceptan Tu llamado,
sobre todos aquellos que provocan la separación de Tu pueblo
de Tu Amadísimo e Íntimo Corazón.
¡Oh, Padre Amado! Perdónalos, perdónalos para que encuentren una nueva oportunidad, por intermedio de Tu Divina Compasión y de Tu Gracia.
Perdona Señor a los que ofenden a sus semejantes.
Perdónalos Señor, para que encuentren la Luz de Tu Corazón
en el gran Universo de Tu Amor Universal.
Hoy bendigo y establezco Mi Paz entre los hombres de la Tierra,
sabiendo que aún estaré aquí,
cumpliendo Tu Divina Voluntad y Tu Llamado,
en unión a todos Mis Hijos, especialmente a los que se consagran
para ser el ejemplo de Tu Vida en el Universo.
Que el Señor los bendiga, los redima y los consagre, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ahora canten, porque ya están consagrados a la Madre de Dios.
Les agradezco por responder a Mi llamado, en confianza.
Yo soy la Madre de todos los hijos del mundo y les traigo desde el Cielo la Paz que es posible vivir en estos tiempos.
Por eso estoy aquí, queridos hijos, para que puedan creer en ello, porque a pesar de lo que sucede en la humanidad, Mi tarea no deja de cumplirse en todos los corazones.
Abro los cielos para que sus corazones se puedan elevar hacia Mí y así ingresar en el Corazón de Dios que, con amor ardiente, los espera para poder acogerlos en Su Espíritu y en Su Divinidad.
Queridos hijos, vengo a Madrid con la misma misión que hace dos años atrás. La Guadalupana ahora debe recorrer cada provincia de España y debe llegar a los corazones que ustedes desconocen, porque si ustedes peregrinan Conmigo, llevando la Santa Imagen, los corazones la buscarán, porque han perdido la fe en Dios y necesitan reencontrarla.
Por eso, Yo estoy aquí, queridos hijos, para pedirles esto; porque desde el Corazón de España es posible que esa tarea pueda comenzar. Y así, encontrarán almas que necesitarán vivir de la oración, necesitarán aprender a orar y saber cómo conectarse con Dios.
Ustedes, que ya viven dentro de Mi escuela de oración, sabrán cómo hacer y cómo enseñar, porque Yo los inspiraré con el poder del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Así, queridos hijos, irán conociendo los Dones de Dios que están esperando descender sobre la humanidad y en los corazones simples que se abran a encontrar el camino de la consagración al Plan del Altísimo.
Hoy vengo aquí para unir lo que está separado entre las consciencias, así como lo dice el cántico.
Vengo a establecer en sus esencias la Nueva Humanidad, algo que hoy no podrán comprender, queridos hijos, pero que lo irán construyendo dentro de ustedes, dando los pasos en el Plan del Señor y en la redención que les ofrece Mi Hijo en este tiempo. Así, queridos hijos, nunca estarán solos. Por más que sientan que pierden las fuerzas internas, Mi Corazón siempre los apoyará.
Yo soy esa sagrada mano que se extiende hacia ustedes para que la puedan tomar fuerte, y sentirse completamente seguros en este camino de conversión y de transfiguración de sus vidas.
España debe ser el reino de Mi Inmaculado Corazón porque, unida a Portugal, podrá irradiar la paz para todo el continente europeo y más allá de él.
Saben, queridos hijos, que cuentan con el Santuario de Lys y también con el Santuario de Medjugorje, pero aún no es suficiente. Hay corazones que aún no están arrepentidos y que no encuentran el camino hacia Mi Hijo.
Yo vengo a mostrarles el sendero que los lleva al Corazón del Padre Celestial, y esto dejará de ser una teoría o algo tan invisible para ustedes, queridos hijos.
Necesito que se formen como Mis columnas, como ya se los dije una vez y que sigan fortaleciendo su vida espiritual para que Yo pueda estar cerca de ustedes y guiarlos por este camino del fin del tiempo, entre las tinieblas y la oscuridad que vive el mundo.
Quisiera que esta imagen fuera un portal de la Paz, porque para eso Yo la he consagrado para cada uno de ustedes y de sus hermanos de camino.
Así como Guadalupe cumple una tarea importante en Estados Unidos, también la cumple aquí, porque desde aquí Yo partí para manifestarme en América y ser conocida como la Madre de las Américas y la Madre de Todos los Pueblos.
Yo inspiré a los apóstoles de Cristo cuando evangelizaron y predicaron en esta región, para que dieran a conocer Mi Evangelio, que es la historia de la Madre de Dios con Jesucristo, vuestro Señor, para que dieran a conocer Mi Obra silenciosa y que fuera testimoniada por cada uno que la escuchaba.
Esa historia llegó hasta Guadalupe, en un rincón de esta gran España. Y desde allí fui conocida por el mundo, cuando Mi sagrada Faz de la Madre de Todas las Razas se mostró a las Américas; recordándole al hombre blanco la unión con todos los pueblos, a través de la unidad y del amor que, en aquel tiempo en Guadalupe, Yo vine a instituir por orden de Dios, para que el pueblo de Europa tuviera una oportunidad en este tiempo final, en este tiempo de purificación, en este tiempo de transición.
Sus corazones se autoconvocaron para esto y no han dejado de cumplir lo que Yo he pedido, en esta Obra, de expandir la Luz de Mi Corazón por el mundo, especialmente por Europa.
Mi misión con ustedes, queridos hijos, debe ir más allá de las fronteras y de las naciones. Ustedes deben llegar a esos corazones cerrados que no quieren conocer a Jesús ni tampoco quieren saber nada de Dios. No existirá en ustedes un método para hacerlo ni tampoco una regla. Trasmitan con el amor de sus corazones, el amor que sienten por Mí, porque así, Yo obraré. Y, cuando se unan a orar con sus hermanos, por aquellos que son desconocidos por ustedes, podrán ser convertidos por Mi Amor y encontrarán la paz que tanto buscan.
Queridos hijos, Yo espero esto de ustedes, en este tiempo. Por eso, he venido aquí, a Madrid, para realizar una renovación de sus votos con el Padre Celestial y con el Plan de redención de Mi amado Hijo y de Mi Inmaculado Corazón.
El siguiente paso, en Europa, es difundir el Amor de San José y la transformación que ese santo hombre vivió siendo humano, siendo un hombre simple y verdadero.
Así, Yo quiero, queridos hijos, crear en ustedes y en este pueblo de Europa, un hombre nuevo y dejar atrás al hombre viejo que se ha cerrado a la transformación y a la renuncia.
San José los llevará como Mediador por ese camino. Si difunden a Nuestra Señora de Guadalupe, sabrán difundir al Casto Corazón de San José, porque en verdad les digo, queridos hijos, que aún aquí en España, por ejemplo, existen almas simples que sienten a Dios en su corazón, pero que no saben cómo poder conectarse con Él.
Las almas que están cerradas son Mis almas predilectas. Son las que Yo aspiro a encontrar a través de vuestras manos, de vuestros servicios unidos a Mi Hijo, a Su Sagrado Corazón.
Aún hay mucho por hacer aquí y es hora de que sus corazones puedan crecer en esta tarea y de que no tengan miedo de dar los pasos, así como sus hermanos los han dado en otras partes del mundo, entregándose definitivamente a vivir el Plan de Dios y a cooperar para la salvación de esta humanidad, de todos los Reinos de la Naturaleza que son muy agredidos.
Queridos hijos, Yo estoy en comunión con ustedes todos los santos días de la vida y en cada momento que oran a Mi Corazón, Yo los puedo fortalecer para que vivan este Proyecto que es tan desconocido por el mundo, que es el Proyecto del Amor y de la Redención.
Hoy estoy sobre ustedes, queridos hijos, porque los amo. Los amo tanto, con el gozo eterno de Mi Corazón Inmaculado, que derrama Sus Gracias sobre Sus hijos para que puedan estar firmes y seguros del camino que Yo los invito a seguir.
Soy vuestra Madre de la paz, soy vuestra Madre del amor, Madre de la confianza, Madre de la consagración y de la esperanza. Soy quien los levanta cuando caen. Soy quien los hace alegrar cuando tienen sus corazones tristes o cuando están confundidos por Mi adversario.
Únanse a Mí a través del Santo Rosario. Contemplen, como lo han hecho hoy, cada misterio divino de Mi Hijo. Así, sus corazones serán depositarios de los códigos del Universo Celestial, que serán imprescindibles en estos tiempos y para toda la humanidad. Pero como sé, queridos hijos, que no todos recibirán esos códigos que ayudarán a transformar el mundo. Los muy pocos que los recibirán tendrán la responsabilidad de ser consecuentes con ellos y de expandirlos con amor y alegría por el mundo.
Sus Ángeles de la Guarda confían en que lo pueden hacer. Cuentan con ellos en esta Obra de corredención que viven Conmigo y en unión con Mi Hijo.
Por eso, Yo los vengo a preparar para el tiempo final y para que nunca olviden este momento, en que el Cielo toca sus corazones y vidas para poder renovarlos e impulsarlos a dar un poco más en honor a Dios que los contempla en esta hora, con dulzura y detenimiento, a través de Mi Inmaculado Corazón .
Sientan, queridos hijos, como Mi Paz es viva. Más allá de ser inmaterial, se siente y palpita en el corazón que se abre a recibirla.
Busquen los dones de la caridad y del bien y estarán en el camino correcto. No busquen la realización personal, sino la concreción de obras en la humanidad a través de los Sagrados Corazones.
Así, queridos hijos, como vuestra Patrona de Guadalupe y de toda España, podemos alcanzar en el silencio, la redención de millones de almas que están sumergidas en el caos de este mundo, en la superficialidad de la vida material. Mi adversario se ha encargado de cerrar esos corazones, pero Yo hoy les entrego la llave maestra, que es la llave de sus corazones, la llave del amor y de la confianza en Dios. Porque el corazón que es paciente, queridos hijos, todo lo alcanza.
Oremos ahora, queridos hijos, por la humanidad.
Oración: Padre Nuestro (en arameo).
He aquí, queridos hijos, que hoy ustedes Me ofrecen, ante los Altares de Dios, el mayor testimonio de la verdad y de la redención para los corazones del mundo, a través de la Sangre preciosa y del divino Cuerpo de vuestro Señor, quien habiendo derramado todos los códigos de la rehabilitación para los corazones y espíritus, hoy se hará presente a través de este pan y de este vino, por la transustanciación que los ángeles del universo, unidos a Mi Corazón y en adoración, convertirán a estos elementos en gloria al Padre Celestial.
Cuando beban la Sangre de Cristo, háganlo por aquellos que no beben la Sangre preciosa de Nuestro Señor. Y cuando comulguen, queridos hijos, comulguen por aquellos que lo ofenden y que lo niegan en este tiempo.
Cantarán a Nuestra Señora de Guadalupe, así como lo han hecho, para que Mi Faz unifique a todas las razas y a todos los pueblos en la espiritualidad de Cristo.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Queremos compartir con ustedes cómo fue la Aparición.
María nos pidió que hiciéramos un pequeño relato y que Madre María Shimani hiciera un comentario sobre lo que María nos instruyó hoy.
Cuando estábamos cantando, en una de las decenas del Misterio del Rosario, María primero se mostró como Nuestra Señora de la Asunción, aquella Faz que muestra cuando se eleva al Cielo en Cuerpo y Alma. Fue cuando la hermana Piedad estaba cantando el Ave María de Gómez, un momento bien fuerte.
Enseguida, en el próximo cántico, si recuerdo bien, fue cuando se creó una condición espiritual y los ángeles, una parte del universo ultraterrestre, descendieron y comenzaron a ayudar mucho a España.
Nunca había visto que una nación recibiera tanta ayuda al unísono. Fue algo simultáneo, porque era como que, de acá, desde el Corazón de Madrid, los ángeles salieron para varios puntos de las provincias de España y comenzaron a liberar muchas cosas malas, bien malas. Ahí comenzó el trabajo de liberación, que era un trabajo armonioso, un trabajo muy alineado, muy elevado.
Y bueno, llegó el momento de la Aparición y María se mostró como la Reina de la Paz y me dio la indicación de que me diera vuelta hacia ustedes, hacia los hermanos, porque Ella iba a aparecer ahí y que oráramos.
En ese momento, Yo percibí que María estaba haciendo una tarea con los internos de cada uno de ustedes, con el mundo interno, con el mundo bien profundo. Ella estaba haciendo algo como Madre, como cuando una mamá intenta arreglar un objeto que está roto. Simbólicamente les explico qué fue lo que hizo con las almas de ustedes y con muchas almas más que no están aquí físicamente, pero que están en otros planos y que María ayudó a arreglar y a restaurar.
Ella comenzó a hacer un trabajo de restauración espiritual. Comenzó a limpiar, a purificar lo que nosotros comprendemos como nuestros pecados o nuestras faltas, nuestras omisiones, nuestros juicios de valor y hasta nuestra soberbia. Ella comenzó a limpiar muy amorosamente.
Por momentos veíamos a María como si fuera con un pañito, con una telita, que limpiaba así, a nuestras almas, a nuestros espíritus, de los que están aquí presentes y de lo que no están aquí presentes también.
Ella fue haciendo esa tarea y Yo percibí que estaba, en ese momento, preparando el campo de trabajo. Ella comenzó con lo que ustedes escucharon hablar sobre Guadalupe, la Virgen Peregrina. María hizo un acto de renovación de la tarea de la imagen peregrina que está en Estados Unidos en este momento, haciendo un trabajo importante con los grupos de Estados Unidos y también aquí, en la Península Ibérica.
Y cuando María expresaba que quería que la Virgen Peregrina de aquí, de Europa, fuera por todas las provincias de España, era porque Ella iba a hacer una tarea en cada provincia. Ella sabía que nosotros nos preguntaríamos cómo hacer eso, porque nos conocemos entre nosotros, no conocemos a otros. Ella mostraba, en esa dimensión en la que se encontraba, que había consciencias que estaban esperando a la imagen. Por ejemplo, en un hospital, una residencia, un asilo, una familia de un hogar que precisa a María Guadalupe para unirse, como una familia que está separada o una persona que está sufriendo.
Ella dice que hoy hizo en nosotros una iniciación, nos inició para una nueva acción. Con esa iniciación que hizo en cada uno de nosotros, abrió una puerta digamos así, espiritualmente, para que esas almas encuentren a la Virgen de Guadalupe. Solo que Ella decía que nosotros tenemos que poner manos a la obra, así como las Vírgenes Peregrinas de otros países están haciendo en Colombia, en Nicaragua, en Brasil, en Argentina. La tarea está siendo importante con esas imágenes.
Entonces, María nos dio un impulso. Hoy nosotros espiritualmente recibimos un impulso directamente de Ella, que no es muy usual que María lo haga, para que nosotros podamos iniciar esa tarea. Y que cuando hagamos esa tarea y nos organicemos, las cosas van a ir aconteciendo naturalmente.
Yo sentí que fue una tarea y una aspiración muy grande que colocó María sobre ustedes, que es llegar a los corazones cerrados. Ella dice que María de Guadalupe, la Virgen Peregrina, debería llegar, por ejemplo, a Rusia, porque hay muchos rusos que precisan de María, muchos rusos que precisan ser tocados por la Virgen de Guadalupe, por esa Faz.
Entonces, nosotros percibimos que María nos colocó delante de un misterio que no lo es tanto, porque Ella está revelando cómo trabaja de una forma simple con la humanidad, con las almas. Ella nos está enseñando, de una forma bien directa, a ser mediadores como lo fue Ella, como fue San José o el propio Cristo Jesús. Que no es algo que está lejos de nosotros, sino que está bien cerca de que lo podamos realizar. Entonces Ella nos dejó ese impulso para que lo tengamos bien presente.
Madre María Shimani de Montserrat:
Yo me preguntaba también, mientras escuchaba a la Madre, cuándo iba a nombrar a San José, porque era algo que había sentido super fuerte, porque Él es el que nos enseña a ser simples y a ser humildes, que es lo que nos falta, por eso no llegamos a los demás.
No podemos llegar a las demás personas de una forma abierta, rápida y efectiva, porque no somos ni simples ni humildes. Yo sentía que necesitábamos de la intercesión de San José. Si nosotros estudiamos a San José, todo lo que nos ha transmitido, Él tiene una técnica de instrucción que es infalible. Él con esas palabras y esa forma de trabajar, esa forma de transmitir la instrucción, es capaz de recorrer dentro de nuestra consciencia espacios que ni siquiera nosotros conocemos. Entonces, era absolutamente imprescindible que San José llegara a la escena para que nosotros pudiéramos aprender de esa simplicidad y de esa humildad, porque es a través de esas actitudes que nosotros vamos a poder llegar a todos esos corazones cerrados.
Ustedes piensen cómo fue que María llegó a ustedes. Cómo fue que una persona les hablo de María y tocó el corazón de cada uno, de una forma simple, de una forma humilde, de una forma directa. Y eso es lo que nosotros tenemos que hacer por otras personas, porque no nos podemos quedar con toda la Gracia en nosotros, porque hay muchos seres que realmente están necesitando mucha ayuda.
Si ustedes repasan los mensajes de San José, van a encontrar allí muchas llaves de cómo ser simples y humildes, verdaderos, transparentes. Y de esa forma es que se llega a otras personas, porque cuando el corazón es el que habla, todo el mundo entiende, porque no está la mente creando ninguna condición. Entonces, prestemos mucha atención, porque cada palabra de nuestra Madre, cada instrucción, cada indicación, es la que nosotros necesitamos para llegar a cumplir con esas pautas que Ella nos trae.
Entonces, nosotros los invitamos a estudiar a San José, a dejar que San José se convierta en el tercer Mensajero Divino de nuestras vidas. Porque recuerden que Ellos son tres y por algo Ellos traen cada uno, una forma diferente de llegar a nuestro corazón y convertir nuestras vidas. No dejemos que una parte de esa instrucción y de esa conversión nos falte, porque San José es el camino seguro y directo a ser simple de corazón, así como Dios nos quiere. Así que los invitamos a estudiar a San José y a acercarse a aquellas personas que más lo necesitan.
Hay algunas formas de trabajar con la Virgen Peregrina que abren muchas puertas. Y como decía el Fray, cuando uno se anima y va a un hospital con la Virgen Peregrina, infinidad de cosas pueden pasar; porque en un hospital hay muchas personas y no solamente los que están enfermos, están las familias de los enfermos, están los que curan o los que quieren curar, todos los que trabajan en los hospitales. Es impresionante como María trabaja, Ella sola. Nosotros nos aparecemos con una Virgen Peregrina en un hospital, nos ponemos en una sala de espera y van a ver los milagros de los cuales van a poder participar.
Claro, hay que salir un poco de uno mismo y hacer eso por María y por todas esas personas que lo necesitan. Y una puerta abre la otra, y esa otra puerta abre la otra; y cuando queremos acordar, hay una cadena de personas, de almas, que fueron tocadas por el amor de Nuestra Madre. Pero se tienen que animar. Tienen que hacer algo que no sea para ustedes. Hay que hacer algo por otros. Por eso, necesitamos que San José nos ayude a ser un poco más simples de corazón. Y, bueno, hay otras formas que algunos hermanos han hecho, en otros lugares del mundo con nuestra Madre peregrina, que han sido maravillosos. Tenemos algunos testimonios, algunos videos de algunas reuniones, en las que parece que María está allí y que todos la pueden vivir. Y no están ni los videntes ni está el coral, es Ella la que está allí.
Así que nosotros los invitamos a que den ese paso, a que se animen y que después nos cuenten todas las historias que María está haciendo por aquí, por Europa.
Nos encontramos en el Corazón de nuestra Madre. Gracias.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más