Viernes, 31 de marzo de 2017

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Levanta los ojos y mira hacia Dios. Permite que tu corazón encuentre el Corazón del Padre.

Levanta los ojos y mira hacia Dios. Pierde el miedo de estar ante Él con transparencia y humildad. Deja que tu vergüenza, por los pecados que aún son parte de ti, sea curada por el infinito Amor de Dios por Sus hijos. Amor este, que cura tus pecados y restaura tu fe.

Levanta los ojos y mira hacia Dios. No tengas miedo de conocer Su Voluntad para ti.

Levanta los ojos y mira hacia Dios. No importa si eres pequeño ante un Grandioso Creador, pues en tu pequeñez habita Su Grandeza.

Levanta los ojos y mira hacia Dios. Recobra el coraje de estar, cara a cara, con Aquel que te creó. Déjate vencer por Su Amor infinito.

Levanta los ojos y mira hacia Dios. Deja de lado todo aquello que habita en ti y que no quiere ser digno de ser llamado Hijo de Dios, porque aún le agradan las cosas del mundo.

Levanta los ojos y mira hacia Dios. Dile al Padre: Señor, aquí estoy. Cumple en mí Tu Santa Voluntad.

Levanta los ojos y mira hacia Dios. Reposa en Su Corazón de tu cansancio y del pesar de estar aún en este mundo, aunque no pertenezcas a él.

Levanta los ojos y mira hacia Dios. Siente Su Misericordia y permítete ser curado y elevado por ella. Permite que el Creador abra, frente a ti, un nuevo camino y sigue por él.

Levanta los ojos y mira hacia Dios. Sé valiente para decirle, finalmente: Señor, cumple eso que quieres de mí. ¡Yo Te digo sí!

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

Domingo, 26 de marzo de 2017

Mensajes semanales
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Señor, que Tus hijos encuentren en este tiempo el camino para la superación de sí mismos, que vean el abismo de sus miserias y que contemplen en el horizonte la esperanza de Tu triunfo en sus corazones.

Sabio Padre y Creador, muestra a Tus criaturas que este es el último tiempo de la redención; tiempo en el que emergerán las heridas de todos los siglos para que sean curadas; tiempo en el que todas las deudas saldrán a la luz para ser equilibradas.

Muéstrate, Dios del Infinito y de la Misericordia, como el Señor que paga las deudas de Sus hijos, de aquellos que no encuentran en sí mismos la forma de equilibrarlas. Sé el Padre Bondadoso que contempla el esfuerzo de Sus hijos y los ayuda a caminar sin temor, hacia la meta final.

Creador y Señor Mío, que Tu Misericordia haga que Tus hijos comprendan que, más allá del abismo, existe el horizonte de la esperanza. Que Tu Misericordia se revele a los que se entregan y se rinden ante Ti, porque no encuentran en sus propias fuerzas el impulso para cruzar este largo abismo.

Fortalece, Dios del Amor, con Tu Esencia Divina, a los corazones de Tus hijos y haz que ellos comprendan que la Gracia existe, que la Misericordia es una fuente inagotable y que sus corazones son un misterio, no solo de miserias ocultas que nunca terminan de revelarse, sino que, en verdad, guardan, por detrás de toda miseria, la Verdad y el potencial del Amor y de la Unidad Contigo. 

Revélate, Padre Amado, en el interior de Tus hijos, porque llegó el momento de hacer triunfar Tu Plan para la Creación. Revélate como Dios Omnipotente y da a conocer a Tus criaturas Tu insondable Amor.

Creador y Señor de todas las cosas, como Tu siervo e intercesor de las almas, Te suplico: ayuda a Tus hijos a encontrar la Verdad, porque llegó la hora de retornar.

Por los méritos alcanzados en la redención de este Espíritu que
Te sirve, eternamente oro a Ti.

San José Castísimo

Viernes, 24 de marzo de 2017

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando tu mente piense en desistir, recuerda, hijo, al Universo. Contempla cada estrella que tus ojos pueden ver en una noche de cielo abierto y sabe que, en cada una de ellas, existen almas hermanas que aguardan tu evolución, que aguardan que tu renuncia se convierta en triunfo y que tu sacrificio se convierta en victoria.

Cuando pienses que tu renuncia es muy grande y te sientas incapaz de vivir la entrega que Dios te pide, recuerda, hijo, el Calvario y cómo se entregó por ti, Aquel que era dueño de todas las cosas, porque era Uno con el Creador de todas las cosas. Contempla a tu Rey despojado de todo, despojado inclusive de Su Potestad Celestial, abrazando los pecados del mundo, para que hoy tuvieras un ejemplo para imitar.

Cuando tu camino parezca largo e interminable, recuerda a aquellos que ya recorren el calvario de estos tiempos, aquellos que tienen sobre sí mismos, el peso de sus propios pecados y también de la injusticia humana. Contempla a los huérfanos, a los Reinos abandonados y maltratados, a las guerras que mutilan cuerpos y también almas y corazones. Hijo, tienes todo: tienes todas las riquezas del mundo, porque tienes a Dios en tu corazón y en tu consciencia. Aunque te falte el alimento y perezca tu cuerpo, tu alma no perecerá.

Confía en que toda renuncia guarda en sí, un gran tesoro. Todo fracaso humano guarda en sí, una victoria divina. Toda humillación guarda en sí, un paso hacia la humildad. Toda caída trae una futura fortaleza. Un corazón que se levanta del piso luego de haber caído, será una mano que se extenderá a otros, en su caída.

Confía en que Dios tiene un plan para ti y que toda purificación precede al surgimiento de la pureza interior. El develar de las ilusiones sobre sí mismo precede al conocimiento de la Verdad. El vaciarse de sí, precede al encuentro con el Todo.

Alégrate y agradece en la tribulación. Piensa en los que no sufren interiormente porque no perciben la ilusión en la que se encuentran, y ya no sienten el clamor de sus almas, porque las silenciaron.

Vive cada prueba con la certeza del triunfo de Dios.

Solo ruega todos los días:

Vénceme, Señor.
       Derrota mi falsa fortaleza.
       Hazme rendido ante Ti.
       Hazme siervo de Tu Corazón.
       Hazme obrero de Tu Plan.
       Hazme un triunfo de Tu Creación.

       Amén.

Sé sincero de corazón.

Yo estaré contigo.

Tu Padre y Compañero,

San José Castísimo

Sábado, 18 de marzo de 2017

APARICIÓN RESERVADA DE SAN JOSÉ EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hijos,

No es por casualidad que hoy estoy aquí, que uno el tiempo y el espacio, que uno los Reinos de Dios, en el Cielo como en la Tierra, para expresar la unidad que hay en Su Plan.

Hoy, Mi Corazón solo agradece a Dios por poder estar entre Sus hijos, por poder testimoniar la Misericordia Divina en Su Creación.

Hoy, Mi Corazón solo agradece a Dios, porque, a pesar de que muchos piensan y sienten que no dan ningún paso, esta Obra, hijos, está creciendo y las Palabras del Creador están llegando, a través de Sus Mensajeros, cada vez a más almas, a más espíritus, a más esencias.

Hoy, Mi Corazón solo agradece al Padre porque sé que Su Plan se cumplirá.

Sé que Su Voluntad triunfará en aquellos que lo escuchan y también, un día, en aquellos que no lo escucharon.

Sé que la Esencia Divina crecerá por la unión de sus esencias con Dios.

Hoy, Mi Corazón solo agradece al Padre, porque desde el principio de este Proyecto entregué Mi Vida, Mi Consciencia, para que este Plan pueda cumplirse. Aunque no lo conozco por completo, aunque nunca lo conocí; pues así como es para ustedes, también un día fue un gran misterio para Mí.

También significó un gran abismo para Mí, en el que tuve que lanzarme y perderme, para poder encontrar lo que en verdad Soy.

Hoy, Mi Corazón solo agradece al Padre, porque veo que ese mismo abismo se encuentra frente a la humanidad. Y no es un abismo de perdición o un abismo de ilusiones, es solo un símbolo de algo que desconocen y en el cual deben lanzarse, para morir a la condición humana y renacer en el verdadero arquetipo que Dios un día pensó para la humanidad.

Después de estos cuatro años de instrucciones y de tantos otros de instrucciones internas; solo quiero, hijos, que encuentren la verdad en su interior y que la sigan.

Que pierdan el miedo de expresarse como son, que pierdan el miedo de ser verdaderos. Que den a conocer al mundo, aquello que solo su mundo interior conoce.

Ustedes ya saben que en lo profundo de sus corazones habita algo puro, simple. Algo que es semejante a Dios en su humildad, y en su donación; porque partió de la Consciencia divina y hoy habita en su interior.

Muchos solo vieron esa parte de sus consciencias por un lapso de tiempo; sin embargo, todos saben que ella existe.

La oración les abrió la puerta del corazón y de la consciencia, y les mostró ese espacio de sí mismos que en verdad, es lo que ustedes son.

Después de estos cuatro años, hijos, fui descubriendo cada espacio de ilusión de sus mentes, de sus egos humanos y espirituales, para que pudieran llegar hasta ese espacio, reconocerlo y amarlo, amándose a sí mismos por la semejanza que existe con Dios, dentro de ustedes.

Para transformarse, es necesario reconocer las propias imperfecciones; es necesario estar ante el desafío de humillarse.

Sin embargo, les pido que no se estanquen allí, porque no es solo en ese reconocimiento que debe estar su meta. Reconocer las imperfecciones es el principio, llegar a la esencia es el verdadero fin.

Reconozcan las imperfecciones como reconocen las destrezas humanas y sepan que, de la misma forma que ustedes no son las destrezas, tampoco son las imperfecciones.

Detrás de todo eso está lo que son en verdad, aquello que es puro y que guarda en sí un Don de Dios. A eso deben llegar y para eso necesitan perder el miedo. Perder el miedo de no tener destrezas, perder el miedo de ser imperfectos. Perder el miedo de parecer frágiles ante los ojos de los hombres, de parecer algo bueno o malo.

Miren hacia adentro de ustedes y encuentren aquello que es, aquello que no tiene destrezas, aquello que no tiene adjetivos. Aquello donde la nada y el todo se encuentran, no tiene nada de lo que suponen ser, y al mismo tiempo, es la esencia que los une al Creador de todas las cosas, en el que todas las cosas habitan y Él habita en todo.

Que Mis palabras no sean un misterio, como gran parte de la instrucción que recibieron.

Quiero que Mis palabras les sean palpables, vivas, que puedan sentirlas, que puedan tocarlas. Que puedan sentir como ese Verbo que proviene de Dios, ingresa en sus esencias, impregna sus seres, rompiendo las capas que los separan de la comprensión de la Verdad.

Hoy, Mi gratitud al Padre es infinita, y quisiera transmitirles esa gratitud para que también aprendan a ser agradecidos, a pesar de cualquier dificultad o aparente desafío o prueba.

Les digo aparente, porque lo que para el hombre es una gran prueba, para Dios es una gran oportunidad. Lo que para el hombre es un gran abismo, para el Creador es finalmente estar ante la Verdad.

Permítanse, hijos, transformar, cambiar el sentido de sus vidas, cambiar los conceptos de sus mentes, no tener conceptos.

Ingresen en el espíritu de gratitud que hoy les traigo y agradezcan Conmigo a Dios por todo lo que recibieron.

Agradezcan a Dios por todo lo que recibirán cada día, aunque les sea doloroso, aunque les traiga dificultades.

Agradezcan a Dios los desafíos que los hacen crecer.

Agradezcan a Dios las humillaciones que los hacen morir a la condición humana y encontrar la verdad de sus corazones y de sus espíritus.

Agradezcan las pruebas que no comprenden y las verdades que sí pueden comprender.

Agradezcan por la vida y por estos tiempos, porque son grandes tiempos para toda la Creación.

En este espíritu de gratitud y de humildad ante Dios, pídanle Su Gracia. Ofrézcanse para dar todo lo que son, para intentar vivir Su Plan lo máximo posible. Porque cuando estén ante sus imposibilidades, cuando hayan hecho todo, lo imposible se volverá posible, porque la Gracia de Dios descenderá sobre ustedes.

Clamen al Padre por esta Verdad. Clamen para que puedan ser la expresión de esa esencia viva dentro de ustedes.

Clamen para que puedan cumplir la misión que vinieron a realizar en el mundo, para que puedan ayudar a otras almas que tanto lo necesitan.

Que puedan ser dignos de ser llamados embajadores de la paz, embajadores del Reino de Dios. Porque en eso deberán convertirse.

Cuando la Voz de los Mensajeros Divinos no pueda resonar más en el mundo, serán sus voces que la hará resonar. Será su ejemplo el que multiplicará las Gracias que un día dejamos para la humanidad.

Veo este Plan cumplido. Veo esta Gracia viva en ustedes. Por eso, agradezco a Dios y también les agradezco.

Les pido que sean pacientes, pero también persistentes. Que sean incansables y perseverantes.

Les pido que den todo de sí, pero que no confíen solo en sí mismos.

Den todo de sí para que la Gracia de Dios los impregne y sean dignos de vivir Su Victoria y de ser Su Triunfo vivo, así como lo fue Su Hijo.

Hoy, elevo Mis manos hacia lo Alto y agradezco al Padre por estar entre Sus hijos, por estar entre Sus compañeros, por poder ayudar a que Su Plan se cumpla.

Un día, hijos, estarán en Mi lugar, con las manos en Alto, agradeciendo a Dios por la salvación de otras almas que, en este mundo y en otros, se servirán de su ejemplo, de su transformación, de sus pasos, para encontrar a Dios y retornar a la Fuente.

Guarden Mis palabras en sus corazones, guarden esta esperanza en sus espíritus y esta certeza en sus consciencias. Sírvanse de ellas cuando les falte la fe, porque un día, todos cruzarán el desierto de la falta de fe. Pero eso no significa que la esperanza se desvanezca.

Recuerden lo que les dije: cuando todo parezca imposible no dejen de intentar y de persistir, porque la Gracia vendrá, aunque sea invisible.

El triunfo de Dios no se manifiesta en las conquistas humanas, pero sí en la vida del espíritu.

Muchas veces pensarán que fracasan y estarán triunfando, así como triunfó el Hijo, con Su Cuerpo flagelado, sin una gota de sangre, en una Cruz.

Él lo dio todo, y la Gracia descendió sobre Él. El propio Dios se hizo Uno con Él y lo hizo revivir.

Recuerden ese ejemplo y revivan siempre que parezcan morir en vida.

Con estas palabras les agradezco, como agradezco al Padre y espero recibir de Dios la posibilidad de estar cuatro años más, junto a ustedes, para que un día puedan ver lo que Yo veo hoy; para que puedan ver Mis palabras cumpliéndose y para que puedan dar testimonio de que ellas son verdad.

Hoy, nuevamente les ofreceré, por la potestad que Dios Me concedió, el Cuerpo y la Sangre de Cristo, en los cuales se guardan todas esas palabras que Yo les transmití, todos esos Principios divinos que les traigo en nombre de Dios.

Comulguen con esa Esperanza del Creador, que la entrega de Su Hijo se vuelva Vida en cada uno de ustedes.

Que este pedazo de pan y este vino se multipliquen, crezcan y se expandan en sus células, en sus consciencias, en sus esencias.

Como símbolo de la Gracia de Dios que viene a su encuentro, consagro estos elementos y deposito en ellos Mi eterna gratitud por servir a la humanidad, por servir a Dios en Sus hijos.

Coman de este Cuerpo y beban de esta Sangre, para que sus cuerpos y su sangre sean un testimonio tan fiel de la Misericordia Divina como lo es este Cuerpo y esta Sangre, presentes hoy en el altar.

Comulguen, hijos, con la certeza de que esos códigos de Redención los impregnan y se multiplican para toda la humanidad, para todos los Reinos y para todo el planeta.

Sean intercesores de la vida, sean un puente hacia el Corazón de Dios.

Vivan en entrega por los que están ciegos, por los que están sordos, por los que son incapaces de actuar, de caminar.

Renueven el Cordero de esta Pascua, siendo cada uno de ustedes un nuevo cordero vivo, para que la Cruz ya no pese sobre un único hombre, sobre un único Hijo de Dios.

Sean Su Palabra viva, el cumplimiento de Su Promesa, y que pueda surgir de cada uno de ustedes una raza de los que podrán ser llamados Hijos del Altísimo.

Él fue el Primogénito para dar el ejemplo y llegó la hora de renovar Sus pasos.

Cada uno sabrá lo que puede ofrecer al Padre en nombre de Su Hijo.

Dejo sobre ustedes Mi bendición y Mi eterna gratitud, para que cumplan con la Voluntad de Dios en sus vidas; y así, abran las puertas para que se realice esa Voluntad en toda la humanidad, en todo este planeta.

Yo los bendigo en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Y les agradezco.

Comulguen y testimonien esta Comunión todos los días.

San José Castísimo

Viernes, 17 de marzo de 2017

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO DURANTE EL VIAJE ENTRE LAS CIUDADES DE PORTO ALEGRE, BRASIL, Y PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hijo, renuncia a toda voluntad propia y encontrarás la Voluntad Superior.

Renuncia a todo miedo de perderte y piérdete de ti en el vasto Universo de Dios.

Encuentra, en la Gracia de ser nada, al Todo que es la Consciencia Divina.

Encuentra, en la Gracia de ser simple, la grandeza del Universo Celestial.

Todo lo que para tu corazón es grande, en verdad, no se compara con la grandeza de Dios.

Todo lo que para ti es poco, para el Creador suple a todas las cosas, pues es en el corazón vacío donde se construye Su Fortaleza, es en el interior de los puros en donde se construye Su Morada.

Busca, hijo, todos los días, renovar los conceptos de tu vida. Pierde el miedo a la humillación y a la humildad, con la certeza de que siendo simple y siendo nada, te tornarás un instrumento de Dios.

Pierde el miedo a ser pequeño, desconocido; porque es siendo pequeño que encontrarás, en lo profundo de tu interior, al Universo Celestial. Es en la menor de las células en donde la Creación se recrea y tú encuentras, en lo profundo de tu ser, al vasto Cosmos.

Disuelve de tu consciencia los conceptos humanos, aquellos que engrandecen lo que en verdad es pobre y que no reconocen el valor de ser nada. Deja, hijo, que el Creador te demuestre, en este tiempo, que es en el vacío y a través del vacío que seguirás Sus Pasos.

No tengas miedo de cruzar la puerta de la humillación. No tengas miedo al fracaso aparente ante los ojos humanos. Únete a la Cruz de Aquel que fue un fracasado para los hombres y victorioso para Dios.

Entrega las heridas de tu corazón a las heridas de Aquel que fue herido por los pecados de los hombres y que asumió, en cada Llaga de Su Cuerpo, el dolor del Padre causado por Sus hijos.

Ve cómo eres pequeño, cómo en verdad no eres nada y asume esa nada que eres, para que el Todo de Dios te colme.

Renuévate en la cruz, renuévate en la humildad, renuévate encontrando el sentido de tu vida al imitar los pasos de Cristo; pasos de sacrificio, humillación, servicio; pasos de renuncia, de amor y de unidad.

Yo te acompañaré y te guiaré, día a día, hasta que te tornes un instrumento de Dios.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

Viernes, 10 de marzo de 2017

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Aunque tus ojos no vean, hay un Universo que te observa.

Aunque tu mente no lo sepa, hay un Plan perfecto que te espera.

A pesar, hijo, de que tu lado más humano no lo quiera, hay una parte de la Creación que depende también de tu entrega.

Aunque estés cansado, hay una parte de esta Obra que se construye con tus manos.

Aunque parezcas haber caminado mucho, no llegaste al camino definitivo, porque tu rendición debe ser absoluta.

Aunque la Luz ofusque tus ojos, no dejes de contemplarla.

Aunque el Nuevo Tiempo coloque tu ser delante de corrientes desconocidas, sopórtalas. Deja que tu consciencia reconozca un nuevo ciclo universal y cósmico, un nuevo ciclo para toda la Creación.

Aunque pienses, sientas y vivas con una mente, un corazón y un cuerpo humano, deja que tu humanidad sea trascendida por lo que ella verdaderamente es. Renuncia a la ilusión del mundo, para amar la Verdad. Renuncia a la ilusión de tu propio ser para encontrar lo que eres.

Este es el ciclo de la transparencia y de la verdad. No intentes ocultar tus miserias, ni tampoco dejes que la vida mundana oculte tus aspiraciones espirituales, el sentir más profundo de tu alma de encontrar y de ser la Verdad.

Aunque no sepas cuál es la Verdad, reconoce la ilusión y apártate de ella. Aunque lo Real sea desconocido para ti, camina en su dirección, renunciando a toda mentira y existencia vana.

Hijo, deja que tu corazón emita un “sí” al Universo y soporta todo aquello que, dentro y fuera de ti, quisiera que hubieras dicho “no”.

Confía en el Poder de Aquel que te llamó, porque te creó para el amor y no para la falsedad; te creó para la perfección y no para la tibieza; te creó para la unidad y no para el egoísmo.

Contempla el cielo estrellado y reconoce la grandeza de la Vida. Aunque tus ojos solo vean estrellas y no sepan de la vida que en ellas habita, déjate inundar por el Amor de Aquel que muchas veces dejó de lado todas las estrellas que ves en el cielo, para amparar tu pequeña consciencia.

Reconoce tu pequeñez y entonces, hijo, agradece la grandeza del Amor de Dios que, entre tantos astros en el cielo y tan vasta Creación celestial, te encontró y te llamó por el nombre.

Aunque sea con los oídos del corazón, escucha y responde a Su Llamado.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

Viernes, 3 de marzo de 2017

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hijos, existen situaciones, tanto internas como planetarias, que dependen de la Ley de la Misericordia, porque escapan del control y de la capacidad humana de transformarse a sí misma y al planeta, pues están tan degeneradas y distantes del Propósito Divino. En dichas situaciones, la Misericordia desciende cuando el ser se rinde y, habiendo hecho todo lo que estaba a su alcance, no salió de su lugar. La Misericordia es la Mano de Dios que los eleva, alzándolos de los abismos y colocándolos en donde no merecerían estar.

Sin embargo, existe una parte de la transformación, tanto del planeta como de los seres, que depende de la voluntad y de la perseverancia de cada uno, porque, en ese caso, no será ni la Justicia, ni la Misericordia, la que los corregirá.

Cuando la consciencia tiene condiciones de dar los pasos con sus propias piernas y no los da porque le falta voluntad y valentía, la Misericordia no tiene permiso para descender sobre ella.

Les digo esto porque éste es un tiempo definitivo para muchos y están delante de la posibilidad de cruzar el umbral entre la vieja vida y lo que verdaderamente deben ser; pero les falta valentía, perseverancia, constancia y voluntad.

Sepan invocar el principio correcto, en la hora correcta, y no clamen por la Misericordia de Dios cuando, en verdad, aquello que necesitan se encuentra dentro de ustedes mismos.

Invoquen la Voluntad Divina, que yace en el interior de todos los seres, porque es sólo con esa energía que podrán soportar vivir en este mundo, en tamaño caos y densidad. Invoquen la Voluntad Divina, para que emerja de sus seres, y fortalézcanse con valentía espiritual para dar sus pasos.

Clamen por la Misericordia para los que verdaderamente necesitan de ella, pues si hoy escuchan estas palabras, es porque la Misericordia ya actuó en sus vidas.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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