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Hijo:
Haz de las humillaciones una oportunidad para que tu consciencia comprenda lo que verdaderamente tiene sentido y valor en la vida.
No estás en la Tierra para ser honrado, elevado o glorificado por los ojos de los hombres; sino estás en la Tierra para vivir un amor que transciende el entendimiento y los sentidos, que trasciende las lógicas y los límites, que trasciende todo amor alcanzado en el mundo y más allá de él.
Por eso, cuando seas humillado, deja que se quiebre en ti toda necesidad de reconocimiento, de gloria, de retribuciones humanas por tus esfuerzos, por tu amor. Permite que tu corazón se coloque en lo que es real, en lo que es eterno, en el Amor de Dios que no se basa en los merecimientos humanos, y permanece allí, en la experiencia de la humildad que cada situación de la vida te conduce a vivir.
Con tu ejemplo, da a conocer al mundo el Amor de Dios. Sigue los pasos de tu Señor que, como respuesta a la flagelación y a la Cruz, vertió Sangre y Agua, perdón, redención y Misericordia para todos los seres, sin distinción. Ese es tu eterno ejemplo, no quieras otro.
No quieras estar elevado como los santos a los ojos de los hombres, porque lo que hace a la santidad de los seres no es la opinión de los hombres, pero sí el sacrificio, el amor y la unidad con Dios, muchas veces vivida en el anonimato, en la ignorancia del mundo.
Por eso, toma tu cruz, abraza esa cruz con amor, ora y pide la Gracia de saber imitar a tu Señor cada día. Y, cuando seas humillado, no mires hacia los tronos del mundo, alcanzados con las glorias humanas. Mira hacia el Trono del Cielo, en el cual está sentado Aquel que fue ultrajado, incomprendido, humillado, flagelado y muerto en la Cruz, pero que Se elevó, no por lo que recibió de los seres, sino por el Amor insondable que emergió de Su propio Corazón.
Cristo retornó al Padre, no por lo que recibió del mundo, sino por lo que supo dar, porque dio todo, todo de Sí, por amor. Este es tu Camino, tu Verdad y tu Vida.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Felices los que aspirando a conocer profundamente el Universo y la Creación de Dios, no temen conocerse a sí mismos y adentrarse en lo profundo de su condición humana para transformarla.
Felices los que reconocen la grandeza de la Creación y, teniendo sed de sus misterios, saben que para adentrarse en el infinito Cosmos, deben ingresar primero en el propio interior para transformarse.
Felices los que se muestran firmes delante del mundo, audaces y fieles ante Dios, pero que, por encima de todo, usan esta virtud para transformarse a sí mismos, para no caer en sus propias trampas, para no sucumbir ante los errores que ya saben que deben superar.
Felices los que aspiran al nuevo hombre y al nuevo tiempo y no lo buscan en el prójimo, sino dentro de sí mismos.
Felices los que saben que la renovación del amor comienza en el propio interior y aman este misterio lo suficiente como para rendir delante de Dios todo aquello que, en sí mismos, no conoce el amor y se niega a amar.
Felices los que están dispuestos a ser instrumentos de Dios y no de sí mismos; los que quieren construir en la Tierra el Reino Celestial y no el reino humano, y saben que los primeros que deben aprender a ser siervos de Dios son ellos mismos.
Felices los que encuentran su alegría en el servicio, en el sacrificio y en la transformación de sí, porque ellos serán dignos, hasta el fin, de ser llamados compañeros de Cristo. En su entrega se renovará el Amor de Dios; en su vacío se alzará la nueva Iglesia de Cristo; en su nada se revelará al mundo la grandeza del Creador.
Escojan ser felices ante Dios y plenos en Su Espíritu. Así conocerán la paz, aun en tiempos de transición.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Que la Palabra de Dios sea escuchada por los corazones abiertos y simples, para que se siembren en ellos los atributos del Universo y los Dones del Cielo.
Que la Palabra de Dios enriquezca al espíritu y santifique la consciencia que escucha con atención los Decretos de Dios.
Que la Sagrada Palabra de Dios impregne todos los espacios, todas las formas y todos los principios, para que reine el Don de la Sabiduría y del entendimiento.
Que la Palabra de Dios esté presente en cada labor, en cada trabajo y en cada corazón, para que en todo exista Luz y discernimiento.
Que la Palabra de Dios sea plena en los corazones y viva en las consciencias que escuchan a Dios.
Que la Palabra de Dios sea reconocida y valorada por las naciones del mundo, a fin de que se establezca la paz.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Por medio de la formación espiritual, educacional y académica de Mi Orden, consagrada hace ya casi nueve años, Yo podré civilizadamente ser aceptado por el mundo y por los hombres cultos, los que no creen que en Mis nuevos apóstoles exista fuente de instrucción.
Cuando le pedí a Pedro que fundara Mi Iglesia para los tiempos futuros, también le pedí que se formara, eso fue con el propósito de que Me representara en la Tierra como sucesor de Cristo.
Hoy, en estos tiempos tan acelerados, vengo para pedir la continuidad de la formación espiritual, educacional y académica de toda la Orden, a fin de que cuando Yo ya no pueda estar más presente entre ustedes, las naciones, los gobiernos, los diplomáticos, los presidentes y las religiones del mundo den un espacio espiritual y físico para que los Míos puedan testimoniar Mi Presencia y que exista, dentro de las leyes de la Tierra, una real aceptación de la misión espiritual que Yo he venido a cumplir durante estos años entre ustedes.
Por eso, es de gran importancia para Mí, que Mis fieles colaboradores y seguidores ayuden en este tiempo en la formación de los consagrados y, sobre todo, faciliten los medios y los recursos materiales para que estos hermanos suyos puedan representarme dignamente en el futuro que llegará.
Eso ayudará de gran manera para que la Obra de la Misericordia que llevo adelante en este lugar del mundo, y por medio de los Centros Marianos, pueda ser reconocida como un lugar propicio y seguro para la devoción, la oración y la comunión de las almas con Mi Sagrado y Glorificado Corazón.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Quédate en Mis Brazos y ya no pienses más en ti.
Quédate en Mis Brazos y solo deja que Tu Madre Celestial permanezca en ti.
Quédate en Mis Brazos y calma tu corazón y tu mente en la Fuente renovadora de Mi Gracia.
Quédate en Mis Brazos para que Yo pueda abrazarte con Mi Luz.
Quédate en Mis Brazos y solo confía en lo que te pido.
Quédate en Mis Brazos y solo piensa en Dios.
Quédate en Mis Brazos, para que un milagro mayor suceda en ti.
Quédate en Mis Brazos para que a cada nuevo paso sientas que Yo estoy allí.
Quédate en Mis Brazos y vive el presente, olvida el pasado y aspira al futuro Plan de Dios.
Quédate en Mis Brazos y pondré paz en tu corazón.
Quédate en Mis Brazos y solo afirma la victoria de la fe en Dios.
Quédate en Mis Brazos y verás que todo pasará.
Quédate en Mis Brazos y solo acepta con fe lo que te pido.
Quédate en Mis Brazos y no perderás la esperanza.
Quédate en Mis Brazos y reconocerás a Cristo en cada hermano, en la mirada de cada ser.
Quédate en Mis Brazos y serás impregnado por Mi Perfección.
Quédate en Mis Brazos y te libraré del enemigo, de sus ideas, de sus proyecciones y amenazas; porque si solo aceptas estar en Mis Brazos podré protegerte con Mi manto, darte el calor de Mi regazo y hacerte dormir en paz con Mi Cariño.
Quédate en Mis Brazos y todo lo irreal desaparecerá.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Que abunde la paz y el espíritu de la templanza, porque así podrás reconocer a Dios en tu corazón y en tu vida.
Que esa paz que proviene del Universo se expanda como un haz de luz y toque a los corazones heridos. Eso será posible por la constancia de tu oración y de tu súplica.
Así, recibe en esta hora el espíritu de la paz, el que te hará invencible, inamovible y neutro. Deja que esa paz se exprese en tu forma de mirar, de actuar, de caminar y de respirar.
Que esa paz interior pueda ser reconocida, para que las almas mediante la oración del corazón aprendan a vivirla y a adoptarla como algo fundamental, precioso y digno.
Que la paz fortalezca la consciencia y el espíritu para que pronto puedan nacer los Nuevos Cristos en esta humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijo:
No te olvides de pensar en el planeta más que en ti mismo. Aquel que aspira a conocer todas las ciencias y se olvida de lo más importante de todo, que es el amor al prójimo y al Plan de Dios, no encontrará jamás el camino que lo lleva a Cristo.
Concentra entonces tu atención, todos los días, en la vida de Aquel que vino al mundo para ser tu ejemplo. Reaviva Su Evangelio sin tratar de ser un mesías, sino viviendo la Enseñanza que Él trajo al mundo. Mesías hubo uno solo y siempre habrá solo uno, porque esa es una misión única que terminará de cumplirse en el retorno de Cristo. El estado de Cristo es elque se debe multiplicar. Es en la vivencia de esta Enseñanza que debe estar tu atención. Acuérdate que Jesús alcanzó la cristificación en la Cruz cuando, solo con Su humanidad, fue capaz de perdonar y de amar a los hombres, al planeta y a los Planes de Su Padre más que a la propia vida.
No te pediré, hijo, que mueras en la cruz para aprender a amar, pero sí que mueras todos los días un poco más, porque cada vez que mueres un poco, aprendes sobre el amor verdadero, el Amor Crístico.
Renuncia a toda gloria en la Tierra, a todo reconocimiento, a toda honra, incluso cuando esa honra te sea otorgada por los hombres, por la admiración de verte virtuoso y adherido a los Planes de Dios.
Jesús podría haber descendido de la cruz y convencido a los hombres de Su Poder. Si lo hubiera hecho, tal vez muchos hombres lo hubieran honrado y hubieran creído que Él era verdaderamente el Mesías, pero la Enseñanza de Cristo era también un aprendizaje para Él: desde Su nacimiento hasta la muerte, debería demostrar a la humanidad que no es por la gloria, por el engrandecimiento ni por el uso del poder que se llega a Dios, sino tan solo por la simple humildad y resignación delante del Padre.
Jesús sabía que todos los poderes que tenía pertenecían a Su Padre, y esos poderes le fueron retirados en la Cruz para que Él aprendiera del máximo poder que proviene de no tener y de no ser nada: el Amor y la Misericordia.
Fue así que Cristo renovó la consciencia humana e incluso la vida universal; pues no solamente en la Tierra, sino en todo el universo, se valoraba el poder y el uso de las fuerzas y de las energías.
Toda la Creación vivió un aprendizaje con el ejemplo de Cristo, pues después de haber renunciado a Sí mismo y a Su Vida, hizo renacer Su Cuerpo y recobró la vida de Sus Células, solo con la potencia del amor alcanzado en la Cruz. No hubo ciencia, sustancia, energía ni vibración que, en un laboratorio, hiciera revivir el Cuerpo de Cristo: fue el puro amor, renovado por la renuncia y por la entrega de Jesús, lo que le devolvió la vida.
Aprende así, hijo, a renovar una vez más la condición humana con ese ejemplo vivo de Cristo dentro de ti y delante de ti. Imítalo, venciendo el miedo que humanamente atormenta a tu corazón y ábrete a no ser nada.
Aquel que, en humildad, fue nada y alcanzó todo, tu padre y compañero,
San José Castísimo
En la esencia de los seres humanos se encuentra todo el potencial que podrán desarrollar para el despertar del amor y de la fraternidad. La esencia es el tabernáculo de uno de los misterios más grandes de la Creación Universal, porque allí se encuentra lo más perfecto que Dios creó para que se desarrollase y manifestase, más allá de este mundo, en pro de la evolución de todas las criaturas.
Este tesoro que habita dentro de cada uno de ustedes es silencioso, humilde, y jamás se mostrará si no salen en su búsqueda.
Todo lo que necesitan para expresar con perfección lo que son, verdaderamente, se encuentra dentro de cada uno. Lo que sucede es que ustedes siempre están muy ocupados en mostrar al mundo algo que no son, y colocan todo su empeño para no salirse ni lo mínimo de ese lugar, para no perder la imagen ya alcanzada, el respeto que consiguieron y el ejemplo en que se convirtieron.
Cada vez que intentan aparentar algo para agradar a los demás, más se apartan de lo que son en esencia, porque mientras más conquistan buenas apariencias más se despreocupan de buscar lo que deben ser, que se encuentra en lo opuesto a lo que el ser humano aprendió a manifestar.
No teman no ser reconocidos, porque cuanto menor es el reconocimiento y mayor el anonimato, tendrán más libertad para alejarse del viejo hombre y sumergirse en el propio mundo
interior, en búsqueda de las verdades esenciales de la existencia de la humanidad.
Los seres humanos están enredados en sus propias trampas y viajan leguas buscando una verdad que se encuentra en el propio interior, solo por el miedo de estar solos consigo mismos.
Queridos compañeros, Dios Me permitió traer al mundo grandes verdades con palabras simples, para llevarlos a la humildad sin herir sus corazones. Solo necesitan penetrar, profundamente, en el amor que deposito en cada frase y dejarse impregnar por el descubrimiento de estos misterios del mundo interior que les estoy revelando.
Con amor y paciencia, tomen cada impulso e intenten vivir cada día algo diferente, aunque nunca lleguen a percibir los resultados de la propia transformación.
Yo los amo y les dejo Mi bendición, Mi paz y Mi serenidad, para que avancen en el descubrimiento de la propia verdad interior.
San José, padre e instructor de todas las almas que caminan hacia el Corazón de Cristo.
Dios Todopoderoso proclama el poder de Su Verbo a través de Mi Inmaculado Corazón. Este Poder Soberano los acoge en el seno predilecto de Su Corazón Purísimo.
Hijos, a través de la magnitud del Verbo Divino y Creador se construyen las formas y, así, la vida divina y superior se expresa por medio de la existencia de las criaturas de este vasto universo.
Es a través de las almas que Adonai realiza Su Obra Magnánima e Infinita, porque en toda ciencia espiritual la vida de todas las almas y de las esencias es el motivo principal de la existencia del Plan del Creador.
Es por la intervención divina, de los ángeles creadores y celestes, que el Pensamiento Divino se manifiesta en las moradas de todos los Cielos; desde allí provienen la esencia fundamental y el principio mayor que permiten la concreción de los proyectos pensados por Dios.
Y las almas de la Tierra, ¿cómo participan del origen de este principio?
Solo basta, hijos, que todos los días se reconozcan como dignos hijos de Dios y cumplan con los comandos que llegan directamente de la Mente Creadora hacia vuestros corazones.
Ustedes, hijos Míos, son una parte muy importante y destacada de la realización imprescindible de este proyecto; desde el principio de esta humanidad Dios pensó concretar Sus más íntimos deseos a través de la manifestación álmica de las criaturas.
Vuestra alma es el puente directo que los unirá a las infinitas moradas, en donde se expresa la vida del espíritu y la experiencia sublime con la ley del Amor y de la Unidad.
De vuestras raíces y de vuestros orígenes surge el principio del Todo y, de ese Todo nace la voluntad de realizar las obras que nunca terminan. Porque en el Corazón del Padre Celestial ustedes están en el primer lugar de Su Purísimo Propósito y sin ustedes, almas en redención y en rehabilitación, no podrá despertar la venida de la Nueva Humanidad y de la nueva alma.
Ustedes, Mis amados, están en el tiempo justo de una transición que todavía no ha comenzado. Abracen en vuestro interior la Gracia de pertenecer al Plan de Dios y, siendo conscientes de las leyes divinas que todos los días los rigen, sean agradecidos; así serán dignos y merecedores de esperar a Mi Hijo Amado en algún rincón de vuestras consciencias y almas.
Yo les doy a conocer, a través de Mi Espíritu Divinizado, la existencia y la realidad que los reúne y los espera encontrar preparados para testimoniar que ahora son fieles hijos del Creador.
Abriendo las puertas de los Cielos Infinitos, últimas oportunidades serán derramadas como Gracias en el corazón de los justos y de los sabios. Sean como Moisés, que fue fiel a los pedidos del Señor y que, a pesar de su caminata durante cuarenta años en el desierto, nunca perdió la fe y la esperanza.
A pesar de todo, Moisés no se sintió abandonado y construyó en su interior la unión perfecta que lo llevó a encontrar el Plan de Dios por encima de toda dificultad. La fe inquebrantable de Moisés mantuvo unidos a los pueblos de Dios en el origen y en el principio de su linaje y de su propósito.
Fue esta fe, la que una vez Jesús vivió por todos, y la esperanza, que permitieron cumplir, a pesar de todos los males, con el objetivo primordial: el futuro surgimiento de una Nueva Humanidad.
De esa forma, Mi Corazón silencioso y calmo aprendió que en la fe absoluta no existen barreras para concretar lo que Dios pide, aunque parezca imposible.
Ahora, hijos, están delante de una ciencia espiritual que los invita, por medio de la oración, a despertar a todo lo que existe en la morada de Dios. Si el mundo se abriera a reconocer su verdadera identidad para con el Universo, la raza entera ya estaría en la escuela de los Nuevos Cristos.
¡Les agradezco por abrirse a descubrir vuestro propio y verdadero llamado de Dios; el Universo los acoge siempre!
Los reúne en el Cenáculo de los Ángeles de la Luz,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mensajes transmitidos por el Sagrado Corazón de Jesús y por la Santísima Virgen María, Madre de los Corazones
Queridísimos compañeros:
Que la llegada de esta Navidad signifique, para las buenas almas, la reunión interior de los nuevos apóstoles de Cristo.
Que en el curso del próximo año sus corazones se preparen ardientemente y con fe para celebrar, junto al Rey de la Humildad, el aniversario de los mensajes diarios cuando se cumpla el año, es decir el 5 de enero de 2014.
Ese día, un nuevo ciclo de instrucciones precisas llegará para todos, y más corazones dormidos despertarán cuando tan solo sepan que Yo he estado entre los Míos durante 365 días continuos.
Hoy los llamo a que en esta sagrada Navidad sus vidas traten de vivir la humildad y la fe como sacramentos; así Yo podré realizar Mis Obras entre los corazones puros y simples.
Quiero dejar hoy un Abrazo Pastoral, un cariño de Maestro a discípulo y de Amigo a compañero, porque sé lo que representa para las almas ser consoladas y comprendidas. Les pido que no teman, sino que mantengan encendida la llama de la devoción, espíritu inextinguible que les dará la fuerza necesaria para cruzar los puentes hacia el Paraíso, por sobre los abismos y el caos.
Se está acercando el tiempo en el que podré ser visto y encontrado en algunos lugares del mundo, como sucedió antes de Mi Celestial Ascensión. Aquel corazón abierto sabrá distinguir el verdadero Maestro del falso maestro, porque Mi Amor siempre será inconfundible, Él les traerá la paz y la confianza de saber que a quien está en Mí nada le faltará.
Ahora los dejo para que escuchen la cálida y dulce voz de la Madre Celestial.
Sigan adelante, porque mientras el fuego quema en lo profundo, nuevas células de vida espiritual despiertan en la humanidad crística.
Fray Elías del Sagrado Corazón: Ahora escucharemos la Voz de Nuestra Señora:
Queridos hijos:
Hoy Me anuncio extraordinariamente junto a Mi Amado Hijo.
Después de que Jesús nació en el pesebre interior de cada ser, el Espíritu Santo espera encontrar moradas puras en los corazones humanos. Dejen que en este día de Navidad, los Sagrados Corazones irradien los principios de la Nueva Vida Universal; esto sucederá a partir del sí de ustedes al Universo.
En el camino de la oración encontrarán el resguardo y la protección que necesitan para vencer el propio mal interior y el mal de la humanidad. El Santo Espíritu desea que esta Navidad sea el Nuevo Pentecostés que prepare, en cada corazón misionero, la tarea y la Misión que cumplir ante el Padre Celestial.
Recen con amor por la Iglesia y por el Santo Padre para que reconozcan pronto la gran tarea mariana que Mi Inmaculado Corazón viene realizando hace treinta y dos años en Medjugorje y hace seis años en América.
Deseo que la humanidad creyente despierte y vea la unión de los tiempos que Yo estoy realizando entre el Cielo y la Tierra; nuevas y desconocidas Leyes están auxiliando a la humanidad para que no se pierda entre el caos y el dolor.
Mi Corazón promete la salvación espiritual de los que en verdad quieran escuchar Mi Voz maternal. Quisiera que después de tantos años crísticos compartidos con Mis niños, pudieran crecer para recibir un conocimiento mayor; porque la Madre del Mundo, la Estrella Solar, anuncia venideros y fructíferos tiempos para los que solo obedezcan a Su llamado.
La Gracia Redentora estará disponible para todos. Yo siempre estaré a su lado para acompañarlos y hacerlos crecer en la simplicidad.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los bendicen ahora y siempre,
Cristo Jesús, el Maestro del Perdón
y vuestra Madre María, Reina de los Corazones
4.ª Maratón de la Divina Misericordia – segundo día
Siempre estaré entre aquellos que más necesitan de Mi Amor y, de manera especial, Mi Mente Divina Omnisciente se proyecta pacífica sobre aquellos que en verdad invocan Mi Nombre Mayor.
Yo Soy el Hijo del Dios de la Humildad. Los que vienen a Mí encuentran un sendero seguro hacia la reconciliación y la paz. En Mi Corazón Misericordioso no existen los desiertos, solo existe la Fuente de Vida que los nutrirá y les saciará la sed interior.
Hoy quiero dedicar Mis agradecimientos y bendiciones a los orantes, porque solo a través de ellos Yo podré llegar a la humanidad enferma en el espíritu y en la consciencia. Es por medio de las almas orantes que Mis rebaños se congregan en estos tiempos para preparar, en silencio y en lo profundo de Mi Corazón, el Retorno que cada hijo espera desde hace tanto tiempo.
Algunos Me verán venir en Gloria, otros Me reconocerán por el diálogo interior, pero a los que no Me escuchan, ¿quién los ayudará?
Por eso, en esta era en la cual ustedes viven, una era avanzada en la materia pero lenta en el espíritu, Mi Corazón los quiere proveer de dones que los ayuden a despertar los talentos del espíritu.
Algunos despertarán el talento de la alegría, que curará la tristeza de los que viven en el desierto de la soledad. Otros despertarán el talento de la caridad, que equilibrará la falta de donación entre hermanos de un mismo Proyecto Divino. En otros seres despertarán los talentos de la fidelidad y de la voluntad suprema, que permitirán que se ordene y evolucione la humanidad futura. Y un talento inolvidable para Mi Corazón es el talento del amor verdadero, que reconstruye espiritualmente todo lo que parece estar desunido y repara los corazones que se sienten insatisfechos de alma y de vida.
Antes de Mi Regreso, el Santo Espíritu de Dios revelará esos talentos, que permitirán disolver el mal en el corazón de los hombres y erguirán otra vez a todos los que, por sus propias acciones, cayeron en el abismo de la Tierra.
Agradezcan día y noche por estar conscientes de este gran momento espiritual que viven Conmigo, porque en nombre de ustedes, hoy muchos recibieron misericordia y piedad. Estoy presente en el corazón que confía, en el manso, en el amoroso y en el pacificador. Estoy retornando a la morada de los puros y de quienes se animan a decirme: “Sí, Señor, ven a mí y quédate en mi corazón”.
Que en esta Hora de Infinita Misericordia, brote de sus seres la eterna gratitud a su Dios del Amor.
Bajo el Bien Mayor de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por recibir Mis Palabras en el corazón.
Cristo Jesús
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más