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Los dos testigos finales y el amor al error
Llegará un día, no tan lejano, que el Señor por medio de Sus santos ángeles enviará a los dos últimos testigos al tribunal del mundo, para que declaren ante la humanidad toda la verdad que muy pocos conocían.
El Espíritu Santo de Dios los inspirará para hablar una a una las palabras y para que los incrédulos vestidos con gorros colorados no nieguen más la verdad.
Y el Universo, que es santo, sabe que la hora final de los dos testigos llegará después de que por divina inspiración hayan declarado sobre la venida cercana del Redentor. En esa hora los dos últimos testigos sabrán que estarán cumpliendo con la profecía y les tocará dar la vida para desenmascarar a los que adoctrinaron en la creencia de un dios materialista.
En este momento y antes de que los dos testigos sean puestos en la plaza principal por las manos de los de guantes rojos y ante la multitud para ser juzgados injustamente, el ángel del Señor hará un gran estruendo de oriente a occidente, y una cósmica luz, como miles de cintas doradas volando en el viento, marcará la señal definitiva de que el último Juicio de la humanidad se ha instalado en la Tierra.
El ángel, que podrá ser visto solamente por los puros de corazón, pedirá que los fuertes e impetuosos vientos del Atlántico desarmen los fuertes de arena que los de gorros rojos construyeron a través de su propia idolatría.
Nadie podrá negar que después de que hayan condenado a los dos últimos testigos de Cristo, la humanidad se purificará. Por eso, antes de que la sangre mártir de los dos testigos sea derramada como en mil cálices profanos, otra señal del Universo llegará y la verdad saldrá a la luz, porque nadie podrá ocultarse ante sus semejantes.
El Señor dará conocimiento y entendimiento a los puros de corazón para que también revelen las ocultas acciones de los de guantes rojos; en esa hora la humanidad tomará consciencia de su engaño milenario y en ese momento el Juicio final y desconocido comenzará.
Hasta la última hora los dos testigos silenciados por el Divino Espíritu estarán en profunda oración y con su entrega, que cumplirá la profecía final de Juan el Apóstol, ellos salvarán a miles de condenados espiritualmente.
Se oirá el llanto de las mismas mujeres de la antigua Jerusalén cuando los de guantes rojos hayan declarado la muerte para ellos. En esa hora, un poderoso espíritu fugaz, más brillante que el sol y que todas las estrellas, descenderá sobre los dos testigos que estarán encadenados por haber hablado la pura verdad, y muchos podrán abrir sus ojos y despertarán por la intensa y crística luz que los iluminará.
La humanidad proclamará la muerte para los dos últimos testigos de Cristo, los de Su Iglesia Celestial y no terrenal, y ese acontecimiento será televisado y comunicado.
Miles de burlas, que serán causa de ofensa contra los dos testigos, se convertirán enseguida como en una plaga de miles de langostas, y en ese momento el cielo que antes era brillante se oscurecerá.
Los que no eran sordos, lo serán. Los que blasfemaron, quedarán mudos y un silencio inexplicable, generado por el soplo de la trompeta del segundo ángel, dejará a la Tierra entera hipnotizada. Será en esa hora y en ese momento que las naciones tomarán consciencia de todo lo que le fallaron a Dios; así se constituirá el nuevo tiempo después de que todo haya pasado.
En el último minuto de vida, los dos testigos pedirán perdón a Dios por sus semejantes, así como Cristo lo enseñó. Será de esa forma que los dos testigos enseñarán con su ejemplo el amor que ama todo error. Como fue en el Monte Calvario, los de guantes rojos tomarán consciencia de su maldad y de sus corazones cerrados a la verdad del Universo.
Hijos, los dos testigos ya están en camino hacia ese momento para cumplir la sagrada escritura. Mientras haya tiempo arrepiéntanse y pidan a Dios Su Misericordia, para que los más sordos y ciegos de espíritu se puedan salvar.
Hoy les revelo el libro del Apocalipsis porque ya están preparados para comprenderlo.
¡Les agradezco por acompañarme!
Ora por los dos testigos,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En el séptimo cielo del universo espiritual se manifiesta la Iglesia Celestial de Cristo, que muchos ángeles veneran. Es un espacio que reúne los dones y los verdaderos dogmas de la fe a través de la vivencia de los Sacramentos espirituales.
En la Iglesia Celestial de Cristo se viven estados de profunda ceremonia, religiosidad y sacerdocio entre las almas ya santificadas y Cristo. Es un principio ya establecido como ley de comunión permanente con la sublime Divinidad de Jesucristo.
En la Iglesia Celestial de Cristo se veneran los tres aspectos principales de Cristo.
El primer aspecto venerado es el Sagrado Corazón de Jesús, que es el principal símbolo vivo del Amor de Dios expresado para toda la Creación.
El segundo aspecto venerado es el Alma de Cristo, que es la manifestación suprema que permite la unión entre las criaturas y Dios.
El tercer aspecto venerado es la Divinidad de Cristo, que es el estado que alcanzó la total realización de la obra redentora de la humanidad.
En la Iglesia Celestial de Cristo la consciencia angélica participa y promueve para las almas bienaventuradas la constante plenitud de permanecer en Cristo eternamente.
Esta Iglesia Espiritual y Divina fue la misma que Jesús intentó instituir en la Última Cena. Él quiso que la humanidad fuera un espejo de consciencia que pudiera atraer del universo los valores del plano álmico y espiritual.
La ciencia de esta Iglesia Celestial se basa en el amor verdadero, que es parte de la experiencia divina de todos los bienaventurados.
La Iglesia Celestial de Cristo se establece en el recinto interior de Su Sacratísimo Corazón y expresa, para todos los adoradores de Su divino Espíritu, los dones provenientes de Su Patriarcado universal.
La Iglesia Celestial de Cristo es un centro de devoción, de plenitud y de espiritualidad, en donde las almas enriquecen sus consciencias para así formarse y prepararse para nuevos servicios al Plan del Creador.
En el séptimo cielo del universo espiritual, la Iglesia Celestial de Cristo presenta una entrada principal que ilumina a la consciencia que la atraviesa, es el portal que se abre hacia el interior del Divino Corazón de Jesús.
La Iglesia está apoyada en las columnas de la fe, de la devoción y del amor ardiente, su cúpula o bóveda principal irradia la luz de la unidad espiritual, y su altar manifiesta la Presencia de Dios en Sus tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. La Trinidad que se establece permite a los bienaventurados estar en comunión eterna con la Consciencia mística de Cristo.
El coro principal de la Iglesia Celestial está formado por siete legiones angélicas o coros mayores, son ángeles que cantan al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo en siete planos de consciencia. La sagrada vibración que los coros angélicos emiten, permanentemente, ayuda a las almas del purgatorio y a las almas del infierno para que, cada siete ciclos y por la ofrenda de un bienaventurado, un alma reciba la liberación y enseguida sea elevada su consciencia.
Los siete coros angélicos de la Iglesia Celestial de Cristo protegen los tesoros celestiales que allí se guardan, los ángeles también son sabios custodios de las reliquias espirituales de la Iglesia Celestial para las almas. Estas reliquias espirituales las podemos comprender como los actos de Amor y de Misericordia realizados y alcanzados por las consciencias bienaventuradas durante su vida en la Tierra.
En la Iglesia Celestial de Cristo existe un momento importante para las almas, que es la confirmación interior ante el Plan de rescate de Cristo, previo a Su segunda venida.
La Iglesia Espiritual de Jesús prepara un espacio en la consciencia celestial del universo para recibir a todos los que, en algún momento de sus vidas, serán elevados al Paraíso.
Por la presencia espiritual de la Iglesia Celestial de Cristo, el Padre concede la total y libre acción de la Misericordia y de la Piedad para las almas bienaventuradas que viven en ese espacio del Paraíso. Son estas almas, ya iluminadas por el Espíritu Santo y formadas en las bases de esa Iglesia Celestial, las que imploran y oran por las almas de la Tierra que están perdidas y necesitan de redención.
Cuando un alma aún encarnada en la Tierra crea el puente hacia Dios por medio del universo de la oración, el alma bienaventurada recoge la luz de esa plegaria y la presenta como ofrenda inmaterial en los altares de la Iglesia Celestial de Cristo; es de esa forma que se establece un estado de Gracia especial y el Padre concede una expiación o milagro, cuando está dentro del Propósito del amor y del bien común para el mundo.
A la Iglesia Celestial, Cristo la creó para que las almas encuentren el sentido de vivir la eternidad, el servicio permanente y, sobre todo, para que sean mediadoras de la humanidad de superficie.
Algunos de los bienaventurados, ya santos dentro de la Iglesia Celestial, actúan como mediadores y eso permite que las almas de la Tierra cuenten con la ayuda de consciencias cristificadas y veneradas en toda la humanidad.
En esta Iglesia Celestial se impulsa a las almas de la Tierra a vivir el apostolado y la misión, cuando las mismas están en sintonía con ese principio de amor y de unidad que nace del interior de la Iglesia Celestial de Cristo.
Este espacio de consciencia se amplía en siete planos de consciencia, y la nave principal de la Iglesia se expande en siete largos brazos para recibir en sus siete Templos a las almas que llegan y a las que egresan hacia otras escuelas de instrucción.
En la Iglesia Celestial de Cristo, el Padre reúne a Sus nuevos apóstoles para que desde el universo espiritual ellos irradien los atributos de la paz, de la unidad y del amor hacia otras dimensiones de consciencia.
El ingreso a la Iglesia Celestial de Cristo es posible cuando el orante adora al Sagrado Corazón de Jesús y, a través de esa unión perfecta, es llevado a descubrir la comunión interna con Cristo. Cada vez que un alma comulga del Cuerpo y de la Sangre de Cristo ingresa en ese estado de iniciación y de formación para el espíritu.
Que esta Instrucción Divina los motive para abandonar la vida común y para estar en contacto con la riqueza de Cristo, que surge y emana de lo más profundo de Su Sagrado Corazón.
En unión a todos los argentinos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Los tres Sagrados Corazones reunidos por un propósito mayor prometen la paz para los corazones que difundan el emblema de los Sagrados Corazones; esto ayudará a que vivan una buena vida cristiana siguiendo los principios del apostolado de Cristo y de Su Santa Iglesia Celestial y Espiritual, la llamada morada de los puros de corazón.
Hijos Míos, con el fin de difundir las Gracias de los tres Sagrados Corazones he venido en este día para renovar e instituir la devoción y la veneración a los Sacratísimos Corazones de Jesús, de María y de San José, el Obrero de Dios.
Es por este principio espiritual que Vuestra Madre Celeste pide a todos los devotos que apelen a ellos para vivir las acciones de caridad y de servicio por intermedio de San José.
Por este motivo que, en la imagen representativa que aparece en el Portal de Voz y Eco de la Madre Divina donde se revela la veneración a los Sacratísimos Corazones, el Casto Corazón de San José a partir de este año 2016 estará dentro de la estrella dorada junto a los Corazones de Cristo Jesús y de María.
En esta renovación espiritual de devoción y de veneración, las almas hoy podrán conocer las promesas paternales de San José para aquellos corazones orantes que lo veneren en esta trilogía.
Las promesas de San José para aquellos que veneren a los tres Sagrados Corazones serán:
1. La unificación espiritual de las familias para que pronto encuentren el principio de la Sagrada Familia.
2. El descubrimiento permanente del servicio a los más pobres y de la caridad crística en el corazón humano.
3. La vivencia de una vida espiritualizada a través de la confianza y de la fe en Dios.
4. El crecimiento interior de los más jóvenes, siguiendo el modelo paternal de San José como una enseñanza primordial para los padres y madres de esta época.
5. La madurez necesaria en la vida del servicio y en la donación abnegada a los demás.
6. El encuentro con Cristo por medio de la devoción al Casto Corazón de San José.
7. La divina protección de los niños y niñas en los brazos del Amado Padre San José.
8. La experiencia verdadera de fe y de compasión por intermedio de la intercesión de San José.
9. La expresión de la vida casta para las almas que despiertan a la vocación monástica.
10. La realización del Proyecto de Dios en los corazones receptivos al llamado del Cielo.
Si el ejercicio de la veneración de los tres Sagrados Corazones fuera realizado bajo el espíritu de la fe y de la absoluta confianza, esta trilogía podrá expandirse por el mundo, y las almas reencontrarán el sentido de vivir en Dios.
Aquellos que quieran difundir la devoción y veneración a los tres Sagrados Corazones deberán tener como principios: una vida diaria de oración, fidelidad en el servicio a los demás y, especialmente, la confianza interior de que la Obra de los Sagrados Corazones tiene la potestad de triunfar en las almas en estos tiempos definitivos.
Será de esa forma que, en el espíritu de renovación y veneración, hoy les transmitiré la oración mundial por la intercesión de los Sacratísimos Corazones de Jesús, de María y de San José, para que sea rezada cada vez que veneren a los Sagrados Corazones dentro de la estrella de la paz.
Oración mundial por la intercesión de los Sacratísimos Corazones
Amado Padre San José,
realiza a través de mi alma Tu Obra prodigiosa;
concreta a través de mis manos Tus Obras de caridad;
convierte mi corazón en una llama de eterno servicio.
Amada Madre María,
realiza a través de mi espíritu Tu apostolado mariano;
concreta a través de mis manos y de mis palabras, Tu eterno canal de oración;
convierte todo mi ser en un gran soldado de la paz.
Amado Maestro Jesús,
realiza a través de mi consciencia, Tu Obra Redentora;
concreta a través de mi entrega, Tu Obra de Misericordia;
convierte todo mi ser en Tus rayos de Amor y de Paz.
Que en la veneración a los Sacratísimos Corazones
el mundo entero se consagre
y surja la Nueva Humanidad.
Amén
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los ama, Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más