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Ingresa en las esferas celestiales a través de la adoración al Cuerpo Eucarístico de Cristo. Deja que el Pan se revele como parte consagrada de tu Señor y encuentra en Él a los espejos y a los portales.
Ve tu esencia reflejada en Aquel que se da para ser adorado y, en el silencio de tu corazón, vive la revelación de la Alianza, siempre nueva y eterna, sellada por Cristo para que tu consciencia trascienda la condición humana y viva Su Propósito Divino.
Adorar al Cuerpo Eucarístico de Cristo, en profundidad, es vivir la revelación de la unidad entre Dios y los hombres, entre el infinito Cosmos y el microcosmos en tu interior. Allí es en donde la verdad se revela, en donde los velos rasgados se abren como los telones de un teatro que tuvo su fin, y los personajes dejan de existir para mostrar su verdadera faz.
No solo contempla y adora a la Eucaristía, hijo, sino, como un imán espiritual y divino, deja que ella venga a tu encuentro y ve tú también al encuentro de ese portal hacia el Corazón del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Entonces, al ingresar estarás en el Tiempo eterno de Dios y podrás reconocer quién eres.
Contempla, en la Sagrada Eucaristía, a la Iglesia Celestial de tu Señor. Que ella misma revele lo sagrado que hay en ti.
Comprende así que hay misterios infinitos, no solo en lo oculto y en el silencio de las dimensiones invisibles de la vida, sino también, hijo, en aquello que te fue entregado como Gracia y ceremonia y, más que eso, en tu propio ser, en tu propio cuerpo, alma, espíritu y corazón hay misterios que debes develar.
Contempla en la Sagrada Eucaristía la puerta que te conduce a esa revelación celestial para que ya no existan misterios.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Cuando un cáliz se eleva para la consagración, los Códigos Divinos son depositados para que su contenido se transubstancie y se convierta en la Sangre de Jesús.
Cada vez que un cáliz es ofrecido en el altar para la consagración y se recuerda la dolorosa Pasión de su Señor, las Gracias descienden y, en ese momento de profunda celebración y de íntima comunión con los aspectos de Cristo, las almas tienen la Gracia de recibir el perdón absoluto y tienen la oportunidad de renovarse a través de la revelación, en este caso, de la preciosísima Sangre de Cristo.
Cada vez que un cáliz es ofrecido y es elevado en memoria de la Pasión de Jesús, la vida sacerdotal del planeta es renovada y todo lo que es corrupto se vuelve incorrupto por la Gracia que trae la Sangre de Jesús.
Cada vez que estén ante una nueva celebración eucarística tienen que recordar que el valor, el poder y la fuerza de la Sangre de Jesús y de todos Sus méritos permiten conceder una expiación a quien la necesite y se arrepienta de corazón.
¡Les agradezco por celebrar de corazón los Misterios Sagrados de Cristo!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
La utilización de las tres a seis campanillas durante la celebración eucarística tiene el fin espiritual y divino de invocar y llamar a cierto número de Jerarquías Angélicas para que participen en el momento de la consagración de los misterios espirituales e internos de la Pasión dolorosa de Jesús.
Tocar las tres campanillas, al mismo tiempo, llama al coro angélico del Arcángel Gabriel para que colabore en la transustanciación de los elementos ofrecidos en el altar por intermedio del pan y del vino.
En ese momento y por única vez, esa Jerarquía Angélica recoge las intenciones más puras de los fieles que participan de dicha celebración.
Si se tocan cuatro, cinco o seis campanillas se llaman a otros coros angélicos y ellos descienden del Universo ultraterrestre en dirección al lugar y al espacio en donde se está realizando la celebración.
Todos los fieles devotos que participen de la consagración del pan y del vino deben recordar que están ante la gracia de reconocerse espiritualmente como dignos hijos de Dios y de afirmar, en nombre de toda la humanidad, el reconocimiento, la obediencia y la total fidelidad a los misterios espirituales que Cristo vivió a través de Su Última Cena, de Su Agonía, de Su Muerte, de Su Resurrección y de Su Ascensión.
Eso significa que el momento de tocar las campanillas no se remite a algo católico, sino al gesto amoroso de los ángeles de imitar y de reverenciar el sacrificio del Hijo de Dios para que la Fuente de la Misericordia descienda a la humanidad y la paz se establezca.
Ese es el motivo de comenzar a aplicar en las comuniones eucarísticas las campanillas sagradas de los Ángeles de Dios.
¡Les agradezco por obedecerme y por confiar en todo lo que les estoy enseñando!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
La vida planetaria no sería posible si no existiera la vida sacerdotal.
La vida sacerdotal es el único puente que permite la comunicación con los mundos sublimes. Sin sacerdotes verdaderos esa comunicación no existe, porque estaría vacía, hueca y no tendría solidez.
El planeta no puede quedarse sin verdaderos y honestos sacerdotes; ya que ha sido mucha la perversión que los sacerdotes vivieron a lo largo de los tiempos.
Por eso, la importancia y el deber de que todos los fieles recen por ellos, para que tengan ímpetu de determinación y voluntad para seguir construyendo los puentes de contacto entre el Cielo y la Tierra.
Si no hay sacerdotes, no hay Misericordia ni tampoco Gracia; no hay verdadera vida sacramental en Cristo.
Sus manos deben estar limpias para seguir elevando el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Sus bocas deben estar protegidas y abstenerse de bajísimas palabras.
Sus ojos deben estar en el Cielo para poder ver y encontrar a Dios.
Para que todo eso sea una realidad y no una fantasía, deben rezar por los sacerdotes, porque ellos, antes del tiempo previsto, rindieron su condición infrahumana para poder transformarse en el mismo Cristo sobre la superficie de la Tierra.
Por eso, les pido que de corazón recen por los sacerdotes, para que sus corazones y almas permanezcan inmunes a los asedios de estos tiempos, y que el Espíritu Santo pueda obrar a través de ellos con una fuerza renovadora que traiga y que conceda el perdón y la reconciliación a todos los que están caídos y perdieron la fe.
Recen por Mis sacerdotes, porque solo a través de ellos, siendo dignos en Cristo, Yo podré ampliar la Obra y el poder de Mi Misericordia.
Apóyenlos, así como Mi Madre apoyó a los apóstoles hasta el final.
¡Les agradezco por guardar Mis súplicas en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Siempre póstrate en el suelo, para que puedas reconocer en ti la dignidad de Dios.
Siempre póstrate en el suelo, para que en el absoluto vacío seas colmado por el todo, por lo que proviene de la Fuente inmaterial.
Siempre póstrate en el suelo, para que aprendas del arrepentimiento y para que tu ego espiritual se pueda rendir.
Siempre póstrate en el suelo así como tu Señor se postró en el Huerto Getsemaní. Así aprenderás a encontrar en lo más simple, el camino de la humildad.
Siempre póstrate en el suelo, para que tu consciencia y células nunca olviden que existe algo superior que viene al auxilio.
Póstrate en el suelo, para que todos los días puedas reconocer en ti al Cristo interior, para que tu alma sea gobernada por el gran y poderoso Espíritu.
Póstrate en el suelo para que puedas descubrir que en este ciclo se encuentra la redención de tu ser.
Póstrate en el suelo cada vez que veas elevar al cielo el divino Cuerpo y la preciosa Sangre de tu Señor, porque eso será la señal de que estás ante una eterna Gracia.
Póstrate en el suelo, para que siempre aprendas a decir sí al Infinito y, con confianza, puedas reconocer que eres parte de algo mayor.
Póstrate en el suelo, para que tus resistencias se rompan como las cadenas y te libres de ti mismo para siempre.
Póstrate en el suelo, para vivir y aceptar Mi misericordioso Amor.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Relato del mensaje:
Durante la ceremonia de consagración de los Misioneros en el Centro Mariano de Figueira, en el altar había una estatua de San José y, en un determinado momento, ella comenzó a brillar muy intensamente. Observamos este movimiento para comprender lo que estaba sucediendo; en cuanto los sacerdotes se estaban aproximando al altar para consagrar la Eucaristía, sobre ellos comenzaron a abrirse muchos portales, de una forma rápida e intensa. En ese momento, apareció San José, luminoso como un sol.
Detrás de Él, había un camino hacia África; Él estaba rodeado de niños y traía también un niño africano en Sus brazos. Él dijo que vino para que comprendamos la importancia de las misiones humanitarias para la Jerarquía.
Trajo consigo una Gracia para cada misionero que se consagró, algo espiritual e interno, y transmitió un mensaje extraordinario. Fue la primera vez que San José apareció, desde el fin de los ciclos de Sus Apariciones, el último 18 de agosto.
Él nos dijo:
Vengo en el silencio, por Voluntad de Dios y por Su Divino Amor. Vengo porque, para Mí, es tan importante acoger y servir a las almas de África, como acoger a los que se consagran al Plan de Dios y a la misión primera de rescatar el amor en los corazones de todos los seres, en la consciencia de todos los Reinos de la Naturaleza.
Vengo para bendecirlos, no porque todas las bendiciones que ya recibieron no fueran suficientes, sino porque deben comprender cuán importante es para Dios la misión que llevan adelante y que la seguirán llevando por los cuatro puntos del mundo.
El Creador acompaña sus pasos, así como Yo también los acompaño; sea inspirando sus espíritus; sea observando sus caminos, Yo siempre los acompañaré.
Hoy se abren los Cielos como se abren sus corazones, porque a cada oferta que la humanidad realiza, nuevos méritos son generados para la salvación y la redención de la humanidad.
Hoy vengo no solo con una bendición; vengo abriendo el camino de sus espíritus para que lleguen a Mi amada África. Yo estoy ahí. En omnipresencia y amor, les indico la dirección en la cual hay mayor necesidad. Vengan conmigo al encuentro de la transformación de sus vidas.
Las misiones humanitarias, hijos, así como los diferentes encuentros de oración que se realizan en el mundo, son los pilares de la redención para estos tiempos, son los instrumentos de los cuales se vale su Creador para mantener viva Su esperanza de redención y de transformación de la humanidad. Por eso estoy aquí.
Vengo con una Gracia. Vengo con una puerta hacia un nuevo paso. Vengo como una confirmación para sus almas y sus vidas. Vengo, como su Padre y Amigo, a decirles que en silencio los aguardo, que África los aguarda, y más que esto, que la África que hay en el interior de cada ser los espera, para que sirvan al prójimo como si fuera su última oportunidad de servir.
Yo Me alegro con sus pasos, así como Dios se alegra y renueva Su Amor a través de su consagración.
Hoy y siempre, ustedes tienen el Amor de Mi Casto Corazón.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Oración del alma donada
Señor,
si no te siento ni tampoco te percibo,
me entrego a Ti, Jesús,
porque sé que todo lo que vivo y atravieso
es parte de un aprendizaje mayor.
Que me pueda sostener en Ti
aunque a veces me parezcas distante,
pero revélate al menos en la Eucaristía.
Que ese sagrado encuentro sea la razón
de permanecer por siempre en Tu camino,
porque aunque cruce desiertos, pruebas o desafíos
sé que Tú, Jesús mío, estarás allí.
Cuando sufras por lo que ves o por lo que hago,
quédate dentro de mí,
para que Tú me hagas tener consciencia
de lo que estoy necesitando cambiar.
Por eso, Jesús, me dono completamente,
aunque sea imperfecto y esté equivocado.
Señor, yo me dono a Ti para que
puedas cumplir una parte de Tu Obra,
y, así, las almas puedan confirmar
que Tú estás presente más allá de todo.
Déjame a Tu lado, Jesús,
aunque ahora no te puedas mostrar.
Hazme semejante a Ti
en el amor y en el servicio,
que no tema perder el control de todas las cosas,
porque sé que tuyo es el Poder y la Gloria.
Recíbeme, Señor,
en Tu Corazón para que,
con base en Tu Amor infinito,
construya la nueva humanidad.
Amén.
¡Les agradezco por guardar esta oración en sus corazones!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Mientras más contemples y adores a Dios en la Eucaristía, Él estará más en ti y se revelará en tu interior.
La Eucaristía no es solo el Cordero entregado por Amor para reparar los pecados del mundo. La Eucaristía es el Corazón completo y perfecto de Cristo, en donde se guardan los misterios de la Creación y la esencia del Amor de Dios. Amor que, conteniendo en sí a todas las cosas, se multiplicó para que la vida tuviera forma y espíritu, renovando y recreando la Existencia Divina.
La Eucaristía es la presencia del Altísimo revelada. Allí está quién es Dios, Sus misterios, Su Amor y Su esperanza. Contempla y adora a la Eucaristía y en ella, al Portal para retornar al Origen, a la Verdad, a la Luz.
Dios se oculta en Sus misterios y se revela a los que lo buscan. Busca a tu Creador y Redentor en la Eucaristía y, en silencio, deja que Él te conduzca a Su Corazón, a una unidad perfecta con Su Verdad y con Su Amor.
El misterio de la Eucaristía se revela a los humildes, en el silencio de su corazón. En humildad, permanece delante de este elemento consagrado y así como Dios colmó el pan de todo lo que Él es, deja que también consagre y transforme los elementos de tu ser en unidad con Él.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
A partir del comienzo del primer Encuentro de Oración en Buenos Aires, Argentina, durante los primeros días del mes de agosto y a continuación del ejercicio espiritual de los Sacramentos, ya estará preparada la condición interna y espiritual para que su Redentor regrese a Sudamérica y desde Argentina lleve adelante, no solo la tarea de liberación y de perdón, sino también el gran momento de la Celebración Eucarística con las almas.
Es de esa forma, compañeros, que en los primeros días de agosto el Universo Espiritual de Dios estará concediendo a la Argentina, y también a la región, una amnistía, la que de manera inexplicable abrirá la puerta de la redención y del perdón para aquellas almas que no los merecerían.
Por la acción sublime de la Divina Misericordia, por los cantos y oraciones que serán ofrecidos, un período de paz interior podrá establecerse en la consciencia espiritual de Argentina para que, colmados por el Fuego del Espíritu Santo, los argentinos tomen su gran y última decisión, la que colocará a su pueblo y nación en la Misericordia Eterna o en la Justicia Divina.
Será la fe del corazón de los argentinos la que llevará a Su Maestro y Señor a poder interceder y obrar milagros en muchas más almas. Así se construirá el triunfo del Sagrado Corazón de Jesús.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Contempla el Corazón Eucarístico de tu Señor y encuentra en Él el alivio de tu corazón y de tu consciencia.
Contempla, en la Eucaristía, la entrega constante del Hijo de Dios por ti. Sabe que no solo estás delante de un pedazo de pan, sino, hijo, de un sacrificio eterno que perduró más allá de la Cruz y que se renueva todos los días para que tu espíritu tenga siempre una nueva oportunidad de redención y de perdón.
La Eucaristía es el fruto de la Misericordia de Dios. En ella se guarda Su misterio universal, la llave para la renovación de Su Amor Divino, la llave para la superación constante, para el vacío de sí y para la plenitud en Dios, para que, a pesar de la soledad, del desaliento y de la agonía que vive aquel que carga la cruz de estos tiempos, el Amor siempre hable más alto, el perdón siempre este vivo y la Misericordia se renueve, constantemente, más allá de los errores y de los ultrajes humanos.
Hoy, hijo, contempla delante de ti el Corazón Eucarístico de tu Señor y renueva tu corazón, reconociendo en la Eucaristía el Amor de Dios.
Tu Creador te llama al sacrificio y a la entrega, a la renuncia, al vacío y, muchas veces, a la soledad; pero Él también vive esto por ti todos los días, en cada instante de tu existencia. Esta entrega se consuma en todos los altares consagrados a Dios, en todos los Sagrarios del mundo.
Por eso, cuando sientas el peso de la cruz de estos tiempos sobre tu corazón y sobre tu consciencia, quédate delante de la Eucaristía y agradece a tu Señor la Gracia que te concede de compartir con Él no solo Su Cruz, sino sobre todo, la revelación de Su Amor.
El Amor de Dios se está revelando en lo oculto de tu corazón y por más que a veces solo sientas desconsuelo y vacío, llegará el tiempo en el que el árbol del sacrificio dará sus frutos y ese será el Amor de Dios en ti. Entonces, ya no contemplarás la Eucaristía delante de tus ojos, sino que la encontrarás viva en tu corazón.
Tienes Mi bendición para eso.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Elévate a través de Mi Presencia Eucarística y así, superarás y trascenderás todos los obstáculos de tu propia consciencia humana.
Por eso, mantente unido a Mí de corazón para que, a pesar de los movimientos opuestos, tú aprendas a rendirte y a humillarte como lo hicieron muchos sabios y maestros.
Aquiétate completamente mientras atraviesas alguna tempestad espiritual porque, por encima de todo, debes creer y vivir el triunfo que Mi Proyecto realizó en tu vida y en la vida de tus hermanos.
Por eso, mantén la fe en lo Alto. No dejes de invocar lo superior, lo inmaterial, lo grandioso que proviene del Universo.
Únete, día a día, a la Vida universal y sabrás, por ti mismo, cómo levantarte del suelo. Pero recuerda que quien vive Mi Amor y lo practica, conseguirá redimirse algún día.
Anímate a decir “sí” al Universo y hazlo por los que retrocedieron y no consiguieron, fielmente, seguir Mis pasos.
Estoy aquí siempre contigo, siempre que Me llames.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Yo Soy la Madre de la Piedad, de la Compasión, la Madre de la Esperanza. La Madre que, silenciosa, ruega por Sus hijos, cela por ellos en Su Corazón e intercede ante Dios para que aprendan a amar y a perdonar.
Hijos Míos, estoy aquí para llamarlos al arrepentimiento de corazón para que permitan que su pasado sea curado, que su presente sea transformado y que su futuro sea escrito con las Manos de la Voluntad Divina y no con las manos de la voluntad humana y superficial.
Vengo a llamarlos para que reconozcan las Gracias y advertencias que, repetidamente, su Señor y Creador le envía a esta nación a fin de limpiar sus pecados y hacerlos retornar, verdaderamente, al camino del Corazón de Dios.
Yo vengo como Madre y Guardiana de la Santa Eucaristía para que, con el Cuerpo y la Sangre de Cristo consagrados en Mis manos y en Mi Corazón, pueda reparar todas las manchas que le causaron aquellos que elevaron los elementos para la consagración, pero que su corazón no estaba consagrado a Dios y aquellos que comulgaron con la Eucaristía Viva y no permitieron que ella ingresara en su corazón, a pesar de estar en su boca.
Vengo, hijos, en nombre de Dios y de Mi Hijo, a conceder la Gracia del perdón para aquellos que se arrepientan de corazón y a mostrarles el camino hacia la pureza.
No vengo a juzgarlos, sino a mostrarles sus faltas porque el Corazón de Dios está herido por los ultrajes que le cometieron. Yo estoy aquí para despertar los corazones a la santidad, para llamarlos a amar el propósito de su existencia, para revelarles que hay verdades superiores que aguardan a que rindan la propia ignorancia ante Dios para que, entonces, les sean reveladas.
Mi Corazón es firme, pero piadoso, porque no puedo dejar de advertirle al mundo sobre sus faltas. La Justicia de Dios ya se precipita sobre la Tierra y urge que se arrepientan de corazón y enderecen sus caminos según la Voluntad Divina.
El tiempo de la ilusión dará lugar al tiempo de la Justicia de Dios y todo el lodo que antes se ocultaba en la consciencia de los hombres y de las naciones emergerá y serán sofocados por él. Será lo que hay dentro de ustedes mismos, hijos, lo que los hará perecer o los salvará, según lo que cultiven en sus propios corazones.
Por eso, no teman solo a Dios, sino que témanse a sí mismos porque la Justicia Divina tocará lo que está oculto en ustedes y será el propio peso de los hombres lo que los hará pender de los abismos. Y entonces, todo se revelará por sí mismo y no habrá diferencia entre las religiones, el estatus social, la cultura y las naciones. Será la pureza, en los corazones de los hombres, la que los hará erguirse entre aquellos que se perdieron. La paja será separada del trigo, no por las Manos de Dios, sino por las acciones humanas, por lo que hay en su propio corazón.
Hoy, hijos, no vengo a colocar temor en sus corazones, sino que vengo a despertar a su consciencia para que cultiven un corazón puro, a pesar de ser imperfectos, para que intenten todos los días equilibrar los males del mundo a través de la oración, para que transformen sus conciencias y corazones en verdaderos instrumentos de Dios, para que perciban que no están aquí solo por la propia salvación, sino por un Propósito mayor, universal y divino que busca el despertar de un amor nuevo en el corazón de todos los seres.
Sé que se sienten distantes de la concreción de este Plan, pero hoy Yo les extiendo Mis manos y les muestro el camino de la Gracia y de la Misericordia de Mi Hijo para que no corrompan sus corazones, sino que encuentren la paz en el servicio y en el amor verdadero a Dios y a sus semejantes.
Yo los bendigo y les agradezco por estar aquí, respondiendo a Mi llamado.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Contempla el Corazón Eucarístico del Señor y, observando con la profundidad de tu mirar espiritual, encuentra el Sagrado y flagelado Corazón de Jesús.
En cada pulsar de este Corazón, gotas de Misericordia, de piedad y de compasión son derramadas sobre la Tierra a través de todos los sagrarios del mundo. Esos dones divinos fluyen del Corazón de Cristo y llegan a los que más los necesitan a través de las almas que adoran y comulgan del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, trayendo Su Presencia redentora a la Tierra.
Contempla en adoración los altares celestiales donde pulsa constantemente el Sagrado y flagelado Corazón de Jesús, renovando Su oferta y Su entrega por todas las almas, eternamente, hasta que la piedad, la Misericordia y la compasión sean realidades vivas en el interior de los seres, y ya no sea necesario verterlas sobre la Tierra, porque los propios hijos de Dios serán fuentes vivas de Su Gracia, en la expresión perfecta de Su Creación.
Contempla y adora al Sagrado y flagelado Corazón de Jesús, para que recibas de Él, en nombre de toda la humanidad, los códigos espirituales que recuerdan a tu consciencia el verdadero propósito de tu existencia.
Deja que tu alma y tu espíritu reconozcan ese camino y lo vivan en sabiduría, para que sepas dónde estar y qué hacer en cada instante de la vida sobre la Tierra.
El Corazón de Jesús te revela y te recuerda quién eres verdaderamente. Si estás buscando un sentido para tu vida, contempla y adora al Corazón de Jesús escondido en la Eucaristía, y allí, hijo, todo te será revelado.
Tienes Mi bendición para esto.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Contempla el Corazón de Cristo y en Él a Su Santo Cáliz.
Este es el Cáliz de tu redención y de la redención del mundo. En él se encuentra la Sangre que fue vertida en el Calvario como en la Cruz; Sangre que representó la entrega absoluta de Dios a través de Su Hijo; Sangre que se multiplica en todos los Sagrarios del mundo para ingresar en el interior de todos los seres y transformar su condición humana; Sangre que lleva en sí los códigos de la Nueva Vida, del Amor Crístico, Amor de Dios renovado en Su Hijo; Sangre que se derrama sobre el mundo cuando las almas claman con sinceridad; Sangre que ingresó en las entrañas de la tierra para sellar la alianza entre este Proyecto Divino y su Creador, decretando así su perfección y su manifestación en el fin de los ciclos.
Esta es la Sangre que da la vida, no solo a los hombres, sino a toda la Creación. Esta es la Sangre que los diviniza porque manifestó en la carne humana la presencia de Dios y tornó viva la semejanza del Creador con Sus criaturas.
Esta es la Sangre que todos los días es entregada en el altar; es la Sangre que convierte los elementos de la Tierra; Tierra que por esta misma Sangre se tornó sagrada.
Reverencia hoy el Cáliz del Señor para que seas conocedor de Sus misterios. En el Santo Cáliz se guarda la Sangre de Cristo y de todos aquellos que un día bebieron de él y alcanzaron grados de Amor Crístico en su interior.
Este es el Cáliz que los une a Dios, el misterio manifestado del Amor Divino. Si tan solo lo contemplaras con amor, tu espíritu, alma y corazón estarían comulgando con Él.
Si bebes la Sangre y comes del Cuerpo de Cristo, todo tu ser comulga con Su Vida, con la Nueva Vida, con el Amor y la perfección de Dios.
Hoy y siempre, hijo, reverencia la dádiva de la entrega de Dios a través de la Eucaristía. En ella se encuentra vivo el Amor que tu Creador sintió al manifestarse, Él mismo, en esta vida, descendiendo a la menor de las dimensiones para abrir el camino hacia la suprema unidad con Su Espíritu.
Bebe de Su Sangre y come de Su Cuerpo, cruzando así las dimensiones que te separan de Dios y retornando a Su Eterno Corazón.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
A través de la Santa Eucaristía encontrarán el portal interior que los unirá a Dios y, desde ese lugar de consciencia, descenderán todos los atributos que necesiten para alcanzar la transformación.
A través de la Eucaristía encontrarán al Dios Vivo presente en la forma perfecta de Su Hijo. En el Padre sentirán Su poderosa Presencia y podrán acompañar como servidores, la manifestación de Su Voluntad.
A través de la Eucaristía encontrarán el camino que los llevará siempre hacia la luz y sentirán, dentro de sí, una fuerza interior de elevación que los impulsará a la trascendencia.
A través de la Eucaristía encontrarán cada respuesta que busquen y sentirán, dentro de sí, la confianza en Dios necesaria para poder dar los pasos en el camino crístico.
A través de la Eucaristía encontrarán el alimento que nutrirá su fe para los tiempos que llegarán. Y, a pesar del ciclo de la tribulación, su fe no vacilará porque habrán construido, dentro de sí, la unión plena con la Santísima Trinidad.
¡Les agradezco por guardar Mis palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Reverencia los misterios de Dios, reconociendo tu ignorancia y amando adentrarte en la Sabiduría Divina.
Reverencia al Dios que se esconde en la Eucaristía y que se revela, en un profundo diálogo de amor, cuando el corazón se abre y es capaz de escucharlo.
Reverencia los misterios de Dios, porque Su Voluntad está más allá de toda comprensión y lógica humana. La Mente y la Voluntad de Dios no se mueven como la mente y la voluntad de los hombres. Por eso, cree que el Padre Creador se esconde en el pan y en el vino y coloca Su Consciencia Divina en los elementos sagrados, escogidos para guardar la memoria de la Pasión de Su Hijo, para que, así, los seres aprendan a revivir esa Pasión y a encontrarla reflejada, en este tiempo, en todas las situaciones de la vida.
Dios no disminuye Su Grandeza para estar en el pan y en el vino; Él revela Su Omnipresencia y, de esa forma, invita a los seres a profundizar en el conocimiento de Su Espíritu, de Su Ciencia Divina.
Hoy, hijo, solo reverencia la Presencia de Dios y deja que Él te renueve y te revele la verdad de tu corazón.
Hoy vengo como Aquel que contempla el Corazón de Dios en la Eucaristía, así como en el Universo, para enseñarte que Dios es Uno solo, presente en el Cosmos, así como en la Eucaristía, presente en el Infinito, así como en la esencia de cada ser.
Busca el camino para encontrarlo, establece una comunicación con el Padre, porque solo Él te sustentará en el tiempo que llegará.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Mensaje en honor al aniversario de la santa muerte de Padre Pío de Pietrelcina
Deja que Mi Sangre Divina corra por tus venas, así como corrió por cada rincón de Padre Pío.
Deja que Mi Vida inmaterial se pueda plasmar en ti, así como Mis Llagas de Amor y de dolor se marcaron en Padre Pío.
Imita ese ejemplo de santidad y de renuncia. Ama el ejemplo del sacrificio y de la entrega por los demás, así como lo amó a cada momento Padre Pío.
Sé ese testimonio de renovación y de fe, así como lo fue Padre Pío, que se donó completamente a Mí, en cada etapa y en cada circunstancia de la vida.
Permite que el Soplo del Espíritu Santo, que invadió y colmó a Padre Pío, llegue a tu alma para que ella sea arrebatada por el Amor Crístico de Mi Eterno Corazón.
Encuentra el sentido de tu existencia siguiendo Mi Evangelio e ingresando en el camino interior que hoy te ofrezco.
Te pido que te renueves en Mí, así como Padre Pío se renovaba en cada Eucaristía, en cada momento de confesión y de silencio.
Aproxímate a la vida de Padre Pío para que seas semejante a él y deja que Yo te marque con las huellas espirituales de Mi Amor; porque así serás Mío y a Mi Reino pertenecerás cuando hayas alcanzado la expresión del Amor Misericordioso.
Que, en este día de Padre Pío, la muerte no represente el fin de algo, sino el comienzo del verdadero vuelo hacia el infinito Corazón de Dios, en donde todo se consumará.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Soy la Guardiana de la Eucaristía y llevo sobre Mi pecho el Sagrario del Corazón del Señor.
Soy la Guardiana de la Eucaristía y aproximo a las almas al misterio del Amor de Dios.
Soy la Guardiana de la Eucaristía y elevo a los corazones adoradores hacia la Casa del Padre Celestial.
Soy la Guardiana de la Eucaristía y atraigo para el mundo, por medio de la adoración, todas las Gracias de Dios.
Soy la Guardiana de la Eucaristía y renuevo a las consciencias que buscan la unión permanente con Cristo.
Soy la Guardiana de la Eucaristía y, por ella, santifico a los corazones que consagran su vida a Dios.
Soy la Guardiana de la Eucaristía y hago descender, por intermedio de ella, los principios lumínicos que los seres de la Tierra necesitan para tomar consciencia sobre su proceso de redención.
Soy la Guardiana de la Eucaristía y derramo toda la Luz que el Sagrado Cuerpo de Cristo concibe para que el planeta alcance su liberación total.
Soy la Guardiana de la Eucaristía y, por medio de ella, hago descender el Reino de los Cielos para que las almas se consagren al Plan de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Guarda en tu corazón la Voluntad de Dios y vivifícala.
Guarda en tu corazón todos Sus Designios, principios e ideas que provienen de lo Divino.
Guarda en tu corazón todo Su Mensaje y las señales que Él te envíe para poder guiarte.
Guarda en tu corazón todo Su Conocimiento, el conocido y el desconocido, para que este último se revele.
Guarda en tu corazón todo Su Poder, para que algún día percibas la potestad de Su Misericordia.
Guarda en tu corazón lo grandioso que Él es y lo pequeño que se hizo a través del Pan y del Vino consagrados.
Guarda en tu corazón todo lo que hizo, semejante e infinito a Él, por Sus hijos.
Guarda en tu corazón la alegría y el júbilo de pertenecer a Su eterno Reino.
Guarda en tu corazón la humildad y la belleza que Él expresó en todo lo que hizo.
Guarda en tu corazón lo maravilloso y lo bueno que Su Sagrado Espíritu emana de todo lo manifestado por el Cielo.
Guarda en tu corazón el anhelo de encontrarlo, algún día, delante de las puertas de Su Reino Celestial para entregarle toda tu experiencia y el aprendizaje vivido a través de los tiempos.
Guarda en tu corazón el Amor incondicional del Padre Celestial.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Yo soy la Luz que en la noche ilumina los mundos internos que comulgan Conmigo.
Soy esa Luz espiritual y poderosa que disipa las tinieblas y que trae sabiduría para todas las cosas.
Soy esa Luz invencible que proviene del Corazón de Dios y que desciende a la Tierra, en Consciencia Divina, para poder despertar a los que duermen.
Soy esa Luz infinita y desconocida que es invocada y es clamada en la Eucaristía, así como en la oración de los simples de corazón.
Quien atraviesa esta Luz tendrá vida eterna, pero antes purificará su ser para ingresar limpio al Reino de los Cielos.
Quien se sumerge en el océano de Mi Luz verá en sí mismo al Dios vivo y gozará plenamente de la filiación espiritual.
Quien ingresa en la Luz de Cristo no perderá nada, al contrario, ganará los tesoros que Mi Corazón tiene especialmente guardados para cada ser.
Que sea Mi Luz espiritual refugio para los desamparados, consuelo para los que sufren, sostén para los que caen, calor para los que tienen frío, alimento para los que sienten hambre, cura para los que están enfermos y redención para los perdidos.
¡Les agradezco por penetrar el misterio de Mi Luz espiritual!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más