Viernes, 30 de diciembre de 2011

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE MARÍA, MADRE DE LA DIVINA CONCEPCIÓN DE LA TRINIDAD, TRANSMITIDO A FRAY ELÍAS

Queridos hijos:

Para el Señor es importante que sus corazones se conviertan en llamas de paz. Para convertir el corazón es necesario orar en el nombre de Mi Inmaculado Corazón de la Paz, así Yo los guiaré como Madre de todos los corazones.

Hoy los invito, Mis pequeños, a orar Conmigo sin nada más que esperar; así sus pequeños corazones serán invadidos por la Voluntad Suprema del Señor. Hoy los llamo a interiorizar el ejercicio de la oración como una alabanza a Dios. Él quiere ver a Sus hijos entregados y puros como lo es el agua cristalina de los ríos.

Yo les aseguro que cuando sus corazones sean cristalinos a través de la oración, en cada una de sus vidas comenzará el camino de la pureza. La pureza protegerá sus corazones para que ellos no se unan a todas las acciones humanas que en este mundo han distanciado a la humanidad del Corazón amado de Dios.

Por eso, en cada aparición Yo vengo a irradiarles, desde los Cielos, Mi esperanza por la verdadera transformación y conversión de todos los corazones que, en esta última hora, deberán desafiar sus pasos y encaminarlos hacia la consagración al Señor. Pero si sus corazones están en Mí, y no en ustedes mismos, podrán reconocer el Amor Divino de Mi Corazón y así comprenderán la adoración que Yo tengo hacia cada uno de ustedes.

Solo les pido, Mis queridos hijos, que coloquen sus corazones y sus sentimientos en la oración universal a Mi Corazón Inmaculado. De esta manera y en este ejercicio, ustedes, Mis pequeños, estarán dedicando la vida por Amor y por la Redención del mundo. Recuerden, Mis pequeños, que todos están dentro de Mi Corazón y que Yo aguardo que en cada nuevo día, sus corazones irradien paz y pureza.

Muchos corazones y almas carecen de pureza por haber sido invadidos por la voluntad de los hombres; así se fueron distanciando de la Voluntad Divina. Por eso, Mis pequeños niños, para poder ayudar al mundo y a la conversión espiritual, los invito a que se vuelvan hacia Mi Corazón como pequeños niños. De esta manera, en oración y en amor, el Padre Celestial derramará Su Misericordia sobre el mundo.

Sus corazones deberán ser aquello que nunca fueron para poder vivir en otra ley y bajo una Voluntad Infinita.

Oremos por la paz en cada corazón.

Los guía,

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad