Viernes, 17 de febrero de 2012

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE MARÍA, MADRE DE LA DIVINA CONCEPCIÓN DE LA TRINIDAD, TRANSMITIDO A FRAY ELÍAS

Queridos hijos:

Hoy los invito a permanecer en la sagrada serenidad de Mi Corazón. Para ello quiero enseñarles a vivir en un corazón sereno y pacífico. El talento de la serenidad es necesario para el mundo porque ella armoniza a los demás corazones.

Queridos hijos, una vez que vivan la serenidad del corazón a través de la oración diaria, encontrarán la paz en el alma. La serenidad los llevará a reconocer el silencio. Una vez que estén en silencio y en oración, el mundo se verá favorecido ya que el silencio neutralizará el ruido constante en el que la humanidad vive día a día.

Por eso, queridos Míos, Mi Corazón Inmaculado quiere darles a conocer estos talentos que viven dentro del corazón de todos los hombres pero que la vida diaria del mundo hace que se pierdan. Yo los quiero invitar a transitar por este camino, queridos hijos, para que no pierdan tiempo; cuando estén en oración, ella los fortalecerá en la comunión con Mi Hijo. Eso les permitirá estar cerca de la sagrada serenidad que Mi Corazón quiere enseñarles a vivir en el presente.

Cuando la mayoría de los corazones viva en la serenidad y en la oración, el silencio penetrará la consciencia de todo el mundo y muchos verán que es necesario silenciarse y orar. Para que el mundo sea aliviado del sufrimiento, todos los corazones deberán donar su tiempo dedicándolo a la oración y a la unión con los Cielos y con la serenidad, la que se comenzará a expresar en el silencio del corazón.

El Señor los está llamando no solo a vivir eternamente en la fe que Cristo en Su Misericordia les entrega, sino que también los llama a observar en el corazón el despertar de la serenidad. Así el mundo podrá alcanzar la paz en el corazón, en la vida y en las familias.

Todo comienza en la unión de cada alma con la oración. Ella los llevará hacia Mi Hijo. De esta manera, queridos hijos, la realidad del mundo podrá ser otra cuando todos se unan en fraternidad. Para iniciar el camino de la serenidad, primeramente deberán vivir en la esperanza para que la oración los lleve hacia la paz y el silencio.

Es momento de que sus corazones hablen a través de la oración para que el silencio se establezca en cada momento de la vida.

Oremos por el mundo con el corazón puro.

Les agradezco por responder a Mi llamado.

María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad