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Mientras nuevos ciclos siguen abriéndose y tu Señor rememora Su Pasión para rescatar, una vez más, a las almas de los abismos más profundos; acompaña también, hijo, cada momento con la solemnidad del corazón, con el sacrificio de la vida, con una entrega de amor.
Rememora también los Pasos de Cristo con la Cruz, permitiendo que tu consciencia se adentre en misterios que antes no podías comprender.
Permite que tu ser conozca grados mayores de amor y de entrega, grados mayores de servicio y de unidad con Dios para que, así como Cristo en el Calvario, tu consciencia aprenda a estar más allá de los acontecimientos del mundo; y ante la ignorancia, el caos, la maldad, la humillación o la violencia, seas capaz de responder con un grado de amor que va más allá de todas esas cosas.
Reflexiona, entonces, sobre lo que te digo. Medita sobre el Amor profundo de Cristo por la vida y por la Presencia de Su Padre en todos los seres.
Coloca tus ojos dentro de los Ojos de Cristo, tu corazón dentro del Corazón de Cristo; y ora, contemplando Su experiencia en la Cruz, en la que el dolor, sí, existió y fue desgarrador, en la que el cansancio, sí, existió y fue agotador, en la que la humillación existió y fue como una lanza que cortaba lentamente Su Pecho, en la que el abandono existió y fue como el mayor de los sufrimientos.
Y, más allá de todo eso, mucho más allá, fueron el Amor y la Misericordia, la Compasión y el Perdón, la comprensión de la fragilidad humana y el conocimiento de su grandeza. Todo eso fue vivido y experimentado por Cristo en cada paso con la Cruz.
Siente el Amor de Su Madre en el camino, la fortaleza que nacía en el Corazón del único Ser viviente capaz de comprender lo que Jesús experimentaba y que, aún hoy, hijos, es capaz de comprender con profundidad el corazón de cada criatura. Por eso, Ella aún acompaña cada paso de los Hijos de Dios, que son también Sus hijos.
En el Calvario de estos tiempos, profundiza en tu entrega y amor, y también en tu amor por María. Conoce más profundamente el silencio de la Madre de Dios que, en Su humildad, no busca más que sustentar el aprendizaje de Sus hijos, levantarlos en cada caída, renovarlos en cada prueba.
Que hoy, tu corazón se expanda con el Corazón de Cristo, para que este ciclo que se abre con la cruz del mundo te revele un paso más, un poco más del Amor de Dios.
Tienes Mi bendición para esto.
Tu padre y amigo,
San José Castísimo
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más