Viernes, 6 de octubre de 2023

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Recibe, hijo, en tu corazón, la Paz que proviene del Reino de Dios, para que tu espíritu se fortalezca y tu corazón se expanda, para que tu consciencia madure y tu ser exprese el Propósito Divino para tu pequeña vida.

Permite que los impulsos de Misericordia, que descienden del Cielo, traspasen tus células, tus átomos, tus cuerpos, para que la transfiguración sea una realidad en tu consciencia.

Permite que un Amor Superior despierte en ti el verdadero sentido de amar, para que ya no midas los acontecimientos según tu pequeña comprensión, sino según la Gracia de la Misericordia Divina. Solo así, serás capaz de vivir el perdón, el amor incondicional y la caridad crística ante las almas más perdidas y los corazones más sumergidos en la oscuridad.

Permite que la oración misericordiosa sea para ti un puente con el Corazón de Dios y que así, con tu consciencia sumergida en el Creador, puedas no solo sentir Su Amor, sino saberlo; saber de dónde proviene la Sabiduría Divina, de qué principio surge el Discernimiento de Dios, qué lo mueve, cómo funciona Su Naturaleza Espiritual.

Para saber a Dios y a Su Divina Naturaleza, hijo, para sumergirse en Su Ciencia y vivir conforme a la actuación de Sus Rayos, el primer paso es abrir el corazón y el segundo orar de corazón abierto, entrar en diálogo profundo con el Creador, dejando que verbo y silencio estén presente para que sepas hablar, pero también sepas oír.

Esta es la ciencia de la contemplación: cuando el ser cruza el puente que lo une a Dios a través de la oración y sumerge su espíritu en el Creador para que, traspasando los grados de diálogo, penetre en los misterios de la unidad y sepa a Dios.

Este, hijo, es el camino a través del cual los Sagrados Corazones están guiando a la humanidad. Y vivirlo no es sinónimo de perfección o de ausencia de miserias y de conflictos; saber a Dios es permitir que, más allá de las miserias, imperfecciones o conflictos propios de la vida material, la consciencia tenga su prioridad en la Vida Superior, en la unidad con el Creador, en el esfuerzo permanente por vivir según Su Naturaleza Divina, según lo que Él es.

Es así que, paso a paso, lentamente, los corazones cruzan los umbrales e ingresan en nuevas leyes, en las que la unidad con lo Divino puede ser una realidad más palpable y profunda, la condición humana se transforma y revela la condición divina, la semejanza con Dios emerge y viene a la luz la verdadera vida, manifestación del Pensamiento Divino.

Es solo entonces, hijo, que comprenderás el Propósito de Dios, Su Pensamiento encontrará sentido en tu pequeño pensamiento y Su Amor encontrará expansión en tu pequeño amor.

Camina hacia este propósito, confiando en la guía de los Sagrados Corazones, orando con el corazón abierto y escuchando con amor cada una de Nuestras Palabras.

Tienes Mi bendición para esto.

Tu padre y amigo, 

San José Castísimo